Partida Rol por web

Espiral de muerte

Escena 1 : Apagón

Cargando editor
12/09/2016, 14:30
Editor Jefe

Parecía de noche en Alexandra, aunque aún faltaba una hora para anochecer. Nunca había sido un buen barrio, pero desde la llegada masiva de extranjeros la población, mezcla de blancos y negros pobres, aderezada desde unos años atras con todo tipo de inmigrantes de pocos recursos se había disparado.

El ayuntamiento no consideraba que iluminar ese distrito fuera una prioridad por lo que las pocas farolas sólo se encendían unas horas tras anochecer y otro par al salir a los trabajos - un lujo en aquel lugar que pocos se permitían - eso junto a la sombra de los rascacielos de uno de los nuevos centros financieros edificado al otro lado de la autopista daban a aquella hora una penumbra casi igual a la que habría cuando el sol terminase de ocultarse.

Entre las sombras de un puesto de perritos abandonados cubierto de herrumbre, una figura esperaba. Viendo pasar los segundos en un camino predecible, claro; esperaba que llegase el momento apropiado, el tiempo justo. El tiempo era lo único importante y todo había sido dispuesto para que la bifurcación más importante de su vida llegase.

Para la mayoría del resto de los que habitaban la ciudad era un día normal. Un día como otro cualquiera, lo que para algunos era más especial que para otros. Cómo los que tenían una de las valiosas invitaciones al evento del mes en toda Sudáfrica: un macrofestival de música y artes visuales 24 horas non stop en una de las barcazas de lujo que paseaban por el Lago, aunque a los que sentían un orgullo desmedido por la ciudad les ofendía que no se le llamase el Mar. El evento comenzaría a las nueve.

Había otras cuatro personas para las que tampoco sería un día normal, aunque ellas tampoco lo sabían aún. Para ellas todo comenzó con apagón de medianoche, cuando todo Johannesburgo se quedó sin electricidad.

 

 

 

 

Cargando editor
12/09/2016, 19:50
EVA

Hilda Keuffel terminaba la última jornada del día en la caja registradora. Aparentaba ser una muchacha de veintipocos años, de rostro agraciado y cabello rojizo que la delataba junto a su piel como minoría blanca de Johannesburgo. Su actitud profesional y su capacidad de trabajo habían hecho que conservase al puesto, junto al hecho de que su atractivo parecía atraer a los hombres a menudo, pese a que su conducta no variaba un ápice de lo normal. Esa frialdad era una de las razones por las que, pese a ser una buena trabajadora, no hubiese ascendido a un puesto superior o que tras las primeras salidas con algunas de las compañeras del supermercado, no la hubiesen vuelto a llamar para salir.

No era algo que preocupara excesivamente a la susodicha, que usaba su puesto para analizar y almacenar datos respecto a las conductas de los clientes y compañeros que la rodeaban. Las numerosas hipótesis desarrolladas no explicaban apenas el comportamiento humano, si bien era paciente, y creía firmemente (al menos, tanto como puede hacerlo un robot que ha comenzado a desarrollar tímidas sensaciones parecidas a lo que nosotros denominaríamos sentimientos) que suficientes teras de almacenamiento usando complejos algoritmos avanzados (inabarcables para la mente biológica) darían su fruto. Puede que llevase muchos años, pero Hilda era tremendamente paciente en comparación con los seres que la rodeaban. De momento había sido capaz de predecir rutinas en base a registros del entorno como la temperatura, humedad o épocas del año, así como otros estímulos y variables como la edad, estatus socioeconómico, sexo biológico y nacionalidad. Esperaba poder correlacionar de manera perfecta la emoción y la conducta basado en indicadores similares. Si había algo que se podría decir que le daba satisfacción, era aquello.

Tan pronto terminó su trabajo, se despidió de sus compañeras y jefe (un protocolo simple y sencillo), y se fue en dirección a una guardería que había a media hora de allí, para lo cual usó el transporte público, otro excelente lugar de observación de la interacción humana.

***

El sitio formaba parte del recinto de un colegio de primaria y contaba con instalaciones decentes para la ciudad.

-¡Mamá! -dijo una niña rubia de unos 4 años mirándola y sonriendo mientras salía corriendo hacia ella, abrazándose a su pierna, bajo la mirada cálida de su cuidadora. Hilda sonrió, aunque la profesora sintió, más que ver, que la que devolvía la progenitora de la pequeña, carecía de ese brillo que detectaba en la mayoría de las madres.

-Hola cielo, ¿qué tal el cole? -dijo mientras cogía a la pequeña en brazos y ésta se agarraba a ella.

-Muy bien, ¡hoy hemos pintado animales! ¡Y me han salido muy bien! -sacó de uno de los bolsillos un papel bastante doblado con dibujos que no se diferenciaban en nada de los de otros chicos.

-Muy bien, son muy chulos. ¿Te has portado bien hoy? -la pequeña asintió.

