Partida Rol por web

El día había empezado hacía tiempo y estabas dispuesto a exprimir cada segundo y minuto de tiempo.

Por eso, tras un entrenamiento y su merecida ducha, decides ir a la cafetería buscando a tus amigos.

Allí, como era de esperar, había todo tipo de personas desayunando. Algunos en grupos y otros en mesas solitarias.

En una de las mesas ves a dos de los SeeDs del jardín.

El chico más joven, el ataviado con el uniforme de SeeD, era Albert Alterions. Por su edad podría parecer un estudiante más, pero en realidad era el jefe del departamento de exploradores. Un joven alegre y risueño que desentonaba un poco con la seriedad del jardín.

El que había sentado con él era Peter Petronest, otro SeeD. Su indumentaria, muy alejada del uniforme del jardín, estaba mucho más adaptada a un campo de batalla que a una escuela. Por lo que sabías era el jefe del Departamento de Combate y siempre portaba dos espadas, aunque nunca le habías visto luchar.

Por lo que sabías del jardín, algunos alumnos podían entrar en los diferentes departamentos. No era tarea sencilla, pero el entrar en un departamento te hacía gozar de cierta fama y reputación, por no hablar que, las misiones de los departamentos, tenían mejores recompensas.

En otra de las mesas se encontraban otras dos profesoras.

La rubia, Electra Elneist, es la jefa de estudios. Es decir, la segunda al mando en aquel lugar. Fría, distante, pero con un excelente ojo para los estudiantes. No le costó mucho tiempo calarte.

Su acompañante destacaba no solo por su pelo, sino también por llevar una indumentaria bastante futurista y tecnológica. Pero, al fin y al cabo, no se podía esperar menos de la jefa del departamento de armamento. Ella fue la que examinó tu espada al llegar y la que te dio tu nueva armadura. Y es a ella, o mejor dicho, a su departamento, a quien tenías que acudir para mejorar tu equipo.

En otra mesa, apartado, trasteando con su pulsera, había un chico solitario.

Por lo que sabías, era uno de los estudiantes que había entrado en el departamento de armamento, por lo que él también se encargaba de las mejoras. 

Por otro lado, a parte de la pulsera que todos lleváis, siempre iba con un gran maletín rígido a la espalda. Muchos son los rumores que dicen que la pulsera no podía "resistir" o guardar el arma que usa, y que él mismo se hizo esa maleta para poder llevarla. 

Sobre el arma que usa... Es todo un misterio.

En otra mesa, también solo, había un chico rubio.

Por lo que sabías, era uno de los nuevos que habían entrado en la última prueba de acceso. Es de los pocos estudiantes en el jardín que usa Cestus para combatir.

No sabías mucho más sobre él, aunque sí que, si quisieras saber más sobre dicho examen, él sería el más indicado para preguntar.

Por último, leyendo, ves a Robert Redwing.

Era otro estudiante y trabajaba en la biblioteca.

Sabías que no era un departamento como tal. Más bien era un trabajo que podían hacer los estudiantes para ganar algunos guiles extras. Pero, lo que había llegado a tus oídos, es que Robert era el estudiante que más tiempo llevaba trabajando allí. Por lo que, a la hora de buscar un libro o información, era la persona indicada.

A parte de estos, había algunos alumnos más desayunando... Aunque nadie que te llamara especialmente la atención...

De manera que allí estabas, en la cafetería, con tu bandeja llena de comida y deseando empezar.

Tras esperar un breve rato a que mis amigos llegasen sin suerte al respecto, decido que es mejor aprovechar el tiempo. Hay personas muy variadas en el comedor, aunque solo unos cuantos llaman de verdad mi atención, si bien me enfoco en uno en concreto. No es precisamente la persona más "afín" a cómo soy yo, pero sí es quien más me puede ayudar, además del hecho de que esa afinidad solo implica divergencia en nuestras dedicaciones, puesto que respeto su manera de dedicarse a campos en los que yo no medraría.

Así pues, con paso firme pero tranquilo me acerco a la mesa en la que desayuna solo¹ Robert Redwing, pasando a saludarle con formalidad.

- Saludos. -le digo con una pequeña inclinación formal- ¿Permitirías a este novato² sentarse contigo? -pregunto con bastante formalidad.

Ante la confirmación de Robert, me coloco frente a él, dejando la bandeja antes de sentarme yo para después juntar las manos y decir:

- Que aproveche. -y tomar un bocado antes de comenzar a hablar- He escuchado que eres la persona idónea a quien pedir ayuda para investigar. Tengo varios temas en los que creo que alguien con tu experiencia podría ayudarme. -comento con voz tranquila- Me gustaría buscar información sobre una guerra que se libró hace bastantes siglos contra Trabia, creo que antes de la época de los Jardines incluso, si bien era una época en la cual comenzaban a respetarse los magos de Trabia y las técnicas superiores de Galbadia, en técnicas de forjado y semejante, ¿te suena? -pregunto con tranquilidad.

