Partida Rol por web

La hermana de detuvo ante aquel muro y examinó aquella extraña marca. Era una enorme pared de roca. Posiblemente había sido construida de forma artificial y aquel signo acababa de confirmar sus sospechas. No estaban solos y no se refería precisamente a los lagartijos y al mono, sino a una cabeza racional.

¿Estaban ante el hallazgo de una civilización perdida? ¿O era alguna organización que de había instalado en la isla y era responsable de la existencia de aquellos monstruos? La hermana tenía más preguntas que respuestas, pero no las compartió con los dos hombres que la seguían.

- Ésto es muy raro. - Dijo al fin. - ¿Por qué una tela de araña? ¿Será un símbolo tribal o una advertencia? - Ahora si pronunció en alto alguna de las dudas que la embargaban. - Sea como sea, no debemos pararnos. - Miró a los dos hombres. - ¿Algo que aportar, señores? ¿O seguimos?

El símbolo se parece bastante a la bandera de Japón, un sol naciente en medio. Pero es cierto que es la primera vez que lo veo anclado a una telaraña. Y no recuerdo que tengan costumbre de usar figuras geométricas octogonales en oriente.

Sextus de repente tenia más interés por lo que estaban viendo. Una cosa que no intentaba matarlo, y que le obligaba a usar el cerebro. Eso sí estaba echo para él.

Se acerco a la pared, y la toco. Roca viva. Mineral normal y corriente, y luego acerco sus dedos a las marcas. No estaba pintada sobre la pared, sino tallada. Aquello era interesante.

Intento averiguar como habían tallado aquel símbolo, o mejor, con qué. Pero, no tenia claro de qué manera hacerlo.

Luego se dio cuenta de que una marca como aquella, a esa altura, indicaba que otros humanos habían de haber pasado por allí antes.

Parece que ya ha habido humanos aquí con anterioridad. Quizás nos indiquen una ruta, o adviertan de un peligro. La telaraña puede que nos avise de que hay una araña gigante como el mono y el saurio.

Así que fijémonos bien por dónde andamos. No me apetece nada ver una araña más grande que una casa.

Segui avanzando arrastrando a la rubia tras de mi que parecia no querer entablar conversacion, lo cual me hizo replantearme mi estrategia en aquella isla pero cuando aparte aquella planta y vi aquello... algo dentro de mi desperto y sabia que ya no estaba en "Cansas" ni en ningun lugar conocido.

A lo lejos parecia haber una empalizada construida y aquello denotaba que no estabamos solas, solo esperaba que, lo que hubiera construido aquello fuera amigo y nos ayudara a salir de alli; aquello era algo que tambien tendria que reportar...

Intentemos marcar el camino le dije a la rubia buscando alguna piedra puntiaguda con la que poder ir marcando los arboles Dejaremos de buscar un modo de llegar al otro lado e iremos hacia alli le dije señalando la empalizada Espero que encontremos algo de ayuda y me puse de nuevo a caminar en direccion a la empalizada señalando el camino de la mejor manera posible.

Mi vista se dirigió hacia atrás buscando a mis apestosos compañeros.

Por el motivo que fuera, el piloto frustrado y el ligón japonés, se liaron a gritos y terminaron cada uno por su lado. Pero cada uno por su lado evitando el nuestro, también. Aquello me desconcertó y me llenó de dudas. ¿Acaso no no eran hombres, y sabían qué hacer?.

Una duda un poco absurda, teniendo en cuenta que desde que llegamos al avión hasta ahora, eran los mas patosos. Me encogí de hombros y seguí a la morena hacia el interior de la jungla, siguiendo el desfiladero, en la misma dirección en la que iban los del otro lado del barranco.

Aquel sitio, aquellas criaturas tan grandes sacada solo de algunos libros de escritores locos...Producto de la mente de algún científico por orden del Furher. Había escuchado que últimamente el general se dedicaba a probar cosas extrañas. Ya no me sorprendía. Podíamos estar en cualquier sitio.

