Partida Rol por web

Llegais a los dormitorios comunes guiados por shoushan... Esta todo manga por hombro, lleno de polvo, los "camastros" (por llamarlo de alguna manera) amontonados y arapientos, lleno de trastos...

Coge dos escobas y unos paños - Limpiad vuestro lugar de descanso - sonrie complacido y comienza a irse no sin antes añadir - que quede digno... como para una visita del Emperador

Lu llega corriendo y toma un paño la primera. Su predisposición es igual de impulsiva para todo, también para el deber.

Venga, tenemos que dejar esto impoluto para poder dormir, que mañana será un día duro - Tomando los demás paños, comienza a lanzárselos al resto de compañeros.

Pasea una mirada por el cuarto y no puede evitar una mueca de asco. Está todo que da pena y él no es un hombre dado a ese tipo de trabajos.

Cuando el maestro hace su comentario sobre una visita del emperador, Hueang asiente diligente, aunque en su interior esta pensando algo muy diferente.
Si quieres una vista del emperador... pfffff... comienza cambiando los camastros. He dormido en callejones con mejor aspecto.

Coge en el aire uno de los paños lanzados por su compañera y observa los camastros con ojo crítico, en busca del que parezca menos sucio. Cuando lo encuentra se acerca hasta él y lo selecciona como suyo, dejando el poncho y le sombrero encima de las mantas.

Cojo uno de los paños que me lanza Lu Tang Wang y comienzo a limpiar en la medida de lo posible la estancia junto a mis compañeros, resignándome a la tarea sin quejarme. Paro un momento para mirar con nostalgia el lugar, rebosante de vida antiguamente...
Se me hace extraño ver este lugar tan vacío, ¿que habrá pasado en nuestra ausencia? - lanzo la pregunta al aire, más relajado ante la ausencia de superiores en la cercanía.

Zaoh tambien empieza a limpiar junto con sus compañeros, sin mostrar ningún tipo de queja, tan sólo un pequeño suspiro.
- Ni idea. - Responde a la pregunta de Tsuyuri - A mi tambien se me hace extraño...

Cojo mi paño al vuelo, quitándome la espada de la espalda y dejándola a un lado. Observo la sala con cierta curiosidad. -Casi como en casa... Doy un par de vueltas por la estancia, observándola. Puffff... ¿Qué habrá pasado? ¿Quién puede saberlo? Aquí los señores maestros no sueltan prenda, aparte de que necesitan héroes... Y yo diría que a nosotros nos va a tocar pringar... Nunca mejor dicho, mira por dónde.

Zaoh ríe, aunque algo modesto, la gracia de Zhang
- Sí, eso parece... - Dice dando las primeras pasadas con el paño.

Comienzo a limpiar con pocas palabras y no demasiada maña

Pero... heroes?, y ellos por que no hacen lo que sean, son mejores

- Quizá sea demasiado, y necesiten a otros... - Responde dando una explicación de primeras, no con mucha confianza y con cierto tono burlesco.

Nah... Seguro que tiene que ver con la guerra...
Comenta sin apenas darle importancia al asunto mientras pasa el paño por la cama sin demasiado esfuerzo
Las demás familias habrán enviado a sus hombres al ejército... Nosotros somos mas jóvenes o estamos mas capacitados... Lo que sea.
Se encoje de hombros y se deja caer sobre el camastro, con cuidado de no aplastar sus ropas
Lo que sea. Estamos nosotros solos en la escuela... Lo que quiere decir que vamos a tener que trabajar como demonios...
Bufa hastiado y se vuelve a levantar, agarrándo esta vez una escoba.

Vamos... vamos Huang, debería ser un honor, tanto para ti como para todos nosotros, que nos vayan a instruir de una manera tan especifica, con un objetivo tan claro. - comento orgulloso de mi mismo mientras continuo con las labores de limpieza del cuarto. - Al fin y al cabo, si todo sale bien, y actuamos de acuerdo con nuestro deber, nuestros nombres serán recordados en la historia del país.

