Partida Rol por web

Retumba la seca tos del arma del alférez. Un único disparo pues no son necesarios mas Y desde mi posicion en la trasera del Rg 31, obsrvo el resultado mientras digo.
Por supuesto, capturaremos a ese jinete en cuanto deje de serlo. Para asegurar el objetivo, solicito que alguno mas venga conmigo.
Y no puedo evitar sonreír mientras añado.
Por que yo, naturalmente, voy. Y de momento, no hemos recibido ordenes de usar fuerza letal.

Al sacerdote le parece suficiente, sobretodo al ver los aspavientos que estan haciendo los soldados de la aldea, necesitan actuar y lo necesitan ya, toma su intercomunicador.

- Abatan al jinete y contenganlo, al acercarse recuerden que se considera armado y hostil, extremen las precauciones antes de apresarlo.

Luego se gira hacia el capitan.

- Capitan, deberiamos actuar en la aldea, puede que no este en nuestra jurisdiccion como tal, pero acabaremos teniendo una pequeña revuelta aqui en caso contrario.

Le dice señalando con la vista a la chica zorro.

- Ademas, debemos defender al debil y no creo que un aldeano como ese tenga muchas posibilidades de salir bien parado de la ira de un soldado entrenado y armado.

Roberto asiente atento al disparo de Daniel, no tengo aquí la mirilla pero parece que ha dado en el blanco.

Después Pedro solicita un acompañante para acercarse al cuerpo. Roberto mira a derecha y luego a izquierda. Nadie parece decidirse así que agarrándose a la puerta se incorpora de una zancada y dice yo te acompaño sargento Jimenez, mientras busca la pistola en su cinturón, quita el seguro y la coloca en su mano derecha.

Una vez el alférez García hizo el disparo,  Iñaki movió el vehículo hasta donde se encontraba el jinete, ahora solo faltaba que estuviera medianamente entero, aunque el disparo no le hubiera dado a él la caída del caballo a esa velocidad debe de doler bastante.

Una vez el vehículo parado se giro y dijo-  En cuanto lo suban al vehículo iremos a la aldea, quizás lo demás necesitan algo de apoyo.

Observo lo que sucede en la aldea, viendo que los jinetes acababan de llegar a la misma. Parecían hablar con un hombre de la villa, el cual se mostraba temeroso, tal vez de ellos. Y por lo que parecía el jinete estaba bastante enfurecido. Me giré para ver qué ocurría en la parte de atrás del vehículo, y las reacciones de la chica-zorro, así como los gestos de la otra y la respuesta del padre me hizo decidirme. - Tiene razón, padre, aunque no sea esa nuestra misión principal. Sin duda nos vendrá bien ganarnos el favor de las gentes de la villa. - Señalo con la mano hacia los jinetes, haciendo el gesto al piloto para que avance. - Adelante Connor, a por los jinetes. Al llegar bajaremos hombro con hombro, como en los viejos tiempo. Alferez Lago, usted opere la ametralladora y apunte a los jinetes, pero contenga los disparos hasta que se lo ordene. Ese calibre es peligroso y no queremos bajas civiles. Padre, Barberán, se quedarán con las muchachas. - Preparé mi fusil, comprobé el cargador y la recámara y me dispuse a derribar a esos dos jinetes.

El padre asiente y se gira hacia las muchacha, la sonrie y agarra su mano dandola un apreton mientras que con la otra levanta el pulgar a modo de señal de amistad.

Podriamos sentar precedente como un signo de amistad si finalmente venimos para aca.

Penso en el signo.

Suspiro por lo que estaba por ocurrir -Allá vamos- respondo volviendo a arrancar el coche. Las ruedas giran por unos segundos en el mismo lugar y luego salimos disparados hacia el pueblo. Vuelvo a derrapar al llegar para que el chirriar de los neumáticos anuncie nuestra llegada. Puede que un sonido desconocido desconcertara a los jinetes. Tomo mi arma, y salgo del vehículo mientras le quito el seguro -Como los viejos tiempos ¿eh?, eso me hace acordar que aún me debes una cerveza-

El disparo fue realmente certero, sonó un fuerte sonido que hizo que los pájaros cercanos volaran y justo después el caballo cayó al suelo haciendo que su jinete rodara varios metros por el suelo, el impacto había sido limpio y había dado justo en el punto en donde el militar había apuntado, sin duda había tenido una gran puntería. Cuando el vehículo llega al lugar pueden ver como el hombre está en el suelo algo aturdido, parece que no es realmente consciente de lo que sucede, llevaba una armadura ligera de cuero, su espada estaba en el suelo mientras el algo mareado trataba de alcanzarla.

