Partida Rol por web

Demasiadas cosas de golpe, mi cerebro se saturo de caos y por un momento me quede mirando todo como queriendo analizar todo lo que estaba ocurriendo. Aquello parecía sacado de uno de mis cómics o de los videojuegos que tanto me gustaban pero a medida que se iba sucediendo las cosas me di cuenta de la gran carencia. Información, no de donde estábamos y toda la mierda espacial, si no falta de información de mis compañeros, nos conocía apenas sus habilidades mutantes, ni su forma de pensar a secas y eso era una gran cagada, mas aun cuando de golpe Fausto y Connor, dos de los que mas conocía dejaron de estar con nosotros.

Podía recurrir a saltar por la nave buscándolos, era rápida y seria complicado que me cogiera, pero no podía dejar al resto atrás, el cachorro era fuerte y Fausto... bueno, él era otra historia.

Pero antes de que pudiera pensar en un plan de huida o ataque uno de los... ¿nuestros..? salió del armario, en este caso de los traidores, o de los vendidos o de las simples ratas. Por un segundo paso por mi cabeza teleportarme con él fuera de la nave y que el espacio exterior hiciera su trabajo, pero después me recordé que no, que eso seria propio de los "malos" y por ahora prefería mantenerme en caótica neutral.

Como era de esperar el caos comenzó, el cojo termino noqueado pero la preocupación vino después y en cuanto deje de sentir la presión mis ojos fueron a Vinny. 

Fuego... Fuego... Fuego... Joder... Joder...

En un abrir y cerrar de ojos ya estaba delante de él y de su hermana - Gwen tranquila - Le dije frotando su espalda un segundo para que ella se calmara pues así me da que solo conseguiría alterar mas a Vincent, ya que la pobre chica parecia apunto de colapsar - Yo me encargo - Susurre en voz suave.

Aunque fuera sacándolo de allí para que no nos achicharrara a todos - Gwen ayuda al resto, lo sacare de aquí - Le pedí metiendo una mano en mi bolsillo y sacando unas pastillas que sin más metí en la boca de Vincent encargándomelo de dejar unas cuentas a mayores. Estando en contacto con el podía llevarlo al lugar mas apartado a mi vista de donde estaban el resto aun sabiendo que eso podría doler, o mas bien quemar, incluso fuera de la sala - Shhh... Respira y mírame... No querras comer corderita asada... Recuerda que ahora tienes una pesada peliazul que no te va a dejar solo... - Susurre recordando la conversación en su cuarto al volver del viaje. - Déjame sacarte de aquí...

La jugada no duró mucho. Steven había gastado gran parte de sus energías en aquel plan y sabía que su plan podía funcionar. Estaba convencido. Debía actuar antes de que nadie atacase a los malditos alienígenas que habían llegado del espacio para joderle su felicidad. Gwen había sido más rápida, pero su poder era más lento, el poder del resto no. El poder del resto era explosivo. Adrastos podría atravesar el suelo y salir de allí en un abrir y cerrar de ojos, y era más tiempo del que necesitaba Keyla para ya no estar. Vincent podía llenar aquel estrecho pasillo de llamas (y no de las que escupen), Gwen provocar una nube de rayos, Selina no tardaría apenas nada en estar haciendo acrobacias entre los skrull mientras los golpeaba y desarmaba. Y, ¿entre tanto, qué?

Pues entre tanto, los Skrull descargarían sus armas o, en el mejor de los casos, volverían a estar como al comienzo, a merced de poderes ilusorios o poderes como los del falso Bran, perdidos en una nave alienígena, encerrados en un pasillo que solo existe en sus cerebros y a merced de una muerte inminente.

Steven no podía permitir aquello. Habían venido a buscar a Bran. Sabían que estaba encerrado en algún lugar de la nave. Ellos eran el virus ajeno y los skrulls los glóbulos blancos. Igual que una enfermedad, la mejor forma de propagarse, era que los glóbulos blancos ni siquiera los detectasen como amenaza.

Steven actuó. Actuó rápido y actuó con un plan. Y la cosa funcionaba. Sus compañeros caían indefensos, pero ilesos, y Steven les mantendría así hasta que todos fueran llevados con Bran. Los Skrulls juntarían a todos y, cuando Steven convenciera a los Skrulls de "lo que debían hacer", todos estarían juntos y listos para la huída. La clave era que aquellos seres verdes y arrugados le escuchasen.

Pero, al parecer, Steven era mejor actor de lo que esperaba. Y lo descubrió de la peor manera posible.

De pronto, como un maniquí destartalado, salió volando contra el techo de la nave presa de un poder que conocía muy bien. Intentó oponer su propio poder, pero el esfuerzo y la concentración de lo que había conseguido, le impedía defenderse. Se golpeó sonora y dolorosamente ¿De dónde venía aquél poder?

