Partida Rol por web

Podría haber esperado muchas cosas, pero lo que jamás habría esperado dadas las circunstancias, fue el desenlace que tuvo aquel enfrentamiento. Aquella bestia debía estar medio muerta ya, había calculado  mentalmente la cantidad de plomo que llevaba en el cuerpo y cualquier ser normal habría muerto ya varias veces. Sin embargo, en el último momento, la situación dio un giro inesperado y el centauro pareció usar las pocas fuerzas que le quedaban para lanzar un poderoso  ataque, lleno de saña y de ira, hacia Darius.

-¡No, joder! - exclamé entonces, echando a correr hacia Darius, buscando socorrerle. Sin embargo, en cuestión de segundos, el centauro desapareció, dejando al ronso hecho un despojo en el suelo. Por suerte, Aura también reaccionó rápidamente, y lanzó aquella corriente sanadora antes incluso de llegar hasta él, para tranquilidad de todos.

Por mi parte, derrapé hasta aterrizar de rodillas al otro lado opuesto al que Aura ocupaba ahora, acariciando el rostro de Darius. - ¿Estás bien? Me cago en su puta madre. - dije, mirando con odio en la direccion en la que el centauro habia huido, girándome acto seguido hacia Darius, ayudándole a ponerse en pie cuando vi que se apoyaba en la lanza con intención de levantarse.

-Espera, creo que debo tener alguna poción por ahí- - dije, rebuscando con una mano, mientras colaba mi cuerpo debajo de su axila para intentar hacer fuerza y ayudarle a levantarse- Toma. - añadi, tendiendole aquella poción que aún no había usado, ni siquiera cuando mi vida había estado en peligro.-  Te juro que como lo pille lo reviento- - añadi, en mi linea, pendiente ahora de ronso, y de que pudiera mantenerse en pie  sin peligro de caerse. Era consciente de que si caía, era posible que tuvieramos problemas para levantarlo, y el objetivo prioritario ahora era conseguir que se recuperara.

Sin embargo, Darius no tardó en informar a Mey de lo que estaba pasando y, para mi sorpresa, no tardó en ordenar que nos replegáramos y regresáramos al campamento. En otras circunstancias no habría estado demasiado de acuerdo con la idea, y habría insistido en cruzar el puente, pero ahora mismo mi orden de prioridades habia cambiado sustancialmente, por lo que miré a Darius de reojo, desde aquella extraña posición que seguía ocupando bajo su brazo, y asentí- Tenemos que volver. Es peligroso seguir adelante así. - dije, dedicandole una pequeña sonrisa de apoyo que contrastaba con mi gesto preocupado, intentando animarle a pesar de todo- Los agujeros no se llevan ahora, ronsín. - acabé por guiñare un ojo, intentando hacerle sonreir a la par que daba a entender que necesitaría atención médica. Entonces me giré un instante hacia Aura, antes de iniciar la marcha, escaneándola con mi mirada durante unos segundos - Aura, ¿tu estás bien? ¿Te han hecho daño? - pregunté también a la chica, esperando una confirmación por su parte antes de seguir adelante.

Aquel maldito centauro había despertado claramente mi sed de venganza.
 

Frunzo ligeramente los labios cuando me da las gracias y asiento ligeramente por no volver a caer en lo de la otra vez, aunque replico:

- Las gracias debería dároslas yo... De no ser por vosotros. -tiemblo ligeramente- No quiero imaginar lo que me hubiese pasado si no me hubiéseis ayudado. -se nota que esa idea me aterra por las manos que tengo apoyadas en él, apretando suavemente su pelaje antes de descartar ese pensamiento tan desagradable.

Ante sus palabras sobre cómo estamos nosotras, no puedo más que sonreír ligeramente y con algo de dulzura, que aún estando así pueda preocuparse por nosotras. Al ver que Ruby le tiende la poción, que no sabía que tenía, me hace recordar la escena de la noche de la batalla, y es entonces cuando algo en mi gesto cambia a más serio, más adulto.

