Partida Rol por web

Expedición al castillo de Ravenloft

29 de noviembre del año 750 - Secretos Gitanos

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01/07/2015, 21:26
Director

Irina dió unas cuantas vueltas sin encontrar nada relevante, hasta que al torcer tras una carpa un relincho ligero casi la delata. A unos veinte pies de ella, un carromato inmóvil con dos caballos vivos. Se empezaban a poner nerviosos por la presencia del espíritu, así que Irina tuvo que retroceder un poco.

Aquel carromato estaba en lo que podría considerarse una calle en el desorganizado campamento, con las monturas enfiladas en dirección a Herr Urik y el camino hacia la Encrucijada.

Al lado de este primer carromato, había otro del que solo se veía la parte trasera. Estaba tan pegado a los árboles, que seguramente no tendría caballos. La puerta trasera de madera estaba abierta, con unos escalones que llevaban hasta la hierba. Irina escuchó del interior del segundo carromato, el carromato-casa, cierto ruido de objetos entrechocando. Por el ángulo, no tenía opción a ver qué ocurría dentro, y los caballos se pondrían a relinchar si trataba de acercarse.

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01/07/2015, 21:51
Herr Urik von Teudeldorf

- "Ivalic, tú eres bueno con los números. Probablemente el mejor de todos nosotros. Cuenta el total de carromatos, incluyendo los que se han quemado, claro. Calcula cuántos vistanis podrían vivir en cada uno. Multiplica, y a ese total réstale las cinco docenas de zombies vistanis que atacaron el pueblo... ¿Cuántos crees que pueden quedar?" - Le digo a Ivalic sin dejar de controlarlo todo con la mirada, desde las acciones de Varikov al vuelo de maese Hurnn.

Observo también a Frau Helene, por si ella es capaz de "sentir" alguna sensación extraña en este lugar malhadado.

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01/07/2015, 22:03
Fantasma de Irina Kolyana

Irina deshizo sus pasos para avisar a sus compañeros.

-He encontrado algo. Un carromato enfilado en esta dirección. A su lado hay otro carromsto que parece servir de habitáculo y dentro se escuchan ruidos. Pueden ser saqueadores o algún tipo de superviviente que haya vuelto al campamento y se haya encontrado con esto.

No puedo acercarme más porque los caballos se ponen nerviosos.

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02/07/2015, 10:05
Helene

Había hecho caso omiso de las quejas de Vjelkus que pesaba como lo que era. Un ternero.

Pero lo bueno era que a lo tonto habían dado con su destino y había que reconocer que los vistani tenían gusto a la hora de elegir emplazamientos. Lo malo era que el alquiler les había salido caro. Bajó junto al resto y permaneció en silencio mientras miraba en derredor. Todo estaba bañado por el dolor y la muerte y la congoja atenazó su garganta.

Cuando Irina regresó y habló, asintió.

-Iré delante -dijo lanza en mano-. Vosotros seguidme. Irina, dirígeme desde lo alto para que no me equivoque.

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02/07/2015, 12:54
Parriwimple Indirovich

Parriwimple asiente y toma su garrote con ambas manos, flanqueando a la dama Helene. 

Si Helene quiere, Parriwimple puede ir delante- se ofrece aunque dejando a la mujer ir delante salvo que le diga lo contrario.

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02/07/2015, 16:01
Herr Urik von Teudeldorf

Asiento mirando a Frau Helene, confiando en su gran poder clerical contra los no muertos.

Me sitúo justo a su izquierda con escudo y espada preparados, listo para lanzarme en su defensa ante la menor señal de amenaza.

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02/07/2015, 16:07
Fantasma de Irina Kolyana

Irina miró a Helen en silencio unos segundos. Calibrando si merecía la pena disctutir. Finamente, se encogió de hombros y se elevó, guiando al grupo entre las tiendas hasta los dos carromatos.

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02/07/2015, 21:47
Director

Helene avanzó con cuidado. Sin necesidad de hacer ningún tipo de gesto, ni de pronunciar ninguna palabra, se concentró para ver las auras...