Unas palabras pronunciadas en voz alta le dieron la respuesta. Adrastos. ¿Desde cuándo era gravitokinético? Sus palabras y su propia mente le dieron la respuesta. Desde hacía 30 segundos. Adrastos no era gravitokinético, había absorbido el ataque que Steven había usado sobre él. Maldijo internamente. ¿Acaso el griego había sido capaz de estar 6 meses en la academia ocultando un poder como aquél? Maldito Adrastos y su discreción sobre sí mismo. Parecía mentira que fuese el mismo tan indiscreto como para entrar en las duchas atravesando la pared cuando otros estaban usándolas. - Para los demás no, ¿eh, jodío?

Si no fuera por el hecho de que el griego había sido incapaz de leer entre líneas qué estaba haciendo Steven. ¿Tan difícil era dejarse tratar como una croqueta unos minutos? Era verdad que Steven no les había avisado, ¿pero cuándo les iba a avisar? ¿Cómo? ¡Joder! ¿Para qué? Habían estado conviviendo con él esos 6 meses y le creían capaz de venderles a ellos y al propio planeta Tierra, ¿qué narices sacaría Steven de ser el único humano en un mundo de fotocopias de el grinch? ¿Y Gwen? ¿De verdad le creían capaz de hacerle daño?

Todos esos pensamientos le duraron poco, porque Adrastos no era gravitokinético y eso significa que todo lo que sube, baja.

Steven cayó desde el techo golpeándose dolorosamente, quedando tendido de rodillas y perdiendo el hilo de su propia desgracia. La desgracia de la incomprensión. Alguien le había definido una vez como incomprendido, quizás hubiera sido hasta él mismo*. Era probable porque fuera quien fuese tenía mucha razón. No podía culpar a Adrastos del todo. Quizás les había pedido demasiado al pedirles que confiaran en él. Sobre todo porque no había podido llegar a pedírselo. Ni siquiera con un guiño, porque los Skrulls lo habrían sabido. Al parecer en verdad creían que Steven les consideraba escoria. No habían sabido leer entre líneas "Bajad las armas. Ninguno os podrá hacer nada".

Y fue irónicamente coincidiendo con esos pensamientos, que Vinny les pudo hacer algo. Vamos, que explotó. Los Skrulls recibieron un ataque, que era algo que al menos Adrastos no había hecho, y las palabras de Steven se quedaron en papel mojado. Sus acciones se fueron por el desagüe de la incomprensión y ahora se había convertido en el amigo de nadie. Ni los Skrulls confiarían de nuevo en él ni, al parecer, sus amigos habían confiado nunca.

El fuego se extendió con celeridad, quemando a los Skrulls y formando una burbuja a su alrededor que provocaba un calor abrasador y amenazaba con acabar por robarle el oxígeno que tuviera. A través de aquella llameante cortina y tiñendo de azul todo lo que veía. Steven pudo ver la reacción de los Skrulls al fuego y a Adrastos: descargar las armas. El grito de Steven sonó entremezclado con el de los disparos de rayos.

¡Nooooooo!

Y como si de una muerte anunciada se tratara (y podía acabar convirtiéndose exactamente en eso) los disparos impactaron en sus compañeros. Hirieron a Gwen. Steven estiró un brazo acercándolo al fuego y lo detuvo antes del contacto por el calor y, sobre todo, por que vio que Gwen se movía. Gwen se arrastró hasta su hermano y entonces Steven le vio y entendió que, a diferencia de Adrastos, lo que su compañero de cuarto había hecho no era voluntario. Ese había sido puramente efecto de la propia incapacidad de Steven de saber hasta dónde podía tensar la cuerda. Él mismo era el que había causado aquello.

Eso le hizo sentirse aún peor, porque si bien no podía culpar a Adrastos, ahora sí había encontrado alguien a quién culpar. Él mismo.

Y entonces comenzó el dilema. ¿Continuar o retroceder? Si continuaba y apostaba por lo que antes o después sucedería (que les capturasen), aún podría explicar aquel grito de negación para los Skrulls e intentar que ellos confiaran en él, pero no sabía si llegaría a mantenerse con vida hasta que les capturaran, porque sus amigos le matarían antes. De hecho, su tiempo duraría lo mismo que su consciencia. Cuando se agotara el oxígeno de su trampa azul, se acabaría todo. Y aquellas lenguas de fuego dolían al lamer su carne. Si retrocedía e intentaba explicar a sus amigos lo que habían desperdiciado, no le creerían. No después de su propia reacción. Así que por lo pronto, estaba solo. Podía apostar por ser un falso aliado skrull o por no ser nadie. En realidad ya poco podía hacer en ninguna dirección.

Se intentó concentrar en su problema más acuciante: un anillo de llamas azules que amenazaba su vida. El calor subía y abrasaba, eso lo sabía bien, pero también sabía que el fuego de Vinny sobrevivía mucho tiempo, si él llegaba a entrar en llamas al atravesar el círculo, quizás no pudiera librarse de ellas. Así que, su mejor opción parecía ser volver al techo. ¿Llegarían las llamas hasta allí arriba o solo el calor? Si no había llamas podría arrastrarse por el techo para salir de aquel círculo mortal. Era su mejor opción. Aunque allí arriba haría aún más calor, porque el aire caliente, sube. Y, al parecer, el cojo caliente, también.