Inconscientemente llevé la mano a mi pecho notando el tacto del papel dentro del sostén y suspiré.

Tengo que hacer llegar esto a su destino. de ello depende el curso de la guerra. Y aun me preguntaba porque Frank había dejado una responsabilidad tan importante en mi, una simple artista exótica Nazi.

-N-no.- respondí al comentario de Cartes cuando me habló de no separarme. Tardeé en responder. Ella era my americana y yo muy alemana, y por mucho que hablara perfectamente el inglés, mi acento se notaba a la legua.

-El destino, s-supongo.- Respondí, dando un saltito tras una rama, con cierta gracia pero temerosa de cualquier cosa que pudiera salir entre las hojas. Algo que me hizo acelerar el paso hasta recorrer brevemente el trecho que me separaba de ella. -Mi agente pensó que era un buen sitio para triunfar y sacar dinero.- Frank, maldito seas!

Intenté sonreir cuando delante nuestra se alzó aquella construcción, una enorme empaliza<da hacia la que seguramente nos dirigíamos.

-M-mein gott! - tartamudeé sorprendida. - Al menos sabemos que allí habrá gente...y podrán ayudarnos.- dije esperanzada mirando a la morena.- Puede que esto sirva.- Dije metiendo la mano en un bolsillo de mi vestido, andrajoso y sucio ahora, sacando una barra de pintalabios y entregándoselo a ella.

Cita:

Eres actriz o algo asi? le pregunte ante el comentario de su agente, la verdad es que era, por decirlo de alguna manera, curioso que la hubiera mandado alli y mas en los tiempos que corrian, pero ella debia ser aun mas valiente. Fuiste valiente al decidir embarcarte en esa aventura ... y mas con los tiempos que corren

Sabia por mi trabajo que la guerra no tardaria mucho en estallar y los rumores en la calle corrian como la polvora asi que aquella mujer era una de pocas.

Cita:

De todas maneras estate alerta le comente ante lo que me dijo de que podrian ayudarnos No sabemos si son hostiles la palabra me salio tan ... natural, como si me encontrara con un compañero de profesion en otra mision secreta y aunque ella seguramente no tenia la formacion que yo habia recibido durante años, ya no empezaba a verla como a otra civil indefensa que entorpeciera mi camino.

En serio??!! le dije poniendo una mueca y arqueando una ceja No creo que sea momento para utilizar barra de labios le dije ante su ofrecimiento No necesitas eso para aparentar ser hermosa... me la quede mirando de arriba a abajo; llevaba un vestido como yo aunque el suyo aun estaba de una pieza, o por lo menos en mejor estado que el mio Si quieres puedo ayudarte a ser mas deseable para los hombres, pero no creo que este sea el momento

Podria romper de tal manera su vestido que se viera lo justo y necesario pero, si aquella era su manera de entrar en aquella empalizada sin saber lo que nos encontrariamos al otro lado... ya habia actuado muchas veces como una furcia y aquel no era el momento para serlo

Zenji no las tenía todas consigo y observaba con cautela los movimientos de las pequeñas criaturas, pero sin dejar de seguir llevando a cabo sus intenciones iniviales. La idea era lograr hacer de la cabina del piloto un lugar medianamente seguro en la que refugiarse y poder descansar, evitando dormir en la intemperie y morir cazado por cualquier criatura en la oscuridad de la noche. No sabía cuanto cuanto permanecería en la isla, pero desde luego, dudaba mucho que fuesen a salir de esta de inmediato.

Una vez tuviese un lugar a resguardo, lo siguiente sería aventurarse a explorar las zonas colindantes e ir haciendose a la idea de dónde se encontraba y del tamaño aproximado de la isla. ¿Podría ser recorrida en un día de extremo a extremo? ¿Quizá tendría unas dimensiones enormes, que le llevaría mucho tiempo explorar en su totalidad? ¿Lograría víveres para sobrevivir? 

Lo primero era lo primero, necesitaba algo para defenderse, por lo que rebuscó entre el fuselaje alguna vara metálica u objeto romo o cortante. Y después movería alguna pieza para aislar la cabina y hacerla segura, solo dejando una pequeña abertura por la que colarse dentro y obstaculizarla por la noche.

