Partida Rol por web

-Conozco un hotelero, pero no puedo decir que sea de confianza.- Indicó Vladimir. -Se llama Vinnie, tenía un hotel en el puerto y al parecer distintos puntos de contacto en la isla para turistas; pero lo he visto hace una hora haciendo tratos con los piratas, y me ha reconocido, aunque como "Turrista".- Pensó un momento aquello. -Sería un riesgo presentarnos ante él sin estar seguros si Roni ya les habrá avisado de nuestro escape.-

Dudó luego unos momentos. -Quizás Sam pueda darnos alguna ayuda en ese caso, parece conocer las calles.- Sugirió, aquella chica era inteligente y astuta, a pesar de su edad, se veía que era una superviviente.

"Por mi parte, lo cierto es que estaba comunicandome con algunos de los civiles. Estaba... estaba... coordinando una rebelión"

"Pero Roni ha matado a mi buen amigo. A un contacto que quería liberar a su esposa. Ojalá al menos haya podido hacer algo por ella, pero se que le debo a Meyer"

 El Sr. Taba sonríe ante la proposición de Jones de brindar, pero amablemente rechaza la petaca y en cambio se prepara para retirarse. Era una buena noticia que él hubiera podido ponerse en contacto con aquel grupo, pero aún corría peligro estando en la intemperie de Los Bloques. Debía refugiarse.

 Sin embargo, se detiene cuando escuchó lo que dijo el agente Ivanov.

- ¿Vinnie Mahola? Estoy sorprendido... tienen contacto con uno de los empresarios hoteleros más destacados de la isla. Es un amigo mío como todos los grandes peces de este lugar, así que si quieren decirle que me conocen, pueden hacerlo. De todas formas, no corren peligro. Vinnie es un hombre neutral por naturaleza; jamás traicionaría a un cliente. Él estaría dispuesto a alquilarle un condo al propio Diablo, heheh...

  Dejando las bromas de lado, el político comenzó a caminar hacia la salida de la oficina, con su guardaespaldas siguiéndole. Antes de desparecer en la oscuridad, sin embargo, se dio vuelta para hablar por última vez con los agentes.

- Debo retirarme. Les comentaré a los niños el cambio en los negocios y mi iré. Respecto a lo demás... ustedes sabrán cómo lidiar con estos asuntos. Donna, Roni, coordinar rebeliones y levantamientos... yo no les voy a decir qué hacer. Pero es importante que sigan un camino contrario al de su compañero rebelde. No queremos más muertes en esta isla.

 Con eso, el dúo de hombres se retira de la oficina, dejando a los agentes solos para que determinen qué es lo que iban a hacer ahora. Lo que si sabían es que el cansancio les estaba empezando a jugar en contra y encontrar un lugar en el cual parar sería lo mejor.

Alzó los hombros al ver que le rechazaban la petaca, pero entonces sonrió. - Más para mí. - decía dando otro trago. Parecía que el agente ruso tenía contactos para pasar la noche, por lo que seguramente el americano podría ir con él. Sería raro que acompañaran a Zeta y a Jack, después de todo estaban tras la líneas enemigas y llamaría la atención que no pararan de entrar "nuevos reclutas".

Gracias por esta pequeña reunión y el trato que nos ha ofrecido. Por mi parte puede estar seguro que siempre que pueda, evitaré que muera nadie ¡me gusta dar de hostias, pero no partir cráneos! - miró hacia el suelo, recordando al pirata de abajo con el cual había tenido un duelo. Entonces volvió a alzar la mirada, determinado. - Aunque no siempre se puede evitar... No voy a dejar que me maten a mí o a alguno de los aquí presentes, aunque eso signifique arrebatarle la vida a otra persona. - decía muy serio el agente.

Parece que ya no queda mucho por hacer ¿volvemos? - preguntó mirando a su compañera, a la espera de una afirmativa por su parte.