Existía un vestigio residual, a pesar de que la batalla entre las tropas de Strahd y los vistani tuviese lugar hace dos días. No eran auras completas, sino tan solo ráfagas parciales, como las estelas que dejan las luciérnagas al volar por la noche. Emulaban quizás algún movimiento brusco o rápido de un brazo o una pierna, aquí y allá. Helene solo podía ver estas "luces" cuando pasaba a menos de quince pies de ellas, así que no podía ver el cuadro entero, pero una cosa era segura: si aún quedaban restos que se pudiesen ver, significaba que el no-muerto que había estado en este campamento era muy poderoso. Quizás se tratase del mismo Conde Strahd.

Otras palpitaciones menos intensas, como la de un vistani poniéndose en pie como zombi tras haber sido asesinado, serían imperceptibles después de tanto tiempo, por mucho que Helene se pasease por todo el campamento.

Llegaron a las dos carretas. El muchacho que se estaba bajando de una de ellas no era un muerto viviente...

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02/07/2015, 21:59
Ludovico

De la puerta trasera de uno de los dos carromatos hasta los que les guió Irina, salió un hombre encapuchado, bajando los escalones de espaldas, con cuidado, con las manos ocupadas en un cajón de madera como los que Parriwimple usaba para llevar la compra desde el Ultramarinos de Bildrath hasta la mansión, la posada, o cualquier otra casa que estuviese dispuesta a pagarle a su tío un sobrecargo.

Fi-fi-fiuu, firifi-fiuuu, firifi, firifi, firifi-fiuuuuuuu...-silbaba musicalmente.

El joven se dirigía con su botín hacia el otro carromato, el que tenía los que seguramente eran los dos últimos caballos vivos en toda la explanada. Y cuando por el rabillo del ojo vió al grupo de gente que había llegado al campamento, dejó caer su frágil carga al suelo.

¡CRASH! ¡CRISH! ¡CRUSH!

Ese ruido rompió la concentración de Ivalic, que estaba como loco intentando hacer números. Desde lo alto de la colina había contado unos cuarenta carros. Eso significaba un mínimo de cuarenta carreteros para manejarlos. A partir de ahí, le fue imposible extrapolar... Solo podía hacer suposiciones.

Si los vistani se hubiesen puesto en movimiento, habría carromatos repletos de carpas y enseres, sin más pasajeros que el conductor. Otros, por contra, irían repletos de gente. Tres en el pescante, dos asomados en la parte trasera... A una media de tres personas por carromato, estaríamos hablando de ciento veinte gitanos zombificables. Seguramente habría algunos jinetes escoltando la caravana que habría que sumar a las diez docenas. ¿Quizás ciento cincuenta gitanos con un margen de error de más/menos cincuenta? Sí... entre cien y doscientos gitanos. No era fácil precisar más. Restándole los sesenta zombis ya exterminados, quedan entre cuarenta y ciento veinte zombis que matar.

Todos estos procesos mentales son muy rápidos. Volvamos a lo que ocurría delante de las narices de aquel niño sabelotodo...

El cajón en el suelo ya solo contenía pedazos de cosas, y cosas que hace unos segundos no eran más que partes de un todo mayor. Ludovico, a la altura de los caballos del carromato, tenía estirados sus dos brazos hacia los aventureros, con las palmas abiertas como dando el alto.

Esperadesperadesperad...-se excusó, atropelladamente-Un momento. No nos precipitemos. No pienso dejar que me golpeéis otra vez como en el puent... ¡Irina Kolyana! ¡Irina Kolyana muerta! ¿Cómo puede ser? El alma de Tatyana debería reencarnarse, no vagar entre los vivos. ¿Qué ha pasado?

Notas de juego

Si le atacáis sin dar explicaciones, acompañadlo con una tirada de iniciativa.

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03/07/2015, 08:53
Herr Urik von Teudeldorf

- "¿Qué sentido tiene robar si no hay dónde gastar nada? La vuestra es una vida muy vacua, maese Ludovico..." -

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03/07/2015, 12:22
Helene

Helene había avanzado por el campamento mirando a derecha e izquierda, como si fuera capaz de ver cosas que los otros no. Y así era. Y un gesto de preocupación se pintó en su ceño levemente fruncido, al tiempo que sus ojos se empañaban levemente.

