Partida Rol por web

Expedición al castillo de Ravenloft

29 de noviembre del año 750 - Secretos Gitanos

Cargando editor
16/07/2015, 12:50
Fantasma de Irina Kolyana

Notas de juego

Yo sí lo miro todo desde el flanco, entre la nieve

Cargando editor
16/07/2015, 13:01
Herr Urik von Teudeldorf

Me suelto del brazo de Frau Helene y saludo con una reverencia.

- "Mi nombre es Urik... Herr Urik von Teudeldorf.

Parece que recientemente el campamento vistani ha sido completamente masacrado. Es curioso verles a ustedes en estos lares junto a un carromato de esos nómadas..." -

Sonrío intentando mostrar una amabilidad que verdaderamente no siento, sospecho que estos dos son ladrones y saqueadores de cadáveres.

Cargando editor
16/07/2015, 15:12
Helene

Helene miró a Urik con algo parecido al espanto. La diplomacia de aquel hombre debía haberla parido una vaca porque lo demás era inconcebible que alguien tuviera menos tacto que el caballero. Sin duda debía de ser un practicante del sincericidio, es decir, de matar a la gente en base a una sinceridad ni solicitada ni deseada.

-Urik, por favor, muéstrate más cortés con estos caballeros, especialmente en estos tiempos de necesidad -su tono adoptó el adecuado a una esposa regañona cuando su marido mete la pata en público-. Señores, me llamo Helene y solo puedo decirles que encontrarnos con ustedes es una de las pocas cosas buenas que nos han ocurrido en esta jornada. Disculpen la brusquedad de este mi caballero -dijo cogiendo nuevamente del brazo a Urik como si de una devota esposa se tratara-. Cierto es que hemos sido testigos de la destrucción de un campamento vistani y lamento la suerte que esas pobres gentes han podido llegar a padecer. Un terrible poder ha debido asolarlo y sus almas vagan ahora en otro mundo -cerró los ojos y entonó una sincera plegaria por aquellos muertos, cuyas estelas había sido capaz de llegar a percibir en su paso por el campamento-. Ya conocen a Parriwimple, nuestro servicial compañero y a quien sostiene no es otro que Vjelkus, mi amado hijo. Y ustedes, ¿con quién tenemos el placer de hablar? Por favor, señor, baje ese palo ardiente. No tienen nada que temer de nosotros y quizá incluso puedan ayudarnos en estos momentos de necesidad -Helene buscaba las palabras para ser lo mas neutra posible sin comprometer la verdad, especialmente porque imaginaba a Urik incapaz de usar la mentira como recurso para un bien mayor. Era de aquellos que habían nacido con un palo en el culo-. Es una suerte tenerlos aquí. ¿Qué buena fortuna ha hecho que nos crucemos en este punto del camino? - una sonrisa deslumbrante e interrogadora se dibujó en la cara de Helene, inquiriendo la razón de su presencia allí-. Mientras descendía, no he podido evitar su discusión, de indudable interés filosófico, y me sorprende que dos hombres de tan notable inteligencia se hallen en torno a una fogata junto a un carromato gitano en mitad de este paraje sin igual. 

Cargando editor
16/07/2015, 18:05
Ivalic Yannof

Ivalic avanzó agachado y en silencio por la dirección que Herr Urik le había indicado, hasta que comenzó a escuchar las voces de los dos hombres que ocupaban aquel improvisado campamento. Tenían una especie de discusión a la que el niño no prestó demasiada atención, más pendiente de avanzar en silencio y sin ser descubierto que otra cosa. Cuando pensó que estaba lo suficientemente escorado se acercó por un lateral y permaneció oculto ayudado por el terreno: piedras, arbustos, árboles, pequeños promontorios, troncos caídos eran ahora su principal aliado. No tenía muy claro que debía hacer una vez allí así que se limitó a esperar y escuchar todo lo que sucedía. Comprendía que el cuervo parlante y el fantasma pudieran asustar a los hombres, pero no sabía porqué él precisamente debía ocultarse cuando los demás iban de frente sin hacerlo. Supuso que Herr Urik tendría algún motivo para ello, alguno que no se había preocupado en compartir con el niño. Por si acaso sacó de su bolsillo el tirachinas y lo dejó en su mano mientras en la otra ocultaba una canica, si había problemas estaría listo para intervenir de inmediato.

Cargando editor
16/07/2015, 23:03
Mr. Pip

¡GUAUGUAUGUAUGUAUGUAU...!

