Partida Rol por web

Kaitlin miro a Eve, asintiendo, con cierta prisa- ¡Claro que si! Vengo en un minuto y me hago cargo de Bikkel mientras tu estas en las pruebas. ¡Y claro que te animare! Dame un minuto... tenemos que hablar con mi cuñado... - le explico, apresurando a salir tras Oliver, antes de que se marchara.

-¡Vamos! - exclamo a Leo y, ni cortos ni perezosos, ambos salieron del Gran Comedor, en busca de Oliver Carrow.
 

Sonreí a Kaitlin, contenta de que aceptase. Me agaché entonces hacia la gata.

- Corre, no pierdas de vista a Kaitlin. No quiero que estés sola por ahí. - le dije con cariño.

La verdad es que como era un gato, por obediente e inteligente que fuese, tal vez decidiese seguirme a mí no a ella. En cualquier caso, era mejor que anduviera sola por el castillo.

Me acerqué a Duncan e Ian, que ya se alejaban siguiendo a Laura.

- Esperadme, que voy con vosotros. - dije con una sonrisa colocándome entre los dos.

Si David se sorprendió al tener a su hija delante de él cuando debería de estar en el colegio no lo exteriorizó. Apartó el periódico a un lado y la observó en medio del griterío, observando la carta que tenía en sus manos. Aún con apariencia tranquila, el padre de Carrie permaneció sentado en su cómodo sillón de oficinista, algo echado hacia atrás y con las manos entrelazadas.

- No sabía que supieras aparecerte, Carrie.- en ese momento apareció Bolton detrás, recto y elegante a pesar de que su atuendo sin corbata parecía bastante informal.- Oh, ya veo. ¿Y tú quién eres?

Zac:- Zac Bolton, señor.

- De los Bolton, ¿eh? No sabía que te relacionases con tan buen linaje. Te felicito.- y tras echar un vistazo de arriba a abajo al chico regresó a mirar a su hija al tiempo que se incorporaba finalmente apoyando las manos en la mesa de madera caoba oscura.-Aún no estaba del todo decidido el tratado y además, preferí que te enterases al lado del hijo de los Carrow. ¿Qué problema hay? Necesitamos subsistir hija, y Oliver es sin duda un modelo a seguir. ¡Es perfecto!- parecía que intentaba convencerse a sí mismo, si bien su tono de voz era tan seguro como siempre.- No había otra solución.
 

Bikkel, obediente, salió tras Kailtin y Leonard, corriendo tras ellos para alcanzarles pues ya le llevaban algo de ventaja. Si bien la gata era inteligente, ágil y rápida y no tardó en darles alcance.

Al momento en que Eve se colocó entre los dos chicos ambos la miraron y sonrieron, si bien había una pregunta en sus ojos que no se atrevieron a decir.

- Lo harás bien, Eve.- le comentó Duncan con la intención de tranquilizarla.

Ian:- ¡Claro que sí! Y cuando entremos en el equipo lo tendremos que celebrar.

Tras la intervención de ambos, se miraron fugazmente.
 

Cuando salieron del Gran Comedor no encontraron rastro de Oliver, si bien un compañero las dio la pista de que había salido a las afueras. Así pues, con Bikkel siguiéndoles en su camino de encontrar al Slytherin, Leonard y Kaitlin salieron fuera dándose prisa para encontrar y hablar con Oliver antes de que llegase la hora del castigo y la de las pruebas de quidditch.

A lo lejos lo vieron a mitad del puente de madera. Desde aquella distancia no se distinguía mucho, pero una vez recorrieron un trecho se dieron cuenta de la situación. Oliver no estaba solo, charlaba con Katherine en un principio, hasta que ella salvó la distancia entre ellos, se puso de puntillas y le besó. A continuación Oliver, en vez de alejarse, continuó el beso volviéndolo más intenso, colocando su mano en la cintura de la chica, atrayéndola más hacia él y prologando el beso. Entonces colocó su mano en la espalda de la Gryffindor atrayéndola hacia él con más intensidad y en ese momento pasó a besarle el cuello.

Fue entonces cuando Katherine alcanzó a ver a Kaitlin y Leo en la lejanía y ellos pudieron ver, además de sorpresa en sus facciones, preocupación. Si bien aún no avisó de su presencia a Oliver, quizás dubitativa entre hacerlo o no. Todo dependería de la pareja de prefectos. ¿Qué ocurriría ahora?