-¡Qué desastre! -murmuró para sí.

Todo se vio interrumpido por el más que vivo gitano que, aparentemente, saqueaba tranquilamente las posesiones del campamento muerto. Le vio alzar las manos y hacer referencia a algo anterior a su presencia en aquel grupo de aventureros integrado por antihéroes de todo pelo.

-No voy a hacerte ningún daño. Ellos imagino que tampoco -señaló Helene que siguió avanzando hasta alcanzar la posición de los caballos cuyas riendas tomó para evitar cualquier huida precipitada por parte de aquel desharrapado-. Soy Helene e imagino que tú eres el famoso Ludovico. Tenemos algunas preguntas para ti. Estaría bien que quisieras responderlas. De igual modo y visto que eres consciente del presente estado de Irina, supongo que tendrás tus propias curiosidades a satisfacer. Te propongo que hablemos cordialmente y con sinceridad y quizá algo bueno salga de todo esto. No olvides que hay un responsable del destino de tu pueblo, masacrado horriblemente y sujeto a una maldición que quizá desees vengar. Está en tus manos el hacerlo o no.

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03/07/2015, 12:37
Fantasma de Irina Kolyana

Irina procuró mantenerse alejada de Ludovico para no ceder a la tentación de matarlo alli mismo.

-No te equivoques, Helene. Es un mentiroso, un asesino y un nigromante. Y conocerá mi venganza en esta vida o en la siguiente.

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03/07/2015, 17:29
Ludovico

No es mi pueblo, señora... Soy un giogoto: medio vistana y medio giorgio, despreciado por ser un mestizo tanto entre los gitanos como entre los payos. No siento ninguna gana de vengarme. Las Brumas notan ese tipo de cosas... ese odio. Queriendo venganza lo único que logras es que los Poderes Oscuros-escupe al suelo por superstición-se fijen en ti. Noto tu acento extranjero, Helene, así que imagino que no tienes ni idea de lo que estoy hablando. Los Poderes Oscuros-escupitajo-son... ¿cómo decirlo? La esencia del Mal. Selecciona a las personas más viscerales y con menor temple. Les ofrece exactamente lo que ellos desean...

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03/07/2015, 17:50
Vjelkus

¿Cómo un pastel?

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03/07/2015, 17:51
Ludovico

Sí, como un... ¡¿Qué?! ¡No! No como un pastel. Solo cosas que deseas con fuerza. Te da el poder de lograr tus objetivos impíos, pero acompaña ese regalo envenenado con una maldición. Strahd quería tener a Tatyana. Los Poderes Oscuros-lapo denso y verdoso-le dieron la vida eterna para conseguir su propósito, y son las fuerzas que se encargan de reencarnar una y otra vez el mismo alma para Strahd. Y por detrás, los mismos Poderes Oscuros-gargajo espumoso-confabulan para frustrar los planes del Conde Vampiro y alimentarse de esa frustración.

Divago. El caso es que tengo algunas preguntas... así que acepto la propuesta. Preguntad lo que queráis y os responderé en la medida de mis conocimientos. Mis preguntas son solo tres:

-¿Qué ha sido del Símbolo Sagrado del Ravenkind que me robasteis? Y no entremos en discusiones vanales sobre el derecho a la propiedad, en esos momentos lo tenía yo, y vosotros me lo cogisteis.

-¿Dónde está el cadáver de Irina? No empecéis con que lo quiero para hacer cosas nigrománticas, por favor. Todas esas historias de que soy un nigromante son paranoias vuestras.

-¿Alguien quiere comprarme algo? No soy rencoroso. El dinero de alguien que me ha golpeado, robado y secuestrado vale lo mismo que el del capellán más honrado. Tengo algunos objetos mágicos en mi carromato. Decidme lo que queréis y veré lo que tengo. Y si solo queréis respuestas... pues qué se le va a hacer. Preguntad, adelante.

