La enorme máquina de guerra enemiga alzaba su espada, cargando energía para nuevamente intentar acabar con lo que queda de las fuerzas humanas, las cuales aún están enfrentadas en una terrible batalla final contra lo poco que queda el enjambre de drones enemigos. Dos ejércitos diezmados, uno por desgaste tras tanta guerra, y el otro por el heroico sacrificio de Vega. Si no hubiese sido por la detonación de Takoyaki... Posiblemente no habrían tenido la oportunidad de dialogar con el enloquecido piloto de Titán.
Las palabras de Vega tienen un componente casi eléctrico en su voz. El sonido que produce se siente, por momentos, sintetizado y cargado de estática. Aún así, sus palabras y emociones provocan que la maquinaria y sensores de todo dispositivo que la escucha se enciendan y apaguen, parpadeen, muestren glitches varios. Un poco de ella llega a cada rincón de la humanidad.
Antena a antena, satélite a satélite, sus sentimientos se ven distribuidos cual virus, y sin ser consciente de ello, toda pantalla y comunicador de la humanidad se ilumina con lo que ven aquellos ojos que ya no están, lo que escuchan sus oídos que ya no sienten, y todo lo que dice aquella voz perteneciente a alguien que ya no está. Cual rayo de luz, abren un agujero en el velo de propaganda y desinformación en la disfuncional humanidad del año 22XX.
La espada de Titán brillaba con intensidad. Estaba listo para soltar su devastador ataque, pero Vega le hace titubear. ¿Quienes son sus enemigos reales? ¿Había sido todo esto un error? Por las cámaras puede ver la cabina vacía, puede ver que Vega no está ahí. ¿Qué motivos tiene para mentir alguien muerto? Para alguien dentro de un ExMachina, no hay motivo para pensar que se trata de un truco óptico. Claramente, ella no está ahí...
Quizás ese instante de duda era todo lo que hacía falta: Haruka consigue aprovecharlo para volverse una con su ExMachina nuevamente, tal y como lo hizo cuando escapó la detonación del núcleo de Takoyaki. Su crecimiento personal, y su aceptación de si misma, y su confianza absoluta en Seraphine le permitió finalmente comprender de forma intuitiva todo de lo que su ExMachina podía hacer. Y así, el extraño fenómeno producido por estos incomprensibles corazones mecánicos intervino en la realidad, y el espacio se dobló ante la voluntad de Haruka y Seraphine. Ondas expansivas y grietas de verde brillante se distribuyeron por el aire durante el instante en el que su estocada perforó la realidad, y así perforó a Titán. El golpe resultó hasta más potente de lo que Haruka esperaba: El impacto provocó una poderosa reacción en cadena que deshabilitó un propulsor, y el súbito diferencial de energía en la máquina provocó que su espada deje de brillar y su ataque quede cancelado.
— ¡He llegado demasiado lejos como para detenerme ahora! —
Bramó él. Con su ExMachina gravemente dañado por la estocada de Haruka, y su voluntad y confianza en su misión mermada por las palabras de Vega, la sincronización de aquél piloto había descendido considerablemente, cayendo de aquél perfecto 100% a un inestable 70. Incluso con la superioridad de su ExMachina, a duras penas estaba pudiendo entablar aquél duelo espacial con Haruka: Están bastante igualados en velocidad, técnica, y fuerza. El espectáculo resultaba increíble de ver: Ambas máquinas se movían como si fuesen personas, y la coreografía de sus ataques recordaba más a artistas marciales luchando que a dos titánicas máquinas enfrentados en gravedad cero.
— ¿¡Si no acabamos con esto, qué sentido tendrían todos estos sacrificios!? —, 75%.
— ¿¡Si no destruyo a la humanidad, qué impedirá que vuelva a suceder!? —, 85%.
— ¿¡Si no hago el mundo arder, cómo conseguiré justicia!? —, 95%.
Ya no habla con aquellos aires pseudo-bíblicos, ni con sus retorcidas metáforas. Lo que le consume es lo mismo que Haruka sintió hace apenas unos minutos: Una sed de venganza irracional, y que se ha cobrado ya cientos de vidas.
Su velocidad aumentaba. Su fuerza también. Haruka empieza a tener dificultades para mantenerlo ocupado, para mantenerse igualada a él. ¡Incluso estando al 100% ella, incluso luchando mejor que nunca, él sigue siendo un oponente formidable! Para vencerlo a él en plenas capacidades, solo habrían podido hacerlo las tres piloto juntas... Pero eso ya no es una opción.
