Partida Rol por web

Yukio os fue guiando por los terrenos de la True Cross, su demonio invocado había desaparecido casi sin ser visto, al contrario que Inubashiri que seguía a Jareth sin inportar a donde fuera. Figaro, el gatito de las chicas maullaba contento y ronroneaba por las atenciones que le estaban dando, gato feliz básicamente. Durante el camino os fue explicando como llegar a las clases, la llave que os había dado, era una de las llaves “a todas partes”. Mientras estuvierais en la academia, podíais meter la llave en cualquiera de las puertas y inmediatamente conectaría con el túnel que llevaba hacia las aulas. Seguramente habríais creído que era una invención, pero visteis el poder de la llave y no cabía duda de que eran ciertas sus palabras.

Las residencias tenían aspecto cómodo, eran enormes y de madera vista. Cada habitación tenia su ventana al exterior y se podían contar unas 20 ventanas. La residencia era de triple piso, seguramente la planta inferior serian la recepción, cocina, comedor y sala de estar. Mientras que la segunda comenzarían las habitaciones y se ubicarían los baños. Yukio se planto en medio del camino, las residencias estaban separadas por no as de 100 metros, estaban relativamente cerca pero no conectadas entre ellas. -Por el momento las habitaciones no han sido asignadas, podéis coger la que queráis, tenéis habitaciones de todos los tamaños pero recordad que una vez la escojáis no podéis abandonarla. Va informando Yukio a la vez que os pasaba la llave de la puerta principal. -Por norma no podeis ir a la residencia del otro, ya que sigue siendo una academia juvenil, espero lo entendais. Yo seria uno de los pocos que pueden ir moviéndose, pero no sufráis que no os haré nada. Supervisar no es de lo mas divertido la verdad, mucho papeleo. Yukio sonríe y hace el gesto de marcharse. -Iré a por unas cosas, cuando queráis entrar adelante. Nos veremos mas tarde.

Charlotte se sorprende gratamente cuando Yukio le menciona que él era un doctor, ya que ese era su sueño, eso era lo que quería hacer y ver que era un profesor tan joven la llenaba de esperanza. Asintió a su ofrecimiento y continuó a las habitaciones.

Cuando hablaron sobre la acomodación, Charlotte pensó al instante en quedarse sola pero eran cuatro chicas y ella debía comenzar a conocer a quienes serían sus compañeros de equipo a partir de ahora. Aún tenía a Fígaro entre sus brazos y dijo tratando de cortarle un poco de hierro a la situación - Deberíamos acomodarnos por parejas, ¿No creen? Es más práctico para todas - dijo amablemente.

El gato era de todos y bueno, alguien debía ayudarle a cuidarlo. A pesar de eso, no quiso sugerir con quién acomodarse, ya que de todos, era ella quien menos se había relacionado con sus compañeros.

Daba igual sola o acompañada, acostumbrada como siempre a la aprensión ajena sobre su persona casi podía adivinar el desenlace.
De cualquier manera los titánicos esfuerzos por mantener una media de conducta apropiada habían sorprendido hasta a la propia Yaime. Anda tengo mas autocontrol del que creía.
Se ufanaba mentalmente obviando lo demas, mientras abría una ventana aspirando con fuerza casi sacando medio cuerpo afuera, obligandose a arrancar la tensión de la claustrofobia.
Sus ojos verdes invariablemente buscaron el astro rey, nada se comparaba con las alturas.
 Dejando a merced del viento la despeinada cabellera volteo el cuerpo encarando a las otras tres chicas.
-Como quieran. Encoge los hombros restando importancia al asunto de la reparticion de habitaciones.
-Pero como Giuletta esta enamorada del gato si quieren se puede ir con Charlotte. 
De reojo observo a la rubia, Audrey, las dos eran de Reino Unido una de Irlanda y otra de Escocia..tal vez pudieran convivir si matarse.
- O tal vez las dos Arias prefieran ir juntas.
Dando un salto para quedar sentada en el alféizar volvió la mirada al exterior estudiando los jardines.
-definitivamente tercer piso chicas la vista lo amerita. 
 