Dejó que ambos se retiraran, despidiéndose con un educado gesto de cabeza antes de pararse ante sus compañeros. Parecía que Zeta quería tener un poco de “soledad” con respecto a ellos.

Espera Jack. Tenemos que llamar a la agencia, pero antes me gustaría preguntaros qué pasó en mi ausencia.- Volvió a buscar la mesa, sentándose sobre ella y cruzándose de piernas, descansando.- Escuché el disparo. Vi cómo os cargabais al pirata.- Se giró hacia Vlad, ya que él había sido quien tenía la pistola en la mano y apretó el gatillo, al menos desde la perspectiva que tenía.- Intuyo que os atacó.

 El Capitán, que hasta hace algunas horas se había mostrado muy hiperactivo tanto en la travesía por la selva como en las andanzas en la ciudad, ahora estaba descansando con tranquilidad contra una de las paredes del depósito. A su lado, estaba acostado el sub-capitán que seguía recuperándose de la paliza que le había propinado los "traidores".

 Cuando Henry escuchó la voz suave y misteriosa del cardenal, sus ojos se abrieron a los pocos segundos. La iniciativa de Roni no tuvo mucho éxito en sus oídos. Quizá Henry se había forzado demasiado a si mismo durante los últimos días y unas horas de descanso eran necesarias para él.

- Uhm... Stromboli... comprendo la preocupación, viejo lobo... pero no quisiera arruinar nuestro camino a la gloria por impaciencia y sed de sangre. Sé que tu, como yo, no puedes esperar para ver caer a los cerdos políticos y a los militares... pero hay que actuar con cautela. No quiero que esto termine como la última vez.

 Un poco de resentimiento interno se pudo notar en las últimas palabras de Henry; evidentemente perder Puerto Obikanui era una herida que seguía latente en el corazón del orgulloso pirata. Lo cual se podría argumentar, fue producto del accionar apresurado y demente de los piratas.

- Pero tienes razón respecto a los traidores... esas ratas podrían estar haciendo cualquier cosa allá afuera, incluso aliarse con los cerdos. Te propongo lo siguiente, ya que notó que no te hace falta el sueño tanto como a los demás: sal un rato y vigila la entrada trasera del depósito. Yo mandaré a otro pirata a vigilar la de adelante. Descansaremos un poco más y después... a la carga.

 Giuseppe obtuvo una de las dos opciones que quería obtener por parte del Capitán Dojo. Quizá no fuera la opción que más quería, pero aún así era algo positivo. Pudo salir un momento, sin levantar sospechas, para poder atender a la comunicación entrante que tenía en su walkie-talkie. Aunque quedaba en él responder aquel llamado. Tranquilamente se podía quedar vigilando el callejón nada más, haciendo lo fue mandado a hacer.

 El callejón era oscuro y estrecho, y no había una sola alma en aquel lugar más que la del cardenal (si bien se podría argumentar si ese hombre poseía alma). La noche era oscura, pero estaba en aquel punto en el cual se iba enclareciendo para dejar lugar a un amanecer suave. Pero todavía había oscuridad para rato.

Comprobando que no había nadie que lo estuviera vigilando, así como nadie que estuviera merodeando de forma sospechosa por el callejón, por los alrededores o incluso encima de los edificios cercanos o en los ventanales; como buen espía que era, este finalmente con un suspiro activaría el walkie-talkie para ver qué es lo que pasa.

-Que Dios os bendiga... -Comentó el hombre de Dios a la espera de una respuesta.

¿Os ha comido la lengua el gato? – Molesta al ver que no parecían querer decirle qué había pasado en su ausencia, la agente Rajah se apartó del grupo con el Walkie en la mano para poner la frecuencia de la Agencia y no perder más el tiempo.

Aquí la Agente Zaheera Rajah. Informo que el agente Giuseppe Roni ha traicionado a nuestra confianza aliándose con una parte enemiga y eliminando a civiles que nos servían como coartada o ayuda. Creemos que puede buscar una alianza con Peggy y no dudamos de que nos delatará si la ocasión se da.

