Partida Rol por web

45 minutos después los metahumanos llegaron a la nave de Superhéroes Inc. Se encontraba a las afueras de Madrid, en un pueblo o quizá ya barrio, conocido como las Rozas. El lugar estaba situado en un polígono industrial. Chamán llamó por teléfono a Kross justo en el momento en que arrancaron indicándole que se dirigían hacia allí.

Las puertas del hangar se abrieron, aquel lugar era el equivalente al garaje, pero lo más impresionante de todo era que también allí tenían aparcada una pequeña nave. No era el Halcón Milenario, pero si era lo suficientemente grande para poder viajar todos de forma privada y sin levantar demasiadas sospechas.

Kross y Rubén los recibieron en la puerta de entrada con varias bolsas de comida. No tenían muy claro qué querrían comer, así que habían ido a diferentes restaurantes de comida rápida y habían comprado hamburguesa, pizzas e incluso sushi. 

Bienvenidos. Dijo Miss Kross con cara de muy pocos amigos. Ya me ha contado Chamán la pérdida que hemos sufrido. Dijo lamentándose por los dos recién llegados. Murieron como héroes. Potencia no se presentó ante los recién llegados, simplemente les acompañó a todos a una mesa que tenían puesta allí mismo y dejó las bolsas de comida para que pudieran cenar todos.

Cenad, es muy tarde y estaréis muertos de hambre. Después os tengo preparadas vuestras camas, dijo a los recién llegados, allí podréis descansar y dormir. Mañana tenemos muchas cosas de las que hablar, se nos acaba el tiempo y aún queda mucho trabajo por delante.

Tratar de explicarle a Antonio su súbita desaparición y el que se iba a ausentar unos días (se contuvo de decirle "hasta el fin del mundo, si hay suerte nos vemos el día siguiente para desayunar") era comlicado, atendiendo al problemático historial con el que cargaba.

- No, papá, no estoy ni endrogada ni borracha, ni me voy de fiesta pero me ha salido una oportunidad de trabajo completamente inesperada y, o iba hoy o no tenía forma de poder llegar hasta el lugar de destino.- Dejó que Antonio se quejase y le hiciese jurar y perjurar varias veces que todo estaba bien. - Si, si... De jornalera... Hasta que esté allí no sabré para cuantos días me pillan, pero te aseguro que por lo que pagan vale la pena.

La chachará continuó otros diez minutos. Todos habáin entrado ya en la nave y Eugenia se despidió justo cuando rebasaba el umbral de aquella base. Comida, una buena ducha y ropa limpia eran sus siguientes prioridades en la lista, esperaba que los tales Superhéroes Inc (Really?) tuviesen en cuenta esas necesidades.

Sus dudas se disiparon en parte cuando la tal Miss Kross les llevó hasta la mesa donde reposaban las bolsas de distintos restaurantes de comida rápida. Su vista se posó sobre una que tenía el logo de la cadena Sushi Shop. No iba a ser el sushi de su vida pero llevaba tiempo sin poder permitirse el capricho, así que tomó a toda velocidad un recipiente de nigiri, rompió la precaria unidad de madera que unía los dos palillos enviados con la comida y hundió un dedo en el wasabi, llevándose la mitad de aquella masa verde a la boca para cerciorarse de su nivel de picor. Mientras sus sienes latían por el picante y comenzaba a toser por lo bajo, tomó asiento, escuchando todo lo que se decía a su alrededor. No estaba como para hablar, tras el aluvión de novedades que acababan de dar un volantazo a su existencia, pero, oye, media hora antes le habían abierto la cabeza y estaba muerta. El destino es caprichoso.

Al menos las voces de su cabeza habían desaparecido. Esperaba no volver a morir sin antes descubrir de qué iba aquello.

Pensó bastante en las palabras dichas por Carla. No sabía si una vez en la base oirían algo que los echara atrás en su decisión a uniros a ellos, pero Ulises sentía que no. Lo que había pasado allí junto a ellos había marcado un antes y un después en su vida pero aun así tenía algunas preguntas. Sus prioridades habían cambiado pero pensándolo mejor, quizás no tenía por qué abandonar completamente la vida que tenía planeada, ¿o sí? El fin del mundo era una cosa que le costaba creer. ¿Cuántas veces se había previsto el apocalipsis para tal fecha a lo largo de la historia? Muchas veces y nunca había llegado, ¿por qué esta vez iba a ser diferente? ¿De qué estaba hablando Carla? Demasiadas preguntas y hasta que llegaran a la nave no serían respondidas.

