Partida Rol por web

Lo sé, mal momento para viajes de pareja. No tuvimos tiempo de marcharnos.- Sonrió ante la primera frase del joven tras comprobar que guardaba el arma, siguiendo la lógica de la situación.

Le siguió de cerca por el hangar, oteando a su alrededor aprovechando un poco para comprobar el interior y buscar cualquier cosa de interés que pudiera llamarle la atención. Quería comprobar las posibles entradas y salidas, saber si había algún mapa colgado o armas, cualquier dato que le sirviera para hacerse una idea de esos súbditos de Pegy mientras esperaba a que se acomodara para atenderle. Se acercó una vez estuvo al descubierto, teniendo cuidado para observarlo de cerca y no hacerle más daño del necesario. Palpó los alrededores, apretando con dos dedos para dejar que un poco de sangre emanara, queriendo ver el color que tenía para saber si había algún tipo de infección por medio.

Has tenido suerte.- Se dirigió a la dirección que le señalaba, cogiendo la caja de primeros auxilios y dejándola en el suelo, al lado del chico, abriéndola para comprobar qué había dentro.- Toby dijiste, ¿verdad? – Cogió unas gasas, aguja e hilo de sutura, aparte de un bote de alcohol para desinfectar la herida.- Esto te va a doler. Respira hondo.- Mientras hablaba, recordando lo poco que había estudiado sobre medicina de campo, fue actuando para curar la herida con precisión milimétrica, cuidando de no errar en el camino.- ¿Viniste aquí después del puerto? ¿Buscabas a Bob?

Entiendo... Está bien, marcho ya, intentaré comunicarme con Zeta y acordar un plan de acción, esperaré a que llames tú, Vodka, no me gustaría ponerte en riesgo. - comentó con cierta tristeza, recordando ciertas cosas del pasado. - Hasta pronto. - dijo antes de irse, no solo como una despedida, si no como una promesa de que se verían pronto.

Jack marchó entre los matorrales, aturdido por toda la información que tenía ahora y con un sentimiento agridulce por los niños. No podía dejarlos por allí tirados, bajo la tiranía de los piratas, así que decidió volver al puerto mientras intentaba comunicarse con Zeta. Encendió la radio y envió un mensaje.

Zeta ¿me oyes? - carraspeó. - Tengo información sobre el ruso y los piratas, cambio.

Espero entonces recibir respuesta de su compañera, paró en seco, miró al cielo, añorando una época en la que todo era mucho más sencillo. - Hay que joderse Jack. ¿De verdad pensabas que el espionaje y el secretismo iba a ser lo tuyo? No puedes dejar de mirar atrás, de tener recuerdos sobre la guerra y los amigos que perdiste y premoniciones extrañas sobre futuros extraordinarios. - comentó recordando aquél extraño suelo en el que su primo Ethan se veía envuelto en líos con Peggy en una especie de sociedad secreta... Aunque si Peggy estaba allí, significaría que Jack había fracasado en su misión... Entonces se paró en seco y empezó a reír a carcajadas. -  Maldito alcohol, menudas cosas más locas me hace soñar. - después de todo Jack era alcohólico, no un vidente.

 Henry se reía con las ocurrencias del agente americano. Algo en el aura carismática de McTaker hacía que el jefe pirata le tuviese una gran confianza, además del hecho de ser colega del temido "Stromboli". El capitán escuchó la historia del colegio y se quedó meditativo, acariciándose la barba. Le gustaba lo que escuchaba, eso era evidente.

- He notado eso, grumete... veo que tienes una buena mano para todo lo relacionado con arreglar e inventar. Eres todo un "manitas", como dicen los asquerosos yankees. Bueno, no todos son asquerosos... tú parece uno y eres un tipo genial. Tú puedes llegar muy lejos con nosotros, McTaker.

 Se podía notar algo de alcohol en el aliento del capitán; aunque McTaker desearía no estar tan cerca del capitán como para olerle el aliento.

