Partida Rol por web

- ¿Conmigo? Pues, teniendo en cuenta que no puedo moverme mucho, aquí me dejas y listo. - Dijo Jack entre dientes. - Eso si, cuando te vayas cierra la puerta, así puedo seguir durmiendo. -

Lo único que quería Jack era poder descansar.

Le dolía la espalda, los huesos y los riñones, por lo que prefiere quedarse en cama.

- Iros, no os preocupéis por mí. -

No me gusta nada esto de separarnos. Donna, por favor, te pido que recapacites un momento. Si tu quieres que salgamos de la habitación, salimos, pero piensa que ellos cuando han bajado eran dos y si nos marchamos Jack se quedará solo y encima esta herido.

Juárez mira a Donna esperando de ella una respuesta coherente.

Ummmmm. Antes de que Donna hable Juárez se responde a el mismo. ¡¡Ya se que vamos a hacer!!

Donna quedate con Jack, puesto que la causa de que no quiera bajar es el estado en el que se encuentra, prefiero que se quede acompañado y yo bajaré a ver que es lo que esta pasando. Volveré lo antes posible.

Antes de que Donna pudiera responder a la propuesta de Juárez, escucháis un ruido seco... y otro.... otro más... parece provenir de esta misma planta. Suenan como golpes secos y contundentes.

No pienso salir a ver.

No pienso salir a ver.

- No salgáis. Quedaos aquí. - dijo Jack con un deje de temor en la voz. - Aquí pasa algo raro y no quiero ser el primero en enterarme. Juarez, tu eres un tío legal y bueno, quédate con nosotros. -

Como era de esperar, las cosas se iban poniendo cada vez más complicadas.

¿Qué eran esos ruidos?

Una parte del policia decía que quería investigar, pero no podía. Lo único que quería era salir de alli, vivo, y con los rehenes sanos y salvos.

Juárez, que estaba dispuesto a bajar las escaleras para encontrarse con sus antiguos compañeros de celda, se detiene un momento al escuchar el sonido que proviene de esa misma planta. Ummm, ¿que estará pasando?

Mira a Jack y Donna un poco nervioso, pues el miedo comienza a recorrer su cuerpo. -Seguramente sean Updike y Picahielos gastando una de sus bromas. Comenta con la intencion de que se descargue la tensión que se siente en el ambiente.

Luego coge aire. -Voy a salir a mirar. Donna, quedate con Jack, no esta en condiciones de quedarse solo.

Mira un momento a Jack para despedirse de el. -Lo siento Jack, volveré lo antes posible.

Juárez abre la puerta de la habitación fijando su mirada en sus compañeros y la cierra tras el.

Sales de la habitación movido por la curiosidad sobre la procedencia de aquel ruido. El viejo piso cruje débilmente bajo el peso de tu cuerpo. Te detienes en el pasillo unos segundos escuchando de nuevo esos golpes... toc.... toc.... cada vez parecen más fuertes, aunque igual de pausados. Prestas atención y te das cuenta de que parece venir de la habitación contigua al cuarto de baño(*).

Desde tu posición puedes ver que la puerta de esta habitación es distinta a las de las demás habitaciones. Tiene un par de cerrojos y está reforzada con placas de hierro por la parte inferior, no como las demás.

Juárez se acerca a la puerta de la cual salen esos ruidas secos. Intenta no hacer ruido de camino hacia su destino. Los nervios invaden completamente su cuerpo pero la curiosidad que siente es aun mayor. En el momento que se encuentra frente a frente con la puerta pone su oido en la misma.

Esta claro que alguien esta adentro y haciendo algo, a estas horas no es muy normal.

Juárez sale de la habitación, dejando a Donna con Jack. Podéis seguir escuchando los golpes: toc... toc... cada vez más fuertes, aunque mantienen un mismo ritmo pausado.

- Vale, Donna. - Dijo el policía cuando quedaron solos. - Tenemos que salir de aquí y sacar a la gente de aquí o dominar a los presos, menos a Juarez, que seguro que nos apoya en el plan. ¿Entiendes lo que te digo? Quiero sacarlos a todos de aquí, rápido, pero no puedo hacerlo sin tu ayuda, ni la ayuda de Juarez. ¿Vale? -

La mente del policia pensaba rápidamente, no podía dejar de pensar en que en este momento tendría que estar con los demás, ayudando a capturar a los malos...

Gracias a dios que le han quitado las esposas.