El perro no dejaba de ladrar, tan solo esperaba la orden de su amo para avalanzarse sobre los intrusos y devorarlos. El señor Pip se agachó para dejar el palo llameante de nuevo en la hoguera.

¿El campamento gitano destruído, decís? Mi nombre es Pip, señor Pip.

El gorro... el gorro-masculló a su compañero.

Cargando editor
16/07/2015, 23:09
Mr. Sikes

¡GUAUGUAUGUAUGUAUGUAU...!

¿Qué? Oh, sí...

El señor Sikes se quitó el sombrero y lo puso en el pecho como todo un caballero. Un caballero sucio y maloliente. Al sonreír dejó entrever un diente de oro igual de amarillento y sin brillo como los que simplemente estaban sucios.

Soy el señor Sikes, Señora. Disculpe mis modales. No... no esperábamos visita. ¡CALLA, OJO DE TORO!

El perro, Ojo de Toro, dejó de ladrar y se lamió las pelotas.

Cargando editor
16/07/2015, 23:14
Mr. Pip

Filosofía, sí. Hace ya unos meses que el señor Sikes y yo mantuvimos una conversación sobre el tema. Ambos concluímos que el filósofo es, por definición, alguien lo suficientemente sabio como para disponer apropiadamente de su tiempo. El cómo y el dónde no importan en esa ecuación. La reflexión es innata en el homo sapiens, o en el elfo sapiens, o en el nano sapiens, o en cualquier criatura pensante, si dispone de tiempo. La filosofía es enemiga del trabajo.

¿Su... su hijo se encuentra bien?

Cargando editor
16/07/2015, 23:22
Mr. Sikes

Estará empachado después de haberse comido los caballos del carro del que se cayó-farfulló por lo bajo, aunque enseguida el señor Pip le hizo callar de un codazo.

En estos momentos estábamos departiendo sobre el frío. Ejem, ejem...

Fría tumba,

vida helada,

en la muerte

no es nada.

En medio del poema, Ojo de Toro se gira hacia un flanco y empieza a gruñirle a un arbusto, como si acabase de oler a un niño de nueve años con su tripa tumbada sobre la nieve.

Chist, calla, Ojo de Toro.

En cualquier caso... ¿Ustedes son amigos de estas reflexiones? Podrían unirse a nosotros en este tema, o proponer uno nuevo...

¡GUAUGUAUGUAUGUAUGUAU...!

Qué cosas... Parece que mi perro ha olido a alguna ardilla. No se preocupen, le ordenaré que vaya y se pegue un festín. Cuando muerde carne, ya no la suelta. Siento piedad por el pobre bichejo que esté en esos arbustos. Normalmente muerde la parte de la garganta por delante, ¿saben?-coloca las manos como un cepo abierto, y luego las cierra-¡CLASH! Sus mandíbulas se cierran aplastando la tráquea. La ardilla está viva mientras se la empieza a comer. Muere por asfixia. Ojo de Toro...-empieza ordenando...

Cargando editor
16/07/2015, 23:56
Herr Urik von Teudeldorf

- "Sostenga a su perro. Es posible que sólo se trate de mi fiel y leal Portantorchas." -

Sonrío fríamente, con el escudo fírmemente sujeto en el brazo izquierdo y la mano derecha sobre la empuñadura de la espada de acero. Los dos hombres pueden ver por mi postura (y por el hecho de que llevo dos espadas de aspecto noble y antiguo) que soy un tipo peligroso.

Cargando editor
17/07/2015, 18:06
Ivalic Yannof

Con su posición descubierta lo mejor era salir disimulando con alguna excusa, así que Ivalic guardó el tirachinas y la canica, sacó la cabeza entre los matorrales mientras salía con la mano ajustando la braqueta de su pantalón y hablando como distraído.

- Herr Urik, tan solo estaba echando una meadi...
Ivalic miró a todo el grupo y puso cara de sorpresa. Esto... hola! Me llamo Ivalic y viajo con Herr Urik, no esperábamos encontrarnos a nadie por aquí, pero sigan hablando, no les molestaré.

Ivalic se dirigió hacia sus amigos poniendo a los adultos y a Parriwimple entre él y los desconocidos.

Cargando editor
17/07/2015, 19:19
Herr Urik von Teudeldorf

Asiento con satisfacción al ver que Ivalic se pone a salvo tras la mole de Parriwimple.

