Partida Rol por web

- Pues claro que tengo la cuerda, Maxra - Digo quitándomela de alrededor. - Y he de decir que me parece una gran idea - Comento creyendo cuál es su intención. 

Lo cierto es que no me apetece demasiado entrar allí. No parecen especialmente acogedores, pero ahora mismo es el único sitio al que podemos ir. Y el hecho de que me consideren una de los elegidos me hace especial ilusión, la verdad. 

- No conozco el idioma enano, pero estoy segura de que nos haremos entender de una manera o de otra, amiga mía.

-Mano Larga no te confundas, nada nos dice que ese cofre contiene dicho secreto. Es solo un cofre con algo valioso en su interior, pero no sabemos qué. -dijo el orco hacia el otro ser de piel similar. Para Braka este Mano Larga era una intriga, pues nunca había visto criatura de piel verdosa como él, ni mucho menos con esas manos. El orco empezó a descender con cuidado haciendo oídos sordos a los comentarios sobre la cuerda mientras pensaba: Yo soy grande y pesado, sería un buen amarre, pero si ellos caen no quiero irme con ellos. Soy la última esperanza del clan de la Mano Roja, nada es más importante que eso.

Tomando la cuerda de las manos de Pia, me dirijo a una pared con una especie de antorcha como iluminador, amarro contra la pared la punta de dicha cuerda y empiezo a hacer pequeños nudos cada tanto, entonces cuando termino ya lanzo la cuerda al vacío y me preparo. Casi como boyscout voy bajando por la cuerda y parando cada tanto sujeta también gracias a los nudos para mirar sí ya puedo ver algo abajo. ¿Será suficiente esta cuerda o tendré que largarme de alta altura, podré ver algo o tendré que soltarme sin remedio?

Miro a Maxra mientras realiza los nudos y deja caer la cuerda. Yo habría hecho algo parecido, aunque hubiera intentado idear una manera de poder recuperar la cuerda más adelante. Pero no está mal. Mientras comienza a descender me acerco al inicio del cabo y sujeto levemente el final, por si acaso se soltara por algún motivo y tuviera que sujetarla yo misma. 

Espero pacientemente mientras Maxra baja a la espera de noticias y decido preguntar por si tuviera suerte:

- Braka, manos largas, ¿habréis oído hablar por un casual de ciertos amuletos que vagan por el mundo y a los que se les atribuye poderes mágicos? - Pregunto con interés. Cierto es que todos los acontecimientos anteriores han apartado los amuletos de mi mente, pero ahora, en la calma de la bajada me he permitido recordarlos.

Maxra lo hace realmente bien con la cuerda.

La pena es que Mano Larga, es bastante impetuoso, y queriendo descender a más velocidad, cae por el lado de la escalera. Los tres veis pasar el cuerpo verde del pequeño por vuestro lado, en caída libre. Su grito poco a poco se fue apagando.

Los demás, continuáis bajando con tranquilidad, al ritmo que marca Maxra, hasta que al final llegáis al final.

Allí os encontráis con una escena un poco extraña. Mano Larga, con el cuerpo todo magullado, está suspendido en una especie de remolino de aire, que no le permite tocar el suelo, mientras que a su lado, dos enanos envueltos en armaduras doradas y plateadas completas, se rien de vuestro compañero al ver que no puede salir del vórtice de viento.

Parece que ni siquiera se han fijado en vosotros que acabáis de llegar, están la mar de entretenidos.

Pero vosotros si que os fijastéis en una cosa, a lo lejos, a unos cientos de metros, podéis ver una de las ciudades enanas más grandes que existen en la creación. La Ciudad de los Enanos, bulle de actividad a estas horas. Escucháis ruidos de voces y sobre todo, de golpes, pero allí no parece haber ningún tipo de problema. Ya habéis visto como se las gastan en temas de seguridad y de no dejar pasar a los indeseables.

