Partida Rol por web

Es suficiente. Hemos ganado esta batalla... Ya ha amanecido.

El anciano levantó la mirada de su mecanismo y lo devolvió al bolsillo de su chaleco. Aún temblaba de frío, pero prácticamente se había pasado toda la noche descansando sobre el altar mientras los demás se pelaban las rodillas rezando ante el menhir. La esfera mágica de Walt no era suficiente para iluminar toda la sala, pero sí para aquella zona elevada seca del rincón.

Dudaron en si fiarse del pronóstico del anciano, después de todo allí abajo no había manera de ver la salida del sol. Supieron que el hombre estaba acertado cuando las miradas de los penitentes se cruzaron entre sí: el color de los ojos había cambiado. Los ojos de Ashlyn se volvieron amarillos cuando rompió el sello del Santuario del Bosque, y los olores y los colores de la Naturaleza se volvieron más vívidos. Los ojos de Reluë se volvieron rojos cuando rompió el sello del Santuario de la Montaña, y fue capaz de sentir la profundidad y la dirección bajo tierra como lo hacían los enanos. Ahora, todos los ojos de Ashlyn, Elyzabeth, Reluë, Urik y Lobo se habían vuelto verdes, un verde brillante y sobrenatural, y eran capaces de escuchar el fluir de la sangre por el interior del sistema circulatorio de todos los presentes. El corazón de Elyzabeth, a pesar de las suspicacias que pudiera levantar por su amor por la nigromancia, latía. También latía, más renqueante debido a la edad, el corazón del anciano del altar, descartando que fuera un muerto viviente. Lo mismo con Lobo, que era el integrante más reciente, y todos los demás.

No nos hemos presentado como es debido. Soy el Doctor Rudolph Van Richten, cazador de vampiros. Seguramente os preguntéis cómo puedo predecir la llegada y la puesta del sol. Mi reloj de bolsillo cuenta el paso de las horas. En Barovia no existen las noches cortas del verano. Todas las noches son largas como en un invierno perpetuo, e increíblemente puntuales, si se me permite añadir.

Cuando Elyzabeth detectó magia en el anciano, antes de rezar, no percibió nada. Eso significaba que el mecanismo al que llamaba "reloj de bolsillo" no tenía naturaleza mágica. ¿Tal vez era de naturaleza alquímica?

Sugiero que durmáis. Yo puedo hacer guardia, pasé inconsciente varias horas por la pérdida de sangre, pero vosotros seguro que lleváis bastante sin dormir. Aunque si queréis hacer algo antes, como hacerme alguna pregunta...

el mecanismo al que llamaba "reloj de bolsillo" no tenía naturaleza mágica. ¿Tal vez era de naturaleza alquímica?

   Ely señaló el artefacto con su maza: -¿Los relojes reprenden a los muertos vivientes si los sostienes con determinación?- Asintió convencida de la respuesta postiva que recibiría. –Tiene lógica por que no veo que lleve estacas, armas de plata o un fuelle.

Lobo puso una cara rara y Ely le explicó en voz baja que habían comprado un fuelle al herrero para atrapar vampiros convertidos en gas y evitar que regresasen a sus ataúdes para curarse.

-Por cierto Lobo: Si no tienes conjuros que recuperar, terogaría que hicieras la primera guardia- Añadió levantando la voz sin darse cuenta.

La clériga se volvió hacia el doctor: -No es que no me fíe de usted, es que no me fío de nadie.- Explicó muy educadamente. - ¿Me cree si le cuento que estoy sopesando... (Matar a todo lo que nos encontremos, estadísticamente será un siervo de Strhad) …eeehmmm…Luego se lo cuento, que el tiempo apremia…según su amuleto - Dijo disimulando su escepticismo.

Sugiero que durmáis. Yo puedo hacer guardia, pasé inconsciente varias horas por la pérdida de sangre, pero vosotros seguro que lleváis bastante sin dormir. Aunque si queréis hacer algo antes, como hacerme alguna pregunta...

