Partida Rol por web

Habían estado perdiendo el tiempo de palique sin parar y ahora ya había una víctima. Eugenia se lamentaba por no haber sido lo suficientemente rápida como para haber tratado de salvar la nave con sus poderes. Lloraría por su compañera, lo sabía por el gran puñetazo que sentía en el estómago, peor no ahora. Ahora tocaba dejar las palabras de lado.

Leve se concentró, apretó los dientes, tratando de subir el volumen de las voces de su cabeza y encaró a la metahumana que casi los había matado, levantó la vista y concentró todas sus fuerzas sobre la dichosa Diosa de Santander, tratando de hacerla pesada hasta que cayese por su propio peso contra el suelo. No se había concentrado tanto en algo desde que se uniera a sus nuevos compañeros, ni siquiera cuando su vida había estado en juego y casi se había dejado llevar, sin oponer resistencia. 

Si se pasaba de fuerza puede que le rompiese algún hueso, peor en esos momentos tenía los huevos muy MUY hinchados.

Chispazo estaba totalmente convencido de que podrían convencer a Ventisca de unirse a ellos, de que era mejor que todos los metahumanos colaborasen codo con codo frente a la amenaza de que el fin del mundo estaba cerca. Y sin embargo, se equivocaba. Había sido demasiado confiado.

Observó que la metahumana utilizaba una nueva corriente de aire, lanzando a Terra contra la arena. No supo cuál era el estado de su compañera, pero estaba tendida en el suelo y no parecía ser capaz de combatir, por lo que corrió hasta Terra, haciendo de escudo humano para impedir que Ventisca pudiera atacarla de nuevo. La situación se había descontrolado y, para colmo, Ventisca había utilizado una nueva corriente de aire para volcar la aeronave y estamparla contra una roca, provocando que se produjera una explosión y la nave se viera envuelta en llamas.

-¡Ya basta! -le gritó el metahumano con poderes eléctricos, alterado al pensar que sus compañeros de la nave habían tenido mucha suerte de salir de la nave a tiempo. "Unos segundos más tarde y no lo hubieran logrado" pensó para sus adentros, con horror-. ¡Es hora de que pares esta locura!

Concentró la energía eléctrica en sus manos y se dispuso a lanzarla contra Ventisca con intención de electrocutarla. No quería matarla, pero ella había sido la primera en atacar a Terra y a los demás, por lo que Chispazo trataría de mantener el enfrentamiento hasta que Ventisca dejase de ser un problema.

En cuanto se vio en el aire sintió un pavor que la dejó paralizada.

"Joder, la he cagado..." -fue su último pensamiento antes de que Ventisca la lanzara contra el suelo con fuerza.

Gritó con agonía cuando impactó contra el suelo a causa del dolor, se quedó tumbada en la arena sin moverse agarrándose el brazo con el otro con fuerza. Pronto sintió por todo su cuerpo las vibraciones que acostumbraba a sentir en las manos y los pies, se asustó. En ese momento se debatía entre prestarle más atención al dolor de su brazo o a mantener bajo control su poder, era muy difícil controlar ambas situaciones a la vez, por tanto no estaba prestando atención a su alrededor hasta que algo que dijo Ventisca la hizo reaccionar y se incorporó como pudo. Fue cuando se dio cuenta de que sus compañeros intentaban atacar a la poderosa metahumana.

- ¡No, parad, Miss Kross no quiere esto! -llegó a decir con la voz afectada- E-estoy bien... más o menos.

Empezó a sudar y temblaba, soltó su brazo bueno, resoplando fuertemente para aguantar el dolor de dejar el otro colgando y se llevó la mano a la oreja para susurrar algo. 

Por su parte Speculum decidió hacer lo que este creía más conveniente y mientras la lucha parecía estar centrada sobre Ventisca, este se arremangó las perneras y comenzó a huir por la playa, en sentido contrario al mar, a Santander, y a toda esa contienda que acababa de producirse. No porque fuera un cobarde... eso era un extra, sino porque no tenía nada que hacer contra ese tipo de gente todo-poderosa.

-¡Nos vemos en el bar! -Exclamó Speculum a los presentes- ¡Yo ya me iré adelantando!.

Jack dudó.