Mientras tanto en la aldea cuando el vehículo llega todo el mundo se queda mirándolo sorprendido, uno de los jinetes el que parecía de mayor rango y que estaba momentos antes hablando con el anciano le da un empujón apartándolo mientras saca su arma y apunta a los desconocidos y dice.

• videshiyon jo kar rahe hain, apane maamalon baahar kaam

Phee seguía realmente inquieta y nerviosa, pero Leela parecía tranquila y dice:

• ¿Ellos…quienes? ¿Tu?

Lo último lo dice mientras hace un gesto con los brazos como abarcando todo a todos los que están allí, coloca su mano sobre Phee y dice:

• chup raho, ve hamaaree madad aur bujurg nukasaan nahin hai ya aap phaiai lagega

Roberto observa como el alférez García mira fijamente a través del objetivo, aprieta el gatillo y el soldado cae del caballo a la distancia.

Roberto toma impulso, salta del vehículo para ir más rápido y sale corriendo en dirección al soldado, se gira levemente hacia el sargento Jiménez,¡Vamos! Supongo que estará desorientado pero más vale apurarse.. Al llegar a donde está el soldado aturdido, de una patada aparta la espada y le apunta con la pistola, Venga Jiménez, yo le apunto, súbelo al vehículo.

No hay tiempo que perder.
Conforme nuestro Rg 31 se aproxima al jinete caido, todos en su interior podemos observar el resultado del disparo de alférez. Por mi parte, con una amplia sonrisa me giro y asiento con la cabeza. Pues no parece que el fulano en cuestión, vaya a darnos muchos problemas.
No obstante, siempre es mejor asegurarse.
Tanto
Antes de que nuestro vehículo termine de detenerse, tanto el brigada Garcia como yo saltamos desde el portón trasero y por mi parte flexiono las piernas para amortigua el impacto.
Con rapidez, me dirijo hacia el caído pues muestra signos de recuperación y no me apetece que se nos ponga agresivo.
El brigada Garcia se encarga de la espada del fulano y a continuación, aprovechando su desconcierto, apreso su cuello con los brazos y ejerzo la presión necesaria para cortarle tanto la respiración como el fluido arterial provocandole un desmayo.
Miro entonces al Garcia y digo.
Este esta listo. Llevemoslo al camión y reunamonos con los demas.

Y de nuevo todos se repartían las cosas que hacer como mejor les venía. El disparo fue magnífico y acabó con el jinete revolcándose por el suelo. Al momento, dos de sus compañeros salieron del vehículo y atacaron de una forma completamente innecesaria. Roberto había inmovilizado al soldado, Jimenez comenzó a estrangularlo con sus manos. - ¿Que cojones está haciendo Sargento? Eso era completamente innecesario, con inmovilizarle bastaba. - preguntó el soldado una vez hubieron subido al jinete al vehículo mientras le ponía unas bridas inmovilizando las manos a la espalda y comenzaba a evaluarlo para que el jinete no se muriese en el vehículo. 

El hombre termino perdiendo el conocimiento tras apenas unos segundos, se notaba que el golpe le había afectado y sin duda por eso había sido tan sencillo hacer que perdiera el conocimiento. Rodrigo pudo acercarse y ver que el hombre tenía un fuerte golpe en el pecho, no parecía especialmente grave, pero no le vendría nada mal tener un poco de atención médica.

-Bueno este ya esta neutralizado, volvamos a la aldea los demás pueden necesitar nuestra ayuda.

diciendo esto me senté en la parte trasera del nyala cerrando la escotilla 

Bueno, eso había sido rápido. También un poco innecesario, probablemente. Después de una caída de un caballo al galope, nadie debería estar en condiciones de pelear con cualquier cosa más fuerte que un hamster, así que no estaba seguro de que la estrangulación hubiese sido necesaria. Pero quien sabe. La gente de este lugar probablemente fuese más dura que el del suyo propio, ya que el trabajo manual abundaba más.

Obviamente, tampoco tenían ni sus armas ni su entrenamiento sin ellas, así que en ese sentido las cosas se equilibraban.

Relajémonos todos un poco, ¿de acuerdo? comentó en un tono neutro al captar el de las palabras de Rodrigo. Tenemos a nuestro objetivo. Probablemente la captura fue un poco más... expeditiva de lo necesario, ok. Tomemos nota y procuremos mantener las formas. Es importante que mientras estamos en la aldea mantengamos la calma. Habrá civiles de por medio, y eso complica las cosas. De hecho, creo que voy a dejar los mandos de la Samson cuando entremos en el perímetro salvo orden del capitán. Es demasiado peligroso apuntar algo de este calibre en una zona habitada.

