Partida Rol por web

Angrend suspiró al ver todo aquello en la pantalla.

-Claro, no iba a ser tan fácil.-

Frustrado negó con la cabeza con ganas de golpear a la maquina pensante aquella. No obstante miró la capsula cerrada que tenía al lado.

-Mmmm. Aquí habla de infecciones con elementos simbiontes. Si están buscando un guerrero extremo no veo descabellado que intenten hacer alguna mezcla entre humano y simbionte. No entiendo bien esto de aquí, pero lo mismo ya han empezado con ello. ¿Y si ya lo tienen avanzado?-

Volvió a mirar a la capsula y se acercó.

-¿Y si lo tiene aquí? Creo que deberíamos abrir esto.-

Ryan regresaba a la zona de la fiesta para tener a la vista la escalera de acceso a la zona inferior. De momento nada había cambiado¹. La gente charlaba y los guardias continuaban custodiando esa zona de bajada sin que nadie se aproximase.

***

Por su parte Silivie seguía apostada en un punto discreto viendo como cada uno de los tres de personajes del cenador afrontaban la espera a su manera. La Araña permanecía impasible mirando hacia la entrada mientras Ilyana se mantenía en un discreto segundo plano. El más inquieto parecía ser Stefanos, que se movía de un lado a otro. La agente del Ojo había logrado introducirse dentro del perímetro pasados los guardias externos para poder escuchar lo que decían. Si la pillaban sería muy complicado explicar que estaba haciendo allí pero el riesgo valía la pena.

—¿Tienes alguna cita más importante Stefanos?— preguntó Seraia sin mirar a su chambelán —Te noto inusualmente inquieto.

El hombre se detuvo, quizás un poco herido en su orgullo.

—Lo siento mi señora. Me intranquiliza la impuntualidad de nuestro invitado sorpresa.

—Ha tenido que correr riesgos enormes para llegar desde Estigma. La Iniciativa Caronte está en serio peligro si el mensaje es cierto.

—¿Cómo sabemos que no es falso? Estigma está en un bloqueo completo y sabemos que Svenson ha caído. ¿A quién esperamos? ¿Cómo sabemos que era uno de los suyos?

—Usó la palabra clave de riesgo. Tiene que ser uno de los hombres de Svenson. No sé cual de ellos. Pero trae información de primera mano de lo que ha sucedido allí con lo que podremos recalibrar los riesgos.

—Ni siquiera tenemos las fichas de esos hombres. ¡Sólo conocemos a Stylus y ni siquiera sabemos si será él quien viene!

—Pues claro que no Stefanos. Sería un riesgo innecesario tener información de todos los agentes de campo en primera línea de Estigma. Pero el mensaje era auténtico.

—¿Y si el Ojo averiguó la palabra de riesgo?

—Imposible. Svenson era un hombre cuidadoso. Estoy seguro de que sólo sus hombres más leales tenían ese código. Sea quien sea el que venga tiene que ser uno de ellos. Y ahora céntrate en lo que estamos haciendo y deja de pensar con tu pene, salvo que quieras perder la cabeza por su culpa. A estas alturas de la partida no puedo permitirme un fallo derivado de un absurdo deseo sexual.

Silvie vio como el chambelán se tensaba. Aún en la oscuridad de la noche podía sentir como se ruborizaba humillado. En la base del cenador Ilyana sonrió divertida por el comentario.

***

Ok-Sar estaba llegando a la zona de la fiesta de nuevo. Ahora daba vueltas alrededor para buscar un lugar donde aparcar. Por desgracia esta vez tuvo que hacerlo un poco más alejado y desde allí no veía la entrada a la misma, pero al menos tenía acceso ya a la comunicación por radio.

***

Abajo Aaron seguía dándole vueltas al plan mientras Angrend maldecía a Rainias por no haberles conseguido un sistema para volcar toda aquella información². El asesino miraba ahora aquella enorme cápsula. ¿Y si tenían allí a un engendro creado con toda aquella biotecnología? Revisó en las instrucciones del terminal hasta encontrar un enlace que ponía claramente: 'Apertura de la cápsula'. ¿Se arriesgaría a abrirla?

