Partida Rol por web

Escape de la Isla de la Muerte

Escena V: Bandolero in Castilla (Lope de Serralbes)

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20/03/2017, 23:49
NAVEGANTE

Era invierno y los picos y cañones de la Sierra de Hierro, la única cadena montañosa de Castilla, estaban siendo asaltados de nuevo por una furiosa tormenta. La fría lluvia caía a raudales como una continua cortina de agua entre los frondosas montañas de la provincia Gallegos.

Por el encrespado camino de cabras subían varios hombres empapados a los lomos de unos asnos. El agua formaba pequeños torrentes por la ladera arrastrando tierra y piedras. Ningún otro animal podría ascender por aquél sendero con un paso tan firme teniendo jinetes a sus espaldas.

Sebastián Montefiel, más conocido como el León de la Sierra controlaba perfectamente la situación desde la entrada de la caverna. Si algo se torcía, sus hombres lanzarían a los visitantes unas grandes piedras cuesta abajo, y a más de uno le abrirían el melón. Más pena le darían los asnos, pobrecicos animales.

Aquella gruta, invisible a ojos ajenos había sido su refugio durante la última temporada. Como bandoleros que eran nunca permanecían mucho en un mismo sitio, claro, pero aquél refugio apartado le gustaba a Montefiel y ya lo había usado en el pasado más de una vez.

En su interior las paredes rocosas eran una galería perfecta para aquellas toscas ilustraciones (que no torpes) que la poblaban. En ella se apreciaban las siluetas de hombres y animales pero la escena más llamativa sin duda era la que representaba la caza de bestias salvajes por parte de aquellas figuras humanas.

Uno de los hombres del León de la Sierra tenía un hijo letrado y este la había dicho a su padre que esas imágenes en ciertas cavernas de Gallegos fueron pintadas por hombres de tiempos antiguos con sangre grasa y ceniza cuando el mundo era joven y el hombre no sabía ni leer ni escribir ni falta que le hacía.

Sebastián no sabía si eso era cierto, pero esas ilustraciones le daban cierta paz en el alma. Un extraño sosiego al contemplarlas a la luz de una antorcha y por ello regresaba a aquél lugar una y otra vez preguntándose siempre cuan distinto sería él de esos hombres de lejanos tiempos.

 

Sebastián volvió a centrarse en el momento actual y reconoció en la cabecera de la comitiva a Eusebio “el Paradito”, que de "Paradito" nada. Al divisar al León de la Sierra, Eusebio saludó con la seña convenida. Junto a Sebastián estaba Juan de Utrera, un amigo y socio de Lope de toda la vida, asintió hacia el Montefiel como para confirmarle que efectivamente aquél que se acercaba cuesta arriba era el Eusebio.

A Sebastián le parecía que “El Paradito”, que apenas llegaba a la treintena, era aún muy joven y tenía mucho que aprender del oficio. A Sebastián no le agradaba nada asociarse con él y sus hombres, pero a Sebastián no le quedaban demasiadas alternativas, pues no es que él estuviera tampoco en su mejor momento. El año estaba pronto iba a acabar y la banda no había dado ni un golpe bueno a lo largo del mismo y, si se apuraba, ni del anterior. Y los hombres que ahora aún le seguían habían tenido mejores días. El que no tenía un achaque pintaba canas.

Juan de Utrera, que conocía a Montefiel de tantos años, leyó la mente apesadumbrada de Lope: -Que no le des más vueltas Montefiel. Que las cosas están como están, y hay que sacar dinero de onde séa. ¿Hace cuanto no te llevas pellejo de buen vino o jamón a la boca? Pues eso.- Para intentar animarle añadió: -Que además el Eusebio ma dicho que de esto podemos sacar unos buenos dineros. Pa un año entero toda la banda o más. -

A medida que se siseaban por el camino de cabras acercándose a la entrada de la caverna el León reconoció a los muchachos del Eusebio. Muy jóvenes. Alguno no tenía ni dieciséis años.

Qué panorama. Una panda de viejos y de críos formando piña para asaltar caminos.

Sin embargo, había una figura que Seabstián no reconoció cabalgando tras Eusebio. Este era un individuo moreno y de pelo largo; de rasgos afilados y tez morena al que no conocía.

Sebastián miró a Juan interrogante y al ver su mirada este respondió:

-Ese debe ser el nuevo socio del Eusebio. Es el que le sopló la información del golpe que nus va a facer ricos a toos.-

El susodicho era mucho mayor que Eusebio, sin duda. Pasaba de los cuarenta, aunque ni de lejos tenía la edad de Sebasdtián.

Parecía un rural, eso sí, y que tenía pinta de zorro, eso sin duda.

 

No hablaron mucho a la entrada, salvo unos cabeceos de reconocimiento. Pasaron todos para dentro y allí había una fogata con los hombres del León de la Sierra alrededor: El Lucrecio, Antonio el Pintamonas, Bernardo Zambo, Torito... A todos ellos les faltaba uno o más dientes.