Desde los ojos de Bikkel, a miles de kilómetros de distancia de donde se encontraba Carrie, la chica pudo ser partícipe de una escena de lo más insólita. Cuando Kaitlin y Leonard salieron del Gran Comedor con la intención de hablar con Oliver, no encontraron rastro de él, si bien un compañero las dio la pista de que había salido a las afueras. Así pues, con Bikkel siguiéndoles en su camino de encontrar al Slytherin, Leonard y Kaitlin salieron fuera dándose prisa para encontrar y hablar con Oliver antes de que llegase la hora del castigo y la de las pruebas de quidditch.

A lo lejos, la pareja y el animal lo vieron a mitad del puente de madera. Desde aquella distancia no se distinguía mucho, pero una vez recorrieron un trecho- con Bikkel paseando por la barandilla- se dieron cuenta de la situación. Oliver no estaba solo, charlaba con Katherine en un principio, hasta que ella salvó la distancia entre ellos, se puso de puntillas y le besó. A continuación Oliver, en vez de alejarse, continuó el beso volviéndolo más intenso, colocando su mano en la cintura de la chica, atrayéndola más hacia él y prologando el beso. Entonces colocó su mano en la espalda de la Gryffindor atrayéndola hacia él con más intensidad y en ese momento pasó a besarle el cuello.

Fue entonces cuando Katherine alcanzó a ver a Kaitlin y Leo en la lejanía y ellos pudieron ver, además de sorpresa en sus facciones, preocupación. Si bien aún no avisó de su presencia a Oliver, quizás dubitativa entre hacerlo o no. Todo dependería de la pareja de prefectos. ¿Qué ocurriría ahora?

Ignoró el comentario sobre Zac, sin que viniera a cuento en ese momento ese triste intento de distraer su atención.

- ¿PERFECTO, DICES? - su voz empezaba a cascarse, desacostumbrada a aquel volumen, así que prosiguió en un tono más normal aunque igualmente exaltado -. Tampoco entiendo qué quieres decir con subsistir. Tenemos dinero a expuertas, padre y no necesitamos para nada involucrarnos con el apellido Carrow. Perfecto dices... - repitió nuevamente con desdén -. Oliver Carrow es cualquier cosa menos perfecto, es un estúpido engreído que se cree mucho más de lo que es, algo que tarde o temprano le llevará a la tumba si sigue provocando a todos los que no le siguen como corderitos. No tienes derecho a prometerme con nadie padre, pero menos aún con él. No pienso casarme - declaró con esa firmeza de quién no espera contradicciones.

David escuchó las palabras de Carrie si bien parecía sumido en sus propios pensamientos más que en las quejas de su hija. No parecía con intención de cambiar de parecer, más que nada porque ya había zanjado el trato con los Carrow y si el matrimonio se cancelase...

- Lamento que no os llevéis bien, pero si rompiésemos el trato perderíamos la mitad de lo que nos queda y créeme Carrie, que ya no es tanto como te crees o como aparentamos.- miró a Bolton con algo de molestia. No le gustaba tratar sobre temas de pobreza delante de desconocidos que sí tienen mucho.

Mucho dinero...

Alguna bombilla se encendió en su interior pues se quedó fijo mirando a Zac que a su vez permanecía callado y erguido además de serio, sosteniéndole la mirada sin ningún tipo de miedo. Hizo cálculos en su interior y después miró de nuevo a su hija.

- Tendrás que casarte, quieras o no. Pero si no quieres una alianza con los Carrow por su actitud...- señaló entonces a Bolton.- Cásate con él.- y tras ese último comentario se echó hacia atrás en el asiento aún con impasividad en el rostro.

Como única reacción de Bolton, que se sentía algo amenazado y retado por la situación, éste alzó una ceja sin apartar la mirada de David.

Los ojos de Carrie se abrieron con sorpresa ante el hecho de que su padre no cediera ante su demanda como acostumbraba. Por primera vez en su vida se planteó la posibilidad de suplicar y de echarse a llorar como recurso, algo que no le sería tan complicado si consideraba el hecho de que para llorar debía sentirse desdichada y desde luego era la emoción predominante en ese momento.

Sin embargo, ante el comentario sobre Zac, desechó esos pensamientos, se giró para contemplarle y, aunque fuera durante una brevísima fracción de segundo, planteárselo. Sin duda, al menos con Zac sentiría que se hallaba ante un igual, un alma afín. Pero aquello ya era cuestión de principios.

- No voy a casarme con nadie porque tú lo digas, padre - afirmó, su tono de voz acercándose cada vez más a la inexpresividad acostumbrada, sobre todo debido a la falta de respuesta emocional por parte de su padre -; y aún tienes menos derecho sobre Zac que sobre mí para escogerle esposa. Sigue afirmando que nos casaremos y sigue creyendo en ello pero vas a tener que llevarme al altar bajo imperius para conseguirlo porque no pienso acudir por mi propia voluntad.

