Partida Rol por web

Estación de nieblas

Capítulo 4: Ciudad de cristal

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22/07/2017, 08:00
Melissa Campbell

Me encogí de hombros al ver que mi indirecta-directa sobre ir a visitar la mansión de los Morgenstern había sido sutilmente rechazada, pero se me pasó en seguida en cuanto Ella nos empezó a guiar por las calles de aquella preciosa ciudad.

Me quedé con cada detalle tanto a nivel visual como a nivel educativo. Tenía la sensación de que me llevaría un gran recuerdo de allí, por el momento.

Sin embargo, después de una larga caminata sintiendo ya pies y ojos un poco agotados, llegamos a la plaza de nuevo y nos encontramos con aquel señor tan serio y callado. Aguanté la compostura hasta que se giró y luego miré a Sun-yun.

La seguí con su extraño andar —entre audaz y torpe, con esos zapatos— y me giré para despedirme de Ella y Milton, suponiendo que no los incluían entre los que debíamos seguir al señor silencioso. 

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25/07/2017, 21:37
Narradora

El hombre os guió sin decir nada más hacia el interior del edificio. La mayor parte del interior del Salón estaba formado por una gran y única habitación, el sitio de las anteriormente mencionadas ceremonias. Sus paredes eran de color blanco pálido y su techo era alto, con una claraboya de cristal que permitía que la luz natural entrase en la habitación. En el centro de la habitación principal había una gran fuente con la forma de una sirena. Aquel día se había acondicionado un graderío que tenía todo el aspecto de no ser permanente. Allí había un puñado de personas, con aspecto de estar ultimando detalles para la reunión. 

Muchas miradas se dirigieron a vosotras cuando entrasteis y aún más cuchicheos quedaron a vuestra espalda cuando el hombre os llevó hacia una puerta lateral que daba a un pasillo. Lo recorrió todavía en silencio hasta llegar a una puerta y, al abrirla, pudisteis ver lo que parecía una especie de despacho.

El mobiliario era antiguo y de madera, pero parecía perfectamente conservado. La pared del fondo estaba presidida por una librería de buen tamaño en cuyo centro pudisteis ver un cuadro con un ángel emergiendo de un lago. En otra de las paredes había un ventanal tapado con cortinas de aspecto pesado y color crema. En la que albergaba la puerta por la que os invitaban a entrar había un amplio sofá tapizado en verde oscuro, a juego con la tapicería de las sillas que rodeaban la mesa principal. En la última de las paredes había un mueble de madera, con cajones y portezuelas, todo cerrado con llave. En el lugar, además de alfombras y mesitas auxiliares, había otros sillones y butacas repartidos. La sala parecía preparada para contener un pequeño equipo de trabajo. 

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26/07/2017, 12:14
Thomas Starkweather

—Esperaréis aquí hasta que el Consejo delibere sobre vuestra... —El hombre hizo una breve pausa, sin que ningún gesto acompañase sus palabras—... situación. 

Esperó hasta que entrasteis para cerrar la vuelta detrás de vosotras y no tardasteis en escuchar el sonido de una llave girando en la cerradura de la puerta. Ese tipo, que no había llegado a presentarse, os acababa de dejar encerradas allí.

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26/07/2017, 12:25
Narradora

Tu amiga te llevó hacia el piso superior pisando cada escalón con contundencia y mala leche, hasta llegar a un pasillo abuhardillado que sólo tenía tres puertas. Una de ellas  estaba abierta y por ella pudiste ver el que debía ser el cuarto de Amber, a juzgar por la enorme mesa llena de libros, carpetas y cachivaches. 

La chica abrió la puerta de al lado sin detenerse en aquella y te hizo un gesto para que pasaras y entrar ella después. Era un dormitorio de un tamaño parecido al que habitabas en el Instituto, con una cama grande como mobiliario principal, una mesilla de noche y una butaca en un rincón. En las paredes pudiste ver algunas fotos de paisajes lejanos, la cama parecía mullida y había una alfombra suave a los pies, haciendo que el resultado fuese bastante acogedor. 

