Partida Rol por web

Escena privada para Sabu

FLASHBACK - 1

15 de octubre de 2008, cerca de Tärin Kot, Afganistán, parte de atrás de un camión.

Sabu limpiaba su fusil con acostumbrada precisión. La noche afgana, con su aire seco y penetrante, con su calidez extrema, hacía que le sudaran las manos, pero esto no le frenaba en su tarea. Atrás quedaron los días de Kabul, la camaradería, las extrañas fiestas, sus compañeros saltando de burdel en burdel... ahora estaban en terreno enemigo, y la situación no pintaba precisamente bien.

Ocho hombres habían salido para reunirse con el grueso del batallón de camino a Kandahar, para servir de señuelo mientras los chicos de operaciones especiales hacían el trabajo sucio y se llevaban la glora. Sabu y sus compañeros parecían predestinados a convertirse en carne picada, pero él no tenía miedo. En su bolsillo, encima del corazón, la foto de su mujer y sus hijos. Lo hacía por ellos. ¿Qué futuro les aguardaba en un mundo así? La paga del ejército era más que aceptable; sus pequeños podrían ir a la universidad, ser médicos, abogados o algo incluso mejor. Para conseguir eso, Sabu debería tragar mierda y, quizá, plomo.

Owen estaba haciendo payasadas fuera del camión. Sacaba fotos de sus propios genitales con el móvil. Eso le parecía muy divertido. La vida militar podía llegar a resultar interesante, siempre que no te tocara vivirla cerca de un elemento como éste. Sus bormas de mal gusto, su crueldad con el enemigo... representaba todo aquello que Sabu odiaba. Y, sin embargo, el enemigo era el otro. No podía dejar de pensar, en noches como esa, que le pagaban por matar a personas que no conocía, que quizá eran amables y encantadoras, que quizá no merecían morir en absoluto. Esa guerra no tenía sentido pero, una vez dentro ¿qué podía hacer para dárselo. Su misión, como soldado raso, era obedecer órdenes, y eso era precisamente lo que hacía.

Un destello, un fuerte fogonazo, y un alarido desgarrado. La mano derecha de Owen cayó a los pies de Sabu. De repente no podía oir. Un zumbido infernal se había colado en sus oídos, apagando todo lo demás. A través de la lona rasgada, pudo ver el cadaver desmembrado de su estúpido compañero. Estaban siendo atacados. La cara del sargento Miller reemplazó el cuadro que contemplaba Sabu. Era hora de ponerse en marcha.

Le indicó que se pusiera a cubierto. Las balas llovían desde el sur. Al norte, una loma rocosa le podría servir de refugio. Sus compañeros corrían hacia ahí como alma que lleva el diablo. Todos menos el cabo Derrick, que trató de arrancar el camión. Sabu se vio a si mismo, sordo, en la parte de atrás del vehículo.

(aturdido): Noo, nos han descubierto, y ahora nos tenemos que esconder... piensa sabu piensa donde te puedes esconder para que no vueles como lo harán los demás.

Acción: buscar un escondite seguro para contraatacar.

Sabu corrió tras sus compañeros, dejando al cabo en el camión. Los impactos de bala claqueteaban a su alrededor, levantando nubes de polvo desértico. Se lanzó en plancha tras la loma justo a tiempo de sentir un fuerte calor a su espalda. El camión, con el cabo dentro, voló por los aires. El sargento, a su lado, no paraba de gritar ordenes. Podía ver a sus compañeros ponerse en posición, prepararse para disparar.

La mayor parte de la munción, los explosivos, las provisiones... todo había volado por los aires. Sabu comprobó aliviado que Joseph, el encargado de comunicaciones, estaba a su lado, sano y salvo. Quedar atrapados en el desierto sin radio era exponerse a una muerte segura.

Los oídos de Sabu todavía no funcionaban correctamente, sólo el zumbido agudo que dejó la explosión permanecía.