Así que, usó gravitokinesis sobre él mismo. Una gravitokinesis controlada, no otra que le sometiera a otro golpe más. Una vez arriba, si había escapatoria, saldría de aquel círculo y enfrentaría lo que quedase de su vida previa.

Los disparos llegaron al ver que su infiltrado había acabado en el techo. Le hubiera gustado mantenerlo pegado ahí, pero no controlaba esas fuerzas de una forma consciente, simplemente quiso levantarle y lo hizo, pero ya esta. Esquivó uno de los disparos y escuchó como impactaban en otros. Los malditos skrulls querían acabar con ellos y él no iba a permitirlo porque su primer error fue el hecho de que sus armas eran de energía, energía que podía absorber y devolverles como había hecho con los poderes de Steven. Había pensado tocar una de esas llamas azules y volverse loco incendiando toda la sala, pero no sabía cuanto daño podían causarle y lo desestimo, simplemente se lanzó a por sus enemigos.

Quería demostrar que podía destrozarlos a todos, se hizo etéreo para atravesar a uno de ellos y lanzarse a por el de más atrás intentando pillarle por sorpresa, por desgracia no tenía la cabeza aún lúcida completamente y no podía cambiar de fase o alternar los poderes de una forma adecuada a como estaba acostumbrado. Su idea había sido fácil, iba a por el de atrás, le materializaba el puño en su interior, le dispararían y absorbería la energía para devolvérsela al tirador, luego se haría denso y aplastaría al que tuviera más cerca; pero la idea se quedó ahí, en idea. Solo pudo ser capaz de llevar a cabo la primera parte y sin demasiada concentración, por lo que acabó dando golpes al skrull a diestro y siniestro como había hecho en la academia con el falso Bran.

Tenía que acabar con todos ellos en el menor tiempo posible porque ahora mismo parecía estar solo. Steven estaba en contra, Vinny estaba K.O, Keyla y Selina no tenían unos poderes demasiado ofensivos y Gwen ahora mismo no tendría la cabeza para nada.

Tenía que solucionarlo y tenía que ser ya.

Seguía con la respiración agitada, apretando de nuevo los dientes hasta doler. El fuego seguía danzando derritiendo el metal que estaba en su alcance. Para suerte de Steven pudo escapar de las llamas que le rodeaban aunque presentaba feas quemaduras. Gruñó al notar como le habían dispararon, haciendo que las llamas crepitaran con más fuerza.

Mientras tanto, Adrastos comenzó a luchar contra los skrulls los cuales recibían golpes del griego sin poder creérselo. Solo dos quedaban de pie, desarmados pero de pie. Había que hacer algo contra ellos.

Entonces escuchó una voz femenina gritar su nombre y el muchacho solo pudo cerrar los ojos presa de la dolorosa jaqueca que le acosaba. Alguien le dio la vuelta, haciendo que el muchacho abriese los ojos encontrándose con su medio hermana llorando a moco tendido mientras gritaba su nombre. Antes de poder decir o hacer algo, Keyla le metió un chute de pastillas, haciendo que se atragantara. Respiró profundamente al ya no sentirse presionado contra el suelo -No- gruñó- no me voy a ningún lado. -Sus ojos rojizos volvieron a ser negros, haciendo que las llamas se acabaran disipando. Resopló y miró a Gwen y a su herida. -Ya verás cuando Bran vea esto, deja de llorar joder que no parece que vienes de misión secreta de rescate- se puso de pie, levantando a Gwen consigo.

Miró al techo y torció el gesto al ver a Steven ser un cromo en la pared -baja el techo puto cojo. Mira que cojones has liado, se te va la puta cabeza. - Mierda tener amigos, mierda tener hermana y mierda que no esté Fausto, ahora tengo que comportarme con un adulto. - Protestó internamente mientras cogía un arma del suelo y apuntaba a los dos skrulls - a ver ahora que mierda hacemos con vosotros- dijo encañonando a los skrulls. -Mira cojo, te voy a perdonar aplastarme porque ahora tenemos un acceso rápido...- sonrió con malicia. Iba a ser un adulto "responsable". 

La presencia de Keyla junto a Vincent fue como un salvavidas extra y parte del pánico se diluyó solo con la cercanía de su amiga.

-Pfua-era una especie de carcajada dolorosa y llena de alivio cuando  Vincent volvió a ser él-en los rescates a veces hay heridos, ¿no lo sabías?-en cualquier otra persona eso podría haber sido un digno contraataque pero en ella sonó a excusa mientras un pensamiento, no exento de vanidad torturada, le llegó a la mente: ¿Tan mal está? Se puso en pie (no, Vincent hizo que se levantase) y descubrió que mientras ella había acudido a su hermano como primer instinto Adrastos estaba en pie entre los Skrulls que en su mayor parte parecían completamente inconscientes.

Quizá no solo inconscientes.