- Bueno, será mejor que me vaya a dormir si quiero seguir saqueando mañana. Tú McTaker tienes que asegurarte de que aquel turista rubio no se pase de listo, ¿eh? No tengas miedo de cortarle la garganta si se quiere escapar. No me gusta estar tomando tantos prisioneros.

 Dijo esto, mirando a Sam con absoluto desprecio. Finalmente se despide y se dirige a su tienda, dispuesto a dormir.

 Zaheera logra atender la herida del chico guardia con éxito. No fue nada demasiado difícil; el chico se retorcía por el dolor mientras la agente ponía punto por punto las suturas para cerrar la herida. La agente era eficiente, pero no era gentil. El chico disimulaba lo más que podía su dolor; así como no se permitía llorar, posiblemente no se permitiera verse débil en frente de otras personas. Lo que si hizo fue responder las preguntas, pero estaba tan conmocionado que tenía que parar cada tanto para que no se le quebrara la voz.

- Sí... yo quise, quise quedarme más y defender a Bob, pero... eran tantos piratas, y yo... yo estaba herido. Fue tan... horrible... y yo-espera... ¿De dónde conoces a Bob? ¿Cómo-

 Una pequeña palabra de Zeta despertó la inquietud del muchacho. El hecho de que una "turista" conociera el nombre del recaudador de impuestos del puerto fue una pequeña alarma para Toby. Una pequeña alarma que, con el tiempo, se hubiera apagado... de no ser por el mensaje estridente que surgió desde el walkie talkie de Zeta. A través del mismo, la ronca voz de Jack Jones se hizo escuchar, asustando al joven soldado:

Zeta ¿me oyes?... Tengo información sobre el ruso y los piratas, cambio.

- ¿R-r-rusos? ¿Pi-pi-piratas? ¡¿Qué clase de turista eres?!

 Toby, casi por inercia, extiende su mano hacia la escopeta en su espalda. Pero ahí es cuando se da cuenta: se sacó la funda de la escopeta de la espalda para poder abrir su camisa, y la dejó a su lado. Intenta dirigir su mano hacia la escopeta, ahora viéndola claramente. Pero en todo ese tiempo, la agente india ya había utilizado su agilidad a su favor. Era más rápida que el soldado herida, y ella tendría el primer movimiento.

Cuando creía que tenía todo bajo control, a pesar de haberle dicho que ella se encargaría de ponerse en contacto con él, el quejido del walkie incluso antes de que emitiera la voz de su compañero fue suficiente para saber que todo acababa de irse por la borda.

Aprovechó la ventaja que tenía tanto en la posición como en la herida que tenía el joven para que, cuando estiró la mano para coger la escopeta, agarrar su muñeca y hacerle una llave para inmovilizarlo.

No te he mentido en ningún momento.- Intentó apartar, si podía, la escopeta de una patada para alejarla.- Vine de turismo a la isla con mi marido, el mismo que ha hablado por Walkie.- Pensaba rápido con lo poco que tenía y, por suerte, por ahora la coartada que ambos habían construido parecía que le servía sin tener que añadir nuevos datos.- Paseábamos por la playa cuando llegamos a una especie de caseta, allí conocimos a Bob. Acogió a Jack, puede que te suene su nombre ya que tengo entendido que pasó la noche con vosotros.- Desconocía si sabía de la existencia del agente y, si así fuera, no podía descartar que también conociera que su “esposa” estaba con el grupo revolucionario.- Esta mañana vine a hablar con él cuando vimos los incendios. Intentamos ayudar y vimos a los piratas en la playa, mataron a Bob. Me dijo que viniera aquí para esconderme mientras él intentaba averiguar qué había pasado.- Apretó un poco la llave que lo apresaba. Posiblemente le haría daño, pero quería evitar que se moviera más de la cuenta.- Estamos en el mismo bando, ¿entiendes? Si quisiera matarte no te habría curado, así que cuando te tranquilices te soltaré.

"¿Me ha llamado McTaker?"
"Creia que le habia dado un nombre falso" pienso. Me preocupa que el Páter haya podido ir diciendole cosas ¿Quien sabe cuantas?

