Partida Rol por web

La teniente los conduce hasta un viejo almacen en los muelles, el lugar se ve bastante viejo y descuidado, una vez allí, ella ingresa al almacen en compañía de Darius mientras deja a Aura y Eladamri montando guardia en la puerta del almacén.

El elfo se veía bastante fastidiado por la luz y el frío, pero, pese a ello no emitió protesta alguna, pues sabía que sólo era cuestión de tiempo para que el sol se ocultara por el horizonte.

Ahora tocaba ponerse en guardia había que defender esta posición hasta la vuelta de Sasha y eso implicaba guardias y sus consecuentes rotaciones. Eramos un total de ocho personas por lo que podíamos perfectamente descansar el resto mientras dos hacen guardias. Mientras le daba vueltas a ese tema y como hacer las parejas para las vigilancias hubo un pequeño problema, con el baño ¿en serio estaban pensando en eso?

- Quietos los dos... -tono autoritario y directo, al menos así fueron las primeras palabras mas que nada para captar no solo su atención si no la de todos- Antes de descansar debemos establecer un sistema de guardias y rotaciones, al ser tantos las haremos por parejas y el resto podrán descansar de mientras. Y Kiel, solo lo voy a decir una vez -entonces toda la actitud de líder se cayo por completo- Respeta... la... intimidad... de... las... chicas... Euphemia dijo que se iba a bañar antes así que si te pillo metiéndote en el baño cuando ella o cualquier otra están vas a lamentar haber nacido -y nuevamente actitud de líder y me dirijo a todo el grupo- De acuerdo, ¿propuestas para las parejas? Cuanto antes acabemos esto, antes descansaréis la mayoría. En mi caso me propongo para hacer pareja con Isabeau y montar la primera guardia.

Entonces sonó la radio y la mire de inmediato.

- ¿Puedes subir el volumen Ruby?

Durante el camino o antes de bajar, según cuando sean dichas las palabras de ánimo de cada uno, les dedico una sonrisa y respondo:

- No os preocupéis, estoy bien. Me hubiese gustado ser más fuerte, pero si las cosas pasaron así, es que debieron pasar así. -concluyo.

Se nota que la sonrisa y la mirada no tienen el mismo brillo que ayer. Lo sucedido me afecta, y es lógico, especialmente a alguien cuyo corazón tiende a la amabilidad, pero la sonrisa no es para nada fingida. Simplemente necesito un tiempo para recuperarme.

A pesar de que hace algo de frío, sé que Eladamri lo está llevando bastante peor tras lo que hizo ayer, con lo que tras despedir a la teniente, lo miro torciendo ligeramente el gesto. Tengo pocas opciones de ayudarle más que la manta que ya le he dado, y finalmente pienso que dado el caso no causa mucho más lío que rompa un poquitín la etiqueta. Además, tampoco es muy relevante dado que sigo llevando los colores del Jardín aún con esto, así que dejando mi espadón apoyado en el marco de la puerta me quito la chaqueta del uniforme, recuperando el espadón con la otra mano y colgándomelo para tender la chaqueta a Eladamri. Solo con la camisa mi cuerpo resalta bastante más, aunque no esté tan "bien dotada" como Euphemia o Ruby.

- Ten, Eladamri, usa esto. Yo estoy bien así, siempre he sido de llevar peor el calor que el frío. -le digo con tono amable- Si no te vale, póntela sobre los hombros y algo te quitará. -indico, para que no use esa excusa.

La chaqueta, evidentemente, no está impoluta tras lo del otro día, pero se nota que he hecho algo de esfuerzo por quitarle cualquier mancha destacable con algo de agua y un pañuelo, aunque se puede notar alguna mancha de tierra, sangre, aceite de los magitek y algunos pelos de Darius y míos.

Gracias Aura. - respondo mientras tomo su chaqueta y dedico una mirada a su cuerpo, lo que hace que me me sonroje ligeramente.

¿Sabes algo Aura? Si te hubiera conocido antes, tal vez no hubiera desviado mi camino. - digo antes de dejar escapar un gran suspiro.

