Partida Rol por web

Cuando consiguió deshacerse del cinturón bajó de la nave con el resto, todavía con el susto en el cuerpo y antes de poder fijarse en la corriente ya se estaba quitando las zapatillas.

”Niña, caminar por la arena con zapatos es como intentar andar por arenas movedizas, en la playa se va descalzo” Recordó que le dijo Clotilde la primera vez que fue de pequeña a la playa con ella y su abuela. En casa nunca le dejaban ir sin zapatos e incluso la llevaban a la piscina con sandalias y aquello fue toda una revelación para la pequeña Rebeca.

Sintió un cosquilleo curioso en la planta de los pies, pero no le dio tiempo a hacerle caso porque el tornado comenzaba a formarse delante de ellos.

Carla: buscad al que controla la tormenta, no podemos pegar al aire, pero si lo encontramos podemos atacarle,moveos y no seais un blanco facil

 Oteó con nervio el cielo y el horizonte, haciendo caso a Carla y pensó que debía estar en un punto alto para poder saber dónde dirigirles las inclemencias, un punto estratégico. Sin embargo antes de poder hacer nada útil vio a Nerea correr y se le ocurrió algo. El pequeño huracán cada vez era más fuerte y tal vez lo mejor que podía hacer era intentar crear un muro cortavientos para proteger a sus compañeros.

- ¡Célula, Nerea, esperad!

Intentó calcular mentalmente con rapidez cuantos metros de arena habría hacia abajo antes de topar con roca sólida, pero con los nervios y el tiempo echándose encima no pudo pensar con eficacia. Simplemente se arriesgó, como había estado haciendo hasta el momento, esperaba que funcionase. Se concentró en un punto cercano del avión y en ese momento sintió de nuevo en la planta de sus pies algo parecido a lo que sintió en el estadio en sus manos, respiró hondo y descargó.
 

-Claro. Puedo atraer rayos hacia mí sin que me pase nada -asintió el metalero al escuchar la pregunta de Backup-. ¿Habéis visto la película Powder, que en español la llamaron Pura Energía? Pues yo soy como ese calvo, en el sentido de que salgo a correr por el campo en plena tormenta por si me cae un rayo.

Era evidente el sarcasmo en el tono AJ, quien no podía creerse que, por el hecho de que supiera conducir la electricidad, su compañera hubiera pensado en él como si fuera una especie de pararrayos móvil. Pero obviamente no se lo tomó a mal. Le caía bien Carla. No podía caerle mal alguien capaz de crear una mochila de Dora la Exploradora. Y desde que había conocido a esos otros metahumanos, había intentado sacar lo mejor de sí y que no conocieran la faceta del Antonio agrio y brusco en el que la soledad y la frustración ante la posibilidad de dañar a otros sin quererlo le habían convertido.

-No, no sé si puedo atraer rayos o desviarlos -comentó, en un tono más calmado-. No suelo usar mis poderes si puedo evitarlo. Cuando los uso, suelo hacer daño a la gente. -No hacía falta profundizar más en eso. Todos lo habían visto. Sus poderes habían sido de ayuda en combate, pero poco más-. Así que no he experimentado. No sé si cuando me cae un rayo me muero como todo hijo de vecino o me siento recargado, no lo sé. Además, mis poderes mejoraron en el circo, después de alcanzar a uno de esos dos gigantes. Ahora no sé dónde están mis límites.

Ulises paró sus pies inmediatamente en el momento que Terra les llamó, de echo se acercó a ella pudiendo ver sus pies descalzos. Estaba claro, la chica era el pararrayos del equipo y la llamada se debía por algo que pronto descubriría. Aunque deseó rectificar y contar que eran dos los pararrayos pero AJ no tenía claro si podía hacer eso también. Pero Ulises se aferró al optimismo y eso le daba tranquilidad y más confianza. Pensó que gracias a ellos saldrían de allí, solo esperaba que sin muchos problemas. 

Mientras tanto, recorría con la mirada el denso efecto meteorológico para intentar localizar a la persona que estaba provocando aquello, pero si se ocultaba con el tornado que les rodeaba, resultaba imposible.

- ¿Lo veis alguno? No soy capaz - entrecerró los ojos intentando ver algo.

