Partida Rol por web

La fiesta en el Alexanko marcó un punto de inflexión en los problemas de la ciudad. El día siguiente una manifestación pacífica de ciudadanos de todos los sectores unidos convenció al gobierno de que, por una vez, debían dejar de pelear por el reparto de los réditos de la corrupción y solucionar el abastecimiento eléctrico en la ciudad si no quería una revolución.

Una semana después el suministro se restablecía a baja potencia durante el día, a las dos semanas estaba restablecido aunque con cortes nocturnos y a las tres se daba por solucionado, a pesar de que entre los barrios pobres aún había muchas manzanas sin suministro y los cortes a lo largo del día en diferentes puntos de la ciudad eran frecuentes. Suficiente para que la población volviera a rumiar su ira en lugar de escupirla a la cara de los gobernantes en forma de veneno.

Y suficiente también para que el tema de conversación pasara a las muchas luces que habían aparecido en la gran nave estacionada sobre la ciudad – y las otras tantas que se habían apagado – en los días siguientes al Gran Apagón. Todo normal de nuevo, ahora que los índices de asesinatos y disturbios habían vuelto a números controlados.

Una nueva distracción se había puesto de moda entre la nueva clase media-alta, formada sobre todo por nativos vinculados a los dirigentes, los extranjeros potentados que habían acudido llamados por el reciente desarrollo de la ciudad y los restos del “antiguo régimen” demasiado robustos o poderosos para dejarse desaparecer.

Se trataba de un espectáculo de marionetas animatrónicas, Los Autómatas de Farinel, que, decía todo el que las había visto, era increíble, casi mágico. Entre los pobres las historias que se contaban entraban directamente en la ciencia ficción y la fantasía, dado que ninguno podía pagar la entrada y hablaban de oídas de tercera o cuarta generación; cuando no en duelos de exageraciones, cómicas para cualquiera que no se sintiera intimidado por el narrador. Se programa en el Teatro del Mercado, que había perdido un poco de fuerza desde La Llegada, puesto que quedaba a apenas dos manzanas del Area de Sombra, como se llamaba oficialmente a la parte de la ciudad que había quedado permanente en penumbra bajo el paraguas amenazante de la inmensa construcción alienígena.

Las autoridades habían pensado que sería una buena forma de agradecer la ayuda prestada en el ataque a la central eléctrica una invitación a los rescatadores a esa actividad cultural y, sobre todo, que daría buena imagen. Dado que no tenían muy claro quienes y cómo habían intervenido lo habían solucionado con una rueda de prensa – que era lo que a ellos les interesaban – para hacer entrega a Wimbo, que era a quien reconocían y muy vendible, de seis entradas para el espectáculo de Farinel, para que pudiera acudir junto a la gente que con la que salvó la ciudad de daños mayores.

Un evento pensado para mayor promoción de la corporación municipal, puesto que ni siquiera le habían requerido presencia para la ceremonia, aunque sí la invitaron y – con falsedad política – la esperaban con ilusión que era lo mismo que "procura no eclipsarnos, esto es por nuestros votos".

-Gracias señor alcalde. Nosotros no somos héroes, solo tenemos la oportunidad de ayudar un poco mas que el resto. Algunos decidimos hacerlo gracias al apoyo de instituciones como ICON. Otros desde el anonimato, en un dificil equilibrio entre el compromiso moral y su propia vida. Otros incluso desafiando los prejuicios, entregando la vida si es necesario, como la difunta Elen D´Lacroix.

-Pero los verdaderos héroes son aquellos que sin talentos especiales. Los que demuestran esa generosa solidaridad que reforjo nuestra nación arcoiris. Gente como Ma Wembe que mantuvo abierto su centro medico infantil en Alexandra durante el apagón. O los voluntarios del Alexanko que día tras día se esfuerzan por reducir las divisiones entre aquellos todos los que habitamos la única ciudad interplanetaria del planeta. O aquellos que solo pueden interponer sus mas que prosaicos medios entre los indefensos y aquellos que se han comprometido a defender.

