Partida Rol por web

Expedición a la Tierra Hueca

1. REUNIÓN

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01/07/2021, 18:07
DIRECTORA

Manthattan Municipal Building

Ubicado en el número 1 de Centre Street, el MMB es un edificio de 34 pisos, construido para acomodar las crecientes demandas espaciales gubernamentales. Su construcción se inició en 1909 y acabó en 1914 y fue el primer edificio en incorporar una estación del metro en su base, la estación de Chambers Street.

Tiene 177 metros de altura y es uno de los mayores edificios gubernamentales del mundo.

Habíais sido convocados a una reunión de la cual no sabíais gran cosa, solo que tenía que ver con un asunto "de vital importancia para el futuro de la nación". Claro que si se trataba de algo así, siempre cabía preguntar el por qué de vuestra elección. ¿Es que no había mejores candidatos? En algún caso, eso podía decir mucho acerca de lo que estabais defendiendo. Otra posibilidad era, por supuesto, que fueses desechables. Quizás esta idea se ajustara un poco más a la realidad.

En cualquier caso, uno a uno fuisteis llegando y entrando.

El interior del edificio mostraba bastante movimiento. Gente con aspecto de importante, cruzaba el vestíbulo hacia y desde los ascensores, y no solo personal civil, sino también militar. Se podía percibir un fuerte aroma a oficialidad en el interior de aquel lugar. 

La "invitación" decía que debíais subir a la planta 33, oficina 337, así que eso fue lo que hicisteis: indicarle al ascensorista la planta a la que queríais ir y esperar pacientemente a que el ascensor llegase a su destino.

Cuando salisteis de él, visteis que los pasillos estaban vacíos, además de llenos de oficinas. Había puertas hacia ambos lados, pero parecía que los impares aumentaban hacia la izquierda, así que os dirigisteis hacia allí, mirando las puertas y contando... 331... ... 337... hasta encontrar la que buscabais.

En la puerta no había más que el número; si aquello pertenecía a una rama del gobierno o alguna agencia, no estaba del todo claro, puesto que ningún letrero lo anunciaba.

Abristeis la puerta y entrasteis, descubriendo una oficina calurosa y de ambiente denso, con un escritorio y un sofá de varias plazas, una librería, un archivador y un par de sillas.

El ventilador del techo movía rítmicamente los papeles que había encima de la mesa, pero no había nadie sentado a ella, como si en realidad todo aquello fuese una broma de mal gusto. ¿De verdad allí iba a celebrarse una reunión que podía resultar vital para la nación? No lo parecía, y quien quiera que fuese vuestro anfitrión, aún no había llegado.

Notas de juego

Pues narrad como llegáis y a medida que lo hacéis, os encontráis al que ha escrito antes.  Marcaros a todos (menos a Marion) y así sabréis quien va llegando y a quién os encontráis al entrar.

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01/07/2021, 18:31
Alex Corvin

Sin más dilación que la de esperar unos segundos a ver si alguien me contesta tras llamar abro la puerta y entro, cuando echo un vistazo veo que no hay nadie sentado allí.

- Parece que llego muy tarde. - digo con una media sonrisa para añadir - O demasiado temprano.

En ese momento me acuerdo de Harry, fijo que de saber esto el muy cabrón se estaría riendo, o más bien gruñendo en forma de risa. Sí, gruñir es más de su estilo sin duda.

Camino por la habitación con tranquilidad, y de paso curioseo los objetos que hay en ella ya que muchos de ellos me parecen pintorescos. La verdad, la curiosidad debe ser uno de mis puntos débiles, además del de ser demasiado impulsivo a veces. Por culpa de eses dos puntos débiles estaba aquí. 

Alzo la voz para preguntar si hay alguien, porque la verdad lo de estar aquí solo:

- ¿Hay alguien aquí? 

Espero en silencio para ver si alguien me responde, la verdad es que contaba que hubiera alguien ya en esta sala. Espero no ser el único al que lograron convencer, ya que me sentiría muy defraudado. 

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01/07/2021, 18:53
Nikolai Vladiminovich

Salí de este laberinto en la planta treinta y tres y me dirigí hacia la oficina correspondiente. No sabía qué hacía aquí, pero aquí estaba, a cientos de kilómetros de lo que podría llamar mi hogar. El edificio era grandioso y estaba lleno de gente, muchos militares, cosa que me desagradaba. Cuando recorrí varios metros del pasillo, me paré frente a una puerta abierta, en la cuál ponía trescientos treinta y siete. Ahí era. Respiré hondo y entré en la sala. Había un hombre deambulando por ella, observándolo todo. Cuando preguntó si había alguien allí, yo me adentré unos pasos en la habitación y carraspee con fuerza, para hacerme notar.

-"¡Ejem, ejem! Crrreo que zolo eztamoz amboz aquí. Mi nombrrre ez Nikolai Vladiminovich, doctorrrado en botánica, parrra serrrvirrrle. Zupongo que a uzted también le han trrraído hazta aquí zin darrrle máz inforrrmación que la prrreciza. ¿Me equivoco?" Dije sonriéndole para romper el hielo.

No se me daban muy bien las interacciones sociales, pero al estar tan lejos de la universidad, completamente solo y en un edificio del Gobierno, más me valía hacer alguna amistad. Por lo menos tendría alguien con el que debatir de ciencia.