Sabu, cargó la ametralladora con precisión, era una ak, una de las que más le gustan... antes de asomarse y disparar quiso ver como estaba la situación. Gire la cabeza a la izquierda y veía como el sargento ponía orden entre todos, gire hacia joseph y le pregunte a voces que cómo iba la ayuda... si había conexión... se limitó a hacerme una señal con la mano haciéndome sobreentender que no le metiera más nervios... qué ya estaba lo suficientemente atacado. Entonces una mano me agarró del hombro y me hizo que me volviera.

Sargento Miller: ¿Qué coño crees que haces soldado raso? ¿acaso vas a desafiar las órdenes de un superior? ¡te he dicho que arriba y alerta! y me dió una patada para obligarme a reaccionar.

Yo sin pensarlo dos veces, me levante blandiendo mi ak y poniendo especial ojo en donde había ocurrido la explosión... se veía un denso humo pero los disparos no desistían. Disparé una ráfaga al humo... a las sombras que se movían por él y creo que le di a varios soldados enemigos... mis manos sudaban, pero ya estaba acostumbrado. Cojí mi granada de mano y la tiré justo al lado del camión. En ese preciso momento pasaron 2 enemigos que venían atacando a saco y volaron en pedazos.

Sabu: Menuda sangría...

Entonces ví como una bala penetró el pecho del general Miller, que cayó al suelo.

Miller: Seguíd disparando, no me atendais joder!! queréis matar al enemigo?

El general miller era jodio hasta para morir... me agaché para recargar y ví la situación. Todos estaban disparando desde diferentes posiciones excepto el encargado de la radio, que estaba escondido intentando contactar con fuerzas aéreas.

Entonces dijo: Atended! tenemos la señal, vienen de camino soporte aéreo, tenemos que despejar la zona...

El Sargento Miller se desangraba en el suelo, pero no dejaba de gritar órdenes. Poco a poco, Sabu recuperaba el sentido del oído. La expresión casi animada del soldado de primera Crate, el encargado de comunicaciones, quedó petrificada cuando una bala se incrustó encima de su ojo derecho. Les estaban acribillando. Sabu, entre ráfagas, oteó el horizonte.

Los soldados enemigos, figuras confusas entre el humo y la oscuridad, no llevaban el uniforme del ejército talibán. Algo fallaba. El sonido de las ametralladoras enemigas no correspondía con las armas a las que estaba acostumbrado a enfrentarse... se diría que se trataba de soldados americanos atacando a soldados americanos.

La soldado Thorton también pareció percatarse de eso, e hizo una seña a Sabu para emprender la retirada a un punto más lejano. Eran pocos, su munición era escasa y estaban recibiendo por todas partes. Era cuestión de minutos que las grandas comenzaran a llover tras la loma. Tras hacer las señas pertinentes para recibir cobertura, la soldado Thorton corrió hacia el norte, buscano una loma más allá que les ofreciera mejor protección. El oficial médico Jenkins desistió con Miller, que profirió su último grito.

- ¡Hijos de puta!

Conociéndole, era la línea perfecta para su epitafio. Sólo quedaban tres de ellos; Sabu, Thorton y Jenkins. El oficial médico tomó el fusil del sargento y ayudó a Sabu a cubrir a Thorton. Pasados 40 segundos, Sabu escuchó el grito de la soldado, instándoles a que retrocedieran a su posición.

Mira a la médico, nos está cubriendo para que vayamos a su nuevo punto de resistencia.

El otro soldado miró 5 segundos hacia atrás y asintió con la cabeza

Afirmativo, vamos hacia allá Dijo.

Ambos se dirigían a toda pastilla a su nuevo escondrijo, cuando de pronto... Sabu tropezó con la misma arena, quedando a escasos 3 o 4 metros separado de la trinchera. 8 soldados se dirigían hacia el corriendo para abrirle en disparos, pero Sabu sabía lo que tenía que hacer. Tumbado, disparó calmadamente sobre cada uno de los enemigos, que cayeron inertes antes de poder disparar una sola bala. Entonces se levantó y continuó su camino hacia la trinchera.