Ante la negativa de Robert, solo asiento de nuevo y me retiro a otra mesa a comenzar a comer, de manera pausada, mientras espero por si aparecen mis compañeros.

¿Aquel chico? ¿En el barco…?

-Qué extraño… ¿Qué intereses puede tener alguien como él? -comenta recordando el escaso momento que le había visto- Sí, claro. Mejorar algo así no será complicado. Sólo necesitaré algunos materiales. ¿Puedo echarle un vistazo? O, si lo prefieres, vamos antes hasta el Jardín.

Cualquiera que sea la respuesta, Riha sigue hablando.

-Entonces, ¿estuviste con alumnos de Galbadia en el Aquila? ¿No recordarás cómo eran? Ya sabes, por si los conozco. Por como lo dices suena peligroso.

Cuando te acercas al bibliotecario levanta la vista del libro que está ojeando y te sonríe con educación:

-La prueba de acceso fue hace un par de días Ravenpeak, así que ya no eres un novato. 

Tras decir aquello asiente y te señala la silla para que te pongas cómodo.

Escucha con atención lo que le dices, poniendo cara de extrañeza en algún momento.

-Los jardínes se crearon... Como hace... No más de cincuenta años... Así que si hubo una guerra hace siglos, normal que fuera antes de la creación de los jardines -comenta con una sonrisa de medio lado-. De todas formas... ¿Entre Galbadia y Trabia?

En ese momento levanta la muñeca donde tiene aquella extraña pulsera y, al tocarla con la otra mano, ves como aparece una especie de pantalla holográfica de la misma.

Y es que, por lo que sabías, aquellas pulseras funcionaban como aquellos endemoniados ordenadores. Podías inscribirte en misiones, mandar mensajes a otros estudiantes del jardín o incluso buscar información. Siendo esto lo que parece hacer Robert.

-Sí... Aquí dice algo de una guerra... -dice leyendo aquella pantalla-. Tienes varios libros en la biblioteca que hablan sobre el tema. Son públicos así que podrías consultarlos sin problema. 

-¿Sus intereses? -repite tu pregunta-. Pues los desconozco... Aunque estoy seguro de que no son nada buenos... Lo que pasó allí fue bastante... Desagradable. 

Ambos seguís avanzando por aquella explanada hasta que entráis en el jardín.

-Vaya... -empieza a decir mirando en todas direcciones-. Esto es bastante... Diferente...

Los alumnos y, sobre todo, su armamento era bastante tecnológico. De manera que, viniendo de Balamb, seguro que le llama la atención.

-Sobre los alumnos de Galbadia que vi en el Aquila... Si no recuerdo mal... -el chico parece mirar hacia arriba, como haciendo memoria-. Había un chico con gorra y pelo largo... Otro que parecía más joven, con tirantes... Una chica con una extraña guadaña... Y otro con una especie de lanza... O al menos eso creo... Todas las armas eran bastante particulares... Sobre la mía... -señala su revolver-. Tengo algunos objetos que conseguí de algunos monstruos -comenta mientras te enseña un bolsillo de su mochila-. No sé si te pueden servir...

Por lo que ves, son partes de monstruos, como garras o piel. Eso podría servir para mejorar el arma, aunque, si quieres que sea digna de Galbadia, necesitarías partes mecánicas...

Simplemente sonrío ante la afirmación de Robert sobre que ya no soy un novato, asintiendo después, aunque el hecho de aceptar sus palabras no implica que vaya a dejar de lado los valores y costumbres que me han inculcado.

Escucho con atención su información, se nota que no estoy muy puesto en cuándo se crearon exactamente los jardines, por lo que tomo buena nota de tal información. No era algo que hubiese salido en ninguna conversación hasta ahora, y en Dymer no había oído mención de los mismos hasta poco antes de partir.

Observo con curiosidad cómo mira la información en la pulsera, yo todavía no logro adaptarme a ella... de hecho, mi principal preocupación era si tener ese cacharro iba a afectar a mi estilo de combate, siendo la respuesta a esto "no mucho"... pero ese "no mucho" ya implicó meses tratando de adaptarme por completo a ella para que no me molestase, por lo que a estas alturas sigo sin saber usarla pero al menos la llevo con comodidad.

- Te agradezco la información, me temo que aún no estoy orientado del todo con esto. -levanto ligeramente la mano con la pulsera para aclarar a qué me refiero- También pensaba buscar información sobre la localización Guardianes de la Fuerza, aunque supongo que si esa información estuviese plasmada en libros no serviría de mucho, ¿me equivoco? -comento con una media sonrisa.