Amber te informó de que la otra puerta era el baño y tras eso pasó un buen rato soltando improperios sobre las pocas miras de tus padres. Parecía ofendida en una parte de sí misma que no solía ser atacada y te resultaba evidente que era la sensación de impotencia lo que la ofuscaba. Llegó a proponer ir a tu casa a soltarle una buena charla a tus padres, también lo contrario, ir de buen rollo para que se tuvieran que comer sus ideas retrógradas. Pero finalmente se os pasó el rato en esa charla y cuando os disteis cuenta era la hora de regresar hacia la plaza del Ángel. 

En la puerta del Salón estaban Gareth y Deirdre, hablando con Milton y Ella, y en cuanto os vieron llegar, hicieron un gesto de saludo. 

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26/07/2017, 12:51
Gareth Herondale

—¿Todo bien? —preguntó tu mentor cuando llegasteis a su altura—. Starkweather se ha llevado a Melissa y Sun-yun y Alice debe estar con mi tía. La reunión parece a punto de empezar. ¿Queréis que vayamos entrando? 

Miró hacia el grupo con la pregunta y recibió varios asentimientos, así que se dispuso a pasar al interior del Salón si nada lo detenía.

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28/07/2017, 19:32
(Gi) Sun-yun Herondale

Al escuchar el giro de la llave sonreí. Mi sonrisa era la propia de un zorro, aceptando el desafío de su estupidez contra mi superioridad y a la vez asustada por lo que tenía que haber detrás de aquella imagen. Era jodidamente imposible que fueran tan idiotas de temernos o desconfiar de nosotras y sin embargo decidir encerrarnos en una fuente de información.

¿A qué juegan? —pensé volviendo a reírme de su paranoia mientras buscaba espejos, ranuras o telas en los negros de los cuadros por los que podían espiarnos— ¿Es esto ya una prueba? —me planteé camino de la silla del escritorio de no haber encontrado nada para tumbarme a mis anchas y probar los cajones.

oye, Morgenstern, ¿qué has hecho?

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30/07/2017, 09:47
Melissa Campbell

Cuando entramos al edificio me sentí muy observada. Al principio procuré que mi mirada no se encontrara con ninguna otra pero no pude evitar mirar yo también a los individuos que se encontraban en ese lugar.

Al entrar en el pasillo dirigí mi mirada de nuevo a Sun-yun, curiosa por ver cómo le había afectado a ella ese pequeño desfile que acabábamos de vivir. Luego posé mis ojos en la espalda del hombre que nos guiaba hacia algún lugar intentando imaginar qué nos depararía.

Me quedé tan absorta que no me di cuenta del momento en que llegamos a aquel despacho y cuando desperté de mi ensimismamiento presté atención a los detalles de aquella habitación de muebles antiguos que me recordaba a algo familiar. Cuando vi las estanterías llenas de libros entendí que lo que me evocaba aquel lugar era el despacho de tío Ralph y eso provocó que me entristeciera.

No fue hasta que la voz del hombre llegó a mí que dejé de pensar en mi familia. Me quedé donde estaba hasta que escuché cómo cerraba la puerta con llave. Me dirigí corriendo y moví el pomo intentando abrir, pero ya era demasiado tarde.

Me giré hacia Sun-yun, que acababa de hablarme sin mostrarse ni un poco preocupada.

¿Cómo que qué he hecho? Pues no he hecho nada de lo que me tenga que arrepentir. Creo... —dije, dudando de golpe en el siguiente segundo después de terminar la frase. Me alejé entonces de la puerta inspeccionando con más detenimiento el lugar donde nos encontrábamos.

¿Y tú? ¿Sabes por qué nos han encerrado aquí? —comenté mientras buscaba otra puerta y empezando a imaginar dos opciones: o nos vendrían a buscar cuando quien fuera que tenía que deliberar deliberara o debíamos salir de allí usando nuestra astucia.