-Por eso he tomado una decisión que estoy segura que mis anónimos camaradas aprobaran. -Aunque probablemente ni a ti ni a mis jefes les entusiasme. -Añado mentalmente.

-Esta es la lista de todos los agentes de la policía metropolitana que han recibido menciones de honor durante el apagón. -Explico mientras la proyecto y activo un sencillo programa aleatorio. -Bernhardt Lasker recibirá dos de las entradas. -Anuncio cuando el programa hace su trabajo.

En supermercado de los suburbios un joven agente hace su diaria parada en el lugar donde trabaja Hilda Keuffel. Y se queda paralizado con una sonrisa estúpida cuando oye su nombre sonar en la radio. El motivo por el que todos los días se desvía en su trayecto a casa se queda mirándole pacientemente.

-Ma Wembe también recibirá esa pobre compensación por tantos años de tan altruista abnegación.

-Pues no estoy segura de poder ir. -Comenta con una sonrisa la anciana que observa el evento en un monitor remendado varias veces por Myriham.

-Se que la asamblea que gestiona el Alexanko no quiere ninguna recompensa. Pero los conozco lo bastante como para saber que elegirán dos buenos representantes de su magnifica labor.

+EVA

+Win"k"bo

>Hola maquinita.

>Oye que voy a donar las entradas del alcalde. Pero si quieres venirte yo puedo conseguir entradas.

>O puedes venirte conmigo y mostrarme otra variante de "tu tema" ;) ;)

>Quieres que le pregunte a los del departamento legal si habria riesgo para que vinieras como "SuperEVA"?

Trill. Your messaging application

+Myriham.DecriptPrtl|rerefef

+Win"k"bo

>Hola brujita.

>No te habrá molestado que haya donado que haya donado las entradas?

>Que puedo conseguir mas. O si lo prefieres puedes ir como Myriham "la superheroe" a la gala.

>XD XD XD volverías locos a los de marketing...

>A lo mejor me perdonaban lo del alcalde :p

Trill. Your messaging application

+BlackWolf

+Win"k"bo

>Jefe que done las entradas del alcalde. No se si lo viste en la tele.

>Pero si quieres traerte a las niñas y a mami puedo conseguir entradas ¿Oki?

>Y si quieres venir como Blackwolf dímelo y aviso a Markenting para que lo monten ;)

Trill. Your messaging application

+Win"k"bo

+Blackwolf

>Me ha costado entender qué era el dibujito ese que ha salido en el cacharro que me diste.

>No se como funciona ésto, espero que te llegue. ¿Lo dejaste configurado tú?

>Estoy con una movida fuerte con los servicios sociales. Me temo que pasaré una temporada fuera de circulación.

>Seguiremos en contacto.

Trill. Your messaging application

El supermercado no había sufrido grandes daños durante los disturbios de la noche, pero había hecho falta reponer estantes y productos diversos. Sin embargo, finalmente el local se había recuperado y sus trabajadores podían volver a sus rutinas. Tras unos días ausente, una nueva incorporación había venido a sustituir a Hilda, tras estar sin noticias de ella durante varios dias. En realidad, EVA había aprovechado para fabricar una nueva identidad tras recolocar su refugio en otro sitio, pues era altamente probable que sus creadores la estuviesen vigilando y necesitaba cambiar de apariencia para evitarlos tanto como fuera posible.

En ese momento recibió un mensaje de Wimbo. Había seguido los eventos a través del feed que recibía por las redes de la ciudad.

Evitemos mostrarnos al público por ahora. Hacerlo disminuirá las probabilidades de ser encontrados. Recomiendo seguir esta estrategia sobre la tuya. Iré como parte del público al evento mientras asistes como protagonista. Cubriremos así ambos puestos. Necesito confirmación del plan.
 

+EVA

+Win"k"bo

>Vale.

>Te envió la entrada a esta dirección. Si vas a venir acompañada avisa y mando otra.

>No vemos :*

Trill. Your messaging application

Adjunto al mensaje el código QR de una entrada.