Se llevó una mano hacia el pelo para recogérselo tras la oreja olvidando que lo llevaba recogido y con las yemas se rozó la quemadura de la cara haciendo que alejase la mano con un respingo y un siseo. ¿Tan mal está? Empezó a asustarse. Vincent en cualquier momento diría que no estaba peor que antes pero una cosa era no ser una modelo y otra tener parte de la cara achicharrada. No es el momento. Se dijo, no lo era y aunque la duda se quedó ahí como un insecto zumbando constantemente acompañando al dolor ella buscó una salida para sus pensamientos. Steven y su comportamiento tampoco era algo para analizar. No quería ni podía mirarle así que fue hacia Adrastos.

-Qué callado te lo tenías-le acusó sin mala intención-Podías haber dicho que tú también podías hacer eso de la gravedad-miró al suelo, hablar tampoco era una buena idea, la piel resquebrajada y ennegrecida le tiraba ahí donde se mantenía sin descubrir la carne de debajo. Mirar a los skrulls tampoco era plato de buen gusto así que vagabundeó ocularmente (si es que eso podía llamarse así), ¿Y no podremos nosotros encontrar la forma de entrar donde se han llevado a Connor y a Fausto?  También cabía la posibilidad que solo llevasen a celdas, pero a ellos también había que sacarles de donde estuvieran.

Somos los rescatadores que necesitan rescate.

Steven se arrastró por el techo huyendo del calor y la falta de oxígeno del círculo de llamas. Podía sencillamente levantarse y caminar boca abajo, pero le pareció algo artificioso. Lo cual tenía su punto humorístico, porque toda la gravedad existente en aquella nave era puramente artificial. En algún lugar había una máquina que generaba un impulso eléctrico que distribuía a través de una red de paneles en el fuselaje de la nave unos efectos de masa incrementada y unas ondas electromagnéticas que, combinadas, producían una artificial atracción gravitatoria calibrada, casualmente, a una intensidad similar a 9,8 g. Era todo un cúmulo de artificiosa casualidad y tecnología avanzada.

Miró desde el techo a sus amigos y se sintió un intruso. Vio la herida de Gwen y supo que era el reflejo de una herida más profunda. Se preguntó si conseguiría explicárselo alguna vez.

Vinny se estaba levantando y parecía que él si lo había entendido. El resto no parecía tenerlo claro. Adrastos era obvio que no, y las chicas habían optado por ignorarle.

Bueno. Si Vinny lo ha entendido pone las cosas más fáciles

Aún pegado al techo, se levantó y miró a su alrededor. Ahora estaba en otra perspectiva distinta y no había ilusiones de por medio.

Estos seres necesitan nuestra gravedad y nuestro oxígeno, así que puede ser una nave extraterrestre, pero no puede ser tan distinta a una nave humana. ¿Dónde estarán los conductos de ventilación?

Buscó a su alrededor nuevos detalles relevantes.

Adrastos estaba relajándose tras haber acabado con casi todos los presentes mientras que Vincent se ponía en pie y apuntaba con una de esas armas a los skrulls. Alzó la mirada para ver a Steven en el techo, esperando ver qué diantres iba a hacer mientras que pensaba como Vincent no lo había achicharrado vivo. Un pensamiento se cruzó por su cabeza y giró para mirar al piroquinético cuando Gwen le habló.

-¿Yo?¿Gravitoquinético? No, te equivocas -cogió a Gwen de un brazo y se la llevó un poco alejada de los skrulls, lo más que pudo, pues no quería que escucharan lo que iba a decir- yo no manejo la gravedad, pero puedo absorber los poderes basados en energía o manipulación de esta y usarlos durante un breve periodo de tiempo. Si Vinny me lanzara sus llamas podría absorber parte de ellas y usarlas -se encogió de hombros- nadie me preguntó nunca por mis poderes, solo me visteis atravesar cosas y volverme denso -esbozó media sonrisa mientras miraba a Gwen sin fijarse en esa herida que tenía en el rostro.

-Bueno, ¿donde tenéis a los prisioneros? -preguntó Adrastos girándose hacia los skrulls- podéis hacerlo por las buenas, las malas o a su estilo -y señaló a Vincent con un dedo- si creéis que el peligroso de aquí soy yo estáis muy equivocados, así que rápido, que el tiempo corre y la paciencia más aún.

Y como era de esperar el mister amabilidad ni un simple gracias. Puse los ojos en Blanco y me aparte cuando se levanto mirando a Gwen después - ¿Como estas? - Y no me refería solo fisicamente. Pues la chica tenia si con facilidad al drama extremo por lo que había podido comprobar los últimos dias. Jodidos para ella sin duda, pero... 

Entonces empezaron las amenazas a los dos que quedaban y la explicación de puas sobre sus poderes. Yo me quede en silencio mirando la escena mientras por mi cabeza solo pasaba una cosa. Todos juntos no llegaremos a ningún lado. Eramos demasiados, fáciles de detectar y torpes.

Apreté los labios y acaricie con mi mano la pulsera que llevaba en la muñeca bajo el mono apretado. Los mire a todos y por ultimo a Vinny. El los cuidaría aunque fuera un capullo.