Salió, metiendo el dedo entre las lentes y las patillas de las gafas, dando un golpecito, y abriendo las patillas de las gafas de sol, llevándoselas a los ojos nada más salir. Se puso recto, se estiró, y caminó a paso ligero, y vio a Oliver. Sonrió, de medio lado al ver que no se había alejado demasiado, que le sería fácil de alcanzar y preguntarle que demonios había ocurrido. Míralo. Anunció, dando largos pasos en busca de su cuñado.

Hasta que en su línea de visión apareció Katherine, lanzándose a los brazos de Oliver. Eso hizo que Leonard se parara en seco, estirando el brazo para cortarle el paso a Kaitlin. La puta ostia. Soltó, al ver aquello. Me cago en la puta ostia. Volvió al soltar, acto seguido, y lo peor aún estaba por llegar.

Venga ya, no me jodas....

*Su cara fue un mapa. Bajo la cabeza, con la boca apretada, viéndose en la necesidad de mirar la situación por encima de las gafas. No supo qué hacer, más que quedarse quieto, observando lo ocurrido, en el más rotundo de los silencios.

Tardó varios segundos en moverse, en reaccionar. Su cuñado... ¿Cuñado? Ahora no sabía exactamente en qué posición dejaba lo ocurrido en ese momento su relación con Oliver. ¿Sabrá esto Deirdre? ¿No lo sabrá? ¿Tenía relación con la carta que había recibido Carrie? ¿Por qué Carrie recibiría una carta sobre Oliver y Katherine? ¿Qué coño estaba pasando? Todo el mundo se había vuelto loco... ¡Loco!

Alzó la cabeza, poniéndose recto, y empujando las gafas de sol contra su cara, usando únicamente el dedo índice de la mano derecha. ¿........................Y ahora qué? Acabó por preguntar a Kaitlin, demasiado confundido en ese momento como para pensar con claridad.

Su vista se cruzó con la de Katherine. No movió un músculo, intentando adivinar que pasaba por la cabeza de la muchacha, y el por que de esas reacciones por parte de Oliver. ¿La última vez que los vi juntos estaban cabreados uno con el otro, no? Será verdad eso que del amor al odio va un solo paso... Bueno... ¿Y ahora qué hago?

Sonrei a Leo, cuando me señaló hacia donde estaba Oliver. Acababa de coger a Bikkel en brazos, que parecia habernos seguido, y acariciaba al animal, cariñosa. Llevaba dias reconciliandome con ella después de lo sucedido. Y,sonrei, aliviada, al ver que el animal parecia estar de buen rollo conmigo.

-Si, vamos a hablar con... Jooooooooder. - Me quede sencillamente boquiabierta, patidifusa, al ver como Katherine se lanzaba en brazos de Oliver. Y no solo eso, sino que ademas, mi cuñado - ¿Cuñado? ¿Seguro?- correspondia aquel beso. - Leo.... - añadi, llevandome una mano a la boca, incredula- ¿Has... Has visto? Se están... están.... Oh, Dios mio.

El problema, basicamente no era Oliver. Era mi hermana. Porque, por supuesto, contaba con que no tendria ni idea de aquello y como se enterara, no, no le iba a gustar.

-Pues no sé... ¿Tu crees que nos han visto? - le dije a Leo, dispuesta a hacer como que no habiamos visto nada. Sin embargo, mi mirada tambien se cruzó con la de Katherine, y cualquier idea relacionada con irnos de alli como si nada se esfumo de un plumazo- Vale... nos ha visto. Vamos... a... a saludarlos, o yo qué se.

Cogi la mano de Leo, sujetando a Bikkel en mi otra mano, y, tras coger aire, di un paso hacia adelante, dispuesta a hablar con Oliver. Despues de todo, no podia culparlo. No solo eso, sino que lo entendia completamente. Lo que no entendia, en todo caso, es como podia estar con Deirdre.

-Ho... hola chicos. - dije entonces, anunciando nuestra llegada, apretando la mano de Leo y con el corazón a punto de salirseme del pecho. Eso si, no habia hostilidad en mi tono. Más bien pretendia ser amable. Todo lo amable que puede una ser en aquellas circunstancias.

Escuchar una voz detrás de mi me sobresaltó. Por suerte, la única en darse cuenta fue Katherine, a quien aparté de mi agarrándola por los hombros con algo más de fuerza de lo inicialmente pretendido. Cerré los ojos durante un segundo para calmarme y recuperar la compostura. Sabía perfectamente con quien me encontraría cuando me diera la vuelta. Tenía la voz demasiado parecida a la de su hermana para no saberlo, aunque con el toque de dulzura e inocencia necesaria para que fueran inconfundibles.