Angrend miró la capsula, luego la maquina pensante y luego otra vez la capsula.

-Aquí dentro tiene que haber algo importante. Si no, no estaría en esta sala tan segura. Protegida por una cerradura casi imposible y un sistema de seguridad que apenas nadie podría pasar. Por no hablar de todo el explosivo que hay aquí para borrarlo todo.-

De repente se tensó.

-Espera. Explotar y destruir todas las pruebas, y seguramente lo que hubiese dentro. Pero esto también sirve como habitación de seguridad, me jugaría el cuello. Es la sala más protegida de la casa, y un bunker en caso de ataque. Por lo que tiene que haber una salida extra en caso de que tomen la mansión.-

Dicho esto, el asesino empezó a buscar por todo el laboratorio secreto buscando una salida oculta.

-Vamos, todo buen genio del mal que se precie tiene una salida de emergencia en su sala privada. ¿No me digas que tú no eres de esas Araña?-

No era una corazonada. Angrend era un asesino profesional y había sido entrenado para tener en cuenta todas las posibilidades de escape de sus víctimas. Y efectivamente encontró lo que buscaba: un panel detrás del mapa de los mundos conocidos. Lo presionó ligeramente y una parte del peculiar terrario con plantas se desplazó hacia un lado descubriendo una escalerilla de metal que aún descendía unos metros más. Se asomó al nuevo pasadizo y vio que terminaba unos metros más adelante en una puerta de hierro con un pesado pasador que sólo permitía abrirla de este lado. La Araña, cautelosa, se había asegurado de que fuera una vía de escape pero no un acceso adicional de entrada. También fue consciente de la estructura del propio túnel: listo para derrumbarse sobre si mismo tras la explosión para que nadie pudiera perseguirla. ¿Y a dónde conduciría? Sin duda a la red de alcantarillado bajo Bizantium Secundus. Un punto de fuga perfecto a cualquier lugar de la ciudad.

Angrend se permitió sonreir al decubrir la ruta de escape.

-Ja. Es casi de manual. Chicos, creo que tenemos ya una salida de la fiesta. Sólo hay que entrar en la sala, cerrar la puerta y salir por aquí. Pan comido.-

Pero claro, no todo eran buenas noticias. Seguían sin poder sacar la información de la maquina pensante, y los archivadores cifrados no ayudaban. Aaron había dado una posibilidad, pero no era fácil.

-No creo que la clave esté en las habitaciones de la Araña, diría que la sabe ella directamente. Ella o su gente de confianza, claro, porque dudo que una gran dama se siente a escribir todo esto. Tiene que haber ingenieros o científicos que lo hagan para ella. Aunque si quieres ir arriba te cubro. Siempre podemos abrirnos paso hasta aquí si la cosa fuera mal.-

Se le ocurrió otra cosa.

-¿Sabemos si hay algún científico en la fiesta? Alguien que sepamos que trabaja para los Decados y sea importante. Lo mismo trabaja aquí y a él es más fácil de sonsacarle la clave. 4 ¿puedes poner ese cerebro tuyo a trabajar y echar un vistazo?-

Buscó en los datos de la máquina pensante algo parecido a enviar, o copiar mientras hablaba, total todo parecía estar en el menú principal que había visto al encender el aparato.

—Me temo que la única clave es ella misma así que nuestro objetivo es sacar toda esta información y la clave —dijo cruzando la mirada con Angrend.

Aaron echó un vistazo a la salida que Angrend acababa de encontrar. Ese lugar se había convertido en el lugar perfecto para la extracción.

—Hay que bajar a la Araña a aquí mismo —dijo dejando abierta la comunicación con el resto del equipo—. Solo ella sabe la clave y aquí tenemos una salida para extraer los documentos y el paquete. Hay que hacer que baje pero estoy seguro que no lo hará sola. ¿Tenéis alguna idea? Una vez abajo cerramos la puerta de la cámara y podremos hablar francamente con la Araña, sin tapujos ni estorbos. Y será limpio... sin rastro de que el Ojo haya pasado por aquí.

