Partida Rol por web

Rincewind sabía que no podría lanzar ningún hechizo sin dormir hasta el día siguiente. Se encaminó hacia el colchon más cercano y se desplomó. Ya tendría tiempo para pensar mañana, o pasado mañana.

Erzo, taciturno, se separa del grupo para ir a la cama. Ya habría tiempo a la mañana siguiente para hacer todo lo que fuera necesario. En plena noche, sufre unos sueños raros, conocidos como Clarivedentzi supina, en la que un mago de sangre pura podía alcanzar a recordar hechizos usados en vidas pasadas sin necesidad de un entrenamiento exhaustivo.

Tras una noche intensa, os váis a descansar y dormís hasta el mediodía.

Al levantaros, ponéis las noticias y veis que la ciudad está en el caos. Se sospecha de una nueva enfermedad que hace que la gente muera y se pudran sus cadáveres. Ya se han detectado varios casos en la ciudad y ruegan a la gente tener cuidado.

La descripción de los cadáveres encajan con lo que ya habíais visto en la zona comercial.

Rincewind abrio los ojos sintiéndose mejor, aunque sentía que perdería el conocimiento en cualquier momento si no comía algo. Era momento de poner en práctica sus habilidades mejoradas en curación, confiaba en que la jugada saliese mejor que las curaciones de la pobre anciana.

Hey Murdock, déjame un segun tu anillo, quiero probar algo. Rincewind se lució lanzando una curación grupal, lástima que la cantidad sanada fuese terriblemente ridícula.

Yo ya he hecho lo propio, ¿quien quiere probar suerte? Dijo dejando el libro y el anillo sobre la mesa, desafiando con la mirada a sus compañeros a que superasen lo que acababa de hacer.

Se sentó en el sofá y abrió la APP de just eat, dispuesto a dejarse la herencia en pizzas y helados.

Erzo, algo más animado, se anima a hacer un hechizo algo más modesto que Rincewind. En  terminos de magia, se le ve más hábil, está claro. Recoge el libro y el anillo y se los equipa.

Tras quedar satisfecho con su derroche gasto de mana, pero efectiva sanación, deja el anillo y el libro en su sitio y se queda apoyado en el respaldo del sofa. 

Mientras estáis en medio de vuestras orgías de sanación, oís que alguien llama a la puerta.

Os asomais por la ventana y veis que se trata de Archer, que viene sólo.

Parece que mira la puerta con dudas, como si no supiera decidirse y seguir llamando, o tirar la puerta abajo

Rincewind, que ya se encontraba como nuevo, se acercó a la puerta. ¡¡YA VA!!. Abrio la puerta y vio a un archer un tanto descolocado. ¡Archer, eres tú! Adelante. Dijo con la boca llena, escupiendo trozos algo que parecia comestible. He pedido pizzas para todos, espero que traigas hambre. Hizo una pausa mientras entraba, esperando ver a su querida Mizuki. ¿Y Mizuki? ¿No ha venido?.

La señora Gume se siente mucho mejor tras los esfuerzos de sanación de sus compañeros. Cada vez nota el cuerpo más ligero y la herida del abdomen ya le está cicatrizando. 

Cuando se asoma a la sala común, ve a Archer ahí de pie, sin su master.

- Archer, ¿dónde está Mizuki? -inquiere con tono severo, subrayando las palabras de Rincewind y sin poder evitar mirar la televisión de la esquina de la habitación, que actualmente está informando de la nueva enfermedad de la ciudad.

Archer suspira entrando en vuestro refugio.

Buena pregunta - dice mientras se deja caer en un sofá, poniendose cómodo como si estuviera en su casa - O en la iglesia, o muerta, y en la iglesia. Sospecho que lo segundo

Archer reclama vuestra atención atención, mientras cuenta su historia.

Bueno, ¿recordáis la última vez que nos vimos? ¿que nos fuimos junto con Sakura a buscar la niña en la iglesia? Ya intente decirla que no era buena idea, pero insistió en ir a buscar a la niña.

La cosa es, que yo no puedo entrar allí por la barrera. Pues bien, me quedé esperando fuera vigilando oculto, mientras Mizuki y Sakura entraros ahí dentro.

Al de un tiempo, no se la verdad cuanto, es como si perdiese la noción del tiempo, noté que perdía el vínculo con Mizuki. No vi salir a nadie, pero a lo mejor había otra salida o algo.

