Partida Rol por web

Fervor de Buenos Aires (VLM)

Elizabeth

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31/05/2018, 15:53
Director

Hola. Me gustaría empezar la escena con Elizabeth, algo que no sea tan serio como lo del Baali, que tengo que pensarlo mejor con respecto a la trama. ¿En dónde querés que se encuentren y cuánto tiempo después del final de la partida anterior?

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02/06/2018, 00:21
Director

 

Escena 1 - Reencuentro

 

Habían pasado un par de meses desde aquella madrugada en que habían acabado con Gorgo, suceso que cambiaría para siempre las noches de ambos. Elizabeth estaba patrullando en el camposanto trasero, lejos de los mausoleos pero en cuanto te vio, o eso intuiste, comenzó a caminar hacia las parte vieja y desapareció a la vuelta de una bóveda estilo belle époque.

En cuanto entraste una lámpara votiva ardía dentro del recinto polvoroso y su figura felina yacía apoyada contra un ataúd de loza cerrado. -Vaya, vaya, vaya... ¡Miren a quién trajo la luna! Pero si es el flamante Administrador del principado -una sonrisa adornó sus labios pálidos, apenas rosados.

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03/06/2018, 21:51
Dr. Franco Noble

Por fin la Unicornio y el Pegaso están libres para compartir lo que vendrá.

Y pronto, muy pronto, no tendrán ataduras con ninguno de los suyos.

Y no tan pronto, ni tan distante, verán florecer los frutos de lo que han sembrado.

Hasta entonces, que sea la pasión quien temple el equilibrio entre el poder y la libertad,

mientras crece un amor que no perece.

Franco repasaba las palabras que le había escrito a la Tremere un par de noches atrás mientras entraba al Cementerio de la Chacarita. Era un lugar cuyo dominio se habían repartido, un punto en común que al Giovanni le parecía romántico y sensual, aunque no estaba seguro si la vampiresa lo vía del mismo modo. Pudo ver su sombra en las cercanías de una bóveda de exquisita arquitectura, las siguió y al entrar la vio apoyada sobre un ataúd. Le sonrió al verlo y Franco sintió que su corazón latía al verla.

- Dichosos los ojos que están viendo a la flamante Primogénito, la Tremere más poderosa del Principado - dijo devolviendo la sonrisa. Caminó hacia ella a paso seguro, tomó su mano y la besó con dulzura inclinándose levemente  - Rebozas de belleza y de poder, mi dulce unicornio- Luego se incorporó y la miró a los ojos en silencio, Franco se perdía en esos ojos, había inteligencia y pasión en ellos, poder y ambición como ningún otro vástago de Buenos Aires mostraba. La volvió a besar, esta vez no fue en la mano sino en la mejilla, y mantuvo su rostro cerca del de ella, a pocos centímetros.

- Hemos llegado lejos juntos, mi querida compañera, y no hemos festejado aún - la tomó de la cintura con fuerza y acercó sus labios aún más en un movimiento seductor - no nos merecemos este premio?- preguntó con sus labios casi rozando los de ella, dispuesto a besarla pero sin imponerle nada, la libertad era un lenguaje sagrado entre ambos, la base de su confianza, e incluso cuando sus pasiones estaban en juego le concedía el derecho a elegir.

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05/06/2018, 16:23
Elizabeth Lamothe

La sonrisa de la tremere la delató, un brillo especial iluminaba sus ojos. -Mi querido giovanni, ¿dulce yo? -alzó una ceja divertida y juntó sus brazos alrededor del cuello de su compañero, aceptó que acercara su cuerpo al suyo y ella movió las caderas también seductoramente, aunque con sutileza. Antes de besarlo se mordió los labios como si en realidad deseara comérselo de un bocado. Y eso hizo.

Unió sus labios a los del nigromante lenta pero apasionadamente y luego tomó su rostro en sus manos, palpando su piel fría y lozana, la textura de la piel de los vástagos y las sutiles diferencias con las de los humanos siempre le habían fascinado. -¿Todavía recordando aquella noche en la azotea, eh? -susurró contra los labios de Franco apenas separándose -Tengo que reconocer que ha cruzado mis pensamientos cada noche desde entonces... -escurrió sus manos por el pecho del giovanni disfrutando del tacto de la camisa, siempre tan formal, y le dedicó una sonrisa tan lasciva como siniestra.