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30/07/2017, 10:39
(Gi) Sun-yun Herondale

Sonreí a la respuesta de Meli-san con malicia — No te arrepientes pero algo has hecho.

Claro... —le dejé creer que había colado su fachada de mosquita muerta aunque para eso debería haberse dejado el pelo atado.

Sí lo sé—respondí a su pregunta para mí—. Para que esperemos mientras de nuestra... Situación.

Sentada detrás del escritorio me incliné hacia el escritorio para apoyar los antebrazos en la mesa y mirar con autoridad a Meri-san.

No confían en ti, Morgenstern, y temen que se me haya pegado algo por el rollo este de haber dicho al brujo que eras mi mejor amiga, ¿recuerdas?

Esperé un segundo a que hiciera memoria del día que nos conocimos pero no le dejé responder a la retorica y quedar en evidencia de que ni sabía identificar las preguntas sin respuesta necesaria.

Van a hacernos unas preguntitas, y lo harán asegurándose de que decimos la verdad ¿sabes de qué te hablo? Te va a doler y no vas a poder seguir protegiendo a tu tío.

Me recosté de nuevo en el respaldo esperando haber puesto su corazón nervioso — Te sugiero que asumas cuanto antes que las cosas son exactamente lo que parecen. Y que eso de lo que crees que no te arrepientes va a salir a la luz, y no serás tu quien juzgue si debes o no arrepentirte.

Me encogí de hombros tranquila, estirando mi espalda en el descenso — Una suerte que yo no tenga secretos.

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01/08/2017, 11:50
Narradora

Sun-yun no encontró nada en su investigación de camino hacia la mullida silla que había detrás de la mesa. No parecía que hubiese a simple vista ningún sistema de vigilancia en aquella especie de despacho.

Las chicas ya habían comenzado a hablar cuando de pronto volvió a escucharse el sonido de la llave en la cerradura. Un instante después la puerta se abrió y por ella entró una chica morena y con algunos mechones de un verde intenso, de unos dieciocho o diecinueve años. Iba vestida con unos vaqueros desgastados y un jersey que tenía pinta de haber tuneado ella misma. 

Tras ella estaba el mismo hombre que os había acompañado, que repitió la parca despedida que os había dedicado a vosotras y luego cerró la puerta tras ella. 

- Tiradas (1)
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01/08/2017, 14:11
Nora Leiva

No me gustó ni pizca aquel hombre que casi no hablaba, ni su forma de mirarme, pero Lauretta ya me había advertido sobre él, así que en lugar de cantarle las cuarenta como me habría gustado, me limité a mirarle con el ceño fruncido. Entonces escuché el sonido de la llave encerrándome y me indigné. ¿Quién se creía que era esa gente para tratarme como si fuera una delincuente o algo peor? Seguro que era amigo del psicópata de Émille. 

—¡Joder!* —mascullé con fastidio mirando hacia la puerta.

Con los puños apretados a ambos lados de mi cuerpo eché un vistazo al lugar. Parecía que no era la única, debían ser las chicas de las que me había hablado Milton y aunque Ethan era un niñato mimado y soberbio, no pude evitar que mi pecho se preocupase por su ausencia una vez más. 

—Ey, hola —saludé a las dos en inglés, mientras los ojos se me iban rápidamente hacia los libros. Había pocas cosas que me gustasen más que los libros. 

—Soy Nora —me presenté, mientras ya comenzaba a caminar hacia la librería—. Venís de Londres, ¿verdad?

Notas de juego

*en español.

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01/08/2017, 15:08
(Gi) Sun-yun Herondale

Cuando el giro de la llave, advirtió que la puerta iba a abrirse, me aparté del escritorio y sonreí con encanto inocente al seco. Una vez cerró la puerta dejándonos a esa para que el aire se acabara antes, volví a intentar abrir los cajones del escritorio.

Ho there —respondí al saludo de la chica alzando los ojos para fijarme por primera vez bien en ella y cuando saludó de nuevo, está vez solo le sonreí—. Qué egocéntrica, por favor...