Una vez que termino de descender pongo mis pies a salvo en la arena. Animo a los otros a que hagan lo mismo mientra me dirijo a donde esta el vórtice, una vez allí pongo mi hacha en donde se supone nace el remolino con esperanza de taparlo o sí es demasiado grande mover su trayectoria para que de esa forma Mano Larga pueda salir. En el caso de que la presión del viento fuera más poderosa que mi propia fuerza simplemente tendría que sacar mi hacha rápidamente para no perderla, juego de niños.

Salude de mala gana a esos enanos, a mi no me agradaba que se rieran de mi gente. Y pudieron haberle prestado ayuda en vez de perder el tiempo. Aunque vine con la intención de pedir ayuda después de cruzar el portal, ahora estaba en duda sí quería la ayuda de esos tipos.

Día 5

Amanecer

"No hay luz al final del túnel..."

Una a una las Ciudades han ido cayendo. Los enemigos campaban a sus anchas y cuando los Defensores del Bien giraban la cabeza, las Ciudades y todos sus habitantes caían presas del Mal Supremo y de sus seguidores.

La mañana amaneció oscura, como si el sol no quisiera salir tras el horizonte. Los lugares, se mostraban lúgubres y mortecinos, como si una capa de energía negativa los cubriera de arriba abajo. Era algo deprimente... el Mal se había arraigado en Umbría, y hasta este momento, nadie había hecho nada para evitarlo.

Era como si nada pudiese parar la embestida de los acólitos del Mal Supremo...

Y una mancha más oscura comenzaba a renacer en algún punto oculto del Reino.

Una mancha de muerte, ira y destrucción.

Y ya no había vuelta atrás, por que la Profecía se había cumplido. Lejos, en algún lugar oculto de la vista de los simples mortales, un mal enorme estaba surgiendo, golpeando con sus garras las paredes que lo contenían, rompiéndolas de a poco en pedazos, asomándose al exterior y sonriendo.

La Creación, tal y como la conocemos, iba a cambiar de un momento a otro.

Uno de los enanos de allí chasqueó los dedos, haciendo que el remolino desapareciera, mientras otro, al parecer, mantuvo a Mano Larga sin tocar el suelo y cuando el remolino desapareció, lo depositó en la fría roca con suavidad.

El que parecía mayor, habló.

- Así que sois vosotros los que cruzastéis las defensas. Bien, bien. Menos mal que estabamos aquí de guardia para salvar a vuestro amigo de una muerte segura. Sin nuestros artilúgios, este pequeño habría quedado hecho papilla contra el suelo. - Dijo ese enano. - Por cierto, mi nombre es Zik. -

-Gracias. Yo soy Braka. -el orco recuperó gran parte de su costumbre al hablar de forma breve y dura, en un intento por mostrar su gran fuerza a los señores enanos. -Dicen que tenéis la clave para cambiar el rumbo de las cosas. -¿estáis a la altura? pensó Braka para sí conteniendo la risa en una dura expresión de seriedad. -Venimos buscando la famosa sabiduría de los señores enanos...esperando que no sean simples habladurías. -mantuvo el rostro rotundamente serio y los músculos algo tensos pero no en exceso mostrando que está alerta pero no tiene miedo. Luego se dirijió a Mano Larga. -En cuanto a ti...tengo un remedio. Hace no mucho encontramos esta perla. -dijo sacando la Perla Verde para que incluso los enanos la vieran. -Resulta que tiene capacidades sobrenaturales, pero solo dura unos días. Dicen que es una amenaza, pero te hace más fuerte. Te seré sincero. Me ha sido útil hasta ahora, ahora te la ofrezco sin miramientos. ¿Porqué? Porque sus efectos son pasajeros, te acostumbras a la buena fortuna y cuando sus efectos pasan resulta que te has convertido en un confiado. Yo soy más listo que eso, comprendo su funcionamiento. A mí ya no me sirve para nada. Cógela y sabrás que no miento. Os necesito a todos completamente preparados para lo que tenga que venir, debemos acabar con el Mal Supremo y vengar a los míos, es eso todo cuanto quiero. Puedes quedártela y venderla cuando todo esto pase, si gustas. -y Braka tendió la mano con la Perla en ella hacia Mano Larga, con cuidado de que los enanos no se la quitaran de las manos pues eso podría acabar en problemas...y sangre. Nadie le quita nada a un orco de las Montañas Heladas.