- ¿Cómo llegó aquí?¿Conoce a un vistani llamado Rodolfo Richtenov?¿Cómo nos ayudaría a acabar con Stradh?-

Tras hablar con el anciano, la joven desenrolló el saco de dormir de Walt. Aun olía al tepestaní. Cerró los ojos y trató de poner la mente en blanco y olvidar al bárbaro, pero no tardó en ver desfilar las caras Reluë, Morrigan, su querida Jess…Y a Urik. En ese momento emitió un largo suspiro acompañado de cierta resignación. La joven abrió un solo ojo y dijo al paladín: -Aquí no caben dos, pero puedes recostarte a mi lado para darme calor- Aquello era pedir un favor más que un ofrecimiento, pero no era consciente de que ese juego podía acabar torturándola más a ella que al caballero. Después volvió a cerrar los ojos, pero al poco murmuró sin abrirlos. –Lobo: ¿Cómo ves activar las trampas de la sala mientras dormimos? Tal vez podamos usarlas para ayudarnos defender la entrada y desactivarlas cuando nos marchemos-. Ely siguió dándole vueltas a mil cosas, pero guardó silencio para no privar de descanso a nadie más.

Tras pasar toda la noche rezando, me duele el cuerpo. Sin embargo, miro al resto con una sonrisa. Lo logramos, Stradh ya no tiene los poderes de ningún santuario.

La oferta del "cazador de vampiros" es tentadora, pero más lo es siguiendo las indicaciones de Ely. A mí me parecería una idea perfecta.

Antes de dormir, sin embargo, me acerco a Ely y luego a Urik para terminar de curar sus heridas. Luego rezo a mi Dios sujetando el símbolo sagrado para cerrar también parte de mis heridas. Tras eso me acuesto a dormir, aunque suelto un leve bufido por el juego de Ely.

La pelea con la bruja había sido ardua, pero habían conseguido sobrevivir a duras penas. Encontrar al Doctor allí había sido una sorpresa, pero ya llegarían las explicaciones después. Rezó como el resto y como en un sueño, se levantó horas después, con las rodillas entumecidas pero el espíritu renovado. Sentía una extraña energía en él, y pudo ver el reflejo de la luz de sus ojos en todos. 

- ¿Se encuentra usted bien? - le preguntó, poniéndole la mano en el hombro al anciano y ayudándole a levantarse. Una muda pregunta apareció en el rostro de Don Urik aprovechando la cercanía con él. El Paladín no había contado nada respetando la promesa hecha, pero aquel parecía un momento ideal para que el bueno del Doctor revelara su identidad y pusiera a todos en antecedentes. 

Se retiró a descansar, sabiendo que no podía dejarse consumir por el mal de Stradh, cuando Beth le pidió, a su manera, que se acostara a su lado. Para Urik fue un momento de gran tensión, pero finalmente se rindió ante la evidencia y se recostó a su lado. Durante un buen rato, no pudo dormir, pero por razones diferentes a Beth. Hacia mucho tiempo que no tenía un encuentro con una mujer, y tampoco es que los hubiera tenido a mansalva, a penas un par de veces desde que alcanzó la adolescencia. Por eso la inoportuna erección al recostarse al lado de Beth en forma fetal, le puso en un gran apuro, y aunque intentó no moverse y casi no respirar, no pudo evitar que su "estaca" rozara el trasero de la cleriga de vez en cuando...¿o era el trasero lo que rozaba continuamente su "estaca"? Dubitativo, Don Urik no se movió, no pudiendo pensar en otra cosa hasta que cayó dormido exhausto, aunque le pareció escuchar algún gemido y suspiro muy muy cerca. 

El montaraz se levantó tras una larga noche de rezos para descubrir su nuevo color de ojos. Iban a ser lo único no verde que tuviera. 

-Bueno... no sé si me aventuraría a dormir en el único sitio donde Stradh sabe a ciencia cierta que estamos.-Expresó con ciertas dudas.-Y más cuando es una ratonera de la que no podemos salir si nos coge... Sé que igual no puede vernos, pero creo que es el primer sitio donde yo buscaría. ¿No?

¿No sería mejor salir del pantano o al menos buscar un lugar algo más... apartado? No me importa hacer guardia un rato e incluso reactivar las trampas si fuera posible, pero si somos atacados aquí... ¿Me entendéis?