- Tómala. -indico a Darius, cogiendo la poción de las manos de Ruby y acercándosela a los labios, y casi resulta un poco de "sargento" el tono. Ya sabe que alguna vez me he puesto mandona por algún motivo, fuese racional o no tanto, y en esos momentos se complica un poco llevarme la contraria- Sé que no quieres, que es un gasto de recursos y todo lo demás, pero si no las usamos cuando las necesitamos, ¿para qué las llevamos? -le indico, antes de mirar a Ruby y decirle- Y en cuanto se la termine, a ti te voy a dar un capón con la botella. -añado- ¿Cómo podías tener esto y no haberlo usado cuando te clavaron aquella lanza, tú...? -parecía que quisiera insultarla de alguna manera suave, de hecho lo que tenía en la mente era algo tan inusual como "botarate", pero al poco de haber fijado mi mirada en sus ojos, ese instante en el que mis ojos parecían contener una inusual fuerza de espíritu (cosa que me viene de Madre, pues muchos se achican ante su mirada cuando se pone seria) se desvanece.

Los ojos que quedan mirándola son los de precisamente una chica muy joven, una adolescente, realmente preocupada por que algo pudiese pasar a sus amigos por no querer "malgastar" un recurso cuando sus heridas son serias.

- Tengo más en la mochila. Ahora os doy una a cada uno por si os encontráis en peligro. -les indico, yo no las necesito tanto al llevar pociones de maná- Pero tómala y volvamos, Darius. -concluyo, aún preocupada de verlo tan tocado, aunque la magia hubiese reducido bastante el impacto.

Ante la pregunta reiterada de si estoy bien por parte de Ruby, asiento con firmeza, tratando de ayudar a Darius a caminar.

Puso la mano sobre Ruby, rechazando la poción. Acompañó su mano para que la bajara ante el ofrecimiento, mientras negaba con la cabeza. - Ahora no es necesaria, pero gracias. - agradeció el gesto de su compañera. - Pero cuida esa boca. - le reprendió por las palabrotas usadas y por el tono del lenguaje. - Guardala para cuando realmente sea necesario. Como por ejemplo, si caigo incosciente o no puedo moverme por mi mismo. - Para él, aquella no era una situación de extrema emergencia como para usar consumibles.

Había estado peor, como por ejemplo, en la colina de artillería.

No evitó mirar con cierto gesto extrañado cuando Ruby intentó colarse por debajo de su brazo. Dada la diferencia de altura, de ser un apoyo necesario, ella no lo podría haber dado. - Si necesitas una excusa para abrazarme, esta es de las peores que he visto. - Le dió un par de palmadas en la espalda, reiniciando la marcha. - No me llames ronsín. - no le gustaba. - Y estos son... agujeros de velocidad. Me ayudan a saltar más alto. - intentó bromear, para dejarles claro que no estaba tan mal como intentaban hacerle ver. Podía caminar, hablar, beber y pelear. Así que aún podía llevarse por delante a algún centauro con ganas de bronca en un uno contra uno.

Cuando Aura recalcó que se la tomara, la dejó hablar. La conocía de sobras como para saber como de pesada se ponía cuando algo se le metía entre ceja y ceja. - Pero ahora no es necesaria... Y debemos preservar todos los suministros que tenemos, pues no sabemos si más adelante la necesitaremos sin remedio. Ahora nos reagruparemos con los demás en el camión y allí descansaré. Si hay problemas, me tomaré la poción para estar en plenas facultades para la batalla ¿de acuerdo? - intentó negociar con Aura. Aquella era la fiesta de la preocupación, un autentico free-for-all de la preocupación común. Así que ahora que Aura comenzaba a repartir hacia Ruby, él se sumó al carro.