- Sí... sí, estoy de acuerdo contigo Tsuyuri. - Comenta, con tono más animado. - Debemos esforzarnos lo mejor que podamos, como dice un dicho, no hay mal que por bien no venga.

Tang se dispone a hacer su tarea, escuchando a todos.

Es una pena que no haya nadie, pero sí, estoy de acuerdo con Tsuyuri, ¡es todo un honor! Nuestras familias estarán orgullosas - comenta risueña, sin mirar más que a su trozo de paño, que frota sin cesar.

-Yo estoy de acuerdo con Huang... Comento, mientras continúo limpiando. Vamos a trabajar como demonios a cambio de unas enseñanzas que sólo nos van a dar para luchar en la guerra... Básicamente, trabajamos gratis y ellos salen beneficiados al máximo... Digo, entre dientes, pues mantengo la pipa en la boca, aunque ha dejado de humear. Además, nadie nos ha preguntado si queremos ser héroes... Personalmente sólo estoy aquí porque eso quiere mi abuelo...

¡Ni que me lo pregunten!
Exclama al escuchar las palabras de su compañero fumador
¿Quien no quiere ser un héroe? Chicas, fama, fortuna... Que todo el mundo se incline ante ti por las calles y los comerciantes te dejen probar sus mercancías. Invitaciones gratuitas en los mejores restaurantes... ¡Todo son ventajas!
Alza los brazos con la escoba cogida con una mano y finge batallar con ella contra un ejército invisible como si se tratara de una espada.
¿Y que tenemos que hacer a cambio? ¡Lo mismo de siempre! ¡Luchar!
Deja caer la escoba sin soltarla para que el mocho se deslice por el suelo, levantando una nube de polvo
Lo único que no me gusta es esta parte... en la que trabajamos como sirvientes...

Me detengo un momento mirando a Huang con media sonrisa, apoyando una mano sobre la escoba. Alargo la otra mano para recoger un candil, con el que enciendo de nuevo la pipa.
-¿No cambias, eh? Sí, todo eso está muy bien (para ti, al menos)... Pero olvidas que en una guerra uno puede morir, y todo eso se va al garete si te mueres... Inspiro una nueva calada de tabaco, dejando escapar el humo por una comisura de la boca. Pero sí... En resumen ahora lo que nos toca es trabajar... Porque, ya sabéis... -Carraspeo, entonces. -"Hay que dejar esto como si fuera a venir de visita el Emperador" Zhang imita la voz del maestro Shoushan de forma que, de no ser porque le tenéis delante, diríais que es el maestro quien habla*.

Pero yo no voy a morir en una guerra, compañero
Responde con una sonrisa que se torna carcajada al ver como Zhang imita a la perfección a su maestro. Enarca entonces una ceja y entre carcajada y carcajada, mientras se palmea uno de los muslos, consigue articular
¿Como... demonios... has hecho... eso?

Me uno a la carcajada de Huang cuando esta comienza, animado, quitándome la pipa de la boca. Cuando comienza a cesar, me apoyo en la pared, sosteniendo aún la escoba con una mano.
-Ya sabes... Jeje... -Aún resulta difícil aguantar la risa. -Llevo toda la vida viviendo con animales y con un abuelo... Una vez aprendes a hablar con los animales... imitar a las personas es fácil... Comento, despreocupado, retomando la actividad. Vamos a seguir hablando mientras limpiamos, o vendrá el viejo para arrearnos con ese condenado bastón y atormentarnos con alguno de sus dichos... "Cuando llueve, los dioses están meando, o eso dicen los sabios..." -Digo, ahora imitando la voz del director de la escuela, antes de comenzar a reir de nuevo con una carcajada entre dientes, cerrados para que la pipa no caiga.

No se sabe de donde, no se sabe quien, pero una esfera perfecta de lo que parece barro seco con paja golpea en plena cara de Zhang...