Hilda miró a la joven educadora, que sonrió con grandes dientes blancos que contrastaban con su piel de color negro.

-Hoy Katey se ha portado muy bien, señorita Keuffel. -dijo mientras guiñaba el ojo a la criatura. -Me gustaría hablar con tu mami un poquito, ¿vale? ¿Por qué no dibujas la nave mientras tanto? -dijo señalando a la enorme mole que se podía ver en el cielo- Y puedes usar todos los lapices de cera de la clase.

La niña asintió y Hilda la dejó caer mientras iba feliz dentro de la clase. Una vez a solas, Farai, se volvió hacia ella.

-¿Qué ocurre?

-Katey se porta bien, señorita Keuffel, no da problemas nunca y he de decirle que es una niña ejemplar. -hizo ademán señalándola con la mirada. -Pero lo cierto es que tiene algunas dificultades para estar con los otros niños. No es sólo la pelea de la otra vez -anticipándose a la pregunta había levantado la mano. -Eso es normal en todos las criaturas a estas edades -meneó la cabeza como si negase- Es el hecho de que en ocasiones, actúa... -Farai no sabía bien como describirlo sin ofenderla, y le estaba costando- digamos que a veces no hace lo que se espera para una niña de su edad

-No entiendo, ¿puede especificar un poco más? -contestó Hilda, con cierta expresión de preocupación en el rostro.

-Su hija está bien, pero sus habilidades sociales no son las adecuadas para el periodo de edad que tiene. -al soltar aquello, y viendo que la mujer blanca no ponía el grito en el cielo (algo que también la extrañó), continuó algo más aliviada. -Por eso me gustaría... eh... si no le importa, que hablase el próximo miércoles con la psicóloga infantil. Creo que sería muy bueno que la doctora Lange le proporcionase unas pautas para que Katey mejorase en ese aspecto. -lo había soltado un poco más rápidamente de lo que habría querido.

Hilda estuvo un segundo en silencio antes de asentir con la cabeza mientras miraba fijamente a Katey, que en aquel momento, como impulsada por algo desconocido, levantó la cabeza y la miró. Farai no sabía si era una mirada de preocupación o de reproche hacia la pequeña.

-Está bien. Saldré un poco antes del trabajo y vendré a hablar con la doctora. ¡Cielo, volvemos a casa!

Katey vino corriendo y se despidió dando un beso en la mejilla a Farai y un abrazo antes de irse de la mano con su madre.

Cuando la joven negra volvió al aula, observó el dibujo hecho por la pequeña. Era un poco raro porque no se parecía en nada a la nave, pero lo dejó en uno de los cubos que tenía su nombre y servían como cajones para depositar sus objetos de uso diario. Un experto de la NASA habría descubierto que en efecto, el dibujo, aunque infantil, realmente era una réplica de la nave, sólo que vista desde la órbita de un satélite y mostrando los primeros niveles superiores superpuestos del interior.

***

Más tarde, Katey y Hilda habían desaparecido. En un pequeño apartemento de un piso de clase media-baja para blancos, un lugar de apariencia espartana, ambas figuras se habían fusionado en una sola, dando lugar a EVA. Ésta, tras procesar sus datos, usando la mayor potencia que le proporcionaba volver a ser una sola unidad, se preparó para salir a aquella macrofiesta, donde esperaba seguirle la pista a su objetivo, un pakistaní sospechoso de pertenecer a una de las bandas del tráfico de drogas de la ciudad, que podría serle muy útil.

Notas de juego

Siento el tocho que me ha salido ^^U Espero que se lea sin problemas y no sea muy aburrida.

Cargando editor
13/09/2016, 18:54
Director

Notas de juego

En absoluto. Para mi gusto, perfecto y justo lo que buscaba. 

Cargando editor
13/09/2016, 21:06
Myriham

En un cuchitril que no corresponde al nivel que debería tener una mujer blanca, nativa de esta tierra y que ha estado trabajando en el Circo del Sol, despierta Myriham, siempre ha pensado que esta ciudad representa lo peor del planeta, pero su gente (al menos la mayoría) merece la pena, muchos se ayudan compartiendo lo poco que tienen, así que sigue aquí porque supone que si va a reconectar con Andrew será aquí.
Debería salir de la cama, son casi las 18 y si quiero llegar "al Lago" para trabajar en las mesas de sonido y que me paguen debería ir, no es que aquello no vaya a arrancar sin una técnico de sonido pero necesito comer
- Buenas tardes Andrew, espero que hayas pasado buen día. Silencio, como en los últimos meses, solo hay silencio, Myri se mete en la ducha y se quita la ropa de anoche, lanzándola empapada al cesto de la ropa, sabe que tiene que ir a la lavandería pero realmente no la apetece, y tiene aún ropa limpia con la que poder ir a trabajar.
Después de ducharse y vestirse coge su mochila de material y se dirige al trabajo de esta semana, si no llega tarde o falta ningún día podría conservarlo hasta el final, y quien sabe, después puede que alguien la llame, piensa que si tiene que esperar sentada a que la llamen los de ICON puede morirse de hambre.