Espero instrucciones.

Vladimir se llevó la mano a la barbilla y rascó de forma pensativa. No sabía hasta que punto aquel hotelero era alguien neutral, pero le daría el beneficio de la duda por lo del tabacalero. Recordaba que Vinnie no había sido muy amable con Jack cuando creyó que éste estaba relacionado con Peggy y sus hombres.

-Bien, McTaker, te vienes conmigo.- Más antes de decir mucho más, Zeta intervino. Lo cierto era que esa era la primera vez desde la reunión en la playa en que estaban los cuatro para poder conversar. El agente ruso se metió las manos en los bolsillos. -Esos dos piratas nos llevaban persiguiendo desde que logramos salir del rango de su jefe y de Roni. Nos vieron atacar al segundo al mando y se lanzaron tras nosotros. Al llegar aquí, uno de ellos reconoció a Jack.- Movió la cabeza en dirección del agente canadiense. -Al parecer nuestro compañero le dejó en vergüenza la última vez que se vieron, y quiso la revancha. Durante la pelea las cosas no pintaban bien y decidí intervenir, aunque Jack logró darle una última vuelta a su favor y venció al tipo.- Vladimir dudaba que el pirata hubiera resultado en un aliado luego de eso, incluso era posible que se hubiera suicidado de no haberle matado él.

-Me interesa saber también que ha pasado con ustedes estos días. Tengo entendido que habían logrado convencer a la gente de Peggy de ser marido y mujer, aunque Jack siendo el maltratador, ¿correcto?- Preguntó, haciendo memoria de la reunión en la playa. -Mientras Jack se hacía amigo de la gente de Peggy, a ti, Zeta, te contactaba la rebelión queriendo ayudarte por el maltrato. ¿Qué ocurrió entonces?-

Tuvimos complicaciones por el camino e improvisamos.- Parecía que había pasado demasiado tiempo desde que fingieron ese maltrato para entrar cada uno en uno de los bandos aunque apenas habían pasado unos días.

Jack se ganó el favor de Dong y yo el de la resistencia gracias a la historia de matrimonio que inventamos.- Miró a su compañero, sin saber si él tenía la misma sensación que lleva. Tanto, tanto tiempo…- Nos atraparon, a Selma y a mí, cuando sucedió el incendio en el puerto. Por suerte nuestro “custodio” era Jack y decidimos soltarla para ponerla a salvo, pidiéndole que se alejara.- Era la última vez que la vio y, si no sabía nada de ella, quería pensar que era porque estaba a salvo.

Fuimos a la playa, nos mantuvimos escondidos y vimos todo lo que ocurrió. Al ser Selma y Dong los únicos que sabían nuestra coartada de matrimonio “separado” decidimos permanecer juntos.- Habían tenido suerte, aunque uno de ellos muriera para no poder predicar lo sucedido.- Nos separamos para cubrir más terreno. Jack se quedó vigilando que no pasara nada más a la playa y yo me interné en la selva. Di con una especie de almacén con un chico del ejército de Peggy. Estaba herido y solo, habían matado a los suyos en el ataque en la playa.

Por suerte conocía a Jack. Fue él quien nos llevó a los bloques, porque tenía una carta recomendada de Dong hacia Jack por sus servicios… fue así como pudimos entrar y reunirnos con Donna. El resto ya lo sabéis.- En realidad ahora que lo pensaba, todo había sido un cúmulo de suerte que podía acabarse en cualquier momento.

 Ahora que estaban solos, los agentes se podían enfocar en comunicarse nuevamente con la Agencia para reportar nuevamente el accionar errático del cardenal. Desde el otro lado del walkie, se escuchó la voz de Nyala, que hasta el momento había sido la persona más pendiente de las quejas de los agentes respecto a sus compañeros. Sin embargo, las respuestas o instrucciones que podía dar aquella mujer no diferían mucho de las instrucciones que habían recibido antes de comenzar la misión.