Me acerque al moreno y me puse a su espalda para susurrarle - Si no hablan me ire, soy la que mas rápido puede moverse y encontrar al resto - Ademas de ponerme apariencia de aquellos bichos. Por lo cual era la que mas posibilidades tenia de pasar desapercibida.

Lo que tenia claro es que había que empezar a moverse y actuar, se habían llevado a Connor y Fausto y ahora el tiempo corría en nuestra contra.

Siguió apuntando a los dos "rehenes". Cuando escuchó a la peliazul, sonrió de forma macabra -oh, si que hablaran... ¿Dónde tenéis a los presos, bichejos?- igual insultar no era la solución, pero de perdidos al río. Ambos skrulls intercambiaron miradas y después miraron al piromántico. Cuando uno abrió la boca para responder a la pregunta, antes de emitir sonido ya estaba en el suelo por un tiro de Vincent. Inmediatamente apuntó al que quedaba vivo -Ahora la verdad- gruñó. El skrull que vio a su compañero en el suelo con un charco de sangre (o lo que podíais suponer que era su sangre), solo pudo señalar al ascensor por donde se habían llevado a Connor. -Pues muévete-  volvió a amenazar sin dejar de apuntar. El skrull sin mediar palabra abrió el ascensor y esperó a que entraseis.

Vinny cogió otra arma y se la dio a Adrastos -por si acaso- le indicó. Miró a Steven y soltó una serie de improperios -baja de una puta vez, si tienen algo que arreglar contigo, será cuando lleguemos a La Tierra- miró a los demás con el ceño fruncido -¿entendido? Ahora me voy con Keyla a buscar a Fausto. Media hora en el hangar, sin importar que pase. Media hora.

Se colocó bien el arma, apoyándola en el hombro - vamos a por el imbécil del subdirector- gruñó mirando a Keyla- menuda mierda de mutantes con poderes cósmicos que se dejan capturar.

Connor miró curioso el collar del hombre, pero antes de que pudiese formular cualquier pregunta sobre aquel accesorio, la respuesta llegó por si sola.
Quiso preguntar a Vera cuanto tiempo llevaba allí encerrada, pero ya había dado bastantes malas noticias, y no quería desanimar a la chica, más cuando parecía servir de apoyo al director. ël también quería ayudar, pelear, pero a pesar de las ideas de Vera, no podía dejar de sentirse desanimado, lo habían pillado con bastante facilidad a pesar de su entrenamiento, y se sentía un lastre para el resto. Además de que no tenía ni idea de como iban a hacer nada en aquellas circunstancias.

Pero el director Peverell enseguida dejo claro porqué él era el director, y Connor un mero alumno, en cuestión de segundos ya había organizado un plan de huida y una revuelta, y no podía negar sentirse orgulloso de parecer clave en dicho plan. Probablemente aquellas palabras son las que había estado esperando escuchar toda su vida, así que Connor intentó recuperar la compostura y dejar de mirar a su director como un fanboy, para caer en un pequeño detalle.

-Cuente conmigo... pero...- Dijo meditativo.- ¿Como piensa romper mi pulsera?

Aun quedaban otros problemas, como que los que se habían quedado atrás en la tierra sin duda se encontraban en peligro, pero lo primero era lo primero, y mientras no estuvieran libres no podrían hacer nada por nadie. No obstante tenía claro que el director debía estar al tanto de todo.

-También debe saber que hemos visto a seres de esos irse de aquí en una nave... supongo que iban a la escuela...- Dijo mientras esperaba a ver como el director pensaba liberarlo.

La verdad era que probablemente aquellos seres le habían proporcionado su mejor arma, un ejercito formado por todos aquellos reclusos.

Steve la desconcertó por completo, primero por su declaración, después por utilizar su poder contra ellos. ¿Había sido siempre un skrull, todo este tiempo? Se negaba a creerlo. No podía ser. No era el mismo Steve que le había regalado el libro ni el que la había hecho volar. ¿Cuándo se habría producido el cambio? ¿Tal vez tras el ataque, al entrar todos en la hermandad?

El dolor era terrible, la obligaba a luchar contra él. No podía moverse, tan sólo resistir. Sentía una vorágine de rabia e impotencia, y en su empeño de comprender, durante un fugaz segundo, sonrió. No era un skrull, era Steve!

Se dio cuenta por un detalle muy sutil. Su amigo había dicho a los skrulls “Habéis venido aquí para conquistar el planeta Tierra”. De ser uno de ellos, se habría incluido y habría dicho “Hemos venido”. Un pequeño desliz que los verdes pasaron por alto.

Se dio entonces cuenta de que el mismo engaño que pretendía hacer ella con esa apariencia que había adoptado, lo intentaba llevar a cabo él. Aunque ¡caray! Fue realmente convincente.

