Partida Rol por web

Permanezco unos segundos algo desorientado, oigo a Rain de fondo, pero no termino de escuchar lo que dice, para cuando soy capaz de reaccionar, miro alrededor tratando de ubicarme, de saber donde estoy exactamente.

Soy William... el metro, la estación de la 5ª con la 2ª, en 10 minutos... y, ¿dónde carajo queda eso?. Quick, el cartel torcido. Busco con la mirada el cartel torcido de la visión.

Veo entonces como Rain comienza a alejarse, ¿dónde va?, tenemos que ir al centro de Neo-Londres.

Soy William... el metro, la estación de la 5ª con la 2ª, en 10 minutos... y, ¿dónde carajo queda eso?. Quick, el cartel torcido.Busco con la mirada el cartel torcido de la visión.

William da su mejor esfuerzo por mantener la imagen del cartel de señales de su visión pero la evocación se degrada lentamente ya que no es algo propio del muchacho. Tan solo permanece el vago recuerdo de un sueño fugaz...

Veo entonces como Rain comienza a alejarse, ¿dónde va?, tenemos que ir al centro de Neo-Londres.

La pequeña pero ágil Rain entra al vehículo negro de alta gama. Llega desde atrás por el lado de la calle sin que el hombre misterioso la descubra. Dentro del vehículo todo se encuentra envuelto en plástico y el olor a coche nuevo predomina. Al parecer el automóvil está de estreno pero allí dentro no hay nada llamativo. Tal vez con algo de maña la niña pueda encender el motor.

La chica se sube al auto, pero la parte trasera tiene poco espacio para esconderse - malditos deportivos - piensa haciendo cara de disgusto. Se sienta en el asiento del conductor y revisa los paneles de encendido, pero no logra atinar por donde encender el auto, el panel no es como los que habitualmente manejaba y sabia corromper -malditos deportivos- piensa de nuevo golpeando el volante con frustración.

Desata los cordones de ambas zapatillas y los prepara con los nudos adecuados para poder estrangular al invasor con una sola mano y tener la otra libre para poder desarmarlo en caso que sea necesario, se coloca tras el asiento del conductor contrayendo su cuerpo en un ovillo lo mas que puede a tal punto que casi no puede respirar y se queda así oculta a espera de su presa, atraá y por debajo del asiento del conductor.

Al ver al coche cerrar la salida, Quico actúa con celeridad.

-¡Agárrate Walt!-grita a la vez que arranca el coche y gira hacia la derecha de forma que el vehículo invade la acera. Agachado conduce por la acera esquivando a los asustados viandantes que ven un Buick desbocado que se les viene encima.

-Joder, están en todas partes. ¡Agacha la cabeza! Vamos, vamos...tardará unos segundos en meterse de nuevo en el coche y con suerte, la fila de coches aparcados nos otorgará cierta protección mientras escapamos si decide disparar.

La fila de coches que están aparcados en linea siguiendo la acera se muestra como una barrera infranqueable hasta que finalmente encuentra un paso de peatones que le permite salir a la calzada entre gente despavorida que corre gritando.

-No sabes lo que daría ahora mismo por uno de esos coches voladores del Grand Turismo 7

¿Mantas de pástico? Parece que alguien va a jugar a los forenses sin que el paciente esté muerto... Lo tenía claro, alguien había visto demasiado Dexter o American Psycho, espero que supieran que al final no les aguarda nada bueno al que juega a mi juego. Hace falta preparación y dedicación, sólo así se puede disfrutar de la parte divertida... Sin lo anterior, al final acabas sirviendo tú de diversión para la gente como yo. Rain tenía problemas, estaba muy claro, me parecía que tampoco tenía mucho tiempo como para andar pidiendo refuerzos, así que me iba a tocar entrar en la casa.
Habitación por habitación, en sigilo, tratando de no dejar nada sin revisar a mi espalda para evitar imprevistos. Eso incluye cerrar la puerta de entrada una vez haya entrado.

La lluvia golpea las ventanas inundando de sonido el interior de la casa de Rain. Por fortuna la tormenta te ayuda en tu sigilo y pronto acabas recorriendo todas las habitaciones sin encontrar ninguna interferencia. Parece que nadie viviera allí a excepción del único dormitorio amueblado. Allí una cama desordenada con un par de muebles sencillos decora el cuarto, aparte de eso no hay nada mas salvo habitaciones vacías. En la nevera hay algunas cosas todavía en sus bolsas de supermercado junto a sus respectivos tickets de compra.

La figura misteriosa entra a la casa y cierra la puerta principal detrás de él.  Ahora los únicos en la calle son ustedes pero con un poco de suerte puedan actuar sin preocuparse por ser descubiertos por el dueño del coche negro. O al menos hasta que regrese a su vehículo... 

Trato de recordar las palabras de Rain sujetando mi cabeza entre las manos, como si el gesto pudiese ayudarme a hacerlo, aprieto los ojos con fuerza haciendo memoria, que entre, eso es, eso, me ha dicho que encuentre un cubo en la casa, satisfecho por este esfuerzo, pero algo tenso por lo que me ha pedido, me dispongo a ello.

Toco la ortesis antes de decidirme, bueno, necesitamos hacerlo si queremos salir de aquí con vida, antes de pensarlo mas salgo corriendo hacia la casa, hacia el lateral, decidido a entrar por alguna puerta trasera que espero poder encontrar sin demasiado esfuerzo, sin pensar en el hombre del interior, pues de hacerlo, quizás no sea capaz.

