Partida Rol por web

La búsqueda me resulta infructuosa, mirando alrededor y solo creyendo encontrar lo que al principio me pareció que era una flor un poco aplastada, aunque al comenzar a acercar la mano me di cuenta de que era alguna clase de pequeña alimaña, retirándome por si era venenosa*.

Me acerco a Serena cuando dice que tiene una y observo con atención la flor que muestra, negando con la cabeza ante su pregunta y haciendo un gesto de disculpa un poco avergonzado por mi falta de atención hoy.

- Busquemos un poco más antes de cambiar de zona. -sugiero, tratando de enfocarme esta vez, aprovechando que ya he visto una gracias a ella, para no dejar lugar sin otear en este lugar. Contra menos desplazamientos, menos probabilidad de enemigos peligrosos.

Tus dos compañeros asienten y seguís buscando aquellas flores.

Y buscáis.

Y buscáis...

Pero nada... Parece no haber ninguna más en aquella zona por desgracia...

Una vez alzas la vista del suelo, tras la infructuosa búsqueda, ves en la distancia a alguien...

Una joven de indumentaria... Peculiar.

Camina con tranquilidad, silbando una melodía y moviéndose con alegría. 

Mira en un par de ocasiones, como buscando el camino a seguir, mientras se sigue internando en el bosque.

Por lo que parece no os ha visto.

Rebuscamos bien en la zona hasta cerciorarnos de que efectivamente no queda ninguna aquí. Lamentablemente, nadie dijo que esto fuese a ser muy fácil, entonces me enjugo el poco de sudor que corre por mi frente, el ambiente del bosque propiciaba tal cosa, con lo que finalmente digo:

- Nada, diría que... -la frase queda a medias cuando veo a aquella muchacha estrafalaria vestida de colores brillantes (eh, hay quien adora que los mosquitos se ceben con su persona al parecer), tras lo que sacudo la cabeza un poco anonadado por ello y continúo- Diría que en esta zona Serena se ha llevado la única flor. Busquemos otra. -sugiero, avanzando un poco más hacia el centro a menos que vea otro camino viable hacia las flores (se entiende, camino en el que no piense que me voy a meter en un nido de monstruos como un idiota). 

Por lo que ves, desde donde estáis, hay un camino de tierra que lleva hacia las profundidades del bosque.

Hay un segundo camino, menos visible pero presente, que parece haber sido menos transitado. Aquel, sin duda, tiene todo el aspecto de ir hacia el centro del bosque, precisamente donde se han visto los nidos de monstruos.

Mientras que, la particular chica, se está internando por medio de los árboles: campo a través. 

No sabes donde puede llevar el camino de tierra -seguramente no a los nidos de monstruos-, mientras que, internándose en el bosque, tampoco sabes si esa chica sabe a donde va o no... Aunque, si sigue así, seguramente se cruce con algún monstruo pronto... 

Sin aparente preocupación por la persona que estaba vagando por el bosque, a menos que alguno de mis amigos sugiera que debemos ir tras ella, opto por el camino de tierra. Mejor evitar las zonas con más monstruos si no eran necesarias.

Dejando a aquella desconocida de lado, seguís internandos en el bosque por el camino de tierra.

Así os vais internando en aquel lugar hasta que llegáis a una zona más abierta.

-¡Tengo una! -dice Claus sacando una flor púrpura de entre uno de los matorrales-. ¡Tengo una! -repite contento-. ¿Cuántas se necesitan?

Mientras la pregunta se mantiene en el aire, notáis como unos matorrales se mueven a vuestro alrededor.

De inmediato Clauss hace aparecer su ametralladora y Serena sus cestus.

Mientras avanzamos por el camino, me mantengo ojo avizor por si encuentro alguna otra flor.

Cuando llegamos a una zona más despejada, Claus logra encontrar otra de esas flores, preguntando cuántas había que encontrar.

- Supongo que dos cada uno también, ¿no? -sí, bueno, yo tampoco soy el chocobo más rápido que se diga en términos mentales.

Al notar movimiento en unas plantas, realizo un giro sobre mí mismo, llevando las Alas de Cuervo de su posición a mi pose de combate (de lado, con uno de los filos en dirección a la zona de la que viene el movimiento, pero hacia el suelo y el otro extremo más arriba y atrás de mi hombro derecho. Por desgracia aún no sé emplear la posición que usaba El Cuervo).