Las criaturas te miraban con mucha atención, demasiada en realidad. Mientras registrabas el avión, en el cual no pudiste encontrar nada, permanecieron fuera, expectantes, pero cuando volviste a salir, tenías a la mayoría de ellas esperándote fuera, como si fueras... ¿el plato principal?

Entonces, algo hiciste, un movimiento pequeño e insignificante, pero fue suficiente para que una de ellas graznara, porque esa era la mejor manera de describir el ruido que hizo, y todas a la vez se dirigieron con rapidez hacia ti.

El pequeño grupo estaba sorprendido por aquel símbolo, pero no tuvisteis que mirar demasiado porque una voz sonó a vuestra espalda.

-No se muevan de ahí. Gírense muy lentamente -dijo la voz.

Cuando lo hicisteis, os encontrasteis a un hombre apuntandoos con un revolver. Iba bastante bien afeitado y vestido, y os miraba con una mezcla de miedo y curiosidad. 

-¿Quiénes son? ¿Qué hacen aquí?

La hermana se dio media vuelta lentamente. Una voz no conocida les había sorprendido. Sin duda se trataba de ese alguien que estaban buscando desde que vieron aquel extraño símbolo en la roca. Ese alguien que podía darles un poco de luz a toda aquella locura que les estaba rodeando. Para su sorpresa, cuando la religiosa encaró a aquella persona, descubrió que se trataba de un hombre bien plantado y aseado, para nada lo que se podía esperar de alguien que se encontrara en aquella peligrosa isla.

- Soy la hermana Claire... - Desveló al fin. - Y éstos son el gordo y el flaco. - Refiriéndose a ellos haciendo referencia a los míticos actores de los años 20. Al fin y al cabo, si se habían presentado no lo recordaba. - Puede bajar ese arma. No creo que representemos ninguna amenaza contra su persona, ni sus actividades en éste extraño lugar. Tan solo buscamos una salida. - Se encogió de hombros. - Nuestro avión se estrelló a poca distancia de aquí. Es un milagro que sigamos vivos. - La hermana se fijó en que aquel hombre la miraba algo extrañado. Al fin y al cabo, salvó el velo que todavía cubría su cabello, iba en ropa interior. - Me quedé desnuda cuando uno de los lagartijos gigantes trató de comerme... - Reveló. Y entonces se quitó el velo y lo tiró al suelo. - Ya no lo necesitaré, supongo...

Zenji había logrado avanzar y acceder dentro del avión, tomándose su tiempo para acondicionarlo y fortalecerlo. La cabina ya estaba completamente aislada, siendo solo el cristal retractil y un pequeño agujero en el fuselaje los únicos lugares de acceso, por lo que confiaba en que sería un lugar seguro. Ahora solo quedaba volver a ponerse en marcha para empezar a explorar la zona, encontrar agua y comida, y ver si había algún modo de escalar la zona montañosa para tener una vista panorámica del lugar y hacerse una idea de dónde demonios estaba. ¿Quizá habría algún poblado o similar en algún punto remoto de la isla?

El nipón salió contento y silbando por lael agujero de la cabina y avanzó para salir por la parte media del avión, partida en dos mitades, pero nada más ver a toda la horda de pequeños dinosaurios mirarle fijamente y esperándole en la entrada, identificó de inmediato que algo no estaba bien. ¿Lo habían tomado como presa? El graznido de uno de ellos le alertó y empezó a retroceder sobre sus pasos, y en cuanto salieron disparados para supuestamente merendárselo, Zenji no se lo pensó dos veces e intentó tirar de una placa metálica del fuselaje para hacerla caer frente a ellos y asustarlos, pero la pieza quedó a medio camino y las pequeñas criaturas siguieron avanzando tratando de rodearle.