Los minutos pasaron eternamente, pero mientras pasaban, se dedicó a enviar mensajes y hacer algunas llamadas, principalmente a sus compañeros de piso y a su madre para decirles que estaba bien, solo se había “desmadrado” un poco aquella noche. No fue demasiado decepcionante la llegada porque sí que tenían una nave para ellos, y eso lo dejó pasmado durante largos segundos que se la quedó mirando hasta que empezó a oler el delicioso aroma de la comida rápida.

— Buenas noches. — saludó también el joven y abrió una de las cajas de pizza para coger un trozo. Le supo a gloria el primer, segundo y tercer bocado consecutivos por el hambre que tenía. También tomó un par de servilletas para limpiarse los morros. —F-Fengo… —carraspeó y tragó para volver a abrir la boca. — Tengo muchas preguntas, supongo que el resto también. ¿Hasta mañana no serán respondidas? — No quería que se le notara muy ansioso, sin embargo lo estaba. Esperaba poder dormir bien aquella noche en su estado. — Podremos ducharnos antes de irnos a dormir, ¿verdad? — porque no olía demasiado bien con la mezcla de sudor y sangre seca que tenía por gran parte de su cuerpo.

Nada más entrar en uno de los coches y ponerse el cinturón, quedó profundamente dormida, estaba agotada y se pasó descansando los 45 minutos que duró el trayecto acurrucada contra la puerta del vehículo. Quizá por ello se sorprendió tanto cuando llegaron, se despertó de golpe y desorientada, pero pronto centró su atención en aquella enorme nave industrial.

<< Bueno, llamar nave industrial a esto quizá es quedarse un poco corto. >>pensó, nunca había visto nada que se le pareciese ni remotamente. Tuvo que esforzarse por mantener la mandíbula cerrada. 

Ver la comida hizo que se le volviera abrir el apetito y se acercó a la mesa que tenían preparada mientras la tal Miss Kross hablaba, hasta que algo hizo que se volviese.

- ¡¿C-camas?! - inmediatamente se sintió estúpida por completo al preguntar algo tan obvio. 

<< Claro, me voy durmiendo en los laureles y me entero de todo la última. >> -se lamentó en silencio por no haber prestado mucha atención antes de salir del pabellón y haberse dormido en el coche. Miró hacia un lado, donde Eugenia hablaba por teléfono y suspiró. Era hora de hacer la llamada de rigor, tendría que inventarse alguna excusa. Sacó el móvil cascado de dentro de su bolsito e intentó encenderlo, por suerte prendió al primer intento, aunque la pantalla a parte de quebrada tenía las típicas manchas en negro y no se veía demasiado bien. Tenía una llamada que parecía de su madre y algunos mensajes de sus "amigas" que ignoró por completo, intentando marcar con nervio el número de su madre, un cristalito se le clavó en el dedo.

- ¡Ay, joder! - gritó metiéndose el dedo en la boca, cuando recordó que estaba en compañía se giró a mirar al resto con apuro- P-perdón -volvió a apretar la pantalla con más cuidado y dio tono hasta que alguien descolgó al otro lado-. ¿Mamá? Sí, perdona, es que, bueno se me ha pasado porque estoy en casa de una a...-la palabra "amiga" no iba a resultar demasiado creíble- una compañera de trabajo. Sí, me han invitado, pasaré la noche fuera ya te aviso cuando vuelva. ¿Mamá? Ah... ¿tan raro es? Bueno, hasta mañana.

Colgó y se acercó por fin a la mesa, sentándose sin darse cuenta frente a las hamburguesas y arrugando la nariz. Las apartó disimuladamente y se sirvió varias porciones de pizza.

<< Esto al menos no veo cómo lo hacen. >> No tardó en devorar aquellos pedazos que le supieron a gloria y se sirvió más, escuchando atentamente todo lo que se decía en la mesa sin aportar mucho más que mostrar apoyo ante la pregunta de Ulises.

Podremos ducharnos antes de irnos a dormir, ¿verdad?

- S-sí por favor -dijo reparando de nuevo en el aspecto polvoriento de todos, en parte por su culpa, también tenía muchas preguntas, pero lo que les había planteado aquella mujer no le sonaba nada mal-. M-mañana nos contaréis todo, ¿verdad?

-Hora de papear -declaró AJ, con una leve palmada.

El heavy decidió sentarse mientras agarraba una de las hamburguesas con una mano y se la llevaba a la boca. Había quien diría que se trataba de comida basura, pero en esos instantes al metalero poco le importaba. Solo quería alimentarse y reposar del duro día hasta la mañana siguiente. A medida que comía, tomó también su teléfono móvil para enviarle un mensaje de Whatsapp a sus padre, indicándoles que esa noche no pasaría por casa. La excusa era que se quedaría en casa de unos amigos.