Aquella situación era desesperante, ellos se enfrentaban a todo sin saber el alcance de sus poderes, el que cada dia hubiera nuevos miembros,tampoco ayudaba al trabajo en equipo y sus enenigos controlaban sus poderes casi a la perfección.- Este viento no me deja ver bien.- dijo Carla mientras seguia intentando localizar a su atacante.

Eugenia continuó tratando de percibir desde donde venía aquel fenómeno antinatural pero no era capaz de reconocer un punto de inicio, en su desesperación decidió elevarse del suelo lentamente permaneciendo en el mismo punto, tratando de capear con el posible temporal o preparándose para afianzarse más en caso de caer al suelo. Trataría de mirar en derredor.

Terra alzó un muro de arena ante la presencia de sus compañeros, pero el fuerte huracán lo hizo volar metiendo todo el polvo y los granos en los ojos de los presentes. Por un momento quedaron cegados y cuando recuperaron la visión vieron que el huracán se había desvanecido y que una mujer joven, des aspecto africano y con un pelo cano antinatural para su edad se hallaba frente a ellos justo en el lugar donde estaba el remolino.

- Así que hay nuevos metahumanos en Santander, eh? Maldita sea.

Mi nombre es Ventisca y estos son mis dominios, yo tengo el poder absoluto sobre esta ciudad y cualquiera que trate de entrar en mis dominios tendrá que enfrentarse a mi. 

Después de decir aquellas palabras sus ojos se volvieron de color blanco y se materializaron dos mujeres idénticas a ella. Las tres se dieron la mano y se quedaron mirando al resto de metahumanos.

Entre sus manos empiezó a brotar energía eléctrica, pero más que un ataque parecían estar formando un escudo de energía eléctrica. Una barrera cuya clara intención era la de impedirles dirigirse hacia la ciudad de Santander.

"Espera, ¡¿el metahumano que casi hace que estrellemos el avión es una chica?!" pensó Chispazo para sus adentros, al ver aparecer a Ventisca. Y no, no se trataba de ser anticuado ni pensar que las chicas metahumanas no podían ser realmente poderosas, ya que Terra era una buena prueba de ello, pero el metalero había imaginado en todo momento que se hallarían ante un metahumano villanesco como el Ilusionista o los gigantes y no a una joven que vestía como muchas de las metaleras que veía en los festivales a donde él acudía.

-Espera -dijo AJ, dando un paso adelante y alzando las manos, en un claro gesto de que no pretendía hacer nada contra Ventisca-. No queremos hacerte daño ni hemos venido a quitarte el territorio. -Intentaba solucionar aquel problema por una vía pacífica, sin que la situación llegase a un enfrentamiento con la metahumana. No porque fuera peligrosa, que seguro que lo era, sino porque prefería solucionar todo por una vía pacífica-. No somos de Santander y, probablemente, no nos vayas a volver a ver el pelo por esta ciudad. Hemos venido a buscar a alguien que puede ayudar a nuestra organización, eso es todo. Puedes acompañarnos, vigilarnos, hacer lo que quieras. No te estamos engañando. Encontramos a esa persona, hablamos con ella y salimos de Santander. Puedes fiarte de nosotros.

Iba a contestar a Ulises cuando comprobó que su genial idea de sacar roca del subsuelo, sin saber a qué distancia se encontraría no había funcionado en absoluto, sino todo lo contrario. Había provocado la ceguera general con su intentona, por suerte ella llevaba los ojos cubiertos, aunque eso no evitó que se le metiese arenilla en la boca y tuvo que escupir varias veces antes de disculparse.

- ¡Ostras, p-perdón! ¿Estáis bien? -preguntó girándose hacia Ulises y Nerea cubriéndose parcialmente la boca.

<< Manos mal que escogí las gafas... >> pensó.

En ese momento pudo observar como el vendaval cesaba y en el centro aparecía una joven.

Mi nombre es Ventisca y estos son mis dominios, yo tengo el poder absoluto sobre esta ciudad y cualquiera que trate de entrar en mis dominios tendrá que enfrentarse a mi. 

- Joder, ¿es que no hay más metahumanos que usen la vía diplomática? -se le escapó en un arranque de sinceridad.

Por suerte ahí que se plantó Chispazo a intentar mediar la situación mientras la señora se convertía en una tríada eléctrica.

Suspirando fuertemente con cansancio se acercó a paso medio a su compañero y se dirigió a Ventisca con educación, aunque no demasiado firme.

