Partida Rol por web

Rapidisimamente arqueo una ceja debajo de mi gorrilla. Aprovecho la confusion para girar un poco mi cabeza y, disimuladamente, le susurro a Yuuta.
No lo creo. La mirada hacia nuestro cabo por parte del teniente ha sido directa. En realidad la mirada ha sido el preludo de la orden.

Saludo al Teniente Primero cuando aparece y le acompaño junto al resto del grupo hasta un vehículo que parece regresar, de alguna misión de exploración, por el aspecto del mismo, sus integrantes y las propias palabras del Teniente. Pero entre los tripulantes uno me llama poderosamente la atención, una niña con orejas y cola de animal. Me quedo mirándola, observando con curiosidad.

Al parecer la han recogido sin permiso y sin informar de ello. El Teniente menciona sus nombres, pero sería inútil aprendérselos ahora sin poner rostro a los mismos… además estos tienen que ir a dar un informe.

Mientras nos decidíamos, saque la libreta y el portaminas de la bolsa del cinturón, y empecé a hacer un boceto de la niña. Desde luego estoy de acuerdo con Katsuro acerca de que solo quiere reunirse con los del humvee, aunque no sé qué será de la niña ahora ¿Ira con ellos? ¿La cuidamos nosotros? ¿La llevamos a algún lado? Por ahora me dedico a dibujar en la media cuartilla mientras lanzo rápidas miradas a la pequeña con rasgo zorruno.

Masaki caminaba junto con su equipo hacia la armería, cuando parecía que se tenían que entretener por el camino ya que la otra parte del equipo había llegado en un Hunvee bastante sucio, pero en perfecto estado, eso eran sin duda buenas noticias. Cuando descienden del vehículo saluda a todos de forma marcial como correspondía y se queda a la espera, sin embargo, aquella persona que apareció por el maletero hizo que alzara las cejas y abriera los ojos como platos.

Espera… espera, eso es una niña Kitsune… una niña zorro… no puede ser… aunque espera… Tokio lo atacaron toda clase de cosas raras… claro, si había cosas como orcos, ¿Por qué no habría niñas zorro? Pero mírala, es súper mona y achuchable

Niega con la cabeza unos momentos y sacude esos pensamientos quedándose mirando a la niña y a sus compañeros, parecía que iban a ir a informar a su superior, ella se queda ahí en espera de órdenes, aunque dentro de ella quería que les ordenaran cuidar de la pequeña.

Bastante conforme con el resultado de la misión, cae en la cuenta tardíamente que la niña al final se ha subido a nuestro vehículo con la intención de irse con nosotros. Comprendido al fin de cuentas la reacción de aquel hombre al correr detrás, nada como siempre es casual. 

No obstante el viaje de regreso no fue tan largo, al menos en apariencia, se sentía bien regresar luego de todas las situaciones en las que el grupo se ha enfrentado. Pero al menos vuelven en una pieza y con compañía extra, algo que no sabe la Doctora Matsu si caerá bien.

- Encantada. - saluda a los presentes. - Cuando guste Teniente, estoy a su disposición. 

Afirma escueta y tras observar como su compañeros también dan voz a sus intenciones, aguarda paciente mientras analiza a cada uno de los presentes.

No pude evitar poner cara de idiota cuando del maletero salió la señorita kitsune. Nosotros, soldados profesionales, habíamos bajado tanto la guardia que hasta una niña pequeña había sido capaz de colarsenos en el vehiculo sin que nos dieramos cuenta. Un fallo garrafal. Me puse recto ante las ordenes del teniente.

-Si, mi teniente-dije con tono serio. Cuando se fue respiré para tranquilizarme y me giré a la niña zorro, agachandome para estar a su altura<No esta bien colarse en sitios, no es de buenas niñas>puse cara serie mientras le soltaba la reprimenda, antes de pasar a una cara de derrota<. Bueno, no hay nada que hacer por ahora. No quiero que te separes de nosotros. Por cierto, mi nombre es Nakahima Kin, ¿y el tuyo?>pregunté mientras me levantaba y le tendía la manopara que me la diera y me acompañara.

Asiento de inmediato a las palabras del Teniente Primero, y a punto estoy de dejar escapar una maldición cuando me percato de que la niña con orejas y cola de zorro ha venido con nosotros en el Humvee. Ahora entendía por qué Iskandar había corrido detrás de nosotros de esa forma, que parecía que estuviera despidiéndose. El grandullón nos estaba avisando de que la pequeña había subido a la parte trasera del vehículo militar.

