Partida Rol por web

Expedición al castillo de Ravenloft

29 de noviembre del año 750 - Secretos Gitanos

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17/06/2015, 09:41
Director

Irina se aburría en las cocinas con el tedio de las tareas domésticas. No le quedaba otra que asistir a esta aburrida representación. El cuchillo untaba la enésima tostada de mantequilla. Le daban ganas de bostezar, y no podía hacerlo. Pero de pronto algo empezó a ir mal...

La mano de Elenya se detuvo y limpió la mantequilla contra la tarrina. De nuevo quietud. Y entonces el cuchillo se alzó rápido y de improviso cortando el cuello por el gaznate. Elenya acababa de desproveer a Irina de lo único sobre lo que tenía control: la voz. Sin poder gritar por culpa de la sangre que descendía por sus vías respiratorias desde la faringe, y con las cuerdas rotas, Irina asistió impotente al suicidio del cuerpo que habitaba.

La sirvienta se cortó también las venas de los antebrazos. La respiración le fallaba. Utilizó sus últimos suspiros para ir de la cocina al comedor, goteando sangre hasta crear una gran alfombra roja que seguir. Al final se sentó en una silla y esperó a que la muerte le llegara. Sin duda alguna, un tipo de muerte mucho menos dolorosa que la que habría tenido en manos de Strahd.

Irina estaba allí encerrada, en un ataúd de carne, esperando como Elenya. Compartiendo su mismo destino a pesar del odio que le procesaba. Y luego empezó a flotar... y se desprendió de las ataduras de un cuerpo.

Una luz fatua, inconsistente, sin la fuerza y el odio suficiente como para mantener el aspecto que tuvo en vida, se mantuvo al lado de Irina unos segundos. Luego la realidad se rasgó, y una fisura entre el plano etéreo y el material permitió vislumbrar un rincón del comedor distinto, donde los cuadros y los espejos de la sala estaban como antes de que Sasha Ivliskova los rompiese. O casi. Los espejos estaban retorcidos y los cuadros mostraban versiones impías de sí mismos. Aquel era el lugar al que el espíritu de Irina pertenecía ahora.

El fantasma informe de Elenya Gulserv traspasó la hendidura, y esta se cerró. Y en la habitación quedaba un cadáver del que harían a Irina responsable.

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17/06/2015, 10:02
Director

Cuando Parriwimple y Urik empezaron a llevar el primer par de sacos de escombros al interior de la mansión, entraron por la puerta de la cocina. La encimera tenía algunas tostadas de mantequilla, con salpicaduras de sangre. También había dos rastros de sangre paralelos en el suelo que conducían al comedor.

Elenya estaba sentada, presidiendo la larga mesa de espaldas a la cocina, con la cabeza caída hacia un lado, como dormida. Sus dos muñecas goteaban a cada lado de la silla, hasta formar dos charcos que se juntaban con los dos rastros de sangre que Herr Urik y Parriwimple siguieron. Abandonado en uno de esos charcos, un cuchillo.

El fantasma de Irina Kolyana aún seguía allí, aunque ya no dentro de la sirvienta, sino flotando etérea en libertad.

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17/06/2015, 12:43
Herr Urik von Teudeldorf

Examino a Elenya y en caso de que esté viva le aplico Imposición de Manos para salvar su vida. Le pido a Parriwimple que traiga a Frau Helene para atenderla.

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17/06/2015, 13:05
Fantasma de Irina Kolyana

Irina aún se debatía entre emociones. Por un lado, se alegraba del suicidio de aquella traidora, pero, por el otro, sabía que la iban a culpar a ella. Tampoco es que le importara demasiado. A fin de cuentas estaba muerta... ¿Qué iban a hacerle?

-No te molestes, Urik. Se ha cortado las venas y la garganta. No se puede hacer nada por ella.

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17/06/2015, 17:07
Parriwimple Indirovich

Eso no era bueno. Claro que no. Es verdad que el bueno de Parriwimple había creído entender (más o menos) que Elenya había hecho cosas terribles. Pero no quería que durm... muriera. Pensó en la palabra con fuerza, para grabarla. No dormir, morir. 

Y sí, estaba muerta. De todos modos el gigantón sabía de su propia estupidez, y ante la orden de Urik, salió corriendo, sin llegar siquiera a escuchar al fantasma de Irina, gritando como un energúmeno.