Mi padre era cirujano. Recuerdo de niño verle sentado a la mesa, usando cuchillo en lugar de bisturí y vistiendo camisa en lugar de bata blanca. Tener una profesión no implica llevar tus utensilios siempre encima.

El padre de Elyzabeth era posadero. Nunca se alejaba de su libro de recetas ni de su sombrero, pero claro, eran en realidad un grimorio de magia y un sombrero de pico sin ninguna relación con la cocina. Y además estaba bajo un encantamiento para que no se separara de ellos. Puede que los padres de los niños normales no llevasen sus utensilios consigo, pero en la taberna del Jabalí Verrugoso se hacían las cosas a la antigua usanza. Pero, a pesar de todo, Elyzabeth no cayó en el síndrome de Strahd y venció sus ganas de considerar al Doctor Van Richten un traidor.

El templo tiene una grieta en su exterior, pequeña a simple vista, pero que se prolonga bajo el nivel del agua del pantano hasta agrandarse. Nadando, llegué directamente a esta sala sin explorar el resto de la pirámide. Si buceáis en las zonas anegadas más profundas que tiene esta sala, podréis salir por dónde yo entré.

Vine a este valle persiguiendo a Rodolfo. Ese malnacido transporta en su carro a una vampiresa a la que pretendo dar muerte. Mientras seguía su rastro, me topé con la pirámide. Los vampiros usan "posadas" como esta pirámide en sus viajes: pequeños nidos en los que esconderse del día antes de proseguir su viaje durante la noche. Aprovechando las horas de sol, quise inspeccionar el lugar creyendo que si había un vampiro dentro estaría dormido... pero las anguilas de esa bruja no tienen los horarios de un vampiro. De ese modo caí prisionero... Hasta que me liberasteis. Os doy las gracias por ello.

Soy viejo, y hay pocas cosas en las que pueda ayudar. Si habéis derrotado a la bruja y sus anguilas, sin duda ya sois más competentes que yo. De poca ayuda os puedo servir contra Strahd, pero puedo encargarme de su prole vampírica para limpiaros el paso hasta él... aunque creo que vosotros también os podéis ocupar de ello sin mí. Ya no valgo para mucho con esta edad...

Diría que Strahd no sabe encontrar esta pirámide, y eso es lo que nos mantiene seguros aquí. Si conoció alguna vez este templo, lo hizo antes de que las aguas del río Ivlis desbordaran, y los manglares convirtieran esta zona en un pantano laberíntico. Si supiese llegar aquí, ya habría irrumpido mientras rezabais durante la noche.

Hay otra cosa que hace especial este sitio... Por algún motivo, los enjambres de motas sangrientas evitan esta zona. Tal vez se deba a alguna protección, algún conjuro de antipatía lanzado hace tiempo para alejar a los insectos de este lugar sagrado. O tal vez haya una razón científica relacionada con algún tipo de flor silvestre cuyo olor de forma natural aleja a esas criaturas. Solo puedo conjeturar. Lo que os puedo asegurar es que si intentamos cruzar el pantano antes de estar completamente recuperados, las motas sangrientas caerán sobre nosotros para chuparnos toda la sangre hasta dejar un cadáver mustio y deshidratado como el de una momia.

Y si además Lobo pudiera montar de nuevo aquellas trampas para hacer todavía aquel lugar más seguro... Los mecanismos del dardo venenoso que mataron a Ida fueron activados a propósito para que disparase todas sus reservas hasta quedar sin más munición, así que no podían hacer nada en esa sección. Lo que sí podían hacer era reactivar la trampa de foso del principio de la pirámide, y avisar a Bray de ello para que no cayera por error.

El otro punto importante a tener en cuenta era que los tres incorpóreos guardianes volverían a formarse en unas diez horas, así que era mejor no pasar una segunda noche en el Santuario del Pantano (las armaduras completas no se llevan bien con lo de bucear para cruzar nadando una grieta sumergida).