-No me vendría mal una ducha a mí también -aseguró Antonio, entre mordisco y mordisco. Dirigió una mirada a Nerea y Carla, sabiendo que eran las únicas junto con Kross y Chamán que podían ofrecerle respuestas al tema que ya había salido a la luz después de que acabasen con el Ilusionista-. Oye, ¿qué es eso de que el mundo se va a terminar en una semana? ¿Alguien nos lo explica?

Cuando entraron en la nave industrial, o más bien en aquel hangar donde se guardaban los dos coches y el jet y vio las miradas de sus compañeros hacia el avión, lo miro durante un momento.- Ah, bueno, realmente si tenemos una nave.- Con todo el lío se le había olvidado la existencia de aquel avión privado. En otro momento se habría sentido confundida al olvidar algo así, pero por lo que había vivido y como de cansada estaba, incluso detalles como un avión desaparecían.

Con sus nuevos compañeros en comitiva se dejo llevar hasta la mesa donde habían dispuesto la comida, una vez sentada en una silla y apartando a un lado el plato dejo caer la cabeza sobre la mesa. Tenía hambre sí, pero la cabeza le daba vueltas. Aquello siempre acababa ocurriendo cuando tenía demasiadas visiones, como una bajada de tensión.

Estuvo así durante unos minutos, poco parecía importarle lo que ocurría a su alrededor hasta que finalmente el olor de la comida le obligo a reaccionar. Levantando de manera perezosa la cabeza empezó a otear la diversa comida optando finalmente por una pequeña bandeja con sushi variado.

Cuando estaba por comerse la primera pieza la pregunta de AJ llego. Por un segundo miro al joven metalero como preguntándose hasta donde explicar y cómo hacerlo. Finalmente opto por soltar la bomba en pocas palabras.-Es complicado. A grandes rasgos un metahumano capaz de dar saltos en el tiempo vino del futuro para prevenirnos de que la aparición de dos metahumanos que juntarían sus poderes y crearían una fisura en el espacio haciendo desaparecer el universo… Más o menos.- Tras decir todo aquello empezó a separar los palillos para coger las piezas de Sushi. Pero antes de hacerlo miro hacia la zona en la que por la mañana había estado la jarra con café. Tras un gesto de resignación, finalmente empezó a comer.

Como todos, Carla estaba agotada,monto en el coche dejandose caer sobre el asiento,lo primero que hizo fue llamar a su madre para asegurarse de que estaba bien, para ello uso uno de los móviles desechables que tenian en el coche. Todo su ser le decía que sus padres estaban bien, pero después de ver lo que vio, necesitaba escuchar sus voces, y saber que estaban bien, asi que cuando su madre descolgo dijo las palabras "hola hija" No pudo evitar llorar, y aprovechó para desahogarse un poco, contándole que dos amigos sullos habían muerto, aunque mintió. Y dijo que estaban graves por la explosión de Madrid de hace varios día. Finalmente se despidió con un "os quiero" y colgó.

Cuando llegó a su base de operaciones Carla le pasó el cuchillo del ilusionista a Miss Kross,
- sería bueno investigar el cuchillo por si es algo normal, o tienes algún poder o tecnología que no sabemos.

Luego, Si sentó a la mesa y y todos sus compañeros vieron como comía como no habían visto comer nunca a nadie, al menos a nadie con la forma física de Carla, sobre todo comio hamburguesas y pasta. No dijo bien un a palabra hasta después de terminar de comer.

-Bueno el universo no, pero crearan u agujero negro que se tragará el planeta y todo ser viviente de este. Tenemos muy poca información de los mutantes, los Estamos buscandoes difícil, todavía ni ellos saben que son mutantes.- Carla se estiró en el sitio y añadido. - creo que me voy a duchar y dormir, mañana a las 7 estaré haciendo yoga y ejercitandome a tés de la reunión, por si hay algun interesado, la respiración y concentración ayuda a controlar los poderes.

Miss Kross asintió a las palabras de Carla y Nerea que a grandes rasgos les habían explicado en qué consistía el fin del mundo. Cuando todos habían recuperado fuerzas gracias a la comida rápida, Rubén, el ayudante de Miss Kross, los llevó a unos extraños tubos. Carla y Nerea se metieron allí sin dudar y el resto lo hicieron sin dudar demasiado.

Apenas unos minutos salieron de allí como nuevos. Todas las heridas de su cuerpo se habían regenerado por completo y aunque seguían sintiendo sueño, se encontraban mucho mejor. Aquellos tubos parecían regenerar las células y era una tecnología que nunca antes habían visto.