- Frau Helene, Frau Helene, Urik os llama. Elenya se ha hecho daño a sí misma.

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17/06/2015, 18:19
Ivalic Yannof

Ivalic separaba objetos en el jardín intentando ayudar a los mayores, dividía todo en dos montones según lo que le pareciera, si basura o algo que merecía la pena guardarse. Claro que alguien con más criterio que él debería supervisar eso de nuevo, en cualquier caso era una buena forma de entretenerse mientras todos hacían algo, o casi todos, Varikov se había sentado por allí sin hacer nada.

-¿Que le parece esto Señor Varikov? ¿Usted lo guardaría?

Ivalic se enseño una figura de unos diez centímetros de alto que en algún momento había sido un soldado, ahora le faltaba la espada y parte de la armadura estaba descolorida.
En ese instante Parriwimple salió gritando de la casa en busca de la Señora Helene, al parecer Elenya se había hecho daño. El niño salió corriendo hacia la casa pues tras el experimento con Herr Urik había comprobado que podía sanar pequeñas heridas y estaba dispuesto a ayudar.

-¡Herr Urik! ¡Yo puedo ayudarles! ¡Recuerde que pued...!

Ivalic frenó en seco al encontrarse a la criada sentada en una silla con dos grandes charcos de sangre que salían de sus muñecas, no era un médico experto pero parecía demasiado para sus poderes. No pudo evitar que un nudo le atenazara la garganta y casi no lo dejara hablar.

-¿Está...? ¿Está... muerta?
Preguntó con una voz débil y a punto de sollozar. ¿Qué le pasó? ¿Podemos hacer algo Herr Urik?

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17/06/2015, 19:01
Fantasma de Irina Kolyana

El espíritu narró los hechos con tono gélido.

-Primero se cortó la garganta, para que yo no pudiera gritar pidiendo ayuda. Después, las muñecas...

Irina hizo una pausa, para examinar bien sus recuerdos.

-Estuve en su interior todo el tiempo. Se sintió...aliviada. Tenía más miedo a lo que el conde hiciera con ella. Mala puta!

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17/06/2015, 22:20
Herr Urik von Teudeldorf

Tras tomarle el pulso a la suicida niego con la cabeza.

- "Me temo que todo cuanto podemos hacer por ella es darle sepultura. O mejor, encargar a los muchachos del pueblo que la entierren, pues tenemos deberes importantes, siendo honestos." -

Miro a Frau Helene buscando en ella consejo a juzgar por mi expresión.

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17/06/2015, 23:16
Helene

El fisgoneo de Helene, pues no podía definirse de otro modo, se vio interrumpido por el natural sobresalto causado por la ignición de aquel polvo negro, que no respondía sino al nombre de pólvora, palabra o concepto desconocido por la clériga y que en circunstancias normales y dada la ignorancia en tales extremos debería haber conducido al típico y poco inteligente grito de "Brujería" o cualquier otra sandez similar. No obstante, la analítica mente de Helene supo establecer la relación de causa efecto y detectar en aquel proceso la mano humana y la labor alquímica. Todo ello no había impedido la observación detallada de aquel cúmulo de armas, defensas y adornos, algo a todas luces sorprendente pero frente a lo cual se abstuvo de juicio alguno, pues apenas conocía a Arik y aquello era una posada por la que habrían circulado mil y un viandantes. Aun así, la madre, esposa y, ante todo, mujer apreciaba la turbiedad del hecho de acumular semejante arsenal de objetos sobre la base de una estúpida petición de privacidad a la ectoplasmática Irina.

No obstante todo pasó a segundo plano cuando escuchó el sonido de un puño contra la mampostería de la pared. Helene se acercó y llegó a descubrir la puerta secreta, aunque no se atrevió de primeras a romper aquel sello.

-¿Quién eres y qué haces ahí encerrada?

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18/06/2015, 10:57
Hurrn

...pero Frau Helene no estaba para devolverle la mirada, y por muy fuerte que gritase Parriwimple desde el jardín, ella no podría escucharle. Hasta que volviese con su hijo Vjelkus, con Irina posiblemente implicada, Parriwimple con la mente de un niño, Arik, que conocía a la víctima, y Varikov con una total falta de empatía hacia los humanos, Herr Urik era el único adulto imparcial disponible para tomar decisiones al respecto. Hurrn recorrió con su vuelo la cocina y medio comedor hasta usar la mesa de pista de aterrizaje. A pequeños saltitos, se volvió para poder ver la escena completa.