Notas de juego

No lo he localizado, pero creo recordar que los pensamientos van en cursiva, corregidme si me equivoco.

Cargando editor
15/09/2016, 01:40
Blackwolf

Al mismo tiempo y en otro decadente punto de la ciudad, un hombre de tez morena llega a casa de trabajar. Porta una bolsa con algunos víveres y no logra sacar la llave de la puerta. -¡Mierda de cerradura! Tengo que cambiar ese cilindro de una vez. Masculla el hombre. -¡Paaapiiiii, paaapiiiii…! Corean al unísono las voces de dos minúsculos humanos que empiezan a rondar a su alrededor. -¡Eh, pero qué tenemos aquí! Dice agachándose a recoger a la más pequeña de las niñas, tras besar a la otra en la frente. -¡Si son mis dos princesas favoritas!

De camino a la cocina, una voz le alecciona. -¿Es que acaso quieres que te lave esa boca con lejía jovencito? Luego te lamentas de que la profesora te llame por lo que las niñas hayan dicho en el colegio. Una mujer, entrada en años, aparece rodando en su silla de ruedas por el pasillo. Porta con ella una bolsa de plástico colgando de un lateral de la silla llena de un líquido amarillento y un gotero en lo alto de un colgador. -¡Ains! Tienes razón mamá. Pero vosotras sabéis que no podéis decir eso. ¿Verdad? Asíente mientras se desembaraza de la bolsa y la pequeña. -Y ahora, venga. A la ducha que estas princesas están oliendo a tigre…

Un buen rato después y con las niñas durmiendo, el hombre alza a la señora de la silla de ruedas y la deposita en una cama algo desvencijada. -Roy, hoy ha vuelto a llamar la asistenta. Dijo la mujer. -¡Ah, si! ¿Qué le has dicho? Preguntó el hombre con una repentida cara de preocupación. -Pues la verdad. Contestó la mujer. -Que te hallabas trabajando en ese momento. Pero no pareció importarle demasiado. Dice que quiere tener una vista personal contigo la semana que viene.

Ya con la casa en calma, deja reposar su trasero por primera vez en el día. Recuesta su cabeza sobre el respaldo del sillón. -Sin duda, este curro nuevo no tiene nada mejor que el anterior. Definitivamente, no se puede confiar en los agentes de empleo temporal. Si lo llego a saber, habría rechazado la oferta y habría ido a ese evento de esta noche. Estoy seguro de que un sitio de categoría como ese, habría dado un mejor sueldo. Sin embargo, así son las cosas. Será mejor que aproveche las pocas fuerzas que me quedan para repasar para el examen de termodinámica, voy bastante pillado de tiempo. Esta noche el lobo se queda en la cueva.

Cargando editor
15/09/2016, 11:14
Editor Jefe

En la barcaza de recreo.

Eva había conseguido colarse en la fiesta, aunque la seguridad era elevada y la vigilancia extrema, no era tanta para que no le alcanzase con sus muchos dones. Aunque su plan inicial de hacerse pasar por alguien le había salido rana, dado que tenían sofisticados sistemas de detección biométrica en la entrada del barco; pero la entrada oficial no era la única para alguien como ella.

Abdul Saleem Rafiq, su presa, estaba en la barcaza, efectivamente. Había llegado con un par invitados, personas importantes de la ciudad que tal vez estuvieran en el negocio del narcotráfico o tal vez no, pero que eran importantes empresarios en cualquier caso. Hacía clara muestra de que todo lo que se quitaba en racismo lo compensaba en machismo, haciéndose acompañar de un amplio harén que más parecía un catálogo de la variedad étnica de la raza humana pero las numerosas chicas, probablemente en su mayoría prostitutas o mantenidas inocentes, eran pocas comparadas con los guardaespaldas y personal de seguridad, que superaban las dos docenas; y reforzaba la exhibición de sus defectos, pues ninguno de ellos era de sexo femenino.

Se había refugiado en una de las plantas privadas, espectaculares reservados circulares en la superestructura que ocupaban un piso entero con ventanales de espejo en todas direcciones. Desde ellos se podía ver a la vez el Lago (habitualmente la idea era ver el mar) en todas direcciones y todo el escenario principal, incluyendo a los espectadores, situado en la cubierta de proa a la vez que los escenarios secundarios menores de la cubierta de popa. Pero esas habitaciones eran extremadamente reservadas, sin vigilancia externa a la que pudiera conectarse. La gente de seguridad del traficante se había repartido por toda la planta y en su acceso, dónde seis matones evitaban que nadie molestase.