Eusebio "el Paradito", sus chavales y el tipo con pinta de zorro entraron sin mucho miramiento y se sentaron al abrigo del fuego para secarse, tiritando. El tipo con pinta de zorro en cambio se quedó de pié, mirando interesado las imágenes de la caverna. Precisamente la que representaba a un hombre con los brazos en alto frente a un fuego alto, alargado, antinatural.

-Aquí se celebraron akelarres.- Indicó el recién llegado.- Los brujos y hechiceros realizaban festejos en honor a Legión.-

Sebastián vio de reojo santiguarse al “Beato” uno de los chicos de Eusebio que según decía había sido monaguillo hasta que escapó con el cepillo de la iglesia.

-Menos cháchara y vamos a lo que vamos.- Cortó el Eusebio, el mayor de entre los suyos pero un mozalbete al lado del resto de los presentes. Eso si, con más cojones que cerebro. Miró a Sebastián Montefiel, el León de la Sierra: -Ma´ dicho el Utrera que nadie mejor que tú conoce el Paso de Fermín...- Ciertamente, Sebastián conocía bien ese cañón. Era una ruta contrabandista entre Castilla y Vodacce que cruzaba la Sierra del Hierro bastante al norte de donde estaban, ya en la provincia Soldano. Nadie salvo los locos la usaban porque por un lado sólo había muro y por el otro una caída a peñasco hasta la muerte.- ...y sabemos que por ahí va a viajar alguien mu importante en carrozera, pero má importante aún, que su eceencia va a viajá con mucho oro y plata en un cofre.-

Seabstián sabía que aquello era una locura. En esa época el paso estaba helado ¿Por qué alguien viajaría en invierno cerrado por ahí? Lo cierto es que la única razón para hacerlo es que tuviera mucha prisa, pues lo bueno es que el paso de Fermín era el más rápido y directo entre Castilla y Vodacce. Y letal de cojones. Y más en invierno.

-Eso es mu peligroso en esta época, incluso pa nosotros. Eso está congeláo- Dijo Juan de Utrera -Un resbalón y fiuuuuuu, pa bajo. Y de ahí no te salva ni Théus ¿No es verdá, León?- Era una pregunta retórica.

El hombre misterioso se giró hacia el de Utrera y con gesto directo le respondió: - Con lo que saquen de este asalto todos ustedes y sus familias podrán vivir cinco años. - Los ojos de algunos de los presentes se iluminaron. -Eso se los garantizo... - Aquél hombre tenía un gesto rural, como los presentes, pero había algo más en él que Sebastián no lograba percibir, una especie de importancia que hacía que los presentes se pararan a escucharle atentamente. - ...pero no será fácil. Hay escolta, y no son de esa clase de hombres que saldrán corriendo asustados, no. Opondrán resistencia y lucharán como leones. Si quieren lo que llevan van a tener que matarlos.-

Aquello sonó siniestro, pero aquellos jóvenes y viejos necesitaban dinero. Desesperadamente. El desconocido se giró hacia Sebastián: - Por lo que me han dicho en todas partes, USTED, el León de la Sierra, fue el mejor. Una leyenda. Y conoce estas montañas mejor que nadie. Si eso es cierto, con su liderazgo y en un punto tan estratégico como ese paso podremos conseguir todo lo que nos propongamos.-

-Un momento, un momento.- Interrumpió Eusebio "el Paradito" al desconocido. - Que yo aquí pensaba que el que mandaba en esto iba a ser yo, que paeso le he traido hasta aquí.-

El desconocido le respondió: -No creo que usted sea el hombre adecuado para liderar este asalto conjunto, joven.-

El Eusebio frunció el ceño. Montefiel le conocía bien y sabía que se le estaba calentando la sangre.. El Eusebio tenía muy mala idea cuando le tocaban la fibra sensible, uséase, el orgullo. Y en un segundo podía volverse más peligroso que un mono con un trabuco, sacarte la navaja del tamaño un antebraso y abrirte una boca nueva entre la garganta y el ombligo.

 

Notas de juego

*Post Re-Editado*

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29/03/2017, 00:18
Sebastián Montefiel

Poco le importa a Sebastián [1] la tormenta en la Sierra de Hierro. Conoce estas montañas como si llevara en ellas desde los tiempos de Numa, pateándoselas, usándolas como su escondite, su patio de juegos, su arma, sus aliadas. Ha dormido en tantas de sus cuevas que ha perdido la cuenta, literalmente: en una ocasión, descubrió una cueva perfecta que le pareció inexplorada, pero se equivocó, pues dentro había restos de una presencia anterior. Investigándolos, descubrió el colgante que había olvidado en el lugar quince años atrás.

La cueva en la que ahora se encuentra es diferente: no podría confundirla jamás. Sus dibujos a veces le reconfortan, y a veces le ponen filosófico, aunque él jamás usaría esa palabra, pues no la conoce. Otras veces le ponen melancólico, y piensa en como las vidas -la de los hombres que los pintaron, la suya- son chispazos en la noche. Piensa en lo que pudo hacer y no hizo, y en lo que hizo y podría no haber hecho. O en lo bien que le vendría otro trago.