Todo a continuación ocurrió muy rápido. Adrastros se liberó, Vincent desató un fuego devastador y en el aire se dibujaron trayectorias de los disparos lanzados contra ellos. Pensó que todo acababa cuando sintió el impacto del disparo, pero por fortuna su traje lo absorbió, al igual que los trajes de sus compañeros. Todos, excepto uno. Selina miró a Gwen horrorizada, intentando no gritar, pero tenía el corazón en un puño. Le habían dado! Cabrones! Odiosos! Malnacidos! Era tan injusto!! Pobre Gwen... Los skrulls fueron envueltos en llamas azules y Selina, en su fuero interno, lo celebró, pero sabía que desgraciadamente eso no sanaría a su dulce amiga. También envuelto en llamas estaba Steve. ¡Debían sacarle cuanto antes! Junto a Vincent habían acudido rápidamente Gwen y Keyla, ellas eran quienes realmente podían evitar el drama.

Miró al hangar angustiada, lamentando no poder acercarse pues aunque lo veían ya no estaban allí. Querría buscar el botiquín en la nave y mirar si había algo para las quemaduras o traer medicamentos que aliviasen el dolor. Aunque fuese acercarles agua para que bebiesen. Pero tendría que esperar.

Le invadía esa sensación de no tener control sobre absolutamente nada.

-¿Estáis bien? -preguntó en general. Observó especialmente a Steve y Gwen, preocupada por ellos. Trataba de transmitir calidez, aunque tal vez fuese complicado lograrlo con ese nuevo aspecto. -Busquemos tu padre -alentó a Gwen. Tenían poco tiempo y Vincent y Keyla iban ya en busca de Fausto y Connor.

Luego se acercó donde estaba Adrastros y miró seria al skrull a quien el griego apuntaba con el arma.

-¿Por qué me habéis disparado? -inquirió con firmeza. El skrull cuya imagen había robado ella era mucho más poderoso que el “destacamento de bienvenida”. Era más fuerte, y seguro tenía una posición mucho más elevada en este enjambre de asesinos. ¿Por qué no habían tenido la menor duda acerca de su identidad? Ni dudas ni miedo. O ella no había hecho algo bien, o el traidor había logrado comunicarse con ellos.

Frunció levemente los labios e hizo un ruido indefinido sin abrir la boca a modo de respuesta. Le tiraba la piel quemada y a cada minuto que pasaba era como si la carne se le estuviera endureciendo así que el dolor constituía un elemento disuasorio para evitar pronunciar palabra. Keyla y Vincent se habían ido por su lado y el resto se quedaba de ¿guardián?¿niñera? del skrull aún vivo.

Apoyó la espalda en la pared y suspiró expulsando el aire por la nariz. Si pensaba en los sucesos recientes (cosa imposible de evitar) la certeza de que no conocía a nadie era devastadora, no había distinguido a su padre del suplantador (dioses, ni siquiera con Selina delante de ella hablándole al alienígena rehén podría distinguirla de no haber presenciado su transformación allí mismo) ni habría sospechado jamás de Steven o del alcance de lo que podía hacer Adrastos. La idea de establecer una suerte de contraseña le pareció burda e infantil y totalmente insegura pero de todas formas se le pasó por la cabeza como si estuviese haciendo una suerte de brainstorming privado de medidas de protección antisuplantaciones.

-Y si...-cerró los ojos al vocalizar y se tomó un segundo-¿Y si no les encuentran?¿O nos encuentran antes a nosotros?-no se le entendía demasiado, evitaba mover la mandíbula y los músculos de la cara lo menos posible. De haber sido una escena menos peligrosa casi habría recordado a alguien que sufre un intenso dolor de muelas o ha salido del dentista con la boca dormida-Tenemos que encontrar a Connor-miró hacia el ascensor por donde había desaparecido el susodicho y después al skrull. Tampoco podrían dejarlo ahí sin más, entre los cuerpos de sus compañeros. Ahora la parte de hacer de niñeros del skrull incluía excursión con coacción en busca de los desaparecidos. Tenían media hora para volver al hangar con o sin resultados.

El hombre te sonrió lo más afable que le fue posible a pesar de tus malas noticias. -Tú deja que me encargue- respondió a tu pregunta sobre el brazalete. Sin más con ambas manos cogió ambos lados del brazalete y te miró con seriedad - puede que te duela, pero hay que aguantar el tipo-  y sin previo aviso empezó a apretar ambos lados del brazalete buscado desquebrajarlo. Te dolía por como se te iba clavando, pero a juzgar por el sudor de la frente del director y su mandíbula tensa, su collar debería estar funcionando y haciéndole una descarga. El dolor que estaba sufriendo llegó a hacer que cerrase los ojos y jurarías que por un momento la presión disminuyó.

Pero lo consiguió y tu brazal se quebró lo suficiente como para poder quitártelo. El director se echó hacia atrás y resopló exhausto, parece que la descarga ya había terminado. El dolor por la presión que te habían hecho cada vez iba a menos al igual que la marca en la piel de haber estado ahí, era una señal de que tu dureza por fin había vuelto. Ahora era tu turno con tu super fuerza no sería difícil romper una de esas paredes.