Tras salir impregnados de un líquido semiespeso se dirigieron a las duchas para poder lavarse y asearse y finalmente les dieron unos monos grises con el logo de superhéroes inc bordado en el pecho y les indicaron donde se encontraban las camas donde pasarían la noche. 

Nos vemos mañana en la sala de reuniones, hoy descansad. Trataremos de analizar el cuchillo que nos habéis dado y ahora me quedaré hablando con Chamán para que me cuente todo lo que ha pasado.

Espero que podáis descansar y que los horribles traumas que habéis sufrido hoy no os provoquen pesadillas. Kross hablaba con el tono de una madre diciendo unas palabras que quizá no habían sido del todo adecuadas. Por lo poco que la habían conocido hasta ahora, daba la sensación de no ser una mujer con mucho tacto.

Mañana nos vemos a las 8.00. Tendremos el desayuno preparado en la sala de reuniones y os pondremos al día de cuál es la misión para salvar al mundo. A penas nos queda tiempo.

Todos estaban ya en la Sala de Reunión cuando Miss Kross llegó junto a sus tres ayudantes; Rubén y Ofelia, que eran el secretario y la piloto de los vehículos de la empresa y el metahumano que ya conocían, Chamán.

Aquel lugar era una zona amplia carente de ventanas y de decoración. Las paredes estaban pintadas de un gris pálido y una lámpara de luz blanca iluminaba la estancia. En el centro había una mesa ovalada y muy larga, rodeada de al menos una veintena de sillas y todas ellas enfocadas hacia un televisor de 64 pulgadas colgado de la pared.

A pocos metros de la mesa principal había otra mesita llena de comida, con sándwiches, aperitivos, algo de fruta, refrescos y también rosquillas, exactamente igual que el día anterior. También había tres teteras, una con café en su interior, la otra con té y la última con leche semidesnatada.

Poneos cómodos. Afirmó Miss Kross mientras iba encendiendo la televisión y sacaba un pequeño portatil.

Buenos días a todos. Me alegro que sigáis interesados en ayudar a salvar el futuro de la humanidad. Miró a las recientes incorporaciones, pues para ellos aquello era una absoluta novedad y no sabían nada. Lo primero que quiero deciros es que no estáis obligados a seguir, lo hacéis por vuestra propia voluntad y muy probablemente de nuestros actos dependerá lo que suceda en el mundo. Pero muchos nos han abandonado ya, y no os sintáis obligados, hay quién ha preferido vivir sus últimos días junto a sus seres queridos. Dijo encogiéndose de hombros confiando en que quienes se quedaran fueran suficientes para resolver el terrible problema que se cernía sobre ellos.

Ha llegado el momento de que os explique en qué va a consistir el trabajo que tengo pensado para vosotros. 

En ese momento Rubén encendió la televisión.

Lo siento por Nerea y Carla, que vosotras ya concoéis la historia, pero no os vendrá del todo mal oírla de nuevo. Tenemos que parar una Fusión Inminente. Dos de las grandes empresas de este país, van a fusionarse. Por alguna razón, Kross lanzó una mirada directa a Carla, algo breve, pero que no pasó desapercibida para la joven camarera. En ese momento la televisión mostraba los logos de las entidades que se iban a unir. Dimensión me dijo que esto sería el principio de una terrible catástrofe nuclear que terminará con el mundo tal y como lo conocemos. Esta unión provocará muchos mutantes inducidos, no serán metahumanos cuyos poderes los hayan conocido desde que eran pequeños, no, estos metahumanos serán convertidos a raíz del suceso y traerán el caos a este país y a todos el mundo. En el televisor salían imágenes relacionadas con la Guerra Civil y también con la Segunda Guerra Mundial. En esas imágenes podían verse la actuación de metahumanos, era como si nunca hubiesen sido mostradas en las noticias o en televisión. ¿Desde cuando llevaban existiendo los metahumanos?

Muchos grupos de metahumanos van a estar a favor de este suceso ya que dotará de grandes poderes a humanos que antes eran normales y que deseaban tener poderes como nosotros. En ese momento la mirada se la lanzó a Ofelia y ésta agachó la cabeza aún más avergonzada.  Lo que provocará la guerra entre muchos sectores de la población y entre varios países. Dará lugar a la Tercera Guerra Mundial y todo terminará reducido a cenizas y polvo. 

Dimensión pudo viajar al pasado para avisarnos, no pudo estar aquí el tiempo suficiente como para darme demasiados datos, pero sí como para informarme de esto. No sé con exactitud cuando sucederá la fusión, pero sé que ya nos quedan menos de siete días. Carla y Nerea llegaron a una conclusión que quizá sería la más efectiva aunque yo no estaba del todo de acuerdo. Conocemos a un metahumano que vive en Santander capaz de localizar a cualquier persona que sea metahumano, aunque aún no lo sepa. Quizá si lográis convencerle pueda ayudarnos a salvar el mundo. Pero el problema es conseguir que colabore o no con nosotros. El Sr. Sacristán y yo... dijo poniéndose colorada, digamos que no tenemos una buena relación precisamente.