Gi Sun-yun —incliné mi cabeza un milímetro antes de recostarme en la silla—. Eso es relativo, aunque técnicamente, sí, venimos de Londres —respondí sin interesarme por su historia—.

Me gusta tu pelo —le solté un caramelito para que se acercara—. Aunque mis padres me desheredarían si me hiciera algo así.

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03/08/2017, 01:33
Émille Lalique

Al pasar por delante de la habitación de Amber se me escaparon los ojos hacia dentro. La verdad, le pegaba totalmente. Casi me daban más ganas de quedarme en ese cuarto que en el mío. Pensándolo bien, quizá era por lo que significaba quedarme allí. En cualquier caso me dejé guiar y al llegar evité torcer el gesto. A ver, yo iba a estar contento con cualquier cosa, y más tras vivir en el Instituto. Pero aún así no sabía cómo Amber podía haber crecido en un sitio tan pequeño sin agobiarse o tener problemas de mentales. Más.

Es verdad que el tiempo se pasó volando. Yo estaba tan cabreado como ella, y ningún plan que no fuera cantarles las cuarenta me parecía una mierda. Aún así es verdad que conforme el rato pasaba incluso admitía ver cómo demostrar que Amber mola más que cualquiera.

Al final se nos echó el tiempo encima. Bajé junto a Amber y me di prisa a la hora de llegar y la verdad, me pareció muy guay que Gareth nos esperase. Fruncí un poco el ceño al ver que estaba Ella pero faltaban Sun-yun y Melissa, aunque no tardé en escuchar su explicación. Eso era bueno, aunque sólo fuera por librarme de la china. Tenía aquí a su parejita asquerosa, pero no se podía pedir todo.

—Vayamos entrando —asentí, dispuesto a dar y ese primer paso. Entonces me dirigí exclusivamente a mi mentor, acercándome para hablar en voz más baja—. Oye, Gareth —lo llamé, y las siguientes palabras me costaron más que cualquier otra—. ¿Sabes algo de mis padres?

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03/08/2017, 15:37
Gareth Herondale

El grupo de nephilim se puso en marcha hacia el interior del Salón, pero cuando llamaste a Gareth, éste se giró para mirarte y caminar a tu lado. Con tu pregunta, su mirada se volvió más intensa, escudriñando en tus ojos mientras ralentizaba su paso hasta quedar por detrás de los demás.

—Hace meses que no hablo con ellos —te dijo—, pero he oído que no están muy contentos con tu elección de parabatai. —Tu mentor hizo una breve pausa antes de ascender hacia las gradas que los otros habían elegido para comenzar a acomodarse—. ¿Has estado con ellos? ¿Te lo estás replanteando? —preguntó entonces, con cierta preocupación en su tono.

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03/08/2017, 18:05
Émille Lalique

Al ver que Gareth empezaba a caminar más despacio creí que ya tenia mi respuesta. Había que joderse, en serio, hasta Gareth sabía esta mierda antes que yo. Aunque siendo sinceros yo ya me imaginaba algo, claro, pero ya podían darles por culo.

Escuché con atención las palabras de mi mentor. Que no estaban muy contentos era un buen eufemismo, la verdad. Negué con la cabeza en cuanto me preguntó si había estado con ellos, y con sus siguientes palabras estuve a punto de negar directamente. Sin embargo el sarcasmos habló por mí.

—Pues sí, la verdad —dije mientras buscaba caras conocidas en las gradas—. Estoy replanteándome cambiar de padres.

Miré entonces a mi mentor a los ojos, dispuesto a hablar con unas palabras que venían desde el enfado tanto o más que desde la convicción.

—Es mi camino, no el suyo. Si no les gusta ya pueden apartarse de él.

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04/08/2017, 17:27
Gareth Herondale

Gareth te miró con comprensión y después puso una mano en tu hombro. 