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08/06/2018, 21:30
Dr. Franco Noble

El apasionado beso de la Tremere hechizó al Giovanni una vez mas, esa vampiresa no solo era hermosa y seductora, era poderosa e inteligente, siniestra y manipuladora, el mejor complemento para un Pegaso que carecía de ataduras. -Hermosos recuerdos, mi querida Elizabeth, que tengo intenciones de renovar- volvió a besarla pero esta vez sus manos recorrieron las curvas de su cuerpo, acariciando su piel carente de vida. Se dejó llevar por la pasión que había entre ellos, pero sin salir del juego distante, la misma atracción los unía y los separaba, y el deseo por lo que podrían tener era algo que él pretendía mantener avivado. En lugar de seguir el instinto de desprender el vestido de la Magi, llevó su cabeza hacia atrás alejando sus labios.

- No tengo apuro en vivir a pleno nuestro momento, mi querida Unicornio - sonrió con una mirada cálida y sensual - tenemos toda la eternidad para compartir -. Ella le había hecho saber que ya había sido lastimada una vez, y el Giovanni no quería que volviese a atravesar el mismo dolor, la esperaría hasta que sus dudas se hayan agotado y se sintiese cómoda para dar el paso que se habían prometido dar.

- Hablame de ti, Elizabeth, como han tomado los tuyos que seas su nueva Primogénito?- le daba curidosidad como habrían reaccionado Klement y Yamski, e incluso los demás Tremere, ante su nombramiento.

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11/06/2018, 01:19
Elizabeth Lamothe

Mientras recorrías sus curvas la tremere hizo lo mismo contigo y pudiste notar que sus manos se crispaban ligeramente pugnando por no separar su cuerpo del tuyo; finalmente cedió y te dejó tomar distancia. Roló los ojos cuando le preguntaste sobre el clan -¿Esto es un encuentro sensual o un intercambio de información? -preguntó sarcástica, se alejó de tu agarre y dio una vuelta por la habitación mientras hablaba -Sorprendentemente, Ricardo me ha ofrecido su ayuda incondicional y Yamski se ha retirado a sus dominios en el Sur de Buenos Aires. Obviamente, no creo en las palabras de Klement, tendrá que probar su lealtad... -sonrió con maldad -Y Yamski... No puede significar nada bueno que haya adquirido este bajo perfil -conjetura y se apoya contra la fría superficie de un mármol, toma unas flores secas y las desmenuza con las manos, esas manos largas y elegantes de pianista.

-Hay algo que debes saber, Franco -anunció solemnemente -Jules está vinculado a mí. Lo ha hecho a pesar de que le he dicho que no quería que lo hiciera... Él cree que voy a corresponderle, pero yo... Cada vez que estoy con él pienso en alguien más -las palabras resuenan mientras te da la espalda, puedes ver su perfil al pronunciar esta última frase. -Te advierto que voy a hacerle creer que soy suya, puede serme muy útil -dudó si agregar algo más, pero finalmente lo hizo -No sé si te interesa o no saberlo.

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11/06/2018, 02:19
Dr. Franco Noble

El roce de los cuerpos y las sensuales caricias con Elizabeth lo habían puesto de buen humor, su rostro se mostraba alegre y satisfecho, como el de un adolescente en un noviazgo. Franco sonrió ante la pregunta sobre el motivo del encuentro, ella era para él su reina, su par, su secreto, su unicornio. La sensualidad los unía, pero el Govanni le estaba permitiendo ir aún más allá. El intercambio de información entre ellos era simple cortesía. Escuchó su comentario sobre los miembros de su clan - Nunca confíes en un Tremere - dijo seriamente, y luego rió, acercándose y besando sus labios un segundo después.

La noticia sobre Jules, sin embargo, endureció su rostro, un gélido silencio sopló en medio de ellos. El Ventrue era su amigo pero ella era su Reina, no quería burlarse de él ni quería perderla a ella. Sus ojos se enjuagaron con un brillo de dolor, pero sonrió levemente y su voz sonó cálida y caballerosa a la vez - Entiendo... eres libre, prometimos no atarnos y darnos el tiempo que necesitemos, y tiempo es lo que más tenemos, Elizabeth. No niego que me gustaría que sea conmigo con quien pases esas noches...- estiró su mano y tomó la de ella - todas las noches - ese era su sueño, su proyecto, el futuro que veía en los siglos por venir. - Pero entiendo que ese vínculo te es útil, así que usa tus juguetes como gustes, solo evita poner en tu cuello un lazo, mi querida unicornio, bastante nos cuesta cortar la cadena del maldito anciano como para agregar una mas - tiró de su mano, atrayendo su cuerpo hacia él y volvió a besarla - Puedo saber quién es ese alguien más en el que piensas?- dijo, mirándola a los ojos, disfrutando del juego de seducción - Acaso lo conozco?- sus labios sonreían levemente y volvieron a unirse a los de ella antes de que pudiese responder.

