El grito de Helene atravesó la frágil mente de Parriwimple quien, sin embargo, respondió con una lentitud que, desde luego, él no deseaba. Sencillamente, no podía ser más rápido, aunque quisiera. Afortunadamente Ser Urik había logrado casi, casi, permanecer allí, y aunque lento, el gesto de Parriwimple fue suficiente para justo cuando ya iba a caer, agarrarle en un último instante glorioso.
Lo bastante para que no cayera. Casi
Motivo: Agarrando a Urik
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 7(+3)=10 (Exito)
No me di cuenta que era el off topic. Si te parece pongo la descripción en la escena principal.
¿Pasamos ya al ataque? ¿Nos es posible a Parriwimple y a mí Flanquearle? ¿Podemos intuir su CA?
Pasáis al ataque. En el primer turno, se movió en forma de murciélago y se transformó. En el segundo turno, controló a Firan y desenvainó la espada. Vuelve a ser vuestro turno.
No podéis flanquear porque está al principio de todo de la caverna. Tras él está la cortina de agua y una caída al río.
Kavan viste un camisote de mallas (+4 a la CA) y una espada bastarda, pero además los vampiros suelen tener buenos bonos de armadura natural y destreza, así que hasta que no ataquéis no daré más datos sobre su CA.
Imagino que tengo que moverme para alcanzarlo. ¿Puedo llegar hasta él con un movimiento normal o requiero una Carga?
- De acuerdo, pues voy a ello.
Habida cuenta del ataque del muerto viviente... ¿ahora sí sería posible flanquearle?
Se ha puesto en un rincón. No podéis flanquearlo desde lugares opuestos porque no hay sitio para que os ubiquéis.
Pregunta:
- El poder de luz de la espada, ¿cuesta acción activarlo?
Urik, teniendo en cuenta la sanación de Helene y que has recuperado vida antes de tu ataque, ¿recuperarías tus estadísticas originales? De ser así tu segundo ataque impactaría.
Activar el conjuro luz del día de la espada es acción estándar. A pesar del nombre del conjuro, no les mata ni les hace daño como si fuese luz solar, pero para la lucha con Kavan podría haberle hecho retroceder hasta la cortinilla de agua de la catarata. Sumergido en agua, un vampiro sufre daño equivalente a 1/3 de sus pgs, y al cabo de 3 asaltos sumergido muere.
Me temo que no, Frau Helene. Necesitaría de un conjuro de Restauración que no tenemos, a menos quizá que podamos negociar con Ludovico. Por otro lado, tengo dos salvaciones, pero entre mi Sabiduría reducida (aquí sí me ayudarían uno o dos lanzamiento de Restablecimiento Menor) y los dos niveles perdidos, la tirada es bastante difícil.
Confía en Helene. Puede darte cosas que aún ignoras. Y si no funcionan podrás recurrir a Ludovico. ;)
¿Qué armas de hierro frío queréis cada uno? No tiene porqué ser un arma cuerpo a cuerpo, también puede ser munición (50 unidades).
¿Es posible una gran clava de dos manos para Parriwimple?
No creo que Parriwimple esté pensando en usar otra clava que no sea la que le regaló Giussepe.
¿Preferís un aceite que al bañar el arma la convierta en hierro frío por unos asaltos? Sé que existe con la plata, pero podemos jugarlo igual para que haya un "aceite de hierro frío".
No creo que Parriwimple esté pensando en usar otra clava que no sea la que le regaló Giussepe.
Me temo que es completamente cierto. Parriwimple es lo que es, y no podría traicionar el regalo de su amigo :(
¿Sería posible algo así?
Un látigo cubierto de hierro frío. Flexibilidad y no hace falta un cuerpo a cuerpo. Molarían dos y manejarlos con ambas manos pero... Bueno, es solo Helene.
Precisamente me estoy leyendo una aventura de Pathfinder, "El Juicio de la Bestia" (segundo módulo de Carrion Crown) en el que aparece ese aceite de hierro frío.
Sería una buena opción. Junto con tal vez una punta de lanza para Frau Helene si ella está de acuerdo. Y si llega para unas canicas para Ivalic o unos virotes de ballesta para Vjelkus, pues mejor que mejor.
Edito tras ver el post de Helene: Los látigos son chulos y permiten maniobras guays, pero hacen muy poquito daño. La lanza a dos manos, si puedes manejarla, es un arma más interesante. Piensa que los bichos a los que sólo les afecta el hierro frío tienen a ser duros, como fatas o demonios.
Me temo que daño haré siempre poco. Mi lanza es de plata. Antes que sustituirla por una de hierro prefiero el aceite.