Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 4.5: Parabatai (Émille)

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26/11/2017, 12:15
Narradora

Apenas habían pasado unas horas desde que te habías separado de Amber para ir a dormir y ya notabas su ausencia de una forma difícil de explicar, como si una parte de ti mismo se hubiese quedado en otra habitación. 

Así fue como terminaste por ir en su busca la primera mañana después de la ceremonia y la encontraste en la cocina de su casa. Sobre la encimera viste un bol con una pasta cremosa de olor dulce y en el fuego había una sartén donde una tortita se estaba quemando sin que tu amiga le prestase atención. 

Ella había sido atrapada por el contenido de un libro y, de espaldas y ajena a su desastre culinario, leía medio de pie, inclinada sobre la mesa, con un mechón de sus cabellos enredado en uno de sus dedos y mirada absorta. 

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08/12/2017, 03:06
Émille Lalique

Me pasé un buen rato hasta que conseguí dormirme allí, tirado en la cama, sintiéndome extraño. Vale que Amber estaba al otro lado del pasillo, pero era como si me hubiera dejado algo en otro lado y no pudiera dejar de pensar en ello. Aquello era un poco mierda, visto así, pero en realidad molaba.

Me pregunté si a ella le pasaría lo mismo, y a punto estuve de ir varias veces a comentárselo. Antes de llegar a hacerlo, sin embargo, me quedé dormido. Pero en cuanto desperté lo primero que hice —tras vestirme, eso sí, que estábamos en casa de sus padres— fue seguir la llamada de aquella Runa. O en otras palabras, buscar a mi amiga.

Al verla me sentí mejor de una forma difícil de explicar. La observé un instante antes de ver lo que estaba pasando en la sartén y me dirigí directamente hacia allí para darle la vuelta. De camino eché un vistazo a la tapa del libro por la improbable posibilidad de que fuera algo interesante.

Una vez su desayuno estuvo a salvo me tomé la libertad de buscar ingredientes para continuar con aquel desayuno a medio cocinar. Hacer algo para los padres de Amber era lo menos después de que me acogieran.

—Buenos días, ¿eh? —saludé antes de mirarla, llevando ahí ya casi un par de minutos. Cuando nuestras miradas se cruzaron fue inevitable sonreír. Pasé de su libro y de sus mierdas y fui directo a lo importante—. ¿Tú también lo notas, no?

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08/12/2017, 14:51
Amber Blackwell

Cuando te detuviste en el marco de la puerta a contemplarla, Amber cerró los ojos por un momento y su sonrisa se ensanchó con deleite mientras suspiraba sin moverse. Para cuando los abrió, ya estabas trasteando a su espalda y se giró hacia ti, animosa, cerrando en ese movimiento el libro, cuyo título estaba escrito en algo que a simple vista te parecía latín. 

—¡Joder! —exclamó entonces, cuando sus ojos cambiaron de ti a la tortita churruscada, pero su maldición no tardó en convertirse en carcajada. Parecía que nada pudiera enturbiar su buen humor aquella mañana.

—Vaya si lo noto —dijo entonces, acercándose a ti—. Me costó dormirme, te sentía lejos y eso que sólo estabas al otro lado de la pared. Ahora cuando has entrado ha sido una pasada —reconoció, llevando una mano al lugar donde estaba su runa para tocarla por encima de la tela. —Quería hacerte un desayuno sorpresa, pero... —Su mano señaló la sartén y volvió a reírse—. Creo que no me estaba saliendo muy bien. 

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10/12/2017, 02:57
Émille Lalique

La sonrisa de mi amiga se me pegó de manera instantánea, y luego su carcajada. La verdad es que no sabía ni de qué me reía, pero estaba a gusto. Y me sentía mejor ahora, con ella cerca, que el resto de la noche. Joder, esperaba que esto no acabase con los dos compartiendo cuarto en el Instituto, porque eso sería un poco... Raro. O quizá no. Quizá sería de todo menos raro. ¿Compartían cuarto Derian y Stuart? No. Pero eso no significaba que no se reunieran por las noches y...

Paré mi imaginación en ese momento por pura cautela. Vale que Amber no podía leerme la mente —o eso creía— pero si podía sentir las cosas que yo sí pasaba de que notara algo así mientras se me acercaba. Eso sí sería raro.

