Partida Rol por web

Expedición al castillo de Ravenloft

29 de noviembre del año 750 - Secretos Gitanos

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02/09/2015, 14:01
Parriwimple Indirovich

Era evidente que Parriwimple no estaba nada conforme, pero... por un lado le faltaba la inteligencia para defender sus argumentos que nacían de la intuición de lo correcto, más que de cualquier tipo de conocimientos dialécticos o intelectuales. Y de otro le faltaba la malicia para oponerse en una rabieta infantil, pero siempre con un punto de crueldad, a las opiniones de aquellos a los que tenía un profundo cariño. 

Pero había algo mal en todo eso. El propio Parriwimple se sentía fuerte, se sentía en forma. Y pensar que ella, que Irina, podía estar en peligro...

No, no estaba bien. Sin embargo la queja del gigantón fue carente de convicción. Había sido, después de todo, una vida entera de menosprecios, y de dejar que otros tuvieran razón. Para colmo, Parriwimple mismo pensaba que era tonto. Así que, ¿no estaría como siempre pensando tonterías? Tras unos segundos, se sentó con expresión cabizbaja junto a Ivalic.

Pensar que es malo.- dijo mirando otra vez a Ludovico- Primero pelear con nosotros. Había muertos, pero no atacarle a él. Luego todo lo que él hacer fue sólo porque convenirle a él. Irina poder estar peligro.- murmuró a Ivalic en un tono quedo y profundamente triste. Luego suspiró- Sí, querer escuchar historia. Parriwimple no saber historias. Él tonto y siempre olvidarlas pre.. pro... pronto. 

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02/09/2015, 15:43
Ivalic Yannof

-¿Cuando peleó con vosotros? Preguntó Ivalic. Seguramente él no había estado presente, ni siquiera se imaginaba a Ludovico luchando. De todas formas... creo que todos somos un poco como Ludovico, Parriwimple. Yo estoy aquí intentando encontrar una cura para mi madre y encontrar a mi padre, la Señora Helene quiere encontrar al padre de Vjelkus, Herr Urik recuperar su medallón... Todos nos hemos unido con nuestros intereses, aunque todos queramos acabar con el Conde. Ludovico también. Pero no te preocupes, ya sabes que la Señorita Irina siempre ha sido una gran luchadora, si ha tenido problemas seguro que se las apaña, recuerda que ahora es un fantasma. Y si no... ¡Mañana iremos a buscarla para hacerle el ritual y ocultarla de Strahd!

Ivalic llamó también a su amigo Vjelkus y cuando los tres estuvieron reunidos se preparó para comenzar el relato.
Algo en las palabras y la actitud del paladín le habían hecho recordar aquella historia y pensó que quizás al escucharla pudiera cambiar sus pensamientos, a veces las canciones y las historias tenían ese efecto en la gente.

Creo que tiene miedo, se avergüenza de haber sido derrotado por el mal en tantas ocasiones y ahora teme volver a hacerlo, si no ¿Porqué iba a llamar misión suicida a ir caminando hasta el cementerio? Si hemos pasado por allí varias veces hoy todos y solo hay que procurar no acercarse a los fantasmas, la única que los atrae es la Señorita Irina.

Se aclaró un poco la voz antes de comenzar la historia, dejando una pequeña pausa para crear algo de expectación en su público.

