Partida Rol por web

La feria ha terminado definitivamente tras la caza del cerdo y todos los comerciantes, viajeros y demás se apresuran a recoger sus cosas y cargar sus carros aprovechando las últimas horas de Sol. Mañana  aprimera hora todos partirán de regreso a sus tierras natales y Bindle quedará como si nada hubiera sucedido.

Vosotros estais en una taberna piojosa en el barrio bajo de la ciudad, celebrando el fin de la feria y aprovechando la pequeña amistad creada con la carrera rodeados de gentes como vosotros. Es hora de relajarse, charlar y beber un poco.

Doy un par de palmadas para que el posadero traiga cerveza. He querido invitar con las ganancias derivadas de la venta del cerdo a mis competidores para que no haya resquemores ni problemas más adelante (los caminos en Carmania pueden ser muy peligrosos de noche). Además me ha parecido una competición leal y divertida, que se ha decidido sólo en el último segundo, y por mi ventaja de partida. Si se hubiera tratado de cualquier otra cosa, hubiera sido muy distinto.

Levanto mi copa y brindo:

- ¡A la salud de los cazadores de cerdos!

"Vale, no es el brindis más brillante de la Historia, pero tal vez la cerveza se me ha ido subiendo a la cabeza y bajando mi imaginación"

Con una copa de mas, entre risas, y un poco apenado por el pequeño cerdo que cayó en desgracia, rio los chistes de Aldar.

-Bueno, ya veis, no soy gran cosa, pequeñito, feucho, debil, pero tenia que intentar salvar al animalillo.

Mientras termino de tallar una figurita del cerdo en madera, se la entrego a Aldar.

-Toma, te ganaste tu al cerdito, jajajaja.

Al entregarselo, observo que tiene una herida en la mano, no es grave, pero esta un poco fea.

Le lanzo el hechizo de curación, y la herida sana milagrosamente.

-Esto si que se me da bastante bien, ademas de que no cocino tan mal.

Con una sonrisa, y una cara de bienestar al notar fluir la magia por dentro de mi, me acomodo lo que puedo en la silla de aquella posada, y termino de beber la jarra de cerveza.

Me acerco al tabernero a pedir una cerveza y me fijo en los competidores que intentaban atrapar al cerdo al final fui sensato al no presentarme todos parece hecho polvo, Cuando me dan la cerveza paso junto al ganador que esta haciendo un brindis

-Salud!!!-Coreo y cuando se gira le ofrezco mi mano

-Enhorabuena al ganador, mi nombre es Erikand encantado de conocerle caballero

Decepcionada por haber perdido a carrera cuando estuvo tan cerca de noquear al cerdo, acepta la cerveza que le ofrece el ganador y se sienta junto al grupo de participantes.

-Enhorabuena, has llevado ventaja toda la carrera, creo que es justo que hayas ganado tu- la felicitacion es sincera a pesar de que siente haber perdido 10 de sus escasas monedas. Sonriendo se dirige a Kilder directamente- No ha podido ser, te hubiera vendido el cerdo a buen precio pero el cazador nos ha superado a todos- Tras tomar un trago de cerveza se presenta- Me llamo Loranda, aunque soy de Worion, suelo venir a la feria a ver si encuentro alguna ganga, pero no siempre hay suerte. Esta vez desde luego no la ha habido- Hacia tiempo que nadie la invitaba a una cerveza, tomando otro traguito para hacerla durar observa a cada uno de los presentes esta vez sin verlos como adversarios.

Miro a Loranda, y no puedo evitar que me salga una sonrisilla, al recordar sus tobillos.

Perdiste la carrera del cochinillo, porque te despistaste con ella, jejeje, me digo para mis adentros para intentar consolarme un poco.

-Yo me llamo Kilder, mucho gusto señorita.

Me ruborizo al decir eso.