Por desgracia, solo había dos personas en esta casa que supiesen lo que pasó, y ambas están muertas-pió Hurrn, denostando el valor del testimonio de Irina-. Quizás lo mejor sea olvidar esto, al ser un problema sin solución. Pero... Irina, no vuelvas a intentar poseer ningún cuerpo. Ya sea porque hayas obtenido el control absoluto de Elenya, ya sea porque tu posesión induce a la locura y al suicidio, cualquier nuevo intento nos hará recelar del resultado final, y de tus intenciones.

Urik confirmó que Elenya no tenía pulso, a costa de manchar sus dedos de la sangre de la fallecida. Había varios atenuantes. Aquella sirvienta era una criminal indigna de confianza. Además, la versión de los hechos del espíritu era pausible. ¿Pero hasta qué punto el mundo estaba capacitado para aceptar las premisas de Bien, Justicia y Honor? ¿Debió Herr Urik blandir su espada contra Irina al encontrarse con esta escena? Y si la no muerta Irina es merecedora del beneplácito de duda, ¿deben gozar otros muertos vivientes de tal trato? A la mente se le vino el horrible rostro del brujo de la muerte que encontraron en los alrededores de la iglesia. Le cortaron las manos, y trataron de sonsacarle información, pero desde el principio tuvieron claro el final de aquello, aún si hubiese colaborado.

En el jardín, Varikov perdió interés en la ardilla, que colgó del cinto, y, estresado por los constantes intentos del niño humano de iniciar una conversación, el enano se volcaba ahora en el cadáver de Kolyan Indirovich. Desplegó parcialmente la mortaja y examinó al exánime. El brazo ya no flexionaba bien: los tendones se estaban deteriorando. Más de cuarenta y ocho horas desde su muerte, y todo el ajetreo que le dieron, no permitía usar ese cuerpo para otra cosa que no fuese enterrarlo o alzarlo como muerto viviente. A Varikov no le importaba Elenya en absoluto. Francamente, de todos los idiotas que se le habían pegado, ella bajaba el nivel. Hasta el niño sería más útil a la hora de luchar con Strahd que esa chacha sin dotes para la lucha. Aunque por otro lado aquella mujer se había pasado la noche en vela tratando sus heridas...

Notas de juego

Recordad quitar a Helene de los destinatarios...

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18/06/2015, 11:39
Director

Me llamo Layla...

¡Por favor, deprisa, antes de que vuelva!

Mis padres eran comerciantes... Habían acabado sus negocios en Barovia y volvían a Teudeldorf.

Acampamos en el camino. Aq... Aquella noche nos asaltaron.

Eran dos tipos. Arik, y el otro no sé cómo se llamaba.

Mataron a mi padre. Violaron a mi madre, pero se resistió y se enfadaron con ella...

Solo quedé yo, porque fui dócil. Luego me ataron y me metieron en un barril. Y desperté aquí.

Llevo aquí encerrada meses... quizás años.

Y Arik siempre baja aquí... a hacerme visitas sucias...

¡Por favor! ¡Tienes que ayudarme!

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18/06/2015, 12:03
Fantasma de Irina Kolyana

Irina miró al pájaro en silencio.

Iba a decirle que quién se pensaba que era, que ella ya estaba muerta, que no tenía nada que perder, que poseería a quién le placiera pero sabía que todo aquello solo prolongaría la discusión con Sir Urik pero ella estaba ya cansada de tanta tontería.

-No te conozco de nada, cuervo. Si hubiera querido matarla, podría haberlo hecho y desvanecerme a través de un pared. Nunca más me hubierais visto. Soy Irina Kolyana, la hija del Burgomestre Kolyan Indirovich y la reencarnación del amor de Strahd. Me necesitas, así que hazte un favor y no me digas lo que debo o no debo hacer.

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18/06/2015, 13:07
Herr Urik von Teudeldorf

- "Frau Irina, no vamos a discutir esto. En vida fuisteis una mujer fuerte y honorable. Voy a presuponer que seguís siendo así, al menos hasta que me demostréis lo contrario. Habéis de reconocer, sin embargo, que las circunstancias son lo bastante coincidentes como para que mi mentor, el señor Hurrn, muestre cierto grado de recelo. Teníais motivos para querer verla muerta.