A Naadir casi le pareció divertida la situación en la que había colocado a Stefanos. En parte, había desequilibrado aquel triángulo que debía funcionar completamente engrasado para afrontar la enorme conspiración que llevaban a cabo. Pero la conversación había sido demasiado jugosa como para dejar a sus compañeros en la inopia. Ya tenía lo que quería, asi que se deslizó fuera de la zona de peligro para quedarse en un lugar más discreto cerca de la entrada a la casa, por si tenía que apoyar la entrada a los sótanos.

Una vez se aseguró que estaba fuera del alcance de oídos curiosos y que había oído lo que sucedía abajo, Naadir accionó el comunicador y susurró:

>>Nuestra intuición era correcta. La clave es el paquete de Ok. Trae un regalo especial muy deseado desde el Infierno. Están muy tensos y preocupados. El problema es que no sabemos la clave, pero no saben quién realmente vendrá. Aunque si sospechan. -hizo una pausa- Es arriesgado, pero Ok podría hacerse pasar por su paquete, conducir a la Araña a su guarida y una vez allí... actuar. Yo podría apartaros a uno de los lados del triangulo. Sólo tendríais que hacer frente al lado más fuerte.

Era un plan arriesgado, pero podía funcionar.

Ok-Sar ya había aparcado y estaba escuchando la conversación.

Mientras tanto Ryan revisaba su conexión cerebral para ver si había algún científico o Ingeniero en la fiesta. Efectivamente tenía localizado al menos a dos Ingenieros importantes que trabajaban en los astilleros de la Araña pero ¿estaban involucrados esos tipos en la investigación secreta? Cada uno de los tipos estaba en una zona de la fiesta, hablando con grupos distintos de personas.

Ok-Sar había escuchado la conversación —Puedo volver a donde tengo al paquete y quedarme con sus ropas. No me irán demasiado mal, a él ya le quedaban pequeñas. Pero alguien tiene que conocer al Decados. Esto es demasiado arriesgado. Voy a resgistrar todo lo que lleve y vuelvo y os digo. ¿Qué se supone que debería llevar?

Salvo que consiguiera pasar y llegar directamente hasta la Araña, y ésta le llevara hasta el archivo, poca cosa. 

Ryan analizaba en su mente quien podía ser el científico que podía hablar. Habia pasado mucho tiempo memorizando a toda la planta, familia y allegados decados, de modo que no era imposible su

- ¿Pues el plan para hacer que la invitada de honor baje adonde están ustedes? No es difícil, solo habría que causar algo que llame la atención lo suficiente como para que ella necesite refugiarse allí dentro. Ahí podrían ustedes reducirla y llevárosla, si todo sale bien.
Claro que tendríamos que definir, que clase de amenaza activaría que ellos tuvieran que refugiarse allí dentro, ¿no? Pero la semilla del plan ya está. Tal vez unas potentes explosiones en la vecindad …-

—Recordad que la operación tiene que ser limpia. Si alguien se entera de que esto es una operación del Ojo hay que eliminarlo o extraerlo —dijo Aaron—. Me parece posible el plan de Silvie, ¿te ves capaz Ok Sar? Insisto, no os preocupéis de la extracción, aquí hay una salida.

Una vez cerrada la comunicación se giró para mirar a Angrend.

—¿Qué vas a hacer con eso? —preguntó—. Yo voy a mirar si hubiera alguna forma de neutralizar todo esto. No quiero sorpresas. Puede que la Araña tenga una forma de detonar todo esto y eso echaría nuestra extracción al traste.

Angrend revisó los menús de la maquina. La Araña era un portento de paranoia: allí había todo tipo de menús para introducir datos pero ni uno solo de extracción de información o copia de seguridad. En aquella máquina se guardaba toda la información pero, probablemente, haría falta un dispositivo especial que activase la copia de seguridad de la misma. Un dispositivo que tendría la Araña, claro¹.