 En dos rápidos y ágiles movimientos, Zeta logra tanto inmovilizar al muchacho con una llave en su brazo como también alejar la escopeta de un manotazo. Toby intenta liberarse, pero el dolor que le provocaba su herida recién tratada así como la fuerza que tenía la agente india en los brazos le hicieron imposible zafarse de aquel aprisionamiento. Lo úncio que podía hacer era escuchar las cosas que tenía para decir la agente, al no tener refuerzos ni nadie que le pudiera ayudar en aquel pueblo. Y, conforme iba escuchando, la resistencia que ponía el muchacho era cada vez menor.

 La noticia de que su jefe en efecto había muerto era fura. Era algo que se esperaba, pero aún así le costaba escuchar. Rendido y con la sensación de que todo estaba perdido para él, Toby toma la decisión de confiar en Zaheera.

- Tu marido... él es el gigante con los lentes de sol, ¿no? Sí, él... él estaba con nosotros ayer. El plan de Bob era llevarlo hasta Los Bloques e introducirlo a Donna Wen. Ella es una de las comandantes de Peggy; es la que se encarga del trabajo y la recaudación. Pero ahora que todo mi escuadrón y Bob están... _Dios ^{¿por qué?}

 La explicación que daba el muchacho se transforman lentamente en sollozos. Si bien las perdidas civiles no habían sido tan devastadores, habían muerto fácilmente una dos decenas de guardias y recaudadores en aquel confrontamiento con los piratas. Todos compañeros de Toby.

- No... no me resistiré. Estoy tranquilo; puedes soltarme...

 Luego de hablar con Jones, Vladimir vuelve a hacer la guardia del campamento. Se encuentra en los alrededores del mismo, vigilando la espesa jungla cuyos colores oscuros apenas dejaban ver mucho más allá de cinco metros. En un momento en el cual se encontraba más cerca de la tienda en la cual estaban sus compañeros agentes, puede oír un poco de una conversación que McTaker estaba teniendo con el capitán pirata. La voz tosca y rasposa de aquel hombre era inconfundible; y las palabras que decía tampoco eran muy agradables al oído para el agente:

 Tú puedes llegar muy lejos con nosotros, McTaker... Bueno, será mejor que me vaya a dormir si quiero seguir saqueando mañana. McTaker, tienes que asegurarte de que aquel turista rubio no se pase de listo, ¿eh? No tengas miedo de cortarle la garganta si se quiere escapar. No me gusta estar tomando tantos prisioneros.

Al comprobar que el chico parecía entrar en razón, poco a poco fue aflojando la presión sobre su brazo hasta dejarlo por fin libre, apartándose de él un poco, rodeándolo aunque se mantuviera entre el arma y él.

Sí, el gigante. Puedes llamarle Jack.- Aprovechó que la tensión pasó para tomar aire mientras sentía su corazón desembocado. Sí, podía decirle que la adrenalina era una sensación asombrosa que activaba cada célula de tu cuerpo hasta el punto de hacer cosas que nunca creerías capaz, pero una vez el peligro aparente había pasado llegaba la conciencia, el saber que un fallo podría haberte matado.

Cogió la escopeta del suelo y la dejó sobre la primera mesa o superficie que encontrara, apoyándose después sobre ella para descansar.

¿Los bloques? ¿Es allí donde tenéis vuestra base? – Cogió el Walkie y lo dejó sobre su regazo aunque no lo activó, no todavía. Eso sí, lo apagó por si en ese lapsus de tiempo a sus compañeros le daba por volver a dar mensajes que pudieran comprometerla.- Necesitamos buscarte un sitio seguro donde puedas esconderte, aquí ahora mismo no creo que estés a salvo.- Se acordó de golpe en la mochila con el nombre de Bob, buscándola con la mirada para tenerla localizada. No sabía qué podía tener dentro.- ¿Tienes algún refugio cercano donde puedas esconderte?

 Toby se queda quieto mientras Zeta le deja ir, y solo atina a quedarse sentado en la mesa en la cual Zeta le había curado la herida. Las palabras de la agente parecían animar al muchacho hecho soldado, que sentía que no estaba completamente solo en aquel caos. Toby pensó sobre la posibilidad de quedarse en aquel pueblo, pero la presencia de los piratas le hacía tachar esa posibilidad (teniendo en cuenta que el muchacho no estaba al tanto de la llegada de La Agencia).

