Partida Rol por web

Adreim se puso sus mejores galas compradas de los comerciantes, la cota de mallas élfica, sus espadas, su capa y su mejor sonrisa después de acicalarse lo mejor que supo. Estaba listo para la fiesta.

Habló con el druida y escribió algo, pero era muy lento, así que intentó hablarle exagerando los labios.

Noctuleon, si quieres ingresar en el Sindicato, hemos de poder confiar en ti. Te mantendremos a cargo, junto con nuestro fiel portaantorchas, el Señor Xuuan, de nuestras monturas y cosas. Algunas son de gran valor, así que espero que las protejas bien.

Luego se acercó a Xuuan y le dijo algo de espaldas a Noctuleon.

Querido Xuuan, sé que puedo confiar en ti. Vigila nuestras cosas junto al sordo, pero también el mismo sordo. Si hace algo, no debes enfrentarte a él, corre con disimulo a avisarme y nosotros le daremos su merecido. Te guardaremos algo de cena si nos es posible, si no, yo te invitaré a cenar en una buena posada en Dinaj.

Por último, le dio unas palmadas en el hombro en signo de respeto y cordialidad.

Noctuleón miró a Adreim con un gesto de atención, fingiendo un poco más de dificultad que la que en realidad tenía para leer sus labios. Cuando el líder hubo terminado, sonrió e inclinó la cabeza.

—Vuestras pertenencias estarán en buenas manos. Sólo procurad que no sean ella las que os posean a vosotros.

Adreim se quedó pensando en lo que le acababa de decir "Noctambuleon" y luego cayó en la cuenta.

Ah, lo decís por la espada maldita? No te preocupes, no la usará nadie, así que no poseerá a ningún incauto más.

Dijo exagerando las sílabas.

(play)

Tras el caluroso dia la noche cae sobre el oasis, y en la jaima del jefe de la caravana la mesa esta dispuesta para muchos comensales.

Las viandas esperan humeantes mientras se sientan a lado y lado sobre mullidos cojines varios de los extraños comerciantes y viajeros notables que atravesaban el desierto hacia tan siniestro destino: La ciudad de los muertos.

Estaba Calidore, mercader de objetos magicos. Ataviado con ropajes ostentosos y con el brillo del oro y las joyas en sus dedos engarzados de sortijas. Avanzaba apoyandose en un cetro de mago gastado que posiblemente habria conseguido en alguna oscura transaccion.

Tambien estaba Demetrius, con sus extrañas lentes de color oscuro. Erudito en muchos temas sin ser experto en ninguno en particular. De su cuello colgaban ricas cadenas y extraños amuletos, y de sus bolsillos asomaban pergaminos y extraños instrumentos que no suelta en ningun momento.

Un elfo de buen porte y vestiduras blancas sobre armadura plateada llamado Pimpolin miraba a unos y otros con cierto desdén mientras se deleitaba con el vino nada mas llegar a la mesa. Tambien ostenta riqueza descaradamente pavoneandose con cada movimiento. Los brazales de su hermosa coraza relucen al brillo de los fuegos mientras apura otra copa de vino.

El resto de comensales es bien conocido: Alfred el monje que se siente algo incomodo, Adreim Isvaniel que todo lo observa con curiosidad, Ariminden el clerigo que lleva mucho tiempo en el desierto sin disfrutar de un buen trago de algo....., Azrael el monje, sereno en todo momento, Belethniel el explorador elfo que parece que habla consigo mismo a ratos, Sire de Yawe el mago que se sienta con cuidado sobre el cojin para no dañar sus doloridas posaderas...

No se podia decir que el sindicato saja y raja fuesen unos muertos de hambre, posiblemente tuviesen mas oro, bienes y joyas en conjunto que ninguno de los demas comensales en particular. pero su aspecto desaliñado contrastaba notablemente con el de los demas. Gajes de la vida de aventuras....

Y por ultimo un desconocido gnomo que se habia colado en un asiento sin que nadie se diese cuenta (apenas alcanzaba su altura para que se le viese la cabeza por encima de la mesa), pero estaba alli y participaba como todos en las animadas conversaciones que se desarrollaban  en el preludio al festin.

El jefe de la caravana se sienta en la cabecera de la mesa y tras una inclinacion de cabeza comienza a comer sonriente de ver a sus invitados disfrutar de los alimentos.