Cualquier duda que tengáis es un buen momento para que la resolvamos ahora. Trataré de responderos a todo lo que recuerde y aunque mis modales a veces brillen por su ausencia no quita que no os quiera dar toda la información posible. De todas maneras, antes del problema del Ilusionista, Carla y Nerea creo que habían trazado ya un plan y quizá ellas puedan ayudaros a resolver algunas dudas.

¿Entendido?

Miss Kross suspiró hondo para relajarse y prepararse para la ristra de preguntas que iban a hacerles. 

A pesar del cansancio no durmió demasiado bien, tal vez aquello fuese lo que Miss Kross quería evitar al no responder ninguna de las preguntas pero Nerea sí que lo hizo. Era increíble como un conjunto de palabras podía marcar tanto a una persona y no solo una noche, sino seguramente las siguientes si es que lo que decía era cierto. A Ulises le costaba creérselo, pero parecía que gran parte de él lo había hecho, esa parte que no le había dejado pegar ojo. Se quedó tan en shock que ni cuestionó que aquello fuese verdad; era Nerea, tenía el poder de ver el futuro ¿no? No podía ser un error. Pero tenía tantas preguntas… como por ejemplo, ¿quién en su sano juicio querría hacer desaparecer el universo? Moriría también.

Ojalá la ducha caliente le hubiera ayudado a relajarse, pero el runrún de su cabeza no se detuvo. Tampoco podía olvidar las palabras de Carla que apoyaron las de Nerea, dando aún más detalles de lo que ocurriría. Estremecedor… No quería quedar de cobarde, pero el asunto acojonaba y mucho. Él aún se sentía un humano normal y corriente con aspiraciones mundanas, pero si había aceptado tenía que ser capaz de asumir su papel y aceptar la dura realidad que solo aquel grupo del que formaba parte podría cambiar.

Amaneció a la hora justa, y eso que la actividad propuesta por Carla le hubiera venido de perlas pero con la falta de sueño no pudo levantarse antes. También estuvo ocupado pensando en aquellos tubos que los había cubierto de una capa viscosa cuya función, imaginaba, era la de curar las heridas. No tenía más sentido que ese y aunque a él no le había hecho falta, le dio curiosidad por saber de dónde habían conseguido algo así.

Con el mono ya puesto, y frotándose los ojos fue a la sala donde habían quedado. Todo parecía sacado de una película de ciencia ficción. Tomó asiento en una de las sillas pero no sin coger antes uno de los sándwiches que vio en una mesa cercana y servirse un café. — Buenos días. — Seguidamente miró fijamente a Kross mientras ella comenzaba a hablar.

Pensó en su familia que le esperaba en Málaga. Quizás lo más lógico y correcto fuese coger el siguiente AVE y volviera a casa para estar con su familia el tiempo que supuestamente quedaba. Pero se dio cuenta de que no podría disfrutar ese momento pensando en si los chicos terminarían consiguiéndolo o no. Tenía que ayudar. A lo mejor su participación no sería clave para la salvación, pero… ¿y si así fuera? ¿Y si se necesitaba el conjunto de todos sus poderes para detener el fin del mundo? Ya sí que lo tenía claro; quería continuar.

Escuchó atentamente las palabras de la mujer mientras observaba las imágenes que proyectaba la pantalla que tenía frente a él. Ulises se quedó bastante impresionado después de haber escuchado toda la historia. Pasó la mirada por todos sus compañeros pero centrándola más en Carla y Nerea que eran las que ya conocían todo lo que estaba por pasar.

— Wow — soltó por la boca, habiéndose olvidado del sándwich que se estaba comiendo y aun sostenía en su diestra. — Vale, a ver… — carraspeó y dio un trago al café — No se sabe la fecha exacta de la fusión pero el resto de datos que tenemos lo compensa con creces. Aún estamos a tiempo para evitarlo. ¿Conocemos a los gerentes de las empresas?  Porque supongo que nuestro principal objetivo es impedir la fusión de estas dos empresas, ¿verdad? Sé que tenemos que evitar el fin del mundo pero no desde qué punto. — Se rascó la cabeza con aire pensativo — El Sr. Sacristán nos podría ayudar a localizar a otros como nosotros ¿pero a alguno en particular en el caso de que la fusión se lleve a cabo?, ¿o es que vamos a usarlo para reclutar a más metahumanos? Lo siento, pero tanta información repentina me aturde un poco.