Mientras tanto Aaron revisó los explosivos. Encontró un conector que llevaba a un receptor. Tal como sospechaba existía un método para detonar aquello a distancia. Fue sencillo anularlo para asegurarse de que Seraia no volaba aquello por los aires desde fuera².

Ryan revisó la información de su implante³. Norobir Decados. El Ingeniero que estaba hablando en esos momentos con un coronel de la Armada Espacial casaba con el perfil buscado. Era un renombrado especialista en xenobiología y sin embargo estaba asignado al astillero en órbita de los Decados, en el puesto indefinido de 'Asesor de tecnologías'. No tenía sentido tener a un hombre de su potencial en esa posición. Tenía que ser, por pura necesidad, una tapadera para tenerlo cerca para la Iniciativa Caronte. El auriga se acercó a su presa potencial: era un hombre mayor, que rondaba los sesenta, alto, delgado, de ademanes desgarbados. Hablaba muy pausadamente con el coronel y parecía estar un tanto achispado.

Silvie, por su parte, seguía en el exterior aunque fuera de la zona de seguridad del cenador. Los tres Decados seguían esperando y aunque Stefanos había optado por apoyarse en la barandilla para disimular su ansiedad era ahora Seraia quien miraba un reloj que llevaba en su muñeca.

Por su parte Ok-Sar permanecía al lado de su vehículo, quizás esperando una confirmación⁴.

—¿Qué vas a hacer con eso? —

-He conseguido acceder a toda la información, aunque no entiendo ni la mitad, y sé cómo sacarla. Pero hace falta un aparato para hacerlo. No tenemos nada de eso, ni veo por aquí ninguno. Seguro que la Araña lleva uno. Así que el hacer que baje empieza a ser más necesario que nunca.-

Escuchó como sus compañeros localizaban a alguien que podría ayudarles a descifrar todo aquel galimatías.

-Vale. Pues creo que tenemos que decidirnos. O entra Oksar haciendose pasar por el tipo al que están esperando. O bajamos al tal Norobir. O abrimos la capsula esta, que seguro que hace saltar alguna alarma que atrae a la Araña. Pero hay que decidirse ya. Dudo que Seraia siga esperando más, si se impacienta demasiado puede mandarlo a buscar. O incluso cancelar la fiesta. No nos viene nada bien. Yo voto por bajar al científico, si sale mal siempre podemos abrir la capsula.-

Pensó en cómo hacerlo.

-Dos y yo estamos vestidos de guardias. Si lográis hacer que baje lo estaremos esperando y lo escoltaremos amablemente hasta el laboratorio secreto.-

Ryan fue repitiendo verbalmente, bastante bajo pero audible a los suyos, lo que sabia del cientifico a elegir.
Luego, agrego: - No soy la persona mas convincente, y no se me ocurre nada lo suficientemente bueno para sacarlo de alli. ¿Ideas? -

—¡Qué lo haga Silvie! —dijo por el comunicador—. Angrend y yo estaremos en posición.

Inmediatamente miró a Angrend.

—Creo que deberíamos de cerrar la habitación y esperar en la sala de vigilancia. Llevamos los cuerpos a las habitaciones y esperamos. Y cuando bajen...

El resto estaba claro. Aaron cogió uno de los cuerpos de los guardias incapacitados y lo llevó a una de las habitaciones. Entonces recordó que había dejado a uno de los guardias solo inconsciente y que quizá eso podría traerle problemas. Se dirigió hacia él y lo estranguló hasta acabar con su vida.

Luego volvió a la sala de vigilancia junto con Angrend.

—¿Estás listo?

Como finalmente no iban a abrir la capsula, al menos de momento ya que Angrend no lo había descartado del todo y la noche era joven, el asesino se colocó bien el uniforme de guardia de seguridad y, después de memorizar la contraseña de entrada a la sala secreta, fue con Aaron a la sala de vigilancia.

-Cuando quieras.-

Se ajustó la armas y se dispuso a observar a través de las pantallas que había. Al menos se enterarían si pasaba cualquier cosa. El problema sería cuando llamaran para hacer las comprovaciones, para lo cual no debería faltar mucho.