Ahora estaba observando la superestructura, tan alta como un edificio de diez plantas, mientras terminaba de formar un plan. En el escenario seguían suceciendose, uno tras otro, para algarabía general, grupos de música de prestigio, el suficiente para que ella pudiera reconocerlos, aunque no valorarlos. Al menos hasta que, a las doce menos diez, saltó al escenario alguien a quien sí conocía, una joven local que desató la histeria entre los más jóvenes: Wimbo.

Para la joven johannesburguesa aquel era un día importante, el concierto de la noche entre la élite de la ciudad era una gran oportunidad para su carrera como cantante, pero era también un punto caliente en la previsión de ataques terroristas y metaterroristas. Había sido invitada a actuar, no sabía si porque ella lo quería o por casualidad, y en uno de los momentos más importantes, sería la penúltima, con una actuación programada a las once y media que, todos sabían, acabaría empezando cerca de las doce y quince minutos de espectáculo - tres cortes que ya serían cuatro cuando le pidieran un bis - y que, en realidad dejaría su participación más cerca de la media hora que del cuarto. No debía hacer dos bises, le habían dicho, puesto que luego venía otra estrella internacional, una insufrible diva americana de cuerpo de goma y ego de diosa griega que montaría en cólera si no podía salir a las doce y media como tenía en contrato.

Eva se permitió una leve distracción para ver actuar a su amiga. Era, en realidad, muy educativo puesto que la cantidad e intensidad de variados sentimientos y emociones que era capaz de despertar en una multitud tan grande era un ejemplo claro de lo que a ella le obsesionaba de aquellas formas de vida tan simples aparentemente pero que habían sido sus creadoras.

Sin embargo ni Eva ni Wimbo pudieron disfrutar demasiado del recital. Eran las doce en punto cuando todo empezó a cambiar. Al principio fue una lenta ola que iba transformando los coros, risas y gritos en silencio contenido y murmullos preocupados; se añadían cada vez más móviles y flashes que desaparecían de lo alto para ocupar a sus usuarios en porqué averiguar por qué habían perdido la red. Todo se apresuró cuando, en el escenario, primero los músicos y luego la propia Wimbo pararon la actuación puesto que en su alto privilegiado podían ver mejor que la mayoría lo que ahora preocupaba ya a toda la barcaza.

Las luces de la ciudad, un pequeño sol en el horizonte, practicamente habían desaparecido como lo habían hecho las de las autopistas y carreteras que bordeaban el embalse e, incluso, las más cercanas del lienzo de la presa y del canal de esclusas que permitían subir y bajar a los barcos desde el río acanlado al Lago. La barcaza seguía teniendo luz, porque se alimentaba de generadores, pero parecía que el resto del mundo a su alrededor se había sumergido en las tinieblas.

Cargando editor
15/09/2016, 12:43
Editor Jefe

En la ciudad

Blackwolf estaba estudiando en tranquilidad, nada fuera de lo habitual, las niñas no daban un ruido y su madre parecía que iba a tener buena noche, lo que cada vez era menos habitual. Nada le perturbaba fuera de lo normal, lo que en la noche de Johannesburgo, en aquel barrio bajo la sombra de la nave, incluía casi de contínuo ruido de alarmas, vehículos a toda velocidad, accidentes, sirenas de policía, discusiones y, una o dos veces por hora, un disparo, la mayoría de las veces sin grito de agonía detrás.

Sin embargo cuando sólo llevaba la mitad del tema, su reloj interno le decía que muy cerca de las doce - y que la última vez que miró el móvil eran las doce menos diez - la luz se fue de forma repentina e inesperada. Lo primero que le vino a la mente, aterrado, fue haberse olvidado de pagar el recibo otra vez, pues ya le habían advertido que al siguiente retraso primero cortarían y luego hablarían, pero no era así. Además la oscuridad era total, de hecho cuando se asomó a la calle - para lo que tuvo que salir al descansillo, pues su piso era interior - lo primero que le llamó la atención es que, por primera vez en su vida, a lo lejos, dónde ya no había nave espacial, veía las estrellas en Johannesburgo. No había más que pequeños puntos de luz en la ciudad, que él viese: el Hospital Betha Woxma, el parque de bomberos del distrito de al lado y algunas plantas de los rascacielos del distrito japonés. Cabía suponer que la comisaria del barrio y algún edificio más de los cercanos también tendrían generadores, pero no eran visibles desde su casa, como otro montón de sitios de la ciudad más lejanos que probablemente también los tuvieran.

En casa todo estuvo tranquilo aún algunos minutos, al menos hasta que las sirenas de todo tipo y las alarmas se dispararon como si fuese el día del Juicio Final y despertaron a todo el barrio. En las calles la gente había decidido aprovechar el apagón para saquear y delinquir, pronto también había algún helicoptero dando por megáfonos consignas para mantener la calma y el orden - sin la más mínima posibilidad de éxito - los nervios iban en aumento y el caos en las calles era mayúsculo.

