Equoor se escabulle entre los castillos, observando a los moradores de la ciudad, tal vez buscando algo relacionado con los brujos, alguna de sus armas, sus ropas, su pájaro, algo que les identifique
Motivo: escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 13(+10)=23
Motivo: avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+10)=28
Motivo: esconderse
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+10)=22
Motivo: mov sigilos
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+4)=18
-Viendo lo visto, lo mejor será dar una vuelta con el resto del clan.-Pienso desplegando las alas.-No me gustaría que nos viesen los humanos, pero se me da bien esconderme y me llena de curiosidad este nuevo mundo... creo que debo hacer lo posible por aprender.
Me levanto sobre la almena que me servía de asiento y me lanzo al vacío. La sensación del viento bajo las alas es reconfortante. Es como si llevase años sin sentirla, me noto anquilosado, torpe, pero al poco tiempo me recupero. Asciendo y desciendo en busca de oscuridad y discreción. Deseo aprender, pero deseo más pasar inadvertido. Busco cualquier muestra de armas, organización social, magia... todo excita mi espíritu curioso.
Motivo: Esconderse
Tirada: 1d20
Resultado: 19(+14)=33
Motivo: Mov. Sig
Tirada: 1d20
Resultado: 8(+13)=21
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+9)=27
Motivo: Avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+10)=26
Definitivamente, el metal no me gustaba. Eso de entrar en una caja extraña ya era agobiante, pero mucho menos me gustaba que se moviera
¿Qué tipo de brujería es esta...? pregunté alarmado ante el movimiento. Me puse en modo de ataque, por si era necesario liarme a golpes con aquella caja.
Era increíble cómo este nuevo mundo podía alterarme tanto.
Al llegar y ver esas antorchas raras, las miré extrañado. Me acerqué a una de ellas y la contemplé.
Este fuego es extraño comentaba mientras acercaba la mano. Pero quema menos...
Sigamos por ahí, necesito ver algo normal
Gárgola observó con ojo critico el nuevo mundo que se habría bajos sus alas. Era un mundo mas frió de lo que estaba acostumbrado, los bosques y ríos habían dejado paso a lo que ahora se descubrían ante él como extrañas construcciones de piedra lisa, metal, cristal. Los humanos cabalgaban sobre extraños carruajes que avanzaban sin caballos, y todo estaba iluminado por extrañas luces que no parpadeaban con el calor propio del fuego.
Tal vez se equivocase, pero no llegó a percibir ningún soldado o guardia que mantuviese la ley del rey de aquellas tierras.
Podía deberse a que los humanos finalmente habían dejado de lado sus absurdas guerras y rencillas, pero dudaba que eso fuese así ya que nada mas despertar habían sido atacados por aquellos hombres armados con armas lanzadoras de rayos de luz.
No, seguramente tendrían que volver a cumplir con su obligación como gárgolas y proteger a los habitantes de aquellas tierras. No seria fácil, la traición a la que les había mantenido en un sueño de mil años pesaba muy reciente sobre él y las mentes de sus hermanos.
Habían perdido un poco de su inocencia, pero sin embargo, si dejaban de lado su deber perderían mucho mas que eso. Perderían todo lo que eran y como líder del Clan no estaba dispuesto a aceptarlo.
Motivo: Esconderse
Tirada: 1d20
Resultado: 20(+8)=28
Motivo: Sigilo
Tirada: 1d20
Resultado: 11(+2)=13
Motivo: escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+8)=15
Motivo: avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+9)=25
Me quedo un rato mirando a Xánatos. No me fío del tío este. - pienso.
Antes de desplegar las alas y seguir a mis hermanos le susurro a Enok: No me fío de este humano. Oculta algo.
Una vez en el aire me siento un poco torpe y estoy a punto de estrellarme en un parde ocasiones contra esos gigantes de hierro que llenan la ciudad.
- Creo que estoy un poco oxidado. - digo cuando por fin consigo estabilizarme del todo.
Motivo: Avistar
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+3)=19
Motivo: Escuchar
Tirada: 1d20
Resultado: 18(+1)=19
Motivo: Moverse Sigilosamente
Tirada: 1d20
Resultado: 9(+5)=14
Motivo: Esconderse
Tirada: 1d20
Resultado: 12(+7)=19
Pasáis inadvertidos entre los humanos de aquel extraño reino, nadie parece veros pero podéis ver como algunos si que alzan sus cabezas hacia el cielo para ver que es lo que suena. El planeo de vuestras alas no parece ser todo lo silencioso que debería y las corrientes de aire golpeando en ellas provocan ciertos silbidos que llaman la atención de los que andan por las calles.
Cuando lleváis tan solo un rato Puck escucha un grito aterrador proveniente de una mujer, todos os ponéis a buscar por la zona y cerca de un parque veis como una mujer está tirada en el suelo y un hombre corre con una extraña caja de negro entre sus manos. Instantes después el hombre se sube a un extraño caballo, pero mucho más rápido y pequeño y sale huyendo dejando a la mujer herida.
Luthien toca un extraño botón que parece girarse y de pronto una fuerte llamarada sale de debajo de su mano. El susto por el quemazón hace que se gire y sin querer golpea a unos cuantos instrumentos de metal, parecido a ollas y sartenes armando cierto escándalo.
Enook, algo avergonzado decide abrir una de las puertas, y justo ahí se encuentra con una mujer de melena negra con reflejos azules. Vestida con una chaqueta roja y unos vaqueros. La mujer lleva un extraño arma en la mano y cuando sufre el encontronazo da un fuerte grito.