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03/07/2015, 18:26
Ivalic Yannof

Ivalic comenzó a contar los carromatos para intentar hacer las cuentas que Herr Urik le había pedido y así poder calcular el número total de gente que allí vivía, le salieron unos cuarenta, eran muchos y no guardaban un orden por lo tanto tuvo que contar varias veces para estar seguro de que el número estaba aproximado a la realidad. Quería impresionar a Herr Urik así que hizo los cálculos lo más rápido que pudo sin dar mucha importancia a la precisión.

Cuarenta carros, y los gitanos tenían muchos hijos, el niño con el que hablé la otra vez dijo que tenía nueve hermanos, pero que había familias incluso más grandes, a eso hay que añadir dos padres y cuatro abuelos lo que son unos quince por carro. ¡Guau! ¡Esos carros deben ser mucho más grandes de lo que parecen desde aquí! A ver, entonces son cuarenta por quince... eso no hay quien lo multiplique.... Cuarenta por diez son cuatrocientos y la mitad son doscientos así que si lo sumamos...

Se quedó sin saber cuanto sumaría y el número de gitanos que allí vivía cuando una serie de ruidos estruendosos hicieron que desviara su atención hacia uno de los carros del que salía un gitano. Los mayores tenían sus cosas que hablar con él, pero Ivalic debía cumplir con su deber. Se puso entre Herr Urik y Parriwimple y llamó la atención de Ludovico.

-¡Oiga señor gitano! ¿Sabe cuantos gitanos vivían aquí?

Notas de juego

No se si Ivalic "conoció" a Ludovico...

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03/07/2015, 21:36
Parriwimple Indirovich

Al ver aparecer a Ludovico, Parriwimple tomó su garrote... pero no llegó a golpear con él. Las palabras de Ludovico le (¡qué sorpresa!) confundieron. Al escuchar las palabras de Helene, y las de Irina, se quedó quieto mientras, con el rabillo del ojo, observaba lo que Urik fuera a hacer. Quizás el paladín supiera qué era lo adecuado.

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04/07/2015, 09:45
Herr Urik von Teudeldorf

- "Tanto el medallón como el cuerpo están en el Castillo de Ravenloft, me temo.

Respecto a objetos mágicos, ciertamente creo que vamos a necesitar pociones curativas y otros objetos de restauración de la salud física y mental, seguramente." -

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05/07/2015, 11:29
Ludovico

Uuuuh...

Ludovico se quedó pensativo, no se sabe si era por la información revelada por Urik, o porque estaba haciendo cuentas para darle una cifra a Ivalic.

En verano la población del campamento podía llegar a las cuatrocientas personas, pero muchas familias se iban antes de que la nieve cortara el paso del camino viejo de Ivalic. Para pasar el invierno, no se quedaban ni doscientos cincuenta vistanis. Quizás estamos hablando de... doscientos veinte, o doscientos cuarenta gitanos. Pero en fin, eso ya no tiene importancia. Vamos al negocio...

Se puso en un lateral de su carro y palpó por debajo hasta alcanzar el mecanismo que habría el compartimento secreto. Una tabla bajó desde la verticalidad a la horizontalidad, quedando como mesa alta, y revelando un cubículo con cachibaches.

Si me dieran una pieza de cobre por cada vez que un héroe que viene a estas tierras me pide pociones, ahora sería... Bueno, prácticamente ocurre así. Échele un vistazo a este jersey...-mostró una horrible camisola marrón de pelo, deshilachada, casi hecha a retazos-Tocad, tocad... Es muy suave-mentira, picaba horrores-. Por trescientas cuarenta piezas de platino puede ser vuestra. Auténtica piel de caballo, amortigua golpes. Además, otorga un gran poder curativo cada día.

Veo que ninguno de vosotros tiene un caballo, pero para los jinetes que pasan mucho tiempo en la silla, mi recomendación siempre es la misma. Y quizás les pueda interesar. Observen esta maravillosa pomada para las hemorroides. Efectiva al cien por cien. ¡Doscientas veinticinco monedas de platino! También se puede usar para aliviar el dolor de las heridas.