Al llegar al lateral, me pego a la pared, la lluvia recorre mi rostro pegando el cabello a la cara, lo aparto con un gesto de la mano, mientras mi corazón golpea desbocado. Vamos a ver por donde entro. Sin separarme mucho de la pared voy moviéndome esperando encontrar alguna puerta que me permita acceder, o alguna ventana que pueda romper de no haber ninguna puerta

Parece que el que ha visto demasiado Dexter soy yo... en la casa no parece que haya nadie y, recordando a los dos que estaban fuera... me queda claro que esos dos no estaban vigilando que nadie entrase. Si Quiko estaba en lo cierto... esos dos podrían darme información sobre Rain. Era una posibilidad.
Corrí a lo máximo de mi capacidad para llegar de nuevo a la entrada y ver si volvía a verles.

-¡Agárrate Walt!-grita a la vez que arranca el coche y gira hacia la derecha de forma que el vehículo invade la acera. Agachado conduce por la acera esquivando a los asustados viandantes que ven un Buick desbocado que se les viene encima.

Quick0 actúa con eficacia tras el movimiento amenazante del coche al cerrar la salida junto al sujeto sospechoso.

Su pericia al volante permite sortear la rafa de disparos del hombre que instantes antes había sacado de su gabardina una ametralladora. Los disparos dan en el costado del auto y en el baúl. Segundos antes habían impactado sobre el parabrisas…

El vehículo pasado de moda corre sobre la acera destruyendo algunas mesas de la cafetería más próxima y un carro de hot dogs en su huida. La gente grita y salta hacia los costados para de ese modo evitar morir arrollados.

Por el momento se encuentran a salvo ya que han perdido de vista a los atacantes...

La ortesis funciona de maravillas permitiendo a William su carrera hacia la casa en pocos segundos. Llega hasta el lateral de la casa y desde allí encuentra la puerta trasera de la vivienda que por suerte se encuentra cerrada sin llave. Con tan solo girar el picaporte William logra entrar…

La lluvia golpea las ventanas inundando de sonido el interior de la casa de Rain. Por fortuna la tormenta es útil en tapar todos los sonidos porque pronto Will se encuentra en la cocina de la casa. Todo se encuentra en penumbras…

Sobre la mesada junto a las hornallas del anafe hay algunas cosas todavía en sus bolsas de supermercado junto a sus respectivos tickets de compra.

Corrí a lo máximo de mi capacidad para llegar de nuevo a la entrada y ver si volvía a verles.

Al llegar al frente de la casa inspeccionas el exterior desde una ventana en busca de los dos transeúntes pero no das con ellos. Ya no están…

Tu coche deportivo aun permanece allí y la única constante es la lluvia que por momentos parece azotar con fuerza al torcer la cúpula de los arboles por el poder del viento casi huracanado.

Desde que Rain se oculto detrás del asiento del conductor han pasado varios minutos y la espera se hace interminable. ¿Qué estará sucediendo allí afuera? La única constante es la única constante es la lluvia que por momentos parece azotar con fuerza al torcer la cúpula de los arboles por el poder del viento casi huracanado. La muchacha escucha el golpeteo del agua sobre el techo del vehículo deportivo y muy de vez en cuando algo un poco mas fuerte impacta contra el coche.

Abro algún cajón tratando de no hacer excesivo ruido, donde estarán, un maldito rodillo, solo necesito eso, o algún martillo o un mortero, ¿no hay en esta casa?. Finalmente encuentro uno, pero al sacarlo del cajón tengo la mala suerte de que un cucharón metálico cae al suelo resonando estrepitosamente por toda la casa, o al menos así me parece a mi, joder, me cago en la puta mierda. No tiene solución, me acerco a la puerta de entrada a la cocina con el rodillo de madera en la mano, sopesándolo, por si se escuchó el ruido y alguien se decide a entrar. Aguardo ahí lo que me parece una eternidad, aunque sin duda solo habrán sido unos segundos, finalmente, cuando no entra nadie, me decido a abrir la puerta con sigilo, mientras noto como me laten las sienes a causa del nerviosismo.

Quico sigue conduciendo. Su corazón late tan rápido que por un momento teme que se le vaya a saltar del pecho. El sudor recorre toda su cara de puro nerviosismo.

-¡Joder!...¡le ha faltado poco...muy poco!

Hablaba para sí. En ese momento se acuerda que iba con Walt en el coche. Era como si por un momento, se hubiera olvidado de él. Mira a su acompañante.

-¿Estás bien? Debemos reunirnos con Jules y Rain, pero este coche llama demasiado la atención. Aunque lo cierto es que no tenemos mucho tiempo. Podemos dejarlo y coger...un autobus. Parece que Estado Alfa no quiere dejar ni rastro del equipo. Es como si nos hubieran traído a esta realidad para matarnos a todos ¡Sabemos demasiado!

Había un problema añadido, no sabían cómo encontrarlos. Quico condujo hasta una zona apartada después de callejear un poco para despistar a cualquiera que intentase seguirlos y aparcó el coche. Desde allí llamó de nuevo a Jules.

El sonido del cucharon produce un eco por la estancia pero un trueno lo cubre un instante después. Por esta ocasión la suerte está de su lado, para la próxima vez tal vez su destino sea diferente.

Las sombras se desdibujan y con cada relámpago decenas de figuras fantasmales amenazan al ex nadador desde todos los rincones de la casa. El hombre que busca podría estar en cualquier lado e incluso ya saber del intruso.

Pero aquellos pensamientos solo traen más tensión al momento. Lo mejor es agudizar los sentidos y estar atento. Al menos el rodillo de cocina otorga algo de seguridad…