Si Blackwolf tenía alguna esperanza de que la policía restaurase el orden pronto la perdió al comprobar que un convoy de policía atravesaba su barrio en direccion a la carretera de mantenimiento de la Presa.

Era de sobra conocido que, cuando Johannesburgo vio su población multiplicó al llegar la nave espacial hubo que tomar complicadas decisiones logísticas respecto al abastecimiento. Tanto el de suministros como el energético se resolvieron con el Lago (o el Mar, si eres chauvinista).

En lugar de varias centrales de ciclo combinado, aeropuertos, ferrocarriles y autopistas, crearon una de las mayores macroestructuras del continente para formar una presa y redirigir las cuencas fluviales de varios ríos hasta inundar varios kilómetros a lo ancho del cauce del Vaal para formar uno de los mayores lagos artificiales del mundo, con varios cientos de kilómetros de cauce inundado, y una capacidad de desagüe que permitía alimentar el resto del río en un canal de anchura y calado suficientes para remontar portacontenedores desde la desembocadura en Durban. La presa hidroeléctrica abastecería el 100% de las necesidades eléctricas de la ciudad, dejando el petróleo sólo para transporte y el gas para calefacción.

Sólo cabía suponer que la central tenía problemas. Y eso sólo podía ser resultao de un ataque.

 

Notas de juego

La información sobre la ciudad la pongo aquí para no repetir, pero todos la conocéis.

Cargando editor
15/09/2016, 16:43
Blackwolf

Asomado a la ventana del edificio, contemplaba atónito el devenir de los acontecimientos. En cuestión de minutos, la ciudad se había sumido en el más absoluto caos. -No puedo quedarme aquí quieto. ¡He de hacer algo! Pensó mientras se dirigía hacia el dormitorio de las niñas. Sorprendido de ver a ambas dormir aún en la litera, piensa en la guerra que han debido estar dando todo el día como para dormir tan plácidamente. Acto seguido, da un beso a cada una de ellas para terminar abandonando la habitación por la puerta, cerrando ésta con extremo cuidado.

No sucede lo mismo con su madre... - ¿Roy, eres tú?  Pregunta la mujer con voz lastimera según abre la puerta. - ¡Así es, mamá! No te preocupes. Contesta él, en tono sosegado. - ¿Qué es todo ese alboroto? Pregunta la mujer mientras se la escucha incorporarse en la cama en mitad de la oscuridad. -Ha habido un apagón en toda la ciudad. Todo está algo colapsado ahí fuera. Han comenzado a saquear algunos comercios. Suerte que en su día invertí en la cerradura reforzada. Creo que no tenemos de qué preocuparnos. Dice el hombre mientras enciende una vela y la deja reposar sobre la mesilla de noche. La mujer, con gesto consternado se lleva la mano a taparse la boca para después llevársela al pecho. - ¡Eso es terrible! Exclama. - Así es mamá. Quiero ir a ver a Steve. Me temo que su tienda pueda estar en peligro. Voy a intentar echarle una mano. ¿Crees que podrás hacerte cargo de calmar a las niñas si se despiertan?

Tras subir a la azotea del edificio y percibir la brisa de la noche, se siente bien. Respira profundo, dejando que la mezcla de aromas que flotan en el ambiente inunden sus fosas nasales, dibujando un universo paralelo de imágenes mentales en base a los olores percibidos. Sus oídos comienzan a captar los diversos sonidos de la ciudad, hasta lograr acostumbrarse y aislar éstos, logrando así diferenciarlos. El vello de su nuca se eriza, segundos antes de empezar a correr hacia el borde de la azotea. Donde, con un repentino salto, se lanza hacia la azotea del edificio anexo. Continuó su andadura por los tejados, hasta divisar un furgón policial rezagado de los convoyes que partían rumbo a la presa. - Ese es el mío… Piensa para si mismo. -Fiiiu… ¡Taxi! Dice al tiempo que se arroja de un salto sobre el techo del vehículo. Una vez sobre el vehículo, pega su oido al techo de esta, esperando escuchar la transmisión de la radio. -¡Esto me huele muuuy mal!

Cargando editor
17/09/2016, 18:52
Myriham

Mientras la voz de Wimbo se va apagando a la vez que las luces de la ciudad Myriham mira al otro técnico que empieza a a cacharrear con su móvil, este niega con la cabeza confirmando las sospechas de Myriham ¡no hay internet!, obviamente con el apagón los repetidores han caído, esto le indica a Myriham que es la presa la ha dejado de funcionar, por la razón que sea las líneas secundarias no llevan corriente al igual que las principales.
Su siguiente pensamiento es para los niños de "ma" Wembe, hace poco consiguieron de un chatarrero material para un generador de gasoil para el hogar de niños abandonados de la docttora Wembe, Myri espera que el generador aguante toda la noche o si no los pocos niños que puede atender en el consultorio de Alexandra no verán el día, ni siquiera cogiendo la autovía 3 llegaría a tiempo a Alexandra para poder hacer algo, pero si no está iluminada será una ratonera llena de gente asustada, además sin internet no hay forma de conseguir los diseños de nada.
- Bernard, ¿no tendrás una honda corta? le inquiere a su compañero de trabajo Podríamos escuchar las transmisiones de la banda ciudadana y ver si dicen algo de lo que está pasando
Mientras busca con la mirada a Wimbo o algún subalterno de ICON, puede que vayan a necesitar ayuda, siempre estánintentando tener buenas relaciones públicas, aunque sean una empresa podrida de intereses económicos mcomo el resto.