Ahora vivo con un alma partida y un corazón dividido entre el amor y la pasión. Antes todo era más fácil, pero ahora mis pasiones me ciegan y dominan.

Cuando decidí salvarte, lo hice de corazón, la magia antigua tiene un costo, pero en ese momento no lo dudé, mi corazón me dijo que eso era lo correcto. - comento para luego dejar escapar un gran suspiro.

Aura hay algo que necesito decirte y eso es que, estoy empezando a sentir algo por ti, sin embargo, mis pasiones no me dejan escuchar a mi corazón.

Disculpa si te importuno con mi confesión, pero necesitaba que lo supieras. - agrego un tanto dubitativo.

Le devuelvo un asentimiento cuando me agradece, sin darle importancia a ese pequeño gesto, aunque su siguiente frase me deja un poco confusa. Estoy pensando cómo preguntarle cuando él mismo sigue.

Conforme avanza explicando lo que le pasa por dentro, me sonrojo un poco tal como parece que avanza, con una parte de mí creyendo que no se me está declarando y otra parte esperando que de hecho no lo haga, que suena parecido, pero es distinto. No obstante, en efecto, termina por confesar que está sintiendo algo por mí. El sonrojo se hace algo más intenso, pero no puedo evitar pensar que si la misión ya de por sí me estaba jorobando en términos morales y emocionales, esto lo complica todo más. Doy un suspiro cuando habla de importunarme, y le dedico una sonrisa a pesar del sonrojo y las dudas.

- No te preocupes. -le respondo, porque hacerle preocuparse por eso cuando ya estaba hecho no ayudaría a nadie.

Dejo de mirarlo un momento, mirando al frente, y ve que me llevo una mano a la zona inferior del pecho. Como seguidor también del Fénix, quizás ya haya notado ese gesto, y que lo hago cuando me siento atribulada por algún motivo, asociándolo al ritual en el que los seguidores más fanáticos nos quemamos en el pecho. Mi gesto se serena entonces al poco y vuelvo a mirarlo más tranquila.

- A ver, Eladamri, el momento de decírmelo creo que es bastante malo, pero quiero responder a todo lo que me has dicho. -empiezo- Desviarse del propio camino o sentir dudas es natural, querido. No hay nadie que se preocupe por esas cosas y nunca haya errado o, al menos, dudado mucho al elegir algo. -la voz es tranquila y cálida en todo momento, suave como una caricia- Si lo que quieres es evitar que las pasiones oscuras que sientas te dominen, está en tu mano y al final eres tú quien debe tomar las decisiones y rehuirlas, pero si lo que necesitas es alguien que te dé ánimos para lograrlo, o alguien a quien contar todas tus tribulaciones para hallar consuelo, siempre estaré dispuesta. -le indico, dedicándole entonces una sonrisa dulce.

Tras ordenar una vez más en mi cabeza lo que ha dicho y cómo lo ha dicho, prosigo.

- Valoro muchísimo lo que hiciste por Tempi y por mí en aquel bosque, aunque me preocupa mucho cómo lo has dicho, Eladamri. -aquí cierto pesar invade mi tono, y tomo aire antes de explicar- Si en esa escena no hubiese estado yo, sino solo Tempi... ¿No hubieses entrado a por él? -le pregunto, mirándolo con gesto serio, pues de esa pregunta depende mucho de lo que le diría a continuación.

Aún no lo he dicho, dado que me parece más importante calmar esa tormenta que él tiene en su interior en la medida de lo posible y ayudarlo a recobrar su camino, siguiendo su propia analogía, pero tampoco es que pretenda demorarlo. Por supuesto que me siento halagada por sus sentimientos, y que de seguro tiene muchas cosas en él que podrían causar que me enamorase, pero ahora mismo me cuesta saber hasta cómo me siento conmigo misma, ¿cómo voy a poner así en claro si me despierta algún sentimiento o no?