-Pues cuenta la historia que un día cierto caballero de renombre cabalgaba por un bosque y al entrar en un claro vio aparecer por el otro lado a otro caballero. Le llamó tanto la atención que esperó a que cruzara el claro para hablar con él, pues el otro caballero iba sentado en la silla alrevés, mirando hacia atrás y llevaba la lanza cogida por la punta y la espada enfundada con la empuñadura hacia abajo. El caballero le preguntó al recién llegado cual era el motivo de que fuera así y este le contestó que le llamaban el Caballero Cobarde pues tenía miedo a plantar cara y pelear con sus enemigos, por eso iba así y que no tenía más remedio que huir todo el tiempo para que no le atraparan.
El caballero quedó muy sorprendido por la historia y de repente vio como otros dos caballeros vestidos en negras armaduras se adentraban al claro por el otro extremo. Encontes el Caballero Cobarde se apartó y se escondió entre unos árboles y le rogó que por favor le defendiera, así que viendo a los caballeros negros cargar hacia su posición les hizo frente. El primero destrozó la lanza contra su escudo y viéndose sin ella decidió huir y al segundo lo descabalgó con su lanza, al verse en el suelo salió corriendo en busca de su caballo y así fue como el afamado caballero salvó la vida del Caballero Cobarde, que salió de entre los árboles para agradecerle lo que había hecho. El caballero algo molesto le contestó que sería la última vez que hacía eso, que, como todo buen caballero, debía aprender a defenderse de sus enemigos el solo. Y así se despidieron y cada uno siguió su camino. El Caballero Cobarde siguió recorriendo los caminos durante un tiempo libre de sus enemigos, pero un tiempo después volvieron a darle caza, así que escapó espoleando su caballo todo lo que pudo hasta que fue a dar con otro caballero, que le preguntó que le pasaba y porqué iba así sentado y vestido. El Caballero Cobarde le contó su historia y le pidió que le defendiera. Pero este caballero se negó, se apartó del camino y le dijo que si no se enfrentaba allí mismo a sus enemigos sería él el que lo mataría. Así que al Caballero Cobarde no le quedó más remedio que empuñar sus armas correctamente y montar bien en su caballo. Así cabalgó hacia sus dos enemigos, atravesando al primero con su lanza y dando muerte al segundo con su espada. Desde ese momento recuperó su valor y ya nunca más lo llamaron como antes, a partir de ese momento lo llamaron El Caballero Valiente y así luchó hasta el final de sus días.

La historia original tenía un final algo más triste y complicado, así que Ivalic decidió cambiarla para que sirviera de inspiración y para que Parriwimple no le hiciera demasiadas preguntas. Al menos esperaba que la historia les hubiera gustado.

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02/09/2015, 15:51
Helene

Helene se había mostrado especialmente callada y distante durante las últimas horas. Le preocupaba todo y todos le preocupaban. Había llegado a aquellas tierras con un propósito y en el presente aquel parecía un objetivo distante que cada vez se alejaría más de seguir con el grupo. Unas pocas horas habían servido para llegar a aquel convencimiento. De algún modo, entendía la reacción del enano que los había abandonado. Y todo ello por no hablar de que la presencia de su ternero sumaba preocupaciones en vez de aliviarlas. A duras penas había impedido que la demoniaca torrija fuera devorada a saber con qué resultados. A la que una se daba la vuelta tanto daban con una reliquia inútil formada por un haz de cabellos rancios y mohosos como con una secta demoniaca de fulanas con capuchas rojas. Pero también era consciente del valor de la palabra dada y de que la unión hacia la fuerza. Y de que para ser líder hay que saber serlo y no adoptar decisiones arbitrarias ni actuar como si se estuviera solo. 

-A ver, cuervito. ¿Por qué no te paras un momento y dejas de pensar en ti solamente? ¿Es que en tu orden te enseñaron algo que no fuera mirarse el ombligo y preocuparse por la pelusa que crece en él? -Helene estaba cansada y en aquel momento la paciencia no era algo que le sobrara-. Somos un grupo. Ya sabes, más de uno. Y quizá creas que el bien de muchos proporciona la patente de sacrificar el beneficio de un solo ser. En este caso Irina. Soy la primera a la que preocupa la seguridad de mi hijo, por quien seria capaz de mucho o de casi todo, pero si para su seguridad tuviera que sacrificar la de otro, ¿qué tipo de educación le estaría proporcionando? Hay cosas en este universo que son fundamentales. Y si las quebrantamos, si las empleamos en nuestro propio y egoísta interés, acabarán en nuestra contra, perderemos la verdadera senda y acabaremos alabando al Dios Culo y sus maravillosas discípulas Hemorroides mientras nos revolcamos en la mierda, verdadera panacea de todos los males de este mundo. Me preocupa Irina y me preocupa que ni ella ni Hurn hayan venido a tiempo. Así que no, no estoy de acuerdo con tu decisión y mi voto, si en algo vale, es el de esperar a que llegue. Paciencia, esperanza y valor son lo que nos mantendrán vivos, así como la generosidad para con los otros y una adecuada actitud. No formaré parte de ese círculo sin Irina presente. Ni lo hará mi hijo. 

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02/09/2015, 15:53
Herr Urik von Teudeldorf

Tras escuchar a Ivalic y a Parriwimple me quedo un momento parado, recapacitando, aunque es la opinión de Parriwimple acerca de Frau Irina la que me hace temer por ella.

Miro intensamente a Frau Helene por un momento.