No quedaba otra, entró a rastras por el orificio que había dejado como entrada a la cabina para aislarse de las endiabladas bestias y empezó a golpear fuertemente con los pies a los primeras que intentaron colarse después de él, tratando de lograr disuadirles y que cesaran en el intento. Con suerte terminarían por marcharse de allí, aunque no estaba seguro de ello, ni mucho menos.

- Largo! Largo! - se desesperaba Zenji al ver que intentaban colarse por la pequeña abertura y las golpeaba incesantemente. Y no fue hasta que logró golpear con la suficiente dureza y hacerles retroceder momentáneamente, que logró obstaculizar la pequeña entrada y obtener un pequeño respiro. Estaba atrapado allí dentro, las escuchaba arañar el fuselaje, y desde luego, no era ni de lejos la mejor de las situaciones. ¿Debería arriesgarse a desplazar el cristal y largarse del sitio? ¿Puede que sí permanecía en silencio terminarían retirándose del lugar? No podia saberlo.

Aquel hombre no parecía ser un enemigo, pero sí alguien precavido que no se fiaba de nadie. Al veros, y comprobar que no érais en verdad un peligro, bajó el arma.

-Sois los primeros en llegar aquí desde que lo hicimos nosotros. Será mejor que vengáis.

El hombre avanzó hacia vosotros y llegó hasta el símbolo. Cuando lo hizo, colocó su mano sobre él y empujó. La roca cedió con un pequeño ruido y la pared de roca se deslizó para dejar ver que era, en realidad, una puerta que conducía al interior.

-Seguidme -os dijo, desapareciendo en la oscuridad.

El camino no era más fácil a medida que avanzabais, pero sí que os ibais familiarizando con él y evidentemente, mejorando en cuanto a como quitaros de encima ramas y hojas para continuar moviendoos.

Pero la suerte no podía durar. Una misteriosa niebla os rodeó de repente, haciendo difícil hasta que vieseis justo lo que teníais delante.

Por si fuera poco, había algo acercándose. Escuchabais sus pisadas sobre las hojas y las ramas, pero erais incapaces de verlo.

-Jajaja-. Rei tapándome la boca.

Era graciosa. ¿Lo era? Su broma sobre ponernos guapas en un lugar como este me pareció algo bueno para por lo menos distraernos un poco entre todo lo malo. Pero no. Ladeé la cabeza esperando que dijera " es broma". pero no. Y me quedé un poco con cara de tonta hasta que me di cuenta que no bromeaba.

- No...- dije cogiendo de su mano de nuevo el pintalabios.- Es para marcar las piedras o lo que sea, por donde vayamos- Dije sacando la barra de carmín y pintando una flecha en una piedra del camino. Por dentro me reí ante aquello. Parecía por fuera una mujer, pero por dentro ea como un hombre, ruda y poco dada a la imaginación. O esa era mi sensación.

La flecha de la piedra indicaba a aquel sitio donde supuestamente nos dirigíamos.- Cantante y bailarina. - Dije mientras me incorporaba y la miraba. - Se supone que... las tropas necesitan también relajarse. Dicen que sube la moral.- Según lo que había dicho, daba la impresión de ser una fulana.- Yo solo bailo y canto. - Afirmé por si había confusión.- Y de paso si me hago un hueco en el mundo y gano dinero... mejor.-

Y mientras caminábamos la niebla comenzó a formarse a nuestro alrededor, impidiendo ver mucho mas allá. Instintivamente, aceleré al paso hasta ponerme cerca de ella y cogerla levemente por el  brazo.

- ¿Que es eso?- Pregunté a mi compañera algo asustada

Pero qué demonios.

Fue lo que dijo el hombre de las palabras cuando les sorprendió otro hombre armado justo detrás suyo.

Sorprendentemente, tenia un tamaño normal, y ademas, era muy educado hablando.
La monja guerrera decidió explicarse la primera.

Pero qué diantres.

Fue lo que atino a decir cuando noto la comparación nada digna entre aquellos cómicos estadounidense de tres al cuarto, con su persona.

Fue a intentar remediarlo, pero lo cierto es que no se sentía tan confiado de ir hablando con extraños desconocidos.

Pero qué… mierda.