Notas de juego

Querida Directora, sería usted tan amable de activar por defecto a los demás compañeros como destinatarios, excepto a Marion, para así no tener que activarlo nosotros. Muchas gracias, guiño, guiño...


Algunas veces pondré algún comentario en ruso, con la pronunciación entre paréntesis, y en Notas pondré su traducción. Además, aunque quede mal, cuando hable en inglés, para darle un acento ruso bien marcado, cambiaré las S por Z y las R las arrastraré al hablar, poniendo tres RRR. Es la forma que se me ha ocurrido para darle acento ruso.

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01/07/2021, 19:21
Director

Notas de juego

Ya está activado, disculpad. Es que en un principio no sabía a quién iba a añadir.

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01/07/2021, 19:51
Mayor McDuncan

A Rick y a mí nos dejó un coche oficial en la puerta del edificio. El tipo había llegado algo tarde a recogernos y eso me había enojado bastante, pues me gustaba llegar la primera a estas reuniones. Ver quien entra, como lo hace, era básico para saber que clase de persona era. Con nuestros uniformes puestos y nuestras credenciales, no tuvimos problema alguno para acceder y subir al piso requerido. Eso sí, acabamos un poco cansados de tanto saludo en el hall al cruzarnos con tanto militar activo.

La subida en ascensor no la hicimos solos. Se notaba que el edificio estaba vivo por la cantidad de gente que se movía de una planta a otra. El ascenso a la planta 33 se me hizo eterno y llegué a pensar que por las escaleras hubiese sido más corto llegar. Y miré a Rick y le sonreí con complicidad cuando la última persona que nos acompañaba en el ascensor se bajó en la planta 21. Pero justo cuando se cerraban las puertas, alguien llegó corriendo y entró con nosotros.

Aproveché el incómodo silencio para estirarme la falda del uniforme y ver que estaba sin arruga alguna. Realmente deseaba que aquello fuese simplemente una reunión informativa, pues al final dejé el petate en casa, para organizarlo con el de Rick y repartirnos el peso.

El ascensor llegó por fin a la planta 33 y nos despedimos con un simple adios del hombre que nos acompañaba. Aquella planta parecía un desierto. De no ser porque nos habían mandado a una reunión, hubiese sacado mi arma, de llevarla encima en aquel momento, claro. Nuestros pasos resonaban por el pasillo mientras Jester caminaba a mi lado, mientras que ambos buscábamos la puerta correcta. - Aquí es. - Le indiqué al teniente antes de llamar y entrar.

- Buenos días. - Saludé nada más entrar seriamente deteniéndome a unos tres pasos de la puerta, con el teniente parándose a mi lado. Miré a los dos hombres que estaban allí. Tal y como nos habían dicho: civiles. Observé un segundo la sala, antes de presentarnos, tan firme como solo los militares sabíamos ponernos.

- Somos el teniente Heatherly. - Dije con seriedad señalando con mi mano al uniformado hombre que me acompañaba. - Y yo la mayor McDuncan. - Y creí que no necesitaba añadir que pertenecíamos al ejército de los EEUU porque se veía claro por nuestros uniformes.

Luego miré a Rick y le hice un gesto con la cabeza, señalándole la esquina del fondo opuesta a la puerta. Ese era nuestro lugar. Y así fue como ambos nos dirigimos hacia aquel rincón, desde el cual veríamos entrar a todos y si quien daba la charla no lo hacía lo suficientemente alto o alguien molestaba, lo tendría controlado.

Hacía calor allí dentro y miré a Rick. - Descanse teniente. - Le dije al ver que seguía con aquella pose tan rígida a mi lado. Mis ojos se clavaron en el hombre de pelo y larga barba. ¿De verdad que aquel tipo que necesitaba comer urgentemente y algo de sol nos iba a acompañar a la misión? Pronto me iban a dar trabajo de medica si el resto eran como él. - Recuérdeme que solicitemos suero salino en la base, creo que con el que llevo no será suficiente, teniente Heatherly. - Le susurré a Jester. - ¿Vendrá con silla de rueda incorporada? - Me pregunté a mí misma, sintiendo esa ligera malicia divertida en mi interior y de alguna manera molesta por no poder compartir aquel comentario con mi segundo.

Aquel sitio era demasiado pequeño y podrían oírme.

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01/07/2021, 21:15
Rick "Jester" Heatherly

Podía notar la tensión de la Mayor, pero a causa de que las cosas no saliesen como ella había pensado. No era la primera vez que debíamos ir a un lugar y que no cumplíamos con el horario previsto, algo que en la mente de cualquier soldado, representaba una falta grave.

Aún así, lo importante era descubrir de una vez por todas lo que nos depararía aquella reunión. Me mantuve durante todo el camino un paso por detrás de ella, aunque hubiera saltado delante de haber sido necesario por cualquier motivo. No era solo un simple oficial trabajando bajo su mando, sino una pieza importante y fundamental para todo lo que nos esperaba.

La sonrisa de Sarah fue todo lo que necesitaba para insuflarme la seguridad que quizás había perdido durante unos instantes, aunque solo durase unas milésimas de segundo, y prepararme para lo que nos esperaría.

Cuando llegamos a la planta, caminamos hasta encontrar el despacho y tras llamar con los nudillos, entramos.