Nyala: Civiles muertos... más civiles muertos... oh, Dios santo... Este hombre, el agente Roni, está realmente desquiciado. No tendríamos que haberlo convocado para esta misión, ahora me queda más que claro. Yo concuerdo con ustedes en ese sentido, agentes, pero... ya saben cuáles fueron las instrucciones de Maverick: nosotros confiamos en su criterio y en lo que ustedes decidan hacer. Tienen libertad de operación en esta misión; es parte de nuestra clausula de no intervención.

 Se podía escuchar la respiración angustiada de la Encargada de Comunicaciones de la Agencia, que evidentemente estaba tan en contra del accionar del cardenal como los agentes.

Nyala: Totonaco ha estado intentado contactarse con Roni de vez en cuando para intentar hacerle cambiar de camino, pero sus esfuerzos no han logrado mucho. Yo no quiero decirles que hacer pero, tal como dijo William, si ustedes creen que la misión iría mejor si la constante intervención del agente Roni... podrían... ¿capturarlo y obligarlo a renunciar a la misión? Una vez que hagan eso, nosotros nos encargaremos de llevárnoslo lejos.

 Una gritos se escuchan a través de la trasmisión, gritos que llamaban a Nyala. La mujer tenía que ocuparse de algo y la comunicación se tenía que cortar.

Nyala: Tengo que irme. Nos veremos pronto, agentes... quizá más temprano que tarde.

 La trasmisión termina, con una Nyala alterada cortando la llamada abrúptamente. Las palabras de aquella mujer no daban ninguna solución fácil a los agentes respecto a la situación de Roni. En efecto, el agente religioso había realizado acciones repudiables que nadie en la Agencia defendería, pero la incapacidad de actuar sobre los agentes impedía que pudieran hacer algo. Eran solo los otros cuatro agentes los que podían poner fin a las incursiones de su compañero desacatado.

 Siendo corridos por el tiempo y viendo que la noche no duraría para siempre, los agentes deciden dejar la oficina para volver al piso inferior bajando por el elevador. En sus mentes, pasaban miles de pensamientos. Pero lo que más apremiaba era el cansancio que tenían y la necesidad de encontrar un lugar en el cual descansar.

 Al llegar a la planta baja de la fábrica, los agentes se encontraron con una imagen similar a la que habían dejado detrás. Los tres huérfanos, atentos como búhos, sentados sobre el maniatado pirata Danny que había sido aprisionado por McTaker. El monito, exhausto por las constantes muestras de afectos y caricias, en las manos del niño fumador Pip, que quizá había encontrado un reemplazo para sus cigarrillos en aquel animal. El otro niño, Ollie, visiblemente nervioso y alerta, más preocupado por la situación que su hermanito. Y finalmente, Sam, la chica que había pasado por todo el calvario de ser prisionera de los piratas.

 Al ver a los agentes bajar del ascensor, la chica se apresura a caminar hacia ellos. El pirata estaba tan cansado y desalentado por la situación, que ni se esforzó a intentar zafarse ahora que tenía menos peso sobre él. Sam miró a los cuatro agentes, pero enfocó su atención principalmente en Ivanov.

- El Sr. Taba nos ha dicho cuáles son las nuevas reglas... no necesitamos vender más cigarrillos, por ahora. Y el tipo alto que cuida al Sr. Taba nos va a seguir dando dinero y comida. Nosotros nos mantendremos escondidos mientras tanto, pero no es difícil pasar desapercibido para nosotros. Estaremos bien...

 La respiración de la muchacha se entrecorta y sus ojos se abrillantan. Aquel trato que los agentes habían hecho con el Sr. Taba no solo acercaba a Jones y a Zaheera al régimen, sino que le sacaba un gran peso de encima a Sam, que hasta el momento había sido la responsable de proveer para sus hermanos a través de la venta de cigarrillos.

- Gracias. Realmente, gracias por todo lo que están haciendo...