Cuando uno de los enanos chasqueo los dedos y hizo desaparecer el remolino me quede sorprendida por segundos. Después cuando el otro parecía mantener a Mano Larga levitante  me hice a la idea de que tenían una gran tecnología algo que sin duda se comparaba con la misma magia y mi tiempo de dudar sobre sí quería la ayuda de esos sujetos finalizo.

Toque mi sien pensando que decir, pero se me adelantaron. Y pude dar resolución a cuanto quería hacer, era un plan que me haría ver como una verdadera bruja ante los demás, pero tenía que hacerse, estos enanos parecían orgullosos. Mis pasos fueron al enano que había dado su nombre; mi hacha al hombro, al estar a una distancia como para saludar baje el hacha sin dañar a nadie, pero haciendo un gran estruendo como sí quisiera impresionarlos o darles algo de miedo, saliera lo que saliera estaría bien para mi - Soy Maxra, seguro lo saben - dije tratando de sonar presuntuosa - Tienes toda la razón, fuimos quienes cruzamos sus defensas, sin duda tienen unos artilugios muy peculiares, pero somos "guerreros" les aseguro que ninguno de nosotros moriría así sin más. Y él-señale a Mano Larga- se recuperaría en poco tiempo, pues esta acostumbrado a los golpes - Luego le miré rápidamente sacándole la lengua como él me había hecho cuando le alague, fue como un instinto, como quien dice: sígueme la corriente. Mientras esperaba que ninguno de mi grupo delatará lo que seguro estarían pensando: Maxra esta loca. 

Extendí la mano para que me la estrechase - Encantada - 

Sí todo salía bien, el hecho de pedir las cosas con naturalidad y sin dejo de ruego haría que no luciéramos necesitados y con suerte hasta se sentirían honrados de ayudarnos en la empresa. No supe que paso, pero seguí hablando - Zik, aunque tienen una gran defensa aquí, el mundo como lo conocemos pronto no será más y seguro que sabes sobre nuestra misión de frenar el andar del Mal Supremo y, erradicarlo tal en el pasado - Ahora toca la parte más difícil de mi plan - Seguro les gustará hacer algo en su contra, pues se ha llevado a individuos valiosos de todos lados. Además tengo entendido que se estaban aburriendo, jejej -dije como sí fuese obvio que harían algo para detenerlo también, lo cual significaba que nos prestaban ayuda. Era lo más cuidadosa para no mostrar que buscaba ayuda. Antes de que pudieran dar cualquier respuesta cambie de tema como sí ese tema hubiera quedado en acuerdo -  Se dice que la tecnología enana  es capaz de equipararse con la magia, me gustaría verla en su totalidad, a mí me gusta forjar armaduras en las fraguas y puedo restaurar cualquiera a su forma original - comente con entusiasmo, encargándome de omitir que no manejaba magia. 

En mi mente afloraba una idea horrible, y era sobre sí acaso me estaría convirtiendo poco a poco en una mentirosa. A mi me gustaba tener gran credibilidad por eso cuando pensaba en ello me aterraba.

- Bueno, bueno, basta de decir cosas buenas de nuestras cosas que al final me sonrrojaré, pequeña Maxra. - Dijo Zik con una sonrisa. - La verdad es que ya que estás aquí, no veo por que no podéis pasar a la ciudad. Yo os haré de guía. -

El hombre se puso serio.

- Sin embargo, tenemos que tener cuidado. La montaña está últimamente bastante peliaguda. No sé que se estará cociendo en el fondo de la misma, pero los remolinos han estado bastante inquietos ultimamente. - 

Zik se giró y miró a su compañero, que asintió.