Escupió su cigarrillo empapado que, antes de tocar al suelo salió disparado por culpa del fuerte viento. Luego apretó los dientes y se encorvó ligeramente mientras introducía las manos en los bolsillos. El espacio que había en ellos era bastante elevado y dentro de ellos se encontraban una serie de pequeños cuchillos, sujetos con una pequeña correa de velcro que tenía el único propósito de mantenerlos firmes, pero accesibles si los sacaba de un tirón. Las pequeñas cuchillas de unos 20 centímetros eran de aspecto militar, de un acero negruzco y filo en ambas caras de una alargada V que acababa en una pequeña empuñadura de pocos centímetros envuelta en cordel y esta, finalmente, en una circunferencia, del mismo tamaño que una moneda, que le ayudaba a asirlas mejor cuando iba a lanzarlas. Estaban todas afiladas y contrapesadas a su gusto, aún así dedicó unos segundos a pasear los dedos hasta encontrar las que más le gustaron.

Pero Jack siguió dudando.

Había cogido dos de las cuchillas pero no sacó las manos de los bolsillos, dudando si atacar a la que estaba causando el follón, o aprovechar la confusión para hacer estragos en el bando contrario. Por un momento, se planteó seriamente tirársela al cobarde de Speculum, que huya cual rata en un naufragio, pero el grito de la muchacha que yacía en el suelo lo frenó de nuevo.

Jack le había acercado el fuego a Caja de Pandora, apartando su rostro ante la incomodidad que le producía tener aquel tipo tan raro cerca suyo... una incomodidad causada por no saber donde mirar, saber si lo que se escondía debajo de aquello era algo tan horrendo que era mejor que estuviese oculto.

- Esperemos a ver que sucede o a tener una mejor oportunidad... no estoy dispuesto a arriesgar mi vida por ese tipejo que nos contrato - le susurró mientras se volvía para ver como seguía desarrollándose la situación.

-¡La hostia! -Exclamó al ver lo que Ventisca estaba haciendo, preocupándose más por mantener el cigarro encendido entre sus manos que por ponerse a salvo. La nave había salido volando casi arrastrando a los metahumanos del interior en el proceso e incluso hiriendo a una de ellos.

No hacía falta ser muy listo para ver que quería acabar con ellos. -Como si alguien fuese tan imbécil de creer que dejándonos arrastrar saldremos de esta. -Caja de Pandora estaba dispuesto a usar su habilidad en contra de la mujer, pero estando tan elevada la cosa era complicada. Afortunadamente Chispazo ya estaba atacando y, con un poco de suerte, la tendría a tiro. -Jack, ¿tienes forma de hacerla bajar? Si no estuviese tan alto podría tratar de usar lo mío, a menos de que se te ocurra algo mejor. -No se molestó en mencionar a Speculum al ver como huía del lugar, pero tampoco lo perseguiría.

Pareció que su intento de devolverle a Basilisco lo que le había hecho no funcionó o la orden se quedó en el aire, el caso era que estaban en problemas por culpa de Ventisca que se había hartado y no era para menos. Se revolcó por la nave después de que la hiciera volcar, lo bueno era que ya podía moverse. Una vez pasó la confusión inicial y se levantó ya con los pies sobre la arena, se percató que Nerea no estaba por ahí, lo que significa que había salido volando junto la nave. Ulises se quedó un rato en shock ante la pérdida de su compañera, estaba que no se lo creía, sin haberlo esperado… así de pronto. — ¡¡Nerea!! ¡No! — gritó con frustración momentos antes de ver que algunos de sus compañeros se estaban enfrentando a quien estaba ocasionando ese caos.

Todos habían oído con anterioridad las órdenes de Kross pero no había más remedio. Habló por el comunicador y luego corrió hacia Terra que era la que en esos momentos estaba en apuros al encontrarse herida. Llegó a su lado con aspecto alterado, y con las emociones a flor de piel. — Ya no se puede parar. Nos estamos defendiendo, Terra. — le dijo a su compañera al tiempo que intentaba transferir su herida a su propio cuerpo.

Con la mirada contempló como uno de los del otro grupo huía de ahí, mientras que los otros dos hablaban. — Esto me gusta tan poco como a ti pero hay que acabar con esto. — terminó por decir en un murmullo.

La salida de Basilisco del avión había sido accidentada, pero aparte de rasguños menores, pudo ponerse en pie sin problemas y correr junto a Caja de Pandora  y Cuchillo Jack.