 Con una vistazo sorprendentemente sagaz para los ojos con cataratas del cardenal Roni, el mismo pudo determinar que no había una sola persona merodeando o espiando en aquel callejón. Estaba en completa libertad para hablar y decir cualquier cosa que quisiera sin repercusiones: y hacer cosas sin repercusiones era un de las actividades favoritas del agente del Vaticano. Se decidió entonces a contestar la llamada que recibía en el walkie, y él que quería hablar con él se reveló como, quizá, la última persona a la que Roni pensó que iba a escuchar.

Totonaco: Agente Roni, ¿me escucha?... perfecto. Disculpe que me contacte con usted a tan avanzada hora de la noche. Entenderá que no hubo muchos momentos para hablar con usted dado su... ajetreado día con los piratas, ¿sabe?

 Solo unas cuantas palabras y el cardenal ya podía predecir de qué iba a tratar la charla que aquel oficial de la Agencia quería tener con él. La Agencia había dado una completa libertad de accionar a los agentes respecto a qué métodos utilizar para recaudar información y recuperar la isla. Pero era evidente que mucha gente estaba en desacuerdo con la metodología del agente Roni.

Totonaco: Me he... enterado de la muerte del camarógrafo americano Roger Meyer a través de las trasmisiones del gobierno de Peggy. Según sus compañeros agentes, usted tuvo algo que ver. Noble hombre, dígame... ¿acaso usted no puede elegir un camino más pacífico con el cual encarar esta misión? Los piratas, las ejecuciones... son cosas aberrantes que debería evitar, ¿no es así?

El agente soviético asintió a la historia que contaba Zaahera. La cosas no habían sido sencillas para ninguno de los bandos, pero al menos ya volvían a tener contacto entre ellos y esperaba que las cosas continuaran de ese modo. Zeta se encargó de hacer la comunicación con la agencia, mientras el resto se limitó a escuchar.

Desde el principio sabían que estaban solos en esto, pero Vladimir no entendía por qué la Agencia no se hacía cargo del mismo problema que ellos habían creado al haber traído a Roni a aquel lugar. Aún cuando apreciaba la sugerencia de Nyala, sólo podía pensar en dejar aquella situación en segundo plano, y enfocarse en Peggy, como habían pensando en el principio. Eso si, en ese momento decidió que si llegaba a tener al pater en punto de mira, no dudaría en volarle los sesos. La agencia podría simplemente decir que había sido daño colateral.

Era momento de separarse de nuevo. Ivanov miró a la joven Sam con media sonrisa. -Sólo hacemos nuestro trabajo.- Dijo, con un asentimiento. Aquella niña había sido muy valiente desde el principio, todo lo que hacía por sus hermanos era admirable. -Es mejor que se vayan ahora y se reúnan con el resto. Nosotros decidiremos que hacer con Danny el pirata. ¿Ideas?- Preguntó al resto de sus compañerod. Dudó un momento, y se dirigió hacia Sam. -Hm, una cosa más.- Le hizo una seña a la chica para alejarla del pirata y le preguntó por lo bajo. -¿Sabes cómo podemos dar con Vinnie Mahola en esta ciudad?-

El Hombre de Dios sabía que su posición con los piratas no era del todo bien vista por sus compañeros, algo que habían dejado claro aquellos dos que decidieron abandonarle, traicionar a los piratas y atacarles, dejándole solo ante la posible ira de los piratas; aún así, esta postura que los otros agentes tenían con los piratas lo dejaron ver de forma indirecta, mientras que aquella llamada se oponía de forma directa.

-Mi trabajo es hacer que el Régimen caiga. -Indicó con sobriedad- Y prefiero dejar de lado a la población civil cuanto sea necesario. Ante la falta de efectivos y armas para destronar a la Líder, los Piratas son la mejor opción para eliminar las fuerzas enemigas sin tener que poner a la población civil en riesgo.

