Partida Rol por web

La situación parecía haberse complicado con la aparición de los caballeros estos serian huesos duros de roer y sin la ayuda de Vallon y los demás compañeros sería casi imposible eran tres contra seis y ellos mejor equipados pero Erik no se iba a dejar amedrentar.

- Movámonos por la izquierda, de frente seremos hombres muertos. Haremos una brecha en la tienda con nuestros aceros, armaros de valor y cumplamos este trabajo.

Erik espolea a su corcel y comienza a dirigirse a la izquierda los otros dos jinetes le siguen un par de metros por detrás.

Cuando parecía que los tres jinetes se abalanzaban sobre el grupo de seis defensores, uno de ellos, el que estaba situado en el centro, giró hacia la izquierda en dirección a la tienda de Lord Arryn. Sin embargo, sus dos compañeros, entre el fragor de la batalla, el ruido del galopar y la sensación de muerte inminente no consiguieron oír sus ordenes y se estamparon de frente contra el grupo de defensores. 

Uno de los jinetes, armado con una espada larga se lanzó contra ti. El otro, dirigió su arma contra uno de los guardias Arryn que habían aparecido de la tienda de Lord Petyr. El pobre no tuvo tiempo para reaccionar; espada y caballo le pasaron por encima levantando polvo y sangre. Entre la nube de arena se vio como el cadáver caía de rodillas, con las dos mitades de un hombro separadas por un palmo. La sangre manaba a borbotones. 

Era vuestro turno. 

Un soldado Arryn intenta ensartar al jinete con su lanza a una mano. El pico del arma alcanza el estómago del bandido, que queda traspuesto, suelta su espada y se aferra a las crines de un nervioso caballo. Antes de que el soldado pudiera sacar su lanza de la barriga del enemigo, un espadón, manejado por un caballero arryn, parte por la mitad el torso del jinete, llevándose consigo también medio cuello del animal. Los dos caen fulminados. 

Tu espada bastarda raja la lona de la tienda. Entre el filo metálico y la fuerza de tu caballo destrozáis la mitad trasera de la tienda. Una gran obertura te deja ver el interior. Dentro, la mesa a comenzado a arder, tu irrupción debe de haber tirado una vela y ahora el fuego se propaga por ella. A su lado, espera sentado Lord Arryn y un soldado tendido en el suelo con un cuchillo en la nuca. 

Afuera, intuyes por los alaridos de un caballo que uno de tus hombres ha caído. Te queda poco tiempo. 

- Que coño...- me da tiempo a murmurar.

No me lo puedo creer, un poco de acción, casi sonrio, al ver llegar a mis hombres, sonrio ampliamente y cojo las armas que me tienden. Miro a mi alrededor y veo como una caballero viene a por mí. Lanzo ambas armas al aire para que den una vuelta y caigan sobre mis palmas abiertas. Me encanta el combate.

- Tyberias, quédate cerca de Lord Meñique, hasta que no sepamos si son bandidos o enemigos proteged al señor del valle.- señalo con al punta de la espada a los que vienen por las ruinas- Cristian, empieza a disparar a aquellos que salen de las ruinas.

Giro de nuevo el torso y corro hacia el caballero montado, doy un salto y una voltereta lateral cerca de las cuerdas de una tienda. Me subo a una de las cajas que hay amontonodas de un salto y lanzo un con la espada bravossi a la cabeza del guardia mientras giro sobre mí mismo - De aquí hoy no saldrás vivo, estás frente a Gary Trant, estúpido- no so muy honorable en las batallas y me gusta el teatro- ¡vas a acabar llamando a tu mamá mientras mueres!

El bastardo no se lo pensó dos veces antes de cargar violentamente contra cualquier bandido que osase interponerse en su camino. Asiendo con fuerza las riendas de su montura, se apresuró a conducirla hacia donde se encontraban los maltrechos caballeros y sirvientes de las casas del venado y el águila. Percibiendo un hueco en las defensas de uno de los atacantes, el dorniense se precipitó hacia él ejecutando un salto desde la grupa del caballo. 

- ¡ARENA! - gritó, retrasando la lanza en el aire con el objetivo de lanzar un fuerte empellón que empalase a su objetivo durante el aterrizaje.

- Lord Arryn debe venir conmigo no nos queda demasiado tiempo.

A pesar de haber estado en muchas batallas la mirada de aquel hombre en aquella situación hacia correr unas gotas de sudor frio por la frente de Erik.

-Podemos hacerlo a las buenas o usando la fuerza. Tenían realmente poco tiempo , los mercenarios estaban cayendo ante los hombres del campamento.

El salto que lo situó sobre su adversario fue preciso. La fluidez de sus movimientos mientras retrasaba sus brazos para preparar el golpe mortal se acompasaba al ritmo en que sus oscuros cabellos azabache bailaban al son de las llamas que iluminaban la escena. Todo parecía derivar a un mismo sendero en el que el bandido caería fulminado presa de la poderosa embestida de su lanza, pero la coordinación con la que sus brazos impulsarían el punzón de acero a través de la empuñadura de madera de nogal que sujetaban le falló, ofreciendo a su víctima unos segundos preciosos que le permitieron esquivar la arremetida por muy poco.

Sin embargo, y para sorpresa del bandido, justo después de aterrizar Maron giró sobre sí mismo para estirar el brazo con el que empuñaba el arma en su dirección con la misma precisión con la que los colmillos de una víbora se apresuran a cernirse sobre su presa.

Aún recién salidas del cascarón, toda serpiente cuenta con dos colmillos.

Petyr sonrió cuando te vio aparecer. Extendió sus brazos con las manos juntas para que lo atases. 

Erik comienza a inmovilizar las manos de Lord Arryn con una soga, pero aquel hombre le inquietaba , los movimientos de Erik eran más lentos de lo habitual posiblemente debido a la presencia de aquel hombre que emanaba respeto y misterio a la par.