Aún así, en los últimos treinta y dos años no ha habido uno en el que Sebastián no pisara la cueva. Esta vez, la estancia se alarga ya varios años y le acompañan sus hombres, una recua de pobres diablos demasiado viejos para cambiar de vida. Al único al que considera un amigo, o algo parecido, es al de Utrera, al que conoció cuando éste aún tenía pelo. Es uno de los pocos en el mundo que conocen su nombre: los demás le llaman «León». Es suficiente, más ahora que Sebastián comienza a estar cansado de tanta compañía.

Pero al menos estos hombres le causan cierta simpatía… No como el Paradito. No es que el chaval sea una alimaña ambiciosa, desleal y demasiado pagada de sí misma: Sebastián también lo es (o lo era, pues ya no tiene la ambición de antaño y a veces duda). Lo que no le gusta del chaval es que sea un sanguinario, un estúpido, un insoportable… Es decir: joven. En otras épocas, Sebastián ya le habría enterrado bajo las rocas sólo por eso, pero últimamente se siente demasiado viejo como para que algo le importe seriamente.

Mientras observa al Eusebio y a sus hombres subir, Sebastián se concentra en el hombre desconocido. Su presencia es esperada, pero por mucho que ha preguntado, no ha conseguido saber nada de él. No se fía: no sería el primer hombre del rey que trata de capturarle con trampas. Tampoco el primero al que mataría, llegado el caso.

Cuando una vez en la cueva el hombre comenta los dibujos, a Sebastián le saltan todas las alarmas: si el tipo es un rústico, él es el sultán del Imperio de la Luna Creciente. Siente la tentación de echar mano al acero, pero se contiene: si el Paradito lo nota, la cosa acabará en un sindiós. Sebastián no pierde de vista al desconocido, pero trata de atender a las palabras del joven bandido: que si el Paso de Fermín, que si un carruaje, y un cofre, y oro. Mientras Utrera contesta por él, la imagen de alguien con prisa por ir a Vodacce y las pintas del desconocido hacen que se haga preguntas.

La posibilidad de tener que matar no amilana a Sebastián, pero apenas tiene tiempo de pensar en eso, cuando el tipo zorruno suelta la bomba. «¿Qué pretende? ¿Quiere que el Paradito se vuelva loco y aquí se forme la de la Dama Juana[2]. Si las sospechas de antes no eran suficientes, ahora Sebastián no piensa ignorarlas. Y además tiene que calmar al chico.

Cálmate, Paradito [3] —indica Sebastián, sin sorna pero tajante, muy serio, sin dejar de mirar al desconocido—. Que si algo me han'señao [4] los años que llevo a cuestas es saber cuándo alguien trata de calentarme los cascos, a mí o a quien sea... y me da a mí que aquí el amigo no quiere otra cosa más que nos pelemos. —El viejo bandolero no deja de mirar muy serio al desconocido.— ¿Quién cojones es usté, cómo sabe lo que sabe y qué saca usté d'esto?

Notas de juego

[1] Fíjate que «Lope de Serralbes» era un nombre falso que mi personaje se inventó y dio al subir al barco. Como indiqué en la ficha al principio, en realidad se llama Sebastián (Montefiel, aunque no usa su apellido) y la práctica totalidad de aquellos que saben de él simplemente le llaman «León», «el León» o «el León de la Sierra».
[2] Expresión inventadérrima con explicación intra-ambientación que por ahora desconozco.
[3] Llamo al Paradito como supongo que le gusta que le llamen, porque me sonaba raro llamarle Eusebio.
[4] Estreno acento con Sebastián/Lope/León, ahora que por fin habla en la lengua de Castilla.

Quiero tirar para saber qué puede intuir mi personaje sobre las verdaderas intenciones del desconocido (si fallo, gasto drama por Intelecto/Un zorro con el culo pelao) y luego para camelarme al Paradito y que se fíe de mí. ¿Qué tiro?

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03/04/2017, 10:31
NAVEGANTE

Tras las palabras de Sebastián hubo un momento tenso en el interior de la gruta. Se produjo el silencio entre los presentes. La inquietud de los mismos se palpaba en el aire. Al fin y al cabo todos, menos el desconocido, conocían bien el carácter de El Paradito y del León.

Así que enmudecieron, mirándose a los ojos con temor e inquietud, sabiendo que en cualquier momento se podía armar, bueno, "la de la Dama Juana" como bien había definido Montefiel.

Las llamas de la fogata iluminaban a o ensombrecian alternativamente los rostros de los bandidos. Rostros con gesto de preocupación y amenaza. Alguna mano se iba ya en dirección a la navaja o el trabuco sólo por si acaso.