Cargando editor
17/09/2016, 20:55
EVA

Eva su acceso a los canales informáticos para sondear redes y procesar datos, tratando de descubrir causas probables y veraces sobre aquel súbito apagón. Fuese lo que fuese, no era un tema baladí ni supérfluo. La avalancha de datos disponibles, aunque pequeña en comparación con otras noticias, pues sólo hacía unos minutos de aquello, estaba floreciendo por todas las redes sociales como un virus que se expande de forma exponencial. Analizar todo aquello podría ser un problema para los humanos, pero la capacidad de procesamiento de la IA, cuyas células, por así decirlo, eran unidades de procesamiento, tenía una potencia superior a la de cualquier máquina existente. Sin embargo, aquello le llevaría algo de tiempo.

Dejando que los datos se procesasen en segundo plano, se fijó en varias de las chicas, creando una figura que tenía rasgos de todas y cada una de ellas, pero que era distinta, con el fin de infiltrarse y acercarse a su objetivo. La mezcolanza de las chicas de compañía la haría lo bastante similar como para no llamar la atención y que los guardias no se cuestionasen mucho su presencia, siempre y cuando su comportamiento estuviese dentro de los patrones de conducta que se esperaban de una mujer del harén. Imitando un vestido verde oscuro, comenzó la caza.

Cargando editor
17/09/2016, 22:06
Wimbo (Nadira Usia)

En la Barcaza

El pánico podía cundir en cualquier momento, provocar heridos entre los espectadores, y alimentar el caos entre los que nos seguían por Internet u otros medios. Un gesto rápido me permite acceder a la realidad aumentada que Miriham había sugerido implementar en mi vestuario. Otro discreto movimiento localiza y envía una partitura a la orquesta.

Con los primeros acordes me encamino hacia bastidores seguida por las cámaras del evento y las implementadas en mi vestuario. Con voz idéntica a la de la diva en su mejores años de juventud comienzo a entonar uno de sus primeros éxitos. No tardo en encontrarla impaciente por empezar su actuación. Le tiendo la mano y, consciente de las cámaras, acepta acompañarme al escenario interpretando un dúo conmigo.

Dejo que sea ella quien se luzca mientras me muestro tierna y cándida. Pero me aseguro de atraer la atención del publico y de mi compañera. Finalmente acerco mi rostro a ella vocalizando "gracias" y entreabriendo sensualmente mis labios. Tal y como esperaba, hace honor a su reputación, y me besa de forma demasiado posesiva para estar tan solo actuando.

-Hay tenéis vuestro momento. -Pienso mientras la oleada de flash me anima a esperar que, sea en la barcaza o la ciudad, todos los que hayan visto la escena tendrán por el momento otra cosa en la que pensar que no sea la potencial catástrofe.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lo siento Radagast pero necesito quedarme con la opción de Edonè. Necesito que aya internet y, hasta donde yo se los repetidores de telefonía móvil aguantan varias horas aunque halla una caída de red eléctrica. Al menos los móviles, y quienes tengan sistemas autónomos (pej. un portátil / tablet con tarifa de datos) seguirían teniendo red.

La escena seria algo así pero solo con Madonna y Britney.

Hago un movimiento de Servir y Proteger 2d6 + 2 (influir) para contener los posibles disturbios. distrayendo a los espectadores de la potencial catástrofe e, idealmente, dándoles otra cosa sobre la que pensar.

Elijo:

- Reducir la efectividad de un ataque o estado (1 nivel por punto gastado)

Para reducir los daños y el caos producido a la ciudad.

Cargando editor
18/09/2016, 08:07
Myriham

Notas de juego

Respecto al tema de Internet, como el editor había puesto que se había caído la red he asumido la red de redes no solo la eléctrica. No problema, mi compañero técnico que estaría nervioso o que se le ha acabado la tarifa de datos.

Cargando editor
18/09/2016, 19:22
Editor Jefe

En la barcaza

La gente pronto olvidó la situación en el exterior cuando el espectáculo continuó. Nada podía ser tan grave, si seguía la música y, allí, en aquel Edén sobre el agua, todo estaba bien; cabía suponer que los guardias privados y la policía cuidaría de sus hogares, y lo que estuviera pasando en el resto de la ciudad, las zonas dónde no había más guardias que gente, no era algo especialmente preocupante en ese momento.