Un poco achispado ya, sonrío al ver el grupo reunido. Parecen buena gente, aunque no estoy acostumbrado a tener compañía. Siempre he visto al resto de los hombres y mujeres como egoístas y mezquinos, pero con ellos (y ella) estoy cómodo.

Ojalá no sea solo la cerveza...

-Como ya sabéis creo que todos, mi nombre es Aldar, y son un cazador de las tierras altas de Jhor -digo, con cierto orgullo- He venido aquí a vender mis pieles ¡y gastarme mi escaso dinero! ¿Me ayudáis?

Levanto mi jarra, la noche va a ser larga y la cerveza ayuda, desde luego.

La noche transcurre entre alcohol, risas y gruñidos de cerdo. la shora spasan y os conoceis mejor amparandoos siempre en vuestros origenes humildes. Bromeais sobre cómo los nobles os llaman siervos y como éstos agachan la cabeza cuando llegan los señores lunares. Las horas pasan hasta que el tabernero cierra el local y os dirigís hacia vuestras cosas.

Las calles están oscuras a pesar de la luz de la luna y aquí, en la zona del puerto, consisten en un entramado de callejones estrechos, algunos de ellos sin final, que forman una especie de telaraña en la que es facil perderse. Mientras os intentais orienta rpara volver a la zona de la feria, algo llama vuestra atención. Por un callejón perpendicular al vuestro se oyen los pasos apresurados de dos o tres personas. Muy pronto las veis pasar frente a vosotros sin que reparen en vuestra presencia. La primera es una niña de unos diez u once años, vestida con ropas de piel y con el cabello castaño y largo completamente enmarañado; detrás de ella corren dos hombres adultos, armados con espadas y que parecen vestir algún tipo de armadura bajo sus ropas negras. desgraciadamente para la niña, se mete en un callejón sin salida y muy pronto es alcanzada por los dos hombres.

-Ya te tenemos, niña. ¿Creías que podrías escapar de nosotros tan facilmente?

La niña grita asustada.

Le doy un codazo al compañero mas cercano que tengo.

-Mira eso,la chica está en apuros, y me parece que ellos son demasiados para una pobre muchachita.

-Vamos a preguntarles, por qué están atrapando a esa chica.

-Buneas noches, caballeros, ya se que me estoy inmiscuyendo en vuestros asuntos, pero, ¿que ha hecho esta chica para que la trateis de esa manera?

Tal vez sea mi educación asilvestrada, pero mucho me temo que esos dos matones de ahí no atenderán a razones, y menos a las buenas palabras. Decidido a equilibrar la balanza, me deslizo hacia una zona más allá de las luces de las antorchas y preparo mi honda, haciéndola girar y comenzando a murmurar mi conjuro especial para estos casos.

Noto el codazo de mi compañero y le acompaño apoyando su argumento mientra el les pregunta me coloco a su lado itentando intimidar a ambos hombres, sin apenas darme cuenta mi mano va hacia una de las bolsas que cuelgan de mi cinto y agarro la empuñadura de un sencillo cuchillo en realidad es mas un instrumento para la talla de madera que un arma pero creo k podria servir si la situacion lo requiriera..

Al veros aparecer repentinamente, los hombres parecen no impresionarse demasiado por vuestras palabras. No están dispuestos a dejar escapar a la niña y levantan sus armas contra vosotros. Uno porta una espada corta y el otro una especie de puñal curvo de gran tamaño.

-No os metais en asuntos ajenos, amigos, o podríais tener algún accidente.

La niña, al veros grita deseperada por ayuda.

La escena de la niña la indigna. Sin decir palabra aprieta los dientes haciendo que su madibula parezca mas cuadrada. De una mirada observa la reaccion de sus acompañantes y se da cuenta de que no dejaran que esto quede asi. Por un momento se pone en el lugar de la pequeña y comprende que debe estar aterrada.

Sin esperar un minuto mas lanza un conjuro sobre el hombre que empuña la espada corta con la intencion de confundirlo. Si lo consigue sera mas facil enfrentarse con el.