 

Notas de juego

Edité el post anterior teniendo en cuenta tus indicaciones. Para serte sincero hasta ahora pensaba que el verdadero nombre de tu personaje era Lope de Serralbes. Pero partir de ahora tendré bien presente su verdadero nombre y seudónimo, así como el nombre falso que ha dado a sus compañeros en la Isla de la Muerte.

Para que Eusebio el Paradito se relaje, haz una tirada de (Voluntad+Interacción) de Dificultad 16.

Para intentar dilucidar cuales son las intenciones de este deconocido haz una tirada de (Intelecto+Interacción) de Dificultad 20.

El tipo responderá a Sebastián tras las tiradas.

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05/04/2017, 21:04
Sebastián Montefiel

Sebastián perfectamente consciente de lo que acaba de poner sobre el tapete, de que acaba de repartir los naipes para una desgracia. Ahora debería estar alerta al más mínimo movimiento, pero confía en los hombres que le acompañan, en su aceptable lealtad y en su experiencia, y por esa concentra todos sus sentidos en aquel desconocido que ni se ha presentado. Necesita saber si aquel hombre oculta una trampa o sólo lo parece.

Por otro lado, está el Paradito: el León no pondría la mano en el fuego por que el Paradito no vaya a hacer alguna tontería, pero no le cree capaz de una jugarreta tan sucia como aliarse con un cazador de bandidos, y está seguro de que se pondrá de su parte si descubre que el desconocido le ha engañado.

No mueve un músculo, ni para acercar la mano al puñal. No quiere parecer débil e inseguro, ni quiere detonar el polvorín. 

- Tiradas (3)

Motivo: Voluntad + Interacción

Dificultad: 16

Habilidad: 6+7

Tirada: 3 6 8

Total: 6 +6 +7 = 19 Éxito

Motivo: Intelecto + Interacción

Dificultad: 20

Habilidad: 5+7

Tirada: 3 5 10

Total: 5 +5 +7 = 17 Fracaso

Motivo: Reptir dos dados (5 y 5)

Tirada: 2d10

Resultado: 8, 6 (Suma: 14)

Notas de juego

Gasto 1 punto de Drama por "Un zorro con el culo pelao" (Intelecto), pero nada.

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06/04/2017, 21:50
NAVEGANTE

Notas de juego

Gasto 1 punto de Drama por "Un zorro con el culo pelao" (Intelecto), pero nada.

No. A ver.

Veamos. Gastas punto de Drama para repetir los dados de resultado 3 y 5 (y el dado en el que ha sacado 10 te lo quedas).

Te salen ahora en la nueva tirada : 6, 8. Y además mantienes el 10 que has guardado de antes, ¿no?

Así que tu nueva tirada es (6, 8, 10).

Y COMO HAS GASTADO UN DADO DE DRAMA te puedes quedar con el resultado M (Mayor) de la tirada en vez de con el dado C (Central). Uséase con el 10.

Entonces:

10 (resultado de la tirada de dados) + 5 (Intelecto) + 7 (Interacción) = 22

Dificultad 20, ergo sacas la tirada.  

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06/04/2017, 22:00
Director

Notas de juego

Luego sigo.

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08/04/2017, 01:49
Eusebio "El Paradito"

Hubo un momento en el que Eusebio apretó los dientes. Pero Lope se percató que "El Paradito" estaba más iracundo en sí contra el desconocido y por sus palabras que por el propio Lope. 

Por ello, las palabras de Sebastián parecieron sosegar a Eusebio, que apartó su mirada fija en el desconocido para trasladarla a Sebastián:

-Ja, ja, ja. ¡Viejo zorro! Pos esta vez lo voy a dejar pasar.- Bajó la mano y mostró un gesto más afable: -Que si El León conoice mejor el Paso de Fermín, pos que nos dirija a todos. Que ya veremos allí quién es mejor bandolero y saja más cuellos.- Por ahora el lobezno había vuelto al redil, pero El León tendría que estar alerta.

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08/04/2017, 02:01
Belasco

El desconocido se volvió entonces con calma para responder a Sebastián.

-Mi nombre es Belasco y estoy aquí por aquél que llaman El León de la Sierra, del que tanto he oído hablar- Hizo un alto antes de explicarse: -Llevo tiempo en Zepeda haciendo pagar al invasor montaigne su osadía. Pero ahora he dejado aparcada esa tarea porque tengo una deuda, una deuda pendiente desde hace años, y he esperado pacientemente durante todo este tiempo hasta que llegara la hora de saldarla. Y esa hora ha llegado. -

-Hay un hombre muy importante, un vodaccio, en esa caravana que vamos a asaltar. No me interesa nada más de la misma. Pueden tomar todo lo demás, pero ese hombre es mio y sólo mío. Eso es lo que busco. No se interpongan.- Estaba claro que el tal Belasco debía tener una desavenencia de algún tipo con el vodaccio ese.