La escuché hablar y la verdad es que fue como si escuchara a alguien por primera vez en mi vida. Sus intenciones se veían como más nítidas a través de las palabras, sin ningún tipo de mala interpretación, y con su risa final volví a sonreír. Y aunque fuera muy moñas me sorprendí también con la mano sobre la runa.

—Bueno, lo que importa es la intención —la excusé como normalmente no habría hecho—. Yo me encargo a partir de aquí, tú sigue si quieres con tu, eh... Libro.

Sin embargo no pude dejar que siguiera leyendo porque no tardé ni un momento en volver a hablar.

—Joder, como sea así para siempre va a ser brutal. Eso sí, tendremos que poner un gimnasio pequeño en la biblioteca o algo, porque yo no puedo estar todas esas horas allí metido.

Me di cuenta entonces, para mi sorpresa, de que ni siquiera me había planteado que fuera ella quien se llevase los libros que le interesasen a la sala de entrenamiento. Un pensamiento tan natural y generoso... Eso sí era raro. Tanto que volví a reír.

—Bueno, ya veremos cómo lo hacemos. Ahora lo primero: desayunar.

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10/12/2017, 14:08
Amber Blackwell

El libro quedó abandonado sobre la mesa cuando Amber lo apartó un poco para auparse sobre ella y sentarse allí, con las piernas colgando, dispuesta a contemplarte mientras arreglabas el desayuno. 

—Ahora entiendo por qué Derian y Stuart andan siempre juntos —comentó, balanceando los pies—. Supongo que cuando pase algo de tiempo nos iremos acostumbrando... Mientras ya veremos cómo lo hacemos. 

Se dio cuenta de que había repetido tus palabras y se rió de sí misma. 

—Lo que está claro es que no se me ha pegado tu mano para la cocina a través de la runa. Tenemos que hacer experimentos, probar cuánto podemos separarnos... Y joder, tenemos que entrenar también. —Pocas veces habían salido esas palabras de sus labios, menos habiendo algún libro en un radio de menos de diez metros y menos aún con ese brillo que bailaba en sus ojos, aunque gran parte de su interés era sin duda científico—. Quiero saber si podemos sincronizarnos como ellos. 

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17/12/2017, 02:47
Émille Lalique

Una media sonrisa se me dibujó en el rostro cuando dijo eso de Derian y Stuart. A mí se me ocurría algún otro motivo, pero los rumores no eran cosa mía. Y al ver que repetía lo que yo había dicho lo tomé como la señal de que era hora de desayunar y me puse a añadir algunas cosas más a lo que ella había cocinado. Una tortilla quemada para los dos no iba a ser suficiente.

La seguí escuchando y la verdad es que sí, tenía ganas de hacer todas esas cosas. Pero la que más, la última. Tuve que girarme de vuelta para mirarla a los ojos antes de responder.

—Joder, vamos a sincronizarnos mucho mejor que ellos —dije, no pensando sólo en nosotros como pareja, sino más en cómo sería en combate—. Que uno tenga un arco y el otro vaya cuerpo a cuerpo les limita un huevo. Tú y yo podemos luchar codo con codo de verdad. Y más teniendo los dos Aumento. Joder, es que podemos reventar juntos cualquier cosa, estoy seguro.

La verdad es que sólo de imaginarlo me daban ganas de irnos de caza ya.

—Visto así me parece una mierda que aquí no haya demonios —dije a modo de broma.

Notas de juego

 

 

 

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23/12/2017, 04:53
Amber Blackwell

Amber rió con la broma y luego se encogió de hombros, con ojos brillantes. 

—En un par de días volveremos a Londres y podremos cazar todo lo que quieras —dijo, apuntándose al plan sin titubear—. Y te llevaré al Mordekainen antes de que empecemos a viajar. —Se quedó callada un instante y su mirada te buscó entonces, como si estuviese dándole vueltas a algo antes de que la duda que sentías arremolinarse en su garganta tomase forma del todo—. ¿Dónde querrás que vayamos en primer lugar?

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01/01/2018, 20:26
Émille Lalique

Al escuchar cómo Amber se apuntaba a lo de la caza se me iluminó la mirada. Una parte de mí creía que era porque querría ponernos a prueba, como estaba claro que pretendía. Otra deseaba que se le hubiera pegado parte del gusto por la caza. Ojalá fuera eso, la verdad.

