Partida Rol por web

No sé si será una locura, porque como ha dicho el señor Kellemport lo más lógico es que sean pequeñas alimañas, pero... ¿no tendrá algún tipo de registro familiar, señor Crosswell? Puede que haya algo interesante que resuelva este misterio. Esbozo una sonrisa llena de impaciencia y emoción. 

interesante... - comentó el padre Kintana por lo bajo cuando el joven Crosswell se hubo retirado. - ruidos, voces... claros sintomas de Esquizofrenia. 

Hasta el momento, el padre Kintana había preferido mantenerse en un segundo plano. - Señores, esto se pone interesante, propongo que hagamos un plano de la casa y reconozcamos el lugar. Estancia por estancia, después, es solo cuestión de esperar repartidos por la casa en espera de que se produzca algún fenómeno paranormal.

Me gustaría poder hablar con el joven crosswell y hacele un examen psicologíco para determinar si pudiera padecer de algún tipo de transtorno, pero me temo que no nos pagan por ponerle más nervioso aún. Supongo que de momento, la mejor opción es limitarnos a investigar la casa, y en el transcurso de ese tiempo, tendremos la oportunidad de conocer mejor a nuestro anfitrión.

El capitán pasea por el primer piso sin prestar mucha atención a los comentarios de sus compañeros, fijándose bien el el plano de la casa y plasmándolo en su cuaderno lo mejor que puede.

El señor Crosswell se encoje de hombros  con aire dudoso:

- No... creo que no... - Dice sin más, y seguidamente se marcha.

Empezemos por la primera puerta de la derecha. Si les parece bien... - Dice el padre Kintana.

- De acuerdo. Vayamos. - comento mientras me acerco a abrir la puerta que ha indicado el padre Kintana.

- Tome buena nota de todo Herr Kapitän. -

Asiento y sigo al resto, un poco incómoda porque no acabo de ver cómo puedo ayudar a hacer un mapa.

El capitán asintió, listo para seguir trabajando en su plano.

Cuando abrís la puerta, véis desde fuera, una habitación pequeña, completamente oscura, completamente llena de cajas de cartón y de embalar rotas y esparcidas por el suelo.

Viendo que sus compañeros parecían algo indecisos, el capitán guardó el lápiz, cruzó el umbral de la puerta y buscó a tientas en la pared algún interruptor.

-¡Ah! -se queja el capitán- No entrren, esto está lleno de cristales, y la lus no funsiona.

Retrocede con cuidado hasta una zona iluminada, busca en su bolsa, saca un reflector como los que se emplean en navegación para hacer señales y lo enciende.

- Atrás, atrás. - Dice Kintana retrocediendo sobre sus pasos para que los demás puedan hacer lo mismo y que Herr Kapitan pueda salir de la habitación.

Espero hasta que Herr Kapitän pueda iluminar algo más... es entonces cuando lamento el no haber traído una linterna pequeña o algo parecido...

Con la iluminación del kapitan, veis algo más de la habitación, es pequeña, y está llena de cajas, y de jarrones y vasijas rotos en el suelo. El estado de la habitación es bastante malo, y las cajas parecen mojadas y la mayoría rotas. No hay mucho para ver en este lugar. 

Recordando las palabras de nuestro anfitrión busco algún candelabro en las paredes o mesas cercanas, o por el pasillo. Necesitamos algún tipo de iluminación...

A no ser que tengáis algún encendedor, podríamos ir a pedirle a nuestro anfitrión alguna lámpara o candelabro. Comento, mirando a mi alrededor.

- Yo tengo alguna vela que utilizo para misa, pero a la menor corriente de aire nos quedaríamos a oscuras. Tal vez sea mejor pedirle al señor Crosswell algún tipo de iluminación de las que acostumbra a usar por la casa. Si normalmente no utiliza luz electrica, supongo que dispondrá de alguna lampara de petróleo o similar.

-Oh, yo tengo lus sufisiente con ésta. De todas formas, no parrese que en esta habitasión haya mucho que ver.

El capitán se interna en la habitación con cuidado de no volver a cortarse y da una vuelta para inspeccionarla.