-Pero necesito vuestra ayuda para llegar hasta él. La ayuda de El León y de otros hombres valientes. Sin ella, me sería imposible. Supongo que los objetos de valor que llevan esos hombres bastarán para compensaros por vuestro esfuerzo...- Parecía sincero a este respecto. -...así que me pregunto si El León de la Sierra está dispuesto a hacer un buen trato por un buen dinero. Ambos salimos ganando.-

-¿Cómo sé lo que se? Se lo diré: Soy sacerdote Vaticinio, y ese hombre que busco es un alto cargo de la iglesia en vodacce. Pero ya he dicho demasiado y no necesitan saber nada más. - Debía ser un sacerdote muy extraño para haberse dedicado a combatir al invasor montaigne y querer asaltar a otro miembro de la iglesia. Este tipo algo ocultaba y se callaba, eso seguro.

-Bien. Como dije, conseguirán suficiente dinero para que puedan vivir ustedes una buena temporada. Pero si no les gusta mi propuesta, pues cada uno por su lado.-

Miró atentamente a Eusebio y a Sebastián en espera de una respuesta.

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08/04/2017, 02:23
Eusebio "El Paradito"

-Si hay dinero, por mi bien y toos contentos. Pero como no lo haya, haré que se arrepienta.- Respondió al tal Belasco.

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08/04/2017, 02:28
NAVEGANTE

Juan de Utrera se giró para mirar a el León de la Sierra.

-Asaltar y robar a la iglesia. No me gusta. Mala cosa León.-

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08/04/2017, 19:14
Sebastián Montefiel

Con discreción, Sebastián respira aliviado cuando ve que el Paradito se relaja e incluso ríe. Sebastián le sonríe de vuelta, como si le hicieran gracia las tonterías que dice el chaval. Ha conseguido manejar la situación, pero se mantendrá alerta.

El desconocido que se ha presentado como «Belasco» ya es harina de otro costal: un patriota y un clérigo, y encima le mueve la venganza. Mala cosa: por amor a la patria, fe y venganza se pueden hacer todas las tonterías. Será impredecible y actuará estúpidamente, en contra de su instinto. Sebastián no necesita que el de Utrera le desaconseje el trabajo: no le gusta atacar a la Iglesia, pero menos atacar a alguien poderoso. Después de aquello, los hombres de la Inquisición se les echarán encima como lobos. Si hacen el trabajo y sobreviven, es probable que tengan que desaparecer por un tiempo.

...pero necesita ese trabajo. Todos lo necesitan. Sebastián hace un gesto hacia el de Utrera para pedirle silencio. Tendrá que hablar con él luego, aunque cree que le entenderá. Él ya ha aceptado el trabajo.

Hay algunos lugares del paso que pue'n servirnos bien, pero va a ser difícil la cosa —suelta el León, que aborrece andarse con rodeos—. No podemos llegar a eses sitios por el propio paso, porque dejaríamos mucha güella. Y eso pa' empezar.

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10/04/2017, 11:22
NAVEGANTE

Hubo un asentinimiento general a sus palabras. Parecía que por ahora las cosas se habían calmado y que, al menos por el momento, todos los presentes dejaban las cosas en las experimentadas manos de El león de la Sierra.

Al fin algo bueno para empezar.

Notas de juego

Haz una tirad de (Intelecto + Profesión [asaltador de caminos]) y según el resultado de la misma Lope sabrá de diferentes localizaciones en el paso para poder realizar un asalto y las diferentes características o beneficios que puede proporcionar cada una de ellas de cara a dar el golpe.

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10/04/2017, 17:47
Sebastián Montefiel
- Tiradas (1)

Motivo: Intelecto + Profesión

Dificultad: 0

Habilidad: 5+8

Tirada: 1 6 10

Total: 6 +5 +8 = 19 Éxito

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11/04/2017, 14:54
NAVEGANTE

En la parte más cercana a Vodacce se encontraba el puente de Polottio. El paso estaba allí aún en una zona no demasiado escarpada. A pesar de ello, se construyó un puente de piedra en tiempos de Numa por parte de un invasor bárbaro que quiso utilizar elefantes para derrotar a una aún temprana República Numana. El puente de piedra cruza un profundo barranco con un arroyo al fondo. Carece de barandillas a los lados, y es la única forma de acceder al Paso de Fermín si uno cuenta con caballos o carretas. La anchura del puente es la justa para el paso de un carro o dos caballos. Es un puente largo, y estrecho, de unos treinta metros, y la caída es muy alta (más alta que longitud tiene el puente). Es por ello fácil taponar entrada y salida del puente. El problema es que es terreno llano y despejado, y no hay a peas coberturas sólidas, quitando arbustos bajos que si servirían para ocultarse pero no para cubrirse del disparo de armas de fuego. Además, nadie tendría altura sobre nadie en ese lugar. 

