Partida Rol por web

El felpo se disponía a cortar la cabeza de Xhu´kel cuando el sabio clérigo, temiendo que quisiera tomar la espada, le advirtió. Por ello le habló en susurros, pues era como él había iniciado la conversación y parecía divertido.

Tenéis razón, aunque no he visto cambios en él desde que destapó su verdadera alma.

Luego le habló al comerciante.

Disculpe, señor estas molestias, pero este hombre nos había traicionado en varias ocasiones, sólo le salvaba que lo considerábamos miembro del grupo. Pero todo tiene un límite y no podíamos aguantar más. De todas formas, esta espada que portaba, que sin duda es mágica, la conseguimos del guardián del primer sello. Querría tasarla? Sería de agradecer por nuestra parte, lo que recompensaríamos con sus tarifas correspondientes.

Azrael también le hizo una pregunta a Adreim.

Azrael, nos acabamos de conocer y poco sabes de aquel que fue mi mejor amigo hace tiempo, pero que escondía otro ser dentro. El dolor que he sentido por su pérdida ya lo pasé, pues este no era el caballero bondadoso que conocí. Sin embargo, necesito despedirme del que fue mi amigo y por ello le enterraré en solitario. Luego os llamaré para poder darle un ritual como es debido y podamos dedicarle unas últimas palabras. 

Dejando la espada donde estaba, envainó las suyas, cargó con el cuerpo del caballero y se lo llevó a la necrópolis. Allí, a la sombra de uno de los edificios desapareció de la vista de sus compañeros y de los miembros del campamento.

Una vez llegó a la necrópolis y se aseguró de que no había nadie (miro y remiro si hace falta), despojó a Xhu´kel de todas sus posesiones y las amontonó en una pila. Luego, cortó la cabeza del caballero, abrió su craneo y le sorbió sus jugos cerebrales. Luego enterró la cabeza aparte lo más rapidamente posible. Para el cuerpo abrió un agujero grande y lo echó. Era fácil cabar en la arena del desierto. Una vez acabó de enterrarle, cargó las posesiones del caballero y regresó al campamento a avisar a sus compañeros.

Alfred respira profundamente tras la patada a Xhukel... ¿por qué?...

la espada... su dios... el mismo...

maldita sea...

Alfred mira a Adreim... sabe del dolor en el alma del lider y de su unión con el ahora muerto caballero negro. Sus miradas se cruzan un instante aún en medio del combate ambos sabáin que debía de ser así.

Ezto ez mucho máz complicado de lo que buzcaba.

Adreim, tras un buen rato, regresó al campamento. Estaba cubierto de arena, pues se notaba que había enterrado el cuerpo de Xhu´kel con sus manos o su espada. Metros antes, había lavado su rostro con la misma arena. Es como si quisiera borrar las lágrimas, la sangre o el dolor.

Hola, amigos, estas son las cosas de Xhuky.

Soltó sus cosas con cuidado.

Podemos ir a despedirnos cuando estéis listos.

Ante la respuesta del elfo digo:- Lo hecho , hecho esta, de todas maneras tu sincero dolor por la muerte de tu antiguo amigo te honra, y el entierro es más de lo que merecería un traidor, supongo que una cosa paga la otra, espero que la justicia se haya visto colmada con lo que acaba de pasar en este campamento alejado de la civilización...- Recojo mis cosas preparandome para salir a donde indiquen, como si quieren volver al laberinto para terminar lo que empezamos.

Estoy saciado

..........por el momento

El semielfo estaba ocupado mirando los diversos puestos, para ver si encontraba raciones de comida, ya que el hambre que tenía era terrible, cuando escucho voces y volvió su mirada hacía el grupo de los miembros del Sindicato: lo que vió le estremeció, pero decidió no intervenir, ya que ya había tenido bastante acción. Aunque el pasotismo seguía siendo su opción vital principal, empezaba a sentír una gran empatía y, porqué no decirlo, cariño a aquel heterogéneo grupo de aventureros.

Una vez terminado, un escalofrío le recorrió la espalda...

No es el mejor final, pero quién a hierro mata...

Al ver regresa el felpo, consideró necesario hablar sobre comprar cosas, para evitar que le cogiera el toro (o cualquier otra cosa). Y para volver a aquel maldito lugar, origen de tantas desgracias y de la fortuna conseguida.

Sí, deberíamos ir a algún lugar, pero antes deberíamos aprovisionarnos bien... qué dices Adreim?

Alfred aprovecha el paron para renoivar raciones y una muda de ropa (la suya se destrozo en el combate).

Tambien se prepara un turbante con las tiras de lo que queda de su antigua ropa para protegerse del sol.

Al final carga a Norberto su mulo y se prepara.

Tú diraz Adreim

Podemos hacer lo que gustéis, pero desearía que diéramos a Xhuky una despedida como mandan los dioses y luego cenar con nuestros anfitriones. Pero no pasa nada si es al contrario. Luego podemos discutir si volvemos o no al Laberinto. Cuando estemos más relajados, si no os importa, camaradas. Ahora no estoy para quebrarme la cabeza.