-Respeto su intimidad, solo he sugerido algo para ahorrar tiempo, pero como desees- regresé a tomar asiento mientras continuaba con el libro -entonces puedo relajarme mientras tomas la primer guardia Renall- me concentre en el libro y preferí seguir las indicaciones, después de todo no se ganaba nada con pelear con Renall en estos momentos, así que me limité a seguir con mi lectura y escuchar al resto, mientras Euphemia salía del baño.

había dado con el baño pero no con ropa nueva, aunque no había tenido demasiado tiempo para hurguetear por ahí, pero cuando ya se disponía a darse un baño, Kiel iba con toda el talante de un gígolo y el valor de un templario a meterse en el baño con la dhampiro, a lo que ella instantáneamente reaccionó poniendo su mano en su guadaña y castrarlo si seguía caminando, sin embargo Renall puso el grito en el cielo, tras dárselas de jefe, lo que salvó al chico de ser amenazado, Euphemia bajó la guardia y puso una cara felina, de pena mal fingida.

— uy... que pena, yo quería ir con ella — se burla, haciendo notorio el sarcasmo, y poniendo sus manos en su cintura — entonces... ¿vamos juntos, Kiel? — nuevamente esa sonrisa gatuna y una mano en su cadera,— en la guardia, claro, porque si vuelves a intentar colarte en la ducha conmigo, te castro — ahí si estaba hablando en serio, y sus ojos se clavaron en Kiel, de ahí, esos peligrosos ojos violeta fueron hacia Renall, levantando ligeramente, para soltar una pequeña risita burlona y meterse al baño para relajarse y poder sacarse la suciedad de encima.

-He dicho que no me colaría, tranquila y con gusto puedo hacer la segunda guardia contigo- respondí con un tono tranquilo, casi rayando en lo divertido, para luego contestar a Renall.

-Respeto su intimidad, solo he sugerido algo para ahorrar tiempo, pero como desees- regresé a tomar asiento mientras continuaba con el libro -entonces puedo relajarme mientras tomas la primer guardia Renall- me concentre en el libro y preferí seguir las indicaciones, después de todo no se ganaba nada con pelear con Renall en estos momentos, así que me limité a seguir con mi lectura y escuchar al resto, mientras Euphemia salía del baño.

La noche anterior no había conseguido pegar ojo, pasé un tiempo en lo que fue el campo de batalla buscando supervivientes aún sabiendo que era inútil. Pero de alguna manera sentía que parte de la culpa era mía por no haber podido actuar acorde a la situación como el resto de mis compañeros y buscaba una manera de redimirme.

Ya por la mañana me uní al resto de mis compañeros y nada más subirme a nuestro transporte me quedé dormido hasta llegar a nuestro destino. Cuando me incorporo a la conversación después de desperezarme sacudiéndome el sueño me encuentro con que están haciendo parejas para hacer guardias. - A mi realmente me da igual con quien hacer guardia.- Digo encogiéndome de hombros. - De hecho ahora que estoy descansado puedo hacer la primera guardia, como queráis.- Al terminar mostré una sonrisa como solía hacer siempre. Si lo que pasó ayer aún me afectaba lo estaba ocultando muy bien.

Las palabras de Aura me resultan intrigantes, aunque la respuesta a su pregunta es bastante simple.

No hubiera abandonado a Tempi a su suerte, pero dudo mucho que hubiera recurrido a la magia antigua por él, lo más probable es que lo hubiera cargado en brazos y echado a correr para escapar de Euphemia. - respondo con serenidad.

Para mi, nunca ha sido opción dejar a nadie atrás, eso es algo que tengo claro, pero los métodos que empleo en cada caso son muy diferentes. - añado para luego guardar silencio unos segundos.

En ocasiones me ciñó al tercer dogma de Alexander: "Todo mal merece un castigo" y en otras abrazo la luz de Fénix: "Incluso el corazón más oscuro puede ser redimido."

Pero sin importar cual es la situación que tengo frente a mi, siempre lucharé por proteger al débil y al inocente. Aura. ¿Qué sabes sobre mi pasado? - pregunto pensativo, pues si iba a revelarle toda la verdad a la semi-elfa, lo mejor era primero separar la paja del trigo, la verdad del mito.