¡Y la estrella de las ventas! Este cinturón mágico, místico, ¡fabuloso! ¿Ven las tres piedras engarzadas con un cierto brillo mate? Para la demostración necesitaré un voluntario... Alguien herido... ¿Maese enano?

Varikov bufó y miró a otro lado, falto de interés. Debería haberse quedado a cazar la gallina. Los ojos del giogotto pasaron por los presentes hasta seleccionar un nuevo objetivo.

¡Grandullón!-dijo a Parriwimple-¡Acércate, vamos! Uh... esta armadura que llevas me resulta familiar... En fin, lo pasado, pasado está. ¡El cinturón de las mil maravillas! Acariciamos con los dedos una de las piedras, hasta que se le vaya el brillo, y ponemos la mano sobre la herida...

Ludovico extendió el largo brazo de Parriwimple cogiéndole con una mano mientras la otra frotaba un pequeño rasguño en la base del codo. Cicatrizar, lo que se dice cicatrizar, cicatrizó, pero quizás habría calibrado mejor cuán poderosa era la magia del cinturón con la herida grave de la pierna, fruto del mordisco de la cresa terrible.

¡Voilá! Y la piedra del cinturón recuperará el brillo de sus hermanas en unas horas. Mañana volverá a tener toda su magia. El cinturón, como hoy tiene un uso menos, os lo dejo por solo setenta y cinco platinos. ¡Setenta y cinco platinos! Lo estamos dando, lo estamos regalando.

Si lo preferís, por ese mismo precio tengo varitas, pero no todo el mundo tiene la sensibilidad mágica para utilizarlas. Luego, a muy bajo precio, tengo las ya clásicas pociones y algunos pergaminos. ¿Cual es vuestro presupuesto? Si no tenéis efectivo, acepto trueque.

La mano de Ivalic acarició la bolsa en la que llevaba los ónices y el cáliz dorado. O quizás prefiriesen vender algún objeto, arma o armadura para obtener la mercancía.

O si lo prefieren, tengo también objetos mágicos que no están orientados a la sanación. Más del estilo que cabría esperar de unos héroes saquea-mazmorras.

- Tiradas (4)

Tirada oculta

Motivo: Juego de manos: robarle el anillo que Bildrath regaló a Parriwimple

Tirada: 1d20

Dificultad: 15+

Resultado: 10(+13)=23 (Exito)

Tirada oculta

Motivo: Avistares

Tirada: 6d20

Resultado: 67

Tirada oculta

Motivo: Avistares

Tirada: 6d20

Resultado: 14, 7, 3, 9, 2, 6 (Suma: 41)

Tirada oculta

Motivo: Curar heridas

Tirada: 2d8

Resultado: 4

Notas de juego

-Jersey de pelo de caballo (camisote de pelo de sufrimiento, compendio de objetos mágicos pág. 96; precio 3.400 po): +1 de armadura natural a la defensa. Una vez al día cura 3d8+9 a un objetivo que no sea el portador.

-Pomada para las hemorroides (ungüento curativo, compendio de objetos mágicos pág. 190; precio 2.250 po): 10 aplicaciones simples. Con una aplicación simple curas como una poción de curar heridas leves (1d8+1), con una aplicación doble curas como una poción de curar heridas moderadas (2d8+3) y con una aplicación triple curas como una poción de curar heridas graves (3d8+5). Solo sale más barato que comprar pociones si se usan 3 aplicaciones triples y una simple (un ahorro de 50 po).

-Cinturón curativo (compendio de objetos mágicos pág. 104; precio 750 po): +2 a las pruebas de sanar. Además, tiene 3 cargas al día. 1 carga cura 2d8 pgs, 2 cargas curan 3d8, 3 cargas curan 4d8.

-Varita de vigor menor (750 po): 50 cargas. Solo puede usarla Helene. Curación rápida 1 durante 11 asaltos, es decir, con cada carga, el receptor recupera 1 punto de vida por asalto (total 11).