- T-tiene razón, solo queremos hablar con una persona y... y estaría realmente bien evitar cualquier pelea, de verdad.

Mientras Chispitas y Terruño razonaban con aquella metahumana Eugenia se mantuvo al margen, ya había dejado claro en varias ocasiones que cada vez que abría la boca subía el pan, así que para mediar con posibles amenazas dándole a la sin hueso mejor que lo intentasen los que parecían unas décimas más educados que ella. Aún así introdujo sus manos en sus bolsillos para dedicarse a acariciar las bolas que le había facilitado Carla, como si fuesen de esas que alguna gente usa para relajarse, esas que emiten un sonido extraño, ¿Qué carajo producía aquel sonido? 

Sea lo que fuere la resistencia y el peso de las bolas le dejó claro que no podían ser muy relajantes a no ser que emplease su poder en restarles un poco de peso. Su radiocabeza seguía siendo la montura de aquel parloteo incomprensible que la atosigaba a nada que cahsqueaba los dedos para usar sus poderes. Esperaba tener suficientes pastillas para enfrentarse al fin del mundo.

Carla por fin pudo abrir sus ojos en condiciones, el viento huracanado habia cesaso, y la arena ya se habia dispersado, además ya habian localizado a su atacante, pues habia aparecido donde antes se formaba el tornado.

Carla penso que si impedia que aquella chica usara sus poderes de forma adecuada, seria una victoria, y recordo como el dolor del disparo que le habian pegado en la pierna le impidio usar sus poderes. si disparaba a aquella chica sin matarla, el dolor podeia impedirle seguir con la tormenta.

Carla estaba a punto de crear un arma y disparar a aquella metahumana sin mediar palabra, pero parecia que sus compañeros habian empezado a usar la diplomacia.

Si la mutante aceptaba hablar tal vez la coso iria mas facil, pero aun asi, Carla trato de crear un armawn su mano oculta, para si era necesario,y les volvía a atacar, diapararle, todo dependia de las negociaciones.

Apenas escucho la voz de su compañera llamarla se giro hacia ella. Quizá aquello no era lo que esperaba tras ver como lo que parecía un muro se elevaba comprendió que era algún tipo de cobertura, pero cuando el muro empezó a deshacerse ante el viento su visión se nublo.

Tosiendo e intentando respirar lo menos posible intento que no le entrara mucho en los ojos y cuando el viento comenzó a cesar se llevo las manos a los ojos intentando limpiárselos. Cuando los abrió los ojos medio llorosos y vio la nueva meta humana que había aparecido no podía creer sus palabras.

No podía entender que podría haber llevado a aquella mujer a derribar un avión cualquiera no tenía sentido alguno a no ser que supiera directamente que había metahumanos en aquel avión y, la única persona que tenían constancia que podía localizar metahumanos era aquella a la que habían venido a buscar. Aquella idea empezaba a tomar más fuerza que la de que la joven estuviera derribando aviones de forma aleatoria, pero si lo que acababa de pensar era cierto, probablemente esa mujer estuviera en contacto con Sacristan.

Después de haberse quedado cegado por unos largos segundos, trató de desprenderse de la tierra que se había colado en sus ojos. Se los frotó por encima de la máscara. — N-no te preocupes. — un fallo lo tenía cualquiera, pero sus ojos se quedaron un rato enrojecidos.

Entonces la figura se mostró ante ellos y Ulises se la quedó mirando. Poseía un gran poder al crear la tormenta y manejarla a su antojo sin problemas, pero es que además fue capaz de crear un par de copias de ella misma. Preocupado, comenzó a respirar agitadamente.

Entonces Chispazo procedió a hablar con ella para intentar convencerla de que no eran una amenaza y les dejaran pasar. Ulises asintió levemente para sí mismo, estando de acuerdo con ese método, era el que él hubiera usado. Sin amenazas ni ninguna elevación de la voz. — Será breve, te lo prometemos. En cuanto menos lo esperes, ya nos habremos ido. — Le prometió, para dar apoyo a AJ y a Rebeca.

