Partida Rol por web

Bueno, por lo menos puede hablar.

-Rapido, dejemos este lugar, incluso no es mala idea separarse en dos grupos, ya que buscaran a 6 personas, una de ellas herida, y a la niña.

-¿Dónde quedamos?, si quereis ya me voy yo con el herido, que al ser de mi tamaño, le puede hacer bien de punto de apoyo.

:D

Miro a mi compañero con gratitud, me levanto lentamente el conjura a Hecho efecto y el dolor mengua un poco

-Tranquilo kilder creo que podre andar pero sera mejor que salgamos de aqui cuanto antes si la guardia nos descubre no creo que pueda huir,

- ¡Idos ya! ¡Rápido! -murmuro, agudizando el oído para estar prevenido por si llega la guardia. Me acerco a Loranda, parece que la niña está asustada, algo normal, primero dos tipos malencarados intentando secuestrarla y luego nosotros.

Me dirijo a ella en un tono lo más tranquilizador posible. Es mejor hablar y perder un minuto con ella ahora que ser impaciente e intentar llevárnosla por la fuerza.

- Hola niña ¿cómo te llamas? Yo soy Aldar, y soy cazador, y esta chica se llama Loranda. Hemos visto que tenías problemas y queremos ayudarte ¿vienes con nosotros? No queremos que te hagan daño.

-Muy bien, nos iremos a la posada por la calle paralela.

Ayudo a Erikand, y le vuelvo a tirar curación por el camino.

Si no llega cojeando, será menos sospechoso.

Una vez divididos en dos grupos y con la herida de Erikand practicamente curada, despareceis de la escena de la pelea y os dirigís a la posada pero ésta está cerrada desde hace un buen rato. El siguiente movimiento lógico es refugiaros en la zona donde los mercaderes recogen sus bartulos para partir al dia siguiente; allí Erikand tiene su carro, su buey y sus cosas y ello proporciona cobertura y discreción para todos.

A pesar de las molestias tomadas, la niña no parce tener muy claro si es seguro andar con vosotros y trata de mantener siempre las distancias.

Ya a salvo por el momento y rodeados de mercaderes, Loranda se relaja e intenta hablar con la niña para tranquilizarla.

-No tengas miedo pequeña. Como te llamas? Yo soy Loranda, y estos son mis amigos, queremos ayudarte, no te haremos daño. Donde vives? porque te seguian esos hombres?- el tono de voz es dulce y mientras habla no deja de sonreir- Debes confiar en nosotros, si lo deseas podemos acompañarte hasta tu casa, seguro que tu madre te esta buscando.

Le sonrío, intentando transmitir calidez, pero no me sale demasiado bien. Estoy demasiado acostumbrado a estar solo para saber ahora cómo tratar a una niña, así que dejo a los demás que lleven la voz cantante. Me separo un poco del grupo y, aunque procuro seguir la conversación, me ocupo de vigilar por si vuelven a aparecer los matones.

Mientras Loranda habla con la pequeña, yo busco una talla de madera en forma de perrito, la cual no la pude vender por tener una pequeña tara.

-Toma guapa, un perrete para ti.

Se la regalo a la niña, y le sonrio.

Miro que no tenga nuinguna herida, sin llegar a hacer una inspección muy exhausta, mas bien por encima.

La niña va recuperando lentamente la confianza y agarra el perro de madera, mirandolo extrañada.

-Mi... mi nombre es... Ahryya.- Pronuncia con un extraño accento que pronto reconoceis como el antiguo peloriano, la lengua de vuestros antepasados. -Vengo de Brolia, la tierra más allá de las grandes murallas  de Worion. Me escapé de casa porque quería ver la gran feria de la que oí hablar. Conseguí colarme en el carro de un mercader y cruzar la muralla pero una vez aquí él me descubrió y toda la guardia de la ciudad se puso en mi busca. Ahora... necesito regresar a mi casa pero no sé como. Si me descubren me cogerán y no sé qué quieren de mi.

De pronto la mirada de la niña se ilumina y os mira a todos y cada uno de vosotros.

-Ayudadme, por favor. Mi padre es el Khan de mi tribu y es un hombre poderoso. Si me devolveis junto a él seguro que os recompensará como mereceis.

La niña espera nerviosa vuestra respuesta.

Me dirijo a mis compañeros -Deberíamos ayudarla, se ve algo asustada. Además si dice que nos pagaran no veo porque no.
Luego me dirijo a Ahrrya -Por mí no hay problema, Yo te ayudare a llegar hasta tu casa. Luego miro a mis compañeros a ver que dicen.

Miro a la niña desde mi posicion apoyado en el carro, esto tiene buena pinta si sale bien podria amasar una buena suma y lo cierto es que los negocios de hoy en dia ya no van tan bien y esta recompensa seria mas que bien recibida, me levanto y camino hacia el grupo con la pierna perfecta gracias a la ayuda de mi compañero

-Yo no se vosotros pero yo lo tengo claro pienso ayudar a esta niña, eso si aqui hay algo que no nos estas contando porque iban a perseguirte solo por entrar segura que no hiciste nada mas?

Nose hay algo que no me cuadra y aunque mis modales no son los mejores intento hablar con calma a la niña para averiguar todo lo que pueda

Abandono mi posición pasiva de vigilancia y me acerco. Pienso en que los brolianos son famosos por su rudeza, considerados poco menos que bandidos por las autoridades de Carmania. Pero también pienso en la "Justicia Carmaniana" y en como condenó injustamente a mi familia hace generaciones.

Probablemente alguien quiere capturar a Ahryya para utilizarla políticamente con su padre. Las autoridades no tienen mi simpatía. Esta niña, sí.

- Contad conmigo. Además, necesitaréis alguien que sepa desenvolverse a campo abierto, y ése es mi trabajo -declaro, con voz firme.

Me siento en el carro junto a la cria, y le digo tranquilamente.

-Me parece que te ayudaremos cielo, yo no lo hago por dinero, sino mas bien por ayudar a una amiga, y poder salir de esta ciudad, asi podre estudiar nuevos territorios.

Eso me llamaba mucho la atención

-Será todo un honor ayudar a una princesita como tu.

Igual encuentro a una chica que quiera a una persona como yo en esas tierras, nunca he sido muy afortunado por culpa de mi aspecto y mi tamaño, además de que no sirvo para mucho, en todo este continente debe haber alguien que me quiera, ¿no?

La niña parece stisfecha con vuestra decisión de ayudarla y se tranquiliza considerablemente; de hecho,  alos pocos minutos ya está dormida sobre un fardo de pieles.

Faltan unas horas para que salga el Sol y entonces la zona será un hervidero de carruajes y gentes marchandose de la ciudad. Es el momento de que planeeis cómo vais a salir de Bindle para que no descubran a la niña.