El felpo disfrutaba, sin embargo, de una lozanía estupenda. El entierro personal de su amigo parecía haberle hecho recuperarse. Quizá era porque se había quitado un peso de encima? Sin duda estaba relajado, un tanto ausente, eso sí, pero no más de lo habitual. Sin embargo nadie se iba a sorprender de que el alocado líder del Sindicato no empezara a bailar y contar chistes de un momento a otro. Era impredecible en grado sumo.

Un compañero, un miembro del grupo, ha caído... - comienzo a decir con solemnidad - Sus actos fueron reprobables, sin duda, y encontró un final inevitable. Así es el equilibrio de las cosas, en este mundo donde los Dioses nos dictan en muchas ocasiones cómo debemos actuar con sutiles señales, o burdas trampas - meneo la cabeza con tristeza - Pero eso no quiere decir que no merezca ser despedido, como compañero de viaje que fue, con todos los honores.

Os ruego que vengáis conmigo hasta su tumba, aunque sean unos instantes - añado, dirigiéndome a todos - Un día seremos nosotros los que descansemos entre arena y piedras, y nos gustaría que así fuera. Pronunciaré unas palabras, breves o largas según sea el designio de Geonea, pero para los demás solo pido un pensamiento dedicado a la memoria de quien nos acompañó será suficiente. Vayamos ahora, quienes quieran venir.

Nos hemos reunido aquí en memoria de Xhu`Kel, que fue amigo antes que compañero - comienzo ceremoniosamente, tomando un puñado de tierra en mi mano izquierda mientras coloco la derecha sobre mi corazón, en señal de que mis palabras son verdaderas. Invito con un gesto a los demás a hacer lo mismo - Merece nuestro último adiós - hago una pausa, el lejano bufido de un camello en el campamento es lo único que rompe el espeso silencio...

No dudo que en vida te hubiera molestado que estos humildes compañeros te rindieran algún tributo, pero tengo la esperanza de que ahora, allá donde esté tu alma, pueda llegar a comprender lo que significa - nueva pausa.

El deber te llamó, y no obedeciste - mi voz cambia cuando comienzo a pronunciar la sencilla oración, se vuelve más profunda, cálida e imperativa a la vez. Es como si hubiera alguien más pronunciando las palabras desde dentro de mi, al tiempo que yo lo hago -  Te reclamó el honor, y no lo acataste. Luchaste con valentía, infiel a tu juramento. No quisiste recorrer otro camino, y caíste fiel a tus principios. No mereciste más, ni menos tampoco.

Que Geonea, El de los Seis Nombres, el Maestro de la Serenidad, te acoja y te permita hallar la Paz que no conociste en vida...

Extendiendo ambos brazos, abro las palmas de las manos hacia abajo dejando caer sobre la sencilla tumba la tierra que aprisionaba.

Adreim siguió el ritual que Ariminden guiaba. Tomó un puñado de tierra, tierra que había cabado con sus manos, con la derecha... Uy, no que era la izquierda. Rectificó y luego imitó al clérigo con la mano derecha en el corazón. Tenía los brazos doloridos y le picaba un poco el tolondrillo, pero aguantó como un buen compañero y amigo de Xhu´kel. Cuando acabó la ceremonia, lanzó con cuidado el puñado de tierra al montón que cubría el cuerpo de su amigo.

Adios, Xhuky. Te recordaré en los buenos tiempos y consideraré los malos como algo ajeno a ti. Descansa en paz, amigo.

El mercader observa la hoja clavada en la arena ante el cadaver de Xukel y Adreim ensangrentado y dice temeroso:

.......ese hierro no es de este mundo.

Sus manos temblorosas se acercan al pomo de la hoja y titubea.

Nunca habia visto ese tipo de metal... no refleja los rayos del sol. No me atrevo a tocarlo. Las runas de esa hoja estan escritas en la lengua de los muertos vivientes.

la hoja pone hasta donde esta enterrada:

Segadora de la...

Runas, idioma de los muertos vivientes, todo le sonaba a raro a Adreim. Empezaba a aburrirse.

Bueno, si alguien sabe leer los dibujitos estos, mejor. Y si no, se guarda en una caja grande y nos la llevamos por el desierto, no vamos a estar veinte años con la dichosa espada.

Se puso a mirarla y remirarla. Ummm, sí que es rara de cojones, sí. No brilla la condenada. En las penumbras debe parecer casi invisible a pesar de su tamaño, sí. Era una observación tonta, pero quizá no iba desencaminado y era una de esas baratas armas de "invisibilidad cuando no se podían ver". Una vez le quisieron vender una, pero no tenía suficiente oro. El vendedor le dijo que cuando no la mirabas, se volvía invisible del todo. Eso le convenció en ese momento y no había cambiado de opinión todavía.

Bien, yo podría interpretar esos símbolos - digo mirando con total desconfianza el extraño objeto - Pero no esperaréis que un Amigo de Geonea el Invencible toque por propia voluntad algo de naturaleza tan maligna. Sugiero que protegido por cueros o trapos la arranques y la coloques en algún lugar seguro, preferiblemente a la sombra. Hace calor hoy... - continúo, dirigiéndome a Adreim - Por lo que se puede leer, pone "Segadora de...", seguramente el nombre de la espada. Quizá "Segadora de Almas", le va bien ese título - sigo divagando - Oí en una ocasión que un albino portaba una espada capaz de absorver la esencia de sus enemigos, quizá sea un alma similar. Aquella se llamaba "Tormentosa", y tenía voluntad propia...