Más cerca de Castilla pero aún en la zona Vodaccia y acercándose a lo alto del paso hay una empinada cuesta de ascenso que en estas fechas tendrá nieve y placas de hielo.  A los lados hay pequeñas arboledas. Muchas veces han de añadirse  caballos para tirar de los carros, y colocar frenos por si acaso para que no retrocedan. Esta empinada cuesta es peligrosa. Es un tramo corto pero conocido por El León. Colocándose en una parte más alta del camino sería fácii asediar a los viajeros a distancia con piedras o armas a distancia. El problema es descender luego a ellos para llegar al cuerpo a cuerpo, pues descender deprisa es peligroso (se puede tropezar y caer fácilmente cuesta abajo). Si no se derrota rápidamente a los defensores, estos preferirán huir momentáneamente cuesta abajo, retrocediendo hasta una zona más llana, un talud donde la defensa sería mucho más fácil.

En la parte alta del escarpado se encuentra en paso de Fermín propiamente dicho, que es un pequeño camino muy estrecho discurriendo por la ladera de una montaña con pared a un lado y abismo al otro lado. El terreno es rocoso, sin vegetación. La caida al abismo sería letal de necesidad. Se puede escalar a unas rocas por encima del camino del paso,y atacantes desde aquí a al gente que está en el paso harían una escabechina entre los defensores. Pero hay que escalar desde el camino para alcanzar esos parapetos, y es peligroso. Si te caes, puedes caer de muy alto. Descender de nuevo hasta el camino del Paso de Fermin directamente desde esos parapetos es imposible. Se ha de dar un rodeo o bajar escalando. Algo nada recomendable en medio de una refriega, si no mejor  Además, los defensores pueden continuar siguiendo el paso para evitar tener más bajas. Podría taponarse el paso más adelante. Los defensores intentarían desbloquearlo. Quizas podría ponerse a hombres a la altura del camino custodiando el tapón para que no lo despejen, pero se enfrentarían de igual a igual en altura a los defensores que intentan huir por el camino.

Por último "El claro" está plenamente en zona castellana, ya descendiendo del Paso de Fermín. y es una vaguada donde un río baja su caudal y se puede cruzar. Un vado. Hay una llanura pequeña en forma de cuenco, con verde hierba y prominentes rocas salpicando el terreno casi llano sin árboles. El vado del río es el único lugar de este terreno donde caballos y carretas se refrenarían. Fuera del claro hombres a caballo y armados tendrían ventaja, así como el bando con más artillería en sus manos.. 

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26/04/2017, 00:15
Sebastián Montefiel

Sintiendo que el negocio avanzaba, Sebastián empieza a sopesar las maneras que se le ocurren de abordar el asalto: el vado -«el claro», que dice Utrera-, el puente, el alto… Son opciones. Suponiendo que «la caravana» -como la ha llamado el tal Belasco- venga desde Vodacce, la cuesta también es una opción, y quizás la más razonable: podrían situar a unos pocos hombres en lo más alto, para debilitar a los defensores y espantarlos cuesta abajo, y tener al resto esperando en las inmediaciones del talud, para pillarles por sorpresa, tal vez ya heridos, y soltar los restos en una refriega a cara de perro. El propio paso también puede ser una carta ganadora, pero a Sebastián no le gusta la idea de andar como cabras por aquellos parajes de paredes cortadas a cuchillo. El puente y el vado, donde no tendrían cobertura, van desapareciendo de su mente.

Antes de decir nada más, el viejo bandido mira a sus hombres y a los hombres del Paradito. ¿Con cuántos de aquellos desgraciados puede contar para lo que se avecinaba? También sopesa el estado de sus suministros. No puede tomar una decisión sin saber de cuántas armas -y de qué clase- dispone.

Esos hombres vienen de Vodacce, ¿verdá? —comenta el León calmadamente, mirando fijamente a los ojos del sacerdote castellano. Antes de que pueda contestar, el bandolero añade:— ¿Cuántos son? ¿Qué armas llevan? —Finalmente:— ¿Y qué tanta prisa llevan pa'riesgarse así? ¿Por qué no tomar los caminos del norte? —pregunta, frunciendo el ceño con cierta extrañeza.

Notas de juego

Me gustaría saber un poco la relación de fuerzas: armas/hombres propios vs armas/hombres enemigos.

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26/04/2017, 00:46
Belasco

El hombre permanecía de pie y no se había arrimado junto a los demás al fuego. Parecía mantenerse distante. Una repentina ráfaga de aire frió llegó desde el exterior de la cueva. Belasco ni se inmutó, pero los hombres tiritaron por el fresco y se arrimaron al fuego el cual danzó avivándose al son de la bocanada de aire.

-Sí. De vodacce. Más exactamente vienen de Numa...- Sebastián sabía que Numa era una ciudad muy importante situada en la vodacce continental. Los sacerdotes de la iglesia vaticinia la mencionaban muy a menudo.