Justo cuando parecía que la táctica de Vega de dialogar con él estaba empezando a quebrarse, algo sucede. Vega siente que algo intenta acceder a... ¿A ella? No, no exactamente... En ese momento se percata de aquella red que inconscientemente había estado tejiendo sobre todos los sistemas de comunicación humanos. No es plenamente consciente de lo que aquello implica, pero de cierta forma puede sentir a la Tierra, a Marte, a todas las naves en combate, todas atadas a ella como un fino y etéreo sistema nervioso. Y alguien está pidiéndole acceso. Tratándose de aquellas personas... ¿Cómo decirles que no?
Se establece una comunicación. Sin importar cuanto se esfuerzan los líderes políticos y militares, sin importar cuántos técnicos, hackers, y expertos intentan contrarrestarlo, Neil aparece en pantalla.
— ¡Todo lo que ha dicho mi esposa es cierto! ¡Y tengo las pruebas! —
Fotografías de todos los pilotos "alienígenas" aparecen en pantalla. Todos humanos, por supuesto. Algunos niños, otros adolescentes, y luego sus versiones adultas y 'mutadas'. Es imposible no reconocerlos como la misma persona. Por supuesto, también está el piloto de Titán entre ellos. Aquellas imágenes le distraen nuevamente, evocando el doloroso recuerdo de aquellos amigos que envió a morir.
Y no es solo Neil quien está ahí.
— Nos han hecho creer que luchábamos contra una Amenaza, ¡pero todo este dolor ha sido un trabajo de limpieza! ¡De barrer los errores del pasado bajo la alfombra!
Las pruebas siguen apareciendo una a una
— Vega, lo siento tanto, si hubiésemos hecho mejor nuestro trabajo, tú no habrías tenido que...
— ...
— Gracias por tu servicio. Ahora, y siempre.
— ¡Haruka! Tú puedes. ¡Sé que puedes! Te has esforzado mucho para llegar hasta aquí, y siempre lo has dado todo. Esta vez no hay ni ordenes ni límites. ¡Vuela, lucha, has lo que te diga tu corazón! ¡Sé que harás lo correcto! —
— ¡VEGAA! —, grita él. Es el único que está llorando a moco tendido, aunque todos están afectados por todos estos giros de una u otra manera. — ¡Acaba con esto! ¡Juro por mi vida que voy a cuidar de tu familia! ¡No has de preocuparte por ellos! —
— ¡Titán! No es tarde para arrepentirte. No es tarde para los remordimientos.
— Nunca limpiarás la sangre de tus manos, y nunca sentirás que has hecho suficiente para compensar.
— Pero eso no significa que tu único camino sea seguir equivocándote.
— Vega, Haruka. Atlas no carga con el mundo solo: Todos nosotros haremos nuestra parte. —
— ¡Mamá! —, sus ojos están cubiertos de lágrimas, pero sonríe. Está en los brazos de Neil. — ¡Te quiero! —
— ¡Te amo! —, consigue soltar frente a todo el mundo. Nunca fue una persona muy valiente, pero en una situación como esta... ¿Realmente se puede permitir dejarse llevar por el pudor?
Gracias a todo esto, Titán está distraído. Su destino está en manos de ellas dos.
Es hora de darle final a esta guerra.
Mi lanza nunca se había movido con tanta precisión. Cada movimiento que hacía parecía estar guiado por una mano invisible que simplemente sabía todo lo que tenía que hacer. Mi arma y la de titán se chocaban sin parar, destellando con furia cada vez que se encontraban. Ambos teníamos todo en la línea, nos estamos jugando absolutamente todo tras cada golpe. Cada ataque representaba todo nuestro ser y nuestra voluntad de acabar con esta batalla de una vez por todas!
-¡Esta no es la forma! -Grité para contestar sus delirios- ¡El cambio que necesita este mundo no puede hacerse sobre la sangre de los inocentes! ¡Si sigues por este camino serás igual que ellos! ¡No más que un asesino demente! ¡Así tu justicia no valdrá de nada!
Sin darme cuenta, Titan y Seraphine comenzaron a luchar entre la nube de naves y drones destruidas por la batalla. Entre nuestro errático movimiento llegamos a parar entre la destrucción de la batalla que aún no ha terminado. Un sinnúmero de naves destruidas nos rodeaban, y entre ellas, había un crucero principal de la armada entero flotando en ruinas. Entonces una idea se me vino a la mente.
