Partida Rol por web

Bien... No viene mal sumar otros dos aliados. Yo también os acompaño, se ha dicho.

Seis andan hacia el camposanto. Seis, con pasos pesados. Ser Urik el caballero... Irina la reencarnada... Varikov el Trampero... Eva la última gitana... Parriwimple el repartidor... y Ashlyn, de todos ellos la que más se jugaba en este lance, ya que eran sus amigos los que podrían estar en un apuro.

Irina y Parriwimple conocían el camino: la avenida del Noroeste, la calle que llevaba hasta las afueras del pueblo, hasta la iglesia, y detrás del edificio, hasta el cementerio en el que esta tarde sería enterrado el Burgomaestre.

Una vecina tendía una manta sobre el alféizar de la ventana y la golpeaba con el atizador para sacudir el polvo. Al preguntarle dió testimonio de que una pareja, un humano y una humana con aspecto de aventurero, había pasado por allí hace más de una hora. Se la notaba nerviosa, mirando con desconfianza a Varikov.

Un tramo más, y la última casa quedó atrás. Arbustos, árboles... todo ralo, insuficiente para el acecho de ningún gran monstruo, pero con capacidad de dar ocultación a una docena de pequeños emboscadores. En el horizonte, de fondo tétrico, el bosque Svalich, y el castillo sobresaliendo en lo alto del alejado risco.

Un poco más cerca, dos figuras llegaban a la entrada de la iglesia por el lado de la derecha, no por el camino. Torcieron hacia la puerta del edificio santo, pero cuando fueron llamados por Ashlyn, una desagradable sorpresa se llevó. No muertos. Puede que zombis, o lo parecían hasta que uno de ellos habló:

¡Mátalos! ¡No dejes a ninguno con vida!

Eran dos muertos varones, o lo serían de seguir vivos, con lo que no podían tratarse de los mismos compañeros que Ashlyn había perdido. Pero cuando uno empezó a caminar lento y torpe, quedó claro que ese sí se trataba de un zombi.

Ahora estaba segura de que sus amigos se encontraban en franco peligro. La mujer descolgó el escudo de su espalda y lo embrazó, preparándose para el ataque.

-¡A mí, demonios! -gritó, golpeando su escudo con la hoja de su espada-. ¡A mí!

Lo que Irina venia temiendo cada vez parecia mas probable. Iba a ser dificil encontrar a los amigos de Ashlyn con vida.

-Mas muertos! Y encima hablan! Veremos si aun gritan cuando sienten dolor!

Al final salieron por la puerta de la posada, algo más lentos de lo que le hubiera gustado al enano. Por el camino no cambiaron muchas palabras, cosa que agradó a Varikov, salvo un momento puntual en el que la come queso encapuchada preguntó por sus amigos. La mujer que respondió no tenía nada de especial, salvo la mirada. De todo ese grupo a quien miró con recelo fue al Trampero. ¿Acaso la gitana vieja escupitona parecía mejor persona? Bufó descontento y marchó, los demás lo alcanzaron enseguida, pero fue porque anduvo despacio y solo hizo unos pasos.

Se acercaron al bosque y por fin el bajito y rechoncho enano sonrió satisfecho, haciendo una mueca que daba más bien miedo que mostrar felicidad. Poco duró aquello, como bien estaba acostumbrado, dos zombies andaban por la zona. Gran fue su sorpresa al ver que uno de ellos hablaba, pensaba que no lo hacían, pero también se había despertado esta mañana sabiendo que los vampiros no andan de día. Escupió en las palmas de sus manos y agarró el hacha.

- Al paecer teníes razón, Urik, vais precisar otra vez la mi hacha.

Era todo tan extraño. Al ver a la mujer tendiendo Parriwimple se había acercado con el propósito de ayudarla. Pero entonces la chica... espera, habían dicho su nombre. Ashlyn. Sí, eso, Ashlyn. Preguntó por sus compañeros. Otra vez. Eso permitió a Parriwimple acordarse de que iba a ayudarle. Así que no tenía tiempo de ayudar a su vecina. 

- Lo siento- dijo a la chica antes de seguir andando con el grupo. Le molestaba no haber podido ayudarla. Pero no podía estar en dos sitios a la vez. ¿Alguien podría?

En eso estaba pensando cuando aparecieron dos hombres. Ambos parecían como los hombres malos que habían intentado hacer daño a sus nuevos amigos y a Parriwimple. Y lo que había dicho el podrido de barba de matarlos, seguro que era algún tipo de insulto. 

Parriwimple se dispuso a actuar, pero era todo demasiado complejo, y sus movimientos fueron aun más lentos que de costumbre.

- "Estáis en lo cierto, Herr Varikov." - Me detengo un momento a descolgar mi escudo de la espalda y embrazarlo correctamente en mi brazo izquierdo antes de desenvainar y preparar la espada.

- "Nunca había visto zombis inteligentes y parlanchines..." -

​-¡Vamos, niñas! -Ashlyn grita hacia el resto de guerreros con una poderosa voz, totalmente impropia a una mujer de su tamaño-. Cierto que estos muertos de hoy están muy vivos... ¡pero también es cierto que he visto vivos menos muertos que vosotros!

Yo ya no tengo edad para que me llamen niña, pero gracias por el cumplido.

El zombi callado arrastraba sus pies por el camino, en dirección a los aguerridos héroes, y termina agarrado al escudo de Ashlyn mientras lo intenta superar para llegar a la carne que hay detrás. Mientras, junto a la puerta cerrada de la iglesia, el zombi parlanchín cambiaba el común por unas palabras de vete tú a saber qué idioma, y hacía filigranas con las manos.

позвати чудовиште...