-Creo que ya es hora de irnos de aquí. Lo que no creo es que podamos hacerlo con esa majara intentado destrozarlo todo.

La idea de meterse en el mar para acabar en un portal creado por una loca que un momento se declaraba una Diosa y al siguiente destrozaba la nave en que estaban, no resultaba, era evidente, demasiado atractiva.

-Pero cada segundo parece sacarse un poder nuevo de la manga. Y puede que aún no los hayamos visto todos.

Se quedó mirando a Célula sin reaccionar al principio.

-¿N-Nerea, no...? -había podido prestar tan poca atención que se le habían pasado por alto muchas cosas.

Se quedó pálida de angustia y comenzó a buscar con la mirada por la playa sin pensar en las vibraciones que se pudiesen formar a su alrededor.

Backup apenas se había acabado la chocolatina, cuando aquellos vientos empezaron a arrastrar todo a su paso incluida la nave, Carla todavía estaba debilitada y apenas pudo tumbarse para que el viento no la llevara, pero este llevaba arena consigo y le costaba ver lo que pasaba. No obstante cuando escucho a Célula hablar sobre su compañera, y que no había podido salir de la nave, Esta se levantó como pudo y con los ojos algo doloridos por la arena, se encamino a la volcada y dañada nave, para buscar a su compañera y sacarla de ahí.

Mientras caminaba, Backup saco la otra chocolatina y la introdujo en la boca de un bocado apenas pudiendo masticarla, era consciente que necesitaría energía si quería ser de utilidad en aquella situación, incluyendo el sacar a su compañera de la nave.

Los ojos de Leve se pusieron en blanco y una fuerza interior sintió que se apoderaba de ella. Era como si en ese instante no fuera capaz de controlar sus poderes, como si una fuerza del más allá se opusiera a ella. Los brazos de Ventisca abrazaron su propio cuerpo, las piernas se encogieron y con un simple gesto, la supuesta diosa se estampó contra el suelo creando un gran y enorme boquete en el paseo marítimo que rodeaba la playa.

El terrible maremoto que había surgido en el Cantábrico desapareció al momento y la tormenta que se había vuelto a materializar sobre ellos también. Leve no solo había golpeado con fuerza a Ventisca, sino que la había matado y con ello había vengado a Nerea. Aunque ella no hubiese querido, esa extraña sensación que aveces sentía en su interior había tomado el control y había puesto fin a toda aquella pérdida de tiempo.

Mientras todo eso ocurría, Célula se aproximó a Terra para curar sus heridas. A pesar del dolor que el metahumano sintió en su interior, su amiga se había recuperado por completo.

Ventisca había sido eliminada por completo, y ya solo quedaban aquellos tres tipejos que se interponían entre Superhéroes Inc. y el Sr. Sacristán, aunque visto lo visto, tampoco tenían mucha pinta de querer impedirlo ya...

Chispazo observó cómo Leve acababa con Ventisca con asombrosa facilidad, del mismo modo en que había matado de una pedrada al Ilusionista con el que se habían enfrentado el día anterior. No había duda de que su compañera era una metahumana realmente poderosa, y gracias a ella la diosa de Santander ya no era nada.

En circunstancias distintas, Chispazo habría lamentado la muerte de la joven de tez oscura, quizá preguntándose si podría haberse unido a Superhéroes Inc., pero al oír a sus compañeros y no ver por ninguna parte a Nerea, entendió el porqué de la furia de Leve en su ataque y el desgarrador grito de Célula. Nerea estaba muerta. Solo tenía que ver la nave que ardía para saber que su compañera habría perecido en el interior de aquel amasijo de hierro envuelto en llamas.

-Muerta la perra, se acabó la rabia -declaró, con dureza, observando el enorme boquete en cuyo interior seguramente se hallase lo que había quedado de Ventisca.

Saber que Nerea ya no estaba hizo que se le encogiera el corazón. No era la primera persona a la que veía morir en las últimas veinticuatro horas, pero sí la única que le había importado. Al fin y al cabo, él había decidido entrar en el espectáculo del Circo del Sol únicamente después de que Nerea le convenciera de ello. Le había tocado y había leído su mente al instante, y después de eso había sido Nerea quien también le había salvado al agarrarle de la mano y tirar de él cuando llegaron a la sala donde Nerea había visto que él y Terra destrozarían todo el edificio al desatar sus poderes. Pero más duro que todo eso, Chispazo recordaba cómo, minutos atrás, había sido él quien le había pedido a Nerea que entrase en la nave para permanecer a salvo y alejada de un posible enfrentamiento, con intención de protegerla sabiendo que no tenía ninguna habilidad que pudiera serle útil en combate.