Un bandido ha salido al encuentro de esa mujer en ese pequeño bosque, nada ha cambiado respecto a la naturaleza humana por lo visto - Una razón más para no fiarnos de ése Xanatos.-La mujer ha sido muy estúpida - Equoor señaló el perímetro del parque con evidencia - Estaba claro que si solo está ese bosque, y el resto es la ciudad, los bandidos iban a estar escondidos ahí, debería haber dado un rodeo para viajar de noche
Equoor no sentía aprecio alguno por los humanos que les traicionaran, aún así esperaba que el pétreo corazón de alguno de sus compañeros se revolviera y acudiera a ayudarla. Equoor sin embargo seguía buscando rastros de sus atacantes sin éxito, a pesar de ser noche cerrada todo estaba perfectamente iluminado, como si fuera de día, y las calles estaban llenas de gente.... algunos hábitos sí habían cambiado
¿Por qué gritas, mujer? ¿Acaso pretendes atacarnos?
Recordé que ya no estábamos en nuestra época, así que pude entender el temor de esa mujer ante dos gárgolas.
Intentando tranquilizarla, la dije
Somos los guardianes de este castillo, y Xánatos nos ha despertado. Me llamo Enok, ¿cuál es tu nombre?
-Nunca hemos juzgado a los humanos. ¿Vamos a empezar ahora?.-Digo tomando impulso.-Nuestra misión es protegerles, y es lo que voy a hacer.
Tras decir esto, me lanzo en picado sobre el asaltante y, sin dejarme ver, trato de usar mi magia sobre él.
Lanzo "Hechizar persona"
- Estos humanos no cambiarán nunca. Siguen codiciando lo de los demás. - digo mientras sigo a Puck.
- Le seguiré y cuando se meta en algún sitio fuera de los ojos de los demás lo aplastaré. - pienso mientras me concentro en seguir a Puck y de paso mantenerme alejado de los ojos de los humanos.
Chicos, tened cuidado con los destinatarios. Enok y Luthuen no están con nosotros. ;)
Una llama azulada golpeo mi mano y sentí un pequeño escozor, al girarme un gran estruendo inundo la sala me coloque en posición de combate y gruñí enfurecido ante lo que sea que nos estuviera atacando. Al girarme observe que Enok había encontrado a una humana, que tenía algo en las manos en dirección a mi hermano. - Suelta eso criatura…¿que haces en nuestro castillo?
Oh... ¡Vaya! ¿Podéis... hablar? Dijo la humana con voz entre asustada y curiosa. La mujer seguía apuntando con su arma, aunque le temblaba el pulso.
¿Vuestro nombre? Mi nombre es Maza, Elisa Maza. ¿Qué o quiénes son ustedes?
Equoor se mantiene al margen de vuestros ataques, ya que vuestro líder no ha dado órden alguna de como intervenir.
Puck y Slink se marchan en dirección hacia el asaltante mientras que los demás observan lo que hacéis.
Puck logra embrujar al humano, quien continúa corriendo hasta que se le de alguna orden. Slink le sigue muy de cerca para no levantar sospechas del resto de personas de la calle.
Logras hechizarle sin ningún tipo de problema.
Es un humano normalito, así que no te resulta muy complicado hacerlo.
Sobrevuelo a cierta distancia al humano. No sé cómo reaccionaría si me viese, pero no he visto demasiadas gárgolas en esta ciudad, así que mejor ser precavidos. Evitando el contacto demasiado cercano, me coloco a una distancia prudencial sobre su cabeza.-¡Devuelve lo que has robado-Digo a un volumen adecuado para que me oiga.- Pide perdón y entrégate a la guardia!- Acto seguido, me elevo para comprobar que hace lo que se le dice.
- Parece que las habilidades de Puck siguen en funcionando igual de bien que antaño. - pienso al ver como le da una orden al ladrón. Veamos si realmente es así.
Me mantengo en el aire vigilando al sujeto a cierta distancia de mi compañero evitando por si acaso alquien levanta la vista quedar cerca suya cuando se eleva.
Qué descortés por su parte seguir apuntándonos, ¿no cree?
Sin ánimo de querer ofenderla, llevé mi puño a mi pecho, y me presenté:
Mi nombre es Enok, una de las gárgolas guardianas de este castillo
Colocándome al lado de Enok observe profundamente a la humana que llevaba ese cachivache en la mano y seguía apuntándonos… Mi nombre es Luthien Elisa Maza… ¿Qué haces con esa cosa en las manos? ¿ Tu también quieres profanar nuestro castillo?
¿Ehm... esta cosa? Oh, vaya, no sabéis lo qué es? Dijo mientras dejaba de apuntarles con el cachivache
- Disculpad mis modales, pero es que jamás había visto... ¿cómo os habéis llamado? "¿Guardianas del castillo"?
Xánatos compró este castillo y lo elevó a lo alto de su rascacielos, pero no sospechaba que vosotros erais el motivo. Vi una marca de garras en una piedra que cayó a la calle. Afortunadamente fui la única que lo vio. Conmigo estáis protegidas, pero yo me fiaría de ese loco de Xánatos, sus métodos son poco ortodoxos.
Mi intención no fue entrometerme, la única intención que tenía era adivinar que estaba sucediendo aquí...
La magia de Puck parece tener efecto, quizá no todo el que debiera, puesto que el ladrón tan solo da la vuelta y retrocede. Se acerca a la mujer que estaba totalmente aterrada por verle aparecer de nuevo, y tras agacharse le devuelve el bolso. De pronto algo cambia en el rostro del ladrón, como si la duración del hechizo se hubiese acabado, o como si el hechizo se hubiese roto con la primera acción causada.
En ese momento, el tipo salió corriendo. La mujer agarraba el bolso con fuerza y seguía tirada en el suelo sentada y tiritando de frío.