- Así que, si me seguís, os daré un paseo por la ciudad subterranea. -

El enano cogió la delantera y os llevó por un camino de lozas oscuras hasta lo que parecía ser la entrada, con un puesto de guardia, en dónde había un enano que parecía estar dormitando. Traspasastéis la puerta sin problema, ya que ibáis con Zik, y cuando llegastéis a la plaza de la ciudad, pudistéis ver lo que era el mercado. A su alrededor, casas y comercios estaban en plena ebullición. La cuestión es que estabáis muy abajo de la superficie, y no sentiáis frío alguno. También pudistéis ver como de unas especies de bocas de tormenta, ascendía una especie de vapor de agua, que mantenía la ciudad templada.

-Te agradezco tu hospitalidad, Zik de los señores enanos. Nos gustaría detenernos un momento en el mercado, ¿no, Maxra? -dijo encaminándose hacia allí. -Una pena que Ela y Adaeric no pudieran entrar con nosotros, sospecho que no tardaremos en necesitarles. Pia tú llegaste junto a Adaeric no? Dime, ¿es uno de esos guerreros de noble corazón que nos habrían venido bien junto a nosotros? -dijo sonriendo. Y al ver el silencio de Mano Larga decidió actuar en consecuencia. -Por cierto puedes quedarte tú esta Perla si gustas Pia, te hará más hábil en toda capacidad al menos durante dos días. Luego te servirá de bien poco, pero bueno algo es algo no?

El paseo hasta el mercado fue sin problemas para Maxra, Zik no parecía un mal tipo para nada. Probablemente su buena actuación junto con la actitud de  Braka Bagim habían logrado camuflar su gran engaño. - Por supuesto, Braka - le dije feliz. - Por favor aguardanos Zik, no nos llevará mucho tiempo - pedí. 

Enseguida hable con el vendedor, aunque mi interés estaba puesto en la comida porque no había probado bocado en un tiempo apesar de tener algunas reservas y, eso era básicamente porque había guardado para compartirlo, pues no me podía permitir ser egoísta ahora que tenía un grupo. Termine preguntando sobre el "Cofre Especial del Maestro Herrero Visca La Parça" y "Dote Especial Ultra Secreta de los Hechiceros Enanos del Frío Sombrío" dando excusa de ser extranjera.  También me puse a examinar los guantes para saber que tan buenos eran. 

No sabía cuanto era lo que podía decirme el mercader por lo que le saque información sobre todo lo que acontece, nuestro viaje  y batalla contra el Mal Supremo. Todo el mundo debía de saber algo sobre eso así que no me cohibiría de preguntar. Finalmente pregunté algo que tardaría en responderme - No veo armadura alguna aquí, ¿tienes para venderme?. También me interesa cualquier material para la forja sí es que tienes -

-No conozco bien vuestras habilidades, maestros enanos. ¿Podríais recomendarme qué adquisición sería más útil para un guerrero como yo? ¿En qué consiste esa dote especial? ¿Y qué puede guardar ese cofre? ¿Y esos guantes contienen alguna magia imbuida?

Escucho al más grande de nuestros compañeros ofrecerme un objeto y le contesto inmediatamente:

-Guárdalo, mi querido Braka, y dámelo cuando realmente sea necesario, pues si para tí ahora no es útil y me lo das ahora, en el momento del combate quizás ya tampoco sea efectivo para mí. - Respondo a mi amigo. - En cuanto a Adaeric, efectivamente era un hombre de buen corazón y probable entusiasmo, aunque en el hacer fallara en ocasiones. Lo echaremos de menos si en alguna batalla nos vemos inmersos.

A continuación me dirijo al señor enano:

- Gracias por vuestra hospitalidad mis buenos señores. Servíos de contad con nosotros si en algún caso estos humildes viajeros pudieran ser necesitados. Si me disculpan, también me interesaré por vuestro estupendo mercado.

Me acerco a Maxra y le susurro: Un buen arco me habría venido estupendamente... pero quizás algo de esto pueda sernos de ayuda también. - Mientras tanto, miro los artículos y al buen vendedor que los merca.