- Aura tiene razón, deberías tener más sentido de la autoconservación. Si te llega a pasar algo en aquella batalla... ¿Qué hago yo? ¿Sabes lo que me ha costado aceptar a una compañera? ¿Y educarte? - Se encogió de hombros. Siguió caminando, mientras Aura sacaba más pociones de la mochila. Él se las había fundido todas durante la batalla, así que tener una por si acaso, no le venía mal. - Gracias. - guardó la poción a buen recaudo, siguiendo la marcha hacia el camión de vuelta cuando Aura se apuntó a la moda de Ruby de abrazarle.

- Aura, te diré lo mismo que a Ruby... No necesitas una excusa para abrazarme. - bromeó. Lo cierto es que podía caminar. Dolorido, pero podía caminar. Aprovechó para contestar en el móvil a la teniente.

- Me temo que lo segundo, Teniente. Estamos en camino de vuelta al camión. ¿Están alertados los demás grupos? - preguntó, para ponerles en antecedentes.

Claro que lo estaba haciendo de manera formidable, la dhampiro se mordió la punta de su lengua, y levantó su rostro cuando le habló, rozando su nariz con la de él, aún con esos deseos terribles de morderlo, de hecho sus ojos no perdían de vista su cuello así que optó por apartar la mirada, sonrojada y sobre todo, excitada por estar con ese chico escuálido pero que le gustaba tanto. 

— no te pases... — replica, y deja que la abrace, presionando sus pechos pechos contra el torso de Renall, hasta que escucharon las noticias, ella rezongó un poco, pero el beso del chico la sacó de su repentino mal genio, apartándose solo para poder ayudarlo a cumplir con las órdenes, hubiera deseado más tiempo a solas, claro, aunque necesitarían mucho más para poder controlar lo que ella era. 

— a mí también me preocupan, creo que sería mejor que nos fuéramos, quizás estamos en su territorio o están en celo  y sean aún más peligrosos — hizo una pequeña pausa— Rennie, será mejor que preparemos las cosas por si traen heridos — era sabido lo peligrosos que eran los centauros y no descartaba que llegaran compañeros lastimados, así que trepó a la parte mas alta de la camioneta para poder ver de mejor manera el arribo de sus compañeros. 

Avanzando con tranquilidad mientras preparaba algún conjuro defensivo me aproximé a distancia segura de aquel sujeto, quería observar un poco mejor y al mismo tiempo saber sus intenciones, Droniel se había dirigido al campamento con suerte tendríamos algo de apoyo, así que la mejor estrategia era ganar algo de tiempo.

Para mi desgracia la chica alada no se parecía interesarce en aquel sujeto,  ¿ Por que siempre me juntaban con incompetentes?, una triste realidad, cuando no se quejaban por algo se dedicaban a perder el tiempo en eso, pero bueno era miembro de este batallón así que no quedaba mayor solución.

En mi mente me concentre para un hechizo de tierra, cierto era lento y de poco daño pero podía usarse de escudo si el pico era colocado en el momento justo, así que con paso seguro me dirigí al tipo, aunque en mi interior detestaba esa opción por lo arriesgado.

-¿Puedo preguntar que hace aquí?- indagué sin bajar la guardia y tratando de prevenir lo que aquél sujeto pensaba hacer. 

De pronto la teniente recibe una respuesta de Darius, ña cual la hace torcer el gesto.

Cadete Gallard, los centauros no van a salir a campo abierto y aún si lo hicieran, lo peor que pueden hacer esmatarte, en cambio a Euphemia y  a mi, así comona cualquier otra fémina del grupo, nos van a violar hasta saciarse, así que lo mejor es que no nos acerquemos al bosque.

Necesito que Dracstone y Usted preparen todo para atender a los heridos y desde ya os digo, si alguno de ustedes se acerca al bosque, pues quedará a su suerte, yo no me voy a exponer a ser violada por una manada de centauros, sólo porque uno o dos niñatos engreídos no saben seguir órdenes. - dice la teniente a modo de advertencia.