Tras meditar un momento sus palabras, finalmente asiento, complacida, asumiendo que esa respuesta era válida, aunque dándome cuenta de que había empleado mal el ejemplo. No tenía que haberme quitado de en medio, sino haberme cambiado por Ruby, y ahí creo que sí habría mantenido lo mismo al no poder simplemente moverlos.

- Vale, era lo que quería saber. Entonces quizás tu camino no está tan difuso como piensas. -respondo

Lo de los dogmas de Alexander y Fénix, por otro lado, decido no meterme muy al trapo con ello, dado que mi rama dogmática de Fénix no decía eso de que cualquiera podía ser purificado, al menos, de esa forma. Intentar purificar un corazón muy oscuro era una apuesta a ciegas, era jugar a ser Fénix. Solo Él goza de tan perfecta sabiduría como para entender si un alma demasiado corrupta a los ojos mortales es en verdad digna de ser salvada, entrando en sus llamas y en el ciclo de la reencarnación.

- Sí, cualquier mal requiere un castigo adecuado, aunque creo que eso te lo dirán la mayor parte de religiones benignas. -indico con tranquilidad- Cosas semejantes se encuentran en la religión de Fénix, que me parece más acertada que la del Sumo Ejecutor en muchas cosas. -otro de los conceptos de la propia religión del Fénix al considerar a las otras religiones, que no había tratado de eliminarlas o enfrentarse a ellas, ni mucho menos, pero sí que por ejemplo consideraba a Alexander un subordinado de Fénix, su "Sumo Ejecutor", más que una deidad en sí.

Porque no todo poder de nivel divino es un Dios.

- De tu pasado, sé que mataron a tu padre cuando eras muy pequeño. De hecho, la historia de cómo tu padre y tu madre se conocieron me la sé al dedillo, uno de esos "esclavos" vive ahora en mi aldea. -respondo- También que capturaron a tu madre y fuiste a por ella y a por venganza junto a alguien, lo que nunca he terminado de estar segura es si ya ibas a por las dos cosas o si solo ibas al rescate y la encontraste muerta o semejante, solo sé que terminaste por confrontar a tu tío y no sé si a tu primo, y ambos terminaron muertos. -la historia no era perfecta, y tampoco me había parado a entrar en detalles específicos salvo mi duda en las motivaciones del elfo, aunque está claro que algún detalle más puedo saber por ahí, pero que la estoy resumiendo centrándome en lo más importante.

Ya veo, una verdad a medias, eso sólo genera más preguntas que respuestas. - respondo mientras aparto brevemente la mirada, pues lo que estaba por contar iba a ser en extremo duro.

No en vano, muy pocas cosas eran capaces de fragmentar un alma como aquel evento y no podía imagimarme cuál sería la reacción de Aura al saber la verdad.

La verdad es que esa noche yo iba en rescate de mi madre, la venganza no estaba en mi plan.

Cuando llegué a la ciudadela junto con mi maestro, rápidamente dejamos atrás a los guardias del perímetro exterior y nos colamos hasta las mazmorras.

Una vez allí, dejé fuera de combate a dos guardias y llegué a la celda de mi madre. - digo haciendo una breve pausa al tiempo que mis ojos se humedecen levemente. 

Cuando llegué hasta ella, la encontré totalmente enloquecida por el dolor y los abusos a los que había sido sometida. Sabrá Alexander cuantas veces habría sido violada.

Ella me observó y me rogó por una muerte rápida, en principio me negué, pero al verla tan rota y suplicante por piedad, llegó el momento en que no pude más y con esta espada que antaño perteneció a mi padre, procedí a concederle su deseo.

Ella clamó tanto por una muerte rápida que no tuve más opción que atravesar su corazón mientras le daba un último beso a la persona que más amaba en este mundo. - en ese instante las lágrimas se hacen presentes, pero me recompongo rápidamente, pues estaba de guardia y no podía darme el lujo de volver a llorar como en aquella noche.