"Genial. A alguien le va a tocar hacer de niñera" pensé, con sorna, mientras me rascaba la nuca con una mano. En aquellos instantes, me hubiera gustado tener unos cigarrillos a mano.

-Encantado de conocerles -le indiqué a nuestros nuevos camaradas, saludándolos con un gesto de mano.

Después, decidí seguir a mis compañeros de escuadrón para acudir al despacho del Teniente Primero.

Johan se llevó de nuevo la mano a la frente tratando de evitar que el sol molestara sus ojos que poco a poco se iban acostumbrando a tal clima para poder discernir los compañeros que salían del Jeep. El cabo les sonreía a todos ellos pero la vista de la mujer gato hizo que abriera la boca y balbuceara un poco señalando con el dedo. -Eso.. eso es.. eso es... Orejas.. gato..- dijo totalmente atónito por la sorpresa. Las leyendas eran ciertas y existían seres que para los ojos de los humanos no eran más que leyendas.

Y así se quedó un buen tiempo hasta que fueron tras el teniente. Se frotó los ojos y dio unas pataditas al suelo queriendo desviar la atención. -Bueno luego tendremos tiempo de conocer a nuestros compañeros... Vamos a... - dijo señalando el camino y andando de forma torpe a la armería.

Convencido estaba yo de la reunion del equipo al completo. Mas cuando observo que nuestro mando inmediato se detiene, quizas de un modo un tanto dubitativo, yo por mi parte hago lo mismo pues ya habia emprendido el camino.
Cruzo una mirada con Yuuta y digo.
Pues parece que tenias razón. Siento entonces mi despiste.
Y me detengo delante de nuestro cabo esperando sencillamente conocer el punto de destino.

Los soldados que venían de la misión se van junto con el teniente mientras que los demás se quedan en el lugar viendoles marchar. La niña zorro se queda mirando a la soldado Sato. Tiene el indice en la boca y parece haber ignorado las preguntas del soldado Kin.

Seguís al teniente hasta uno de los pocos edificios prefabricados que hay a parte de los barracones. El lugar todavía no es lo suficiente mente grande como para tener toda la administración dentro de él, así que se ve de vez en cuando salir gente con informes de un lado para otro y preguntado por archivos o expedientes.

No hay mucha luz dentro, por lo menos no en los pasillos, aunque cuando se abre una puerta la luz que se cuela es suficiente para ver bien. También hay unas luces que iluminan pobremente el pasillo.

El teniente se para delante de una puerta en la que hay una placa con su nombre y unos cuantos asientos delante de esta. – Bueno, podéis ir entrando de uno en uno y me vais haciendo los informes. No necesito que me redactéis lo que ha pasado, solo que me lo contéis, que suficientes papeles tenemos ya. – Dicho esto pasó por la puerta y esperó dentro a que pasase el primero.

Tras aquel extraño incidente. Johan se toca la cabeza dándose unos golpecitos para sacudirse las neuronas y que volvieran a comenzar a funcionar como deben. -Sigamos hacia la armería chicos. Aunque eso ha sido cuanto menos asombroso... No tenía ni idea de que criaturas asi existieran de verdad Acto seguido comenzó a caminar hacia el destino que habían puesto en primer lugar.

La chica zorro, que estaba mirando a la soldado Sato se queda en el lugar mientras que los soldados emprenden la marcha hacia el arsenal, aunque cuando la soldado se va a poner en marcha para seguir al resto nota como si el pantalón se le hubiese enganchado en algo. Al mirar hacia abajo puede ver como la chica zorro está ahora agarrada al pantalón, y aunque sigue con la misma cara inexpresiva parece que no se quiere soltar de él.

La chica no dice nada, simplemente se queda mirando a la soldado. No parece esperar nada de ella tampoco.

Cuando el Teniente Primero abre la puerta y menciona su nombre Akari se levanta cual muelle casi como si la hubiera asustado, es su primer reporte oficial y todavía no sabe muy bien que decir ni cómo decirlo pero intentará contar todo lo que ha pasado.

Al entrar en la habitación Akari presenta un saludo marcial y se queda firme mientras pronuncia su reporte:

- Tras abandonar el campamento en el Humvee decidimos tomar un breve descanso al lado de un lago. Cuando Akari se acercó al agua pudo escuchar una voz en su cabeza que le decía que se alejaran del agua así que Akari alertó a los demás y volvimos al Humvee para continuar el viaje.