-¡Vega! -Le envié un mensaje a mi compañera por un canal encriptado junto con unas coordenadas hacia donde quería que fuese- ¡Vuela hacia la entrada trasera de este crucero!
Entonces, comencé a guiar a titan hacia el crucero atacando para forzarlo a moverse como yo quisiera. En el estado alterado en que el estaba no era difícil adivinar cuáles serán sus próximos movimientos, pero su velocidad y fuerza son tales que tratar de guiarlo por donde yo quería era como caminar por una cuerda floja, cualquier error que cometiera me costaría caro. Su espada se movía más rápido de lo que mis ojos podían seguir con facilidad, pero no más rápido de lo que mi cerebro podía reaccionar. Con solo ver la forma en que sus brazos se movían instantes antes de atacar, ya sabía cómo defenderme y como contraatacar. Seraphine esquivaba los ataques que no podía bloquear con nada más que un par de metros que separaban su espada de mi armadura, e inmediatamente respondía a sus ataques con estocadas y cortes. Pero él tampoco se quedaba atrás. Ninguno de mis ataques eran capaces de alcanzarlo, y sus contraataques venían cargados con suficiente fuerza como para acabar conmigo si llegasen a impactar, y la mayoría de esos devastadores golpes llegaban más cerca de impactar que los míos.
¿Qué demonios es su Ex-machina? ¡Supera a Seraphine en todo aspecto excepto velocidad! Y las habilidades de su piloto no son nada que subestimar tampoco. En un principio pensé que sería capaz de derrotarlo por mi cuenta, pero ahora lo veo claramente. En un duelo de habilidad pura, no hay forma en que yo pueda derrotarlo. La velocidad superior de Seraphine es lo único que me ha mantenido viva hasta ahora. Pero recién se acostumbre y encuentre una forma de compensar esa diferencia…
Tengo que acabar con él antes de eso.
Por suerte, antes de que haya encontrado la forma de derrotarme, el crucero destruido estaba detrás de mí. ¡Esta es mi oportunidad!
Para que mi plan funcione, tengo que hacer distancia entre él y yo. Así que, aprovechando que aún me quedaban un par de misiles sin disparar, hice una maniobra riesgosa. Trate de detener su espada directamente con mi lanza. No desviarlo como había hecho hasta ahora, si no detenerlo en seco aun si fuera por un instante. Entonces puse mi lanza frente a su espada a la vez que esta iba en camino a caer sobre mi cabeza con un brutal corte. El poder de Titan al impactar con mi lanza casi me lleva por delante. La fuerza de Seraphine no era suficiente por su cuenta para detenerlo, así que tuve que usar mis propulsores a toda potencia para detenerlo, y aun así, fue muy difícil mantener mi estabilidad mientras él desataba todo el poder de su mecha en este ataque. !Su poder llegó hasta el punto en que mi lanza comenzó a doblarse bajo la inmensa presión! Y su fuerza no reducía. ¡El no pararía hasta destruir mi lanza y cortarme a la mitad!
-¡¿Esto es todo lo que tu justicia puede hacer?! -Grité entre gruñidos mientras su ataque me aplastaba- ¡Al final lo que decías no eran más que palabras vacías!
Recién logré encontrar algo de equilibrio bajo su ataque, disparé inmediatamente los tres misiles que me quedaban directamente a su cara. La explosión no sería suficiente como para dañarlo, pero por lo menos me daría tiempo suficiente como para alejarme de él.
Pero la maniobra no salió como lo esperaba. Justo antes de que los misiles explotaran en la cara de Titán, ¡la lanza de Seraphine se rompió a la mitad! Inmediatamente comencé a retroceder e hice mi mejor esfuerzo por esquivar el ataque que aún venía hacia mí, pero esta vez la velocidad de Seraphine no fue suficiente.
Logré hacer que la masiva espada de Titan evitara mi cabeza por los pelos, pero su arma no se retirara sin hacer su daño. En ese momento todos los que tenían contacto conmigo escucharon un desgarrador grito de dolor a la vez que el brazo izquierdo de Seraphine salía volando por el espacio.
-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Dentro de la cabina, una indescriptible descarga de dolor me invadió mi brazo izquierdo a la vez que desprendí una gran descarga eléctrica que dañó un par de monitores auxiliares y mi sistema de cálculo de trayectorias avanzado a la vez que perdí control de mi brazo real y mi nivel de sincronización bajo de 100% a 86%. La electricidad destruyó parte de mi traje de piloto y ahora había un ligero olor a carne quemada inundando la cabina.