Carla llegó a la reunión, con su ropa de trabajo puesta, un traje negro ajustado que definía muy bien su físico ya que el traje era de un tejido elástico, el traje también tenía partes visiblemente reforzadas, en la parte del tronco, el traje además tenía como complementos unos brazaletes y un cinturón de pinchos, que daban a Carla un aspecto entre motorista y dominatrix, que acompañado de su antifaz negro impresionaba un poco, aunque tras pulsar algo en su cuello el antifaz desapareció.

Ignorando las miradas de los nuevos debido al traje, cogió una buena cantidad de comida y un te y se sentó. Para escuchar toda la historia de lo que pasaría otra vez.

Tras las palabras de Ulises, ayudando a Miss Kross, contestó ella algunas preguntas, y Alario más información. - El problema no es la fusión en si, lo que pasa es que dos trabajadores desconocidos de estas empresas se conocerán debido a la fusión, y cuando se conozcan despertaran su poder, los dos juntos podrán alterar la realidad a su antojo. Y ese será el detonante de todo lo que ha contado Miss Kross, y después de todo ese caos y sufrimiento, en una demostrado de poder de estos tipos, crearan un agujero negro que se tragará el planeta. No sabemos quienes son porque habían cambiado tanto la realidad que nuestro amigo del futuro no podía darnos más pistas. Además tenemos que ir con cuidado, si impedimos la fusión puede que el futuro cambié, pero que traigamos unos problemas muy serios, por ejemplo, si gracias a la Fusión mejora la economía del país podría ser beneficioso para los metahumanos,la gente es más tolerante con el bolsillo lleno. Así que la Misión consiste en encontrar a los trabajadores y evitar que se conozcan.

Antonio llegó a la reunión y decidió agarrar uno de los sandwiches de la mesita mientras se servía un poco de leche semidesnatada. Daba pequeños tragos y sorbos mientras escuchaba las explicaciones que les ofrecía Miss Kross. Le sorprendió ver aquellas imágenes en las que se mostraba a metahumanos en la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. En otras circunstancias hubiera pensado que se trataba de una broma o algún tipo de montaje, pero había visto que aquella gente realmente iba en serio.

-Pues a menos que recurramos a ese señor Sacristán, creo que esto podría ser como buscar una aguja en un pajar -aseguró el heavy, tras escuchar los comentarios de Ulises y la nueva información que agregaba Carla-. Porque no sólo es impedir que las dos empresas se fusionen, sino el hecho de que esos dos trabajadores desconocidos se conozcan. Quién sabe, incluso cabe la posibilidad de que se terminen conociendo incluso si impedimos que las empresas se unan. O que se conozcan a causa de que impidamos que las empresas se fusionen.

Dando un sorbo a la leche, el muchacho pensaba en esos instantes en las numerosas películas y series de televisión en las que los personajes viajaban en el tiempo o recibían información sobre el futuro y, cuando intentaban arreglar un hecho, eran precisamente ellos quienes lo provocaban.

-Lo fundamental es evitar que esas dos personas lleguen a conocerse -razonó, coincidiendo con la idea que había planteado Carla-. Pero, ¿cómo lo hacemos? Por el momento ni siquiera sabemos quiénes son. En una empresa podría haber miles de trabajadores. ¿Cómo sabremos que no nos equivocamos de personas? -Recordó que Miss Kross había indicado que Nerea y Carla habían trazado un plan de acción, por lo que se dirigió a las dos jóvenes-. ¿Cuál es el plan?

La cabeza de Eugenia, aun sin las voces alienígenas parloteando, había bullido toda la noche dejándole más bien poco tiempo para el descanso. En otras circunstancias se habría desahogado un poco pero al desconocer el lugar y compartir habitación se sintió cohibida, no como cuando andaba por ahí, lanzando pedruscos a la cabeza del primer incauto que pasaba.

Tras levantarse y unirse con el resto había hecho un par de sencillos sudokus en su móvil para comprobar cómo de frita tenía la neurona. Todo estaba en su lugar pero aún así cada palabra de la tal Miss Kross generaba millones de preguntas más, peleando por reventarle el cráneo, peor tras su experiencia del día anterior sabía que no quería una ventana abierta directamente a su maltrecho cerebro.

Si se lo habían cargado todo se preguntó cómo había logrado llegar hasta el presente aquel tipo del futuro. Recordó una peli de terror que le acojonaba de pequeña, El Príncipe de las Tinieblas, en la que dos chinos de Golpe en la Pequeña China y el psiquiatra de Hallowen se encerraban en una iglesia y cada vez que se dormían les pasaban un vídeo muy mal grabado sobre la llegada al mundo del anticristo.