El lugar tenía un aspecto horrible. Había estado en sitios peores durante muchas de mis misiones, pero no era en absoluto lo que habría esperado de una oficina para informar de algo supuestamente importante. Más bien parecía algo improvisado que ni tan siquiera tenía algo que ver con nosotros.

Había dos hombres muy diferentes, que estaban ya esperando dentro. Uno de ellos tenía el aspecto de haber salido de una película de vaqueros; muy pintoresco. Su rostro serio me transmitió, sin embargo, que parecía un hombre peligroso. El otro, por el contrario, hubiera pasado fácilmente por un pordiosero, aunque había un brillo extraño en sus ojos que me decía que había más de lo que parecía.

Pero lo más importante era que ninguno de ellos parecía tener nada que ver con el ejército. .

La mayor nos presentó y yo asentí con la cabeza, en silencio, y después la seguí hasta uno de los rincones, una buena elección para poder contemplar a todo el que entrara en aquella habitación.

-Sí, señora -le respondí en voz baja, fastidiado por tener que mantener las formas militares.

Empezaba a no tener muy buenas vibraciones acerca de aquella misión.

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01/07/2021, 21:42
Sgto. Harry Blackhorn

Estacioné mi viejo coche en las cercanías del edificio y guardé la calavera en la mochila antes de salir del coche. Era un horror para mí, con mi altura, entrar y salir de aquel vehículo hecho para enanos, pero fue el único que me pude permitir. De hecho ahora no podría permitirme ni medio y si no lo había vendido ya, era porque no me daban nada por él. - Recuerda, si no te gusta lo que hay... - Dije en voz alta a la nada antes de abrir aquella ridícula puerta.

Minutos más tarde, alzaba mi cabeza ante la altura de aquel enorme edificio. - Y la gente se queja de vivir en un cuarto sin ascensor. - Sonreí de medio lado y entré de cabeza, buscando los ascensores. Porque un edificio tan alto debía tenerlos, eso estaba claro. Normalmente los números de los edificios marcaban la planta y el número de despacho, así pues, la habitación 207, solía ser la segunda planta, habitación siete. Pero algo me decía que esto iba a ser bastante más arriba.

Con la mirada fija al frente y saludando cuando me saludaban, crucé el hall y me metí en el ascensor. - Genial, más de 30 plantas... - Y podía ser la planta 3, oficina 37, planta 33 oficina 7 y si querían retorcelo más, planta 33 oficina 37 y como conocía a quiene me habían mandado allí y me habían dejado claro hasta que punto eran capaces de retorcer las cosas, opté por la tercera opción. Además, era la que menos riesgo tenía, por la altura y lo lejano del resto de la gente, luego podía mirar la 7 y si no era allí bajar a la planta tercera.

- Espero que sea mi día de suerte. - Dije en medio de aquel ascensor y la gente me miró. - Una entrevista de trabajo. - Sonreí y miré hacia un lado vacío. Algunos me desearon suerte y poco a poco el ascensor fue quedando sin gente. Al llegar a la planta 33, me di casi de morros con la oficina 7. Intenté abrir la puerta pero estaba cerrada a cal y canto. - Vale, para después... - Dije retomando el paso.

Unos cuantos metros de pasillo más adelante, di con la oficina 37. La puerta estaba abierta, invitando a entrar. Llamé antes de hacerlo y asomé de dos pasos. - Buenos días. - Dije mirando a todos... o más bien a los dos hombres que estaban a simple vista, al fondo de aquel caluroso despacho me vi con dos militares. - Esto se pone interesante. - Susurré al aire mirando a la mujer. Y es que ver precisamente a una mujer con un rango como aquel era algo que no había visto nunca. De hecho, dudaba que hubieran más como ella y mi seria mirada se quedó clavada en ella.

No sabía si es que era todo por la adolescente que había salvado esa misma... noche... Ahora me daba cuenta de que había pasado toda la noche despierto, sin café y sin nada y mi cuerpo no sentía cansancio alguno. Ya me llegaría el golpe de sueño. Seguramente la adrenalina del rescate y lo que pasó después me mantenían en pie... y como no, tener de nuevo frente a mi a una nueva belleza. O era eso o el efecto de la joven que me hacía ver a todas las mujeres hermosas ese día. - Supongo que es aquí donde debíamos venir. - Dije en voz alta sin parecer que me dirijiese a nadie en concreto. - Tiene toda la pinta. Soy Harry. - Me presenté escuetamente.

Y tenía que ver a esa mayor de cerca, sacar información de lo que pasaba y si había algo más... no lo iba a rechazar. Con mi más de 1,90 de altura, caminé hacia los militares con seguridad. Me cuadré delante de ellos al llegar y con voz firme, recordando mis años en el ejército me presenté a ellos. Era una buena baza para ganármelos. - Sargento Blackhorn. Veterano de la Guerra Mundial. Perteneciente a la AEF y destinado a Francia. Perteneciente a la reserva militar hasta dentro de unos meses. - Y con eso sabían que tenía 49 años y que me licenciarían en cuanto cumpliese los 50, como hacían con todos, salvo que nos reenganchásemos. Pero no sería mi caso. - Un placer conocerles, mayor, teniente. - Dije con voz más relajada y cambiando la postura de mi cuerpo.