En ese momento mi alma se rompió y la ira me consumió por completo, haría pagar a ese bastardo sin importar cuánto me costara. - mi semblante pasó del dolor a la rabia, una rabia pura y completamente visceral.

Cuando llegué hasta el bastardo de Alaric, sólo tenía una cosa en mente, matarlo, pero no iba a proceder como un cobarde, al menos lo dejaría defenderse.

Lo arrastré fuera de su cama y nos batimos a duelo, mi rabia me hizo fuerte y lo vencí, ya lo tenía postrado ante mi cuando mi primo Darnull irrumpió en la habitación y se interpuso entre nosotros pidiendo piedad para esa bestia. - sentencio mientras me detengo a tomar aire.

Durante aquella pausa, mi rostro se endurece, evidenciando así que mi rabia y el dolor iban en aumento, pues lo que estaba por venir sería aun peor de lo ya narrado.

Entonces bajé mi espada, perdonaría la vida del bastardo, pues no creí correcto que mi primo viera morir a su padre ante sus ojos.

Sin embargo, el bastardo de Alaric aprovechó mi momento de duda para recoger su espada y con una rápida estocada intentó atravesar mi pecho.

Yo tuve suerte, mi armadura me salvo la vida, aún recuerdo el sonido del roce de metal contra metal, mientras el acero de Alaric atravesaba el torso del pequeño Darnull sólo para matarme a mi. 

El bastardo mató a su hijo sólo con la intención de matarme a mi, nada le importó en ese momento, la estocada que recibió mi primo fue mortal, sus ojos se apagaron en el acto, mientras la hoja de su padre raspaba el metal de mi armadura.

Entonces lo maté sin miramientos, pero si algo saqué de aquella experiencia es que la compasión no tiene lugar en el campo de batalla.

Yo maté a mi madre y a mi primo, dos inocentes en una sola noche, si no hubiera dudado, Darnull seguiría vivo.

Desde entonces mi corazón se debate entre la luz y la sombra, empleo la fuerza y el odio para proteger al débil e inocente.

Esa es la gran verdad. - digo apartando la mirada de Aira con algo de vergüenza por lo que había narrado, así como para ocultar mi propia oscuridad, la misma que intentaba consumirme a cada paso.

Decir que la noche anterior había sido una mierda era quedarse corto.

Y es que, a pesar del reventón del día anterior y de que, para cuando salimos de ver a Aura ya iba arrastrándome por el campamento, mi cerebro pareció decidir tomar otro camino, y había pasado la noche prácticamente a duermevela, despertando cada dos por tres, sobresaltada, entre malos sueños y recuerdos del pasado que habían decidido volver para atormentarme.

Quizás por eso no fue de extrañar que llegara al transporte más dormida que despierta y que me limitara a alzar una mano, con mi sombrero prácticamente calado hasta la línea de los ojos, cuando me encontré con el resto- Buenos días chicos. Espero que vuestra noche haya sido mejor que la mia... - fue lo unico que hice antes de montarme en el transporte,  en el primer sitio libre que pillé, puesto que el que yo quería ya parecía ocupado por alguien.

Y así fue como pasé aquel trayecto, prácticamente a duermevela, escuchando las conversaciones entre mis compañeros de fondo y, sobre todo, aquella extraña tensión que parecía haber ahora entre Euphemia, Renall y... ¿Kiel? ¿Pero qué pintaba ahora él en todo aquello?

Quizás pudiera preguntar después por aquella extraña situación a alguno de los implicados después. No dejaba de ser curiosa, desde luego.

En cualquier caso, no tardamos demasiado en llegar a nuestro destino y, antes de que pudieramos decir chocobo, la teniente se llevó a Darius, Aura y Eladamri, dejándonos a los demás en aquella casa, con la única orden de "esperar". ¿En serio?

Obviamente, me parecía una mierda. Yo quería acción, sobre todo después de lo de ayer y de ver que Aura seguía mortificándose por lo que habia pasado el día anterior. ¿De verdad pensaba que estaba en sus plenas facultades para salir de allí? Quizas necesitaba algo más de reposo, o de apoyo psicologico, o yo qué sé. Bueno, al menos Darius estaría con ella, y eso era en parte tranquilizador, aunque me habría encantado ocupar el puesto del mago.