-¡Buona idea! Por parejas será más divertido- asintió entusiasmada a la proposición de Charlotte- Audrey y yo seríamos las más molestas- se dio un toque en la sien- las aria tenemos que invertir muchas horas en estudio y no es fácil que nos sincronicemos, hm, podríamos compartir cuarto para mejorar ese aspecto...-Se rascó una mejilla-¡Pero si no os importa la luz por la noche entonces me da lo mismo!

Se metió en uno de los cuartos y dejó sus pertenencias sobre una de las camas en vez de perder el tiempo en el pasillo y, cuando salió se acercó hasta Charlotte dedicándole una caricia tras las orejitas triangulares a Fígaro.

-¡Ma qué cabeza la mía!- se dio una palmada en la frente- ¡Fígaro no tiene comida! ¿Le valdrá con un atún entero?, ¡presto!

-Prrrrrrrr.... Fígaro va moviendo su cabecita conforme las manos de Giuletta van pasando por sus orejitas, al acabar mueve la cola y maullá intentando tocarla con las patitas pero claro desde el brazo de Charlotte le es imposible. Mira un par de veces a los lados, restriega su mejilla contra el brazo y empieza a lamerle la mano como si la estuviera limpiando. Por el momento se le veía cómodo en ese lugar.

- ¿Un atún? No has cuidado de animales antes, ¿no? - pregunto Audrey con cautela. 

Ella había tenido a los gatos de su abuela en irlanda y, aunque fuesen bastante torpes y gruñones, sabía más o menos cómo hacerse cargo de ellos. Y también sabía que el atún no era un pescado que comprar a la ligera para dárselo al gato, y menos a uno tan enano. 

- No sé cuantos meses tiene, pero calculo por su tamaño que... como mucho, unos cuatro, porque aún es un gatito... Lo mejor sería comprarle pienso para él. Y además, le harán falta algunas cosas más, como una caja de arena. No creo que sea muy difícil de encontrar... - mientras decía esto se sintió tentada de ir a acariciar al animal, pero el pequeño ya estaba bajo demasiados mimos. 

Así que en vez de eso, se acercó a la ventana a observar las vistas. El horizonte se abrió ante ella y sonrió al sentir que ese era el primer día de una nueva vida. 

- Vaya, es más bonita por fuera que la parte que nos toca. 

Se dio la vuelta y se apoyó contra el alfeizar. 

- A mi no me importa con quién compartir cuarto. Lo de las horas de estudio, es cierto. Las dos Arias tendremos que invertir mucho tiempo, no solo memorizando como Charlotte también tendrá que hacer para ser Doctora, sino recitando en alto las oraciones y salmos. Así que espero que nos dejen un sitio donde nuestra compañera de cuarto no se vea afectada.

>> Yo... he de admitir que se me da mejor si puedo decirlo en alto. Aunque si me voy a la cocina dudo que mi voz llegue hasta aquí arriba. Así que a mi no me importa, veo que Fígaro va a estar más que colmado a mimos. Y si no os apetece decidir ahora, podemos pensarlo mientras vamos a por algo de comer. Personalmente creo que sería bueno saber dónde están los supermercados desde el primer día. Si a la vuelta aún no nos decidimos, podemos echarlo a suertes, ¿qué os parece? 

Esperaba que el paseo les ayudara a aclararse un poco y ver con quién realmente se compaginaban mejor. Aunque, dadas las circunstancias, era más fácil echarlo a su suertes que ponerse de acuerdo. No se conocían lo suficiente y podía haber rencillas precisamente por eso. 