Uff casi me matan... no me creo ni lo que he hecho. Dijo recogiéndose el sudor que le caia de la frente con el brazo derecho.

Ahi estaba Sabu, cubierto en la trinchera recuperándose, mientras sus dos compañeros mantenían a los otros a raya.

Jekins: Oye Sabu, ¿esos soldados que te han atacado eran americanos?

Sabu: ni idea, en el momento que caí al suelo me cegué con la arena y no los ví bien... disparé a bocajarro por disparar...

jekins: ¡Qué suerte tienes gachón! Y continuó disparando.

Sabu, no fue capaz de reconocer a aquellos individuos, no los vió bien... en ese momento sentía que no iban a durar mucho, que eran un destino del azar, que Ala jugaba con ellos... ya no creía en nada, desde que se alistó al ejército lo habían mirado mal, tratado mal e incluso lo habían obligado a luchar por una patria a la que no pertenecía, debido a sus ideales. Mientras estaba en la trinchera recuperándose recordaba cuando conoció a su mujer, la primera cita, fue la mejor, besos apasionados, pasión extrema... Ahora solo le importaba morir, digamos que morir, para él era uno de los mayores placeres dentro del ejército. Quien conseguía morir y tenía el valor suficiente para ello, era reconocido y querido por todos.

Sabu: Que vida más triste Susurró para él.

Thorton: ¿Pasa algo ahi abajo? Dijo Thorton, que se atrincheró para recargar.

Jekins: Vamos Sabu ayudanos, estamos solo 3 personas, ya has descansado suficiente...

Y sin dudarlo dos veces, Sabu apartó sus pensamientos de la cabeza e hizo caso al soldado Jekins...

Ups lo siento, fue culpa mia. Ahora mísmo reedito todo. Esque se me fue de las manos jeje... perdona!! bueno reedito el de arriba ok? gracias por tu paciencia!!

Gracias a ti por tu comprension, cuando me dijistes que me recreara en el mundo interior de Sabu, ya me aclarastes lo que tenía que hacer... bueno sigamos!! que tengo ganas!!

Aún con las bajas causadas por Sabu, el escuadrón ernemigo era numeroso. Parecían tener Jeeps a lo lejos y ametralladoras estáticas montadas. Como ya había previsto el soldado, las granadas volaron el lugar donde antes se había apostado, reventando los cadáveres del sargento Miller y el soldado Crate.

La soldado Thorton y el oficial Jenkins disparaban desesperados, tratando de contener al enemigo de alguna manera, pero parecía tarea imposible.

- Debemos escondernos, huir por el desierto... ¡que piensen que han acabado con nosotros! Yo iré hacia el Noreste. Jenkins: sigue recto hacia el norte. Sabu, avanza hacia el noroeste. Dejaré aquí tres granadas preparadas para reventar. ¡No disparéis! ¡Que no sepan dónde estamos! Nos reuniremos con Jenkins en 15 minutos. ¿Entendido?

La soldado Thorton era de tu mismo rango, pero siempre había destacado por sus habilidades como líder. Siendo mujer, las opciones que tenía de ascenso eran más limitadas, pero su talento era obvio. Jenkins hizo una señal con la cabeza, indicando que lo había entendido todo, y echó a correr hacia el norte, agachándose para evitar las balas. Thorton, sin dejar de mirarte, preparó el nido de granadas; la trampa que haría pensar al enemigo que ya estaban muertos.

- Corre cincuenta metros, luego trata de enterrarte en la arena. No podrán verte.

Le hizo una señal de camaradería y echó a correr hacia el noreste.

Tal y como dijo la nueva capitana, me dispuse a acatar sus sabias órdenes y fui corriendo hacia la posición. Pero no antes sin despedirme de ella mirandole sus bonitos ojos y su boca tan carnosa... era una pena que no nos hubieramos conocido antes de la guerra. La miré y ella me devolvió la mirada, tan... penetrante... después puse la mente en blanco y me dispuse a seguir sus órdenes. Ella sabía que sería capaz de hacer lo que fuera por ella, a pesar de yo tener mujer e hijos... y creo que ella estaba dispuesta también. Bueno, ¡Basta! deja de pensar en ella y concentrate.