- Tiradas (1)
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11/06/2018, 03:11
Director

Notas de juego

¿querés saber si miente en qué? ¿Jules, Yamski o qué de todo lo que dijo? XD

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11/06/2018, 03:20
Dr. Franco Noble
Sólo para el director

Notas de juego

 

¿querés saber si miente en qué? ¿Jules, Yamski o qué de todo lo que dijo? XD

no no... le creyó todo eso XD 

Quiere saber si miente en su pregunta (no sea cosa que haya "amor" no correspondido XD:

- Puedo saber quién es ese alguien más en el que piensas?- dijo, mirándola a los ojos, disfrutando del juego de seducción - Acaso lo conozco?- 

 

¿querés saber si miente en qué? ¿Jules, Yamski o qué de todo lo que dijo? XD

 

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12/06/2018, 02:20
Elizabeth Lamothe

La tremere casi te reprochó tus preguntas con la mirada pero como no le diste tiempo a contestar solo se limitó a besarte con igual intensidad depositando sus manos en tus caderas, jugando con el borde de tu pantalón. Apenas separó sus labios de los tuyos para decirte -Tengo que confesarte que hay un giovanni con el que me gustaría revolcarme en alguna tumba... o mausoleo -sus ojos grises azulados recorrieron el techo del lugar juguetonamente, sus labios rosando los tuyos mientras hablaba -Pero él parece muy serio y no sé cómo abordarlo sin sentir que lo estoy pervirtiendo -sonrió de lado, maquiavélicamente, alzando una ceja divertida -Por más ridículo que suene -agregó.

Sus manos te sujetaron con más fuerza que antes y tiraron tus caderas hasta que quedaron contra los suyas que se movieron sensualmente pero con sutileza, estaban tan cerca que podías sentir sus pechos apretándose debajo de su vestido contra tu pecho y los pezones punzando tus pectorales -A mí también me gustaría pasar esta noche y todas las noches con usted, Doctor Noble... -musitó juguetona y se alejó para dar unos pasos, rodeó la tapa de mármol de la tumba y se sentó en ella, fue en ese momento, bajo esa confesión tan obvia que no te quedaron dudas de que quien rondaba sus pensamientos no eras otro que tú, por si no te había sido suficiente con la referencia a tu clan -Y el hecho de que no podamos hacerlo público y de que Yamski se moriría definitivamente si lo supiera me es demasiado excitante como para controlarme.

Notas de juego

No, no te miente en absoluto.

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17/06/2018, 01:42
Dr. Franco Noble

Franco puso las manos en las nalgas de la Tremere cuando ella llevó su cuerpo contra el de él, ambos podían sentir la piel del otro y sus labios estaban apenas a unos centímetros de distancia - Ese Giovanni es un afortunado - sonrió, mirándola a los ojos - Tal vez vaya siendo hora de que se anime a pervertirlo - dijo y la beso por unos segundos.

- Que ironía que Yamsky haga que este momento sea aún más excitante... aprovechemos entonces, porque pronto no estará entre nosotros - dijo, mientras llevaba una de sus manos al pecho de la mujer - Elizabeth, te liberaré de esa molestia, tarde o temprano conocerás la libertad de la que disfruto - besó su cuello y abrió su blusa descubriendo sus senos - Nos bañaremos en su sangre... tu y yo- la idea de acabar con la existencia de ese antiguo lo excitaba a él también*. La empujó contra la pared de la bóveda, sus cuerpos se fusionaban poco a poco, él sentía sus pezones y ella su virilidad presionándola, mientras sus lenguas jugueteaban.

El Giovanni la guió hacia el frío piso, entre los ataúdes, mientras se abría paso entre las prendas de la mujer. - Podría ser esta la primera de muchas noches? - Sacó su propia camisa dejando su cuerpo semidesnudo frente a ella, el bello de su torso buscaba los senos de su amante, en un juego que apenas comenzaba.