Era algo que me podía permitir por estar en la reserva, era civil, salvo que ellos requiriesen mi ayuda en un momento dado. Entonces dejaría de estarlo durante el tiempo que estuviese bajo sus órdenes y eso implicaba un salario más pagado por el pais cuando hiciesen su informe. Una ventaja por un lado y otra por otro. Me coloqué junto al teniente, quedándose este entre la mayor y yo, dejé mi mochila, la cual parecía vacía en el suelo y me quité el sombrero. - ¿Sabemos por qué estamos aquí? - Pregunté en voz alta. Quizás pareciese que iba solo para los militares, pero la realidad era que iba para todos.

Y desde allí observé mejor a los dos hombres que estaban en la sala y sonreí, dándome cuenta de que ellos habían cogido aquel sitio por ser el punto estratégico de aquel lugar.

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02/07/2021, 07:56
Gareth Jenkins

El vuelo hasta nueva york había sido todo un suplicio, no era la primera vez que volaba, pero desde luego que nunca había pasado tantas horas dentro de un avión. Cuando salí del avión miré el reloj y por las indicaciones que me habían dado no me quedaba demasiado tiempo, aun así necesitaba un trago y en mala hora me lo tomé, porque me pusieron esa mierda a la que los yanquis llaman whisky. Pensé en pedir una cerveza para quitarme el gusto, pero viendo el color que tenía al salir del grifo preferí pedirme un café, y agua sucia es lo que me sirvieron. Pagué y me marché refunfuñando por la puerta. —Para esta mierda podían haber seguido con la prohibición y que hubieran prohibido el café ya de paso.

Cogí un taxi y por el camino fui admirando la grandiosidad de aquellos edificios, eso si tenía que admitir que me impresionaba, también había mucho coche por las calles, pero aun así era mucho mejor que el asqueroso tráfico de Londres. Cuando por fin llegué a mi destino no pude evitar mirar hacia arriba, sin duda a los americanos les gustaba hacer las cosas a lo grande «Tendrán que compensar algún complejo» pensé mientras me encaminaba al interior.

Todo en el edificio era enorme, el hall de entrada, el ascensor, los pasillos. Avancé por aquel pasillo hasta encontrar el despacho que buscaba, la puerta estaba entreabierta, así que simplemente abrí mientras golpeaba con los nudillos por educación. —Buenas, soy Gareth, encantado—. Dije al ver en variopinto grupo de personas que allí esperaban, y eso es lo que parecían estar haciendo, esperar a que llegase el mandamás.

Mientras me devolvían el saludo me di cuenta que uno tenía acento polaco o ruso, había dos militares americanos y otros dos que parecían salidos de una película. «Por la gloria del imperio mis cojones» pensé al acordarme de aquel estirado que había abordado en la taberna hacia unos días. Dejé el gran macuto apoyado en la pared y busqué una silla para sentarme.

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02/07/2021, 19:04
Sgto. Harry Blackhorn

Miré al hombre alto y delgado que se acercó al teniente y a mí con curiosidad, sobre todo por aquella escueta presentación, claro que la nuestra tampoco fue mucho más allá. Miré un segundo a Jester, preguntándole con la mirada que opinaba de él y el sujeto se presentó como sargento en la reserva. Sus siguientes palabras me hicieron sonreír. Yo era muy joven para haber estado en aquella guerra, pero a Heatherly le pilló con 20 años y me había enseñado mucho de aquello. Además, el teniente llevaba al ejército en su corazón y en su alma. Dudaba que jamás fuese a dejarlo.

- Sargento Blackhorn. Es un placer para mí conocer a un veterano de la Guerra Mundial. Sobre todo de los bravos que lucharon en el frente en Europa, siendo quienes fueron de respaldo para los franceses y acabaron cambiando las tornas, demostrando así que nuestro ejército era mejor que el suyo. - Le dije con una sonrisa. El hombre era alto y atractivo a pesar de su edad, aún tenía su encanto en esos ojos y sus labios carnosos. - Debió sentirse orgulloso de aquello y de estar al mando del general John Joseph «Black Jack» Pershing.* 

» Y antes de que diga nada, no, no soy ninguna experta en la Guerra Mundial. Es el teniente Heatherly quien estuvo allí alistado de joven. Le pilló con 20 años, ¿no es así, teniente? Él ha sido quien me ha contado todo lo que sé sobre lo que vivió allí y me habló del general Black Jack. - Le conté al hombre bastante relajada sabiendo que al menos había alguien que sabía lo que era la vida militar entre nosotros. - Por cierto, soy la mayor McDuncan. Y no, dudo que encuentre otra mujer con mi rango o superior y que además sea médica en el ejército. - Le dije mirándole a los ojos, orgullosa en aquel momento de mi status.

- En cuanto a lo que nos ha traido aquí, en nuestro caso las órdenes de un superior. Pero no sabemos nada sobre la misión a la que se nos envía. Me da que todos en esta sala estamos igual. - En ese momento entró otro hombre mayor a la sala y negué con la cabeza al verle. Al final aquello iba a parecer un geriátrico. - Señor Garerth, el señor Blackhorn, el teniente Heatherly y yo soy la mayor McDuncan. - Presenté a los hombres que me acompañaban con tono serio y volví a mirar sargento.

- Dígame, ¿hasta cuando estuvo activo en el ejército? - Pregunté con curiosidad al hombre, queriendo saber más de él, al tiempo que miraba de reojo de vez en cuando a Rick. Esperaba que tomase nota de todo mentalmente, porque luego le preguntaría sobre él y sus impresiones sobre los presentes.