Unos minutos después de que la teniente ordenara a Renall y Euphi preparar un área de enfermería, el grupo de Darius regresa al campamento.

Darius se veía un tanto cansado y magullado, las chicas por otro lado, venían en buena forma.

El camión se encontraba perfectamente oculto y detrás de él había un área lista para tratar heridos.

Siguiendo vuestro consejo, Eladamri se alejo de la cueva y  puso rumbo hacia el puesto de vigilancia, mientras un sonido metálico llamaba vuestra atención.

Cuando se giraron a ver el origen del ruido, logran distingir que un pesado rastrillo de hierro forjado había bloqueadonel acceso a la cueva.

Vuestra vigilancia no revela nada extraordinario, así que tras recolectar la información que buscaban, deciden volver al campamento a reportarle a la teniente Mey.

-Vale, vale, no me echéis más la bronca... - respondí a ambos, cuando vi que me regañaban por conservar aquella poción-  Si os digo la verdad, me pilló tan de improviso y estaba tan bloqueada que ni siquiera me di cuenta de que la llevaba... - dije, encogiendome de hombros, aunque sin entrar en los detalles de mi bloqueo. Eso sí, estaba claro que al rememorar aquel momento, mi cara cambió, y no precisamente al recordar las heridas.

Por suerte, Darius siguió regañándome por mi vocabulario, así que aproveché para borrar aquellos pensamientos de mi mente y hacer una mueca burlona- Vale, señor exquisito. Es que... buffff... me ha encendido el muy imbecil. - volvi a amenazar con arrancar de nuevo, acabando por resoplar para dejar estar el tema.

Pero entonces, Darius bromeo sobre mi intento de ayuda, lo que me hizo mirarlo con una ceja alzada- Encima que me preocupo por ti, chucho desagradecido...- bromee, acabando por reir, viendo como Aura repetía mi gesto y se colaba también bajo el otro brazo de Darius, lo que me hizo recular- Vale, lo pillo. No estás tan mal. Joder, es que cualquiera estaría en trocitos si la bestia parda esa lo hubiera enganchado. Me habías asustado... - reconoci, agachando la mirada, mientras seguíamos caminando en dirección al campamento.

Entonces Aura nos dio alguna poción más a cada uno, gesto que recibi con una sonrisa de agradecimiento-  No sabía yo que podías ser tan sargento, pero me mola. - le dije, riendo, en relación a su bronca previa- Gracias por la poti. Te debo una. - le guiñé un ojo, mientras me guardaba el nuevo frasco entre mis cosas.

-En fin, pues menuda chusta. Nos hemos quedado sin ver qué había al otro lado del puente por culpa de un par de salidos... - dije, suspirando con resignación. Aunque entonces caí en la cuenta de algo- Eh... espera. ¿Estaban en celo y solo han ido a por Aura? Joder, que depresión... Ni a los centauros les parezco apetecible... - rei, intentando quitar hierro a lo que había pasado- Estoy por indignarme y todo... - acabé por decir, ya bastante cerca del resto.

Efectivamente, acabamos por regresar al campamento, mucho antes de lo previsto, aunque de una pieza, por suerte.

En cuanto estuvimos lo suficientemente cerca alcé una mano, a modo de saludo, para los que estaban allí, mientras acabábamos por recorrer la distancia que nos separaba de resto.

-Eh, pues a ellos parece que sí que se les ha dado bien lo del camión... - reconocí, con una media sonrisa, mientras caminaba con mis dos compañeros.

- No es eso, es que me cargué al primero demasiado rápido. - Negó de una sola vez con un gesto de la cabeza en dirección a Ruby. - Aunque es irrelevante. Lo único que importa es que estais aquí, y estais bien. - Acabó por sentenciar con aquella clásica seguridad en todo cuanto decía. El Ronso había visto días mejores, incluso desde la distancia, se hacía evidente el agujero en el pecho de su uniforme y la sangre que teñía la zona.

