Partida Rol por web

Me sorprendo cuando Herr Parriwimple afirma que no iremos a la reunión. Me quedo preocupado, pues creo que necesitamos saber lo que planean vampiros y hombres lobo, ya que afecta directamente a la supervivencia de todo el pueblo.

Miro a madame Gulpika. Ciertamente, cuando la hemos sacado del pozo parecía más un cadáver que una persona, y hay cosas en su historia que no terminan de encajar del todo. Si su cabeza estaba metida bajo el agua mucho tiempo, y aun así no se ha ahogado, tiene que haber alguna clase de explicación.

Helene guardaba silencio. Unos y otros preguntaban incansables y Gulpika, en su medio sordera, respondía. Solo la brusca irrupción de Parriwimple, negando que fueran a ir a la reunión convocada hizo que alzara una ceja mirando al gigante. Tampoco dijo nada entonces. Parriwimple estaba en su derecho a negarse a asistir a aquella reunión.

-Quizá y solo quizá, alguien debiera acudir a esa reunión -dijo inesperadamente, un brazo apoyado maternalemnte sobre el hombro de su cada vez más alto ternero-. Aunque solo sea por conseguir tiempo o información o saber qué pretenden esas dos facciones. El resto, quizá y solo quizá, podría acudir al castillo en el que supuestamente están refugiados el tío de Parriwimple y el resto y comprobar su estado o incluso traerlos de vuelta al pueblo.

Al margen de ello y desde hacía unos minutos, algo rondaba por la mente de Helene.

-Ivalic, ¿conservas aún el diario de Danovich? Me gustaría leerlo. ¿Podrías dejármelo? -pidió al muchacho.

Algo de lo que había dicho Ivalic, hizo que esta fuera consciente de un detalle. Gulpika no solo había estado sumergida boca abajo en el agua, sino que además estaba desnuda. Este era un punto que había obviado, quizá más preocupada en cubrir su desnudez que en ser consciente de lo raro de aquel extremo.

¿Por qué estaba desnuda cuando la hallaron? No era lógico. Entendía que huyera, entendía que en medio del fuego viera el pozo como una salvación para huir del mismo. Y luego el tema del medallón, un medallón cuyo poder no había llegado a desentrañar pero que sospechaba estaba unido al fuego y que Gulpika nunca había usado ni puesto en torno a su cuello. ¿Qué representaba el fuego para aquella anciana? ¿Cómo escapó de licántropos y llamas? ¿Por qué desnuda?

Muchas preguntas sin respuesta, respuestas que no sabía cuándo hallaría de hallarlas.

- "Si Herr Parriwimple da su consentimiento, me gustaría acompañaros a la reunión, Frau Helene.

Herr Parriwimple, debemos saber al menos lo que planean nuestros enemigos, y si se producirá o no un nuevo ataque esta noche. Frau Helene es la más inteligente y sagaz, será capaz de averiguar lo que traman esos seres malignos, y si yo la acompaño estará mucho más segura que si va sola." -

-No dije que yo fuera a acudir, Herr Teudeldorf, ni me ofrecí voluntaria para ello. Tan solo mencioné la oportunidad de tal hecho, algo que Parriwimple deberá evaluar -dijo Helene que por primera vez trató al paladín con la distancia con la cual él siempre hablaba a los demás, un síntoma claro del nuevo estatus de sus relaciones sin retorno-. No obstante, si deseáis ir y contáis con el beneplácito del nuevo gobernador, sois libre de obrar en tal sentido. En ese caso, yo iré a comprobar el estado de las gentes de Barovia en el castillo.

Respondo a Frau Helene con una cortés inclinación de cabeza y suspiro.