Una palmada que retumbo en el eco del pasillo, dejando las manos juntas como en piadosa oración, nada mas lejos que la realidad pues en Yaimee era un gesto de resolución a toda la conversación de la repartición de dormitorios .
-Entonces las Arias juntas si les apetece, con todo lo que tienen que practicar..ufff..
Añadiría con soltura poniendo punto final, calculando lo que las propias jovencitas habían cavilado con respecto a sus horas de practicas con los salmos y la coordinación de los canticos, cualquiera diria que velaba por sus futuros.
No le hubiera molestado la letanía de las arias, joder si había soportado a  sensei durante cuatro años durante las ceremonias de te mientras trataban de pulir su paciencia (infructuosa tarea y centenares de vasijas rotas)  no tenia nada de particular hacerlo con una aria; claro que a ellas no les podría diluir somníferos en las bebidas. 
-No creo en la suerte, me da mal augurio dejar las cosas inconclusas. Cosas de… -Encogió los hombros sin poder explicarse mucho mas. -Charlotte, tu y yo entonces?- Enarco una ceja considerando la elección de  la futura doctora puesto que tal vez prefería irse sola. Las inquietas esmeraldas bajaron hasta  al gato y fue imposible no arrugar la nariz. Un gesto que contrario a lo que pudiera suponerse era mas bien de agrado al peludo animalejo y tomando nota mental de las cosillas que la alimaña necesitaría.
Reacción reflejo lanzar la mochila triangular en la habitación contigua, ajustar el inseparable cilindro de mapas en la espalda y volver como un relámpago.
-Vamos afuera! Respirar aire puro, comer algo es lo mejor. Todo es mas claro con el estomago lleno. Comento entusiasmada con el prospecto de una paseo/exploración levantando el pulgar en aprobacion a Audrey -Despues de todo tengo que empezar a familiarizarme con mis dominios y súbditos. Finalizaría en tono profético adornado con una media sonrisa burlona. 

-No, nunca pude tener una mascota... ¡por eso mimaré mucho a Fígaro!- reconoció a Audrey mirando al bichillo entre los brazos de Charlotte. Quizá fuese cosa suya pero parecía más adorable con cada momento que pasaba. Rebuscó entre sus cosas hasta sacar una pequeña cartera en la que contó el dinero. El valor del euro y del yen estaban bastante descompensados entre sí pero eso favorecía a las europeas en lo que a financiación se refería.

-Podemos ir a buscar a los chicos y que se vengan, seguro que tienen que comprar algo también y conocer la zona- aunque no había entendido lo de "súbditos" a lo que se refería Yaimee no veía el momento para salir por la puerta, soplar alguna de esas bolitas cinéreas que las personas normales no veían y ver dónde estaban cosas indispensables para ella como... lugares donde vendiesen dulces o un parque donde tirarse en la hierba. ¿Qué importaba si no todos podían ver demonios ni sabían de la verdadera intención de la Academia True Cross? ¡Podían relacionarse igualmente!-¡Venga Charlotte! - quizá fuese por el aire serio que portaba pero parecía un poco más de "empuje" para animarse- Yaimee y yo podemos comprar un juguete para Fígaro, o acabaré comprando un pescado entero para él - asintió un par de veces con la cabeza y miró a la pelirroja- ¿Te parece?

Escuchó las decisiones tomadas por sus compañeras y, definitivamente, las arias debían estar juntas. Sería un poco molesto estudiar con ellas siempre repitiendo las arias.

Miró a Yaimee y asintió - Claro - pero luego parecían hacer más planes y Giulietta era la más entusiasta con el gato. Con tono amable pero sin mayor expresión, le dijo - Si quieres, puede quedarse contigo. Puede que esté mejor atendido contigo - le tendió al gato mientras acompañaba a las chicas a comprarle algunas cosas al gato.

- ¿Entonces tomaremos el tercer piso? -.

Tal vez era la primera vez que Charlotte iba con un grupo de chicas a otro lugar y se sentía extraña. A pesar de eso, parecía que su compañera era un tanto similar a ella y era posible que se llevaran bien.

- Ahora que lo mencionan, he notado que no hemos comido nada desde que llegamos - ríe suavemente y sigue a las chicas hacia un lugar donde comer algo.

Jareth se rascó la cabeza al entender el problema que tenía Ignis con Inubashiri- Vale, entonces tendrán que llevarse bien poco a poco, ¿no? -dijo sonriente, y cuando les dijo que se fueran a los dormitorios, Jareth indicó a la demonio que le acompañara- vamos.

Cuando llegaron al dormitorio, el chico buscó una habitación doble privada para compartir con Inubashiri- Creo que así no molestaremos a muchos, a no ser que alguien quiera compartir cuarto con nosotros, ¿algún problema?