Naadir sonrió... parecía que sus talentos tenían que entrar en juego, asi que volvió de forma tranquila al recinto donde podía ver a su compañero para que le indicara con un gesto quién era Norobir Decados. Aquello le daba una gran satisfacción interior. Una vez tuvo la confirmación, se acercó discretamente hasta la conversación y componiendo una cara de gran preocupación vio el momento de interrumpir la conversación de forma elegante, dándose cuenta además que estaba algo achispado.

-"Disculpenme mis señores" -empezó a decir con gran humildad a los dos hombres- "Coronel..." -dijo en deferencia al militar, para luego dirigirse al científico- "Espero no equivocarme, pero usted debe ser Norobir Decados ¿si?" -su expresión era de cierta premura.- "Espero que no le importe y es un gran atrevimiento por mi parte, pero.. necesito robarle sólo unos minutos de su preciado tiempo".

Una vez pudo llevarse al científico a un aparte -que curiosamente estaba más cerca de la entrada al sótano- compuso aún más esa cara de preocupación y empezó a decir en tono bajo muy cerca de él: "Veréis mi señor, tan sólo soy una humilde servidora del Lord Consejero Stefanos. La cuestión es que me ha pedido que os diga que debéis ir con premura al... a bueno ahí. Con la máxima discreción." -dijo señalando con la mirada la entrada al sótano de forma evidente y como si no quisiera saber qué era- "Nunca había visto al milord Consejero tan preocupado... de hecho yo diría que la propia Seraia, a quién he tenido la oportunidad de ver sólo un momento, también tenía el gesto adusto. Algo la afligía. Cuando le he preguntado a milord Stefanos si podía ayudar,  me ha dicho que si... justamente avisaros para hacer lo que os he dicho de la forma más discreta posible." -se puso la mano en el pecho de forma afligida-"No quiero preocuparme, pero soy muy asustadiza... ¿algo no va bien? El propio Stefanos me ha dicho que no me preocupe por nada pero... seguro que si vos también me lo aseguráis estaré más tranquila y... habré cumplido con mi tarea. Supongo que no quieren alterar la fiesta de manera alguna." -terminó de decir con la misma humildad- "Sólo vivo para obedecer a mi señor y complacerle... espero que lo entendais".

El ingeniero pareció perder su ebriedad de golpe, atendiendo muy serio a lo que Silvie le decía y mirando hacia el sótano:

—¿En el subsuelo? ¿Ahora? ¡Debe ser una emergencia, sin duda!

Con su mirada parecía buscar a uno de los implicados pero por suerte para la agente del Ojo cualquier persona con autoridad suficiente estaba en aquel cenador externo, esperando a un posible contacto que no llegaría. Un poco atribulado el ingeniero se fue hacia los guardias que custodiaban las escaleras y cuando hicieron amago de detenerlos les mostró un anillo que llevaba en su mano derecha. A Silvie no se le escapó ese pequeño detalle: no era una tarjeta de seguridad ni una credencial, sino un sello. Se fijó bien en el dibujo: parecía una especie de barca vista de frente, en cuya proa se dibujaba una calavera.

Los guardias se apartaron para dejar paso inmediato al ingeniero a las escaleras. Cuando el tipo llegó abajo sacó una tarjeta que, pasándola por la ranura, abrió la puerta.

Ok-Sar escucho los planes de sus compañeros y de momento se quedó en el coche. Mejor que se concentrasen en el plan. Si no funcionaba, entraría él. 

De una manera u otra. 

Angrend escuchaba como Silvie se camelaba al ineniero y, no por primera vez, pensó que aquella mujer sería capaz de venderles una estufa a unos tipos que vivieran en un volcán.

Miró a Aaron y se ajustó un poco el uniforme que llevaba, armas oficiales incluídas, y luego se fue a buscar al Decados que bajaba a su planta.

-Bueno. Parece que nos a tocado la loteria, a ver qué tan solícito es con la persuasión adecuada.-

Esperaba que si tenía que haber violencia fuese dentro de la camara secreta, allí estarían insonorizados y podrían "dialogar" mejor.