Fuera como fuere, no había derecho a réplica, así que me limité a acercarme a ellos, levantando ligeramente mi sombrero y dedicándoles una media sonrisa a ambos-  Sed buenos sin mi, ¿eh? Y nada de moriros o de que os hieran. Queda terminantemente prohibido. - les dije, antes de acercarme para darles un breve abrazo a ambos- Nos vemos enseguida. - dije, acabando por alejarme y alzar una mano en dirección a Eladamri- Cuidáte tú también. Y ya sabes... Sin rallarte. - le dije, antes de dirigirme con el resto hacia aquella casa donde, a menos que me equivocara, la espera iba a hacerse muuuuy larga.

El inicio de la dura historia de aquella incursión en la fortaleza de su tío hace que trague saliva, forzándome a ser lo más estoica posible ante la crudeza de sus palabras. Mantengo mis reacciones al mínimo, porque ya estoy bastante al extremo emocionalmente, aunque sí que se puede dar cuenta de cómo asimilo su dolor por mi empatía en más de una ocasión, apretando los dientes, conteniendo el aliento o desviando la mirada. Cuando finalmente termina, me quedo en silencio, dejando que pasen unos instantes. No obstante, unas palabras acuden a mí, palabras que tengo muy recientes.

- Esas almas ya habían sido reclamadas y no pudiste hacer nada por evitarlo. -le digo finalmente, tomando aire profundamente, en parte para calmarme y hablar, en parte para tomarme algo de tiempo y ordenar adecuadamente lo que quiero decir- Ya sabes que el sendero que traza Fénix ante nosotros, o Alexander si así prefieres verlo, no es algo que esté al alcance de nuestra comprensión como meros mortales. Hay sufrimiento, hay dificultades, hay muchas cosas que soportar y superar para que alcancemos a ser mejores... O para que nos perdamos en el camino si no somos capaces de entenderlo. -prosigo- Quizás podrías haber sacado a tu madre de allí y con tiempo y cuidados habría sanado. Quizás podrías haber visto más rápido lo que sucedía y haberle salvado la vida al chiquillo antes de que la espada lo atravesase. Pero también podrías haber matado a su padre delante de sus ojos... Y quizás hoy ya llevaría un centenar de cadáveres a sus espaldas, convertido en un ser de puro odio. -indico, dando otra alternativa- Si en vez de negar la compasión aprendes a ser más rápido, a estar más alerta, quizás llegue el día en el que seas tan fuerte que no necesites enarbolar una espada o un conjuro. Que inspires a los demás a sacar lo mejor de sí mismos, tal como habrían querido ambos, tu padre y tu madre. -concluyo con voz tranquila y, en cierto modo, contemplativa.

Quizás no soy tan inteligente como muchos que nos acompañan, pero sin duda medito las cosas y le busco explicación a todo, aún si son explicaciones tachables de fanatismo, también son explicaciones que incitan a ser mejor. De hecho, aún si ayer me tenía destrozada la muerte de esos hombres, eso no significa que me fuese a convertir en una chica llena de culpa, sin más: solo me iba a marcar ese objetivo, ser cada vez más fuerte. Hasta que nadie tuviese que morir si yo estaba allí, objetivo que sigo teniendo marcado aún si Darius ha aliviado el peso de la culpa.