- "¿Y qué pensáis vos? Ivalic y Parriwimple creen que Frau Irina está en peligro y que debemos ayudarla. Si vos también pensáis lo mismo, partiremos de inmediato en su búsqueda todos juntos y dejaremos el rito del bosque para mañana por la noche." -

Frau Helene y yo comenzamos a hablar exactamente en el mismo instante, de forma que nos pisamos las palabras el uno al otro, o ella a las mías, según se mire, dado sus modales.

Me pongo en pie.

- "No debemos esperar pues. Si ninguno de los dos ha llegado todavía es que les ha pasado algo y se encuentran en peligro. Frau Irina es nuestra amiga y aliada, pese a su horrible condición actual, y debemos ayudarla a toda costa. Además, es la reencarnación de la amada Tatyana del Conde, seguro que el gobernante de Barovia tiene los peores propósitos imaginables hacia ella.

Vayamos juntos a buscarla." -

Me vuelvo hacia Ludovico.

- "Maese Ludovico, la unión hace la fuerza. ¿Nos acompañáis? Siempre podemos realizar el rito todos juntos mañana por la noche." -

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02/09/2015, 22:00
Ludovico

Ludovico miró al niño como si supiese que aquel no era el final de la historia del Caballero Cobarde, pero no dijo nada. Para un adulto debía de ser completamente normal que la versión que un niño oyese fuera un relato totalmente edulcorado.

Ivalic, Parriwimple se refiere a una riña que tuvimos en el puente del río Ivlis, hace dos días. Tú no estabas presente. Ellos me atacaron sin mediar palabra, impidiéndome salvar al pueblo de la oleada zombi. Por culpa de eso, los zombis tomaron el pueblo y murió gente. ¿Lo he contado bien?-preguntó con retintín a Parriwimple y Herr Urik.

El caso es que yo no arriesgaría mi pellejo por un pájaro y alguien que ya está muerto, así que no os voy a acompañar. Debo esconder lo saqueado hoy en este campamento. Y por cierto... Si habéis tenido problemas en la Encrucijada, no fue por Irina. Los espíritus que allí moran solo se molestan por personas con un aura especial, como un paladín, o una sacerdotisa. Los plebeyos normales y corrientes pueden estar allí sin temer a los fantasmas, y presenciar las ejecuciones en la horca o saquear tumbas o morrearse con una jovencita tumbados en el cadalso.

Como Jeref Maurgen, el marido de Helene, que según testimonio de Ludovico fue visto cavando en la Encrucijada. Aunque Ludovico podría estar mintiendo, y ser la Encrucijada un lugar hostil hacia todos... o solo hacia Irina.

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02/09/2015, 22:19
Director
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Ludovico miente, y en realidad se va a quedar a hacer el ritual

Tirada: 1d20

Resultado: 13(+19)=32

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02/09/2015, 22:43
Parriwimple Indirovich

No. Tu no parecer estar contra zombis. Si no, zombis atacar ti. Zombis solo atacar nosotros. Tu tampoco decir lo que hacer, si es que ahora decir verdad- sin duda era demasiada tensión mental para Parriwimple que, finalmente, se rascó la cabeza, confuso.

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03/09/2015, 10:57
Helene

-Solo sé que tendemos a precipitarnos. Así de simple. No estaría de más meditar y confiar en que se trata de un simple retraso. No tomemos decisiones sin ton ni son. Ni en un sentido ni en otro. Corremos siempre a la boca del lobo, sin recapacitar, sin observar cuáles son nuestras posibilidades, sin medir adecuadamente a los potenciales adversarios. Y así nos va. Heridas, magulladuras, perdemos armas y bienes diría que mas que necesarios e invertimos otros en cosas que si nos diéramos el tiempo necesario quizá no fuera necesario -suspiró cansada-. Esperemos un poco. Si aún no han llegado quizá sea porque simplemente algo los ha retrasado, un algo que no tiene por qué ser negativo. Quizá hayan visto algo que haya atraído su atención, quizá se han retrasado por no ser conscientes del tiempo, quizá... Simplemente no sé. Pero tampoco sé dónde pueden estar exactamente y lanzarnos a vagar sin rumbo o en dirección equivocada iría en perjuicio de todos. Ellos saben positivamente dónde estamos. Vendrán. Esperemos pues su llegada. Mientras tanto, aprovechemos para descansar que buena falta nos hace. Mientras tanto, pasearé entre los monolitos. Necesito pensar. Vjelkus, ven conmigo. 