—Por suerte o por desgracia no podemos escapar de nuestra sangre, Émille —dijo, apretando sus dedos en un gesto de ánimo para después continuar ascendiendo hasta encontrar una fila con varios asientos libres. Amber se sentó dejando un sitio a su lado mientras que sus ojillos vivaces no dejaban de mirar en todas direcciones.

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04/08/2017, 17:38
Narradora

Tus ojos recorrieron el graderío y pudiste ver que había muchos miembros de La Clave allí aquella mañana. Normalmente a las reuniones del Consejo sólo acudían uno o dos representantes de los enclaves más importantes, pero allí llegaste a contar más de ciento cincuenta personas. Llegaste a ver a tus padres, con un asiento vacío a su lado que adivinabas estaba reservado para ti, y los padres de Amber entraban en ese momento por la puerta, también viste a Robert, sentado junto a Alex, y a muchas de las personas que conocías de tu vida en Idris.

Más allá llegaste a ver a Milton, separándose del grupo de Londres para saludar a un grupo de gente oriental y sentándose finalmente junto a ellos. Lauretta estaba sentada algo más allá y parecía estar sola. Alice, por su parte, estaba sentada en la primera fila, entre un grupo de miembros destacados de La Clave. 

En el suelo, más allá de la fuente central, pudiste ver al Cónsul, Malachi Dieudonne hablando con la Inquisidora, Imogen Herondale. La Sombra de La Clave no estaba a la vista en aquel momento y sentados alrededor de la silla del Cónsul llegaste a ver a los cuatro representantes de los Subterráneos: Sienna Nightshade, jefa de los vampiros de Viena, Elvia Greendale, representante de la corte seelie, Dylan Brooke, jefe de la manada de hombres lobo de Nueva York y, finalmente, Verbius Lamond, como representante de los brujos.

   

No era difícil notar en la actitud de todos los presentes que la reunión del consejo parecía a punto de empezar. 

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06/08/2017, 08:39
Melissa Campbell

Dejé de buscar en cuanto escuché la voz de Sun-yun respondiéndome afirmativamente. Mis cejas se torcieron y me acerqué a la coreana para escucharla mejor.

La expresión de su cara me daba mala espina. Era como si tramara algo. Me quedé a un metro aproximadamente de ella, enfrente suya, usando el escritorio como separación entre nosotras. No aparté mi mirada en ningún momento, esperando con impaciencia que de su boca saliera la razón por la que nos habían encerrado allí.

Mi ceñó se frunció todavía más al escuchar lo que me dijo Sun-yun. Puse mis manos sobre la mesa y miré a la chica directamente a los ojos. Me llegó a hacer sentir mal. Llegó a hacer que me planteara que había hecho algo de lo que me pudiera arrepentir, pero no era así.

Abrí la boca como para replicar sus palabras pero me quedé con las ganas. De repente la puerta que antes se había cerrado con llave volvió a abrirse y me giré muy rápido.

Por un momento me sentí tonta por haber pensado que nos habían encerrado ahí por un tiempo indefinido pero no me dio tiempo a pensar más ya que por la puerta apareció una chica a la que no conocía. Mi conversación con Sun-yun pasó a un segundo plano y observé cómo la chica de mechones verdes se quejaba en un idioma que no conocía.

Cuando el hombre volvió a irse cerrando la puerta ya ni me inmuté a ir corriendo tras ella como antes. En mi expresión todavía se veía la rabia que sentía por las palabras de Sun-yun pero me relajé intentando no pagarlo con la nueva. Sin embargo no hablé hasta que Sun-yun acabó su intervención, aprovechando el momento para tranquilizarme un poco.

—Yo soy Melissa... —dije primero, tras un pequeño suspiro para acercarme a la chica sin morderla—. Soy de Edimburgo, pero recientemente me he reunido con ellos —Señalé a Sun-yun sin mirarla. Todavía teníamos algo pendiente—.

—¿De dónde vienes tú? «¿De qué se supone que te tienes que arrepentir?» —pregunté con recochineo en la segunda pregunta, desviando mi mirada hacia la coreana, quien se supone que «no tiene secretos».