-Todo eso está muy bien.-Respondió el montaraz.-Pero solo puedo levantar la trampa foso. Y si pasamos aquí 8 horas... no sé si bastará. ¿No deberíamos movernos e irnos a descansar a otro sitio?

     La melena azabache de Elyzabeth se erizó cuando recibió la bendición de los dioses de la paladina.

-¡Ugh…Esto…Que repeluco, pero gracias!. Soy más alérgica a la verdadera muerte que a tus dioses- Explicó su extraña reacción. Era su forma de decir gracias y digerir el escalofrío.

Cuando Beth estaba a punto de caer rendida por el cansancio, sintió la “emoción” del paladín empujando su muslo. Le dio la espalda para que nadie la viera reírse, pero como buen hombre, Urik entendió lo que quiso, (es decir que ella se contorneaba para seducirlo). Cuando Elyzabeth cayó en la cuenta, estuvo a punto de estallar de la risa, pero logró reprimirse y comenzó a alimentar la imaginación del caballero gimiendo de forma casi inaudible y deleitándose con su tortura, Cuando se dio cuenta de que alimentaba también la suya propia, desenvainó la maza y una estaca alquímica, dispuesta a practicar una micro-crucifixión de pene, pero para entonces Urik roncaba exhausto y, de forma inexplicable, se apiadó del noble guerrero y volvió a arrebujarse en su saco de franela a cuadros.

A la mañana siguiente Ely examinó con interés la tonalidad verde de los ojos de sus compañeros. Las explicaciones del doctor fueron reveladoras. Confirmando lo que habían descubierto en el carro del vistani.

Elyzabeth mostró a Van Richten la carta con la que una mujer nacida hace 300 años reclamaba la mansión de Irina. -¿Cree que se trata de la misma vampira que transporta ese carretero?- Preguntó al doctor. - Tómeme por loca, pero había soñado con la posibilidad de volverla contra Strhad, aunque no sé como. Aceptaremos cualquier ayuda que pueda ofrecernos contra Sthad.- Asintió al (aparentemente) nuevo aliado.

Elyzabeth consideró oportuno mencionar que el carretero los había salvado de la trampa de la broza. -¿Por qué cree que lo hizo?-

¿No deberíamos movernos e irnos a descansar a otro sitio?

La clériga respondió a Lobo: - Ya has oído al doctor. Será mejor no salir hasta que nuestras heridas estén curadas, o las motas sangrientas nos dejarán secos. Puedo esconderos de los incorpóreos lo suficiente como para pasar junto a sus tumbas y abandonar este sitio, pero no puedo mantener a raya a las motas...salvo que alguien se acuerde del nombre de esa planta y otro alguien la forrajée- Añadió con rintintín.

Elyzabeth se asomó al pasillo que conducía a la sala anterior. -¡Hola Ida!¡Buenos días querida!- Saludó efusiva -¿Has descansado bien?¿Sí? Deja que desayune y voy a echarte un vistazo-

La clériga se volvió hacia sus compañeros y levantó la mano. –Dice que no puede esperar…Ir desayunando- Dijo antes de desaparecer por el pasillo.

Miro a Lobo y niego. [/b]Coincido con ellos, es mejor descansar ahora antes que arriesgarnos a un mal encuentro sin estar preparados. Con Ely de guardia no creo que haya problemas.[/b]

Sin embargo, lo que hace la clériga me hace negar. Alguien como yo en un grupo con alguien como ella que levanta muertos. Suspiro y me autoconvenzo de que es por un bien mayor. Me preparo para dormir tras estar toda la noche rezando.

Sasha Ivliskova no era la vampiresa que buscaba, pero no me importaría echarle las manos encima. No llegué a conocerla en vida. Fue burgomaestra de Barovia hasta que desapareció inexplicablemente. Siempre quise pensar que había huido de Strahd, no que había sido secuestrada por él. Mis peores expectativas se han cumplido.

Si Strahd la ha alejado de su lado significa que ahora el vampiro tiene juguete nuevo: la reencarnación de Tatyana Federovna-Irina-. Existe la posibilidad de apelar a los celos de Sasha para manipularla, pero es un juego peligroso: ella quiere ver muerta a Tatyana y que Strahd no sea destruido, vosotros buscáis lo contrario.