- Y ahora quiero decirte... Con respecto a lo que dices que sientes por mí, no es algo que pueda responderte ahora. -comienzo, remontándome a más atrás en la conversación- Y quédate bien con lo que digo y cómo lo digo, porque no soy de mentir ni de andarme con medias tintas. -advierto, porque sé que mucha gente está precavida ante esa forma de actuar- Eladamri, llevamos poco más de una semana en el Jardín. Durante la semana, nos ha quedado poco más tiempo que el justo para comer. Estos dos días, me he encontrado con que uno de mis compañeros prefiere asesinar seres vivos sin necesidad, un violador y asesino desaparece y nadie dice ni palabra, servimos a quien tenía a ese ser en nómina, he visto muchas decenas de cadáveres por los que no he podido o sabido hacer nada... -enumero, aunque decir "dos días" era mucho decir, porque era uno y un viaje en deslizador- Son muchas cosas que no puedo asimilar de golpe, sumándole ahora que me cuentes el por qué eres como eres y que me digas que tienes interés en mí. -explico- Eres uno de los pocos elfos que no me trata como si fuese una cosa, porque aún si tu madre era una Oscura, tu sangre es más "pura" que la mía, y así me suelen ver. Eres también un combatiente y mago destacable. Y también me resultas atractivo físicamente. -comento, cosa que digo sin ningún sonrojo, dado que en muchas vertientes de la Iglesia de Fénix sentimos que el sexo, sin necesidad de amor o matrimonios, no es algo que tenga que estar para nada mal visto*- Pero con el tiempo que ha pasado y todo lo que ha sucedido, no sé cómo me siento sobre muchas cosas en general, por lo que no sé si sentiré algo por ti o solo me atraerás para... -me cuesta un poco decirlo a pesar de toda mi decisión, pero no es tan raro dado cómo me encuentro- sexo. -termino por soltar con la voz algo más ronca, porque si bien es algo que ya he pensado muchas veces, tampoco he tenido ninguna experiencia en tal, así que aunque en mi cabeza acepto toda la teoría correctamente, todavía no me sale tan fácil después de haber tenido que enfrentar esa idea con todas las historias caballerescas con amor romántico puro y duro.

Pues no. Por el momento parecía que no iba a ir muy descaminada.

De repente, y en cuanto entramos, comenzó una pelea de gallos y gallina a la que no le vi mucho sentido. Y es que, en el transporte, Euphe parecía pasar de Renall, y Kiel parecía querer temita con Euphe, que parecía utilizarlo para poner celoso a Renall. Pero ahora en la casa, Renall estaba mosqueado con Kiel por babas y Euphe también lo amenazó con castrarlo, y yo ya no entendía nada ni a nadie. ¿Pero cómo podían estar pensando en ligar en una situación así?

Asi que, tras poner los ojos en blanco ante el comentario de Kiel sobre el baño, me acerqué hasta la radio, resoplando con gesto indignado- ¿Y que tal si dejamos de comportarnos como primates y nos centramos un poquito? Que parece que hay quien no visto una teta en su vida. - dije, en mi línea habitual, clara y sin pelos en la lengua, mientras encendía la radio. A lo mejor encontraba, con suerte, algo que fuera mejor que aquella patética demostración de testosterona.

Y así fue, casualmente. Cuando Renall se ofreció a hacer el primer turno con Isabeau me encogi de hombros, alzando también una mano-  Yo también me ofrezco voluntaria para lo que sea. Sueño no tengo, asi que, tú dirás, "jefe"- dije a Renall, con una media sonrisa.

Y estaba a punto de decir algo más cuando, de repente, llegó aquel mensaje que hizo que me parara de golpe, girándome hacia Renall, mientras asentía ante su petición, subiendo el volumen de la radio ipso facto.

¿Qué estaba pasando?

Tras visitar la tienda médica la noche anterior, Darius siguió las órdenes que le había confiado Sasha durante toda la noche. El enorme ronso vagó por el campamento de Lucis a paso lento y vista atenta hasta que la primera luz del amanecer anunció el final de la noche. Habló con varios soldados, visitó varios puntos del campo de batalla, compartió comida, bebida y conversación con muchos de los allí presentes y como no podía ser de otra manera, se hizo muchos selfies.

Así que cuando llegó el blindado para hacerles las veces de transporte, Darius cerró los ojos dándole siete veces las gracias a Fénix por tal regalo. A otros puede que no, pero a él le dolían las almohadillas de los pies una barbaridad. Eso sin contar la profunda somnolencia y el cansancio generalizado.