Cita:

+Win"k"bo

+Myriham.DecriptPrtl|rerefef

>Pues si vas con Ma´Wembe no creo que necesites entrada. Que ya tiene dos ;) ;)

>Tienes que mirar mas las noticias.

>Aunque claro seguramente ella, y su acompañante, si atraiga un poco la atención. Todo el mundo sabe que se merecía las entradas y que se las done a ella.

>Si necesitas mas entradas avisa :*

Trill. Your messaging application

Teatro del Mercado

Wimbo y Myriham se sorprendieron al ver el aspecto remozado del Teatro, EVA en realidad nunca había tenido ocasión de acercarse a él. Había recuperado su encanto de antaño, capas de pintura y algunos arreglos habían devuelto su mágico explendor a un edificio que, desde el primer momento, había sido concebido para destacar y llamar la atención.

Años justo en la frontera de la Penumbra, el borde de la sombra en la que la inmensa nave espacial varada sobre la ciudad sumergía a buena parte de la misma, le habían tomado un peaje serio, por lo que recordaban ellas. Parecía que alguien había decidido volver a gastar dinero en remozarle y seguía haciéndolo a diario, considerando que faltaban un par de los faroles decimonónicos que deberían adornar la fachada y alguno de los dorados de los bolardos para la cinta de seda roja que ayudaba a formar la fila de acceso, que sin duda habían desaparecido en las calles aledañas convertidos en un par de platos para la cena en una mesa poco acostumbrada a ellos o, más probablemente, una dosis de alguna droga barata y letal.

Esa noche temprana, el ambiente era alegre y festivo entre los espectadores que hacía una respetuosa cola vestidos con elegantes trajes y vestidos; todos eran de la nueva élite nativa o ricos inmigrantes de los que habían llegado con las inversiones del sureste asiático y China, haciendo que EVA* y Myriham destacasen un poco más de lo que a ellas les hubiera gustado, aunque no eran las únicas, parecía que los ricos del antiguo régimen tendían a evitar mezclarse. Tal vez se hubieran metido en algún tipo de tema político enrevesado.

Más policias de los que Myriham había visto en todo el tiempo que había pasado en el hospital se aseguraban que nadie saliera de los barrios aledaños a perturbar a la élite; por lo que la gente se sentía segura, a pesar de que la iluminación, fuera de los recargados faroles del teatro, era más abundante por las luces de la nave espacial que por la iluminación pública.

La entrada al local ya ponía en ambiente a la gente, puesto que un animatrónico portero de hotel francés daba la bienvenida a todos, levantándose la chistera, abriendo la puerta e, incluso, contestando con acento francés a lo que escuchaba, usando notables boato y pompa. La mayoría alucinaba, pues parecía hecho de madera primorosamente pintada para parecer real, pero no parecía tener nada electrónico. Sin embargo EVA y Myriham pudieron apreciar que sí emitía las ondas típicas de un detector de movimiento, que su respuesta verbal obedecía a un complejo pero nada impresionante algoritmo heurístico y que aunque bien camuflados sí debía tener dispositivos artificiales porque emitía una cantidad de EM nada desdeñable.

Los invitados de la alcaldía tenían su propio palco, por lo que no tardaron en ser localizados por la prensa que se apresuró a atosigarles para ver si eran capaces de sacarles algo de información sobre Wimbo, sobre todo, o el resto de héroes al menos; tarea baladí que al no proporcionarles réditos les hizo perder interés a tiempo de que los invitados disfrutasen de toda la experiencia.

El teatro había sido modificado, se había prescindido del gallinero para albergar allí a la orquesta y sobre el escenario había unos pasillos que llevaban a una sala con ventanas. Toda esa parte estaba tapada con cortinas discretas y pintada de un blanco que la hacía pasar muy desapercibida al contraste con el espectacular telón de terciopelo rojo que tapaba el escenario enmarcado por un espectacular retablo de madera pintada de oro y tallada con escenas famosas del teatro y rematada en lo alto por las máscaras de la comedia y la tragedia que alternaban sus expresiones, pasando de una a la otra.