A continuación observo intensamente el carromato vistani y los alrededores, intentando detectar cualquier detalle incongruente.

¿Estará la bruja Jackie Moon encerrada dentro? Estos tipos parecen unos ladrones peores incluso que Ludovico, ¿acaso son también secuestradores?

Cargando editor
19/07/2015, 11:25
Mr. Pip

El señor Sikes propinó una patada en el costado de Ojo de Toro, y el perro dejó de ladrar con un quejido lastimoso. Su mirada se había vuelto hostil desde que Herr Urik llevó la mano al pomo de su espada.

¿Nos estás diciendo, joven portaantorchas, que si yo voy tras el arbusto del que surgiste, encontraré la nieve derretida por el calor de tu orín?-el señor Pip sostuvo la mirada a la pequeña cabeza que Ivalic asomaba tras el muslo de Parriwimple-Hoy me he levantado cartesiano, señor Sikes. ¿Alguien más se ha levantado cartesiano? ¿No? ¿Nadie?

El señor Pip tampoco parece intimidado por el gesto de Herr Urik. Algo se guardan en la manga esos dos vagabundos desarmados si no tienen miedo a lo que pueda hacer un tipo peligroso con dos espadas de aspecto noble y antiguo.

Cargando editor
19/07/2015, 11:45
Mr. Sikes

Yo llevo toda la mañana con una duda metódica en mis posaderas que ni por toda la jodida plata del monte Gries podría sentarme, señor Pip. Me sumo al bando de los cartesianos.

Así, con un recelo tan grande como una hemorroide. El señor Sikes deja de ser un caballero y se vuelve a poner su viejo sombrero de copa sobre la cabeza.

Ahora mismo solo creo en que detrás de ese arbusto la nieve es muy blanca. Creo en el señor Pip. Creo en Ojo de Toro. Y creo en mí. Todo lo demás lo pongo en duda-terminó la frase con un sonoro escupitajo en la nieve.

Cargando editor
19/07/2015, 11:58
Mr. Pip

Es obvio que hemos empezado con mal pie. Al señor Sikes y a mí no nos gusta que haya gente tras los arbustos que bordean el campamento. ¿Por qué no nos tranquilizamos todos, ustedes se van a Barovia y nosotros dos regresamos a nuestra discusión sobre el frío?

La mirada de Herr Urik se centra en las huellas que hay concentradas en torno al carromato. La verdad es que sin el díscolo y poco disciplinado Varikov, Urik no podría distinguir la huella del señor Pip de la del señor Sikes, ni la huella del señor Sikes de la huella de una vistana de cinco pies y ocho pulgadas de altura llamada Jackie. Y mucho menos teniendo en cuenta que entre las huellas y el Caballero del Cuervo distan unos treinta pies, y una fogata y dos malolientes vagabundos entre medias.

Todo allí es normal. Las pisadas en la nieve salen y entran del campamento ocasionalmente. Lo esperado para hacer las necesidades lejos del lugar en el que se duerme, de salir a por leña y agua... Lo único que no hay son las huellas de carromato, los dos clásicos surcos paralelos que dejarían cuatro ruedas al avanzar. Ese carro no se ha movido de allí desde la última nevada, o quizás más tiempo. No es una gran pista: la nieve se empezó a asentar en la montaña hace unos días. También hay nieve en el techo del carromato, eso no es incongruente.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Saber naturaleza: animales

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+4)=5

Notas de juego

Entono el mea culpa:

El señor Sikes susurró "Estará empachado después de haberse comido los caballos del carro del que se cayó", cuando en realidad nadie le explicó el motivo por el que Vjelkus iba en brazos de Parriwimple.

Cargando editor
19/07/2015, 16:45
Fantasma de Irina Kolyana

Irina, envuelta en el silencio absoluto de la muerte, flotó hasta la parte trasera del carromato y metió su cabeza a através de la madera para echar un vistazo al interior del carromato. Sospechaba que aquello no era trigo limpio y que aquellos dos escondian muchas cosas.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: esconderse

Tirada: 1d20

Resultado: 14(+8)=22

Cargando editor
19/07/2015, 18:08
Herr Urik von Teudeldorf

Tras observar concienzudamente el entorno, vuelvo a centrar mi atención en los dos extraños zarrapastrosos.

Mi brazo izquierdo sigue empuñando con fuerza el escudo, mientras la mano izquierda suelta la empuñadura de la espada de acero y se posa en la empuñadura de la espada de plata... Estos dos están demasiado tranquilos en estas circunstancias tan sospechosas y extrañas.

