Partida Rol por web

- Siento haberte arrastrado a esto Erik, seguro que no era en lo que pensabas cuando nos echamos a la mar.

me sentía culpable de su desagrado, al fin y al cabo yo había aceptado el viaje. Desde abajo me aseguré de afianzar bien una cuerda para mantener el barco amarrado

- Bueno, no vamos a abandonaros aquí, eso está claro. Y puestos a esperar en un sitio deshabitado os acompañaremos, pero ¿que os ha traído a un sitio tan inhóspito si se puede saber?

Sonrio.

---Tal y como imaginaba...- pienso y a continuación digo- Buscamos el medallón de la Luna que se haya escondido en algun lugar de este continente- comento mientras con una mano trazo un arco abarcando todo.

---Tenemos que encontrarlo antes de que se nos adelante, no sé quienes, pero sabemos que alguien mas va tras el, asi que venga ¡vamos! ¡ Chop chop!-les apremio mientras comienzo a avanzar a traves de la nieve hacia el 1º punto marcado por el mapa donde podria estar, uso mi capa blanca para protegerme de las rafagas de viento y nieve mientras Acre camina a mi lado como puede.

Ya había hablado demasiado... ¿Y si ellos eran los malos?.

- Y eso es todo lo que os podemos decir. Misión secreta. - aunque lo último se lo digo a Attem. No podías ir anunciando los planes por ahí libremente. Una cosa era necesitarles y otra confiar en ellos. Y menos aún estando con el borde ese.

- Vamos. - digo mientras intento seguir a Attem, que como me alejara dos metros de él dejaría de verle entre la nieve y su inteligente medida de ir de blanco. Encima llevaba él el mapa. Como me perdiera...

¿En algún lugar de este continente? dije mirando a mi alrededor. No esperaban encontrar ningún pueblo. ¿Teníamos que ir levantando la nieve a ver si aparecía ese amuleto? Menuda aventura...

Algo se movió bajo mi camisa y se asomó por el cuello. Un par de ojos aparecieron para ver lo que ocurría y rápidamente se ocultaron.

Muy bien, pues venga, os seguimos.

- Espero que por lo menos estemos cerca. No me importa caminar, pero dentro de un rato odiaré este frío.

Apretándome contra las prendas de ropa lo mejor que pude comencé a andar detrás del resto, llamando a Cresta para que fuese sobre mi hombro, parecía disfrutar del frío igual que el dijinn de Attem y parecía un buen momento para tenerlo cerca. Yo por otro lado pensaba en el nombre del "Medallón de la Luna".

Comenzamos a avanzar por la gelida tierra, en todo momento tengo el mapa abierto y en mas de una vez ha salido volando por el fuerte viento que comienza a levantarse, por suerte Hao ha estado ahi para recogerlo y finalmente cansado de que se me escapase  (y con ello consiguiese "comerme el suelo" ) me lo ha quitado y lo ha guardado poniendose en 1º lugar con el grupo mientras que yo me dedico a no caerme entre la nieve ni desaparecer bajo esta.

---¡¡¡La ventisca es demasiado intensa- grito para hacerme oir por encima del viento y a continuación señalo las montañas- cogamos refugio en las montañas!!!

Odio la nieve, odio la nieve, odio la nieve... Voy pensando según avanzo en primer lugar mirando el mapa. Y Attem era tonto. Vamos que dejarme en primer lugar.... Vale que a mí no se me escapaba el mapa, pero eso lo había hecho para fastidiar seguro. Ahora en vez de su rebufo cogía toda la ventisca de cara. Y encima tenía que ir atento de a dónde íbamos...

- Será lo mejor. - digo mirando el mapa. - Además, es a dónde tenemos que ir. Ya estamos cerca chicos, no os desaniméis.

Y Libis mientras tanto calentita y cómoda en el pueblo. Cuando la pille la mato.

Esa ventisca no me asustaba. Era un hombre de mar, había pasado peores momentos en los barcos. Un poco de nieve que caía con fuerza y velocidad no iba a poder con alguien como yo.

Seguí a esos dos desconocidos, yendo a pocos pasos tras ellos. Y pensar que me he metido en esta tontería... pensé amargado mientras me sacudía el pelo.

Cerrando la marcha y aferrándome a las ropas de abrigo como si me las fueran a robar, caminaba como podía temblando de frío. Me había cubierto tanto que apenas quedaban a la vista los ojos tras una rendija en la tela, pero aún así no soportaba aquél ambiente en plena ventisca.

- ¿cu..cu..cuAaAanto faltaAa?

Seguisteis caminando duramente por las estepas nevadas hasta el punto de casi perder la visibilidad del horizonte por culpa de la tormenta de nieve que acababa de llegar a su máximo apogeo, sin embargo en tan solo unos minutos alcanzasteis la cobertura de las gigantescas montañas heladas que os habían dado unos instantes de respiro, ofreciendo el cobijo perfecto a la nieve.

Había llegado el momento de descansar un poco, quitaros la nieve de encima y observar el mapa. Según vuestras interpretaciones podríais ir por buen camino, sobre todo porque las montañas venían representadas y el gran círculo rojo que marcaba la "zona caliente" donde encontrar el medallón estaba a menos de un kilómetro... 

apenas habían alcanzado el pie de la montaña y Eidan estaba sufriendo un terrible ataque de tos y estornudos por culpa del frío, a pesar de haberse cubierto con ellas las pieles no habían podido evitar el gélido aire de la ventisca.

- aachss *cough* *cough* aaa..aatcha, ¡aaa...AAATCHOO!

aquel último estornudo podría incluso haber despertado a un oso de su hibernación, más aún con el eco que producía las montañas que poco a poco se redujo a un murmullo. Sin embargo ese murmullo volvía a crecer en intensidad, poco a poco hasta alcanzar el ruido que haría una estampida mientras una marea blanca se deslizaba por las paredes de las montañas

- ¡AVALANCHAAA!

¡Había que salir de allí a toda prisa!

El estornudo de Eidan había provocado una avalancha extremadamente peligrosa, desde vuestra posición podíais notar como la tierra temblaba ante el rugido de la masa de nieve que se arremolinaba montaña abajo con la violencia suficiente como para que temierais por vuestra vida. Aquella posición entre montañas era una trampa mortal, ¡¡había que seguir corriendo hacia delante antes de que la nieve os arrastrase!!