Partida Rol por web

¡Dioses, que historia tan horripilante! exclamo sorprendida, mientras me llevo la mano derecha al pecho, solo para añadir: Me recuerda a la historia del Sabueso de los Baskerville, ¿la han leído? El libro es un poco viejo, unos 20 años, pero merece la pena. Trata sobre un detective, mientras comento esto paso mis ojos por el señor Kellemport, realmente astuto, y su buen compañero. 

Callo durante un momento, miro a mis compañeros, y añado: No, la verdad es que por no encontrar no vimos ni la esquela de los padres. 

- Pero... - Kellemport medita sobre lo que ha escuchado. - Si buscásteis sucesos anteriores a 1912... es imposible que encontrárais la esquela de los padres... creo. Al menos sabemos que la madre murió en 1917, y el padre de ahí en adelante, no hacia atrás. Podríamos repetir la búsqueda con los nuevos datos. -

Llamo al camarero y le pido un menú del día y una cerveza para beber. - ¿Quieren ustedes algo, caballeros? Hoy les invito yo, a ver si cogemos fuerzas para la investigación. - sonrío amablemente a mis compañeros.

- Herr Kapitän y yo hemos descubierto también la dirección del sargento Donald, está jubilado pero es el policía que atendió la llamada del señor Crosswell la noche en que murió la señora Crosswell. Quizá estaría bien hablar con él también, por si pudiera aportar algún dato. -

-Un momento, caballerros -dijo de pronto Herr Kapitän-. Crreía que la Señora Terman nos había preparado unos sandwiches para almorzar. Por otro lado, Señor Kellemport, como sin duda sabe, la venta y el consumo de alcohol son ilegales en este país, salvo en farmacias y con fines médicos -añadió enfadado-. Le pido por favor que si piensa seguir infringiendo la ley no lo haga delante de mí. No quiero ser cómplice suyo ni de los criminales que le abastecen.

sentado en la mesa observo mi Sanwich con algo de disgusto. ya me había hecho a la idea de comer un buen menú, pero intento disimular mi desilusión torciendo una mueca a modo de sonrisa. -mmmm, esta realmente bueno Sally. Un Sandwich excelente. después, hablando para todos continúo diciendo - Podemos buscar en la biblioteca con los nuevos datos. También podemos visitar la iglesia y hablar con el párroco para ver que nos puede contar. Y como no, entrevistar al agente de la ley. ¿cuando creen que podemos visitar la casa?

- Yo creo que podemos quedar para ir a la casa a las 18:00, que es cuando nos dijeron que se iban los obreros. Echamos un ojo a la casa y a lo mejor podemos hablar con Peter Crosswell. - comento mientras doy un sorbo a  mi café.

- Estoy de acuerdo con usted, Garibay. Si quieren pueden ir a hablar con el párroco, Herr Kapitän y yo podemos investigar los nuevos datos en la biblioteca, y luego podemos ir todos juntos a hablar con el sargento Donald y luego a la casa. O como se os ocurra. Toda la información que consigamos, no me importa el medio, me parece bien. - medito unos segundos... - ¿Hay algún otro sitio que se les ocurra que debiéramos visitar?-

-Me parresen todo buenas ideas -aprobó el capitán-, salvo porque no creo que yo sea de mucha ayuda en una biblioteca. No creo que fuerra capás de encontrar nada entre tanta estantería llena de libros, estaría tan fuera de lugar como un Dreadnought en una regata.

Espero que tengan más suerte que nosotros, ¿verdad, padre? Le sonrío levemente. Me alegro que le guste. De postre he traído un poco de tarta de manzana y café en un termo... espero que todavía esté caliente. Miro al Capitán y sonrío felizmente: Es alemán.

-¡Oh, apfelstrudel! Hase años que no lo pruebo, desde que salí de Alemania -el capitán parecía emocionado- Se lo agradesco de veras -dijo antes de atacar su porción.

Me parece bien señor Kelemport. - digo afirmando con la cabeza en señal de que estaba de acuerdo con el detective. - Lo único que, si no les importa a ustedes, quizás sería más conveniente ir todos juntos. Tampoco tenemos prisa. Podemos ir a todos esos sitios juntos.

- Claro, estando los 4 a lo mejor avanzamos más rápido. Ya que estamos aquí, ¿les parece bien empezar de nuevo por la biblioteca? De ahí podemos ir a la Iglesia, luego a ver al sargento Donald, y finalmente todos a la casa. - comento mientras doy un nuevo sorbo a mi café... saboreo el gusto en mi boca, hacía tiempo que no tomaba un buen café y el de este restaurante es de los mejores. Me alegro de haber parado a comer ahí.

-Sí, así serrá más difísil que se nos escape algo en la biblioteca.

- Bien, - dijo el Padre Garibay. - pues si todos estamos de acuerdo, vayamos de nuevo a la biblioteca.

Y esperando a que Sally termine su consumición me pongo el abrigo de nuevo.

Salvo que alguien quiera realizar alguna otra cosa antes de dirigiros a la biblioteca, entráis de nuevo en el coche del señor Kellemport camino a la Biblioteca. Una vez allí, aparcáis junto a las escaleras de entrada de aquel antiguo edificio. Nada más bajar del coche, sentís como el frío amenaza con congelar hasta la punta de vuestros pies, bajáis con calma, pero no tardáis en tener prisa por entrar, caminando rápidamente por la nieve, que va mojando poco a poco vuestros zapatos. Os encontráis ante la puerta principal, aún algo congelados. 

Dioses santos, ¿por qué hará tanto frío aquí? Suspiro mientras intento llegar a la puerta.

Me quito mi gabardina al bajar del coche y escuchar las palabras de la señora Terman. Me acerco y le ofrezco la gabardina mientras se la pongo en su espalda con cuidado: - No se preocupe, dentro del edificio pronto entraremos en calor. -

Una vez dentro me dirijo al mostrador de recepción buscando a alguien que pueda informarme. Quiero preguntar por algún registro o guía telefónica y por el archivo de periódicos o hemeroteca...

Tengo la sensación de que este momento ya lo he vivido. - comento al bajar del coche camino de la biblioteca, con cuidado de no resbalar. - Un deje vú. ¿No es cierto?. Durante mi estancia en la reserva india hice un trabajo sobre estos fenómenos. Regresiones y abdupciones.

Herr Kapitän pareció muy confundido por la declaración del clérigo. Apenas sí había entendido alguna palabra suelta.

-Usted es... alguna clase de exorsista, nicht? -preguntó mientras tiritaba y se apretujaba en su viejo abrigo.