El espectáculo no tardó en comenzar, se trataba de varios cuentos alternando tradicionales con inventados por el autor de la obra, en versión bastante corta. Eran mudos, por lo que la orquesta era especialmente importante, para marcar los tiempos, el ritmo y dar a entender lo que pasaba con los cambios en la música.

Lo que les hacía especiales era que todos los actores y escenarios eran figuras de madera primorosamente hechas y pintadas - auténticas obras de arte invaluables - que se movían y manejaban como si fueran de verdad, haciendo cosas imposibles y movimientos de una precisión extrema todo ello sin cables, hilos, ni ruido mecánico audible. Y no eran simples movimientos de un lado a otro o saludos con la mano, no: peleas de espada, trepar por cuerdas, danzas y bailes... nada parecía fuera del alcance de los autómatas de Farinel. Y qué decir de su interpretación, si no fuera por su silencio y que seguían un guión uno pensaría que ese perro era un perro, que esa chica había sido acuchillada o que esos bailarines disputaban un torneo de baile en el que se jugaban su misma vida con la muerte.

Mientras Farinel, desde lo alto, en su habitación de suelo de cristal contemplaba el escenario con concentración y esfuerzo visible en el rostro, una figura en el exterior tomaba un perrito caliente en un puesto callejero, a la espera del momento exacto, del tiempo justo.

Los chicos de marketing se habían portado bien esta vez. Llegue al evento con margen suficiente para recibir a los invitados del alcalde. De forma que pude servirles de parapeto con la prensa. Los medios afines rápidamente los convirtieron en los invitados de ICON, o los Huéspedes de Wimbo. Pero la maraña de reiterativas preguntas me permitió colar el termino de Los héroes de Alexandra, y este pareció caerles en gracia a los chicos de la prensa.

Para cuando llegaron los representantes del Alexanko ya se dirigieron directamente a ellos así. La asamblea del centro social había echo toda una declaración de intenciones con su elección. El enorme y rubicundo capitán del equipo de Rugby contrastaba con el menudo inmigrante Nigeriano que lo acompañaba. Mientras que el jovencito de color exhibía una amplia sonrisa y se desenvolvía con soltura, el deportista afrikaner se notaba intimidado y se aferraba a la mano de su pareja casi compulsivamente.

Con el alcalde claramente molesto por su papel como convidado de piedra me pidieron que hiciera algo desde producción.

-Muchas gracias por reconocer el papel de sus héroes señor alcalde. Es la gente de normal de Johanesburgo, de esta heterogénea urbe interplanetaria, la que merece un reconocimiento. Y usted como su mayor representante tiene el mio. -Concluyo dándole un recatado beso en la mejilla y ofreciéndole mi brazo para que me acompañe al interior.

Aunque la mayoría de los relatos tienen un origen vagamente europeo la representación me fascina, y la música en directo refuerza el efecto. A ratos siento que me cuelgo de esas vibrantes ondas y recorro los sutiles ecos que rebotan por el recinto. Por desgracia mi presencia es parte de mi trabajo, y ocasionalmente tengo que atender un comentario o responder con una sonrisa al educado gesto de otro espectador. Por un segundo envidio a Nicholas oculto entre las sombras sin tener que responder a nadie. Pero después soy consciente de que estoy siendo injusta, el seguramente tampoco pueda disfrutar mucho pendiente de la seguridad.

-Me lo pienso traer para ver el espectáculo tranquilamente otro día. -Me propongo a mi misma.