He podido sobrevivir sin el maná de Mizuki gracias a mi habilidad de archer*, pero después de un día buscando sin éxito, estoy empezando a perder fuerzas, así que aquí estoy. Por algún motivo que desconozco, Mizuki confiaba en vosotros, y sólo no tengo ninguna posibilidad de victoria.

¿Que Mizuki está m-muerta? Rincewind no pudo evitar sentirse culpable al escuchar aquello. ¿Has podido averiguar algo más? Dijo mirando a archer, casi con enfado.

Archer niega con la cabeza.

Tengo mis sospechas respecto a Sakura. Se que no es un master pero es la principal sospechosa.

Archer sigue mirando vuestro refugio, y repara en que os falta un miembro.

¿Dónde está el estirado de la lanza? Ha  idode exploración o se lo han llevado por delante?

El lancero tuvo un digno final cuando nos enfrentamos a otro servant Caster en el templo, aquella zorra nos la jugó a base de bien. Ahora parece que Burdock y tú estáis en la misma tesitura, tal vez podáis llegar a un acuerdo.

Rincewind miró a Burdock, que llevaba 2 días sin hablar ni moverse, le tiró un trozo de pizza caliente a la cara para ver si reaccionaba.

En fin, parece que teneis cosas que hablar, voy a dar una vuelta y a comprar algo.

Me acercaré a la iglesia a dar un paseo, y de caminó pararé a hacer algún recado.

Rince cerró la puerta a su paso y dejó a sus compadres dentro, con la comida.

Rincewind había estado dándole muchas vueltas después de lo sucedido en el templo, debería haber aprovechado sus conocimientos en explosivos y cosas incendiarias en general, que para algo había estudiado en la universidad.

Se dirigió al almacen de suministros más cercano, con la intención de comprar materia lde pirotecnia y fabricar algún que otro artilugio (granadas incendiarias y liquido inflamable para rociar las mazas de Berserker entre otras cosas).

Parece que esta gente ha perdido el espíritu de lucha, parece que para hacer algo bien es mejor hacerlo uno mismo.

Erzo, que ve marcharse a Rincewind, jura por lo bajo. Más le vale no liarla ahora, no puede comunicarse  con nosotros. Quizá debieramos comprar esos aparatos del demonio llamados moviles, con su instagram, sus paginas web, sus... bueno, todo.

Con estas cábalas, Erzo queda espectante a ver lo que dice Burdock. Vista la anterior pelea, nos vendría genial un Archer.

Se aleja un poco del grupo y habla con Saber de algo.

Saber, ¿tu que opinas de todo esto? Tiene toda la cara de que Mizuki ya no está en este mundo, y además nos dieron una paliza en la anterior pelea... De no ser por ti, estaríamos todos muertos. No se si seremos capaces de enfrentarnos a todo lo especial que tiene esta guerra.

Berserker te sigue, no fiandose de que vayas a regresar sano y salvo tras salir solo por ahí.

Se te ocurre ir a buscar lo que necesitas a la zona comercial

Desde luego Archer nos vendría de maravilla para enfrentarnos a los enemigos que nos quedan. - Concluye Saber evaluando a Archer - Aunque hay que recordar que más tarde será un enemigo a batir, pero no estamos en condiciones de rechazar ayuda.

Yo creo que es de fiar al menos por el momento, podría habernos fastidiado en más de una ocasión y no lo ha hecho.

Lo que me preocupa es su historia. ¿Crees que la enclenque de Sakura habrá matado a Mizuki? Parecía que se tenían mucho cariño. Pero estoy casi segura que Mizuki estará muerta. Hay pocas cosas en el mundo que puedan cortar la magia de los vínculos que forja el Grial, se necesitaría algo como el noble fantasma que vimos de Caster, y ya hemos eliminado a los dos casters de esta batalla.

La señora Gume pone los ojos en blanco. Estos jóvenes cada día están más atontados, es como hablar con la pared. Será de tanto jugar con las maquinitas...

Suspirando, se dirige a Rider.

- Winnie, parece que esto va para largo -observa-. ¿Puedes asomarte al templo a ver si ves movimiento desde fuera? Tenemos que hacernos con él esta noche, temo que alguien haya podido venir entremedias -hace una pausa y la mira fijamente-. Por favor, que no te vean, no intentes nada raro.

Tranquila, seré lo más discreta posible. Vigilaré sin llamar la atención.

Observáis como Rider sale por la ventana, y ya empieza tropezandose antes de volverse invisible. No se la ve muy ágil hoy, pero igual ha sido casualidad