Tras un par de minutos escuchando los elogios a los manjares presentados dice sin dejar de comer:

Viajeros del desierto, el destino nos ha reunido en este lugar por caminos que se cruzan en uno solo.

Me gustaria que os presentarais entre vosotros y compartierais con todos el modo en que llegasteis aqui y los motivos de tan peregrino viaje...

Adreim estaba despistado observando a los diferentes invitados cuando Zegrom empezó a hablar. Pidió que cada uno se presentara. Adreim pensó que eso era parte de un juego en que luego habría que acordarse de algunas de las cosas que había dicho cada uno, encontrar una pista sobre un objeto escondido o poder saber a quién pertenecía algo que se mostrase, o algo así. Los niños elfos jugaban a juegos donde la percepción era importante, la diferencia con los juegos de los drows, era que el que perdía era humillado y le daban una paliza entre los demás. Pero resultaba igualmente divertido. El guerrero no quería dejarlo fácil a los demás, así que tenía que dar muchos detalles.

Oh, vale, vale, vale, empiezo yo. Mi nombre es Adreim Isvaniel. Soy el líder del Sindicato Saja y Raja, soy aventurero y me motiva lograr la justa fama por mis actos heroicos, tesoros acordes con mi poder y valía y demostrar que soy un hombre de honor. Soy guerrero, especialista en el manejo de la espada larga, poseo una gran fuerza, como la de un minotauro aquí estaba exagerando un poco nada más, mientras levantaba los brazos y enseñaba sus bíceps, puedo luchar a ciegas y con dos armas con mayor habilidad que muchos con una arma y con su vista normal, puedo hacer acrobacias y esquivar los ataques en pleno combate, producir luces misteriosas u oscuridad mágica y... cuento chistes estupendos. Jejeje, ahora el siguiente.

Adreim se sentía orgulloso, pues había dicho muchas cosas y suficientemente rápido para que fuera difícil acordarse de todo. Lo que no sabía era que el primero solía ser el que más huella dejaba en la memoria y que la sorpresa de la gente ayudaría mucho a ello.

Yo creo que lo que eres es un fanfarron, deja que me ria JA JA JA!!!

Todo eso era el chiste no?

Dice el elfo que se sentaba cerca de Adreim

Lo unico que tienes que merezca la pena es tu cota de mallas, pero eres tuerto de un ojo y tu higiene personal deja bastante que desear a juzgar por el tufillo que desprende tu cuerpo desteñido...

Podria reconocer a un Drow salido del submundo con los ojos cerrados, nunca me habeis caido muy simpaticos.

Mi nombre es Pimpolin!!!! -dice levantandose de su asiento al tiempo que estira un brazo señalando el infinito y flexiona el otro en una posturita como de golpe de karate -

Luego se sienta de nuevo y echa mas vino en su copa.

Soy el mas poderoso de todos los guerreros elfos, mi coraza es impenetrable, mi habilidad con todo tipo de armas es legendaria, y mi fama me precede alla por donde voy.

Despues de matar al dragon de las montañas del desierto de Elos tuve un sueño, en ese sueño vi una ciudad en el desierto llena de muertos vivientes que se humillaban ante mi. A ella me dirijo para someterlos. En el nombre del Emperador Kabori.

Alfred se queda en silencio unos instantes esperando que alguien decida ser el siguiente. Cuando es evidente que no va a ser asi respira profundamente y se levanta, como impulsado por un resorte, su cuerpo esta rigido y su cara demuestra su timidez y vergüenza.

Yo.... yo zoy Alfred. He crecido y he zido educado en un monazterio no muy lejoz de aqui. Fue expulzado del mizmo para que dezcubrieze el mundo y que aprendieze paciencia y autocontrol... Todos se dan cuenta de que Alfred esta sudando, que habla atropelladamente y que probablemente este revelando demasiada información. Me uni al zindicato no hace mucho aunque los ultimoz díaz con la entrada el el dungeón la muerte de nueztroz compañeroz y el horror.... Alfred mira como dándose cuenta de que habla demasiado... bueno ezo, zoy un monje que ha decidido conocer que hay maz alla de un convento. Todo el mundo dice que tengo mal genio y... y.... bueno ya ezta...