Sin decir nada y con el arma cargada al hombro se encaminó en dirección contraria de donde estaban los demás. Se introdujo por un pasillo de color metálico, lo suficientemente grande para que cupieran dos personas. Entre la fría iluminación y el frío silencio de aquel pasillo, parecía que podría salir algún alien de una esquina y perseguiros para devorados.

Encima para más inri, tu compañero aparte de estar extrañamente callado, iba a paso ligero sin tomar ningún tipo de precaución. Parecía más que querían que lo capturara que ir a rescatar a Fausto con el poco sigilo que estaba teniendo.

Mirando al resto un segundo seguiba Vincent con su claro plan en el que no dejaba opción a rechistar.  Camine detrás de él mirándolo con una ceja alzada ¿Que coño? Otra hubiera seguido cual cachorrillo pero yo no era esa otra. Así que apresure el oso para ponerme a su lado y coger su antebrazo sin dejar de caminar.

- ¿Recuerdas que yo no me regenero? Porque si tu plan es ir en modo suicida para que nos atrapen vamos mal - Comenté suspirando y mirándolo preocupada - Se que estás preocupado, estresado y cabreado seguro, puedes hablar conmigo si quieres y si no pues grítame por pesada o lo que quieras no te lo tendré en cuenta - Pues ir de esa manera no ayudaría seguro - Pero necesito que estes con la mente clara, así que... no se, déjame ayudarte - Le pedí sabiendo que seguramente me mandaría a la real mierda, y por un segundo pensando en Fausto y en lo parecidas que habían sido mis palabras a las suyas cuando llegue a la nave. Solo me faltaba ofrecerle orgasmos para relajarse.

Lo que no sabía era como sentirme yo ahora mismo, estaba tan centrada en asimilar todo que realmente no lo había echo, estábamos en el espacio, en una nave alienigena para rescatar al padre de Gwen y Vinny, eso ya era la ostia, pero ahora se habían llevado al cachorro y a Fausto y... no sabía como digerir todo, ni cómo ayudar sin cagarla, pues normalmente mis ideas terminaban en desastre y si era desastre para mi pues me reía después de mi misma, pero tenía miedo que afectaran al resto.

Steve estaba verdaderamente indeciso. Su plan nunca había contemplado la posibilidad de salir mal. Era absurdo, pero una vez había salido mal le había dejado en un terreno entre dos aguas. Ni chicha ni limoná. Ni bueno ni malo. Ni del todo alienígena ni del todo humano.

¿Qué hacer ahora?

Era una pregunta que se grababa una y otra vez en su mente.

Mientras buscaba una respuesta, se encontró con el sistema de ventilación. Tenía que ser aquello. Unas pequeñas oquedades en el techo. Intransitables. Claro. Era normal. La ventilación de grandes conductos era algo que solo era necesario en grandes edificios muy transitados. Allí... bueno. Allí no tenía mucho sentido grandes dimensiones. Suponiendo que fueran esos agujeros, claro.

Aquello limitaba aún más sus opciones.

Bajó del techo y se posó en el suelo. Tarde o temprano tendría que afrontar sus acciones y las miradas del resto. Se armó de determinación con intención de levantar la mirada y dirigirla a sus amigos... y descubrió que no podía.

Maldijo por lo bajo y se giró dándoles la espalda sin atreverse a mirarlos a la cara.

Cada vez estaba más convencido de que no lo entenderían. Había creído que Vinny lo había entendido, pero oyéndole hablar se dio cuenta de que se había equivocado. Solo estaba retrasando el momento de disciplinarle. Era algo absurdo. Infanil incluso. Creer que no se podían fiar de él pero que podían mantener la desconfianza controlada a la espera de regresar.

Media hora. En media hora parecía que apenas se habían llegado a mover y, sin embargo, les daba media hora para conseguir todo. En media hora ni siquiera habrían encontrado a Bran. Y de pronto se iba con Keyla. Aquello sí que era absurdo. Teletransportarse en un lugar desconocido en el que, en cualquier momento intentabas atravesar una pared y te encontrabas con que al otro lado solo había polvo estelar, frío y muerte.

Se intentó centrar en algo, pero no había nada. Aquella pared era lisa e inexpresiva. Decidió caminar hasta la puerta del ascensor por el que había desaparecido Connor. Quizás pudiera concentrarse en intentar abrirla.

Quería fingir que estaba solo en aquel lugar por medio de no mirar a nadie, pero podía senir sus miradas clavándose en su nuca como agujas de acero al rojo vivo. Las sentía incluso cuando nadie le miraba. Aquello había sido una pésima idea. Un idea malísima porque no contaba en absoluto con la posibilidad de fallar o de ser innecesaria.

Teníamos que haber ido a Italia - Musitó en un tono de voz tan bajo que hubiera resultado inaudible para alguien sin superoído.

A pesar de que su director le advirtió sobre la posibilidad de que le doliera, Connor se limitó a asentir con bastante determinación en la mirada. No era tanto que no temiera el dolor, de hecho, al tratarse de algo nuevo para él, le asustaba bastante, pero el director se alzaba ante él, sin miedo y con la intención de liberarlo de su grillete sin poder alguno y sin temer al dolor. Por lo que el chico enseguida supo que lo menos que le debía era afrontar aquello sin miedo.