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03/09/2015, 11:07
Helene
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Saber monolitos

Tirada: 1d20

Resultado: 17(+6)=23

Notas de juego

Vi que habías efectuado una tirada sobre el dios Verdor y que Helene descubría la verdadera identidad del demonio. ¿Hay más datos que pudieras darme acerca de esa orden y de ese demonio? Lo digo por aprovechar ese 20 y por si hay algo que pueda hacerse con ese grupo de fanáticas fotosintéticas. 

Igualmente voy a hacer una tirada de saber acerca de esos monolitos. A ver qué sale. 

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03/09/2015, 12:15
Ivalic Yannof

Tras un intercambio de opiniones los adultos, o al menos la Señora Helene, decidieron esperar por Irina. A Ivalic le parecía bien esperarla y cuando regresara hacer aquel ritual del que nadie le había hablado aún por mucho que preguntaba, pero estaba acostumbrado, era tan solo un niño y nadie le hacía caso.
Su amigo Parriwimple tampoco parecía ponerse de acuerdo con Ludovico, se le había metido en la cabeza que era malo por un malentendido que habían tenido y las explicaciones del Vistani no parecían suficientes para el grandullón.

Bueno... No sería la primera vez que Herr Urik ataca a alguien llevado por su exceso de celo sin tan siquiera intentar hablar.

-¿Intentabas salvar al pueblo? Nos costó un montón deshacernos de todos los zombis, había muchos. ¿Como lo ibas a hacer tu?

Quizás pudieran aprender una forma de enfrentarse a los zombis si volvían a aparecer y así Parriwimple vería que Ludovico les quería ayudar. Lo que no le quedaba muy claro era lo de los fantasmas.

-No puede ser Ludovico. La primera vez pasamos por Irina y nos atacaron, ella tuvo que alejarse y los fantasmas la persiguieron y nos dejaron en paz. Y las otras veces que pasamos no estaba ella y apenas nos hicieron caso.

Ivalic se despidió con la mano de su amigo Vjelkus que iba a dar un paseo con su madre.

-Ludovico ¿Tienes algo de cena mientras esperamos a Irina? Me rugen las tripas.

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03/09/2015, 16:00
Herr Urik von Teudeldorf

Asiento lenta y solemnemente, al final no hacemos nada, ni el ritual para proteger de Stradh a los presentes, ni vamos en busca de Frau Irina, quien si no ha llegado ya probablemente es que esté en grave peligro.

Me siento sobre una roca, desenvaino la espada de la paladina Frau Ashlyn y comienzo a pulirla cuidadosamente con un trapo destinado a tal efecto.

Me dispongo así a montar la primera guardia, en silencio, mientras aguardamos.

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03/09/2015, 21:41
Ludovico

Había recuperado el Símbolo Sagrado del Ravenkind-o robado-del cuello de Irina. Manipulé la magia de ese artefacto para fascinar a los muertos vivientes con su luz. Se fueron deteniendo poco a poco al llegar a mí, pero llegaban a cuentagotas y todavía debía esperar. Cuando estuviesen todos, tiraría el Símbolo Sagrado al río, y los zombis al seguirlo caerían al Ivlis y serían arrastrados por la corriente hasta los pantanos del sudeste donde no serían una molestia para nadie.

Pero llegaron ellos, me atacaron y no pude mantener el efecto del medallón. Así fue como me lo robaron, aunque al día siguiente lo volvieran a perder, no sé cómo.

Mira, niño... yo solo sé que los fantasmas bajo tierra solo pueden ver auras. No puedo explicar lo que pasó en la Encrucijada porque no estaba allí. Si quieres comida, revisa alguna de las carpas. Toda la comida que dejaron los vistani se echará a perder en unos días. Si me disculpas...

Si es cierto que la primera vez que pasaron por la Encrucijada, caminaban tranquilamente, y frenaron el paso al ver el cementerio y el patíbulo. El resto de veces, ya prevenidos, fueron a la carrera sin dar tiempo a que los fantasmas diesen tiempo a manifestarse. Pero eso tiene fácil solución: bastará con pararse en la Encrucijada para comprobar si los fantasmas se alertaban por Irina o no.

Irina, por cierto, tampoco volvió en la media hora siguiente. Ya era de noche, y habían perdido toda esperanza de completar hoy el ritual. Ludovico no volvió a salir de su carromato, aunque ocasionalmente se escuchaban sonidos similares a los de una mudanza en el interior del vagón. Parecía demasiado ocupado para despedirse.