¡No dejéis que termine su conjuro!-dice la vieja vistana-¡Está invocando un monstruo de otra dimensión!

-¡Muere, enjendro de la obscenidad! -exclama Ashlyn en un evidente estado febril, lanzando espadazos a diestra y siniestra... sin darse cuenta de que el muerto que camina está aún mordiendo su escudo unos pasos más allá.

Durante una fracción de segundo, todos, muertos y vivos, contemplan a la mujer que agita su arma como espantando moscas sin comprender muy bien qué es lo que está haciendo. Después el brujo, quien casi pierde la concentración a causa de un ataque de risa, se alza de hombros y sigue con su invocación.

Justo cuando termino de preparar espada argéntea y escudo, veo como el zombi silencioso ataca torpemente a Frau Ashlyn y el zombi parlanchín comienza a salmodiar un conjuro.

La anciana vistana nos advierte de que está invocando un ser de otra dimensión, por lo que no aguardo más y cargo contra la criatura, espada plateada en ristre.

- "¡Que la Luz te fulmine!" - Grito mientras cargo, activando el poder Castigar al Mal.

Irina sintió una vez más el mordisco del temor en su corazón pero lo hizo a un lado y cargó contra el extraño no muerto hablador. Tanto ella como Urik acertaron en su ataque, aunque la trayectoria de la guerrera la hacía pasar muy cerca del otro zombi.

Parriwimple pensó por un instante atacar como le habían ordenado, pero no había espacio. Al ser el más lento, cuando fue a actuar, ya habían atacado al zombi parlanchin. Así que viendo que una de sus compañeras tenía problemas, se puso al costado del zombi que le atacaba, y trató de golpearlo, logrando impactar contra el pecho del muerto viviente. A pesar de que su clava no era la mejor arma posible, logró causar daño al engendro muerto viviente.

- Deja de intentar morder a mi amiga. Mi amiga no se come. Suéltala.

      ¿Qué crees que estaba mirando esa mujer antes?
      Seguro que el tamaño del enano.
      ¡Oh! Pues menos mal que no le dio por enseñarle que tamaño tiene su…

- ¡Por los güevos de Farkas! Protestó Varikov en parte por lo que sus voces discutían, pero también por lo que pasaba a su alrededor. ¿Había niñas? Él no las había visto. ¡Odiaba a las niñas! No más que a los niños, pero sí algo más que al resto de los humanos. Miró a su alrededor más asustado que de los zombies y cuando la gitana respondió, se tranquilizó un poco. ¿A esas se refería la come queso con niñas? Bufó y se secó la frente de sudor.

Al parecer Ashlyn iba a quedar mordisqueada como un trozo de queso si nadie lo impedía. La mujer tenía una buena espada, pero ya demostró que usarla lo que se dice usarla, no se le daba nada bien. El zombie hablador volvió a abrir la boca, pero esta vez era para hablar en otro idioma. El Trampero entrecero los ojos como si eso mejorara su oído y como eso no pasó y ya había dos que se encargaban de hacerlo callar, intentó ayudar a la encapuchada.

- Ten cuidadín con eso, guaja, nun te hagas dañu o peor, nun nos hagas dañu al restu, ho.

El zombi lleva las ropas de Nikoleu... ¡Nieto mío, invoco a los Poderes Oscuros! ¡Retírate! ¡Tú que has sido mancillado, retrocede y reconoce el poder de tu Raunie! ¡Obedéceme! ¡Que me obedezcas, he dicho!

El zombi ni caso. Mucho más efectivos son los golpes propinados por Parriwimple y Varikov. Ashlyn hunde su espada en el torso del muerto, pero su tórax se quiebra como si estuviese hueco, y el filo se hunde hasta sobresalir por la espalda. La paladina intenta retirar la espada, ¡pero no puede! Ahora está atascada en el cuerpo del zombi en movimiento. Necesitará de toda su fuerza para recuperarla.

A unas yardas de allí, a las puertas de la iglesia, Ser Urik e Irina alcanzan al muerto conjurador con sus espadas casi a la vez. Un duro golpe que le hace perder la concentración, y malogra su conjuro. El monstruo no será invocado.

¡Vale, vale! ¡Me rindo! ¡No más lucha!

-¡Maldita bestia! -grita la paladina arrancando trozos del zombie al recuperar su arma-. ¡Muere!

La gitana chillaba diciendo algo al zombie al que Varikov le daba con ganas. El bicho no le hacía ni caso y el puñetero incluso “robó” la espada de la encapuchada con su torso podrido. La situación era tan lamentable con un tonto, una chica, una vieja gritando y un enano dando golpes a un muerto andante, que el Trampero empezó a reírse como si alguien hubiera dicho un chiste muy bueno. A eso le sumó su nueva obsesión por los vampiros que andan de día y su siguiente golpe fue un fracaso total. Por lo menos no hizo daño a algunos de sus acompañantes.

- ¡Caguen la madre que pariolu! dijo serio sin ninguna muestra de su estado de antes, sobre su rostro ¡Estáte quietu, ho!

Viendo que su rival se rendia y que podia ser una buena fuente de informacion, Irina no siguio atacando. En su lugar, apoyo su espada en la boca del no muerto y dijo: 

-Ni una palabra mas hasta que te hayamos atado las manos o te atravieso. Ser Urik, llevais cuerda?

- "Me temo que no, Frau Irina, y no sé si es una buena idea perdonale la existencia a un no muerto..." -

-Hay cosas peores que la muerte para un no muerto. Este, por ejemplo, sabe hacer magia pero, Y si le corto las manos y lo encierro en una tumba por toda la eternidad? Creo que, seguramente, el mismo elegiria la muerte definitiva...

Sujetadle las manos, Ser Urik. Creo que vamos a comprobarlo ahora mismo...