La sala se qeuda en silencio tras la extraña intervención del monje, el ambiente esta tan cargado que no se sabe si la gente esta nerviosa o a punto de estallar en alguna risa nerviosa, el monje esta rojo como un tomate.

Un respeto señor Pimpolin.... esta usted en mi casa.

Zi zeñor Zegrom.....

Mi nombre es Calidore - dice el mercader para aliviar la tension del momento-

Llevo mucho tiempo comerciando con todo tipo de objetos y he aprendido mucho de historia antigua y tumbas. Y es curioso pero yo tambien he tenido un sueño acerca de una ciudad en el desierto habitada por muertos que caminan....

Entonces saca un pergamino manchado de sangre seca con un calco hecho de carboncillo de lo que parece ser una lapida o losa en la lengua de los muertos vivientes.

Esto me lo trajo un aventurero deshauciado, es una inscripcion de una tumba en la que se narra una profecia: la llegada del cosechador de las almas. Me dirijo a la ciudad de los muertos para investigar todo este asunto, pues he oido que alli preparan una fiesta o celebracion para tal evento.

Luego mira al clerigo Ariminden y le dice ofreciendole el pergamino:

Su habilidad para leer esta lengua mas antigua que el hombre me seria util...

Adreim se sintió un poco confuso por la forma de jugar del tal Pimpollín. Pero había una cosa que comprendía perfectamente y no iba a tolerar: que un tipo se burlara públicamente de él por la jeta.

Pimpollín, decís? No me suena vuestro nombre en absoluto. Sin embargo, al contrario que vos, no pongo en duda lo que decís de vosotros mismos. Estamos en casa del señor Zegrom y no voy a ofenderle, pero creo que puede ser divertido para los presentes que midamos nuestras fuerzas en un pulso. Una leyenda como vos no podrá ahora negarse. Luego se dirigió a los demás presentes y por último a Zegrom. No creen ustedes? Da usted su permiso, señor Zegrom? Ahora veremos quién es un fanfarrón y zanjaremos el tema sin aguar la fiesta a nadie. Jejeje.

Adreim empezaba a sentirse como en casa en la fiesta.

Despues de los postres comprobaremos lo que has dicho, pero el pulso es demasiado ordinario....

Te dare unas clases de esgrima y tu lucharas con los ojos vendados.

Oh, ya veo que no os atrevéis a hacer un pulso conmigo, es una lástima, pero eso deja claro lo que decía, ya que no necesito demostrar nada, pues la leyenda sois vos. No he dicho en ningún momento que sea mejor espadachín que los presentes. Vos decís de mí que soy un fanfarrón por nombrar mis humildes habilidades. Sin embargo, habláis de grandes logros que superan enormemente los míos. Se supone que sois más que un maestro: Una Leyenda. Pero no os atrevéis a hacer un simple pulso para divertir a los invitados. Está bien, lo dejamos aquí. Dijo Adreim con total claridad. Estaba claro quién había demostrado ser un fanfarrón en vez de él, no hacía falta remarcarlo, era evidente quién era el que había intentado humillar a quién, quién se había metido con quién y cómo lo había hecho. El Pimpollín había demostrado ser un capullo, y el público debía reconocerlo en su fuero interno.

Mi nombre es Arimindén - me levanto, algo achispado ya por las bebidas ingeridas, y muestro las palmas de mis manos en señal de la sinceridad de mis palabras,. Mirando significativamente a Pinpolin añado, con un atisbo de sorna en la voz - Y aún no he matado a ningún dragón.

Mis servicios al Gran Geonea, El de Los Seis Nombres Sagrados, me mantienen demasiado ocupado. No pocas son las hazañas de este modesto Amigo del Más Poderoso de los Dioses, el Invencible Pacificador, aunque de otro tipo y más espirituales que las aquí narradas, sin duda...

Será para mi un placer traducir con mis pobres artes esos signos que portáis, noble Calidore - añado, con un tono significativamente más respetuoso - Por supuesto habré de saber antes de ayudaros qué propósito os guía, pues como fácilmente comprenderéis,  sirvo a la causa de la Paz y la Tranquilidad y esas palabras son a menudo poderosas, y peligrosas para quien las conoce.

Alfred le echa una mirada a Aldreim que claramente dice... "le mato ya?"