De todos modos, nadie os está juzgando. Acepto vuestra palabra. Sin duda, de haber sido juzgada por sus vecinos, o por cualquier Burgomaestre, habría acabado en la horca.

Bien, no debemos invertir más tiempo en esto ahora." -

Me limpio las manos de sangre con agua de la cocina y un paño.

- "Nuestra misión sigue siendo monstruosamente compleja. Tal vez imposible, pero debemos perseverar en continuar hasta el final, sea este cual sea. En la vida..." - Miro a Irina. - "O incluso después de esta." -

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18/06/2015, 17:01
Helene

Creer en aquella historia era demasiado tentador. ¿Quién se resistiría a caer en la tentación de aceptar como verdadera una declaración tan sórdida y hecha para tocar las teclas más sensibles?

La sangre de Helene se encendió. Una violación prolongada en el tiempo, un encierro por años cuyo objeto fuera satisfacer las pasiones genitales del posadero... Aquello haría que cualquier mujer se encendiera con un fuego de justicia devastador, abriera la puerta dispuesta a salvar a la joven y enarbolara su rodillo o lo que tuviera a mano para abrirle la cabeza a Arik. Pero la clériga no era una mujer cualquiera. Creía en la justicia y en la verdad y ambas eran enemigas de los prejuicios. Además, algo en todo aquello no cuadraba. No acertaba a saber qué, pero carecía de sentido que Arik emprendiera una marcha de días y que podía prolongarse largo tiempo, dejando a aquella chica encerrada salvo que contara con un socio y aliado para alimentarla. Por otra parte, las tierras que ahora pisaba eran propensas a la mentira y a las trampas.

Era hora de conciliar declaraciones y establecer cuál era la verdad y cuál era la mentira y también por qué Arik mantenía encerrada a aquella mujer y por qué nada había dicho de ella, aunque siendo sinceros, nada tenía que decirle a Helene pues apenas se conocían y nadie va propalando a los cuatro vientos tener bajo diez llaves a una joven.

-Te ayudaré. De un modo u otro te ayudaré -dijo-. Pero debes esperar un poco más. Volveré enseguida y te liberaré si cuanto dices es cierto.

Helene retrocedió un paso e inició un extraño juego. Simuló pasos que se alejaban a base de hacerlos más débiles y aguardó en silencio.

Notas de juego

Hasta que no des aviso, hago como si no hubiera leído nada de lo escrito por nadie y como si Parriwimple aún no hubiera llegado a la posada.

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18/06/2015, 18:41
Ivalic Yannof

Irina contó lo sucedido a la criada, quizás fuera su voz fantasmal pero Ivalic no pudo evitar sentir un escalofrío al escucharla, ni siquiera saber que Elenya se había sentido aliviada con todo aquello logró tranquilizarlo y menos cuando Herr Urik confirmó que estaba fallecida.
Ivalic no dijo nada pero estuvo de acuerdo con las palabras del cuervo Hurrn, sería mejor que no volviera a meterse en el cuerpo de nadie por si las moscas, deberían buscar otra forma de que pasara desapercibida, quizás podría ocultarse en algún caballo o en otro animal.

-Voy a... voy a borrar de la lista lo que había dicho Elenya.
Dijo Ivalic mientras sacaba su cuaderno y restregaba la goma por la última línea de la lista de tareas.

No se le ocurría otra cosa más que hacer o que decir, la muerte de Elenya le había dejado triste y solo era una más de las personas que habían fallecido en los últimos días, si aquello continuaba pronto el pueblo se quedaría sin habitantes.

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19/06/2015, 10:53
Director

Como nadie se lo impidió, Parriwimple abandonó el patio trasero y siguió corriendo por las calles de Barovia llamando por Helene. Solo sería cuestión de tiempo que la encontrase y la trajese aquí.

 Debí ayudarla en la cocina. Soy posadero, sé cocinar. Y si tan solo hubiese estado a su lado podría haberle quitado el cuchillo...

 Si los trociamos en cachitus, caben los dous en el mismo ataúl, oh. Asín no hay que llamar a la mocidade toda esa de los amíus de Bobby.

Varikov sacó la lengua fuera, y abrió bien el ojo bueno para tratar de afinar la puntería, alzando el hacha con ambas manos para cortarle un brazo al cadáver de Kolyan Indirovich. Arik lo sujetó a tiempo para impedirlo.

Notas de juego

Otro destinatario menos: ni Helene ni Parriwimple.