- Buenos días. - comenzó a saludar a los que iban llegando, uno por uno en orden de llegada.

Siendo él el más grande -con diferencia- del resto de compañeros, esperó a que los demás se subieran y se asentaran. Ya se haría él un hueco dentro. Pero fue cuando escuchó a Eladamri que arrugó el morro. - Mola. - Sí, esa era una de las palabras que le había enseñado Ruby, se notaba porque casi cambiaba hasta el acento para decir esas cosas. Por eso, se agachó ligeramente cuando pasó Eladamri. Fue a decir algo, pero después de la recepción del chiste de su pelaje el día anterior, prefirió aguantarse. Lo que no pudo reprimir fue la pregunta. - ¿Me las regalas cuando no las necesites? ¿Por favor? - Preguntó, señalando a las gafas de sol. Siempre había querido unas, si eran gafas de sol de aviador mejor, pero no le haría feos a esas tampoco.

Pero fue cuando pasó Ruby cuando le dio el alto. - Técnicamente es mio, así que lo necesitaré por un rato. Gracias. - Acabó por decirle, y usando los dedos indice y pulgar, le tomó el sombrero que llevaba la chica y entró justo después de ella, tomando asiento poco antes de que Aura lo hiciera junto a él. - Me alegro de verte mejor. - asintió en dirección a Aura, para acto seguido recostarse ligeramente en el asiento del blindado y ponerse el sombrero de Ruby encima del morro.

Por desgracia para el resto, Darius a veces ronca. Solo a veces.

Así que ignorando todo lo ocurrido dentro del blindado, se echó una larga pero merecida siesta. Nunca había sido de dormir o descansar mucho, así que con aquellas dos horas le bastaba para salir del paso hasta la próxima noche. Pero fue cuando el blindado paró y Dayka clavó ligeramente sus zarpas en la pierna de Darius, que este se incorporó rapidamente. Y por poco no se da con el techo.

Durante unos segundos miró a su alrededor, orientandose y situandose. Miró a Ruby, a quien tenía delante y durante unos segundos de silencio, no dijo nada. No fue hasta que el motor se paró, que Darius reinformó de lo obvio. - Hemos llegado. - Y se puso en pie, dejando el sombrero de Ruby, en la cabeza de Ruby.

- Una vez más, agradecido. - comentó, con una sonrisa mientras se bajaba del transporte y seguía a los demás hasta la casa franca. Pero apenas tuvo tiempo de sentarse ene l sofá cuando Sasha lo reclamó. Se puso en pie de una sola vez y se encaminó hasta la Teniente, realizando el saludo formal, indicando que estaba listo para marchar una vez más.

Salió por la puerta, girándose hacia sus compañeros y realizó un cabeceo. - Con Fénix. - acabó por despedirse, antes de seguir la marcha con Sasha, en silencio.

Dejó a sus dos compañeros en la puerta, y entró al almacén junto a la Teniente. Dayka por su parte, quien había permanecido en el hombro del Ronso, echó a volar para cubrir la zona. El Ronso caminó junto a la Teniente, lanza la zurda.

El viejo almacen se encuentra en estado calamitoso, es evidente que este lugar ha visto tiempos mejores.

Sasha te indica que esperes su señal entre las sombras mientras ella camina hasta el centro del almacén, en donde se reúne con alguien de estatura baja.

El hombre hace una señal y otros dos hombres aparecen de entre las sombras y rodean a Sasha, quien te da una señal para que te acerques.

- Me parece bien compartir la guardia contigo Renall, así como que Ruby tiene toda la razón con respecto a ciertas actitudes sexistas chicos! Por otro lado y siendo esta una casa segura ... no se si sea necesario quedarnos todo el día aquí encerrados haciendo guardias ... cuando podríamos aprovechar un rato todos para dar un vuelta para conocer Iluminar en el día del Júbilo, sea lo que eso signifique y regresar a la casa antes de que la teniente este de vuelta? - Dijo Isabeau Flambeau con voz baja a Renall sin intención de que fuese un secreto entre ellos cuando Euphemia ingresó al baño