Esperó alguna respuesta, si no decían nada, él se apropiaría de una y listo.

En cuanto entrasteis a la residencia, Inubashiri miro una de las habitaciones y antes de que Jareth le dijera nada, se tumbo y comenzó a rascarse una de sus orejitas. –Eso depende amo. Iba diciendo lamiéndose el dorso de la mano y volvía a pasarse la mano por las orejitas. –A no ser que me desinvoques estaré contigo, espero no tengas vergüenza. Por suerte yo no tengo que cambiarme de ropa. Deja escapar una pequeña risa y se coloca la espada en su cola mientras deja caer pesadamente el escudo en el suelo. Tumbándose como una neko dejando que el sol calentara su espalda.

Shiro por el contrario se quedo mirando las habitaciones y coloco correctamente el pequeño sombrero. –Yo si no os importa me quedare en una habitación también. Creo que estaré mas cómodo, aunque si vais a comer o algo no me importara acompañaros. Aquí vamos a ser compañeros, quiero llevarme bien con todos vosotros.

Fígaro cambia de manos, de la de Charlotte a la de Giuletta, en cuanto pasa el gatito maúlla suavemente y lame un poco su barbilla antes de volverse a acurrucar en su brazo. Los terrenos de la escuela no estaban muy repletos de alumnos, los exorcistas estabais en otra zona diferente a las residencias normales ya que cabía la posibilidad de que se os escapara o descubrieran que los exorcistas existían y por consiguiente los demonios. La academia se había curado en espantos y era mejor de esta forma.

No muy lejos de la residencia se encontraba  la cafetería que hacia sus veces de restaurante para aquellos que quisieran comer en el. La carta de precios estaba fuera y aunque la comida era muy variada y de casi todas las clases, era cara. Se notaba porque era una academia de prestigio, sobretodo en el bolsillo. Pudisteis observar también, como de la residencia de los chicos salía un posible compañero, nada más salir se encendió un cigarrillo y se fue alejando de la residencia, pasando cerca de vosotras quien sabe dónde.

Seguidamente Sora sale de la vuestra acercándose al restaurante, pero al ver los precios mira a sus peluches como dudando si tendrías suficiente dinero. Ambos niegan y como conforme con esa respuesta va tirando hacia el supermercado, que no era más que una tiendecita un poco apartada pero bien surtida con varios alimentos, tanto frescos como procesados. Por muy poco se podía comprar algún ramen instantáneo o verduras para una ensalada rápida, incluso carne.

Con Fígaro en los brazos salió tan contenta de la residencia y, una vez en la calle, no pudo evitar detenerse al ver al chico del cigarrillo.

¿Otro estudiante?, ladeó ligeramente la cabeza pensando en que no le había visto antes en clase pero, igualmente, le saludó levantando la mano y sacudiéndola en el aire.

-Ouh...- musitó decepcionada al ver que el chico se marchaba sin dar especial muestra de amabilidad- creo que no nos ha visto, Fígaro ¿tú qué crees?- miró al gato frotando la nariz en la cabeza entre las orejas del animalito a modo de mimo- bueno, ya le veremos ¿hm?

Marchó con las chicas, deteniéndose frente al supermercado.

-¡Sora, esperad al resto y compráis juntas!- dijo a la chica mientras despedía tanto a sus compañeras (aquellas que entrarían al supermercado) y a la muchachita con sus dos demonios conejo moviendo una de las patitas de Fígaro con suavidad.