- "En ese caso, me gustaría que Ivalic me acompañara. Herr Parriwimple, solicito vuestro permiso." -

Ivalic se sorprendió ante las palabras de su amigo Parriwimple al negarse a acudir a la reunión, pero por otro lado le gustaba que el grandullón comenzara a tomar decisiones como Burgomaestre. En cualquier caso era de la opinión que sería mejor acudir a ver que se hablaba allí y para él sería una gran oportunidad estar presente y poder tomar nota de lo que sucedía, sería un gran capítulo para su libro. Aunque lo de acompañar a Herr Urik al castillo tampoco estaba mal, cualquier cosa le parecía bien. Asintió ante todas las propuestas y después fijó su mirada en su amigo.

-¿Que dices Parriwimple?, perdón, Burgomaestre. ¿Que quieres que hagamos?

Perdió el hilo de la conversación. Los aventureros habían empezado a hablar entre ellos en un tono demasiado bajo. Así que cuando Gulpika se decidió a hablar, su voz se superpuso a la conversación, como si estuviese hablando sola.

Recuerdo que mi ropa estaba ardiendo, y me la quité-dijo, encogiéndose de hombros-. El olor del humo debió ocultar mi olor, pero solo vi en toda la noche a un licántropo, el que estaba en mi casa, y no me persiguió. Se quedó dónde lo encontrasteis. Sobre el pozo... me tiré porque era el único lugar en el que ocultarme que no estaba ardiendo. No sé qué responder qué pasó luego y porqué no morí ahogada, porque perdí la consciencia. Tal vez pasé toda la noche boca arriba y me giré boca abajo poco antes de que me encontrarais...

Y como ya había dicho la primera vez, la calle actuaba de cortafuegos, ardiendo los bloques de casa a izquierda y derecha, pero no en la calle misma. Gulpika extendió su mano para que Ivalic le entregase el Talismán del Corazón del Dragón Rojo.

Margarita volvió corriendo, después de haber cumplido su cometido. Sus pechos se hinchaban y deshinchaban según tomaba aire.

Arf, arf... Ya he vuelto. La casa en construcción ha sufrido daños... Las casas de los lados ardieron, y unos cascotes cayeron en el solar y derribaron uno de los pilares de madera, pero como no había tejado, el fuego no se extendió a los materiales de construcción. La mansión de los Burgomaestres, a pesar de no estar en contacto con el resto de casas, también ha sido reducido a cenizas.

Me quedo pensativo ante las noticias, con la mano en el mentón.

Ivalic escuchó la explicación de la Señora Gulpika, tenía sentido y había estado a punto de morir.

-¡Pues menos mal que Vjelkus la encontró! Si no se hubiera ahogado...

Por fortuna eso no había pasado y podían celebrar que le habían salvado la vida a la anciana, no le gustaría que se muriera, además de que sabía muchas cosas le había salvado de convertirse en un niño lobo.
Ivalic le dio el medallón a la Señora Gulpika, era justo que volviera con su legítima dueña y además era un regalo muy querido para la anciana.
Entonces llegó Margarita con más malas noticias, el incendio había destrozado todo el pueblo y no había ninguna casa que se pudiera contar como entera.

-Tan solo nos queda la iglesia entonces, pero si vuelve la gente del castillo no tendremos sitio para todos. ¿Cuanto se tarda en hacer casas nuevas? Creo que todos deberían ponerse a hacer casas, es importante que tengan un techo donde vivir, eso si los elfos lobo no van a volver por aquí a molestar, espero que entre ellos y el Conde se arreglen y nos dejen en paz.

-Podría hacerse una casa comunal tras repararse la iglesia y entre ambas y hasta que termine de reconstruirse el pueblo, podrían arreglarse para una convivencia quizá no muy cómoda pero que serviría para salir del paso. Ivalic, ¿tienes el diario? -insistió al darse cuenta que el muchacho no la había escuchado.