- Putos taquiones.- Dijo, sin venir a cuento de nada. Tras aquello prefirió que las chicas contasen su plan y el resto fuesen los que hiciesen las preguntas, porque si ella arrancaba, iba a seguir preguntando chorradas hasta que aquellos dos metahumanos se hubiesen dado por culo mutuamente mandando el mundo a tomar por el idem.

Lo del uniforme de dominatrix le había parecido lo más, si iba a seguir en este oficio por más de una semana, le preguntaría dónde se había hecho con el modelito. Tal vez pudiesen ir conjuntadas, como las luchadoras por parejas de la lucha libre.

La aparición de Nerea en la sala fue probablemente de las ultimas. En la joven se notaban las ojeras de alguien había podido conciliar mal el sueño, aunque el retraso de su llegada no había sido provocado por pereza o sueño, sino más bien por la impresión que le había causado encontrarse con un cabello blanco al mirarse en el espejo. El día anterior, con todos los problemas, no le había prestado atención, e incluso se había olvidado de el al dar con la cama, razón por la cual al encontrarlo frente al espejo se quedo ciertamente conmocionada.

Cuando llego a la sala no hubo mucha duda en sus movimientos y después de levantar la mano a modo de saludo se dirigió hacia el recipiente que contenía el café para servirse un vaso entero. Se sentó en una de las sillas disponibles y mantuvo las manos rodeando el vaso de café caliente mientras la presentación se daba. Aunque parecía que ella ya había vivido aquella charla durante un momento de la conversación frunció ligeramente el ceño.

Cuando llego el turno de añadir información, tras tomar un pequeño sorbo de café hablo. - Los meta humanos no son altos ejecutivos o algo parecido y se conocerán en una fiesta tras la fusión de Repsol y Endesa. Así que, técnicamente, la fusión no nos marca "el fin" si no más bien la confluencia de esas dos personas. Tiempo de descuento.

La verdad es que no tenemos un plan claro, cuando íbamos a empezar a trazarlo el ilusionista hizo su aparición.- Nerea se encogió de hombros levemente antes de dar otro sorbo al café cuando se dio cuenta que había pasado desapercibida la pregunta de Ulises.- No, no queremos encontrar más gente que nos ayude con el poder del señor Sacristan, a decir verdad tenemos la esperanza de que nos ayude y sea capad de localizar a al menos uno de los dos empleados.- La joven hizo un momento de silencio pensando en si debía decir la forma que tenían metahumanos, pero como no parecía relevante en aquel momento prefirió finalizar su intervención.

Por algún motivo que ni ella misma lograba entender, se sintió cómoda en aquel lugar desconocido y surrealista, lleno de cosas que no había visto nunca. Observó hasta el más mínimo detalle y cuando llegó el momento de descansar, se tumbó cómodamente en la cama, sin mucho preámbulo.

Repasó minuciosamente lo vivido durante aquel día de locos, el terremoto, el circo, el hangar... una y otra vez. Finalmente descartó seguir pensando en cuestiones trascendentales y se centró en una decisión que parecía que debía tomar. ¿Quería ella pertenecer a este submundo, en qué lado debería estar cuando todo se fuese al carajo? Por una parte, aunque nunca lo hubiese admitido, se moría de ganas por sentir que pertenecía a algún lado y dejar de ser la chica “quiero y no puedo”. Pero por otro, todo aquello le aterraba, solo quería llegar a su casa y hacer como si no hubiese pasado nada, seguir con sus paseos diarios por el parque con Clotilde y tejer tranquilamente en su sillón después de volver del trabajo.

A pesar de todo ello, se durmió profundamente y descansó como no lo había hecho en mucho tiempo. Quiso ir a la sesión de yoga con Carla, pero en el último minuto le entró el apuro, habían vivido mucho como grupo en las últimas horas pero parecía que aquello no había hecho desaparecer todavía la ansiedad social que sentía cada vez que se acercaba a un desconocido. Así pues se quedó remoloneando en la cama hasta que se hizo la hora de la reunión.

Al llegar no fue capaz de coger nada para desayunar, sentía un nudo en el estómago que necesitaba deshacer primero. Escuchó, escuchó en silencio todo lo que tenían que decirles y luego la intervención de sus compañeros, hasta que decidió hablar.

-  C-creo... Creo que soy de la opinión de Antonio, quiero decir -suspiró con pesadez, había demasiada gente pero al menos el salón era grande- dejando de lado todo el tema de que vamos a morir todos y esas cosas... l-las relaciones se basan generalmente en coincidencias y las coincidencias son aleatorias. ¿Qué seguridad tenemos en que no vamos a ser nosotros los que la fastidiemos? Podríamos evitar que se conociesen en esa fiesta, pero ¿hasta qué punto podríamos evitar que no se encontrasen en el parque, el supermercado o de cañas en el bar de la esquina?