Claramente si se dejaba publicada una información así, más tarde o más temprano alguien con capacidades suficientes como para llegar al lugar hubiese acudido.

El chico se encoge de hombros:

-¿Cuánto llevas ya en el jardín? ¿Un año? -pregunta con curiosidad-. Es bastante tiempo para que no te hayas acostumbrado... -comenta con una leve sonrisa-. De todas formas es decisión tuya.

Tras decir aquello se coloca para que puedas ver el holograma de su pulsera.

En concreto te señala el apartado del buscador.

-Ahí podrás encontrar información sobre los guardianes, así como dónde puedes encontrarlos.

Con un pequeño suspiro, asiento y compongo una media sonrisa que dura un instante. Claro, es mucho tiempo en sus términos, pero seguro que él no venía de un lugar como aquel del que vengo yo. Él seguramente daba por sentado lo que hacía un arma, un coche o un ordenador, yo al principio pensaba que toda esta clase de cacharros se me querían comer.

- Es algo complicado. -respondo solamente, aunque se nota que más que a la tecnología (que también), me refiero a los motivos por los que no aprendo.

En cualquier caso, atiendo a lo que toquetea en el cacharro, mostrándome en la pantalla cómo se hace.

- Supongo que una vez me comience a acostumbrar será más sencillo progresar. -comento sin más- Tendré que echarle un ojo más detallado. ¿Ves como en cierto modo sigo siendo un novato? -añado con cierta diversión.

Con lo que hasta ahora me ha enseñado, voy servido para una buena temporada para progresar, por lo que sigo desayunando con tranquilidad, sin sacar ningún tema nuevo de conversación pero tampoco privándolo de hacerlo.

Sí, seguro que lo del barco no había sido bonito pero… ¿un mago loco fusionamonstruos atacando a un grupo de políticos y gente importante? En su opinión tenía que estar siguiendo las indicaciones de otra persona. Sonaba como a un movimiento de alguien más del tipo calculador. Pero seguro que los Jardines ya estaban trabajando en eso. Por el momento ella se centraría en aquel revólver anticuado.

Ver a Kyle asombrado al llegar al Jardín fue un poco gracioso aunque no haría comentarios sobre el tema. También a ella le había impresionado la primera vez. Vale, y le seguía impresionando cada vez que veía algún arma alucinante. Y, ¿qué no iba a hacer un arma alucinante? Cuatro trozos de monstruos mal colocados.

-Eso está muy bien si vives en la edad de piedra. ¿No tienes nada más… metálico? Planchas de metal, tuercas y cosas… Ya sabes, cacharros más mecánicos -suspira algo frustrada por los recursos más de la edad de piedra que va a poder proporcionarle hasta que se le ocurre algo- Bueno, haré lo que pueda con eso. Creo que en mi habitación todavía tengo algunas piezas de la última vez que estuve trasteando con… con otra cosa. Si quieres puedes hacer algo de turismo mientras trabajo.

O conseguir piezas de verdad… o darle conversación.

El chico se ríe de medio lado.

-Pues te sugiero que te pongas las pilas con esto.

Y ves como señala con la mirada tu pulsera.

-O uno de los nuevos novatos te superará. Si quieres llegar a ser SeeD no puedes dejarte vencer por una herramienta que está a tu favor... ¿No? -comenta manteniendo la sonrisa-. En fin...

Te mira un momento y espera unos segundos antes de proseguir:

-¿Te puedo ayudar a algo más? -pregunta mientras mira con cierto interés el libro que había dejado sobre la mesa.

Al escuchar lo que dices, el chico te mira algo sorprendido:

-Bueno... Esto servía en Balamb... Aunque, viendo cómo os las gastáis aquí -comenta entre risas mirando vuestras instalaciones-, entiendo que digas eso.

Y es cierto que, para armas más clásicas, los objetos que tenía podrían servir. Espadas, arcos y todo ese tipo de cosas... Sin embargo, si se quería "actualizar" o modernizar el armamento, se requerían otro tipo de piezas más modernas y mecánicas.

-Me temo que no tengo más piezas. Solo esto... Nada metálico como puedes ver...

Por lo que recuerdas, a ti no te quedan muchas más piezas con las que poder mejorar aquello...

Tienes las que obtuviste de aquel monstruo, el del chico de negro que convirtió al pájaro*. Aunque, por lo que sabes, son muy similares a las que tiene Kyle, aunque con más carga mágica de lo normal. Con eso podrías hacer algo decente...

Por otro lado tienes tu antigua metralleta. Si la desmontaras obtendrías algunas piezas... Aunque no demasiado modernas para mejorar aquel revolver en condiciones. 