El dolor era muy intenso. Mucho más de lo que jamás había llegado a sentir en toda mi vida. Me costaba respirar y sentía como si mi corazón fuera a explotar por lo fuerte que estaba latiendo… Pero aun así no me detuve. ¡No podía detenerme! ¡Los misiles dieron de lleno en el blanco! ¡La maniobra fue un éxito! Titan perdió el equilibrio y no sería capaz de verme por un par de segundos, un par de segundos que usaría para alejarme de él lo más que pueda en dirección hacia la entrada frontal.
-¡Veamos si eres capaz de hacer valer todos esos sacrificios de los que tanto hablas!
Manejando con una sola mano, entré al crucero por la puerta frontal y con titan siguiéndome navegue por donde Seraphine pudiese pasar. El crucero era inmenso, así que seraphine no tenía problemas en navegar dentro de él, y tal vez Titan tuviera un par de inconvenientes, pero parecía como si él también pudiera navegar sin muchos problemas, ¡pero no lo suficientemente bien como para alcanzarme! E incluso, gracias a esos inconvenientes, fui capaz de poner aún más distancia entre el y yo
Pase a toda velocidad por los canales que aún quedaban en pie del crucero, y usando un mapa que tenía integrado, logre encontrar mi camino hacia la puerta trasera, siendo la primera de los dos en salir del crucero. Ahora, si todo salió de acuerdo al plan…
-¡Vega! -Grite repentinamente- ¡Ahora!
Sola sería imposible detener a Titan, y mucho menos ahora con un solo brazo y la mitad de mi lanza… Pero ¿Quién dijo que tenía que enfrentarme a este monstruo yo sola? En su nuevo mecha, Vega no sería capaz de seguirle el paso a la velocidad de Titan y mía, así que no sería capaz de hacer uso del poder destructivo de su mecha simplemente no sera capaz de alcanzarnos ¡Pero ahora tiene la oportunidad perfecta! ¡Mas te vale hacer que esto valga la pena, compañera!
¡No seas estúpido! ¡También eres humano! víctima de un mosntruo que experimento incluso con su propia hija
El espacio se extendía ante ella como un abismo sin fin, iluminado por destellos de luz que nacían y morían entre las explosiones de naves y drones. El ExMachina de Vega, aun llevando las cicatrices de la batalla, avanzaba con una velocidad que nunca antes había sentido, aunque no era ni de lejos la mitad de rápido que su compañera. La tensión le pesaba, pero no permitió que la distrajera. Haruka, su fiel aliada, luchaba con una intensidad sobrehumana, esquivando la implacable espada de Titán y manteniéndolo a raya.
—¡Vega! —La voz de Haruka, entrecortada y cargada de esfuerzo, resonó por el canal encriptado—. ¡Vuela hacia la entrada trasera de este crucero!
Las palabras eran innecesarias; Vega ya había percibido la apertura en el ataque de Titán. Los movimientos de la máquina enemiga eran rápidos y precisos, pero por primera vez, tras el ataque coordinado de Haruka, había un segundo de vacilación. Sabía que esa era su oportunidad.
—Vamos allá —susurró concentrándose
Mientras avanzaba, una sensación extraña la recorrió. No era un pulso, sino un flujo de energía etérea que provenía del propio ExMachina. De pronto, la conexión se intensificó, y voces, ecos de otros pilotos caídos, resonaron en su consciencia.
—"No estás sola, Vega" —susurró una voz familiar. Era idéntica a la energía de Takoyaki, un eco de su antiguo ExMachina, pero no era él. Eran muchas voces de Takoyaki susurrándola, cada una diferente, pero a la vez iguales. En ellas reconoció la presencia de todos y cada uno de los exmachinas, pero también la de todos aquellos que había conocido y ya no estaban con ella—"Usa nuestro poder, nuestras memorias. Hoy luchamos contigo."
Un destello de luz azul recorrió las articulaciones de la máquina, emanando una energía que iba más allá de lo conocido. Los sensores comenzaron a registrar un incremento de poder sin precedentes mientras las voces se fusionaban en un coro de voluntad y determinación.
—¿Qué... es esto? —murmuró Vega, sorprendida pero sin tiempo para dudar.