Connor apretó los dientes al sentir como el grillete le aplastaba la muñeca, tuvo ganas de gritar, pero la expresión del director le detuvo, sin duda su dolor no tenía ni punto de comparación con el que en aquel momento sufría su mentor.
Finalmente en un alarde de fortaleza el director consiguió el objetivo de liberarlo, y con ello su plan se ponía en marcha. El chico se acercó entonces a su liberador.

-Hay algo que quería preguntarle...- Susurró Connor, mientras sentía como poco a poco la fuerza volvía a él.- Aquella vez... cuando me ayudó a controlarme... era usted ¿verdad?... quiero decir... no era él...

La verdad era que el no saber con quien había compartido realmente cada momento en la escuela lo mataba... lo había estado matando poco a poco desde dentro. Pues cada vez se daba más cuenta que su vida en los últimos meses podía ser solo una mentira.
El muchacho se masajeó la muñeca aun algo dolorida, sintiendo como el dolor desaparecía poco a poco mientras su fuerza y resistencia volvía a él.

-Es increíble que haya conseguido romperlo sin poderes.- Dijo Connor alucinando literalmente, para acto seguido masagearse el hombro mientras dibujaba algunas circunferencias con su brazo.- Ahora es mi turno.

En primer lugar Connor se acercó a Vera, dejando que el director recuperase el aliento, además este ya había recalcado la importancia de Vera en el plan, así que cuanto antes la liberara mejor. Acto seguido liberaría al Director y seguiría derribando paredes, o al menos ese era su plan...

-Esto puede doler... aguanta un poco, ¿vale?- Le dijo a Vera para que el dolor no le pillara por sorpresa, esperando una señal de esta para intentar liberarla.

Aunque lo cierto es que no sabía como funcionaba el brazalete, y si solo con tocarlo le impediría usar su fuerza, o si solo afectaba a su anfitrión.

Adrastos cogió el rifle que le daba Vinny e intentó averiguar como funcionaría, si sería muy diferente a los que tenían los humanos. Tuvo que hacer un gran esfuerzo por no alzar la vista cuando habló a Steven, cuando le instó a que bajara y estuvo muy tentado de pegarle un tiro al cojo de los cojones.

-Media hora -repitió a Vinny cuando este se iba.

-He estado mejor -contestó a Selina mientras miraba el ascensor que tenían que usar un momento antes de devolver la vista hacia el skrull que aún quedaba con vida.

-Si en media hora no han aparecido, os vais y yo me quedo a buscarles por aquí -dijo el griego a la pregunta de Gwen- y Connor ha ido en la misma dirección que ha indicado el Skrull, así que podemos encontrarlos a los dos, pero ahora mismo tenemos el tiempo en contra. ¿Si nos encuentran?, bueno, espero que ninguno de nosotros use sus poderes sobre los compañeros de nuevo.

Miró un instante a Steven y no pudo evitar chasquear la lengua y murmurar algo en griego. Parecía que la calma zen y la parsimonia estaba escapándose por los poros de Adrastos y empezaba a parecer un poco nervioso.

-Deja de hacerte el animalito desvalido y vamos a ponernos en marcha -alzó el arma para disparar al skrull y lo hizo, pasando el disparo escasamente al lado de su cabeza- tú primero bicho verde, si te mueves sin que te lo diga, si no me gusta algo de lo que haces, te mato como a tu amigo. Selina, no sabemos si todos ellos saben que eres una de la nuestros o no, pero por si acaso irás en la parte de atrás, con suerte parece que nos estáis llevando a algún sitio. Steven, te toca ir en medio, si intentas hacer algo raro te aplicaré la misma medida que a nuestro amigo alien. ¿Entendido?. Pues en movimiento, vamos -movió la punta del arma un momento hacia el ascensor instando al skrull a que se moviera primero y el griego le siguió un par de pasos detrás, lo justo para reaccionar rápidamente hiciera lo que hiciera el maldito alien.

Se había fugado para evitar ser usado en estas situaciones, pero al menos ahora él tomaba las decisiones y estaba ahí porque él quería, no porque se lo hubieran ordenado.

Adrastros le pidió que fuese detrás cerrando el grupo junto al verdadero skrull y Selina asintió, colocándose ya a su lado. Le pareció un buen plan, también ella lo había propuesto cuando estaban en su verdadero planeta que ahora parecía tan lejano como inalcanzable, aunque en su predicción lo hacía sola o junto a Keyla y no con un auténtico extraterrestre.

El griego se había hecho con las riendas de la situación. Ni en un millón de años Selina le habría imaginado disparando, pero no tenía nada que objetar. Se habían embarcado en esta misión siendo unos inconscientes, estaba claro. Aún así confiaba en sus compañeros, de un u otro modo debían volver todos sanos y salvos.

-Estoy lista. ¡Vamos! Apenas tenemos tiempo.