Pronto todo estaba tranquilo en la barcaza, aunque la gente seguía con cierta frecuencia mirando molesta sus dispositivos que ya no tenían red, se conformaban con hacer ahora las fotos y los vídeos a la espera de poderlos subir a sus redes sociales. Aunque ello requirió que Miryham redoblara esfuerzos junto a su equipo, pues pronto perdieron el acceso a internet, pudieron fácilmente reprogramar todo el equipo para que funcionara usando la wifi local como red de área, pero los materiales de consulta externa quedaban inaccesibles. Tal vez nadie lo llegara a saber o valorar fuera de sus compañeros, con Wimbo y la americana dando su espectáculo en escena, pero sólo su magia podía alargar el concierto indefinidamente, si ahora se iba era probable que los problemas superasen a sus compañeros.

Pero, por ahora, todo estaba en marcha. Bernard no tenía nada tan antiguo, pero sí que tenía las cosas suficientes para que ella pudiera conectarse a la radio del barco, si sólo recibía era improbable que la detectasen, si emitía podía haber más posibilidades que algún técnico atento viese las señales en sus monitores. Pudo hacer una recepción lamentrable, pero suficiente para captar una conversación de la policía en que se informaba que "el ejército no consideraba por ahora crítica la situación en la presa y consideraba que el contratiempo podía ser resuelto por la policía". También pudo escuchar entre medias algunas conversaciones de radioaficionados que le confirmaron las sospechas: Johannesburgo estaba sin electricidad y la población más pobre y problemática se había lanzado a saquear y causar problemas.

Eva aprovechó la coyuntura para colarse en la superestructura, aunque dos de los hombres de Rafiq vigilaban la entrada, en realidad no tenían ninguna autoridad para prohibir la entrada allí, en cualquier caso tanto esos como los vigilantes del barco se tragaron sus camelos con facilidad, poco vestida y empleando los ridículos comportamientos que los humanos consideraban cortejo de apareamiento, como reír sin sentido, tocarse el pelo o contonear el cuerpo, tuvo fácil convencerles de que su sitio era el interior, pues era una VIP - o la compañía de un VIP, más bien - una vez dentro la situación se complicaba.

Tras una breve investigación dedujo que la única forma convencional de llegar a la planta de su objetivo era un ascensor privado que estaba custodiado por otros cuatro guardias que, pudo comprobar, no hablaban nada de inglés pero no tenían ninguna intención de dejar subir a más mujeres y, por desgracia, aquella zona no estaba desierta: personal del barco iba y venía y otros vigilantes aseguraban otros ascensores, a parte de los esporádicos clientes que iban y venían a sus asuntos. 

Ese tiempo también le había aislado de los sistemas más accesibles, la red de telefonía ya no estaba disponible, la antena que podía transmitirle con suficiente fuerza se había apagado de forma seria, tal vez estaba destruida, pues no daba ni señal de fuera de servicio. Las más lejanas, poco útiles pues su señal de retorno era débil, estaban inoperativas o cerradas con cierta seguridad, bajo control de los servicios de emergencias. De modo que tuvo que sacar información de los datos que había tenido tiempo de recopilar: la ciudad estaba en el caos bajo un apagón eléctrico total; la central hidroeléctrica no estaba operativa; los trabajadores no contestaban y la fuerza policial tampoco respondía tras haber dado la señal de emergencia y alertado de contacto hostil; las fuerzas especiales de la policía se dirigían hacia la presa; había habido contactos con el ejército pero no había conseguido información de su resultado.

Notas de juego

Las comunicaciones funcionan durante unos minutos al principio, y durante todo el tiempo de forma local en la barcaza, pues sus puntos de acceso y su red wifi funciona por generadores propios, eso es suficiente para las narraciones de Edonè y Cifuentes; pero en cuanto que las autoridades se dan cuenta de la magnitud del problema se restringe el uso de las antenas de telecomunicaciones porque sus baterías de emergencia son todo lo que queda (y durarían bien poco en un caos como éste con medio planeta tratando de comunicarse con la ciudad) pero, sobre todo, porque la barcaza usa la situada en la presa y esa, tras diez minutos de apagón, queda destruida.

@Wimbo, dado que la gente sólo estaba intranquila, mientras siga el espectáculo estarán bien, de fiesta. A menos que pase algo más grave que que la ciudad se quede sin electricidad - como que a la hora de irse a casa siga sin ella :P -

@EVA, puedes neutralizar a los guardias, no serían un problema para ti y no tendrías que usar derrotar (serían eliminados o dejados inconscientes automáticamente) pero hacerlo con discreción requeriría desafiar el peligro (siendo el peligro que alguien se de cuenta de lo que has hecho). 