Notas de juego

* General John Joseph «Black Jack» Pershing.

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02/07/2021, 21:31
Jack Colton

Llegué al edificio con un regusto amargo después de mi último encuentro y sobre todo, con sensaciones encontradas, pues me preguntaba si debía ir allí o aprovechar la situación para perderme por la ciudad. Pero la curiosidad era demasiado fuerte como para dejar que huyera, así que a la hora convenida... bueno, quizás algo más tarde, pero igualmente adecuada bajo mi punto de vista, crucé por las puertas.

Aquel lugar estaba lleno de militares y gente importante. Pensándolo bien, era justo lo que necesitaba. ¿Quién iba a buscar en un lugar como aquel a alguien como yo? Sin duda, el último sitio del mundo para hacerlo.

-Esto me gusta -exclamé en voz baja, frotándome las manos. Adopté entonces una postura militar y me dirigí hacia el ascensor. Por el camino, me vi obligado a devolver un par de saludos militares. Recordé que era capitán y que eso tenía sus cosas buenas y malas, pero que por el momento, eran más de la primera clase que de la segunda.

Y finalmente, llegué a uno de los ascensores y entré en él con una buena sonrisa en el rostro. No me sentía como en casa, pero casi.

El ascensor llevaba a media docena de personas, entre ellas a una sargento de muy buen ver. La miré unos instantes y cuando me devolvió la mirada, le lancé una de esas sonrisas seductoras de las que era especialista.

Lo único malo era que el tipo que había a su lado era un general y volvió la cabeza hacia mí con gesto contrariado. Eso me obligó a ponerme firme y dejar las tonterías para otro momento. No volví a respirar hasta que no se bajaron, en la planta veinte.

Definitivamente, no me gustaban los generales.

Cuando las puertas se abrieron en la planta 33, estaba solo en el ascensor. Hubiera lo que hubiese en aquel piso, parecía no interesarle a nadie más. Eso no era una buena señal. De todas maneras, miré a ambos lados del pasillo y escogí uno de ellos. Tuve que dar media vuelta y probar por el otro lado, pero conseguí finalmente encontrar aquella oficina, que tenía el mismo aspecto que la carnicería de mi barrio. 

Nervioso, respiré un par de veces, abrí la puerta y entré.

La oficina era tan mala en el interior como uno pensaría por el aspecto de la puerta, pero mucho peor era el descubrir a un montón de gente que se giró hacia mí en cuanto entré, y que parecían sacados de una película cómica. Había dos militares, un barbudo con aspecto de vagabundo, un cowboy y un par de calvos, uno de ellos con aspecto de vivir en la calle y el otro... bueno, parecía ser un tío duro.  Eso sí, uno de los militares era... "una", y no estaba nada mal.

Bueno, al menos hay con lo que trabajar, pensé.

-Buenos días. Capitán Henry Garfield. Tengo órdenes de venir aquí... pero no sé a quién ni para qué.  Claro que ahora que lo pienso... a lo mejor me he equivocado de lugar. Esto parece el casting para la compañía de un circo -dije, echándome a reír.

Sin dudarlo, me volví hacia la mujer y me fijé bien en su rango. Era Mayor. La verdad es que no solo tenía un buen cuerpo sino que el hecho de ser un superior me parecía de lo más excitante.

-Encantado, Mayor. ¿Es a usted a quien tengo que presentarme? -le dije.

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02/07/2021, 22:21
Gareth Jenkins

No parecía que nadie supiese muy bien que estaban haciendo allí, algunos empezaron a entablar conversación entre ellos, pero a mí no me interesaba. Estaba cansado del viaje, solo quería enterarme de que iba aquello para irme al hotel a ducharme y descansar un rato.

Entonces entró otro americano, y también militar, además este iba de graciosillo. —Y supongo que tú te presentas para el puesto de payaso. —Dije mirándole de reojo pero si moverme de la silla.

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02/07/2021, 23:05
Sgto. Harry Blackhorn

Me acomodé en la pared lamentándome que el teniente estuviese por medio. La mayor era realmente guapa y cuando comenzó a hablar me di cuenta de lo agradable que parecía. Aunque quizás fuese todo por mi manera de presentarme hacia ellos. La sonreí con agrado al ver que sabía de sobre la AEF, hasta que le dio el mérito a su teniente. - Señor, debe estar sin duda orgulloso. Veo que ha enseñado bien a su mayor parte de nuestra historia. Así es, fuimos allí inicialmente a dar apoyo a las tropas francesas. A mí me pilló todo de nuevas. Me alisté porque mi trabajo me iba mal y el país nos necesitaba. Conocí a muchos soldados como yo y de todos ellos, pocos sobrevivimos o volvimos enteros a casa. Pero sí, puedo decir con orgullo que conocí al general Black Jack, de hecho el mismo me nombró sargento.

» Allí caíamos como moscas y se ascendía rápido. Yo pasé de soldado raso a cabo en una semana, al perder a casi todo mi batallón en un ataque sorpresa. Mi ascenso a sargento fue algo similar... simplemente necesitaban a uno y justo pasé junto al grupo de oficiales que hablaban con el general Pershing. Este me dio el alto, me preguntó el nombre y el rango y tras responderle me dijo: felicidades, ahora es usted el sargento Blackhorn. Acompañe a su teniente, él le dará instrucciones... y de allí volví de nuevo a las trincheras y a primera línea de fuego. - Miré al teniente. - Me alegra contar con un veterano cerca.