Las tres Ventiscas miraron de arriba abajo a Chispaz. Una le sonrió, la otra le guiñó un ojo y la otra le miró fijamente a los ojos. Parecía que a la metahumana le había gustado el metalero y se pudo sentir cierta química entre ellos. Aún así le preguntó algo tras escuchar sus palabras: ¿A quién has venido a buscar? Se podría decir que yo soy la Reina de este Reino y conozco a todos mis súbditos. Dime quién es y te podré decir dónde está e incluso acompañarte, pero solo a ti. Dijo exclusivamente a Chispazo mientras lanzaba una mirada de desaprobación al resto de mujeres que lo acompañaban.

Backup pudo sentir como en su mano se materializaba la pistola del policía que le había apuntado. A juzgar por el peso que tenía, esta vez sí que había hecho un buen trabajo.

Tras las palabras de la mujer afroamericana, llegaron un par de individuos de lo más variopintos que interrumpieron la conversación. 

-Disculpe Señorita -Dijo con una amplia sonrisa- Si desea pasar a través de nosotros deberá de... dejar de electrificarse, duplicarse y agarrarse las manos... ¡Realmente es complicado que siga su camino si está ocupando tanto espacio!.

Tras decir esto, el caballero agarró el bastón nuevamente y se apartó del camino que la mujer parecía que iba a recorrer.

- SERÁ MEJOR QUE TE APARTES GUAPA, QUE LOS HOMBRES TIENEN TRABAJO QUE HACER - le espetó con descaro mientras apuraba otra calada del pitillo.

Entonces una de las tres copias de Ventisca se dio la vuelta sin soltar las manos de sus compañeras y miró a los dos tipos que acababan de llegar. ¿Y vosotros quiénes sois? Preguntó a los recién llegados que parecían haber salido de entre la tormenta también. 

La ventisca aún seguía en toda la ciudad, la metahumana no había hecho que cediera, y con tanto viento y lluvia nadie se había percatado de aquellos dos tipos que habían aparecido a pocos metros de ellos.

A Chispazo no le pasó desapercibido que le había agradado lo suficiente a Ventisca como para que ella se mostrase más relajada y confiada que momentos atrás. La mirada de desaprobación que dirigió a sus compañeras de equipo fue suficiente como para hacerse a la idea de que podía entenderse bien con Ventisca y encontrar al meta que buscaban de una forma pacífica.

Pero antes de que pudiera responder a la pregunta de Ventisca, el joven metalero se percató de que dos metahumanos desconocidos acababan de hacer su aparición. Por su aspecto, tuvo la intuición de que no serían muy distintos al Ilusionista. No, estaba seguro de que esos tipos no habían acudido con buenas intenciones.

-Dos a por Ronald McDonald, las otras dos a por el Sombrerero -le indicó a Backup, Terra y Leve, sabiendo que eran las únicas que, al igual que él poseían poderes defensivos. Dividirse en parejas a la hora de los combates era quizá la mejor estrategia. Les había sido de gran utilidad a la hora de hacer frente a sus copias y quizá les fuera de ayuda ahora-. Veo que se le han colado un par de invasores, mi Reina -comentó, dirigiendo una sonrisa a Ventisca-. Tal vez quiera que le ayudemos a hacer limpieza.

Sin más preámbulo, Chispazo decidió concentrar su energía con intención de descargarla contra las manos del metahumano que llevaba la cara pintada de blanco y que estaba fumándose un cigarrillo.

^{_{Oh, No...}}

El hecho de que parlamentar no hubo resultado fue algo que sorprendió al hombre del sombrero de copa, culpando quizás a que el payaso se acercara demasiado y con su aspecto intimidante hubiera asustado a aquel grupo que se estaba acercando tras la tormenta; grupo que, por otro lado, parecía estar más predispuesto a actuar que a hablar.

Girando sobre sus tobillos en la arena, el caballero comienza a correr, tratando de alejarse del campo de batalla lo más rápido que fuera posible, a fin de cuentas él no era un hombre de andar dando puñaladas, golpeando con bates o escupiendo ácido a diestro y siniestro, sino un hombre que en su vida se había manchado las manos de forma directa y que tan solo había visto el anuncio y se había apuntado.

"LET'S GO, LET'S GO"

"THEY'RE AFTER ME AND THE CLOWN"

Gritó al aire, mientras este escapaba, tratando de esquivar lo que sea que le lanzaran, mientras este corría en zig-zag y tropezaba irremediablemente a causa de la arena. Correr en traje por la arena en mitad de una tormenta eléctrica mientras trataba de esquivar lo que sea que estos meta-humanos pudieran hacer, no era tarea sencilla.