Akari toma un poco de aire y continua:

- Tras volver al Humvee el soldado Kin estaba manteniendo una conversación con un local que tenía un rebaño de ovejas y el cual nos condujo hacia su aldea donde hemos pasado el resto del tiempo. En la aldea conocimos a Iskandar quien actualmente regenta la zona y a su hija Silvie quien fue abducida ese mismo dia tras la cena en un ataque de criaturas tipo trasgo que he visto en diferentes juegos RPG... - Akari tose tras el ultimo comentario ya que es inapropiado hablar de videojuegos en el ejército.

- Decididos a construir mejor relación con la aldea decidimos bajar por el pozo hasta la base de estas criaturas donde Akari, tras sigilosamente adentrarse en la choza donde tenían secuestrada a Silvie, se encuentra con la niña zorro que ha visto salir del Humvee y ayudamos a las dos a salir de la zona. Antes de salir debido a que las criaturas advirtieron la desaparición de las chicas nos vimos obligados a destruir la presa y su poblado subterráneo antes de partir de la zona y volver al campamento.

Akari vuelve a tomar un poco de aire y termina el reporte:

- Para finalizar a Akari le gustaría reportar la experiencia con sus compañeros. La soldado Matsu tiene un caracter muy frío y se deja llevar muy fácilmente por sus emociones pero es competente en el campo y en la medicina y sabe trabajar en equipo. Los Soldados Tanaka y Mashira son soldados competentes que hacen lo posible por ayudar y permanecer en grupo y por último el soldado Kin a pesar de su afabilidad es un competente médico y ha sabido mantener la compostura en los momentos críticos.

Tras terminar el reporte Akari espera a que el Teniente le de el visto bueno para salir de la sala.

El cabo nos da órdenes para seguir a la armería mientras el otro grupo se dirige a hablar con el Teniente Primero. Aunque parecía que la chica de rasgos animales que acompañaba al primer grupo, ahora se había quedado prendado de Sato-san. Me pase la mano por la nuca, pensando un segundo que deberíamos hacer. Está claro que no podemos dejar a la niña atrás, y no sé si alguien aquí sabe comunicarse con ella.

Suspiro y me acerco a la pequeña, La levanto y la cargo al hombro caminando junto a mi compañera de pelo azul.- Vamos.- Digo tanto para Sato-san, como para la niña, aunque imagino que no me entiende.

Para evitar que monte un escándalo, evitarlo, o al menos tenerla tranquila; le alcanza la libreta con su dibujo y algunos bocetos propios. Espero que así esta entretenida… no me gusta dejarle mis cuadernos a la gente, pero sería peor que la niña se pusiera a llorar y no pudiéramos consolarla.

¿Que estarán pensando dejándola atrás? Y ¿Por qué Kahler-san no ha contestado? Ah, esto es un poco molesto. Todo ahora es demasiado caótico. Es mejor evitar todos los problemas, además… la chiquilla resulta de lo más curiosa con esos rasgos suyos. Ojala este calmada y tome algo de confianza pronto.

En cuanto al cabo… no sé ¿Se habrá distraído? O ¿Sera secreto? Después de todo, los asuntos relacionados con toda el área especial son de alto secreto ¿No?

El soldado Iwamori cogió a la pequeña niña por los brazos, lo cual hizo que se asustase y se revolviese un poco, pero al ver que la ponía sobre sus hombros y que podía ver todo desde arriba se quedó quieta. Ahora en su cara había una expresión de asombro, parecía que ahora estaría entretenida. Sus dos manos se agarraban fuertemente al pelo del soldado y no tenía pinta de que fuese a soltarlo pronto.

Cuando llegasteis a la armería os encontrasteis con otra de las pocas estructuras que había actualmente en la base, aunque se notaba desde lejos que esta era la más grande de todas.

Tras pasar por la puerta accedéis a una sala que se extiende bastante hacia los lados, aunque no tiene mucha profundidad. El olor a humo invadía todo el lugar, humo de cigarro, el cual creaba una especie de pantalla que os dificultaba la vista. Cuando todos estabais dentro, incluido la chica zorro la cual tosió un par de veces y luego se tapó la nariz y la boca con el trapo, una voz algo ronca se escuchó dándoos la bienvenida. – Parecéis perdidos ¿os hecho una mano?