Entonces entró aquel hombre y se presentó, siendo la mayor quien se encargó de presentarnos a los tres, algo que me pareció curioso, pero me hizo sonreírle en cuanto me miró. Se notaba que estaba acostumbrada a mandar y a llevar las riendas y eso me gustaba en una mujer. Incliné la cabeza al hombre cuando fui presentado y seguí con mi charla con los militares.

- Pasé a la reserva al volver de Europa. El ejército y la guerra no están hechos para todos y lo que viví allí... me dejó marcado. Nada que el tiempo no curase, claro está. Volví a mi trabajo de detective cuando quedé en la reserva. Llegué a pensar que me llamarían a filas con la Guerra Civil Rusa, pero tuve suerte y se ve que tuvieron suficientes y valerosos activos para enviarlos allí. Yo dudo que hubiese aguantado aquello. Pero es un tema que prefiero no tocar. Me incomoda más que otra cosa. - Les dije con sinceridad a los militares.

Y entró un hombre más, un capitán que sin duda no tardaría en venir a saludar a la mayor y al teniente. Pero su presentación estuvo de más y su comentario nos tocó la moral a más de uno. El anciano fue más rápido que yo de reflejos y le contestó con celeridad. Mis ojos miraron hacia un punto indeterminado frente a la mayor y negué con la cabeza y en ese momento, el hombre, con una sonrisa que parecía de la publicidad de la pasta de dientes y una mirada envidiable, la cual sin duda haría que muchas mujeres cayesen rendidas a sus pies, se presentó a la mayor. - Ya está aquí la competencia y va a ser dura... aunque su presentación ha sido lo peor que he visto en mi vida. - Pensé para mí.

- Se dice que en todos los pueblos hay un tonto. Creo que ya tenemos al nuestro con nosotros, señor Gareth. Ya tardaba en llegar. - Y sonreí a aquel viejo con una mente tan ágil, para luego mirar a la mayor con curiosidad, era hora de ver de que madera estaba hecha.

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03/07/2021, 10:19
Nikolai Vladiminovich

Poco a poco fueron llegando más personajes, sobre todo militares enfundados en sus tiesos uniformes. Iban más rectos que alguien al que le hubieran metido un supositorio por su trasero. La verdad es que estaba lamentando haber venido, ya que trabajar con el ejército no era ni por asomo lo que más me gustaba. Todo lo contrario, odiaba todo lo relacionado con la violencia y estos tipos solo sabían arreglar las cosas usándola. Éramos siete personas reclutadas, o más bien obligadas, para ir en una misión de la que ninguno sabíamos nada, viendo las caras de los presentes. Yo parecía ser el único incómodo allí, ya que me movía nervioso por un rincón de la sala, dado mi carácter poco social. Aún así hice un esfuerzo y casi grité mi nombre a los demás para presentarme, saliéndome un gallo.

-"Hola, yo zoy Nikolai Vladiminovich, doctorrrado en botánica, parrra serrrvirrrles."

Una vez quitado el miedo y hecha mi presentación, me recogí a mi rincón y esperé a que la persona que nos había citado apareciera. Cuanto antes nos explicaran qué demonios hacíamos aquí, mejor para todos.

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03/07/2021, 11:57
DIRECTORA

Notas de juego

Puedes narrar como llegas y están ya todos dentro ;)

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03/07/2021, 14:37
Mayor McDuncan

- Precisamente en la Guerra Civil Rusa, fue donde el teniente y yo nos conocimos. - Respondí al detective dejando de lado el tema que parecía incomodarle sobre lo que vivió en la Guerra Mundial. - Aunque es una lástima que dejase de ser un activo tan pronto. Quizás nos hubiésemos conocido allí tambien. Es agradable ver que no le molesta ni se escandaliza porque una mujer tenga mi rango y sea médica. Hubiese necesitado más como usted y el teniente a mi lado en aquellos días. Créame que para mí tampoco fue fácil. Pero el teniente me ayudó a que fuese más llevadero. Era el único con el que podía contar y quizás alguien con la mente tan abierta como la suya me hubiese venido bien en aquel entonces. - Y ahora, pero debía saber que opinaba Jester de todo aquello.

Y llegó el capitán y se convirtió en el centro de atención. No pude creerme la entrada que hizo, dejando a todos en evidencia o al menos creyendo que lo haría, pues no tardaron en caerle las contestaciones. Miré a Rick, por si quería añadir algo más, pero siendo un rango inferior sabía que guardaría silencio aunque se le llevasen los demonios por dentro. Y aunque me resultasen divertidas las respuestas del hombre mayor y del sargento, debía mantenerme seria ante la presentación oficial del capitán y no dejarme llevar por lo que realmente me gustaría decirle.

Pero no pude contenerme.

- Si en lugar de entrar faltando al respeto a los presentes se hubiese fijado un poco más, la mesa de la reunión y el lugar donde estará el informador están justo al otro lado de la sala, capitán - mameluco. - Pero como ha entrado con un elefante en una cacharrería, lo único que ha conseguido es que nadie le respete y ni darse cuenta de donde se metía, algo que dice mucho sobre usted y nada bueno. Dicho esto, no, yo no soy el mayor a quien debe presentarse, capitán. - Seguramente su encantadora sonrisa le sacaría de muchos líos, pero eso no iba a funcionar conmigo.