Myriham nunca ha sido de llevar vestido, tampoco iba a aparecer con el elegante atuendo que hacía que la apodaran "Zatana Rubia", así que recupero el smoking negro entallado y unos botines burdeos planos, fagin blanco y una blusa burdeos, tras muchas dudas decidió usar un pañuelo blanco al cuello, pero una indiscreta prueba de apolillamineto la obligó a usar la descartada pajarita blanca, había teñido su melena rubia de burdeos. Wimbo comprendiendo que como invitada del palco acabaría saliendo en las fotos la había remitido el código QR de una entrada, colocada cerca de uno de los puntos de vigilancia que usaría Nicholas para posicionar uno de sus hombres de seguridad. Un sitio diacreto desde el que se puede ver el palco del alcalde. El autómata de la entrada emitía suficiente EM como para intrigar a Myriham, los autómatas de la representación con su realismo y comportamiento nada automático, lejos de distraerla y relajarla, estaban consiguiendo que empezara a buscar con la vista a EVA, a Nicholas, una ruta de escape, como sacar de allí a Ma'Wembe y a su acompañante. Transcurridos unos cuanto relatos, empezó a notar un cierto acaloramiento, esto que por un lado la debería relajar (puesto que su espíritu guardián no estaba presente y por tanto no había ningún peliAndre,hacía que se sintiera sola incluso dentro del teatro, añoraba el frío que marcaba la proximidad de Andrew, este tipo de espectáculos le recordaban al circo y añoraba aquella época sencilla y los aplausos del público, la cara de sorpresa de los niños.

El espectáculo desde luego era impresionante, pero nada de aquello conseguía sacudir la conciencia la inteligencia artificial. Mucho antes de que Wimbo o Myriham hubiesen llegado, Eva había conseguido colarse dentro del edificio, usando la apariencia de camarera, sirviendo aperitivos y toda clase de cócteles y bebidas con una bandeja con la que iba desplazándose por todo el lugar. Usando su capacidad de infiltración y sus dotes informáticas, había localizado a una de las trabajadoras en la lista del catéring de la empresa contratada por el gobierno para tal evento, y se había añadido a sí misma con un nombre y apariencia falsas. Invisible para la mayoría de los asistentes, usaba la apariencia de una chica joven que apenas llegaba a la veintena, con el uniforme propio de la empresa.

Mientras deambulaba por el edificio, analizó tan bien como pudo los robots que se mostraban al mismo tiempo que iba registrando las caras y nombres de los asistentes. Trataba de verificar de que no hubiese cambios significativos que pudiesen indicar algún tipo de infiltración o usurpación de identidades, como había hecho ella. Contrastar datos era tremendamente importante. Al mismo tiempo, ver a aquellas máquinas, que podían entenderse como antepasados lejanos suyos (tanto como los primeros homínidos lo fueron del homo sapiens) hizo que un nuevo proceso paralelo comenzase en su interior, uno que trasladado del lenguaje trinario* podía traducirse en: ¿quiénes definen mi papel en la sociedad humana? ¿son mis creadores o los habitantes de Johanessburgo? Era algo que tardaría en contestar, pero era un proceso que necesitaba respuesta.

* Al contrario que cualquier otro tipo de software, EVA estaba hecha a partir de programación cuántica, una tecnología que dejaba atrás el lenguaje binario de los procesadores clásicos y usaba avanzadas teorías de la física para representar estados de datos. Esta tecnología sólo había comenzado a investigarse como posibilidad hacía algunos años, y recientemente durante los pasados meses algunas compañías como Google, Microsoft o Apple habían declarado públicamente su inversión en procesadores de este estilo.

Mediada la función, EVA estaba nerviosa, tal vez nerviosa no era la palabra o no la que usaría ella, dado que no terminaba de entender el concepto. El hecho era que los datos no cuadraban y eso hacía que estuviera alerta, pensativa y analizando probabilidades como una loca, en definitiva, nerviosa.

Acababa el sexto cuento, una fábula africana sobre cómo las hienas consiguieron sus rayas, y ninguno de los autómatas que había en la exposición que había visitado, muy conseguidos pero simples aparatos animatrónicos, había salido en las obras que estaban repletas de otros que no había podido examinar.

Para colmo los que había en el escenario, aunque era imposible estudiarlos a tanta distancia tenían algo diferente. Su marca energética no era igual, sus movimientos eran infinitamente más complejos y fluidos… simplemente, no eran lo mismo. Y había algo que le resultaba familiar en ellos, algo irritante a lo que no podía poner nombre, ni entender cómo sabía, nuevamente su falta de familiaridad con las sensaciones y emociones hacía que no pudiera enlazar su experiencia actual con la palabra atávico.