-Tercer piso definitivamente, lo que no me fije si teníamos árboles cercanos. Sino luego nos cambiamos, un árbol frente a la ventana es esencial. Se franqueaba con Charlotte como si en eso le fuera la vida, mientras salían afuera.
Como esos momentos perfectos, donde el viento corre en la dirección adecuada, la luz logra un contraste espectacular y el tiempo simplemente parece detenerse, era la estampa que se desplegaba frente a la escocesa de la encendida cabellera.
Mordiendo el labio inferior deslizo la mirada  hasta el lindo ejemplar que ahora se paseaba frente a sus ojos. Con esas ganas incontenibles, deseos reprimidos y casi..casi jadeando.
Embelesada, Yaimee queda como tonta observando al chico que se les cruza en el camino, con esa mirada de niña enamorada .Flexiono los dedos frente al cuerpo como esos pacientes de manicomio cuando van detrás de espejismos.
-un cigarrillo…..
Murmura todavía en su trance.
La voz de Giuletta la vuelve a la realidad, sacude un poco la cabeza despertando pestañeando algo desconcertada.
-No nos ha visto?.. Quien..cuando? ..el cigarrillo se alejaba y ahí fue cuando noto la persona adyacente al preciado pitillo de tabaco.
-Será exorcista también si sale de las residencias alejadas. Y no se vale,  si es que no ofreció ni una chupadita a la colilla.
Se lamento la chica, pero ya iban de camino al mercado y Yaimee hacia cálculos mentales entre verduras, algo de proteína y los gustazos del tabaquillo. Era lo mas barato, dudaba que tuvieran licor en el diminuto local y mas aun que se lo vendieran a los estudiantes. 
Sora andaba en busca de sustento también y Giuletta la invitaba a unirse al variopinto grupo.
Yaimee prosiguió hasta cruzar el umbral de la tiendita farfullando.
-Maldita recesion, ..inflacion ....argh

Audrey dejó las cosas en la habitación que iba a compartir con Giulietta de ahora en adelante. Tenía camas gemelas, nada de literas. Eso le gustaba. Se acercó entonces hasta cama libre, que estaba más pegada a la ventana y dejó allí su mochila. Después volvería a la pensión donde había dejado la maleta y la traería hasta allí. De momento, solo le faltaba una cosa para inaugurar su nuevo hogar. Levantando la vista por encima del hombro, justo cuando Fígaro cambiaba de manos y las otras dos chicas escogían habitación, ella aprovechó el momento para guardar el cuaderno de su abuela en el cajón de su mesita de noche y a descargar parte de sus pertenencias sobre la colcha. Iba ya a volver cargada del súper, no necesitaba peso de más. Hecho esto, ya sintió que ese sitio era un poco más su casa. 

"Hogar, dulce hogar", pensó mientras salía y sonreía a las chicas. 

- Yo estoy lista - dijo, y entonces empezaron a salir -. Podemos comprar cosas para cenar juntas esta noche. Somos de sitios muy diferentes, ¿qué tal si cada una decide hacer un plato diferente? - comentó contenta mientras bajaba las escaleras. 

Sin embargo, cuando salieron y vieron al chico fumando pasar a su lado, hubo un súbito silencio mientras el muchacho se alejaba. Giró la cabeza, por si acaso lo chicos salían con lo que parecía era un compañero de piso. Puesto que no había estado en la presentación con ellos. Se enfurruñó ligeramente al ver que no salía nadie más de la residencia, a excepción de Sora, que salió de la misma que ellas. Se avergonzó de sí misma al darse cuenta de lo que estaba haciendo y, casi sin querer, bajó los ojos al suelo. El humo del cigarro la hizo toser y se alegró de poder alejarse de la estela de humo. 

- Sí, vamos juntas - dijo mientras aceleraba el paso, para entrar la segunda en la tienda, después de Yaimee. 

Cogió una de las cestitas y observó los pasillos. No tardó en encontrar una zona muy pequeñita para animales. El pienso que vendían tenía muy poca variedad, pero uno de esos sacos era más que suficiente para un gatito tan pequeño. Se acordó además de coger un par de latas de atún en conserva pero sin aceite ni aditivos, para que no se pusiera malo. Se las enseñó a Giulietta para que, si quería darle algún día, fueran esas. 

- A los gatos les gusta el aceite, pero se ponen enfermos del estómago - le explicó mientras le enseñaba que, efectivamente, esa lata no tenía. 