Miré hacia atrás y ví a lo lejos el fuerte cargamento que podría atravesarnos si no hacía nada... nuestra posicion explotó, el plan iba sobre ruedas... solo me hace falta correr un poco más y ya lo tengo. Corrí como una perdiz en el desierto, pero agachado y en algunos tramos altos arrastrándome. Finalmente vi una duna, fui hacia ella me tumbé al lado y empecé a escurrirme entre la arena como una lombriz. Debajo de la arena hacia un fresquito agradable. Dejé mi cabeza un poco asomada para poder respirar y me relajé... sería una larga espera...

Entonces me concentré en ella de nuevo... su sutil cuerpo, su agresividad... todo me gustaba de la soldado, todo... Quería acabar esta puta guerra para poder decirle todo lo que sentía, ya que ella lo captaba sin necesidad de que se lo dijera...

Maldita sea... mientras más jodida está la situación más pienso en tonterías...

Cerré los ojos y esperé que una voz me dijera lo que tenía que hacer a continuación.

Pasaron quince tensos minutos, y Sabu dejó de escuchar las balas de sus enemigos. Durante unos momentos le pareció sentir pasos cerca, pero éstos se alejaron pronto. Se sintió más seguro, y salió de su escondite. A lo lejos, podía ver el humo del camión, pero no había rastro de los que les habían atacado. Se dirigió procurando no hacer ningún ruido al punto en que había quedado con Jenkins y Thorton. Allí esperaba la soldado Thorton. No había rastro de Jenkins.

La soldado se acercó en silencio y comprobó que Sabu se encontraba bien.

- Dios, es un alivio ver que sigues vivo... menuda carnicería. ¿Dónde se ha metido Jenkins? ¿Has oído algo?

Miró alrededor, tratando de encontrar el hueco en el que se había escondido el médico, pero fue inútil. Algo abatida, volvió con Sabu.

- O le han capturado, o se lo han cargado... por aquí no está. Volvamos a la zona de batalla. Quizá podamos averiguar algo más ahí.

Ambos se dirigieron sigilosamente al sitio donde estaba el camión en llamas. Había algo muy extraño en todo eso. Los soldados enemigos habían retirado todos los cadáveres. Los suyos y los de los compañeros de Sabu. Sólo quedaban rastros de sangre y un pedazo de la pierna carbonizada de Owen. Thorton no pareció darse cuenta, o reaccionar ante algo tan raro. Estaba más preocupada mirando al cielo.

- Deberían estar a punto de llegar a por nosotros. Crate dijo que había establecido contacto por radio.

Sabu dio otra vuelta, inspeccionando el terreno. Justo detrás del camión, en un lugar bastante oscuro, una silueta llamó su atención. Se acercó. Parecían haber olvidado un cadaver. Uno de los suyos. El uniforme era completamente negro, con una máscara anti gas ocultando la cara. Se acercó, lleno de curiosidad, y tiró de la máscara. Parecía estar enganchada al uniforme de alguna manera. Sacó su cuchillo y rasgó la tela, liberando la máscara.

No pudo reprimir un grito de sorpresa al ver, tras la máscara, la cara de su enemigo. La realidad parecía estar jugándole una mala pasada. Tras la careta se escondía una mujer, con la boca tapada con cinta americana. Su cara era idéntica a la de la soldado Thorton.

Un ruido a su espalda le hizo darse vuelta. La soldado Thorton estaba tras él, apuntándole con su fusil.

- Lo siento, Sabu, esto no debería haber acabado así.