En cuanto a lo ocurrido por las arena movedizas... No puedo saber sus verdaderas intenciones, pero tal vez os ayudó para haceros venir hasta la pirámide y que lo limpiarais de trampas y guardias para que él pudiera saquear este lugar con mayor seguridad.

Eso les recordó el tema de los tesoros. Si era como los otros santuarios que visitaron, debería haber una piedra ioun escondida en la roca y una reliquia enterrada a los pies del monolito. También estaban los sarcófagos de los druidas, de los que sospechaban que tenían trampas.

Al mediodía, un cuervo bajó hasta ellos sobrevolando las escaleras y la zona inundada, y transformándose en Bray, el hermano de Lobo. Sus posesiones volvieron a recuperar su forma con él, de modo que pudieron ver que traía de las alforjas de Lucifer la pala.

Saludos, señor Van Richten. No esperaba verle por aquí. A Sesentainviernos le gustará reencontrarse con usted. Por cierto... ¿Ida está un poco rara, no?

Elyzabeth regresó con Ida, a la que habían dado por muerta. Un hermoso reencuentro, y también la venganza particular de Elyzabeth, que sabía que al levantar un cadáver como muerto viviente, su alma nunca encontraría la paz. Unos minutos después, tras cavar todo lo que tenían que cavar, encontraron una cajita con el diente de San Bogdán. También golpearon el monolito, y una costra de roca se desprendió mostrando otra piedra ioun.

ella quiere ver muerta a Tatyana y que Strahd no sea destruido

Ely hizo una mueca al comprender lo complicado que sería manipular a esa vampira en particular. –Siempre podemos darle un poco de “jarabe de espada de luz”- Miró a Urik y Se encogió de hombros. Sus pensamientos volvieron a Jander. Necesitaba pensar que Morrigan no fue la única vampira con la que llegaría a simpatizar.

Saludos, señor Van Richten. No esperaba verle por aquí. A Sesentainviernos le gustará reencontrarse con usted.

Resultaba tranquilizador que Bray conociera al doctor. Alejaba la psicosis de que fuera otro siervo encubierto de strahd, pero para asegurarse, preguntó: -¡Oh, celebro el reencuentro!¿De qué conoces al doctor?-

Por cierto... ¿Ida está un poco rara, no?

A Ely se le antojó mucho más divertido contemplar el caos desataría confesar la verdad, pero al cruzarse con los ojos verdes de Urik algo la empujó a disimular una vez más: -Por una vez que me apetecía decir la verdad- Rezongó para sí, -Ejem…¿Cómo?¿Rara? Resultó herida por una trampa…¡Ya me gustaría verte en pie si recibieras una herida así!- Reprochó al joven caballero. Ely abrazó a Ida y le levantó el brazo con el pulgar hacia arriba. La brujilla se quedó con el brazo extendido hasta que Beth se lo volvió a bajar como si fuera una muñeca articulada.

Tras excavar para encontrar el famoso diente de San Bogdan y destrozar a mazazos el monolito, Ely expuso las opciones del grupo:

-Tenemos curaciones suficientes* para salir del pantano sin provocar a las motas. Según el artefacto del doctor, disponemos de unas horas** antes de que regresen los espectros. Podemos elegir una o varias opciones, pero decir la primera. Recordar que separarnos NO es una opción- Quiso dejar claro.

1. -Quedarnos un día más para salir completamente recuperados, identificar los poderes de la piedra Ioun y salir mañana usando un conjuro de esconderse de los muertos.
2. -Salir de aquí, hoy mismo, investigando o no el resto de la pirámide.
3. -Buscar a la ninfa para negociar la paz con los licántropos
4. -Volver a Barovia, donde podremos toparemos con Sasha Ivliscova en la mansión de Irina.
5. -Buscar un vampiro en otra parte que se deje matar para completar el ritual.
6. -Ir al castillo y Destruir el corazón de día (artefecto para que los vampiros soporten la luz de día)