El capitán fanfarrón podría acabar metiéndonos en demasiados líos. Debía marcarle la línea ya. - Él es el teniente Heatherly, mi mano derecha. Y con esto quiero decir que solo está bajo mis órdenes, así que olvídese de que le sirva el café. - Luego miré al detective. No me caía mal, pero quería la opinión de Jester. Así que le presenté como lo que era, un civil. - El es el señor Harry. - Dije recordando su presentación inicial.

Y en aquel momento escuché la voz del hombre que necesitaba que le diese el sol urgentemente. Sus paseos en un rincón de la sala no se me habían escapado. Su nerviosismo quizás era la causa de su delgadez. Por su forma de hablar me di cuenta enseguida que era ruso. No tenía nada en contra de ellos, a fin de cuentas estuve en su país para ayudar a restablecer la paz y el orden en él, igual que Jester. Lo que me chochó era que fuese botánico. Unos militares, donde yo contaba como el médico del grupo, un ex-militar y ahora detective privado, un tipo que sabía lo que se hacía, aunque parecía que venía directo de Texas, pero... ¿un botánico? Ahora solo faltaba que aquel que había demostrado tanta agilidad mental dijese que era albañil y si que acabaría desconcertada del todo.

- Un placer señor Vladiminovich. - Pronuncié su apellido a la perfección, algo que a más de uno en esa sala le costaría. Luego volví a mirar al capitán. Si el sargento tenía su aquel, sin duda el capitán tendría a cualquier mujer a sus pies con solo un guiño. - Soy la mayor McDuncan. - Acabé presentándome al capitán metepatas.

Y la presencia del capitán estropeó la charla que mantenía con el detective, la cual se me estaba antojando la mar de interesante.

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03/07/2021, 19:21
Jack Colton

No me había equivocado mucho, a la vista de las reacciones que generaron mis palabras. Uno de los calvos, el que tenía aspecto de amargado, no tardón en recoger el sedal, haciéndome sonreír y despertando inmediatamente la certeza de que había dado en el clavo. Aquello era un casting, no para un circo, evidentemente, pero se asemejaba bastante, porque allí había personajes demasiado diferentes entre ellos como para tener algo que ver.

Y luego fue el otro, que parecía estar como cohibido y que miraba a la mayor como un cachorrín necesitado de cariño.

-Bueno, no se preocupen, que no les arrebataré el puesto. Además, en todos los circos hay más de un payaso y recuerden... que son siempre los que se llevan los mayores aplausos -les dije, guiñándole un ojo a ambos.

Obviamente, hacía falta un poco de ánimo por allí. Estaban todos... tan serios, que daba miedo.

Y la mayor, por supuesto, no tardó en hacer su aparición.

-Uoh, mayor, tranquílicese. Cualquiera diría que pasa las noches en vela esperando a tener algo de acción. Le aseguro que no he faltado al respeto a nadie, pero los veía... tan apagados, que me pareció que hacía falta algo de ánimo. Pero no se preocupe, Mayor -le dije finalmente, cuadrándome y haciéndole el saludo militar -. Sabré comportarme cuando llegue el momento.

Mientras tanto, iba anotando mentalmente todos los nombres: el barbudo,  "Vlad"; el teniente, Haetherly; el cachorrín, el "señor Harry"; y Gareth el que me había respondido en primer lugar. Solo me quedaba el cowboy.

-Está bien, mucho gusto, "señor Harry". Teniente, no sabe cuánto le envidio -le dije, mirándole con una sonrisa y después, señalando a la mayor.

Me volví entonces hacia el barbudo y le di una fuerte palmada en la espalda. 

-Eh, qué hay, Vlady.

Finalmente, saludé con un gesto de cabeza a Gareth y me retiré a una de las paredes que estaban libres, en donde apoyé la espalda.

-Bueno, y alguien sabe de qué va todo esto? ¿Porque por lo que puedo ver aquí, me da la sensación de que ninguno sabemos mucho al respecto. ¿Quizás usted pueda decirnos algo, Mayor, dado que es el miembro militar de más rango, mayor?

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03/07/2021, 19:37
Rick "Jester" Heatherly

Para sorpresa de Rick, no todos los que estaban allí eran tan poco como parecían. El tal Harry, ese... autodenominado "Sargento Blackhorn", prometía algo más y quizás porque no estábamos seguro de él, fue por lo que la Mayor me lo "lanzó" inmediatamente.

-Eso es, sargento. Tuvimos lo nuestro en Francia y puedo decir con orgullo que si sobrevivimos, fue gracias a él -respondí con seguridad -. Cualquiera que haya estado en el barro de Francia merece mi respeto.

Claro que cuando siguió hablando, a Rick le pareció que aquel tipo era más un embaucador que otra cosa. Todo aquel rollo que había saooltado sobre "Black Jack" solo había servido para darle caché, porque al final había llegado a donde debía, y que para su pesar, no podía ignorar.

-¿Me está diciendo que está usted aquí como detective privado? -le preguntó el teniente, ofendido, y mirando de reojo a la Mayor.