- "Es una buena noticia que la estructura del proyecto de la casa comunal no se haya incendiado, pese a estar hecha de madera. Ojalá que el medallón de madame Gulpika pudiera extender su protección a toda la estructura, de ese modo tendríamos una estructura inmune a los incendios y en la que los vampiros no podrían entrar por no haber sido invitados." -

Era dífícil pensar en tantas cosas a la vez. ¿Estaba entonces dormida o no Gulpika? Parecía que sí, pero no dormida de los que no se despiertan, sino de los otros. De todas maneras, había algo raro en su explicación, ¿no? El bueno de Parriwimple así lo pensó por un instante pero, al ver que rápidamente se daba por buena la explicacion por Urik y Helene (que eran más sabios e inteligentes que él) la dio por buena, sin más dudas ni disquisiciones.

Además, había problemas por doquier.

- Todos listos. Todos habláis muy rápido- dijo mientras se frotaba la frente, tratando de centrarse- Tener que cuidar gente pueblo. Y cuidar nueva Helene, pequeña bebé. Prometido todos. Si ir a ver hombres lobo y vampiros, sin poder hablar, dejar pueblo indefenso. No ir. Tener otras prioridades. Cuidar gente. ¿Poder usar iglesia y pasadizos gente para protegerse y mientras hacer... casa grande comunual que dice Helene grande?- mira a todos intentando entenderse y hacerse entender- Noches siempre casa, proteger gente. Proteger pequeña Helene. Hasta poder protegerla mejor.- explicó Parriwimple- Parriwimple cree deber gente trabajar para poder refugiarse todos iglesia y pasadizos cementerio. Y luego crear casa grande comaunal donde dice Helene grande.- miró entonces a Helene y Urik- Si ambos estar de acuerdo en ir donde reunión, iremos. Parriwimple ser tonto y lo sabe. Pero Parriwimple cree mala idea, y sólo lo hará si ambos estáis de acuerdo en ir, y en quien ir. ¿Sería posible ir tras lobos? Quizás cansados tras noche. Tener además bajas. Quizás poder con ellos, y tener menos preocuparse. Castillos estar amigos con gente mala, pero no parecer peligro ahora. No mucho.

Le dolía la cabeza. Mucho. ¿Cómo podían esperar que se ocupara de todo?

- "Continuar el proyecto de la casa comunal puede ser muy buena idea, pero para ello necesitaríamos ir al bosque a por más madera. No tenemos caballos para tirar del carro, aunque podríamos tirar nosotros del carro para transportar la madera que consigamos. En esa expedición podemos también explorar en busca de los elfos-lobo. Pero hay que recordar que no tenemos un rastreador capaz de seguir sus huellas, y que seguimos sin ser capaces de enfrentarnos al Hada Azul que es al parecer aliada de los licántropos.

En mi opinión, deberíamos de ir a la reunión para enterarnos de lo que planean. Además, si acuden los licántropos, después podríamos seguirlos hasta su guarida. Estoy de acuerdo en ir, y tal vez podríamos ir todos.

Si vamos al bosque y nos encontramos el cuerpo colgado en el árbol de esa muchacha, Gabriela, me gustaría darle digna sepultura. Necesitaremos palas.

La iglesia está dañada, necesita reparaciones. Lo cual nos lleva otra vez a que necesitamos madera. Si no encontrásemos nada mejor, podríamos refugiar esta noche a la gente en los pasadizos subterráneos. O también podríamos establecer un campamento en la estructura de la casa comunal, y montar tiendas allí, hasta que haya un tejado." -

Ivalic asintió con la cabeza, con todo lo demás se le había olvidado contestar a la Señora Helene. Rebuscó en su mochila y sacó el diario del Padre Danovich mientras se lo tendía a la mujer.

-Perdone Señora Helene, aquí lo tengo. Aún no me dio tiempo a leerlo entero, pero pone muchas cosas sobre nuestro pueblo, quizás usted encuentre algo de utilidad.

Y una vez que el diario pasó a las manos de la Señora Helene el niño procedió a escuchar las conversaciones sobre lo que pasaría en el pueblo. Parriwimple, con intención de proteger a los ciudadanos no quería que nadie fuera a la reunión, cosa que Ivalic comprendió, hacía mucho que un Burgomaestre no se preocupaba tanto por los habitantes y eso era de agradecer.