Tal vez de alguna misión...

Eso te recuerda que aún tienes las flores de roca para entregar. Cuando lo hagas, ganarás rango suficiente para hacer otras misiones y, tal vez, en alguna de ellas, podrías conseguir elemento metálicos para el revolver o mejorar tu propio equipo. 

-Había pensado ir a la biblioteca y empaparme de todo lo que pueda en este jardín. Así saber mucho más para cuando tenga que volver a Balamb. 

Devuelvo una pequeña sonrisa ante el comentario sobre la pulsera y simplemente asiento, no había mucho que decir ya al respecto. Ante su pregunta, entiendo que aunque todavía tengo el desayuno a medias es mejor que me retire, puesto que su educación probablemente le impida ponerse a leer teniéndome en frente, por lo que niego con la cabeza.

- No. -respondo- Estoy agradecido. Te devolveré el favor de alguna forma, semp... -estuve a punto de usar una de las palabras de mi tierra, aunque definitivamente aquí no se usaba así que rectificando el error tras un instante digo- Compañero. -corregido el error, tomo mis cosas y mi bandeja para ir a terminarme el desayuno a otra mesa y permitir que siga leyendo, solo añadiendo- Ten un buen día. -tras lo cual me retiro en silencio hasta una mesa sin ocupar, algo alejada de allí pero cerca de un ventanal que da una buena visión del patio del Jardín.

Sigo desayunando hasta terminar y, si para entonces no hay novedades sobre mis amigos, me armo de paciencia y comienzo a trastear con muuuucho cuidado en la pulsera para llegar hasta el buscador que Robert me ha indicado, para poder así llegar a la información sobre los G.F.,
dado que la relativa a la guerra tendría que esperar a la biblioteca.

El chico te saluda con la cabeza con gesto educado mientras te alejas.

Buscas un lugar con buenas vistas y tranquilo para empezar a trastear con aquella pulsera...

Sin problemas llegas a lo que te ha dicho que es un "buscador": una barra vacía donde metes lo que quieres buscar.

Parece que puedes escribir... La cuestión es... ¿El qué?

Con ciertas dificultades, intento teclear "Guardianes de la Fuerza". En caso de que no funcione, repito toooooodo el proceso desde el principio (ya se sabe, dándole atrás hasta el aburrimiento y volviendo a empezar) y en su lugar escribo "G.F.".

-La biblioteca, de acuerdo. Entonces entregaré aquellas flores y me pondré a trabajar en tu arma. No te prometo que acabe siendo lo más maravilloso del mundo pero podemos salir a buscar más cosas por ahí. Seguro que hay alguna misión que pueda hacer a la vez.

Sonríe ligeramente y, si le da ya su revólver, va a la entrega.

Esperando que no estalle todo por los aires, introduces las palabras "Guardianes de la Fuerza" en aquel buscador:

Espíritus sobrenaturales también conocidos como GFs. 

Se conocen de diferentes elementos o tipos, así como de diferentes personalidades y carácter. Cada uno tiene también habilidades diferentes.

Se sabe que existen de los siguientes tipos: Hielo, aire, tierra, agua, fuego, eléctrico, veneno, estado, luz, oscuridad, neutro y apoyo. 

Existen de nivel 1, 2 y 3. 

El chico parece dudar un momento con respecto al revolver.

-Si te soy sincero, no me siento demasiado cómodo dejándote mi arma... -comenta con ciertas dudas-. ¿No se pueden conseguir los objetos para mejorarlo y luego te la doy? Así no me dejarías desarmado... ¿No?

Después se encoge de hombros.

-Las misiones de este jardín no las puedo realizar. Así que... No sé... Tú eres la estudiante de aquí... Me dejo guiar por tí. Pero si te resulta complicado, siempre puedo ir a la armería y que me ayuden allí.

Esto ya lo sabía. La mayoría, al menos. Pienso, pero en uno u otro caso no es lo que busco, creo. Me quedo mirando la pantalla como si nos estuviésemos midiendo antes de un combate a muerte, e instantes después pulso en el 1 a ver si pasa algo.

Por desgracia, lo que había encontrado en el ordenador era algo que ya sabías.

Por suerte, parecía que había más opciones.

Así que pulsas en el "Nivel 1". Y, al hacerlo, se abren nuevas opciones.

QUETZAL

LAMU

SHIVA

FAMFRIT

IFRIT

BRUNILDA

SIRENA

HERMANOS

TITAN

 

Con un suspiro al ver tantos nombres y no tener mucha idea de para qué es útil cada GF, saco un folio para comenzar a hacer anotaciones "a la vieja usanza" de cada GF, excluyendo Famfrit, sobre sus habilidades (si aparecen) y especialmente localizaciones.