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03/09/2015, 22:03
Director

Vjelkus se sentó en uno de los cráteres de tierra que había levantado Ludovico con la pala, y esperó a que su madre terminase con bastante tedio.

Los monolitos eran muy antiguos. Se los relaciona con tribus primitivas, druidas y sagas. Siendo tan remoto el origen de este emplazamiento, seguro que es más antiguo que Strahd (que ahora rondará los quinientos años) y su pacto con la tierra. Originariamente, el Santuario del Bosque fue levantado con otro fin, por ser un lugar de especial flujo energético, y otras patrañas de los hippies abraza-árboles, y posteriormente fue pervertido su uso.

Sí localizó tras su minuciosa inspección unas marcas en los pocos trozos de césped que quedaron sin levantar. Formaban un círculo místico alrededor del monolito central. Con los conocimientos de Helene sobre el ocultismo, pudo identificar aquellas marcas como el equivalente a un conjuro de círculo de protección contra el mal, de modo que hacer la vigilia pegado al monolito ofrecería alguna defensa si alguien intentaba atacarles desde el exterior del círculo. Helene también sabía que un vampiro no podía dominar la mente de alguien protegido contra el mal.

De todas formas, ya estaba muy oscuro para seguir investigando. Había llegado la hora de irse.

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04/09/2015, 09:27
Ivalic Yannof

Ivalic abrió la boca y escuchó con incredulidad a Ludovico contar su versión de la historia. No se podía creer que el medio vistani hubiera estado a punto de salvar a todo su pueblo y sus amigos se lo hubieran impedido.

-Pero... entonces tu... ¿Cogiste el medallón de Irina para salvar al pueblo? Miró a Herr Urik y a Parriwimple. Sabía que su amigo era inocente y que no entendía las cosas o no les daba la importancia que tenían. ¿Pero el paladín había sido capaz de condenar a la muerte a casi todo el pueblo por recuperar su maldito medallón? Y tanto que debía de estar maldito, solo les había traído desgracias y muerte. ¿Porqué no le dejasteis que acabara con los zombis? ¡Por vuestra culpa murió mucha gente y tenemos el pueblo destrozado!

Ivalic no entendía nada y el tema de los fantasmas había dejado de interesarle. Estaba intentando comprender las nuevas noticias que le habían dejado tan descolocado y estaba enfadado porque se podía haber evitado la muerte de mucha gente.

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04/09/2015, 12:02
Helene

Regresó junto a los otros, con su hijo de la mano. 

-¿Sin novedades aún de Irina? -se frotó la cara con las dos manos, las arrugas de la comisura de sus ojos más marcadas-. Si permanecemos aquí, propondría dormir junto al monolito central. En lo no destruido por Ludovico he podido ver que hay dibujado en el suelo un signo de protección contra el mal, lo cual siempre es bueno, además de que impediría ser dominado por un vampiro. Son fuerzas antiguas las que velan en este lugar y que aún perduran pese al paso del tiempo. Y se hace tarde. No voy a aventurarme por ahí poniendo en riesgo la vida de los dos niños en pos de una búsqueda quizá innecesaria. Y regresar al pueblo... Si mañana hemos de partir, tenemos esta porción de camino ya resuelto. 

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04/09/2015, 12:45
Herr Urik von Teudeldorf

- "En aquel momento no pareciera que tuviera la menor intención de salvar al pueblo. Muy al contrario, parecía un necromante al servicio de Stradh que estuviera controlando a los zombis para lanzarlos contra Barovia." -

Ante las palabras de Frau Helene, suspiro con resignación, pero me acerco al monolito para acampar a su vera.

- "Finalmente, no vamos a ir a buscar a Frau Irina, por si no puede venir porque necesita ayuda. Mas tampoco hemos llevado a cabo el ritual, y es posible que hayamos enajenado a un potencial aliado." - No es un reproche, sino la constatación resignada de los puros hechos.

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05/09/2015, 09:31
Director

"Es preocupante que alguien armado se deje llevar tan fácilmente por las primeras impresiones". Eso es lo que diría Ludovico si no estuviese en su carromato, como una punzada hiriente y burlona. Lo cierto es que aquel gravísimo error, por fortuna, solo había costado tres vidas en la defensa del pueblo. Pudo haber sido más grave si Madame Eva, a la que también terminaron atacando, no hubiera corrido desde el puente para avisar al pueblo. Visto lo visto, no hay gratitud en hacer cosas por los demás.