Al oír la contestación de Pia Braka sonrió de oreja a oreja. -Mano Larga, Maxra, Pispantorín el goblin errante murió, y aunque ahora se haya de nuevo con los vivos y no es el primero que vuelve del reino de los muertos, antes de abandonar dicho reino me contó descubrimientos interesantes. Maxra, ¿recuerdas el enfrentamiento que hubo con Abaliv y la desconfianza hacia él? Siquiera otros paladines lo reconocían como miembro de la orden. Bien pues tenían motivos, pues resulta que Abaliv es un renegado, siervo del Mal Supremo, igual que su hermano Adaeric, supuesto paladín también con el que llegó Pia aquí presente y al cual acaba de llamar "de gran corazón". Si hubiese dicho que no lo conocía no la habría juzgado tan severamente, pero ahora estoy seguro de que ella es sierva del Mal Supremo también. Si algo pasara de aquí en adelante, ella sería la culpable casi con toda seguridad. Pia...no te daré muerte aquí y ahora por muchos motivos obvios, pero mantente siempre a la vista y actúa con mucha precaución...cualquier movimiento brusco podría significar tu fin, así como mi muerte confirmaría mis palabras. Si eres inocente solo tienes que cooperar y no habrá problemas, guárdate cualquier posible réplica para ti, a mí no me van a servir tus palabras de nada.

Tras sus duras palabras Braka no volvería a quitarle el ojo de encima a esa mujer. Éste volvió a referirse a los enanos como si nada hubiera pasado: -Señores enanos, ¿si os hago entrega de esta magnífica perla mágica se me abaratarían los precios? -dijo mostrándoles la Perla Verde.

Miro a Braka con incredulidad, mientras en mi mente se repite todo su discurso. ¿Pispantorín? ¿Abaliv? ¿Qué? Aunque su discurso es osado y quiere hacer oídos sordos a mi réplica mi voz resuena tras sus palabras:

- No me importa lo que mis palabras puedan influirte, Braka, ni tengo intención de excusarme ni a mí ni a nadie. Adaeric fue un buen compañero que nunca hizo nada en mi contra ni en contra de la gente con la que compartimos batalla. Si bien parecía más diestro de lo que en realidad resultó, siempre se ofreció a defender a aquel que lo necesitó en mi presencia, por lo que en lo que a mí respecta ya me ha demostrado más que vos, que nada habéis hecho ni por mí ni por los que me rodearon, aunque si he de ser justa, poca oportunidad habéis tenido. En cuanto a mí, podéis intentar darme muerte si lo preferís, pero de ser así, espero de vos que no lo hagáis por la espalda cual cobarde, sino de frente y en modo reglado, pues nada he de temer ni de ocultar. Ni pretendo mataros a vos ni a otros que no sean enemigos de mis amigos. Y si soy culpable de algo, yo misma lo haré saber cuando se produzca, pero ni me conocéis para juzgarme ni pretendo de vos ayuda alguna. - Replico claramente cabreada y ofendida.

- Y es más. Si os sentís todos más seguros así, solamente decidlo y avanzaré por un camino distinto al vuestro. Y no me refiero a vos, Braka, pues vuestro bienestar ya no me interesa más que por respeto a los demás. Eso sí, guardaos muy bien de difamarme de nuevo, o no necesitaréis culparme de algo incierto, pues yo misma y esta vez realmente, procuraré vuestro mal. A nadie le consiento tales desatinos dos veces. Nada más tengo que decir. Solamente esperar vuestra decisión, y con las mismas si fuera menester, separar nuestros caminos.

Mis ojos centellean y solamente mi educación y el respeto a los demás me impide en estos momentos comenzar una batalla entre nosotros. Aguardo la respuesta de mano larga y Maxra con los brazos cruzados aunque vigilante, pues no me fío de los posibles ataques por la espalda del grandullón. 

