Partida Rol por web

Total, que acabaron reventando al bichejo. Anton observó como moría y se tranquilizó minimamente. Ahora estaban a salvo, o eso quería pensar el tecnosacerdote.

- Muy bien, muy bien... problema resuelto.-

dijo Slavick recuperando la compostura tras su pánico inicial. El ténosacerdote agarró con fuerza el rifle láser y se acercó a sus compañeros.

- Creo que deberíamos ponernos en camino sin más dilación. Estando totalmente alerta, eso sí.-

les comentó mientras señalaba la salida.

¿No es obvio? Hay xenos a bordo de la Ejulve, y mi Ordo se encarga de purgarlos; lo que me confiere una experiencia más útil que ustedes con sus servicios al Imperio quemando herejes. Comprendo su punto de vista, pero quiero que sepa que no me gustan ni su actitud supremacista ni sus modales infantiles. Ni mucho menos que se tome libertades, ¿queda claro...chiquitín?

El hombre recargó los dos cartuchos que había disparado y dejó la escopeta sobre la traspaleta, que hizo mover por las pasarelas, miró a su transporte, donde el cañón láser seguía moviéndose tal vez a la caza de algún enemigo que no veían. Puntería es lo que el artillero había tenido...el artillero había muero ¿quién había disparado entonces? ¿El piloto, o el copiloto?

- Quizá pueda contarnos algo desde sus conocimientos y su dilatada experiencia, responde Nicodemus que aunque no está de acuerdo con la actitud de Crairman tampoco va a dejar que Linus se les suba a las barbas ¿No debería coger una muestra de este ser?

No lo necesito, sé lo que es: un tiránido. Un letal organismo alienígena que debe ser purgado en cuanto lo veamos. Sólo me interesa cómo ha llegado hasta aquí.

- Entonces nos interesa lo mismo de esos bichos.

De espaldas al doctor esbozo una sonrisa divertida. No había nada que le gustara más a mi mente trastocada que el hecho de que un doctor en cosas raras me entrara al trapo. Ahora hablamos el mismo lenguaje "Doc". Pienso mientras apoyo el cañón de mi rifle laser sobre el hombro en una actitud relajada. Tiranidos.... Trono Dorado... Cerrando los ojos pienso en que esa era la única manera de morir que aun no habían representado las pesadillas que noche tras noche atenazaban mis sueños y me hacían despertar, ya de un modo automático, empapado en sudor frio. Vaya... así que hay una variable que la disformidad aun no ha usado en mis pesadillas... espero no hacerla real.

Por fin me di la vuelta y le guiñé un ojo al doctor cuando estuve seguro que miraba a mis visores. Estamos juntos en esto, por lo que parece, así que me tomaré las licencias que quiera. Le importe o no. Me rio dentro de mi casco y comienzo a andar por la cubierta hacia la salida de esa zona. ¿Qué va a hacer? Pegarme un tiro por la espalda por ello? Pues suerte con su misión si así lo decide... El doctor no me daba miedo. MIEDO. Con mayúsculas, era lo que la disformidad te provocaba cada vez que abrías la mente para extraer un poco de ella y manipularla a tu antojo. Vamos a hacer esto y a hacerlo bien chicos, y doctor, hacerlo con o sin las formas dialécticas que le gustarían. ¿De acuerdo? Creo que ahora tenemos problemas más importantes que matar... !Ja!

No sabía ni cómo ni porque, pero el doctor comenzaba a caerme… no tan jodidamente mal. Mi mano se fue al pelo en un gesto automático, pero solo encontró la capa deslizante del casco. Con una risa por lo bajo caminé hasta la puerta de salida del hangar y me apoyé en la pared justo al lado de la abertura, con el rifle HellGun apoyado sobre el pecho y bien aferrado, el dedo cerca del gatillo… listo siempre.

- Bueno caballeros, creo que tenemos que ponernos en camino.-

sugirió el tecnosacerdote. Ahora el objetivo era el puente de mando, y llegar sería complicado, sobre todo con la traspaleta del doctor. Pero lo lograrían, Slavick estaba seguro. Lo único que deseaba era no quedarse anonadado ante la presencia de esos oscuros y extraños seres venidos de sabe Dios qué planeta. Si volvían a aparecer, los reventarían a tiros.

II. Incurisón
Aunque camine por el valle de las sombras

Abandonaron el hangar de popa, dejando al piloto y copiloto vigilando la zona y, más importante aún, protegiendo el hydrex. Muchas de las puertas estaban cerradas por falta de energía, con el reactor principal desconectado sólo era cuestión de tiempo que se produjera un fallo total y la nave muriera. En cuanto salieron del hangar volvieron a un ambiente de vacío espacial, sin atmósfera, temperatura, ni gravedad. Encontraron dos cuerpos más, con sus armas muy cerca de ellos, simples pistolas láser para enfrentarse a aquellas criaturas.

Tuvieron que dar vueltas y vueltas, subir por angostas escalerillas y descender al toparse con puertas cerradas. Era imposible avanzar por aquel lugar. El puente de mando estaba seis secciones más delante, pero cinco cubiertas por encima de ellos, y no parecía haber salida alguna.

Encontraron una estación de monorraíl, donde había una especial concentración de cadáveres, tanto humanos como de xenos; una ametralladora pesada ocupaba una esquina, describiendo un arco letal sobre toda la zona. No había sido suficiente, su artillero había muerto irremediablemente.

No podemos seguir así -dijo el experto- tal vez nuestro psíquico tenga alguna idea admirable.