- "Diríase que ese carro no se ha movido de aquí desde hace tiempo. No se aprecian sus huellas en la nieve..." -

Cargando editor
19/07/2015, 18:15
Ivalic Yannof

-No creo, al final no tenía muchas ganas y cuando escuché la voz de Herr Urik se me quitaron las pocas que me quedaban, creí que me había alejado más del camino. Respondió seguro, esperando que los hombres se lo tragaran pues estaba claro que sospechaban del niño. ¿Que es un cartesiano? Preguntó con curiosidad e intentando distraer la conversación. Yo no se si me levanté cartesiano. Herr Urik ¿Yo también me levanté cartesiano? Seguro que el paladín que era un hombre de mundo podría ayudarle con la duda. Además no le gustaba como hablaban aquellos hombres, parecía que se quisieran burlar de ellos y encima querían que se marcharan. ¿Es que preferían que meara en mitad del campamento? Ni siquiera sabía que estaban aquí. Ivalic se acercó a Herr Urik y tiró dos veces de su capa chula y guay para llamar su atención. Herr Urik, creo que estos hombres son de esos a los que les gusta ver las pililas a los niños, mi madre me habló una vez de ellos y son personas malas por eso no quieren que los niños meen detrás de los arbustos, además no quieren dejarnos que busquemos por aquí... Ivalic volvió a su posición y se cruzó de brazos enfurruñado. ¡Pues no podemos irnos! Estamos buscando a alguien.

Cargando editor
20/07/2015, 09:05
Helene

A Helene no le hacia demasiada gracia todo aquello. Lo que debería haber sido simple, se complicaba por momentos y todo porque era un grupo al que le gustaban las complicaciones. Y ahora mismo, que Ivalic hubiera sido descubierto no hacía más que complicar aún más todo. Y el muchacho acababa de revelar su objetivo. Complicado, complicado, complicado. 

-Así que son partidarios del dualismo pensante. ¡Qué emocionante! Vaya, si me ha salido un pareado -comentó Helene que de repente pareció rubia-. Me encantaría poderme sumar a sus disquisiciones filosóficas. Parriwimple, ¿podrías dejar a Vjelkus en el carromato? Con su permiso por supuesto, señores Sikes y Pip. Vjelkus se ha lastimado un tobillo, nada grave, pero le vendría bien estar sentado con el pie en alto. Así que deberíamos volver a Barovia y ustedes seguir discutiendo del frío. ¿No les parece que esa máxima podría invertirse? ¿Ustedes partir hacia Barovia y nosotros discutir del frío? Dado que llevan ya tiempo debatiendo sobre el mismo es altamente probable que hayan alcanzado el techo de su pensamiento y es hora de nuevos retos intelectuales. Por ejemplo, ¿los muertos pueden vivir? ¿Qué opinión tienen?

Cargando editor
20/07/2015, 11:22
Director

Algunos de los tablones de las paredes del carromato están distanciados entre sí media pulgada, filtrando la luz del exterior y dejando en sombras claras el interior. Uno de los laterales sujeta con dos cadenas una litera que se puede recoger. El otro está ocupado por una cómoda de cajones desiguales, pequeños y grandes. Sobre este largo y estrecho aparador existen unas cabezas de maniquí para pelucas, extremadamente vívidas, y todas diferentes entre sí. Una de las cabezas de mujer es de tez morena y rasgos agitanados.

La mitad de carromato que no está ocupado por la litera, hace de ubicación para una mujer con atuendo formado por corsé y pantalón de cuero, con una daga al cinto del lado de la cadera que por ángulo Irina ve. Con peluca blanca, y piel pálida, aquella mujer parece la antítesis de una gitana. Lamentablemente, el fantasma voyeaur no puede verle la cara, ya que la mujer está con las manos y la faz apoyados contra el lateral de madera, intentando ver lo que pasa en el exterior por una de las rendijas entre los tablones.

Cargando editor
20/07/2015, 11:55
Fantasma de Irina Kolyana

Irina observó a la mujer unos segundos hasta que sacó sus conclusiones. Después, salió del carro y se fundió con el suelo, viajando a través de él hasta estar debajo de Urik y Helene. Susurró entonces, asomando tan solo los labios de el suelo:

-Hay una mujer blanca, no gitana, armada dentro del carromato. Quizás sea alguien del mundo del espectáculo porque hay varias pelucas junto a ella.