Elyzabeth dio un paso atrás para dejar que sus compañeros deliberasen. –La primera opción. “despacito y buena letra” es mi favorita. Nos daría tiempo a explorar el resto del lugar. Mientras que la última, es la que encuentro más arriesgada-

Don Urik se despertó renovado. El descanso había sido reparador y se encontraba mejor que desde el encuentro con el vampiro en la cueva. No se percató de la estaca y de la maza de Beth al levantarse, pero sin embargo sí que recordó los gemidos y gestos de la mujer, tapándose la boca disimuladamente para no exteriorizar su deseo. Don Urik sonrió. Quizá cuando todo acabara, podrían tener su momento. Sin embargo, estaba contento consigo mismo, había conseguido aguantar la tentación tan abrumadora que era Beth para él. 

El Doctor comenzó a contar una historia, que no era la que Don Urik esperaba, desde luego. Los labios prietos y formando una línea del caballero dijeron todo lo que un avispado observador debería saber, pero el paladín se abstuvo de decir nada, atado por su promesa. - Esa vampiresa va a morir, a ser posible hoy mismo. - sentenció el caballero del Cuervo tras escuchar a Beth. - No podemos permitir la presencia de Vampiros tan cerca de la gente, ¿estáis conmigo? - preguntó, pasando por encima de la explicación del Doctor y sus referencia a Rodolfo. Sus razones tendría para no contarles lo mismo que a él...pero indudablemente, tendrían que advertirles antes de pasar a ejecutar el plan de acción del Doctor, porque si no, corría peligro el plan del buen doctor.

La pregunta de Beth también interesó a Don Urik, que estuvo atento a la respuesta mientras negaba ante la mentira evidente de Beth. - No hagas eso. Ida es un zombi. Beth levanta y controla sus cuerpos, en penitencia por los pecados cometidos en vida. Que sean útiles para nuestra causa es lo único que me impide destrozarlos. Encuentro la ironía soportable, pues siempre he escuchado en mis escritos aquello de "el mal devora al mal". - explicó a Bray. 

Cuando se plantearon las opciones posibles, Don Urik fue directo al grano. - Creo que ya hemos descansado y nos hemos recuperado bastante. Cogería la reliquia y la piedra e iría a por Sasha Ivliskova, no hay posibilidad de redención ni de negociación con ella. Para ella, según desprende su carta, somos presas, meros súbditos. Acabaré con ella o moriré en el intento. - la expresión fría y determinada de Don Urik dijo a los demás que nada convencería al Paladín-Caballero del Cuervo de cualquier otro desenlace para la vampiresa. 

Lobo sopesó las diferentes opciones que Ely planteaba. Aquello podía ir bien o ser un maldito desastre, pero la chiflada había demostrado ser medianamente sensata. Convenía tenerla en cuenta como estratega, aunque algo no funcionase bien dentro de su retorcida cabeza. 

-Aunque me pese.-Empezó el montaraz con una ligera mueca de desagrado.-Esta situación es una espada de dos filos. No hay forma de cogerla sin cortarse. Creo que la opción de registrar la pirámide es la más lógica. Puede que aquí encontremos cuanto necesitemos para vencer a los vampiros con mayor facilidad. ¿no? No puede despreciarse el poder a la ligera. Tras un registro podemos salir plenamente fortalecidos y... si va todo bien, muy bien armados para poder hacernos con la victoria sobre el vampiro. 

Al ver entrar a su hermano, el corazón le dio un ligero vuelco. Tres o cuatro segundos después pudo volver a articular palabra. Aquello decididamente le costaría como mínimo un tiempo antes de poder aceptarlo con normalidad. 

-Hola... Bray.-Dijo tras un segundo de titubeo.

-Como decía.-Continuó al grupo tras sobreponerse.-Tras registrar esto podemos buscar a la ninfa para firmar la paz o incluso ir a por la vampiresa... En todo caso, armarnos es prioritario en mi opinion. 

- Sí, bien, la ninfa seguramente será una buena aliada, ahora que los templos ya no están en poder de Stradh, por lo que ya no están corrompidos y por lo tanto el mal ya no estará en ella, ¿eso fue lo que nos contaron, no? - contestó Don Urik a Lobo.