-¡Lo de la casa comunal es una gran idea! ¡Así viviremos todos juntos y ya no tendré que ir a casa de mis amigos o ellos a la mía!

Ivalic pensó porqué a ningún adulto se le habría ocurrido antes aquella idea, para él sería genial poder estar con todos sus amigos en el mismo lugar, además así todos podrían protegerse unos a otros, cosa que era importante en esos tiempos.
Se quedó mirando a Herr Urik y la Señora Helene esperando a ver si se ponían de acuerdo sobre que hacer con lo de la reunión, el niño tenía mucha curiosidad por ir y quizás fuera posible.

- No ir todos. Ir sólo uno. Y sólo si Helene y Urik de acuerdo. Resto proteger pueblo y proteger Helene pequeña.- vuelve a decir Parriwimple mientras se frota la calva, como si tanto pensar le produjera un doloroso picor. Probablemente, sea mera falta de práctica.

-Gracias, Ivalic. Eres un sol -afirmó Helene, recogiendo el diario y guárdandolo entre sus cosas a la espera de un momento para empezar a ojear aquellas páginas-. Creo que acudir a la reunión es importante. Es necesario saber qué quieren y piden nuestros... convecinos -dijo algo cáusticamente-. Si Herr Teudeldorf está de acuerdo, acudiré yo en compañía de mi hijo Vjelkus. No es afán de protagonismo y no es que sea lo que más me apetece, pero si como señala Parriwimple es prioridad proteger al pueblo, Herr Teudeldorf está más capacitado para ello que yo. Por otra parte, es posible que no vean en mí amenaza alguna, una simple mujer acompañada de su hijo. Respecto a la reconstrucción y no es por llevar la contraria sino por experiencia, muchas veces la madera de las casas arde de forma superficial. Me refiero a sus vigas principales, demasiado gruesas como para ser totalmente consumidas. De hecho, el fuego las endurece y no hay termita que las ataque. Tal vez sea posible recoger aquellas que estén en mejor estado y emplearlas en la reconstrucción, al menos en estas fases iniciales y hasta que tengamos tiempo y acceso a más madera. De todos modos, si hablamos de madera, hay una montaña de árboles que cayeron por la catarata junto a los ogros. Tal vez no haga falta talarlos, sino conducirlos corriente abajo hasta aquí.

-De nada Señora Helene. -Respondió sonriente ante el cumplido.- Yo también creo que es importante y seguro que Parriwimple también, pero está preocupado por defender al pueblo y a la pequeña Helene. Si usted se va nosotros cuidaremos de ellos, nadie es capaz de vencer a Herr Urik en singular combate, ya ha visto usted lo bien que se las apaña con la espada. ¿Verdad Herr Urik?

Parecía que tanto la Señora Helene como Herr Urik estaban de acuerdo con que alguien debía acudir a la cita en el puente. A Ivalic le hubiera gustado ir, pero tan solo era un niño y no le dejarían ir solo. Supuso que tendría que quedarse a proteger el pueblo.

-¡Los árboles de los ogros! ¡Que buena idea! Vjelkus, tu madre es muy lista. ¿No se habrán ido corriente abajo? Quizás sería bueno ir a comprobarlo. ¿Pero quien podría ir? Nosotros debemos quedarnos aquí protegiendo el pueblo. Podemos mandar a alguien del pueblo o si queréis yo puedo ir corriendo hasta allí y volver si encuentro los troncos.

- "Frau Helene, vos sois la más capacitada para asistir a esa reunión y averiguar los planes de esos seres para con los supervivientes de Barovia. No podría estar más de acuerdo. Vuestras ideas respecto a la madera son muy inteligentes, tenemos que hablar con Herr Limutnova para que las ponga en práctica.

Herr Parriwimple, ¿qué os parece? Tal vez podríamos usted y yo tratar de recuperar esa madera tal y como sugiere Frau Helene. Seguramente necesitaremos cuerdas, y tal vez un carro." -