Pero lo que más le preocupaba era otra cosa: un fallo en su sistema de análisis que no conseguía detectar. Había estado trabajando sobre todo en su estudio de asistentes y una alarma saltó con un guardia de seguridad, era un africano no tan grande como la mayoría de gente de seguridad, que no estaba en la lista. Al menos no estaba la primera vez que miró, había comenzado a perseguirle cuando la alarma se apagó: en realidad sí estaba en la lista.

Para ese momento, en el escenario, había comenzado el siguiente cuento, anunciado en el programa como uno de los más espectaculares por los títeres empleados: un relato del autor sobre el miedo cerval a los reptiles y su origen – aquí EVA sí entendía la palabra tan bien como los demás – atávico.

Entre los gritos de asombro del público tras la voz en off, un tiranosaurio perseguía a un pequeño lagarto arborícola, a medio camino entre camaleón y lémur para enzarzarse en una discusión filosófica que desgranaba los miedos e inseguridades mutuos una vez que el segundo subió a un árbol mecido por el viento, demasiado alto para que el gran saurio le alcanzase.

EVA había descubierto, otro segundo después, que el tipo que no/sí estaba en la lista no se correspondía con las imágenes en redes sociales asociadas a su nombre y, mientras trataba de seguirle sin llamar la atención ni ser detenida, que le era imposible detectar modificaciones en el fichero de personal, por lo que ella era capaz de ver siempre había sido así. Y para colmo Wimbo reconoció la foto que le envió la IA, al menos reconoció esos ojos tan familiares: era el mismo que huyó del callejón dónde murió Dynamo.

Por desgracia el hombre giró una esquina tras la que esperaba alcanzarle y… no estaba, ni rastro de él y la puerta siguiente estaba cerrada con una cadena y candado. Durante unos segundos las tres trataron de planear la siguiente acción.

Fue en ese momento cuando comenzó el caos. El principio fueron unos disparos simultáneos en los pasillos que llevaban al voladizo que había sobre el escenario, en el que pronto hubo un fuerte ruido. EVA pudo medir que los sucesos no habían sido simultáneos: primero sonó el disparo de la derecha, más o menos una décima de segundo después el de la izquierda y otro tanto más tarde el ruido en el cubículo.

La gente empezaba a ponerse nerviosa, algunos incluso a levantarse, preguntándose si era o no parte del espectáculo cuando varios de los robots anteriores empezaron a salir de los bastidores y de entre la tramoya: los niños del segundo cuento corriendo perseguidos por las hienas del anterior, el león del primer cuento rugiendo por uno de los pasillos laterales, mientras la caballera salía andando de espaldas con el príncipe inútil pero hermoso protegido detrás de algo que aún no se veía por el otro.

La situación se descontroló cuando el tiranosaurio dejó su exposición filosófica sobre la ventaja que una hipotética raza futura superevolucionada tendría con un cerebro primario de reptil y se giró con unos movimientos más naturales que los que tenía al simular pensar y debatir, volviéndose hacia el público para rugir hambriento, su avance causó pánico en las primeras filas, que se transformó en terror y estampida cuando un guardia de seguridad se interpuso, disparando, sólo para ser partido en dos de un mordisco.

La marioneta descontrolada procedió a masticar la mitad del agente intentando tragar por un esófago inexistente.

El precioso pero demasiado ajustado minivestido me atrapa en el asiento durante demasiado tiempo. O quizás simplemente el caos se extiende demasiado rápido. En cualquier caso lo primero era evitar el mortal cuello de botella en que se habían convertido los pasillos. Necesitaba mas espacio para que la gente pudiese huir.