-Te merecías algo mejor -murmuró, devastado por la pérdida de su amiga.

Con gesto abatido, Chispazo comenzó a caminar por la playa, con expresión ausente y la mirada perdida en el lugar donde había impactado la nave contra las rocas. Se dejó caer sobre la arena y decidió permanecer allí, sin darle ninguna importancia a las palabras que les dirigía Miss Kross a través del comunicador.

Al escuchar el sonido que provocó la metahumana al chocar contra el suelo se giró espantada, intentando procesar todo aunque su cerebro iba a un ritmo vertiginoso y a penas podía seguir una vía de razonamiento estable. Cuando dejó de sentir dolor, miró a Célula pero algo en ella no funcionaba y aunque quería agradecerle el gesto, solo llegó a abrir la boca un instante antes de volver a cerrarla.

Lo único que sentía, y cada vez con más fuerza, era culpabilidad. Se encogió abrazándose las rodillas, escondiendo la cara a la vista e intentó volver a mantenerse estable, aunque no sabía distinguir si los temblores que sentía eran los de sus poderes o venían de ella misma.

-Impresionante-Dijo Basilisco, aunque, quizás por el distorsionador de voz, la palabra no parecía contener especial emoción.-Supongo que eso soluciona la cosa. No sé lo que habeis hablado a quí fuera, pero creo que ya es hora de que nos separemos. La información que queríais que Sacristán recibiera, va a llegarle. Bien hecho, lo habeis conseguido. Y ahora volved a casa. Llorad por vuestra compañera. Ya habéis hecho lo que veníais a hacer. ¿A no ser que aún querais matar a alguien más hoy?

Los círculos grisáceos que eran los irises de Eugenia volvieron a aparecer en sus ojos mientras sus manos fueron de manera automática hacia sus sienes. Por ellas bombeaba algo que habría considerado ácido corrosivo, casi sentía como si su piel fuese a  reventar bajo la presión mientras su cuerpo perdía fuerza de la cabeza a los pies. Su esqueleto había dejado de existir, dejándola caer en la arena, no muy lejos de Ventisca.

Al quedar tumbada sus ojos, que realmente no veían demasiado, se dirigieron al cuerpo caído. Era la segunda vez que mataba a alguien, en menos de 24 horas, y no quería que aquello se convirtiese en una costumbre. El ilusionista la había matado, literalmente, pero aquella otra metahumana solo había sido un dolor de cabeza en el momento más inoportuno.

- Lo siento, diosa de Santander.- Dijo en un susurro, y no había ni un ápice de ironía o resquemor en su comentario, todo lo contrario, parecía lo más sentido y dolido que había disco desde que entrara en aquel espectáculo de Cirque du Soleil. - Lo siento, Nerea.

Cerró los ojos escuchando el comentario del heavy a su espalda. En otras circunstancias puede que hubiese trazado de cruzarle la cara, pero ahora mismo no podía, ni mucho menos. 

Su mano se hundió en su bolsillo, topándose con los pernos que le había dado Backup en lugar de su habitual bote de pastillas. Lo intentó con la otra mano y allí si que encontró una cápsula de hemicraneal y otra de acetaminofén. Procedió a tragarlas no sin acompañarlas de un poco de arena y algo salado que no pudo precisar... Creía que goteaba de sus ojos. Hundió la cara en la arena y contó hasta ciento cincuenta antes de volver a levantar la vista.

Toda duda de Jack quedó disipada tras esos instantes de acción. El payaso era un matón contratado para cargarse a otros matones, chivatos, testigos, proxenetas y cualquier otra clase de desecho de la sociedad, pero esto estaba a otro nivel. Esa demostración de poder le hizo ver que sus lanzamientos de cuchillos solo eran como un juego de niños a su lado… un juego de niños que podía llegar a ser letal, pero que estaba muy lejos de poder compararse con lo que acababa de ver.