Sabu, sorprendido, intentó hablar pero no les salían las palabras, se sentía como un ratón en un laberinto de juguete, a merced de su dueño. Si esta mujer que está muerta es la soldado Thorton... quién será esa... pensó, y... ¿cómo sabía el punto de encuentro y sobre todo... como era tan identica a la original?

Intentando no aparentar pánico dijo fuertemente con tono de reproche

¿Quién eres tu, traidora? ¿Qué quieres de mi? no me importa morir, ya estaba en una ratonera cuando me metieron en la guerra, y ahora más que nunca deseo morir, ya que has acabado con la mujer de mi vida.

Sabu, ignorando que la desconocida tenía una pistola apuntandole se acercó y puso el mismo la pistola de la desconocida en su pecho.

Dispara, y librame de este sufrimiento. Alá me espera abierto de brazos, junto con mi querida.

Y profirió una risa malvada.

La mujer quedó un poco indecisa, y se dedico a dar un paso hacia atrás para separarle la pistola de su pecho, aunque seguia apuntandole de forma temerosa.

De qué tienes miedo, ¿infiel asesina? Pelea hasta el final, ¡zorra! ya no me importa vivir.

Cuando la mujer oyó el insulto se acercó rapidamente a él y le dió en la cara un golpe con la culata de la pistola, haciéndolo caer al suelo. Sabu aprovechó la revolcada en la arena para sacar su cuchillo y se levantó con el brazo izquierdo midiendo las distancias y el derecho en posición amenazante con el cuchillo. La mujer parecia sorprendida por la capacidad del hombre de sacar el cuchillo.

Sabu hizo varios intentos de clavar el cuchillo, pero fueron en vano, la mujer esquivaba de una forma brutal.

Entonces ella guardó la pistola y en una de los intentos de apuñaladas de Sabu le cogió la mano y mediante una luxación lo derribó al suelo. En el suelo la chica dio varias patadas en las costillas de Sabu.

Sabu dolido, caminó un poco con las manos para intentar recuperar el cuchillo y la chica antes de que cogiera el cuchillo le pisó la mano...

Nonononono.... chico malo

¡Pam! y le dió una patada en las costillas con la otra pierna.

Sabu se volvió boca arriba y entonces ella aprovechó para cojer su cuchillo y guardárselo. De nuevo sacó su pistola y obligó a Sabu a levantarse. Sabu, sabia que aquella mujer no iba a matarlo, pero si lo haría sufrir, por lo que acató las ordenes y se puso de pie...

Tras la breve escaramuza, Abbey se recompuso con una extraña mueca en la cara. Parecía una mezcla de placer sádico y alienación extrema.

- ¿Te gusta jugar, soldado Sabu? Yo creo que te encanta. Mírala.

Señaló el cadaver de la soldado enemiga, idéntica a ella pero con dos trozos de cinta americana en la boca.

- Está buena, ¿No crees? Puedes tocarla. ¿Te gustaría eso, soldado? ¿Quieres follártela? Venga, échale huevos. No se va a resistir, al fin y al cabo. Venga, soldado, es lo que deseas... bueno, se parece mucho.

Lanzó una risa que heló la sangre de Sabu. Luego retomo su mirada fanatizada.

- No, querido, no va a ser tan fácil. Por lo que veo, quieres sufrir. ¿Crees que estoy aquí para acceder a tus caprichos?

De fondo, el sonido de los helicópteros de rescate comenzó a llenar el aire.

- Ya llegan las niñeras, pequeño. Van a sacarte de esta con vida. ¡Oh, milagro! ¡Sabu ha sobrevivido! Nadie sabe quiénes eran los atacantes... rellenarán un informe y listo, se acabaron las preguntas. Posiblemente te den una medallita y todo. Es una pena que los demás hayan caído. Volverás a casa, con tu mujercita pero, todas las noches, soñarás conmigo. Qué bonito panorama, soldado. Es una pena que no vaya a ser así.

Sin previo aviso, pegó el cañón del arma a la cabeza de Sabu, y apretó el gatillo.

Esa fue la primera vez que el soldado murió. Y nunca la olvidaría.