Subteniente, creo que podemos ir tirando. Puedo coger el volante otra vez si quiere, o puede seugir usted. No parece que vayamos a correr el rally de Monte Carlo, y no he visto ningún signo de trampas, baluartes o cualquier otra cosa que sea un peligro para el Nyala. Me preocupan más la posible seguridad de los aldeanos que éstos, la verdad- comentó, haciendo un gesto con la cabeza en dirección al jinete.

Con el G36 preparado, bajo del Nyala de un salto, y con pasos medidos, me dirijo hacia los jinetes, esperando a que Connor girase por la cabina del vehiculo y se uniera a mi en el avance. Me detengo a diez metros del hombre que se acerca a nosotros, y veo como este saca su arma. En ese momento llevo mi rifle al hombro y le apunto al pecho, dispuesto para disparar.

- ¡Alto o disparo! - Era consciente de que no iban a entenderme, pero esperaba que en el tono de mis palabras y mi postura pudiera entender al menos la amenaza. En caso de que se moviera, le dispararía, intentando apuntar a un punto no letal. - ¡El arma al suelo! - Grito, señalando su espada con mi rifle y luego al suelo, dos veces.

Niego levemente con la cabeza ante el comentario de Rodrigo y respondo.
Catalogo a este fulano al mismo nivel que cualquiera de los presentes. Un explorador altamente cualificado. Por tanto, ya que estamos, vendría bien registrarlo para quitarle de encima cualquier cuchillo o navaja que pueda tener.
Pero por mi parte, no hago ningún gesto ni para examinarlo ni para suministrarle los primeros auxilios. Miro a Rodrigo y añado.
Ya que estas, sugiero que lo hagas.
Y puesto que nuestro alférez ha cerrado el portón trasero, me aseguro en mi asiento y me limito a hacer un gesto para indicar que por mi, podemos salir disparados ya mismo.

Bueno, eso ha sido rápido reflexiona Roberto para sí. Tras observar como el prisionero se desmayaba vuelve a poner el seguro en su pistola, la ata al cinto y mira como se lanzan pullas sus compañeros, parece que la tensión del momento nos afecta incluso a los más expertos en supervivencia.

Se detiene unos instantes para prestar atención a la manera de cargar al prisionero dentro del vehículo, con las tiranteces se da cuenta que sus compañeros han cerrado el vehículo y se disponen a partir sin él, ¡Eh! No he subido aún, como me dejéis aquí y tenga que ir corriendo os voy a hacer el abrazo del oso cuando os pille dice Roberto intentando apaciguar los ánimos como había hecho Julio. Dicho lo cual abre el portón del vehículo, observa a Rodrigo administrando los primeros auxilios. A simple vista creo que no tiene más que el golpe, tras interesarse unos segundos busca un hueco y se sienta.

Había que reconocer que la forma en que noquearon a aquel tipo había sido bastante dura, pero tampoco se podía saber como iba a reaccionar el jinete caído, así que Iñaki no dijo nada.

Respondiendo a las palabras del Brigada Ndoye dijo- No se preocupe, como bien dices no hay mucha dificultad en llevar el vehículo hasta la aldea, así que mejor ponernos en marcha cuanto antes- en cuanto subieron los demás el vehículo Iñaki puso en marcha el vehículo en dirección a la aldea para reunirse con los demás.

El grupo que estaba con el explorador enemigo lo sube al vehículo mientras algunos lo examinan, aparentemente esta inconsciente, y tranquilo, además de su espada llevaba encima una daga que recordaba a las típicas de las películas medievales.

Mientras tanto en la aldea la tensión estaba muy alta, el tipo de la espada sonríe al ver cómo le apunta con lo que para él debe ser un palo o en todo caso un arco, da un paso hacia delante con su arma mientras dice:

• bevakooph golakeepar ... aapako lagata hai ki tum mujhe chot karane ke lie ja rahe hain ke saath lagata hai

El disparo resuena y todos se quedan mirando cuando el guerrero se sostiene el hombro dolorido, sorprendido mira y dice:

• jaadoo ... ki jaadoo hai ... usane kiya hai

Los aldeanos están muy sorprendidos y el otro hombre con su arma en la mano se acerca, sin duda piensa que tendrá que recargar o al menos que no podrá disparar tan pronto