De nuevo en el Santuario del Bosque, sin Ludovico, a diez o quince yardas del campamento gitano, los viajeros se preparan para pasar la noche. Todos han cenado en las carpas, Vjelkus de hecho ha repetido, y tras haber dormido siesta no hay demasiado sueño.

La luna aporta suficiente luz, aunque también le da un aura tétrica al claro y a los dólmenes y arbustos que rodean el monolito, pero no proporciona calor. El frío nocturno atería la piel del cartílago de la nariz. Las Brumas empeoraron durante un rato más, sumando algo de humedad a las bajas temperaturas y haciendo el clima un poco más incómodo, pero aquella niebla sobrenatural dejó de aumentar su tamaño sin llegar a abarcarlo todo.

Los ruidos eran constantes: matorral agitándose como si alguien estuviese oculto en ellos, pasos intermitentes, murmullos sibilinos. La imaginación y el viento jugaban malas pasadas y encogían el corazón.

Parriwimple sacó de la mochila cuatro petates y los extendió formando un rombo en torno al monolito y acaparando todo el espacio protegido por el círculo mágico. Poniendo las almohadas en el sentido correcto, ninguna cabeza quedaría a la altura de los malolientes pies de nadie. Si Vjelkus no estuviese tan gordo, podría compartir saco con Ivalic, y aunque no quedaba sitio para una quinta persona tumbada, sí podría quedarse gente de pie haciendo guardia dentro del círculo, con los pies ocupando el interior del rombo de telas.

El escaso equipo que portaban, como la mochila de Parriwimple o las aparatosas armaduras, debían de quedar fuera del círculo, pero al menos estarían a mano. Sobre las armas... Lo sencillo es siempre lo más socorrido, y Parriwimple era el ejemplo viviente de ello. Si el gigantón había podido sobrevivir armado simplemente con un garrote, unos cuantos palos encontrados por ahí podían usarse de clavas sin coste alguno.

Notas de juego

Los que así lo deseen, ganan una clava (arma que hace 1d6 de daño) como la de Parriwimple, sin necesidad de tirar buscar.

Si hacéis turnos, considerad que solo necesitáis descansar 6 horas (debido a que 2 horas fueron de siesta).

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05/09/2015, 10:23
Director

A la hora de ir a dormir, Parriwimple se da cuenta de que su anillo, el regalo de su tío Bildrath, no está. Lo ha debido perder en algún momento del día 29 de noviembre, pero no sabe dónde ni cuando.

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05/09/2015, 16:49
Herr Urik von Teudeldorf

Si nadie más lo hace, establezco turnos de vigilancia: Yo el primero, Helene y su hijo el segundo, y Parriwimple con Ivalic el tercero. Cada turno de dos horas.

Cuando duermo, lo hago con la espada envainada encima de mí, fírmemente sujeta con las dos manos. La armadura reposa cerca, pero, en efecto, me la quito para dormir.

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06/09/2015, 08:10
Ivalic Yannof

-No. Respondió a la Señora Helene negando con la cabeza. Todavía no vino.

Irina o llegaba tarde o algo había pasado que le había impedido acercarse hasta su posición. En cualquier caso ya solo les quedaba esperar o marcharían al día siguiente en su busca pues la Señora Helene no estaba dispuesta a marcharse en plena noche y Herr Urik no se atrevía a recorrer el camino solo.
La idea de que Ludovico fuera un nigromante era algo improbable, aunque también que lo fuera el Padre Danovich, aún así en ese caso el error había costado varias vidas y que Ludovico no estuviera dispuesto a colaborar con ellos a las primeras de cambio.
Cenaron la comida que fueron encontrando por las carpas, había para todos los gustos y a su amigo Vjelkus parecía que le gustaba todo. Y después de cenar decidieron jugar un poco a los caballeros porque no tenían sueño aún. Ivalic rebuscó algo que le pudiera servir de espada por el claro hasta que encontró una rama que le serviría perfectamente.

-¡Un palo! ¡Un palo! ¡Un palo! Gritó emocionado mientras sostenía en alto su hallazgo. ¡Vjelkus! ¡Parriwimple! ¡Ya tengo espada!

Jugaron un rato después de ayudar a Parriwimple a poner el campamento alrededor del monolito, que parecía el lugar más seguro para dormir por los hechizos protectores que tenía. Después se fueron a dormir hasta que los avisaran para hacer su turno.