- Kaitlin, Leonard - dije al fin, un segundo antes de girarme. En verdad, incluir al chico en el saludo había sido una apuesta algo arriesgada, aunque más que fundamentada. Por lo general, donde estaba ella estaba él, y viceversa. Entonces, me quedé en silencio, esperando una respuesta por su parte. No era propio de mi excusarme por lo que hacía, y esa no iba a ser la primera vez. Tenía mis razones para lo ocurrido y, aunque así no fuera, no era de la incumbencia de nadie. Por mucho que se tratase de mis... amigos.

Estoy ya medio levantado cuando Leo responde a mi pregunta. De todas las palabras que salen de su boca, yo sólo me quedo con una. 

- ¿Castigado?- enarco una ceja.- ¿Se puede saber qué...?- pero mi frase queda inacabada pues ambos, Kait y Leo, están ya a varios pasos de distancia en busca de Oliver. Por lo visto me he perdido muchas cosas...Espero que no haya vuelto a las andadas.- pienso, recordando los años rebeldes de Leo, en los que en lugar de amigos éramos más bien enemigos. Todavía recuerdo el año que le hizo perder 200 puntos o algo así a la casa de Gryffindor. Sin duda, logró sacarme de mis casillas. Algo que por aquel entonces no era muy difícil, la verdad. Un relámpago de tristeza atraviesa mis ojos. 

Termino de levantarme y recoger mis cosas y me acerco hasta donde está Laura, seguida de Duncan e Ian. Le paso un brazo por los hombros, ya recuperada mi alegría, y sonriente me pongo a su disposición. 

- Tú dirás lo que tenemos que hacer, jefa.- mi tono no tiene ni pizca de condescendencia. Laura es capitana del equipo por méritos propios, sin lugar a dudas. No conozco a nadie que se preocupe más por sus responsabilidades como tal que ella. Entonces, Eve se une a la partida y me separo de Laura para acercarme a ella. 

- ¿Estás nerviosa?- pregunto, con preocupación sincera y el convencimiento de que lo hará bien- No te preocupes- y bajando la voz añado- me encargaré de que Laura no sea muy dura.- le guiño un ojo tranquilizador.Dudo que sea capaz de mantener esta última promesa. Laura sin duda no me dejaría influir en sus decisiones. Pero el objetivo era sencillamente, evitar que la tensión y los nervios invadieran a Eve en ese momento. Por su actitud, parecía que era importante para ella. 

Tras el intercambio de palabras con Eve, examino a Ian con la mirada. Cuerpo atlético, algo arrogante...lo cierto es que podría ser una buena incorporación al equipo. Aunque no se puede decir lo mismo del otro candidato.- Hago un rápido barrido visual de la sala, pero no lo encuentro entre la multitud.- ¿Qué se le habrá pasado por la cabeza para decidir presentarse? Realmente es algo que me intriga y no tengo la menor duda de que las pruebas de selección de este domingo van a ser interesantes. 

Nuevamente David atendió con suma pasividad, imperturbable ante las quejas de Carrie sobre el casamiento, echado hacia atrás en la silla, con la manos entrelazadas y moviéndo el sillón ligeramente hacia los lados.

Cuando la chica hubo terminado, el hombre le dedicó una medio sonrisa bastante enigmática que Bolton no supo cómo interpretar.

- Tienes hasta Junio para hacerte a la idea, Carrie. ¿Carrow? ¿Bolton? Te he dado incluso opción a elegir. Y ahora si me disculpas, creo que ya está todo hablado. Deberíais volver al colegio antes de que noten vuestra ausencia. No querrás que te expulsen, ¿cierto?

- Gracias... - dije a Duncan e Ian tras sus ánimos. 

No llegué a entender la mirada entre los dos. ¿Ocurría algo que yo no sabía? ¿Tal vez algo mientras yo estaba fuera con Nixie?

Me alegré de la intevención de Kyle así como de sus palabras de ánimo, y aunque sabía que lo de Laura iba en broma, no pude evitar cogerle del brazo para llamar su atención.

- ¡No, no! No lo hagas. -precisamente por evitar algo así no lo había dicho antes - No quiero que la amistad que comparto afecte a mi selección. Si consigo pasar las pruebas tiene que ser por mérito propio.- y no queria que nadie negase eso.

