Partida Rol por web

Decididos os dirigís hacia el pequeño pueblo. Debe de ser el último asentamiento de Carmania en esta parte de la muralla además de la capital de Worion que está construida en el mismo muro. Al llegar allí en las últimas horas del atardecer, os encontrais con una aldea de reducido tamaño y poca actividad. Las gentes en la calle os miran curiosos pero sin que les llameis demasiado la atención; No debe ser raro el paso de mercaderes por la zona. La taberna-posada es el único edificio d edos plantas: Se trata de una pequeña taberna pegada a unos establos en cuyo piso superior habrá sitio para dos o tres habitaciones. En su interior hay tres o cuatro aldeandos que os miran de reojo y el dueño que os recibe con una sonrisa de oreja a oreja.

Entro con paso decidido, creo que lo mejor sera ser amigable con los pueblerinos y decido invitarlos a algo ademas lo que gastemos sera minimo comparado con lo que recibiremos cuando acabe la mision asi que entro dirigiendome al tabernero con voz alta y alegra.

-Buen tabernero! cerveza para mi y mis amigos y alguna mas por si alguno de estos buenos hombre deciden acompañarnos.

Me giro hacia mis compañeros esperando que me sigan y disfrutemos de una noche divertida despues de tanto tiempo en el camino cuya maxima diversion era observar el paisaje

Enarco una ceja al escuchar a Erikand. Debe haber cazado un cerdo spolita por el camino y yo no me dado cuenta. De todas formas, no soy demasiado bueno relacionándome con extraños, y menos sin una fogata en medio, así que me limito a sonreír forzadamente y sostener la cerveza, mientras busco con la mirada a alguien con aspecto de trampero o de cazador. Si alguien conoce una manera de cruzar la muralla, serán ellos.

Me dirijo a Erikand - No te preocupes amigo, yo pagare mi cerveza, Tabernero, una cerveza. Luego me dirijo a los Aldeanos que nos miran de Reojo - Que sucede,¿ Nunca han visto un grupo de jóvenes caminantes? Porque nos miran así?¿Que se cuenta por estas tierras?,parecen llenas de aventuras y buen vino.

Yo rápidamente, levanto un dedo y le digo al camarero:

-Para mi y mi primo un vasito de leche mejor.

Pongo un brazo a la niñ@ en el hombro, y le digo al oido:

-Si puede ser, oigas lo que oigas esta noche, no hagas comentarios, y mucho menos escupir en la cara, que eso es muy feo.

Le guiño un ojo como ato de complicidad, y le sonrio.

-Si te portas bien, te tallaré el animal que mas te guste en madera.

Los lugareños, reservados y recelosos por naturaleza, se abren en banda ante la idea de beber algo fratis. Por lo que parece, no es lo más común del mundo que un rico mercader y sus compañeros se pasen por allí dispuestos a derrochar de este modo. Dos de los hombres, claramente campesinos que descansan después de un largo dia de trabajo se acercan a Erikand levantando sus cervezas.

-¡A su salud, amigo!- Exclaman mientras aborean sus bebidas (que curiosamente no son de la misma calidad que lo que estaban bebiendo)

Otros dos escuchan a Crixus y conversan con él.

-Realmente no es habitual tener visitas por estas tierra y mucho menos tan generosos como vosotros. pero si venís en busca de aventura sy buen vino, habeis venido al lugar equivocado. -Los dos hombres ríen satisfechos.

Un quinto cliente pide una copa de vino y la levanta  a modo de agradecimiento aunque no se une al grupo. Por sus ropas no parece un campesino, ya que lleva botas altas y ropas de montaraz. Podría ser un cazador o trampero.

Me fijo en el trampero. Es exactamente el tipo de persona que andaba buscando. Les lanzo una mirada significativa a mis compañeros y pido dos jarras de cerveza. Las llevo hacia la mesa en la que está sentada el montaraz y me siento con él con una gran sonrisa.

- No he podido evitar ver que no participa de la fiesta. A mí me ocurre un poco lo mismo, acostumbrado a la vida solitaria de la montaña. Si no le importa, me gustaría invitarle a una cerveza y charlar un poco de la caza y los caminos de estos lares -se anticipó a la posible suspicacia del cazador- No se preocupe, estamos de paso y no pienso competir por las presas. Tan sólo quiero una conversación amigable con alguien con quien tenga intereses en común.

Procuro pasar desapercibida, no se muy bien como se tomaran los lugareños que una mujer viaje sola con un grupo de hombres. Para evitar miradas indiscretas me siento en una mesa apartada sin dejar de observar lo que pasa a mi alrededor. Con una seña llamo a la niña para que venga conmigo despues de tomarse el vaso de leche. Desconozco si Kilder desea unirse a nosotras o prefiere juntarse con los demas hombres para averiguar algo. Cuando la niña esta conmigo saco un trozo de pergamino y algo para dibujar sobre el. 

-Te apetece jugar un rato? Sabes dibujar?- sin dejar de sonreir mira a la pequeña- Me gustaria que dibujaras la muralla que separa tus tierras de Worion, apuesto que incluso puedes dibujar el lugar por donde cruzaste. Anda intentalo- Con gesto amigable le ofrezco la pluma y espero que la acepte. 

Entre riasa y comentarios insulsos pasais el rato en la posada.