Al dirigir la mirada hacia donde venía la voz pudisteis ver que detrás de unos barrotes había un cabo sentado en una silla, la cual inclinaba de forma peligrosa hacia atrás, apagando un cigarrillo en un cenicero que estaba por rebosar. Se incorporó para veros mejor las caras. – Nunca os he visto por aquí – dijo refiriéndose al cabo y al cadete – Me imagino que vendréis a equiparos ¿Sabéis que vais a pedir? – el hombre sacó una libreta y un boli para tomar nota de los pedidos que fueseis a realizar.

Entré en la sala algo triste. Había sido completa y absolutamente ignorado por la chica zorro, pero no era tiempo de pensar es eso. Me acerqué a la mesa del teniente, y tras un saludo firme dejé mi informe junto a los dibujos y el mapa que hice sobre la mesa. Me despedí del teniente y me dispuse a marchar a tomar una ducha.

Informe de mision

Autor: Soldado Nakahima Kin

La misión comenzo de manera correcta. Hicimos un alto en un lago para descansar y explorar la fauna y la flora local para ello nos separamos en dos grupos, el soldado Tenryuu y yo nos quedamos vigilando el humvee mientras el resto se encargaba de explorar las cercanias. Durante este tiempo se nos acercaron unos seres alados, parecidos a obejas pero con alas finas, siendo pastoreados por un anciano. Mientras tanto el otro grupo tuvo un percance con una bestia, aunque al final se arreglo al retroceder.

Tras unos intentos de comunicacion con el anciano a base de dibujos y gestos, nos llevó a su aldea. Por el camino aprobechamos a aprender algo del idioma local. Al llegar a la aldea se nos invito a comer con el jefe de la aldea, el cual nos comunico ciertos problemas que tenian con el pozo y unos seres llamados trasgos. En un principio nuestra intención era unicamente mirar si podíamos ayudarles con el pozo, sin entrar en problemas locales, pero el pueblo fue atacado por esos trasgos salidos del pozo, por lo que nos vimos obligados a ayudar a la aldea.

Durante la batalla el jefe de la aldea fue herido de gravedad y su hija secuestrada. Tras darle cuidados al padre nos dispusimos a rescatar a la rehen, dado que nos pareció que el ejercito de Autodefensa no sería bien visto en este lugar si empezabamos abandonando niños a su suerte. Fue una misión sencilla al principio. Llegamos a la aldea que los trasgos habían construido bajo el pozo, la recluta Shimakaze y el Soldado Tanaka entraron y encontraron a la hija y a la chica zorro y las sacaron. Pero antes de que nos fueramos los trasgos se dieron cuenta de la ausencia de las niñas, y nos vimos obligados a derruir la presa que evitaba el paso del agua a la aldea, llevandonos por delante la aldea trasga.

Tras aquello devolvimos la hija del jefe de la aldea a su padre y dejamos a la chica zorro con ellos. Aunque al parecer esta ultima se colo en algun momento en nuestro maletero sin que nos dieramos cuenta.

El teniente primero se quedó un poco perplejo pues no había terminado de entender bastantes detalles de la misión, a la recluta todavía le quedaba por aprender.

Suspiró.

- Puedes retirarte - dijo mientras escribía en un papel.

Informe que había dado la recluta Shimakaze no lo había dejado muy satisfecho, y se podía ver en la cara del teniente.

Cuando le diste el informe parecía interesado, los dibujos aportaban datos para una mejor comprensión, sin duda era un buen reporte y se podía entender con facilidad.

-Buen trabajo, puede retirarse. - dijo al soldado.

Trató de esconder la sonrisa que surgió en su cara cuando Kurita le dio la razón "Te lo dije" -pensó. "Parece que tenemos un cabezón en la escuadra". Aún así, se lo tomó con humor, y simplemente siguió a su cabo mientras veía impresionado a la chica zorro en el hombro de Iwamori. Era todo demasiado surrealista para ser cierto, pero sin embargo allí estaba; no podía esperar a escuchar a sus nuevos compañeros hablar sobre de dónde había salido.

Al igual que la niña, tosió un poco por el humo del tabaco, poniendo una ligera cara de desagrado por el olor a tabaco, no creía que fuese correcto fumar en servicio, pero él no era nadie para decir nada al respecto. Estuvo pensando que podría solicitar, pero no pensó que fuese correcto decir nada antes de su superior, por lo que le preguntó al alemán: Señor, ¿qué cree que deberíamos solicitar? Quizás deberíamos pedir una lista de inventario, no creo que ninguno aquí sepamos cómo de equipada se encuentra la base. ¿Qué opina?