Estaba concentrada en mis cosas de gnoma cuando oí un susurro, me sobresalte a penas, pues no me lo esperaba. Así soy a veces: me pierdo cuando me maravillo con algo - Jeje, tienes razón. Me intriga saber que tienen los cofres enanos - le respondí a Pia. 

Luego Braka me hablo, pero mi mente no estaba preparada para esa revelación. Me lleve una mano al corazón que se me hizo helado por momentos. - Adae-ric ... Pia-a mmm - mi cabeza daba giros furiosos y endemoniados... no podía creerlo. Incluso sí decidía que su fuente de información era correcta... pero entonces "bingo" - Calmense, ambos dos esten separados por el momento - digo mientras me interpongo entre ambos, dandole espalda a Pia por estar más cerca mía y mirando a Braka.

- Les pido escuchen mi opinión - dije esta vez ladeandome para que ambos tuvieran de mí una vista de costado. - Yo no tengo desconfianza de ninguno de los presentes en este momento, aunque los conozco de días, puedo decir que buscamos lo mismo - Eso evitaba que Pia se fuera por lo que iba a decir a continuación - Sin embargo yo me fío también de tu fuente de información, nos es útil y es precisa. Ahora bien, tu informador podría no ser completamente franco, porque por como entiendo las cosas tu charlas con los muertos - mire al suelo un momento mientras repasaba cuanto tenía por decir - Y me pregunto, corregidme sí me equivoco, ¿acaso los muertos no pueden mentir también tanto como los vivos? -

Deje un tiempo para que pudiera Braka entender mi razonamiento, después - Abaliv me trae malos pensamientos, Evert solo me parece un inútil con suerte de estar vivo, pero en caso de que fuera un ciervo del Mal Supremo, entonces he de pensar que nos ha engañado a todos y de buen grado. Jajaja, aunque no pienso que tenga posibilidad de acabar siquiera con un niño - me puse un poco triste, mi risa había sido también algo amarga - Pia paso con nosotros la prueba, mientras Adaeric y Ela se quedaban atrás, ambos dos dicen ser de la Orden de la Luz, pero sí lo fueran ¿por qué no pudieron pasar una simple prueba?; sin ofenderos enanos  -  tenia mucho por decir, pero decidí dejarlo así.

Miré a Braka nuevamente - Toda la acusación contra Pia viene del hecho de estar en compañía de Evert. ¿Que tal sí no sabía nada sobre él realmente?. Otra cosa que debes saber es que me crucé tanto con ella como con Evert en la Ciudad del Viento. Podría haber sido yo la que viniera en compañía de Evert, aunque francamente no querría él venir conmigo, al momento de fallar en su intento de matar un gigante ciego que nos ataco deje en claro que no me fiaba de sus habilidades, incluso dormí en una habitación.... por lo que podrían haberme matado entonces... mira no digo que no tengamos precauciones, pero hasta donde nos has informado nada sabemos de Pia siendo una bruja malosa del Mal Supremo - 

Me gire y tome las manos de Pia - No me has dado ningún motivo para desconfiar y puede que se te halla juzgado demasiado pronto, me gustaría que me dijeras que información has recabado del día en que pedí tu ayuda. ¿Has dado con el paradero de alguna persona que halla sobrevivido a algún sombra? - 

No me suelo conmover, pero el hecho de que me diera la espalda tranquilamente y las palabras de Maxra casi lograron algo que jamás nadie había logrado. Antes de responder a su pregunta, la miro fijamente a los ojos, tomo sus manos y susurro:

- Gracias. - Solamente una palabra, pero más sentida que cualquier otro discurso que hubiera podido pronunciar. - Y lo siento, pero no he conseguido nada útil. Los ataques sucesivos mermaron cualquier mínima intención de hablar de la gente que habitaba aquella zona. El último ataque, al poco de que nos abandonaras y del que apenas logramos sobrevivir 5 o 6 personas, casi acabó con la ciudad. En cuanto a los que pelearon contra las sombras, se ocultaron increíblemente o murieron contra el mal. No hubo forma de encontrarlos. Lo siento mucho.