- Sí, en Los Bloques es en donde se encuentra la base de los recaudadores de la Isla Shuriken. Donna es la capitana que se encarga del trabajo y el dinero: es muy importante protegerla para que el régimen funcione. Quizá... quizá lo mejor sea que todos nos dirijamos allí; y podamos avisarle a Donna lo que está pasando.

 Al muchacho pareció que se le prendió un foco en la cabeza, pues rápidamente señaló a la mochila de Bob. Justamente la misma que Zaheera había querido ver desde el principio.

- En esa mochila están las pertenencias de Bob. Allí hay una carta de recomendación de Bob para... Jack. Si vamos a Los Bloques con ella, Jack y yo podremos reincorporarnos rápidamente a las líneas del régimen y acabar con estos piratas malnacidos.

De acuerdo.- Sentenció volviendo a encender el Walkie sin saber muy bien qué decir. No podía esconderse en una habitación para hablar tranquilamente con su compañero al temer que el chico escapara, la espiara, empezara a dudar o vete a saber qué otras opciones. Tenía que hacerlo delante.- Voy a llamar a Jack. Le gustará saber que Bob confiaba tanto en él.- Intentó sonreír pero apenas duró unos segundos, sintiendo una punzada de nervios al no saber qué pasaría al otro lado de la línea.

Tomó aire y carraspeó la garganta antes de apretar el botón, esperando que el hombre entendiera las indirectas.

[Jack, cariño, tu esposa tiene buenas noticias gracias a uno de tus amigos aquí presente. ¿Estás ocupado?]

Negativo, de hecho esperaba hablar contigo en breves. Pero cuéntame tú primero ¿qué has descubierto?

[Llegué al cuartel que me dijiste para refugiarme, el de Bob ¿recuerdas? Me encontré un chico herido por los piratas, Toby Soh. Ahora mismo te está escuchando así que puedes hablar con él si quieres decirle algo.

Hubo un breve silencio antes de continuar.

Casi creas un malentendido con tu llamada anterior, por suerte el chico te conoce y le expliqué la situación antes de que disparara. Ya sabe que fuimos a la playa para ayudar a Bob sin suerte, no llegamos a tiempo.

Otro silencio, esta vez más largo.

Me ha comentado que el plan de Bob era llevarte a “Los bloques” y presentarte a una tal Donna Wen, una de las comandantes de Peggy. Tengo aquí una carta de recomendación que te permitirá entrar, ¿no estás contento? Era lo que querías]

Entiendo... Pues voy a ir para allá entonces. Supongo que lo mío puede esperar, ya que es algo más personal e íntimo de una pareja, supongo que no querrás que no se enteren de nuestras intimidades conyugales los que anden por ahí ¿verdad?. - rió un poco y entonces suspiró. - Siento que haya habido tal malentendido y gracias por solucionarlo cariño.

 Jones sigue a través de la jungla, cruzando la espesa vegetación, hasta llegar lo que parecía un cuartel. O lo que quedaba de uno, por lo menos. Había signos de destrozos e incluso destrucción por incendios en las paredes; posiblemente por el ataque pirata. El edificio principal estaba prácticamente destruido, pero lo que se encontraba relativamente estable era el hangar que había detrás del mismo. El agente vio una luz proceder de aquel lugar, por lo que supuso que su compañera y aquel "amigo" del que hablo tendrían que ser allí dentro.

 El lugar estaba desordenado y lleno de cosas. No daba la impresión de ser un hangar de un cuartel. De hecho, las cosas que habían allí adentro eran tan variadas que no daba la impresión de ser nada en particular. Solo un hangar sucio. En él, Jack pudo encontrar a las dos personas por las cual había venido. Tanto Zeta como Toby estaban sentados en una mesa, aparentemente charlando amablemente. El muchacho mostraba tener una herida en el estómago, que fue tratada por Zaheera hace poco.