Una vez preparado, miro serio hacia la maleza sin perder vista de mis alrededores.

Todos os ponéis en guardia, esperando que lo que sea que esté cerca aparezca...

Y esperáis...

Y esperáis...

Hasta que, de los matorrales, surge una especie de conejo.

Parece tranquilo... Mirando a su alrededor y comiendo hierba con calma.

Si os ha visto, parece que no le importa demasiado, ya que sigue a lo suyo.

No parece prestaros atención...

Lo que sea que ha movido los arbustos tarda un buen rato en salir, y por mi parte me mantengo prácticamente estático, salvo ligeros movimientos para comprobar los laterales y las plantas detrás nuestro con el mínimo movimiento posible, solo ojos y un poco la cabeza, enfocado en el lugar de la posible amenaza.

Cuando la criatura sale de la maleza, me quedo un poco extrañado de ver lo que es, tanto más porque hace poco he consultado las criaturas de este bosque. Por tanto, decido que probablemente sea de agradecer por parte del Jardín un pequeño análisis de esa cosa, así que comienzo por lo menos invasivo.

- No os mováis mucho si no se pone agresivo... -susurro a mis compañeros, llevando la mano izquierda a mi pecho, reuniendo la energía mágica necesaria para lanzar un hechizo Libra a la criatura, pues es lo que más datos puede aportarnos al respecto.

Sin dificultad, lanzas la magia libra y la información aparece ante ti.

NOMBRE: Conejo de las praderas.

PV: 200

Animal inofensivo que no suele atacar. Rápidos y veloces. 

A veces se les caza por la calidad de su lana.

Con la primera parte (una parte interesante) de la información reunida, empleo ahora mis poderes para verificar qué magias tiene disponibles la criatura, aunque sé que probablemente eso llamará su atención, sea o no algo agresivo.

- Su lana es valiosa. ¿Lo abatimos si sus magias no son demasiado devastadoras? -sugiero, pues aunque los recursos siempre son buenos, no sé hasta qué punto querrán enfocarse en la misión sin más.

En cuanto intentas extraer, no solo te das cuenta de que no posee magia, sino que el conejo reacciona y sale corriendo internándose en el bosque de nuevo.

-Ya tarde -dice tu compañera-. Si intentas extraer magias a algo o a alguien, este se da cuenta.

La chica se acerca al lugar donde estaba el conejo.

-Aunque hay que ver el lado positivo -se agacha donde estaba y revuelve la hierba-, estaba olisqueando esto.

Se levanta y os enseña dos flores.

-Ya tenemos tres. Creo que con esto tendremos suficientes. Pero, si preferís, podemos seguir buscando.

Miro de reojo a Serena cuando afirma lo de la extracción, respondiendo con tranquilidad:

- Lo sé, pero no quería arriesgarme hasta tener una información más completa. 

A pesar de ser uno de los SeeD del Jardín y de tener una capacidad de combate considerable, podía pasar por un obseso de la información por esa máxima de siempre buscar las fuerzas y debilidades del rival.

El hecho de que la joven se de cuenta de la flor antes que yo me hace apretar un poco la mandíbula. Por un lado, sé que es lista y probablemente tenga razón y sean suficientes, por otro lado... yo no he encontrado ninguna, y el orgullo me impediría aceptar un pago por una misión en la que no he aportado nada.

- Quiero encontrar alguna más. -dejo simplemente, ¿quizás a estas alturas conozcan mi orgullo en ese aspecto?

Serena y Clauss asienten.

-Si quieres que encontremos más, creo que habrá que internarse un poco más en el bosque. Eso quiere decir...

Se encoge de hombros.

-Ir a la parte peligrosa. Seguro que donde los nidos de monstruos hay muchas más flores. ¿No os parece? -pero antes de que puedas contestar, prosigue-. Pensarlo bien: la mayoría de los estudiantes no se acercarían allí, de manera que habrá muchas más flores en aquel lugar. A lo mejor nos podemos hacer con cinco... -en eso sus ojos se iluminan-, ¡incluso decenas! ¿Sabéis las recompensas que podríamos tener?