Notas de juego

* gastará un punto de sangre para poner en funcionamiento todo su instrumental :)

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05/07/2018, 23:27
Elizabeth Lamothe

Elizabeth dejó escapar una exclamación muda de placer cuando Franco le abrió la camisa y la descubrió hábilmente para su deleite, los ojos de la magi brillaron especialmente cuando se mencionó un baño en la sangre de un viejo carcamán que ya había visto demasiadas lunas.

Se dejó guiar al piso aunque hubiera preferido llevar la empresa parada por si había sorpresas, aunque lo dudaba. Su lengua se hundió en la boca del giovanni sin piedad cada vez que este le daba la oportunidad, su sangre ya caliente le hacía notar el frío del piso y el cuerpo masculino sobre el suyo, ansioso de que la poseyera. -Podría... -contestó y se detuvo unos minutos para observar ese rostro tan particular y tan hermoso para ella -Espero que lo sea -se atrevió a deslizar con sinceridad, sintiendo con placer la vulnerabilidad a la que se estaba exponiendo. Nunca en su vida, mortal o inmortal, pensó que fuera posible estar tan subyugada por un vástago, nunca pensó que su corazón pudiera sanar de todo el dolor por el que había pasado para fijarse en alguien más... El hecho de que fuera giovanni, casi un rival taumatúrgico, la excitaba más de lo que estaba dispuesta a admitir... Si la descubrieran podía ser fatal, aunque fuera primogénita y pudiera echar un manto de sombras sobre la ciudad.

Bajó sus manos por el pecho disfrutando del tacto, del calor; aspiró su perfume masculino, un milagro que solo se daba en oportunidades como esta. Sus manos continuaron la trayectoria hasta el pantalón, se deshizo del cinturón y sin preámbulos tomó el miembro en sus manos y la recorrió a conciencia memorizándolo y también avivando a su amante, incitándolo. -Entonces, ¿Vas a hacerme tuya o me vas a hacer sufrir más tiempo todavía? -alzó las piernas y las cerró detrás de la espalda de Franco y lo miró desafiante y sumamente divertida.

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11/07/2018, 16:22
Dr. Franco Noble

-Tu no eres de nadie mi reina... - dijo mirándola a los ojos, un juego de palabras que indicaba libertad y a la vez una mutua sumisión entre ellos - eso es lo que te hace irresistible - la besó profundamente mientras sus sexos chocaban entre sí. Apretó su torso contra los senos de la Tremere y poco a poco se abría camino en el interior de la mujer. Era una sensación anhelada, soñada por Franco desde que la había conocido, y en algún punto sagrada. El cementerio era un lugar inmejorable para la unión entre los dos vástagos mas peligrosos de Buenos Aires, sus mentes se habían aliado por propia elección, sus corazones sin embargo, latían fuertemente sin que su voluntad interviniese en ello. - Mi bella unicornio- dijo y sus pelvis chocaron entre sí, poniendo un límite a la fusión entre ambos. 

El Pegaso era libre y la Unicornio poderosa, pero poco a poco, él ganaba poder y ella libertad, ese era el fruto de esa unión. Poder y Libertad. Una combinación invencible, destinada a estar sobre todo y sobre todos, ni la muerte podía alcanzarlos, el mundo era para ellos dos. Y en esa bóveda sus cuerpos daban testimonio de una alianza perpetua. Franco se movía a un ritmo casi salvaje, sintiendo en cada avance el roce con su compañera. Escuchaba sus gemidos y sumaba los suyos a un canto sin testigos, el sudor del Giovanni empapaba el cuerpo desnudo de Elizabeth y por unos instantes sus mentes guardaron silencio y dieron lugar al éxtasis más intenso que un hombre y una mujer podían sentir. 

Los movimientos de Franco eran firmes y viriles, dominantes pero no salvajes, encarnaba sobre sí mismo su propia juventud, con rasgos de otro tiempo, de un caballero de los años '30, un compadrito porteño de un siglo atrás, dónde la fuerza y la caballerosidad distinguían al hombre, en un juego que no terminaba hasta conquistar a su mujer, que era el centro de su existencia. Franco tuvo que esforzarse para que ese momento no se interrumpiera antes de lo esperado, quería que Elizabeth llegase tan alto como él, o más si es que eso era posible. Sus manos apretaron los brazos de la mujer sin dañarla, y sus ojos brillaron en un destello. Su rostro mostraba cierta beatitud al sumergirse en un placer incomparable.