Fue lo que atinó a decir, en aquel día de extraños encuentros, y de falta de calidad verbal. Cuando la roca se abrio, jamas, jamas en toda su vida, hubiera supuesto que habría una puerta con un mecanismo complejo tras aquella troquelación de la pared.

El camino era enrevesado y cubierto de ramas y arbustos enormes, cambinamos brevemente pues pronto nos topamos con un grabado en una enorme pared rocosa que teníamos en el camino-No puede ser..¿Que hace un grabado como éste aquí? No conozco éste símbolo-dije pensativo frotandome la barbilla. Pero en ese momento escuchamos una voz masculina amenazante lo que nos hizo girar.

-Eh amigo, no hace falta apuntarnos con eso, venimos desarmados y...¿Que haces aquí? Comenzábamos a pensar que ésto era una isla desierta sin humanos, solo monstruos enormes y horrorosos- mascullé con desagrado-¿Vosotros? ¿Quieres sois?- pregunté sin obtener respuesta, solo una orden suya de que le siguiéramos al abriese aquel muros tras presionar aquel símbolo grabado que resultó ser un pulsador-Coño...una entrada secreta...-dije sorprendido mientras comenzaba a caminar tras aquel desconocido, no era ni por asomo de mi mejor gusto, pero más seguros que en medio de la selva a merced de esas criaturas estaríamos...

La mujer comenzo a reir a lo cual volvi a enarcar una ceja, volvio a coger el pintalabios que hacia unos momentos me habia dado, se agacho a una piedra y marco el camino con él, me quede sorprendida ante aquello.
Lo siento... le dije con mi tono disciplinario de siempre, tan solo cambiaba cuando me encontraba en una mision y tenia que actuar, tal vez igual que ella cuando me comento que era cantante y bailarina y se dedicaba a "animar" a las tropas, aunque un segundo despues aclaro que no se trataba de ninguna fulana pero si se llevaba un sueldo extra... que de malo habia??

Seguimos caminando por aquella empalizada y aunque el camino algunas veces se complicaba, cada vez eramos mas diestras apartando ramas y hojas... al cabo de un rato una espesa niebla nos empezaba a cubrir hasta el punto de hacer que no vieramos absolutamente nada ni siquiera a nosotras mismas; la mujer se cogio a mi brazo para no perderse a lo cual yo no hice ningun impedimento.
Puedo romper tu vestido?? le dije mientras seguiamos caminando ya que mi vestido se encontraba hecho girones y ya poco mas podia sacar de él Si nos atamos sera mas dificil separarnos

Desde luego era totalmente una sorpresa lo que acababa de acontecer. No esperaba encontrar a nadie más en aquella isla salvo a ellos mismos, pero allí estaba aquel hombre y su extraña puerta secreta. Desde luego era todo un misterio como aquel hombre había llegado hasta allí y tampoco entendía la tecnología que había logrado implementar en aquel muro de roca. Sospechaba que la presencia de todos aquellos seres sobredimensionados tendría mucho que ver con aquel hombre y no sabía si eso le acababa de gustar o todo lo contrario.

Fuera como fuera, aquel hombre les ofrecía cobijo, aunque fuera de manera provisional. La hermana Claire no iba a quedarse encerrada bajo la roca por el resto de su vida, así que tenía bastante claro que tendría que volver a salir y por lo tanto, que volver a enfrentarse con los monstruos, pero al menos tendrían un cierto descanso. Dejar de correr de un lado para otro como pollos sin cabeza al menos por un rato, sería todo un descanso.

- Creo que todavía no nos hemos presentado... - Le interrumpió la hermana. - Soy la hermana Claire y ellos son... - Ahora que lo pensaba, tampoco conocía los nombres de sus acompañantes. - ...el caso es que hemos venido con más personas. Espero que no se los hayan comido esos bichejos suyos... - No se detuvo, seguía los pasos de aquel hombre mientras hablaba. - ¿Qué pasa en este lugar? ¿Qué son todas esas monstruosidades que campan a sus anchas por la isla?