- ¿Que dices? ¿Salimos de aquí o nos quedamos? Vamos a por Juarez, salgamos de la casa. Vosotros os podéis ir donde queráis, no voy a hacer nada contra él, simplemente, quiero pedir refuerzos para que todos salgamos con vida de esta casa y que ellos regresen a sus celdas, ¿ok? Salgamos por la ventana y vayamos a por ayuda. -

Haciendo un esfuerzo grande, pero negando el dolor apretando los dientes, se acercó a la ventana de la habitación para abrirla y salir de alli en busca de ayuda.

Donna nerviosa asiente con la cabeza.

Sí, tenemos que salir de esta casa cuanto antes. Estoy segura de que Juárez es un buen hombre puedo... verlo. Lo que no se es cómo vamos a sacar a Uder y Ella de la casa... - dice cambiando su rostro nervioso, a una expresión más de preocupación - Además, hay algo en Ella... que no se... algo que me inquieta... no sabría explicártelo... Quizás sería mejor dejarles aquí, huír nosotros tres que lo tendríamos más fácil y después pedir refuerzos, y que la policía se encargue del resto...

- Entonces, ve tú a buscar a Juarez, dile que nos vamos. Tu puedes ir a buscar refuerzos mientras él desaparece y si tengo que quedarme, lo haré yo. Quiero decir si vuelven a atrapar a alguien, que sea yo y no otro. Así que vamos, salgamos de aquí ya. -

Uder y la mujer... no puedes dejarlos...

- A ellos vendremos a buscarlos con la policia. Será rápido, no te preocupes. -

A pesar de que Donna no sabe explicarte qué pasa por su cabeza, sabes que lo que te está diciendo es cierto, hay algo en la mujer de Uder que inquieta a Donna.

La mujer mira a Jack preocupada - Pero... tú no estás en condiciones para todo esto, Jack, necesitas reposo, tus dolores... - Donna no comprendía bien la situación. - ¿Crees que puedes hacerlo?

Al acercar tu oído a la puerta, oyes con más claridad aquellos golpes. Es como si alguien estuviese golpeando una puerta de madera o algo similar, golpeándola con bastante fuerza, los golpes son cada vez más fuertes. Sin embargo no escuchas nada más, no escuchas a nadie...

- Sí, creo que puedo hacer un último esfuerzo pero tiene que ser ya. Ve a por Juarez y dile que nos largamos de aquí. No sé que va a decir él, sólo dile que no voy a ir a por él. Quiero que se escape y se largue de aquí, y si sigue con nosotos, veré que sea puesto en libertad aunque deje mi vida en ello. - Dijo el policia, levantándose de la cama con algo de dificultad. - No voy a dejar que muera gente inocente, y a los que se han escapado, los pillaremos a todos. Ve a por el, yo voy a abrir la ventana para salir de aquí ya mismo. -

Jack se levantó despacio y se acercó a la ventana, abriéndola de par en par para que los tres salgan por allí en cuanto tengan oportunidad.

- ¡Vamos! -

Ummm, que extraño... parece que hay alguien encerrado dentro de esa sala.

Juárez acerca su mano lentamente al pomo de la puerta, en el momento en el que la va a girar se detiene. Creo que sería mejor comentarles a Jack y Donna lo que parece que se encuentra detras de esta habitación.

Otro pensamiento golpea la cabeza de Juárez cuando se va a separar de la puerta. Pero... y si.. es alguien que se encuentra en peligro, hemos visto demasiadas cosas extrañas, a lo mejor alguien esta sufriendo detras de esa puerta.

No puedo irme. comenta en voz baja.

Se acerca firme y seguro hacia la puerta y en el momento en el que toca el pomo afirma con la cabeza. Es el momento de girarlo, ahora o nunca.

Juárez quita los cerrojos y gira el pomo de la puerta...

Al abrir la puerta te das cuenta de que es extremadamente gruesa, en comparación con las demás.

Es un oscuro y espeluznante desván lleno de muebles antiguos, un viejo bahúl, cajas con ropa, un gran armario junto a una de las paredes, cuadros algo estropeados por la humedad apoyados contra distintos muebles... en fin... antiguos recuerdos encerrados en un cuarto que dirías que no se ha abierto en años, por el fuerte olor a cerrado y humedad que allí hay.

Los golpes, ahora suenan mucho más fuertes, parece que la puerta amortiguaba bastante aquel sonido. No tardas en darte cuenta de que provienen del bahúl. Con cada golpe notas un ligero movimiento de este, como si alguien estuviese dentro golpeándolo.