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19/06/2015, 11:03
Viktor Litmunova

¡No! ¡Espera!

La voz se apagó tras la retirada de Helene, pero no ocurrió nada más. Mientras, Parriwimple seguía corriendo por las calles del pueblo. En un momento dado pasó por la barricada rota, y vió algunos tablones que habían sido retirados y puestos en el suelo. Dió media vuelta, buscó por un par de calles más, y volvió a terminar en la plaza mayor. De ahí entró en la posada. Estaban Vjelkus, y el joven matrimonio feliz de los Litmunova, pero no Helene.

Helene nos ha pedido que esperemos aquí porque quiere hablar con nosotros, pero aún no ha salido del sótano. Deberías encontrarla allí.

Viktor señalaba a la cocina. En su suelo, Parriwimple encontró una trampilla abierta y unas escaleras de madera que bajaban y cuyos escalones crujían por el peso del grandullón. Helene escuchó la voz. Y alguien más lo hizo, aunque quizás supusiese que era Helene subiendo las escaleras y no un nuevo visitante bajándolas.

Parriwimple no encontró en el sótano a nadie: pared, barricas de vino, pared otra vez, y un gran telón, como de teatro. Mirase hacia donde mirase, al girar no veía ningún sitio por el que seguir. Lo que sí había eran cajas con provisiones, o estanterías con tarros de mermelada y miel. Y algún barril más pequeño que las dos barricas que ocupaban todo un lateral del sótano. ¿Se habría escondido Helene dentro de un barril?

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19/06/2015, 11:21
Parriwimple Indirovich

Tenía que estar escondiéndose, claro. Parriwimple por un momento pensó en lo divertido que sería jugar al escondite y... pero Helene era mayor, y los mayores no suelen jugar a esas cosas. Además, podía ser urgente, porque la criada podía necesitarla (aunque Parriwimple seguía pensando que ya no necesitaba a nadie, ¿quién podía asegurarlo?) Dudando, se quedó mirando al sótano, tratando de saber donde estaba Helene. Al no verla, alzó la voz.

¿Dama Helene? Parriwimple está buscándote. Te necesitamos. Se ha hecho daño a sí misma Elenya y Urik me ha pedido que buscar a ti. ¿Estás? ¿necesitas ayuda? 

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19/06/2015, 12:35
Herr Urik von Teudeldorf

- "Nada de trocear cadáveres. Celebramos un respetuoso funeral, aunque rápido y sencillo, por el fenecido Burgomaestre Kolyan Indirovich. En cuanto a Elenya, será tarea para Bobby y sus amigos. Tenemos mucho que hacer." -

Miro al posadero:

- "Maese Arik, no tiene sentido ahora que os culpéis u atormentéis por lo sucedido. Si deseaba quitarse la vida, antes o después hubiera encontrado la ocasión de hacerlo. Ella no creía que pudiésemos protegerla del Conde, y su temor hacia Stradh ha podido más que su aprecio por la vida. Demostraremos con nuestras acciones futuras que estaba equivocada.

Maese Arik, ¿nos acompañaréis en nuestras misiones? Vuestra ayuda sería muy apreciada, aunque también somos conscientes de que sois necesario en el pueblo, pues sois una fuente de orden y estabilidad. Además de que tenéis vuestra posada, y no tenéis a quien dejarla al cargo." -

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19/06/2015, 14:24
Helene

Helene bufó ante la irrupción de Parrewimple que echaba por la borda su improvisado plan. Aun así, que la única voz que se oyera fuera la de él, la mosqueaba. ¿Por qué la joven callaba? ¿Por qué no había hecho comentario alguno ante su aparente marcha dejándola allí? En su mente, empezaba a dibujarse una posible solución a aquel pequeño enigma.

-Estoy aquí, grandullón. Y no, no necesito ayuda aunque no me pillas en un buen momento. ¿Dices que Elenya se ha hecho daño a sí misma? -aquello le resultaba sorprendente. Hacía nada, la joven estaba deseando huir de la muerte y ahora... ¿se autolesionaba?-. ¿Qué ha ocurrido exactamente, Parriwimple? -no dudaba de la gravedad de la situación, dado que Urik lo había enviado en su busca, pero su poder tenía un límite y en el grupo habían otros que necesitaban su ayuda con una prioridad venida de otra escala de valores superior a la de la urgencia. Deseaba saber para evaluar y no se sentía predispuesta a abandonar el sótano.