Y aun así, no parecía flaquear al andar -a pesar de la insistencia de las chicas de sujetarlo-, aunque si podría decirse que no caminaba todo lo rápido a lo que solía tener acostumbrado a sus iguales. Levantó la lanza en señal de saludo desde la lejanía, mientras seguía avanzando de forma inexorable.

Pero en su vistazo inicial, hubo algo que le preocupó. - ¿Somos los primeros en volver?  - preguntó mientras llegaba al improvisado campamento. Le preocupaba el resultado de aquella pregunta, así como el estado de sus compañeros. - Podrían tener problemas. - Buscó con la mirada a su alrededor, señalando la dirección del camino principal.

Sin dudarlo dos veces, sacó el móvil y comenzó a escribir rapidamente. - Voy a enviarles un mensaje, si no contestan tendremos que ir a buscarlos. -

¡CUIDADO! Centauros en la zona. Confirmar estado. Khar.

PD: ¡Si no contestais iré a buscaros!
 

 Mensaje de texto:

¡CUIDADO! Centauros en la zona. Confirmar estado. Khar.

PD: ¡Si no contestais iré a buscaros!

VAMOS DE REGRESO AL CAMPAMENTO, TODO SIN NOVEDAD.

De pronto una enorme explosión de luz los deja ciegos, era evidente que el samurai no tenía intenciones de hablar.

Kiel intentó cubrir su vista, pero fue en vano, el ataque del samurai fue súper efectivo, producto de su ceguera Kiel perdió el equilibrio y rodó colina abajo.

Lo que siguió fue un espectáculo de lo más dantesco, pues el samurai cargó contra sus enemigos con su katana en mano y con un poderoso mandoble decapitó a Isabeau, para luego partir en dos a Droniel.

Una vez terminada su labor, el samurai se marchó del lugar sin mirar atrás, mientras silbaba una alegre canción.

Cuando Kiel logró recuperar la vista lo único que pudo hacer fue elevar una observar el espectáculo y regresar al campamento a informar lo ocurrido.

Miedo esa era la palabra para describir lo que había ocurrido o quizás una pizca de de emoción, eso era poder puro, no había tenido tiempo de hacer nada pero gracias a esa fortuita caída estaba vivo y eso tenía que agradecer, lo que siguió fue regresar al campamento, aun con la sensación de ser perseguido por el tipo, yo solo contra el no era rival quizás habría una posibilidad con el resto, ahora como explicaría que teníamos pedazos de Droniel por el lado bueno podríamos olvidarnos de Isabeau podría considerarse una tragedia fortuita.

Con la mayor celeridad llegue al campamento con poco aliento - ¡¡TENIENTE PROBLEMAS, UN ENEMIGO SE HA CARGADO A MIS COMAPEÑEROS!!- grite, era lo único que se me ocurría.

Mientras Eladamri y su grupo llegaban al campamento sin novedad alguna, Kiel llegó corriendo casi sin aliento, el mago no sabía cuanto tiempo había estado inconsciente, sólo sabía que eso le había salvado la vida, pues ahora sus dos compañeros yacían muertos y él se había salvado por muy poco.

Kiel llegó con unas noticias muy aciagas, al parecer su grupo se había encontrado con un oponente muy poderoso, el cual fue capaz de despachar a Isabeau y a Droniel casi sin esfuerzo alguno, lo que puso en alerta a la teniente.

¡Cálmate Vilthar! ¿Qué fue exactamente lo que ocurrió? ¿Cómo era ese sujeto? Déscríbelo lo mejor que puedas, que clase de técnicas uso y ¿Por que los atacó? - preguntó la teniente entre crispada y algo nerviosa, pues ahora tendría que responder ante el General Cecil por la pérdida de dos cadetes.