Escuché lo del Mordekainen e hice un gesto con la mano, como aplazándolo. Tendría que ver cómo escaquearme. Porque no era sólo ir, Amber además querría que me divirtiera... Y si algo malo tenía la ceremonia era que seguro que intentaba usar nuestra unión para saber cuándo estaba simplemente pasando del tema, o midiendo a todos a los que veía, y eso no le valdría.

Por suerte ella misma cambió de tema. Ojalá no fuese por haber sabido más de lo que convenía. La miré por un momento antes de llevar la vista al frente.

—Podemos probar con Malasia, o un sitio así lejos —propuse—. Además ahí son como muy aborígenes, ¿no? —pregunté sin tener verdadera idea—. Fijo que está lleno de demonios que se aprovechan de la peña, de tipos que no hayamos visto nunca.

No tardé en proponer algo totalmente opuesto. La verdad es que mientras no fuera para siempre a mí me daba igual un sitio que otro: lo único que necesitábamos era un portal, o pegar un teléfonazo para que vinieran con un brujo a buscarnos.

—O podemos irnos a lo civilizado. En plan Los Ángeles, Chicago o sitios así. No sé, donde tu prefieras. Total, supongo que acabaremos estando en todas partes.

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02/01/2018, 16:38
Amber Blackwell

—¿Sabes qué? —dijo entonces tu amiga, como si acabase de recordar algo con tus palabras—. Tengo una amiga, Robin, que ahora vive en el Instituto de Nueva York. —Alzó las cejas tras la breve introducción—. Y me ha contado que Andrea y Carlo están allí. Los Lightwood deben estar desesperados con ellos. 

Después hizo una pausa pensativa hasta que de repente se dio una palmada en la pierna. 

Ya sé qué podemos hacer. —Su sonrisa parecía entusiasmada con la idea que había tenido—. En la Academia tienen esa bola del mundo enorme, ¿te acuerdas? La que tiene todos los Institutos del mundo marcados con trocitos de piedras de luz. Podemos hacerlo girar y poner el dedo para pararlo... Y nos vamos a la ciudad más cercana a ese punto donde haya un enclave. ¿Qué dices?

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07/01/2018, 23:17
Émille Lalique

Una rápida sonrisa se apareció en mi cara al imaginar a esos dos liándola en Nueva York. A ver cuánto aguantaban antes de echarlos allí. La verdad, compadecía a Carlo por la carga que soportaba, y no me sorprendía que no hubiera dado el paso de convertirse en su parabatai. Había que estar muy tarado para vincularse a ese esperpento.

En cuanto Amber dijo que sabía qué podíamos hacer captó por completo mi atención. Escuché lo que decía y aunque me pareció un poco una bobada decidí que no merecía la pena quitarle la ilusión. Lo mismo daba sortearlo así que con papeles, o como fuera. Pero si a ella le hacía ilusón, oye...

—Venga, hacemos eso —asentí conforme. Me quedé un instante callado entonces. La verdad es que no me importaba mucho adónde fuéramos, con la runa de Lenguas y usando de base el Instituto todos los sitios serían bastante iguales. Pero la verdad es que me apetecía saberlo pronto para empezar a prepararme—. ¿Quieres que vayamos ahora, después de desayunar?

—Oh, y si cada uno podemos vetar una ciudad —añadí acto seguido—. Yo veto Nueva York hasta que los echen también de allí. Paso de movidas.

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10/01/2018, 19:52
Amber Blackwell

—Vale —respondió Amber de inmediato en cuanto propusiste ir a la Academia después de desayunar—. Y yo veto doble Nueva York.

Soltó una risa ligera y se bajó de la mesa para empezar a preparar un par de platos, cubiertos y tazas. 

¿Hago café? ¿O prefieres cacao? —preguntó, mientras lo iba disponiendo todo y tú terminabas de hacer las tortitas. 

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10/02/2018, 14:33
Narradora

Tras el desayuno los dos jóvenes hicieron su juego con la bola del mundo de la Academia y el dedo de Amber cayó cerca del Instituto de Lahore, en Pakistán. Ese fue el destino que escogieron, aunque un par de días después la chica prometió a Melissa que antes de emprender ese rumbo los dos parabatai irían a Edimburgo, a investigar la desaparición de su familia. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

 

FIN