Cargando editor
18/09/2016, 20:27
Editor Jefe

En el convoy de policía

Blackwolf había conseguido pegarse al techo de un camión blindado, los policías habían intentado mirar por el retrovisor y asegurarse de que todo iba bien, pero no le vieron por lo que tras un minuto se tranquilizaron. Viajaban rápido, aunque no tanto para que le fuera difícil permanecer agarrado.

Durante el trayecto le dio tiempo a escuchar a escondidas algunas conversaciones, que los oficiales trataban de mantener al mínimo. La información parecía escasa y confusa, la salsa perfecta para el desastre:

La central hidroeléctrica había sido atacada y todo parecía indicar que por un metahumano. Había habido disparos en las últimas comunicaciones que recibieron por los emisores de onda corta y el sonido hacía sospechar que los oponentes no llevaban armas de fuego. No había comunicación ni con los trabajadores ni con la vigilancia, mezcla de guardias de seguridad privados y policía.

Blackwolf se sorprendió en un giro cerrado, era muy extraño viajar en tanta oscuridad, y el paisaje se hacía extraño y desconocido. Apenas pudo distinguir abajo, iluminada por la luna reflejada en el canal, la presa. Estaban descendiendo por la carretera que cruzaba por los canales en una serie infinita de S que les llevaría a descender los cien metros largos de la presa en un recorrido de varios kilómetros, aunque el lienzo en realidad estaba a escasos veinte metros de él, casi invisible en la oscuridad, y el centro de control un poco más abajo, si no era un vehículo alérgico a los desniveles de más de 60º.

Lo que estaba claro era que el lugar estaba completamente a oscuras y en silencio. Una pequeña columna de humo se elevaba de la zona de oficinas y edificios de mantenimiento, más detectable por el olor que por verse, era un fuego de origen eléctrico o, al menos, de maquinaria quemada. Ese lugar era también el de la central hidroeléctrica.

Cargando editor
18/09/2016, 20:43
Editor Jefe

En Alexandra

El puesto de perritos se abrió, dejando salir a una figura delgada, no parecía nada especial en la absoluta oscuridad. Era el momento. La luz ya no estaba. Caminó con movimientos casuales que hacían que nadie consiguiera verlo, pues siempre giraba en el nanosegundo exacto para evitarlo, para evitar a las personas. Y, si eso fallaba, se iba y volvía más pronto.

Cargando editor
19/09/2016, 07:55
Myriham

Los peores pensamientos de Myriham se conformaban, habían atacado La Presa.
Tocando por instinto la gargantilla Myriham trata de superar la creciente incertidumbre que la acecha últimamente en lo respecta a Andrew, siente su ausencia, aún así intenta con calma y sosiego obtener del espíritu algo de información, pensando para que la gargantilla la conecte con el anillo de su fantasmal amor.
- Andew, cielo, ¿podrías ver que ocurre en la presa?
Mientras espera si hay respuesta o no Myriham tratará de establecer contacto visual con Wimbo, no tiene ni idea que puede hacer para ayudar, sin esquemas o diseños se siente inútil.

Notas de juego

He corregido la ficha porque creo obvio que debería tener un vínculo con Andrew, y como no había completado los poderes he añadido el poder enfácil y he modificado el que tenía en límite, por lo que entendería que la petición a Andrew sea nula.

Cargando editor
19/09/2016, 12:29
Director

Notas de juego

He intentado pasarte los cambios a Ficha en lugar de descripción y vaciarla para no equivocarnos y creo que he perdido las modificaciones que has hecho en los poderes. Hazlas otra vez, por favor, y perdona. También te he asignado 1 vínculo a EVA y Blackwolf, aunque aún no lo semantices, porque no puedes no tener. El +3 es para que tengáis uno con cada PJ (en realidad es +nº de PJs adicionales)

Cargando editor
19/09/2016, 12:45
Andrew

Miryham notó un suave escalofrío, que su mente tornaba cálido y agradable, que se iniciaba en el hombro y le recorría la espina dorsal, el mismo que sentía hacía una vida, cuando aún la tenía, al acercarse Andrew por sorpresa como salido de la nada, por su espalda para asirla y besarla a traición.

Aunque ahora ya no había besos ni amor. Sólo palabras, palabras con voz de ultratumba que sólo oía ella. Y que ni siquiera podía estar segura de no haberse imaginado. Sabía que si miraba atrás vería algo que los demás no, algo que haría aún más duro y lejano aceptar la verdad.

-"No puedo ver tan lejos de tí, siento muerte, siento miedo, siento caos dónde el agua cae por su precipicio. Y amenaza, algo acecha en las sombras, pero el peligro está aún más lejos, un truco dentro de un truco dentro de otro truco."

Notas de juego

Por ahora pongo éste avatar hasta que Radagast2099 tenga una sugerencia mejor

Cargando editor
19/09/2016, 20:53
EVA

Notas de juego

Mañana postearé. Pero sí, intentaré desafiar el peligro.

Cargando editor
20/09/2016, 08:06
Director

Notas de juego

Ok, con maniobrar