Parece que vuestra compañera iba a decir algo, cuando notáis que las pulseras empiezan a vibrar y se iluminan con una luz roja.

-¿Pero qué? -dice ella mirando la pulsera.

La alza y la toca, y se abre una pantalla con un mensaje en rojo.

-Mensaje de emergencia a todos los estudiantes del jardín -empieza a leer en voz alta-. Regresen al Jardín de inmediato. Es una orden. Firmado... Director Almasy.

Tras leerlo os mira.

-Es la primera vez que recibimos un mensaje así.

Solo asiento con la cabeza cuando hablan, aunque se me ocurría que si seguíamos rodeando la zona central sin entrar del todo podíamos encontrar algo más, no obstante, el tono extrañado de Serena me saca de estas ideas, mirándola directamente cuando dice esto, a la expectativa de que se explique. Mientras lee, miro hacia mi pulsera por si se ve la alerta, no parándome a leerla en tal caso y diciendo directamente:

- Corramos, entonces. -digo simplemente, aunque me escuece tener que dejar esto a medias, pero incluso antes que el Orgullo está el Deber en mi código.

Asintiendo hacia ambos, tomo la delantera en el camino de vuelta, decidido a abrirles paso y mantener una marcha rápida en la medida de lo posible.

Los tres, al leer el mensaje, volvéis corriendo al jardín. 

Por el camino, como era habitual, os encontráis con varios monstruos que os salen al paso. Por suerte para ti, las veces anteriores has aprendido y esta vez logras defenderte sin problemas de todos los ataques y adversidades. De manera que, los tres, llegáis al jardín sin problemas.

Allí el lugar está lleno de estudiantes y el ambiente está, cuanto mínimo, caldeado. 

-Vaya... Creo que es la primera vez que pasa esto.

Comento tu amigo al ver aquella situación.

-¿Algún tipo de llamada de emergencia? 

Pregunta encogiéndose de hombros.

Tras un avance rápido por los campos en el que ahora sí me cuelo ferozmente entre los enemigos, abriendo camino sin piedad, llegamos al Jardín para encontrarlo, como era de esperar, hecho un hervidero de actividad. Suponiendo que la mayoría de estudiantes estarán tan confusos como nosotros, busco con la mirada a alguien con mayor rango que nosotros para preguntar si sabe al respecto, a menos que haya algún lugar donde parezca que están dando información al respecto.

Por lo que ves, no parecía haber un punto de información ni nada por el estilo... Solo gente.

Por desgracia, los SeeDs de aquel jardín no tenían ningún símbolo identificativo ni nada que les diferenciaba del resto de los estudiantes. 

Lo mismo pasaba con los profesores o personal docente: podrían parecer un alumno más.

Por suerte, gracias a tu entrenamiento, sí que hay algunas personas que te llaman la atención.

Tal vez alguno de ellos sí sepa algo... 

Hago un pequeño gesto para llamar la atención de Serena y Claus, a los que les comento:

- Voy a preguntar a ver si alguien sabe algo. -les digo simplemente con un asentimiento, antes de buscar a la muchacha encapuchada de la "tecnoguadaña" (funciona así, ¿no? Hay quien insiste en ponerle "tecno-" delante a todo lo que tiene aspecto moderno).

Me detengo a varios pasos de ella y la saludo con tono tranquilo.

- Saludos. -comienzo con tranquilidad. Por fortuna la capa era de color rojo y la ropa violeta, pues si la ropa fuese roja me daría bastante peor espina por mi pasado- Perdón por la molestia, ¿alguna idea de lo que sucede? -pregunto manteniendo una pose relajada.

Tras el camino de vuelta, ya he limpiado mi katana de doble hoja, aunque aún no me ha dado tiempo a envolverla para que parezca un bastón, como suelo hacer a menudo en el jardín.

La chica, cuando se acerca, te saluda con un gesto de cabeza:

-¿Idea de lo que sucede? -pregunta de forma escéptica.

Señala la pulsera y el mensaje en rojo, el mismo que os llegó a vosotros.

-Es una llamada de emergencia... Tarde o temprano nos enteraremos de lo que ocurre. Hasta entonces, solo nos queda esperar.

Después de decir esto se encoge de hombros.

Si tiene más información parece que no quiere compartirla.

O, simplemente, no sabe más.