Jack sacó las manos de los bolsillos, sin cuchillos ni cigarrillos, en ese momento no tenía el cuerpo para nada y, por primera vez, se alegró de ver a uno de sus “compañeros” y más aún de sus palabras – siento lo de vuestra amiga – comentó en tono audible para los que estuviesen alrededor. Y luego, con cara de derrotado y cansado, mientras las gotas del temporal que ahora ya se disipaba aún corrían por su rostro, esperó a Basilisco para seguirle hacía Sacristán.

No había que buscar culpables en todo esto, ni pensar en el típico efecto de mariposa pero Ulises era de los que le daba vueltas a las cosas aun sabiendo que ya no podía cambiar nada. Se torturaba sin pretenderlo. Tal vez, si hubieran convencido a Ventisca aquello no hubiera pasado. Tal vez si Basilisco les hubiera creído desde un principio, no hubiera entrado Nerea y todos hubieran salido de la nave. Tal vez si Terra no hubiera abierto la boca, no habría provocado a Ventisca. Y tal vez, si él se hubiera concentrado antes para detener a Basilisco se pudo haber evitado toda esa desgracia. ¿Qué más daba ya?

Se quedó sentado en la arena después de haber hecho el esfuerzo de sanar a su compañera. Emitió quejidos de dolor por la herida que se transfirió a su cuerpo pero al cabo de unos segundos todo había pasado. Aun le venía a la cabeza la grotesca imagen de la muerte de Ventisca y las consecuencias que eso trajo para todos, especialmente para Leve.

Sus ojos denotaban tristeza por la pérdida de una compañera y porque no hubo más remedio que volver a eliminar a alguien que los obstaculizaba, siendo la misma persona la ejecutora. Ulises se preocupó por lo que estaría pasándosele por la cabeza. Notó la ansiedad de Terra por la pose que había adoptado, todos se sentían así de un modo u otro por lo que no quiso ayudarla a levantarla y salir de ese estado, necesitaba algo de tiempo pero tenía miedo que sus emociones provocasen más temblores. Solo apoyó la mano sobre su hombro en un intento vano de consolarla y se levantó para caminar hacia el resto de sus compañeros.

Dedicó una seria mirada a Basilisco al escuchar sus palabras, tan gélidas como era de imaginar, sin embargo no respondió, no merecía la pena. No iban a marcharse, no podían hacerlo. Tenían que cumplir hasta el final porque entonces la muerte de Nerea habría sido en vano y había un mundo que salvar. Se movió hasta quedar cerca de Leve algo dubitativo, para qué mentir. La chica no era muy dada a expresar sus emociones, era aparentemente fuerte, quizás algo hermética respecto a sí misma y la reina del sarcasmo pero se la notaba afectada. Se sentó a su lado pero no dijo nada, se quedó en silencio porque no diría nada que la hiciera asentirse mejor, no obstante, quería demostrarle que estaba con ella, todos lo estaban.

Cruzó la mirada con Chispazo cuya mirada era un reflejo de la de todos, no podían remediarlo, todos estaban sintiendo en sus carnes la pérdida irreparable de su compañera. Lo único que le sacó de aquella especie de trance fue las condolencias del payaso. No las había esperado. Pensaba que ya se habrían dado media vuelta y se habían ido. Al final alguno de ellos sí que seguían siendo humanos.

Ni muchacha empotrada contra el suelo ni hostias en vinagre, Speculum seguía corriendo, aunque al ver que el problema con la "Diosa de Santander" se había solucionado de forma precipitada, literal y figuradamente; su huida tornó hacia la ciudad, ahora aparentemente libre de una Aduana que lanzaba rayos y podía volar.

-¡Mejor vamos a los bares de allá! -Gritó mientras seguía corriendo- ¡¿Barra o Mesaaaaa?!

-Pues parece que al final no hay que hacer ná'. -Joder, ojalá todos los trabajos fuesen tan sencillos. -Pensó con una expresión de estar satisfecho aunque su máscara lo ocultaba por completo. Lo que si sacaba en claro es que aquellos críos eran más peligrosos de lo que parecían.

Dio algunas caladas al cigarro, escuchando lo que tenían que decir sus compañeros, aunque él no tenía mucho que agregar a las palabras que el resto dedicaban al otro grupo de metahumanos. -Speculum, vente que igual nos toca barra libre. -Si iban a regresar donde Sacristán eso significaba no tener que apoquinar y Caja de Pandora era bastante fan de aquello. Aunque por otra parte se mantuvo alerta pues no podía decir si aquello había terminado aun del todo.