Aquella energía mística, sin saber si era un sueño de su nuevo exmachina o el auténtico poder de Takoyaki, fluía, la máquina se movió con una gracia y potencia que superaba sus propios límites. Titán se tambaleó, y el momento de acción llegó. Vega redirigió la energía de su ExMachina, canalizando todo hacia un único ataque. Sentía la conexión con su máquina, una entidad de metal y consciencias que ahora respondía como una extensión de su propio ser, pero no era la enorme mole. Por fin Vega había comprendido la auténtica habilidad de Takoyaki, lo que conectaba la vida y la muerte, como ecos de una simulación ¿acaso la vida era solo eso? En cualquier aso Vega sintió la ira de King, la determinación de cada uno de sus compañeros de equipo, la valentía, su sacrificio... Y se puso en marcha. El ataque fue tan brutal que el arma de Titán comenzó a perder su brillo, su ataque se detenía.
-Neil...Lyra... Os quiero.
Aquella ultima frase, una que a Vega le costaba horrores pronunciar, por miedo a abrirse, brotó sin duda ni miedo, ni siquiera vergüenza. Amaba a su tímido marido y su extraña hija, y haría cualquier cosa por ellos.
Del piloto de Titán solo se podían escuchar gritos de ira. Las palabras de Haruka le enfurecían y cegaban a todo, y lo único que le importaba ahora era destruirla. Quizás fue esa ira la que le dio la fuerza suficiente con la que destrozar la lanza de Haruka. Quizás eso fue lo que permitió que su ataque fue veloz como un relámpago, y tanto el brazo de Seraphine como el de Haruka quedaron irremediablemente separados de los cuerpos a quienes les pertenecían. Pero eso no la detuvo. No, ni todo el dolor del mundo podría detenerla ahora. Solo quedaba acelerar más de lo que jamás aceleró, y dejarse perseguir por las entrañas de aquél crucero de batalla.
Las maniobras de Seraphine eran increíbles: Aquella velocidad, aquella precisión; máquina y carne se movían como uno en una letal danza en la cual el más mínimo paso en falso habría acabado con su muerte, y por lo tanto en el fin de la humanidad como la conocemos.
El cadáver del crucero sirvió como campo de obstáculos para ralentizar tanto como sea posible a Titán mientras Vega se preparaba: Ambas estaban apostandolo todo en aquél ataque.
Seraphine emergió de dentro del metálico cadáver espacial y esquivó rápidamente hacia un lateral. Titán surgió pocos instantes después, pero en lugar de verse de cara a cara con la herida Haruka, vio algo brillar más que las estrellas: El poder de todos los ecos de todas las vidas perdidas en aquella guerra sin sentido, el poder de todos los núcleos de ExMachina existentes y potenciales. Aquél poder, aquél brillo, superaba en tamaño múltiples veces a Titán y a toda arma habida y por haber: Era el poder de Vega, el poder de Haruka, el poder de King, el de Neil, el de Thomas, el de López, el de Alice, el de Sugiyama... Era el poder de la humanidad, sus ecos y sus deseos. Toda esa energía se arremolinó en un espiral destructor y se condensó completamente en el ExMachina de King, para luego correr hacia su brazo, y finalmente a su puño.
Un puñetazo. Sería fácil resumirlo en ello, pero no le haría justicia: El destello de luz que provocó el momento del impacto se habría visto desde cualquier punto de la vía láctea; el caleidoscopio de colores que produjo iluminó el cielo de Marte, la Tierra, y todos los cristales de toda la flota humana.
Cuando todo acabó, cuando toda aquella luz y poder se esfumaron, la calma invadió el campo de batalla.
Todos los drones enemigos se habían dormido, ahora simples trozos de metal flotando a la deriva. De Titán quedaba solo el torso y cabeza, y en pésimo estado. La máquina dormía a un 1% de su nivel de sincronización, y los signos vitales de la cabina eran débiles, pero existentes.
El ExMachina de Vega había resistido el impacto que propinó, pero a duras penas. No podrá luchar contra nada ni nadie sin extensivas reparaciones, pero al menos se mantenía de una sola pieza. La herida de Haruka había sido cauterizada por el mismo calor ardiente que le cercenó el brazo, ¿o quizás habría sido cosa de Seraphine, cuidando de su piloto para que no muera desangrada? En cualquier caso, ahí dentro de la cabina había mucha sangre brillando con un color verdoso, empapando los controles. Da lo mismo: Haruka ya no necesita tocar los mandos para que Seraphine le haga caso; es más un formalismo.
La última batalla llegó a su fin.