Continuó: -Quieren ser discretos, así que serán pocos. Cuantos no lo sé con exactitud, pero por lo que me han informado la escolta estará formada una tercera parte de los hombres aquí presentes, no más. Por otro lado, esos hombres son miembros de la Guardia de la Iglesia y puede que entre ellos haya un miembro de las Espada de Solomon. Están muy bien entrenados, sobre todo los miembros de la Orden de Solomon. Y tendrán caballos. Así que espero que nuestro número iguale las cosas.- 

-Además.- Se ríe, sarcasticamente. -Su entrenamiento es arcaico y sus equipamiento también. Desechan las armas de fuego por considerarlas abyectas. Portan armas nobles propias de tiempos más...  ¡Ja! ... antiguos y civilizados. Ballestas, alabardas, escudos y espadas anchas.-

-No los subestimen, empero. Son soldados de gran fe y voluntad. Tienen un juramento sagrado y cumplirían con él si ello les llevara a la vera de Théus.-

-Si esos hombres de armas supieran la mitad de lo que yo sé, escupirían sobre el semblante de su dios.- En ese momento entre los bandoleros hubo algún rostro de desaprobación a las últimas palabras de Belasco. Aun así, nadie dijo nada.

Belasco permaneció atento a otras preguntas de "El León". A estas otras, en cambio, no respondió tan bien como el castellano esperara:

-Esos vodaccios no tomarán los caminos mas comunes porque quieren pasar desapercibidos. El hombre al que escoltan es importante. Y alguien de esa posición podría ser reconocido y eso suscitaría preguntas, como qué ha venido a hacer en Castilla, o a que viene que tenga tanta tanta prisa. En realidad, una situación más común de lo que usted cree, señor León, porque a mi tampoco me gustaría que nadie supiese que estoy aquí o lo que estoy a punto de hacer. Ni por que lo hago.-

-Disculpe entonces que no se lo cuente tampoco todo. Es mejor para usted y para sus hombres permanecer en cierta ignorancia respecto a este asunto, créame. Una vez tengan el oro, mejor olvídense de mi y de todo este asunto.. para siempre.-

 

Notas de juego

Por lo que dice, esos hombres vodaccios no tienen armas de fuego. Vosotros no tendréis mosquetes, pero si hay pistolas entre tus hombres y los de Eusebio. Aproximadamente la mitad de vuestros hombres tendrán pistolas, lo cual es un puntop muy a favor. Los que no lleven, posiblemente usen hondas o se líen a pedradas.

Sin embargo, no contáis con floretes. Estos bandidos castellanos son más de usar una buena navaja o un cuchillo jamonero. Alguno que otro  se maneja bien con un hacha de leñador en la mano o un buen garrote o vara.

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07/05/2017, 10:59
NAVEGANTE

Al poco levantaron campamento y todos partieron hacia el norte en dirección al Paso de Fermín. En su mayor parte recorrerían las tierras de la provincia Gallegos y sólo en el último tramo de su recorrido entrarían en suelo Soldano.

No descendieron mucho de la Sierra del Hierro. Tomaban sendas y caminos de montaña que cruzaron fácilmente con ayuda de sus asnos. No se encontraron con guardias castellanos al recorrer estos las tierras bajas, aunque si aldeas pequeñas de montaña en las que hacían pocas preguntas y preparaban buenos platos. Las gentes de Gallegos eran los mas introvertidos de los Castellanos, al menos con los desconocidos, y no se metían en los asuntos de los demás.

Por lo demás, el viaje discurrió tranquilo. Quizás demasiado. Tras un par de días se aproximaban al paso. El clima no acompañaba; era frío y los aguaceros eran constantes. Puede que en los altos hacia los que se dirigían nevase.

Cerca ya de su destino los hombres empezaban a ponerse nerviosos. Lo normal antes de un asalto. Belasco, Eusebio "el Paradito" e incluso Juan de Utrera empezaron a preguntar al León de la Sierra en qué lugar del paso había decidido dar el golpe y cómo pensaba afrontar el asalto.

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08/05/2017, 23:20
Sebastián Montefiel

Efectivamente, aquel día de tormenta Sebastián no dijo nada más y no se decidió otra cosa que cerrar el trato y ponerse en marcha: el León debía pensar con detenimiento en el lugar del asalto y en la estrategia a seguir, cosa que haría durante el viaje hacia el paso.

Durante la marcha que siguió, Sebastián permaneció lacónico y pensativo, en parte sumido en los cálculos que le requería la toma de una decisión, pero también debido a otros pensamientos más personales y menos confesables; y es que aquellos pueblos por los que pasaban le hacían pensar en su no tan lejana vida como bandido en solitario. Por entonces, Sebastián no había tenido nunca problema en detenerse y contar sus «hazañas» en aldeas como aquellas, tan hostiles a la autoridad como él mismo. A veces, incluso revelaba su identidad. Pero aquello había quedado atrás: buscando la seguridad que la edad le estaba quitando, había permitido que esta banda de desarrapados se formase en torno a él. Ahora ya no podía jugar de ese modo. Un ladrón que roba a los ricos y se gasta los dineros en las tabernas cae simpático. El líder de unos forajidos, no tanto.

A poco de llegar al Paso, una noche en la que Belasco, el Paradito, Utrera, él y unos pocos más cenan en torno a un fuego y charlan sobre las cosas de las que charlan los hombres que se ven en estas circunstancias...