Por suerte seguir el sonido de la orquesta me había permitido hacerme una idea bastante exacta de la estructura. La megafonia seguía conectada y los verticales ventanales dispuestos regularmente en los laterales al nivel del suelo servirían de estupendas salidas de emergencia. Encuentro el tono adecuado y empiezo a vocalizar armónicamente con la cacofonía que ahora emiten los amplificadores. Cuando las ventanas se convierten en nuevas salidas de emergencia empiezo a pensar en mi siguiente paso.

En el momento que Myriham estaba relajándose con la discusión filosófica entre los reptiles, todo va bien, podemos relajarnos. Ni siquiera estaba prestando atención a EVA, cuando se producen los disparos Myriham no piensa en el preligro espera ver aparecer un cazador con su arma humeatante pero en su lugar lo siguiente que registra su mente es como el guardia de seguridad muere al ser seccionado por el enorme androide, el hilo de pensamiento científico se rompe y el pánico ocupa el lugar del pensamiento racional, solo piensa en tres letras y así las manda a los sistemas de mensajería de sus amigas.

Cita:

Pese a revisar una y otra vez las bases de datos almacenadas en su interior, la IA era incapaz de encontrar la brecha de seguridad existente dentro del complejo. Sin duda el enemigo se había colado dentro, sólo que era incapaz de averiguar la manera en que lo había hecho.

Entonces, el caos se desató. Al menos, para los humanos. Para EVA, en momentos de estrés y miedo las pautas humanas se volvían mucho más predecibles en general, puesto que los hombres y mujeres actuaban más como animales que seres racionales, por lo que pudo empezar a anticipar con más facilidad los patrones de conducta que las multitudes adoptarían en aquel momento.

Sabía que los animales eran simplemente una distracción. El enemigo pretendía hacerlos salir de sus escondites para estudiarlos y saber cuándo atacar. Al menos, era lo que habían programado en su interior, y múltiples variantes de aquella estrategia existían en múltiples manuales de guerra de todo el mundo.

Envió un mensaje a sus compañeras:

Disparos coodinados de ambos laterales. Eran un aviso para las marionetas. Máxima alerta. Es una nueva trampa.

Wimbo, ¿puedes minimizar las víctimas e inocentes? Miryham, puedo hacer de conducto hacia las máquinas si eres capaz de reprogramar su código.
 

Ella trató de infiltrarse en las bases programadas de aquellas hienas y animales robóticos. Quería analizar sus códigos para hackearlos y obtener información sobre el enemigo. Estaban a ciegas.

En respuesta a su bloqueo mental Myriham recibe el mensaje de EVA y empieza a pensar en como puede piratear el sistema de las máquinas y utilizar al menos al tiranosaurio para bloquear al resto de máquinas, va a ser difícil y tiene poco tiempo sin poder conocer los esquemáticos de las criaturas solo se le ocurre soltar un gusano en el sistema común de las criaturas y tratar que se paralicen, mientras habla con EVA comienza a recuperar de su biblioteca de cosas el programa. - Gracias EVA, creo que puedo recuperar un virus de gusano, es genérico, y espero que sea efectivo. Enlaza en la transmisión y comienza a remitirselo a EVA - Teniendo en cuenta como es tu sistema no debería afectarte, aún así tienes que aislarte de la comunicación, va a provocar un ataque de denegación de servicio. Un fugaz pensamiento cruza la mente de Mytiham mientras pasa el archivo a EVA. - Este gusano puede afectar a tus capas de comunicación igual que a ellos.

El pánico iba a más, quizás desbocado cuando los cristales laterales estallaron como si fuera el pistoletazo de una carrera que ya había perdido el control para ese momento. También se produjo una inesperada lluvia de esquirlas de cristal sobre el escenario, pues al parecer el suelo del altillo era también de vidrio, al menos en buena parte.

A pesar del miedo, la masa humana resultó ser menos estúpida de lo que solía atribuírsele y el instinto de supervivencia de la gente se puso en marcha. Los más ágiles y egoístas no tardaron en sustituir la masificada pero sencilla entrada del edificio por el más complejo lateral trepando a los ventanales rotos para acelerar su huída dejando atrás al resto, pero contribuyendo a despejar la entrada y que la evacuación, que aún estaba comenzando, fuera más rápida y menos peligrosa.