Observó varias veces a Sora pasearse entre los estantes, pero la chica no hizo en ningún momento, amago de unirse a ellas. Así que prefirió dejarla espacio. Se centró en comprar arroz para la arrocera que tenía en la mochila (la única forma en la que el arroz le quedaba bien y no se le pegaba al fondo) y también compró pescado para hacer onigiris, makis y nigiris. Como su especialidad era la comida fría, el sushi no se le daba mal. Además, compró un par de bandejas de sakura mochis. Estaba segura de que serían un postre estupendo. Si Giulietta no llevaba aquí mucho tiempo, seguro que le gustaría probarlos. Su abuela siempre tenía en casa. Siempre decían que eran el olor de la primavera. Ya no sabía si era porque a su abuela le encantaban o porque le gustaban a ella, pero se había aficionado mucho a esos dulces en los últimos meses. 

Compró alguna cosa más: pasta, una botella de refresco, leche, cereales, una caja de galletas de chocolate e, importante, café y té. Uno para desayunar, no era persona sin la primera taza de café; y otro para merendar. Cafetera se había traído de casa, pero esperaba poder encontrar una hervidora de agua en alguna parte, que era mucho más rápido que hacerlo con un cazo.

- Giulietta, deberíamos buscar una caja de arena para Fígaro, ¿has encontrado algo? 

Sora se queda pensando en la oferta de ir con todas las chicas y cuando parece que va a consultarlo con sus peluches los dos se quedan mirándola. Parece que ese gesto le a dado miedo y asiente con vergüenza mientras os sigue. En la tienda, los colores parece que la desorientan bastante ya que no sabe apenas moverse entre los pasillos. En cambio Agnis si que sabia y no tardo mucho tiempo en ayudar a su ama, moviendola con pequeños tirones en la ropa, señalando los productos que debía coger. Sora no parecía saber moverse por si misma o como mínimo era muy insegura. Cogió sobretodo comida preparada y cuatro cosas de uso diario y se quedo mirándoos a las demás, como con curiosidad de lo que habíais escogido. En ningun momento abre la boca para hablar.

Charlotte deja que el pequeño gato pase a los brazos del Aria y sonríe al final. Estaría mejor con ellas, era posible que ni ella ni Yaimee fueran las más aptas para hacerle compañía.

Vio a Sora dirigirse hacia el supermercado por los altos precios pero fue el apuesto joven quien llamó su atención. Le recordaba a alguien y quería asegurarse de que no fuera él, así que se disculpó con las chicas con un simple - Disculpen pero debo resolver algo - y se acercó al chico del cigarro.

- Disculpa - dijo después de correr un poco - ¿Puedo compartir uno contigo? Llevo un tiempo evitándolo pero creo que me haría bien - su tono era amable, a pesar de su seria cara. Ella no era tímida, solo que trataba de no mezclarse demasiado, aunque este chico... ¿Sería él?

El joven iba a su ritmo y apenas te había escuchado, tan solo cuando estuviste a pocos metros se paro para girarse a ver a Charlotte. Tenia aire despreocupado pero a la vez pensativo, poco era lo que se podría pensar de aquel chico. -Las chicas jóvenes no deberían fumar. Dice casi automáticamente aunque su mano ya había extendido el paquete de cigarrillos y colocado uno en su obertura para ofrecértelo. -Pero yo no me hago cargo de eso. Mucho estrés tal vez?

El joven mira mas o menos la dirección en la que habíais salido y el grupito, nada mas ver a Sora asintió con la cabeza. -Vale, venís de la clase especial. Antes de que Charlotte se lo pudiera tomar a mal, guiño levemente el ojo, indicando que no se debía decir exorcista tan a la ligera. -Seguro que te a tomado todo por sorpresa. Soy Haru, Hiromi Haru.

-Vale, pues creo que de momento no te voy a desinvocar -dijo mientras dejaba caer las cosas en su dormitorio y comenzaba a investigarlo cuando escuchó a Shiro- Vale, me parece bien, incluso podríamos ponernos una hora para cenar y comer y hacerlo juntos, no sé, me parece triste cenar y comer sin nadie.

Poco a poco iba dejando las cosas en los diferentes sitios, montando sus cosas en los diferentes sitios- Dime, Inubashiri, ¿cómo es de donde vienes? ¿Cuales son tus puntos fuertes y puntos débiles? No quisiera mandarte a un sitio en el que puedas pasar un mal rato.