Vamos a atacarles en el repecho justo antes del Paso —dice Sebastián, apartando la vista del fuego y mirando a los otros tres.

Cuando mira a Utrera, se detiene unos instantes para asegurarse de que entiende a que repecho se refiere. Luego, con un palo cercano, traza unas líneas en el suelo: el esquema del emplazamiento.

Es un trecho corto, pero muy empinao y peligroso, sobre todo en estas fechas, que habrá yelo y nieve. Aquí, en lo más abajo, hay un talud —dice, haciendo un nuevo trazo en el dibujo—. Una vez en lo alto, no muy lejos, está el lugar más alto del paso. A los lados hay árboles. Pa' subir, habrán de poner más caballos y frenos pa' los carros. Irán como caracoles —añade el castellano. Luego, señala con el palo tres puntos: dos a los lados de la cuesta y uno en lo alto.— Tendremos a unos pocos escondidos, que atacarán con piedras grandes desde arriba y con hondas y fuego desde los árboles, pero sólo pa' asustar a los vodachos y hacerles volverse abajo. Y ahí estaremos el resto, esperando con to'l fuego que quede y los filos listos —indica, señalando con el palo al talud—. Hay qu'apuntar a los caballos —añade. Entonces, sonríe lobunamente hacia los demás.— Va' ser una escabechina. No va' quedar uno en pie.

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10/05/2017, 12:29
NAVEGANTE

El Paradito tuvo dudas y "El León" tuvo que explicarle las cosas un par de veces. Sebastián se aseguró de que lo entendía todo bien pero al final el joven líder bandolero pareció comprender el plan y estar conforme. -Pos mu bien, pos habrá que contárselo a los hombres.-

Por otro lado Belasco se tomó cierta confianza por primera vez con "El León", y palmeó la espalda del mismo, como si fueran camaradas: -Magnífico Estoy seguro que todo saldrá a pedir de boca. Habrá que hacer preparativos.-

El de Utrera esperó a que los otros dos se alejaran para hablar con Sebastián en petit comité-León. Yo de estos no me fío ni media. Veo mu tranquilo al Paradito. Demasiao diría yo. Pa mi que estos ya vinieron juntacos con too habláo y bien habláo.-

Se giró a mirar a su espalda suspicaz, por si hubiera alguien en las cercanías escuchándolos, antes de añadir: -Hay que andar con mil ojos. Creo que sería mejor tenerlos controláos cuando empiece la escabechina, no sea quieran liárnosla. Tú a uno y yo al otro. ¿A quien te pídes, al de Utrera o al listillo?-

Sebastián meditó bien las palabras del de Utrera antes de darle una respuesta.

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10/05/2017, 12:43
NAVEGANTE

Llegaron al lugar con un par de días de antelación según los cálculos de Belasco. Se mantuvieron algo apartados del lugar del asalto hasta el momento adecuado.

Pasaron dos días, y por la noche se acercaron al lugar exacto del asalto. Todo pareció calmado. Incluso, para sorpresa de todos, el tiempo mejoró. Seguía haciendo frío, pero ya no llovía. 

El "Léon de la Sierra" empezó a disponer a los hombres. Los de "El Paradito" no parecían tomarse muy bien que "El León" les diera órdenes, pero el Paradito repetía las órdenes de "El Leon" y entonces agachaban la cabeza y obedecían sin rechistar. Eusebio "El Paradito" parecía eufórico, con una sonrisa en los labios y muy optimista. Sebastián no sabía si era porque ya podía oler la plata o por que se regodeaba pensando en liarsela.

El otro, Belasco, observaba los preparativos en silencio. Montado en un asno. El tipo había insistido en permanecer en la parte de abajo de la cuesta para estar cerca cuando se produjera la lucha. Según afirmó participaría en la misma. Al menos no era un cobarde que se parapetara en otros, aunque quién sabe si aun así era de fiar.

Todo estaba listo. Las piedras colocadas en lo alto y los hombres repartidos. Aún quedaban horas para la llegada de los vodaccios, supuestamente por la mañana. Tenían tiempo para descansar.

Entonces, ocurrió algo.

Unos par de hombres del Paradito llegaron por el camino. Se formó algo de alboroto entre los bandidos porque eran lso que estaba apostados más cerca de Vodacce para avisar cuando llegara la comitiva. Pero traían casi a rastras a un muchacho. Tendría unos trece años, si llegaba:

-Nos ha visto.- Dijeron. -Empezó a huir de nosotros en cuanto nos vio. Nos lo hemos tenido que traer. Menos mal que lu hemos pilláo.-

 

Notas de juego

Te dejo para que contestes a ambas situaciones como te plazca.

Haz una tirada de: [ (INTELECTO o VOLUNTAD) + Profesión ] para ver que tal has "organizado" a los hombres.

¿Vas a mezclar en los grupos a hombres de "El Paradito" con los tuyos, o los mantendrás separados en grupos homogéneos?