Un rugido inmenso de rabia, que parecía cruzar la zona alta – probablemente un falso techo – en dirección a la entrada, le dijo a Wimbo que había contrariado a alguien y enseguida recordó el dragón de la historia de la caballera y el príncipe que había visto poco antes.

Mientras EVA se había quedado como única línea de defensa frente al tiranosaurio, básicamente porque era la única que no había huído ni, como los dos guardias de seguridad, muerto; decidida a servir de enlace buscando cualquier corriente electrónica a la que pudiera unir su consciencia y dar un canal a Myriham para hacer su magia.

El robot se acercó sin que ella consiguiera encontrar cómo conectarse a él, pronto se dio cuenta de porqué: era un muñeco de madera y fibra de vidrio, no había cables, ni centro de control informático, no había giróscopos electrónicos, ni sistemas hidráulicos ocultos o miómeros de fibra óptica; por no haber ni siquiera tenía altavoces o moduladores de voz. Sus intentos de conectarse a los animatrónicos fallaban… porque, a diferencia de los de la entrada, no eran robots sino esculturas que, de algún modo, se movían y actuaban de acuerdo a un guión variable como dotadas de vida por un dios de pesadilla.

EVA se lanzó a un escaneo más amplio y detallado con el monstruo ya encima; Myriham comenzó a intentar descifrar qué podría haber en la información que analizaba EVA hasta descubrir extrañas lecturas de energía que a duras penas eran capaz de detectar incluso los nanocomponentes individuales de la IA. La explicación más racional era la presencia de un metahumano con poderes desconocidos... la alternativa era la existencia de picotecnología – o algo aún más pequeño – que era, simplemente, inconcebible para ella y para EVA.

Sin embargo Myriham consiguió comprobar pautas en las lecturas de EVA. Fuera lo que fuera el origen de esas emisiones, sí eran lo que animaba aquellas esculturas y, probablemente, lo que les dotaba de personalidad; algo que podía atacarse y también la evidencia de que precisaban de la forma física de los muñecos para influir en el mundo real, por lo que destruir o incapacitar aquellos objetos de madera y plástico también acabaría con la amenaza.

Lo que quiera que animara al tiranosaurio se dio cuenta de aquella interacción, o al menos sintió la amenaza que constituía, pues el dinosaurio de madera giró hacia Myriham como si la olfatease, de repente dejando de prestar atención a EVA, casi inmóvil a pocos metros de él, y se lanzó entre rugidos a una carrera veloz pisoteando a la IA como si fuera un vaso de papel en su afán de llegar a la joven que llevaba un tiempo poniéndose blanca, o más bien, si una se fijaba, azulada.

Mientras, en el voladizo que había sobre el escenario podía oírse, gracias probablemente a los daños del grito de Wimbo, más disparos, algunos rugidos y, sobre todo, ruido de cosas al romperse y gritos de dolor.

Myriham llevaba desde poco antes de que todo explotase en caos sintiendo ráfagas de frío, como si alguien estuviera abriendo y cerrando una nevera a su lado en una situación extraña; había llegado a asociar ese frío con las visitas de Andrew pero siempre había sido un tiempo, demasiado corto sin importar cuanto durase, nunca a ráfagas. Cuando su voz llegó lo hacía entrecortada, a veces más alta, a veces apenas un susurro y lo hacía con su espectral tono monocorde variando en intensidad de una forma que ella acabó asimilando a la preocupación que su voz fantasmal no le permitía expresar.

-“ALGUIEN HA MUERTO… está muriendo… myriham ¿CUANDO ESTAS?... aquí, escucha alguien muere… ya no… SI, SI MUERE… Otra vez… niebla y humo cada vez que creo encontrarte… ¿cuándo estás?... Eres un fantasma, apenas te veo, demasiado rápido.”

Con cada frase venía el frío y de repente se iba como si nunca hubiera estado antes de volver para desaparecer apenas un segundo después.