Nicodemus avanzó con toda la cuatela posible y algo más: miraba en cada esquina, se aseguraba que todas las puertas estuvieran cerradas y más de una vez detuvo el avance porque creyó haber escuchado o visto algo. Esa nave estaba en contra suya y sus habitantes por lo visto también. Al llegar a la estación revisó la ametralladora pesada por si fuera necesario usarla e intentó ver lo que había pasado allí.

- Ha sido un combate duro...

!Ja! ¿Una idea admirable? Creo que eso sería una idea que lograse hacer desaparecer a todos los Xenos de pronto... Y esa es su especialidad Doc. Comento mirando el panorama que se extendía ante nosotros. Al parecer, allá donde fuéramos no encontrabamos más que cadáveres de todo tipo. Bueno, no es algo malo del todo. Cuantos más muertos haya, menos oposición habrá. Frente a nosotros se extendía el foso de los raíles por donde el transporte en condiciones normales debía correr de aquí para allá llevando gente, pero que estaba muy claro que ya no se movería, la falta de energía lo hacía imposible.

Bueno, pues solo queda una opción, nosotros mismos haremos de monorraíl. Bajamos a las vías y seguimos las paradas hasta el puente de mando. No es tan difícil de ver... No nos va a atropellar el monorraíl, ni nos vamos a electrocutar con las vías. Toda la energía está muerta. Con el rifle en las manos apunto hacia la oscuridad del túnel mientras. Igual tenemos alguna visita no deseada, lo sé, pero en esta nave... ¿Donde no hay posibilidades de tenerla?.

Ahí se había montado un buen trifostio entre humanos y cosas, uno de los grandes, pero ni la artillería pesada los había salvado de su muerte. Quizás el problema hubiera sido la sobre concentración de personas, que atrajo sin remedio a los xenos, así que siendo 4 y caminando en silencio no debería haber problemas. ¿Qué os parece? ¿Bajamos y nos ponemos en marcha antes de que nos despedacen? Pregunto sombríamente.

Nicodemus cambio la cinta de la ametralladora y luego su bombona de oxígeno. Luego se gira a Anton: ¿Podríamos derivar energía sólo a este vagón desde algún lugar?

Menudo panorama, decenas de cadáveres se agolpaban en la estación de monoraíl, y no todos ellos eran humanos. Además, una ametralladora pesada presidía la escena y se podía intuir que había estado escupiendo muerte un buen rato. Anton procuró no pisar ningún cadáver y aferró su rifle láser con fuerza, de tanto en tanto, encañonaba a los xenos y humanos por igual, no se fiaba de que alguno pudiera levantarse.

Luego vieron el Vagón de Monoraíl, parecía moderno y estaba impoluto. Slavick se alegró, maquinaria, de eso entendía lo suyo.

- Afirmativo Nicodemus, de hecho yo mismo puedo suministrarle energía al vagón y ponerlo en marcha. Con él podríamos acercarnos al puente de mando. Por otra parte, considero que deberíamos de recoger la ametralladora y la munición restante y montarla en el vagón. No sería adecuado dejar un aparato así en nuestra retaguardia, si luego tenemos que volver por el mismo camino y "alguien" nos está esperando aquí nos podrían acribillar sin piedad.-

respondió a su camarada.

Necesitaron de linternas adicionales para iluminar aquel oscuro lugar. Cargaron con la ametralladora por los túneles, con una cinta de munición completa. La primera ventaja de la gravedad 0 fue el nulo esfuerzo que les suponía llevar aquella pesada arma a cuestas. Bastaba con arrastrarla, no se arriesgaron a darle un golpe y dejar que ella sola avanzara; hubiera resultado difícil alcanzarla. La traspaleta de Linus requería un trato similar, hasta el momento no les había causado ningún problema.

Caminaron más de cien metros hasta llegar a una estación de monorraíl, el panorama era similar al anterior, con cadáveres y armas; pero había una importante diferencia: la presencia de luces eléctricas en la puerta de la estación; y un siniestro y claro mensaje escrito son sangre.

Evacuar esta zona inmediatamente

Nicodemus miró con disgusto a Anton cuando empezó a tirar de la ametralladora, podía ser buena idea llevarla pero al no saber manejarla ninguno podía ser más un peligro que una ayuda. Así que se puso en vanguardia y dejó a sus compañeros con su nuevo juguete.

Linus enfocó el hangar con la linterna, haciendo un barrido con el haz de luz y proyectando sombras en las paredes. No había nada vivo. Por último, enfocó la puerta iluminada.

¿Considera Avina esta zona prioritaria para suministrar energía?

El comentario no me pasó desapercibido. ¿Luz en la entrada? !JA! Creo que esta máquina hace más lo que le da la gana que otra cosa. Examino la entrada con mucho cuidado, e intento ver a través de mis visores mirando hacia arriba si hay algún rotulo que indique frente a qué estancia estábamos, o que parada era aquella. Alguna indicación tenía que haber, era una nave nueva y en las naves de ultima construcción todo solía estar muy bien indicado siempre. La maldita mascara no me dejaba ver bien cuando miraba hacia arriba.

Con mi mira laser, apuntando con ella el cartel leí en voz alta lo que todos ya habrían leído varias veces. Así que "Evacuar esta zona inmediatamente" ¿Em? Es extraño, aun no nos hemos cruzado con ningún cartel que ponga pintado en sangre "Que pasen un buen día"... Hay que joderse con este sitio, me pone los pelos de punta. No sabía si el resto del grupo querrían abrir esa puerta e investigar o seguir y cumplir nuestra misión directamente, moviéndonos al puente cagando leches antes de que aparezca una manada de bichos de esos que debieron merendar donde la ametralladora.

Nicodemus se baja del vagón e intenta localizar el rastro de sangre.