Y por si aquel descubrimiento no fuese suficiente, llegó aquel estúpido engreído, con sus formas descuidadas y una mirada que a Rick no le gustó absolutamente nada. Durante su conversación con la Mayor, tuvo que morderse la lengua para no intervenir, en parte porque era un maldito capitán, pero por su actitud nadie diría que era más de un mozo de establo.

No era la primera vez que el teniente debía mantener a raya sus instintos acerca de responder, pero cuando aquel imbécil le hizo aquel comentario y miró a la Mayor, simplemente no pudo soportarlo más. Apretaba los puños hasta el punto de clavarse las uñas y sangrar, por lo que ese fue el detonante que acabó con su ya forzada resistencia.

En un abrir y cerrar de ojos, agarró al maldito capitán por las solapas y lo aplastó contra la pared.

-Escúcheme, Ca-pi-tán. Usted podrá tener todo el rango que quiera pero le aseguro que si vuelve a ofender a la Mayor de alguna forma, aunque sea únicamente pensando en ella, se tragará cada uno de los galones que lleva en la chaqueta. Le mostrará en todo momento el respeto que se merece por su rango y su sexo, y actuará de acuerdo con su uniforme. Usted representa al Ejército de los Estados Unidos de América y no volverá, repito, no volverá a burlarse de él. ¿Me ha entendido usted... señor?

Tras decir todo aquello, lo soltó, dejándole algo confundido. Todavía estaba enfadado y no era difícil percibir la furia en su mirada, además de en su respiración que todavía era algo acelerada, pero ya había traspasado lo suficiente la línea por un día.

-Y ahora, si desea presentar una queja formal, estaré gustoso de describir todo lo sucedido, señor.

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03/07/2021, 23:04
Sgto. Harry Blackhorn

- Me temo capitán, que ha dejado el listón tan alto que el puesto es solo suyo. De hecho nadie tenía interés en él, así que se lo ha ganado por derecho. - Le respondí a tan estúpido hombre. Sin duda había ascendido a capitán como yo a sargento, por suerte, no por méritos.

- Lamento decepcionarle teniente, pero... así es. Eso es lo que me ha hecho llegar hasta aquí. - Aunque claro, si explicaba todo, perdería la gracia y el encanto. - Pero no se preocupe, aún se usar un arma de fuego. - Y me abrí la chaqueta ya vieja y dejé ver la culata de un viejo revólver bajo mi ropa.

Y el capitán parecía tener ganas de guerra y optó por joder a quien no debía. La mayor había dejado muy claro quien estaba con ella, tanto que me entraron ganas de pedir que me solicitasen como sargento y estar bajo su tutela también y la del teniente, pues me daban mejores vibraciones que aquel capitán payaso. Y lo cierto es que no se bien que pasó, porque andaba más pendiente de la mayor que de las palabras y brabuconerías que salían de la boca del capitán, pero algo debió decir que hizo que el teniente no se controlase.

- Pero... ¿qué ha dicho? - Susurré como si estuviese hablando solo, viendo al teniente embestir al capitán contra la pared y con furia contenida, ponerle en su sitio con respecto a su superior y el ejército. Aproveché para acercarme a McDuncan. - Ahora entiendo porqué es su mano derecha... y la izquierda. - Susurré a la mayor. - Creo que me gustaría estar bajo su mando y el de su teniente... quiero decir... que me gustaría que me reclamase como sargento. A su hombre no le ha hecho mucha gracia tenerme aquí como detective y no quiero que ese capullo sepa donde estoy y acabe dándome órdenes... señor.

No era el mejor momento, pero tampoco lo habría. Aquello era una reunión programada para unos cuantos elegidos y yo no estaba en esa lista. Debía hacerme hueco en ella de alguna manera. - Piénseselo, mayor.

Y cuando el teniente soltó al capitán, opté por hacer lo que un buen soldado haría: apoyar a su superior. Así pues, con determinación, me acerqué al teniente y me quedé a su lado, un paso por detrás, pero donde me viese dándole apoyo. Estaba claro que si quería ganarme los favores de la mayor, tendría que ganármele a él primero. - Y yo estoy dispuesto a testificar a su favor, teniente. - Le dije recordando aquellas viejas formas que hacía años que no usaba, mirando desafiante al capitán, pero sin sobrepasar la línea que recordaba que no debía cruzar y era la de no colocarme junto a un superior si este no lo autorizaba primero.

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03/07/2021, 23:32
Gareth Jenkins

«Putos militares» pensé para mí mismo. Siempre con sus batallitas y sus bravuconadas, como si la guerra hubiera sido algo épico y no la puta mierda que fue. Pero los peores eran los imbéciles como ese capitán, que se creían algo por llevar unos galones cosidos a la chaqueta, que a saber quién se los había regalado.

Teniente, no se ponga en evidencia. Está claro que a ese tipo le sobran dientes, pero también lo está que solo por el rango usted no se los va a quitar, así que tranquilícese—. Crucé los brazos y apoyé la espalda en el respaldo de la silla mientras miraba directamente al capitán. —Y tú deja de tocar los huevos al personal, porque si la mayor no te pone en tu sitio, lo mismo alguno acaba lo que ha empezado el teniente.

Ya podía aparecer pronto quien estuviera al mando, porque aquella mujer no parecía gustarle tirar de rango y al paso que iban alguno empezaría el trabajo en la enfermería.