De pronto se puso ligeramente colorada al caer en cuenta que estaba divagando en público.

- L-lo siento. En cualquier caso el tal señor Sacristán parece importante en todo esto, s-si decidís que vayamos... me presto voluntaria para acompañaros.

Parecía que al fin había tomado una decisión.

Carla y Nerea habían ido ayudando a resolver las preguntas que habían planteado, así que Miss Kross  no tuvo que responder nada más que a Rebeca. No, no tenemos ninguna garantía de que no se conozcan en otro sitio. En ese momento miró a Rubén y a Chamán, la realidad es que no se había terminado de plantear esa opción. La clave es impedir que eso suceda de cualquier forma, quizá convencer a uno de que se marche del país, o al menos cambie de ciudad, o quizá una decisión peor y más drástica, aunque eso sin duda sería la última de las opciones. No quiso hablar de matar a aquel metahumano que no tenía aún la culpa de nada. Realmente esa no era una opción, pero es que Helen era demasiado pragmática y era consciente de que esa podría terminar siendo la solución final.

A mi no me hace ninguna gracia que Sacristán os tenga que ayudar, y dudo que él quiera. Por eso esta nueva misión es muy delicada. Estaba claro que Kross no estaba muy convencida de aquello, pero lo cierto es que era la solución más rápida y efectiva y una vez más se negaría a viajar con ellos. Quizá Carla y Nerea pudiera explicarles la razón de ello, pero hacerlo delante de la jefa no fuera la mejor idea.

Poco a poco fueron aclarándole las dudas a Ulises, el cual estaba dando buena cuenta del sándwich que hacía pocos minutos había cogido. No pasó desapercibido el uniforme de Carla, ni para él, ni para nadie, pensó. No obstante evitó no mirar demasiado, no fuera que lo tomaran como el típico baboso que no era, así que se centró en escucharla.

La historia que contaba Carla era estremecedora, sabían perfectamente qué iba a ocurrir, pero Ulises se seguía preguntando por qué harían algo así. Algo tan estúpido que acabaría con todo el mundo incluyéndose a ellos mismos. Pensó que a lo mejor había cosas que desconocían, como lo que diese sentido al objetivo de quienes provocarían el apocalipsis. — ¿Desapareceremos por una demostración de poder? — Le costaba mucho creerse algo así, pero ¿por qué? A lo largo de la humanidad se había demostrado incontables veces que la estupidez humana no tenía fin.

Ya quedaba claro el objetivo, y con la intervención de AJ más todavía. Esperó que respondieran a sus preguntas pues en la cabeza de Ulises se habían formulado las mismas. Nerea aportó muchos más datos sobre lo que les habría contado aquel metahumano del futuro. — ¿Y hay algún dato que sepamos sobre esos empleados? Alguna descripción que ayude al Sr. Sacristan a localizarlos? — o lo mismo era tan “pro” que sería capaz de localizarlos como el Profesor X de los X-Men, aunque en realidad éste necesitó la ayudita de “Cerebro” para hacerlo.

Alejó de su mente cualquier pensamiento friki, aquello era muy serio. Y Miss Kross no parecía estar muy convencida de pedir ayuda a ese señor. Se veía que habían tenido problemas en el pasado. Tenía ganas de saber lo que había pasado entre Sacristan y Kross, pero no era el momento de cotilleos. — Sí le explicamos la gravedad del asunto nos ayudará, sin importar los problemas que hayáis tenido. Creo yo que le dará más importancia a evitar el fin del mundo. — O eso esperaba, el orgullo y el rencor de una persona podía ser desmesurado, pero Ulises tenía esperanzas de que su sentido común fuese superior.

-Tal y como están las cosas, creo que nuestra única opción es recurrir a la ayuda del tal Sacristán -comentó el metalero, pensando que no disponían de ningún dato sobre quiénes serían esos empleados o cualquier detalle que pudiera ayudarles a identificarlos-. Puede que él... no sé, quizá tenga poderes para ver el futuro. O premoniciones, ¿quién sabe?

Era la única opción que se le ocurría para que el señor Sacristán pudiera ayudarles. En esos instantes, su mente pensaba en el gran número de trabajadores que habría en aquellas dos empresas que iban a fusionarse. Eran demasiadas personas como para poder encontrar a las adecuadas por métodos que no fueran los convencionales. Necesitaban contactar con aquel metahumano cuanto antes si querían obtener algún tipo de avance sobre quiénes serían los dos trabajadores.