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06/08/2017, 20:38
Nora Leiva

Me detuve al llegar junto a la estantería y con la cabeza ladeada empecé a echar un ojo a los títulos de los libros mientras escuchaba lo que decían las dos chicas. Le dediqué una sonrisa a la oriental cuando alabó mi pelo.

—Mis padres no me dicen lo que tengo que hacer, dejan que siga mi propio camino —expliqué, orgullosa de ellos—. Pero gracias. —Luego miré a la pelirroja y fruncí un poco el ceño—. ¿Arrepentirme? ¿Por qué me tengo que arrepentir de nada? He pensado muy bien mi decisión y no creo que me arrepienta nunca de ella. —Dejo los libros para girarme y mirarlas mejor—. Vengo de España, pero estaba en Londres cuando todo empezó. Trabajaba en un Starbucks y estaba allí con Ethan cuando de pronto vimos un shtriga chupándole la vida a un bebé. Entonces llegaron Alice, Émille y Amber y se lió mucho. —Me encogí de hombros—. Milton me contó que os habían encontrado... y que habían perdido a Ethan.

 

Notas de juego

Los cajones están cerrados con llave, se me pasó decirlo antes, sorry u.u.

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08/08/2017, 22:46
(Gi) Sun-yun Herondale

Hice un mohín extrañada con la pregunta de Meli-san hacia la chica nueva, iba muy a saco la mosquita muerta. Tal vez quería unirse al lado de untar mierda para quitársela de encima o tal vez había hecho algo tan malo que de verdad creía que todos estábamos aquí como rincón de castigo. Bueno, de ser así, al menos había luz.

Sonreí por la espada de Meri-san a la tal Nora como diciéndole que no le hiciera mucho caso a esa pregunta y al oírla hablar de sus padres entendí perfectamente a que venían esas pintas: no la querían. Probablemente era la menor de muchas hermanas y no tenía que triunfar, solo quedarse en casa y saber tenerla limpia.

Mientras seguía hablando empecé a cuadrar quien era y al final de su historia le sonreí para esconder cómo me había tocado los cojones sus confianzas.

Ah, ya sé quien eres. Estuvimos en tu casa. Y... ¿cuanto hace que te lo contó eso Carstairs?

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09/08/2017, 23:42
Émille Lalique

Al escuchar las palabras de mi mentor me quedé un instante mirándole. Tardé en decir algo, aunque por mi cara debió quedar claro que en ese momento me parecía más una desgracia que una suerte.

—No te preocupes —dije cuando llegamos a la fila de asientos que íbamos a ocupar. Entonces dije unas palabras que en ese momento salían del despecho y que tenían sólo una parte cierta—. Me jode por Amber, no por mí.

Con esas palabras pasé directamente al asiento al lado de mi amiga. Miré alrededor, a todas partes, y al ver a mis padres con un asiento vacío al lado dudé sobre si hacerles un gesto de saludo. Al final, ni eso. Y Robert y Alex juntos, bueno... Significó menos que ver antes a mi antiguo amigo, eso estaba claro. Al menos no había tenido que dar demasiadas explicaciones a Amber al respecto.

Parecía que todo el mundo hubiera decidido ir aquel día. Bueno, lo podía entender, aunque yo habría pasado si no estuviese ya en Idris para lo que me importaba de verdad. ¿Que se habían encontrado nuevos nephilim? Bueno, no era como para venir desde la otra punta del mundo, eso estaba claro.

Allí sentado di un golpe con la rodilla en la de Amber, discretamente, e hice un gesto hacia donde se encontraba Alice. Había que ser trepa para pasar de sentarse con su padre. Bueno, yo también lo había hecho... Pero no lo era lo mismo. Yo tenía un motivo de verdad. Después pasé mis ojos por los representantes de los Subterráneos... Y eso me recordó algo.

—Oye, Gareth —le dije entonces a mi mentor—. Hemos estado hablando con Lamond. Luego tenemos que comentarte una cosa, aunque no es urgente.