La moralidad de Giuseppe era algo extraño, no tenía ningún miedo a sacrificar a uno o dos individuos, mucho menos las matanzas y asesinatos hechos por los piratas para completar este fin... Pero aún con todo, no le atraía en absoluto la idea de que fuera el pueblo el que se alzara y fuera el pueblo el que sufriera la ira del ejército de Peggy. Si podía usar a los Piratas para tomar las zonas y debilitar al régimen, luego será mucho más sencillo acabar con el bando debilitado que quede. Todo sin poner en primera línea de batalla a los civiles.

-Una revolución civil traerá ejecuciones. -Indicó sin vacilar- Y el propio ejército de Peggy también las hace... _{probablemente}... Los Piratas no es el mal mayor, sino la herramienta necesaria para tirar el Régimen y salvar a la mayor población civil de la isla. Mis métodos pueden parecer crueles o violentos. Pero al igual que un cirujano corta la piel del enfermo para sanarlo; los Piratas son el bisturí para extirpar el cáncer que es el Régimen. Corto y Cierro.

Roni apaga la radio.

Como podéis ver, estoy en todos los frega'os. - comentaba ya algo achispadillo el agente al ver que su compañera Zeta lo nombró un par de veces en su historia, pero tras escuchar la voz de Nyala se serenó. - Roni no pierde el tiempo... Nosotros tampoco deberíamos perderlo. - comentó con una mueca de disgusto.

Al bajar por el ascensor, tuvo que poner una mejor cara al reunirse con los niños, aunque de manera algo forzada. - ¡Nosotros nos encargamos de todo! ¡Pronto nunca más tendréis que vender cigarrilos y podréis tener la infancia que os merecéis! - dijo dando un par de palmadas en su propia panza. - Confiad en nosotros.

Faltaba decidir que hacer con el pirata que tenían entre manos... Y la verdad es que Jack ya tenía una opinión. - Si lo entregamos a Peggy lo ejecutarán y si lo dejamos suelto puede que nos delate... No me fio mucho de él, antes nos la ha liado ya un par de veces, no sé si confiar en el plan que ha propuesto... - miró a Zeta, a la que consideraba la más inteligente del lugar. - ¿Crees que nos ayudará a espiar?

Nuestra situación ya está lo suficientemente comprometida como para seguir arriesgándonos.- Podían llamarla paranoica si querían, pero teniendo en cuenta que acababan de hablar sobre un supuesto compañero de misión que los había traicionado, no le gustaba la idea de tener que fiarse de un pirata que quería matarlos, aunque fuera bajo órdenes o coacción. Seguía siendo peligroso y la veleta de su voluntad podía variar de un lado a otro.- Si no podemos dejarle suelto, y evidentemente no vamos a matarle, lo mejor será que le mantengamos prisionero hasta que hayamos acabado con el trabajo. Después podrá irse.- Al menos es lo que haría ella, además de querer ahorrarse así un problema. Ya tenían para elegir.

Entonces queda todo dicho.- Y de nuevo otra separación que no sabía a qué puntos les llevaría. En el fondo le gustaría seguir permaneciendo todos juntos en vez de separados en puntos de la isla, vigilando el lugar y asegurándose de que no les pasara nada…. Pero también estaba la sombra de la duda sobre Roni. Él había estado al lado de Roni y ahora, de alguna forma, desconfiaba de sus verdaderas intenciones. No quería marcharse para enterarse horas después que habían vendido a Ivanov en su ausencia.

Jack, creo que lo mejor será que esperemos. Puede que sospechen si llegamos tan pronto.- Se giró hacia Sam, la chica que de alguna forma parecía estar metida en todo el embrollo con una media sonrisa.- Podemos buscar todos un lugar, aprovechar la noche para descansar. Además, me gustaría hablar con ella y con nuestro pirata particular. Antes de que salga el sol partiremos a los bloques, así nos aseguramos de que no envían a nadie a por ellos y que nadie vende en esta zona.