Haruka alzó la mirada para ver descender la colosal figura del Ex-machina de King siendo pilotado por Vega sobre Titán. Desencadenando una explosión de energía más allá de lo que ella podría haber imaginado. Aquel golpe cegó a la piloto por completo al momento del impacto ya que estaba tan cerca de todo, así que por un buen tiempo Haruka no fue capaz de ver nada, pero si pudo sentir plenamente como la cabina de Seraphine temblaba como nunca había sentido antes y pudo escuchar la agresiva distorsión de todos los sistemas de Seraphine ante tal explosión de poder puro.
Sus ojos quedaron ardiendo mientras recuperaba la visión después de unos segundos estando completamente ciega… ¿Ese ataque fue suficiente para detener a Titán? ¿Vega estaría bien después de eso? ¿Qué pasó con el ejército y los drones? Un sin fin de preguntas abordaron la mente de la aturdida Haruka mientras poco a poco recuperaba la visión y Seraphine volvía a activar todas sus funciones y estabilizaba todos sus sistemas nuevamente, hasta que finalmente la pantalla principal regreso, enseñándole a Haruka el final de la guerra.
-¿Se… Se Acabó? -Se preguntó a sí misma mientras recuperaba su visión.
Los sistemas de comunicación parecían estar fuera de línea todavía, pero aun así la piloto intentó comunicarse con Vega.
-¡Vega! -Habló con alegría en su voz- ¡Lo logramos! ¡Por fin acabamos con esta guerra!
Dijo Haruka a la vez que Seraphine volvía a su funcionamiento normal. Incluyendo los detectores de energía. Lo cual reveló la ligera señal proveniente de Titán. ¡Todo había salido de maravilla! ¡Detuvieron a Titán y a sus drones sin necesidad de matarlo! De alguna forma, ¡Haruka había conseguido lo que quería!
Seraphine comenzó a flotar hacia los restos de Titán, y con su único brazo, alcanzó lo que quedaba del torso de aquella monstruosa máquina y la aseguró para evitar que se fuera a la deriva.
-Por fin… -Dijo Haruka tanto para ella, como para su compañera y también a él piloto de Titán- Ya estamos en la recta final. Dentro de poco podremos descansar. ¡Ya podras ver a tu familia de nuevo!
Seraphine volteo a ver hacia El Ex-machina de Vega, para encontrarlo flotando en el espacio… completamente en silencio. Fue entonces que Haruka no pudo evitar percatarse de que su compañera había estado en silencio... S-seguro era que las comunicaciones aun no habían regresado, ¿verdad?
-¿Vega? -la voz de Haruka se cargó de miedo repentinamente- V-vega, contesta… contesta por favor…
La batalla había llegado a su fin... Pero tal vez las tragedias aún no se había detenido del todo...
El campo de batalla se vio sumido en el más absoluto silencio. El ExMachina de Vega estaba... apagado, completamente. No mostraba ni una sola partícula de energía bajo ningún registro: Su núcleo debió haberse visto destruido durante aquél poderoso ataque, aquél golpe final con el que cambió la historia.
En aquél momento, la conciencia de Takoyaki y la de Vega se debieron disipar. ¿Dónde habrán quedado? ¿Habrán ido a un más allá, o simplemente se evaporó y desvaneció?
Que injusto. Tras toda esta guerra, tras todo este dolor, tras todo este sufrimiento... El piloto de Titán vive, malherido y al filo de la muerte, pero vive. Pero Vega desapareció.
Titán está destruido, y su reparación... Inviable, realmente. Haruka lo confirma con sus sensores: Los daños son demasiados, el núcleo está prácticamente destrozado. Es un milagro que siquiera funcione el soporte vital y la cabina del piloto haya sobrevivido... más o menos.
Pasó algo de tiempo, unas horas como mucho. El resto de la flota humana pudo llegar al ya silencioso campo de batalla, y la nave capital recibió tanto al moribundo piloto de Titán, como a la malherida Haruka.
Vega y Selena se sacrificaron para ganar una batalla imposible; luego Vega regresó de la muerte para asestar el golpe letal, y luego irse de nuevo... ¿Y Haruka? Sacrificó su humanidad para pagar por los pecados de otros, pero... La dejaron sola.
El general López consiguió apresar al Profesor Jones cuando este intentó huir. Tendría mucho por lo que responder, pero eso ya no es problema de Haruka: Ella necesita descansar.
Aquél día... se hizo demasiado largo.
Demasiado largo.