Partida Rol por web

Sonrío con amabilidad tras el comentario del Padre Kintana. Tienes razón: o tienen un buen mecenas o al pueblo le interesa terriblemente la literatura... aunque, a decir verdad ruedo los ojos hacia el bibliotecario y añado, casi sin producir sonido no tiene demasiado jaleo.

Especialmente, me fijo en la construcción del edificio. Es un lugar bonito, sin duda, y muy trabajado. Me sorprenden los grandes salones de madera y los tapices que hay casi en el techo.

Tras escuchar al Padre Kintana añado, tras soltar una leve risilla y lanzar una mirada de incredibilidad a mi compañero: Bueno, ya sabe usted, periódicos de sucesos. Triquiñuelas que hayan sucedido en el pueblo en los últimos tiempos.... 

El hombre te mira ligeramente sobresaltado... y enarca una ceja con aire de incredulidad...

- Señor... Esto es un pueblo, no el escenario de una novela de Sherlock Homes. Solo es un lugar tranquilo, sin nada  paranormal o misterioso. - Hace una pausa. - Les dejo, pues.

Con esto, se da media vuelta y se encamina hacia la puerta de la salida. 

Muchas gracias por su ayuda. Cuando el bibliotecario se haya alejado miro al Padre Kintana, sorprendida:No se moleste, Padre, pero considero que ha sido un poco... confiado al decir esas cosas. ¿Paranormal?

Me acerco a un grupo de periódicos e intento ver cómo los tienen organizados.

- No se preocupe Sally, soy sacerdote. Es normal que me ocupe de ciertos asuntos poco normales. A veces la gente se asusta cuando pregunto cosas, pero si saben algo aprobechan para desaogarse y contarme lo que saben. - tras una pausa añado. - en este caso no ha sido así. Mejor. Si este es un pueblo tranquilo mejor que mejor.

Después, me giro hacia los archivos y digo... - Bueno, parece que tenemos trabajo.

Con la colaboración de la señora Terman, comienzo a rebuscar ávidamente entre los periodicos. Primeramente busco la fecha de hace dos meses, momento en el que debió de morir la tía del joven Crosswell.

Después, mi busqueda se remonta más atrás en el tiempo. A los años de infancia de Peter. Cuando murieron sus padres. Digamos que busco desde 1912 hacia atrás. - Yo buscaré en los años pares y usted puede mirar los impares. - Le comento a la señora Terman a ver que le parece.

Comenzais a buscar por los periódicos de hace dos meses, en apenas 10 o 15 minutos los habéis acabado. Nada recalcable, ni una sola página digna de mención... 

Seguidamente os encaminais hasta los periódicos de 1912, 1911, 1910... Ha pasado hora y media, estáis en el periódico 1910... y no parece haber nada recalcable. 

Parece que no vamos a encontrar nada musito, molesta. Dejo a un lado los periódicos y miro al Padre Kintana. Hace rato que eché a un lado mi abrigo, y tengo las mangas de  camisa arremangadas. A lo mejor deberíamos visitar la parroquia. Miremos un número más cada uno, por probar suerte...

Después de girarme para repasar "el último" periódico caigo en algo y miro rapidamente a mi compañero: ¿Ni siquiera has visto la esquela de los padres?

Termináis de mirar los periódicos de 1910, sin ningún tipo de éxito. Llevais ya bastante rato buscando en esos inmensos archivadores. Creeis haber revisado los periódicos de 1912, 1911, y 1910, con bastante ahínco, así como los de los últimos dos meses, pero no encontráis nada llamativo. 

Cierro el último periodico resignado. Parece que aquí no hay nada. tal vez deberíamos de reunirnos con el resto del grupo y ya después, visitar la parroquia. Si dispusiéramos de más información, fechas más concretas... tal vez podamos encontrar algo. ¿No crees? 

Recojo la chaqueta negra dispuesto para marcharnos de la biblioteca.

Por supuesto. Vayamos a la Iglesia, con un poco de suerte tendrán un  censo de los nacidos en esta población. Sonrío mientras recojo mis cosas.

Sin más tiempo que perder, nos encaminamos a reunirnos con el resto del grupo. Pero si aún es pronto, pasamos primero por la iglesia.

John Kellemport y Herr Kapitän interrumpieron su conversación al llegar a la Biblioteca, un poco antes de la hora indicada. Al tiempo que aparcaban frente a la puerta, vieron salir al Padre Garibay y a la señorita Terman, que no tardaron en reconocer el coche. 

Bajo del coche y saludo con la mano al padre y la señora: - ¡Hola! ¿Cómo están? ¿Hay alguna novedad? - me acerco a ellos, miro a los lados y les digo en voz algo más baja y en un tono confidencial: - No hemos encontrado el registro de propiedad, pero hemos descubierto datos interesantes acerca del pasado de nuestro cliente. Creo que deberíamos ponernos todos al día. ¿Les apetece comer algo? - esto último ya lo digo en un tono más normal, mientras miro a mis 3 compañeros.

-Sí, ¡me muerro de hambre! -intervino Her Kapitän en tono alegre- Almorsemos y pongámonos al día mientras tanto de nuestros respectivos descubrimientos.

- Me parece una buena idea. - digo mientras sigo al resto del grupo hacia donde tuvieran por bien almorzar. Rebuscar entre los archivos de la biblioteca me había despertado el apetito - Nosotros tampoco hemos encontrado nada en la biblioteca. La verdad es que hemos estado dando palos de ciego. Necesitamos datos más concretos para buscar información con garantías.

- ¿Pudieron echar un vistazo a la guía de teléfonos? - el tema de las iniciales todavía rondaba mi cabeza...

Mientras nos encaminamos al restaurante empiezo a ponerles al día: - Al parecer hace 10 años, el 15 de Marzo de 1917, en la casa de nuestro cliente ocurrió un accidente grave. Una joven, creemos que la madre de Peter Crosswell, apareció muerta con heridas en la cabeza y los hombros. El perro de la familia tenía los dientes y las mandíbulas manchados de sangre, y el señor Crosswell, padre de nuestro actual cliente, estaba sollozando y jadeando en las escaleras. El oficial de policía que investigó el asunto aquella noche declaró en su informe que no sabía que el muchacho estaba implicado así que lo dejó dormir... - les dejo unos segundos para que asimilen toda la información... - ¿Da que pensar, eh? -

Mientras habláis os encaminais hacia un restaurante cercano, probablemente el único de la ciudad, pues salvando ese lugar, lo más similar que habéis encontrado es una panadería y el Grey Pilgrim. 

El restaurante es pequeño, pero elegante, con varios cuadros, y paredes verdes oscuro. Tiene música de ambiente, y unas luces que dan iluminación a la vez que decoran. A la entrada veis una máquina de discos, y un camarero os hace un gesto para que os sentéis en una mesa no muy grande con asientos color rojo, que ya está preparada para comensales.

No debe de ser muy común ver gente nueva por allí, notáis al chico, de venti pocos años, un poco nervioso.