Claro que nos ha visto. Susurró a Kaitlin cuando esta le preguntó si los habían visto. Él estaba mirando fijamente a Katherine, como Katherine le estaba mirando a él. ¿Por qué siempre tengo que acabar pringando? Debería comenzar a intentar hociquear menos... Bleh... No puedo engañarme a mí mismo.

Cuando Kait arrastró de él, aún estaba pensando en cómo manejar la situación, y no tardó en dejar de lado lo que pensaba, como saludar, o que decir, cuando Kaitlin abrió la boca, saludándolos. La forma en la que Oliver apartó a Katherine le pareció exagerada.

Oliver, Katherine. Me alegro de veros Su tono, que no se girara al saludarnos, y la situación en general... sabía que no estaba siendo un cómodo para Oliver. ¿Cómo serlo? Aun así, Leo intentó ser todo lo amable y comprensivo con su tono de voz, esperando suavizar la situación. Estábamos preocupados por ti. Carraspeó. Venía a decirte que... bueno, estoy castigado... ¿Quieres acompañarme hasta los trofeos? Podemos... ir hablando mientras, si quieres. Katherine era amiga suya, al igual que Oliver. El problema era que Leo no sabía cómo gestionar la situación. Por un lado, se alegraba por Oliver. Pensaba que Oliver se merecía algo mejor. O al menos, alguien que no fuera como su cuñada. Por otro lado, estaba el asunto de la sinceridad, el honor y que dejaría de ser su cuñado... aunque, si de él dependía, no dejaría de ser su amigo. 

Dediqué una sonrisilla algo nerviosa a ambos. Definitivamente no, aquello no era comodo para ninguno de los cuatro. Sin embargo, estabamos alli por un motivo, y aquello no lo cambiaría. De ahi que asintiera, con cierta efusividad, confirmando las palabras de Leo- Si... queriamos saber si... Si estabas bien... - añadi, mirandolo con una marcada preocupacion, mientras esperaba a que aceptara la propuesta de Leo, para poder irnos de alli hacia la sala de trofeos.

Kath no era tan amiga mia como lo era Oliver, básicamente porque, inevitablemente, como en el caso de Oliver al principio, su apellido habia sido una traba para nuestra relacion. Aun asi, nos llevabamos bien, y con tiempo, quizás, podria llegar a ser una buena amiga. Por lo tanto, ella no era el problema. Tampoco lo era Oliver. Al igual que Leo, opinaba que merecia algo mejor que mi hermana. Pero entonces, dejaria de ser mi cuñado, y esa era la parte negativa de todo aquel asunto.

Aunque, al igual que en el caso de Leo, por mi parte, que dejara de ser mi cuñado no significaba que dejara de ser mi amigo. Quien sabe... quizás incluso sin Deirdre de por medio incluso podriamos tener mejor relacion.

- Estoy... bien. Solo ha sido un numerito más de Lewis - respondí al final, ante la atenta mirada de los tres gryffindors. Era una situación la mar de extraña. Pero más extraño era el hecho de que, en realidad, no me sintiese incómodo, preocupado o fuera de lugar. Aun así, era necesario acabar con esa situación y, la mejor forma, era aceptando la oferta de Leo. - Está bien, vamos.

Antes de echar a andar, me giré hacia Katherine y posé la mano sobre su brazo derecho. - Hablamos luego. - Sin esperar una respuesta, eché a andar hacia el castillo. Algo me decía que me esperaba una intensa charla en lo que me quedaba de camino.

Katherine había estado intentando hacerles señales para que les dejasen solos cuando les vio a lo lejos pero tener a Oliver comiéndole el cuello literalmente no le ofrecía mucha libertad de movimientos. Por lo que sus esfuerzos resultaron infructuosos.

No le quedó más que variar su expresión de cara y saludar con la mano una vez dieron acto de presencia. La forma de apartarla fue algo brusca, si bien tampoco es que se esperase una caricia o algo así. Permaneció callada durante el leve periodo de tiempo en que hablaron los tres amigos, sintiéndose como una intrusa pero no incómoda. Había hecho lo que tenía que hacer y Oliver había hecho lo que llevaba queriendo desde hace años, lo admitiese o no.

Al enterarse de que Carrie había formado un numerito - debió de ser cuando se marchó del Gran Comedor- puso cara de intriga y de sorpresa. Carrie Lewis nunca llamaba la atención. Abrió la boca para preguntar pero cuando se dio cuenta Oliver ya se estaba despidiendo de ella.

- Hablamos luego.- repitió.

Kaitlin con Bikkel en brazos, Leonard y Oliver emprendieron el camino hacia la sala de trofeos donde Leonard debería cumplir un castigo.