-Varita de curar heridas leves (750 po): 50 cargas.  Lo pueden utilizar tanto Ivalic como Helene (también podrá Herr Urik cuando llegue a nivel 4). Cura 1d8+1 a una criatura viva, o le hace ese daño a una muerta (o la mitad, si el muerto viviente supera una tirada de salvación).

-Pergaminos de curar heridas leves (25 po): cura 1d8+1 a una criatura viva, o le hace ese daño a una muerta (o la mitad, si el muerto viviente supera una tirada de salvación). Lo pueden utilizar tanto Ivalic como Helene (también podrá Herr Urik cuando llegue a nivel 4). La poción vale el doble y cura lo mismo, pero lo puede utilizar cualquiera.

-Pergaminos de curar heridas moderadas (150 po): cura 2d8+3 a una criatura viva, o le hace ese daño a una muerta (o la mitad, si el muerto viviente supera una tirada de salvación). Lo pueden utilizar tanto Ivalic como Helene (también podrá Herr Urik cuando llegue a nivel 4). La poción vale el doble y cura lo mismo, pero lo puede utilizar cualquiera.

-Pergaminos de restablecimiento menor (150 po): cura la fatiga a un objetivo, o si está exhausto lo pasa a fatigado, cura 1d4 de daño temporal a una característica o contrarresta todo el daño a característica de un conjuro. Lo puede utilizar solo Helene (también podrá Herr Urik cuando llegue a nivel 4). La poción vale el doble y hace lo mismo, pero lo puede utilizar cualquiera.

-Pergaminos de curar heridas graves (350 po): cura 3d8+5 a una criatura viva, o le hace ese daño a una muerta (o la mitad, si el muerto viviente supera una tirada de salvación). Lo pueden utilizar tanto Ivalic como Helene (también podrá Herr Urik cuando llegue a nivel 4). La poción vale el doble y cura lo mismo, pero lo puede utilizar cualquiera.

-Pergaminos de restablecimiento (800 po): como restablecimiento menor, pero cura todo el daño temporal a una única característica (no solo 1d4), cura todo el daño permanente a una sola característica, y cura niveles negativos. Lo puede utilizar solo Helene (también podrá Herr Urik cuando llegue a nivel 4). La poción vale 1.500 po y hace lo mismo, pero lo puede utilizar cualquiera.

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05/07/2015, 16:02
Helene

Helene pestañeó varias veces. ¿Cómo que le medallón estaba en el castillo? Aquel capítulo se lo había perdido. Su historia había acabado en el robo del mismo por parte del mestizo que tenía frente a ella y ahora resultaba que el dichoso colgante aparecía como por arte de birlibirloque en otro destino. Helne sintió que sus entrañas empezaban a caldearse ante la ignorancia en la que estaba sumida como consecuencia del escaso ánimo participativo de los demás en cuanto a información se refería. Eso o la enfermedad del bebé empezaba a deteriorar su cerebro iniciando un viaje hacia atrás y obligándola a olvidar cuanto sabía.

Pero el caldeamiento se convirtió en fuego cuando vio al digno caballero de reluciente armadura y pelo grasiento lanzarse al mercadeo haciendo caso omiso de lo que los había conducido hasta allí. Ivalic y su madre.

-Buscamos a una mujer, una tal Jackie si no me equivoco -dijo tras lanzar una mirada incendiaria al amnésico caballero más preocupado de atiborrarse de objetos que de conocimiento-. Quisiera saber si sabes dónde podemos dar con ella. Es importante. La vida de su madre depende de ello -miró un instante a Ivalic y después al medio gitano. Había pasión en sus ojos. La de toda madre que no entiende abandonar este mundo dejando desamparados a sus hijos. Haría cuanto estuviera en su mano por salvar a aquella mujer y devolver a Ivalic su derecho a ser un niño feliz en la medida de lo posible y sin tener que arrastrar una orfandad indeseada-. De paso, quisiera saber si en tus viajes has podido dar con alguien que responda a lo que voy a decirte -le dio una detallada descripción de su marido junto a su nombre-. Para acabar, conoces a un tal Dhavit Uthurlan. Contarás con mi gratitud y llegará el día en que pueda pagarte con igual moneda, Ludovico, si es que eso te interesa.