Erikand y Crixus charlan con los lugareños sobre la vida, el tiempo y otras cosas del campo hasta que los aldeanos van marchandose a sus casas. Mañana es dia de trabajo.

Kilder y Loranda están con la niña, todavía disfrazada de crio macho y tratando de que dibuje algo que os pueda ayudar, pero no hay manera. por lo visto ya cruzó la muralla oculta en el carro del comerciante y por lo que dice, lo habría hecho por la puerta de la ciudad. Kilder, mientras tanto, talla una gacela de thompson en madera.

Aldar conversa con el montaraz que está en la barra y que trata de alargar su cerveza lo máximo en el espaciotiempo.

-Mi nombre es Illwraith, compañero y si, soy un hombre de campo, un trampero para ser más exactos. Admiro el arte del sigilo y la puntería de los cazadores pero me sale mas rentable el colocar cepos en lugares estratégicos para luego ir a recoger mis frutos. Decidme. ¿Que puedo hacer por vos?

Sonrío afablemente, parece receptivo.

- Mi nombre es Aldar, viajo con ese grupo de mercaderes que ves ahí -señalo hacia mis compañeros y bajo un poco la voz, para darle un aire más confidencial- Estamos buscando un paso tranquilo hacia Brolia, quiero cazar por esa zona y mis amigos poder comerciar sin restricciones.

El cebo está echado ¿picará?

Illwraith alza una ceja y sonríe.

-¿Asi que deseais cruzar la muralla con cierta discreción...? Habeis tenido suert eentonces de encontraros conmigo. Pero estos asuntos no conciernen a los campesinos. Cuando éstos se hayan marchado me reuniré con vosotros en vuestra mesa y charlaremos todos juntos.

Y efectivamente, cuando la conversación en la mesa termina y el último aldeano se marcha, el trampero se sienta con todos vosotros en la mesa.

-Saludos, viajeros. Soy Illwraith, trampero y concedor de la zona como nadie. Vuestro amigo Aldar me ha puesto al tanto del asunto pero me gustaría concretar. Decidme. ¿Qué quereis exactamente y qué teneis para ofrecerme a cambio de mi ayuda?

yo escuche lo que dijo de los campesinos?

Aldar ha acertado trabando amistad con el trampero. Despues de intentar en vano que la niña me indicara un lugar por donde cruzar la muralla, me uno a los demas para ver si hay suerte y Illwraith nos dice por donde pasar. 

-Soy Loranda- le dedico una timida sonrisa y señalo a la niña- Este es mi hermano- Despues de presentarme guardo silencio y hago un gesto a la pequeña para que mantenga la boca cerrada. Es mejor que sean los hombres quienes lleven el peso de la conversacion. 

Lanzo una mirada astuta al resto de los congregados y me decido a hablar. No tiene mucho sentido andarse por las ramas.

- Queremos cruzar a Brolia sin tener encuentros indeseados. Cada uno tiene sus razones. Yo puedo hablar por mí, y voy buscando caza poco usual... y contactos para vender la carne y las pieles entre los brolianos. El resto son comerciantes- intento darle a mis palabras un cierto deje de desdén- Y quieren más o menos lo mismo, ya sabes. Los recaudadores imperiales pueden ser muy entrometidos.

-Muy bien, trataré de ser tan claro como ustedes. -Dice el trampero echando su cuerpo hacia adelante. -Conozco un camino oculto hacia el otro lado de la muralla. Se trata de un antiguo paso de aguas en el fondo de un barranco al que alguien con cierta agilidad podría acceder. Es extremadamente difícil de localizar y por supuesto, imposible acceder a él con animales de monta y mucho menos carros o carretas. Si estais interesados en ello, puedo mostraros el lugar por 50 monedas y en señal de confianza, acompañaros hasta allí. Además, puedo guardar vuestras pertenencias que no podais llevar con vosotros por 20 monedas más los dias que sea menester. ¿Hay trato?

Empiezo a calcular mentalmente, pagando entre todos no es demasiado excesivo y aun reacion supongo que podriamos dejar las cosas no creo que intentara huir si vive aqui, nose si deberia intentar regatear quiza se lo tome como una ofensa esta gente no son comerciantes y es bastante facil herir su honor, de todas formas creo que es el grupo quien deberia decidir asi que me conformo con mirar a aldar y asentir con la cabeza para darle a saber que yo estoy deacuerdo

Me recuesto un poco en mi silla... no me acaba de gustar depender de alguien extraño para cometer una ilegalidad, pero no nos queda otra. Por otro lado, me gusta todavía menos tener que dejarle alguna posesión en custodia, pero yo no tengo nada más que lo que puedo llevar encima, así que no me corresponde a mi decidir sobre ese punto.

Erikand parece conforme... veremos el resto.

Me acerco a Aldar, y le digo al oido:

-Regateale, que estamos en tiempos de crisis, y yo sólo dispongo de 10 monedas.

El objetivo es cruzar la muralla sin llamar la atencion, y parece que el trampero sabe como hacerlo. El precio es razonable, respecto a nuestras pertenencias no sere yo quien deje mis cosas en manos de un extraño, pero eso es problema de cada uno. Con una mirada indico a Aldar que me parece bien el trato que nos propone y espero a que responda el mismo.